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Jeongguk me alzó y me estampó contra la pared mientras besaba mis labios con rudeza, sus manos acariciaban cada parte de mi cuerpo y por dónde pasaba, siento mi cuerpo arder.
—Me encantas.—dijo contra mi oído y me sentí demasiado caliente al oír su voz.—Te amo tanto y después de mañana ya podremos salir y vivir como siempre lo hemos querido.
—Te amo.—dije contra sus labios y el sólo sonrió.
La ropa desapareció por completo y nuestras pieles chocan entre sí mientras ambos perdemos el aliento al tocarnos y besarnos.
Me lanza hacia la cama con delicadeza mientras me quedé anonado al ver su cuerpo, tan ejercitado y bronceado. Jeongguk es perfecto en todo sentido. El me miraba con una gran sonrisa en su rostro mientras observaba cada parte de mi cuerpo haciéndome sentir intimidado, abrió mis piernas lentamente y se posicionó entre ellas mientras dejaba besos en mi cuerpo, beso cada lugar de mi cuerpo y me torturó con sus labios.
—Tú cuerpo es precioso.—dijo mientras pasaba su lengua por mis pezones cafés, solté un gemido al sentir cómo mordió uno de ellos, pase mis manos por su hermosa cabellera mientras me sentía en el mismísimo paraíso.
Solté un fuerte gemido al sentir toda su extensión en mi interior, arrugue los dedos de mis pies y enterré mis cortas uñas en su espalda mientras me acostumbraba a su tamaño.
—E-eres...tan...grande.—Dije mientras cerraba mis ojos.
—Me avisas cuando puedo empezar a moverme, amor.—Sonrió para mirarme a los ojos, beso cada parte de mi rostro mientras yo me acostumbraba.
—P-puedes empezar a moverte.—dije contra su oído.
—Está noche te haré el amor y me encargaré de demostrar lo mucho que te deseo....y te amo, pequeño.—dijo sonriendo y me estremecí ante aquellas palabras.
Jeongguk no fue delicado ni cuidadoso, le gusta rudo y a mí igual. Empezó a moverse de forma brusca en mi mientras succionaba la piel blanquecina de mi cuello.
—Eres...todo...lo...que necesito...en está vido.—Dijo mientras gemía, y en cada palabra daba una estocada más profunda que la otra, colocó mis piernas sobre sus hombros.
—Se siente tan bien....—gemí mientras el seguía con sus estocadas tan certeras y profundas, haciendo de mi un mar de gemidos, sumidos en el placer mientras nos permitimos amarnos una vez más.
Me volteó bruscamente dejando expuesto mi culo, mientras volvía a meter su pene de una sóla estocada. Acercó su rostro al mío y metió dos de sus dedos en mi boca mientras yo me encargaba de chuparlos y lamerlos.
Me fijé en sus hermosos labios tan rojizos y esponjosos que siento la necesidad de besarlo, sacó sus dedos de mi boca y apresó su labio inferior, nuestras lenguas jugaban entre sí y un fino hilo de saliva se escurre por la comisura de mis labios mientras sus estocadas son cada vez más profundas.
Jeongguk siguió dando estocadas rudas, bruscas y sin compasión alguna, solté un gemido más fuerte que los anteriores al sentir como se corrió dentro de mi, sacó su miembro de mí y cuando lo hice no tarde en correrme.
Jeongguk colocó ambas manos en mis caderas y entró rudamente en mi interior, solté un gemido nuevamente y me volví a correr... está vez manchando mi abdomen mientras Jeongguk soltaba jadeos, maldiciones y gruñidos, pegó su pecho contra mi espalda y metió dos de sus dedos en mi boca nuevamente.
Chupe sus dedos como si de un helado se tratara, los saco de mi boca y lo introdujo en mi interior mientras su pene estaba dentro de mí y su otra mano separaba mis nalgas.
Jeongguk seguía moviéndose bruscamente y las estocadas cada vez eran más profundas y placenteras, el choque de nuestras pieles rezonaba en toda la habitación. Sus dedos se movían en tijeras, no podía aguantar más, sus estocadas dieron justo en mi punto P y me volví loco.
—Mgh...ahh..n-no podré aguantar más.—gemi mirándole de reojo.
—Creeme cuándo te digo que eres el amor de mi vida...ahh...que sólo yo te amo más que a nada en esté mundo...mhg que me encantas...mmm...en todas las maneras posibles.—Dijo contra mi oído y hemos nuevamente al sentir una gran estocada en mi punto p.
Cerré mis ojos y mis labios quedaron entre abiertos, sentía mi rostro caliente y mis ojos se encuentran vidriosos por el placer que estoy recibiendo y dejó escapar gemidos difícil de acallar.
—Quiero una vida contigo —dijo Jeongguk himiendo.—Eres sólo mío.
Su glande golpea mi próstata haciéndome temblar y gemir aún más fuerte, sacá los dedos de mi interior y siento que me estoy volviendo loco.
Unas estocadas más y alcanzó mi tercer órganos gritando su nombre a los cuatro vientos mientras él se corre en mi interior, ambos caemos rendidos a la cama y Jeongguk me toma entre sus brazos, pegandome a su cuerpo mientras besa mi frente.
—Quiero casarme contigo, Park jimin.—dijo contra mi frente y siento mi corazón acelerarse.—¿Aceptarias ser un Jeon?.
Beso nuevamente sus labios.—Yo también quería casarme contigo.
—Eres el amor de mi vida.—dice nuevamente y me besa con delicadeza.—quiero huir lo más pronto posible de aquí para poder casarme contigo.
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