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07 ━━━ Assault.

━━━ ❛CLÍO VII❜ ━━━

S1E7: Asalto.

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Midgard no solo solo se ve diferente, sino que también se siente diferente. O tal vez sea yo. Más pesada, agobiada y adolorida, como si el aire de esta tierra me hiciese sentir todo con el triple de intensidad de lo que lo hago en mi hogar. Allá arriba, mucho más alto que el Yggdrasil pero aún cubierto entre sus ramas doradas, donde se extienden las cenizas y los rescoldos de lo que una vez fue la gran Olympia, Aurae, Azariel y Aetas forman un triángulo irregular. Juntos pero distantes, lejos pero conectados. Mi madre preside su núcleo, y sus hermanos las puntas restantes.

Son tres pedazos de una misma tierra, tres esquinas de un árbol roto y tres hojas al viento a las que poco a poco consume el fuego. Una está marchita, la otra derrama sangre y la mía... A la mía la he abandonado. Porque no la siento parte de mí. La he desertado... o me han echado.

La traicioné.

Así que mientras estoy detenida, en medio de un lugar que no conozco y mi cuerpo sufre un dolor similar al que deja una paliza viciosa, no puedo evitar sentirme diferente. Siento que estoy tocando algo muy parecido a la libertad, pero también siento que algo me está quemando el pecho. Quizás es porque no me conozco a mí misma o porque más que buscarme estoy perdida. Las luces de la profunda calle parpadean y al mismo tiempo mi cabeza percibe el sonido intrascendente que emiten los midgardianos. Su tierra se encuentra en guerra, pero yo escucho risas, música y gritos de euforia. Puedo escucharlo todo, como si mis sentidos fueran un radio a los que le han subido el volumen.

—Su majestad se encuentra muy lejos de casa.

Poco a poco giro sobre mis talones para encarar a la voz femenina que me había llamado. Un rostro conocido me observa con curiosidad al hacerlo.

—¿Qué haces aquí, Eris? —inquiero con recelo.

La encarnación del caos y la discordia alza la barbilla y responde:

—Su madre me ha enviado a recuperar el Teseracto.

La enviaron a hacer mi trabajo.

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⠀⠀⠀⠀⠀—¿Qué te hizo Loki en Alemania? Te dejó inconsciente.

—Loki es un tramposo, tiene muchos trucos bajo la manga. Magia —replicó Thor por mí a la vez que yo evaluaba las imágenes de la pelea en Sttuttgart en una de las pantallas del Helicarrier.

—Dijiste que Loki tenía un ejército —Halley Nova alzó la voz estrechamente hacia Thor, que se encontraba solo un par de metros alejado—: ¿Cuál era su nombre?

El rubio destrabó los brazos.

—Los Chitauri. Nada que yo conozca.

—Ya veo —murmuré con la vista aún pegada a una de las pantallas—. Yo sí sé qué son.

—Por favor, ilumíname con tu sabiduría —sonrió Halley.

—Criaturas cibernéticamente mejoradas.

—¿Te los has encontrado? —preguntó Thor con la voz cargada de ansiedad.

Le lancé una mirada siniestra.

—No quieres saber.

Todo el mundo se había dispersado momentáneamente tras mi altercado con Eris. La aludida aún estaba sentada sobre la gran mesa redonda del medio, mientras que Bruce Banner y Tony Stark habían partido de regreso al laboratorio. Steve, por otro lado, continuó con su misión de averiguar qué tanto arsenal estaba construyendo S.H.I.E.L.D. y cuáles eran las magnitudes del mismo.

Aquello último tenía un gran toque amargo muy parecido a un déjà vu. Setenta años antes la situación era similar: el Teseracto y armas. Miedo para conquistar el control.

No podía hacer ni decir nada de momento, pero aún así mis pensamientos se retorcían alrededor de esa información. Atestada de conocimiento como estaba, entreví una oscura y cercana resolución. Estábamos jugando a dos partes, a la de S.H.I.E.L.D. y a la de nosotros mismos. Habían un montón de cosas en las que Steve Rogers y yo caíamos en desacuerdo, pero nuestra postura con respecto a información tergiversada y el uso arcaico de la fuerza con frecuencia era la misma. Él por tener un compás recto intachable, y yo por simplemente ir en contra del uso sin razón de armas que están fuera del control de mucha gente.

