Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

14


Dos meses después.

-Estás guapísimo, cariño- comentó su madre con emoción- Sólo déjame rehacer el nudo de la corbata.

Álvaro no podía creer las palabras de su madre. No cuando se sentía tanto física como mentalmente demacrado.

-Mucho mejor así- comentó Amara con orgullo- Vas a ser el alfa más guapo de todos los graduados, amor. Ya lo verás-

Ante tus ojos por supuesto que lo seré, madre.
Pensó Álvaro.

-Es hora de poner tu toga, cariño- Álvaro suspiró, sintiéndose un poco ahogado por la emoción de su madre.

Quizás él estaría de la misma forma si Efrén estuviera a su lado, o quizás si supiera que estaría en su habitación colocándose su toga también para graduarse.

Pero no.
Él había desaparecido, no dignándose en ponerse en contacto con él, aunque fuera para decirle un simple estoy bien, nada terrible ha pasado.

Además, y por si no tuviera motivos suficientes para estar enfadado con él, Efrén no había cumplido su palabra.

Hacía una semana que, oficialmente, estaba graduado, cuando obtuvo sus últimas calificaciones aprobadas. Decir que no estuvo ansioso todo el día, esperando la llegada de su alfa, sería mentir.

Incluso tenía su maleta preparada y se había despedido de sus padres, temporalmente, por teléfono, diciéndoles que se iría a una manada con su alfa y que iría a visitarlos cuando estuviera completamente adaptado a su nueva vida.

Sin embargo, Efrén no apareció.

Llamó a los padres de su alfa, preocupado por si algo malo había sucedido.

Ellos le habían comentado que no habían obtenido noticias de él desde que, dos meses atrás, Efrén les había contactado para pedirles una suma desorbitada de dinero.

-Mamá, papá...- comentó Efrén con un poco de ansiedad- Necesito dinero, por favor. Os prometo que os lo devolveré- suplicó- Lo conseguiría por mí mismo pero no tengo tiempo. Ya no hay tiempo-

Álvaro se echó a llorar al escuchar las palabras del padre de su alfa, sintiéndose la peor persona del mundo por haber puesto a Efrén en esa situación.

-¿Para qué necesitas el dinero?- preguntaron sus padres- ¿En qué lío te has metido para necesitar tanta cantidad, hijo?

-Amor, papá- comentó Efrén con sinceridad- Estoy enamorado de un alfa y necesito ponerlo a salvo.

Efrén lo había intentado todo.

Se había metido en aquello que tanto odiaba. Se había convertido en un cazador para mantenerlo alejado del punto de mira.

Se había manchado las manos de sangre, dos veces, para mantenerlo a salvo.

Había intentado conseguir aquel puesto que le garantizaría dar las órdenes sin levantar sospechas, aunque no lo hubiera conseguido.

Ni él, ni ninguno de aquellos que eran como él. Habían ascendido a una alfa que había conseguido acabar con sesenta lobos, sólo en lo que llevaba de año.

Era la mujer más extremista y cuyos valores que defendía estaban bien arraigados en su mente.

Sabía que esa mujer no era para nada tonta, no como el antiguo encargado. Ella los acabaría descubriendo en una semana, como máximo.

Así que sólo se le ocurrió un último plan, aunque aquello implicase tener que dejar a Álvaro temporalmente.

Muchas personas se dedicaban profesionalmente al montaje y persecución de sus vidas, poniéndolas en peligro sólo por una buena cantidad de dinero, para distraer la atención de los cazadores.

Efrén contrató a un alfa con los mismos rasgos que estaban buscando, encargándose de intentar darle caza él mismo.

Alguien dio un chivatazo sobre un alfa cubierto de sangre, intentando huir de la ciudad. Y su plan funcionó, porque en menos de media hora, la universidad, antes plagada de cazadores, volvío a la normalidad.

-¡Estás hermoso, mi niño!- gritó Amara- Tenemos que hacernos una foto, ¿vale?

-Todas las que quieras, mamá- comentó Álvaro con una pequeña sonrisa- Sólo porque eres mi mami y te quiero mucho.

Besó la mejilla de su madre y ésta comenzó a intentar darse un poco de aire con sus manos, tratando de retirar las lágrimas que comenzaban a inundar sus ojos.

-¡Mi maquillaje, cariño!- chilló- ¡Qué me costó mucho tiempo hacerlo perfecto!

Álvaro comenzó a reírse, calmándose poco después al escuchar la puerta siendo golpeada.