Mi moral no estaba ni cerca de ser tan alta e inmaculada como la de Steve, pero aún así era capaz de repeler lo que Fury estaba haciendo con el cubo.

—El informe sobre Vera acaba de llegar, señorita Clare —Coulson me sonrió y me estiró una tableta gris—. Ella está bien y cuidada, nada de qué preocuparse. Ya está fuera de Nueva York.

Le devolví el gesto mientras tomaba la tableta.

—Esto me deja más tranquila, gracias, Coulson. ¿Claudia también se encuentra con ella?

—Habló con Stark. Ambas están a salvo.

Asentí pesadamente.

—No me sorprende, la verdad —Halley se encogió de hombros—. Tu hija va a traer el apocalipsis no va a ser una víctima de la destrucción.

—¿Está bien Jane? —inquirió Thor, ahora mucho más interesado que antes y evitando por completo que yo pudiera decirle unas cuantas palabritas a Halley.

Coulson asintió.

—Trasladamos a Jane Foster tan pronto hubo avistamiento de Loki —respondió, señalando una de las pantallas junto a las que estábamos de pie. La imagen de la mujer apareció en ellas—: Hay un observatorio excelente en Tromsø, la llamaron como consultora ayer. Un buen sueldo, avión privado, muy lejano. Estará a salvo.

Thor observó detenidamente la imagen en la pantalla, y yo también lo hice. No estaba muy al tanto de lo que sucedía con él, pero sí sabía que la mujer lo había ayudado durante su estadía en Nuevo México. Podía sentir la vena de agradecimiento que emanaba de su cuerpo.

—Gracias —exhaló—. No es una coincidencia que Loki se llevara a Erik Selvig. Temo por lo que planee hacer con él una vez que termine. Erik es un buen hombre.

Coulson se levantó y empezó a caminar con nosotros.

—Habla mucho de ti. Cambiaste su vida, cambiaste todo por aquí.

—Sobretodo porque eres bastante grande y ruidoso —añadió Halley—. Darth Vader estuvo alrededor de todos por años y nadie sabía que teníamos que llamarla su alteza, eso no tiene sentido. Es decir, tú te llamas Thor y eres el dios del trueno y está genial, ¿sabes? Pero también hay cosas raras, hombre. Mira nada más —me señaló con la cabeza sin dejar de caminar—: Llamaron a la diosa de la victoria, Victoria. ¿Quién hace eso?

Fruncí los labios cuando las comisuras de mis labios amenazaron con alzarse y le eché un vistazo a los pasos que daba al caminar.

—No somos dioses, Halley.

—Y estaban mucho mejor sin nosotros, la verdad —repuso Thor con cierto aire nostálgico—. En nuestro mundo pretendemos ser más avanzados que ustedes, pero la verdad es que peleamos como Bilge Snipe.

Hice una mueca a la vez que Coulson, pero mientras que la mía fue de asco la suya fue de confusión.

—¿Cómo qué?

Bilge Snipe. Ya sabes, enormes, escamosos y con cuernos, ¿no tienen de esos aquí?

—No —puse una mano en el hombro del rubio para detenerlo. Entonces él se giró de nuevo a Coulson y Halley.

—Bueno, son repulsivos —resolvió—. Y arrasan con todo a su paso. Cuando vine la primera vez, la ira de Loki me siguió y su gente pagó el precio. Ahora, de nuevo. En mi juventud cortejaba la guerra.

Los ojos azules de Halley me siguieron, curiosa.

—¿Nuestra ciudadana mayor también era fanática de la guerra?

Me reí sin gracia.

—Sé que lo dices por mi arrebato —dije lentamente—. Pero no, Halley. Yo no añoraba la guerra. No aliento el derramamiento de sangre.

Thor me palmeó la espalda.

—Espero que su gente no se haya tomado el crédito, porque ha sido así de pretenciosa desde que era una niña. La guerra la vuelve arrogante.

—La guerra no ha empezado todavía —alardeó Fury mientras bajaba las escaleras y se acercaba hasta nosotros—. ¿Alguno de los dos cree que pueda hacer que Loki le diga dónde está el Teseracto? Si la señorita Clare ya acabó de despertar de su siesta y no se siente agresiva —me miró de forma severa.

Levanté la barbilla.

—¿Quieres averiguarlo?

—Es imposible saberlo. La mente de Loki está muy lejos de aquí y no es sólo poder lo que desea, es venganza sobre mí. No hay dolor que pueda saciarle esa necesidad —respondió Thor.

—Muchos piensan eso hasta que empieza el dolor —soltó Fury entre dientes.

Thor apretó la mandíbula.

—¿Qué nos estás pidiendo que hagamos?

—Les estoy preguntando qué están preparados para hacer.

Lo observé con claro descontento.

—Loki es un prisionero —le recordó Thor.

—Si te preocupa que se sienta solo siempre puedes enviar a Eris para que le haga compañía —musité monótonamente.

El contraste entre mis palabras y el tono de mi voz lo hicieron gruñir en voz baja. Sus fosas nasales se abrieron imperiosamente cuando respiró antes de contestar de manera pétrea:

—¿Tú crees, Clare? ¿Entonces por qué siento que esos dos son los únicos que quieren estar aquí?

Lo miré con fijeza durante un momento y después le di la espalda para abandonar el sitio.

Ya me había bajado bastante la ira después del altercado con Eris pero aún no acababa de ordenar mis ideas en su totalidad. Todavía tenía en mi cabeza la alarma de la desconfianza con todo y con todos, así que estaba bastante envarada. No obstante, aún tenía que comportarme con tanta cautela como me fuera posible; tenía que lidiar con un asunto a la vez y el primero decididamente tenía que ser el del arsenal. Estaba moviéndome deprisa por los pasillos cuando vi de soslayo a Eris levantarse de la silla y emprender marcha al interior del quinjet. Ese era el segundo asunto, aunque quizás debería mezclarla con el Teseracto.

Entorné levemente los ojos cuando sentí a Fury caminar detrás de mí.

—No estoy de humor —avisé sin detenerme. El moreno se echó una risita sarcástica alcanzándome el paso.

—No puedes estar de algo que no tienes. Y realmente espero que estés tan apresurada porque vas a buscar a Loki o porque vas a hablar con Eris.

Clavé los pies al piso y me volví con dureza hacia él. Fury detuvo sus movimientos en respuesta a los míos.

—No quieres que me acerque a Eris, no es algo que te convenga ni a ti ni a mí.

—Lo único que nos conviene a ti y a mí es recuperar el cubo —respondió sin vacilar—. Es nuestro trabajo, un trabajo que estoy esperando que hagas pero lo único que me has dado es migrañas. Esa mujer te encontró inconsciente porque subestimaste Loki, y mientras que te echabas una siesta ella fue la que ayudó al que se supone que es tu equipo. Así que no me lo eches encima, Clare. Tú eres la que miente y oculta información.

Sentí cómo se me iba endureciendo el semblante, cómo se atiesaba tanto que cuando una sonrisa torcida empezó a abrirse paso en mi cara se sintió como si hubiera tenido que romper a martillazos el concreto.

—¿Tú crees que no sé qué estabas haciendo con el Teseracto? ¿Tú crees que ellos no lo saben? —señalé hacia atrás, donde se veía el laboratorio—. ¿Quieres escuchar una historia, Nick? ¿Quieres que te cuente todo lo que oculto? Bien, voy a contarte. Tú ganas.

» He estado tentando los límites de mi madre desde el día que nací. Los he tentado tanto que dejé que una civilización entera muriera masacrada solo porque no quería cumplir con su mandato de proteger el Teseracto —empecé con brusquedad y me ardió la garganta al hacerlo—: Cometí un error y pagué el precio. En mi destierro volví a Midgard y conocí a Steve Rogers, pero eso no fue lo único. La mujer que conociste, esa que me encontró inconsciente y ayudó el equipo... Esa mujer fue hecha para ser yo, para cumplir con el trabajo y tomar el lugar que yo siempre rechacé. Ella es todo lo que se supone que yo tenía que ser. Ayudé a Erskine porque pensé que así iba a encontrar un poco de redención, porque no quería seguir tentando los límites de lo que ya no tenía, y por un tiempo fue así. Por un tiempo todo estuvo bien, pero luego...

» Steve Rogers hizo todo lo que tenía en sus manos para protegerme, incluido confiar en Eris. Y ella me traicionó a mí, y también a él. Le hizo honor a su título de discordia, jugó con ambos como si fuéramos marionetas y presionó todos los botones que le dijimos que no tocara —tragué saliva—: Justo después de que Steve cayera al océano perdí la cabeza y estuve a punto de asesinarla. Pasó en mi lugar de origen, hubo una revuelta, me llevaron a casa, me acusaron de traición y me enjuiciaron bajo cargos criminales contra el Teseracto. Un terrible incendio arrasó con gran parte de la población, mis padres me rogaron por ayuda, así que lo hice. No podía hacerme a un lado cuando se estaban jugando tantas vidas inocentes, pero yo no tenía ningún tipo de control sobre mí misma. El dolor estaba muy reciente. Eris y yo volvimos a caer en un altercado, quedamos en medio del incendio y su padre se dio cuenta. Trató de llamar a los míos pero estos no escucharon, y él temía por la vida de su hija, así que se metió. Una de las estructuras de la calle se derrumbó y quedó atrapado bajo los escombros. Yo lo vi, y pude haber cruzado el incendio para sacarlo, pero pensé... Pensé que ella me lo debía. Luego de todo lo que había pasado, ella me lo debía.

» Eris no recobró la consciencia sino hasta que la revuelta acabó y el incendio pasó. Cuando se acercó al lugar ya no quedaba nada. Mi mamá se dio cuenta de lo que había sucedido, retiró todos los cargos de los que se me acusaba y le dijo al pueblo que su primogénita había sido falsamente señalada. Nunca dejó que nadie supiera la verdad, ni siquiera Eris. Mi padre se separó de mi madre poco después de eso.

» Él dijo... —sorbí por la nariz cuando una risa estrangulada subió por mi garganta—: Él dijo que yo no podía justificar un asesinato enmascarándolo con una causa. Y tenía razón.

La expresión del rostro de Fury se contrarió para cuando cerré la boca. Para él todo aquello tenía que ser buen punto de referencia para comprender mejor todo lo que sucedió en el noventa y cinco, para entender por qué había depositado tantas esperanzas en Carol Danvers y por qué había escogido confiar firmemente en ella.

Yo nunca había hecho las paces conmigo misma —para empezar no estaba segura de que pudiera hacerlo—, pero sí había hecho todo lo que estaba a mi alcance para dejar atrás todo lo que esa Victoria había ocasionado. No me gustaba ser ella y esa era la única versión de mí que florecía con Eris cerca. Por eso también me alejaba de Steve Rogers, porque más allá de no querer solucionar ese conflicto no resuelto que quedó entre nosotros cuando por influencia de Eris me entregó a mi madre, yo realmente no quería que él supiera lo que había pasado después de su hundida en el antártico.

No podía permitir que supiera eso de mí. No confiaba en mí desconociendo ese hecho, no quería ni pensar en las facciones de su rostro si se enteraba. Era demasiado doloroso.

Loki decía que tenía una moral dudosa y tenía razón, no trataba de renegar lo que había hecho. Nunca lo haría.

—¿Este es el motivo por el que tú y Rogers se están llevando como perros y gatos? —quiso saber Fury después de unos segundos.

Negué.

—No. Rogers no confía en mí porque le mentí en ese momento, nunca le dije quién era, ni de dónde venía, ni que me habían mandado hacer y mucho menos le conté que fui yo la que dejó que Johann Schmitd se llevara el cubo. Para una persona que me había abierto todo de sí y que creía en mí ciegamente, que Eris me echara de cabeza no fue precisamente placentero para él. Tiene sus motivos para repelerme.

—Entonces no sabe nada de esto —aventuró.

—No, y prefiero que siga así.

—Y tu problema con Eris... —continuó diciendo—. Más allá de que no sabe que dejaste morir a su padre, ¿es porque la envían a hacer tu trabajo y le resulta fascinante ponerte al límite?

Puse los ojos en blancos.

—En palabras menos, sí. Es una versión suelta y descuidada de mí misma, le encanta el caos. Es imposible confiar plenamente en qué lado se encuentra pero no tiende a fallar en lo que le ordenan. Es por eso que mi madre jamás la envía a hacer una sola cosa, siempre suelen haber dos o más motiv... —mis palabras se quedaron en el aire cuando me percaté de lo que estaba diciendo.

Y Fury también se dio cuenta.

La realización me atravesó el cerebro como un flechazo, así que eché a correr por donde había visto a Eris irse antes de que me pusiera a explicarle toda mi ficha a Fury.

Althea nunca mandaba a Eris a hacer una sola cosa, ¿por qué iba a empezar ahora? Durante nuestro encontronazo ella dijo que había venido a hacer mi trabajo, lo cual era más que evidente, pero eso no era lo único. El cubo solo era un pasaje para meterse al Helicarrier, sabiendo que yo no podía sacarla completamente de mi camino sí estaba inconsciente y que el tiempo en el que yo tratara en reaccionar era uno que podía aprovecharle —sobretodo si la única persona que la conocía estaba fuera de combate.

Y yo había sido lo suficientemente cabeza dura como para no analizar su presencia a más allá de que había venido a joderme por el Teseracto, para tomarlo y condecorarse con su triunfo.

Revisé cerca de una docena de compartimentos diferentes antes de llegar al que buscaba.

Eris, que se encontraba inclinada sobre una de las pantallas de uno de los niveles más bajos del Helicarrier se volvió en automático tan pronto entré al espacio. Se movió para hacer algo, pero la tomé por la parte trasera del pelo y la estampé contra el mesón... otra vez.

—Se te está haciendo costumbre —se quejó entre dientes.

—Silencio. ¿Qué estás buscando? —siseé—. Porque tú y yo sabemos que el Teseracto pudiste hacerlo buscado en tierra firme, no aquí arriba.

Eris se rió con dificultad.

—Siempre le digo a tu madre que debe dejar de subestimarte.

—¿Qué estás buscando, Eris? —repetí de nuevo.

—Información —contestó, elevando el tono de voz—. ¿No es eso lo que buscamos todos?

—¿Información de qué?

—¿Recuerdas que te dije que Iris estaba limpiando un desastre de tu padre? —movió los ojos hacia arriba, señalando la pantalla. Enfoqué y escudriñé la información, encontrándome con el expediente abierto de una de las carpetas del Siv Bureau, una agencia de inteligencia búlgara que con frecuencia trabajaba con Fury. Reconocía al SB como una de tantas organizaciones que nacieron justo después de la guerra, similar a la SSRR y S.H.I.E.L.D. La fotografía de una joven muchacha pelinegra de ojos azules destacaba en la identificación—: Bueno, parece que a Giles se le agotaron los escondites y Loki encontró algo que le interesa a Althea, no solo el Teseracto. Información que ha buscado por años: la hija de tu padre.

Se me cerró la garganta.

—¿La qué?

Eris abrió la boca para contestarme, pero entonces el ala del Helicarrier en el que nos encontrábamos voló en pedazos.

🦹‍♀️🦹‍♀️🦹‍♀️

N O T E :

hOLAAAAAA A MIS QUERIDOS CHIMUELOS, pasó un tiempo, no muy poco y tampoco demasiado, pero estamos de vuelta 💃 No los agobiaré con explicaciones, solo no me sentía bien pero hoy día he recuperado la concentración y estoy más que lista para volver al ruedo 🐎🐎🐎

¿Ustedes qué tal?

Probablemente no lo recuerden o probablemente sí, who knows, pero en el capítulo anterior les había dicho que en este ibamos a sacarnos de un sombrerazo la duda sobre la situación Eris/Victoria y aquí estamos sin falta 🕵️‍♀️

Ahora no solo conocen una parte de la historia sino que también indagaron en el background de nuestra ciudadana mayor y podrán entender un poco más lo que sucede con estib

Y listo listo, dudas y comentarios por aquí, espero que hayan disfrutado el capítulo y disculpen mi ausencia!

Como siempre un placer hablar con ustedes 🤠🤠

Steves virtuales para todos 🤎

Ashly se despide xx

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