-Seguro será mi compañero de cuarto, mamá- comentó Álvaro con suavidad- ¡Pasa!

La puerta se abrió lentamente, revelando a Efrén con su mejor sonrisa y mirada de cachorrito.

-Suegra, ¿crees que puedas hacer el nudo de mi corbata?- inquirió, juguetón- Mis padres no tienen ni idea.

Amara gritó de pura emoción, comprendiendo que aquel chico era Efrén, el alfa del que tanto le había hablado su hijo.

Ella nunca antes lo había conocido en persona, sólo había hablado con él un par de veces por teléfono y tenía su número en sus contactos por si sucedía algo.

-¡Tú eres Efrén, ¿verdad que sí?!- chilló la omega con emoción, corriendo hacia él para abrazarlo.

Mientras tanto su hijo permanecía en el mismo lugar de antes con una expresión incrédula en su rostro.

-Sí, eso creo- comentó Efrén entre pequeñas risas, correspondiendo al abrazo de Amara.

-¡No sabes las ganas que tenía de conocerte!- chilló- ¡Además, mi niño y tú váis conjuntados!

Efrén intentó expresar su mejor cara de sorpresa, como si realmente no supiera de qué estaba hablando Amara.

-¿De verdad?- inquirió incrédulo.

-¡Sí!- volvió a chillar Amara- Muéstraselo, cielito.

Álvaro resopló, completamente avergonzado. Su madre le dio una mala mirada, provocando que Álvaro subiera su toga hacia arriba para mostrarle el dichoso traje al alfa.

-Eres un copiota...- se quejó Efrén como un niño pequeño- Ahora iremos iguales, no me lo puedo creer.

Álvaro le sacó la lengua de forma infantil, sonriendo ampliamente después de eso.

Desde el primer año de universidad, Álvaro había soñado con su graduación incontables veces.

Se lo había comentado a Efrén en todas las ocasiones en el que aquella situación rondaba por su mente.

Él quería que ambos fueran conjuntados, de alguna forma posible. Quizás el color de su camisa o corbata, o el pequeño pañuelo que adornaba su bolsillo.

Efrén siempre le decía que le daría aquel gusto, por supuesto, pero había superado sus expectativas con creces.

A pesar de que no sabía si asistiría a su propia graduación, Álvaro le mandó una foto de su traje recién lo había comprado, con la esperanza de que Efrén le contestara.

No lo hizo, pero el doble tick azul le hizo saber que lo había visto.

Amara le dijo a Efrén que le haría el nudo de su cobarta, pero que antes iría a ayudar al padre de Efrén con la suya.

Así que más que encantada salió de la habitación, buscando por el pasillo el número de habitación que Efrén le había proporcionado.

-¿Esto es lo suficientemente conjuntado para tí, amor?- inquirió Efrén, juguetón.

-Sí- susurró Álvaro con emoción.

-Y bien, ¿vas a...-

Álvaro corrió hacia él, tirándose a sus brazos en cuanto tuvo la oportunidad. Comenzó a repartir besos por todo su rostro, a pesar de que aún estaba enfadado.

-Te he echado mucho de menos- comentó Álvaro, abrazándolo fuertemente- No vuelvas a irte, por favor.

Efrén negó.

-Tú y yo vamos a graduarnos en media hora y nos vamos a ir de aquí, juntos- comentó con dulzura- Tengo tantas cosas que decirte, amor.

-¿Si?- inquirió Álvaro, acomodándose mejor entre sus brazos- ¿Qué cosas?

-También te he echado muchísimo de menos, bebé- respondió Efrén, acariciando su mejilla- Lo mucho que te quiero y lo hermoso que te ves con ese traje y esa toga, entre otras muchas cosas.

-Efrén...-

-¿Efrén?- le cortó él- ¿Qué hay de mi alfa?- inquirió haciendo un pequeño puchero- ¿Ya no lo soy?

Álvaro emitió una pequeña risita. Besó rápidamente sus labios para quitar ese triste puchero.

-Sí, sí lo eres- comentó con una gran sonrisa.

-¿Entonces..?-

Álvaro entrecerró sus ojos, aunque aceptó cumplir su capricho.

-Eres mi alfa- refunfuñó, señalando sus trajes- Nuestros trajes conjuntados así lo dicen.

Efrén asintió, satisfecho.

Unió sus labios en un dulce beso, aprovechando los últimos minutos a solas antes de que cierta suegra loca los interrumpiera.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro