14.- Brainy (3/3)
Todos se quedaron helados, boquiabiertos, mientras el pequeño Murkrow intentaba zafarse en vano del agarre de Brainy. Pero ella era demasiado fuerte. Una Gardevoir, un pokemon que se especializaba en ataques especiales, tenía un físico tan fuerte que no hacía ningún esfuerzo en mantener a un Murkrow apresado. Todos tragaron saliva.
Ella, con su mirada aún puesta en el Kirlia, sonrió.
—Pelea, Holly. Pelea y demuestra que puedes.
Entonces se giró hacia el resto de los pokemon, arrojó al Murkrow a un lado como quien tira basura y estiró ambas manos a los lados.
—Vamos, vamos, ustedes iban a atacarme ¿No? El tiempo para decidirse pasó hace mucho.
Algunos pokemon intentaron echar a correr, pero Brainy fue más rápida. De pronto su cuerpo resplandeció con un potente Brillo Mágico. Surgieron centenas de chispitas de luz, que abarcaron una enorme área y golpearon a un gran número de los pokemon siniestro. La mitad cayó al instante, debilitados. El resto resistieron en donde estaban, adoloridos. Comprendieron que no iban a ganar esa pelea.
Desde la distancia, Holly miró boquiabierto lo que Brainy hacía. Después de su primer ataque, esquivó varios cabezazos de Scraggy, picotazos de Murkrow y mordidas de Houndour, y volvió a atacar. A algunos los mandaba a volar con patadas, a otros los agarraba y los arrojaba contra sus compañeros. Ella sola dominaba el campo de batalla casi sin esfuerzo.
Pero no pudo mirarla por mucho tiempo, dado que el Houndoom comenzó a caminar hacia él. Luego aceleró el paso, se puso a trotar. Aceleró un poco más y echó a correr. Sacó sus colmillos, listo para usarlos. Finalmente saltó y se lanzó directo hacia Holly.
Este lo esquivó por poco y rápidamente repasó sus movimientos en su cabeza: Teletransporte, Hoja mágica, Voz cautivadora y Beso drenaje. Los últimos dos eran tipo Hada, fuertes contra tipo siniestro, débiles contra tipo fuego. Los Houndoom tenían esos dos últimos tipos, por lo que el daño hacia ellos era neutral. Aun así, eran su mejor carta.
Pero el Houndoom no le dio tiempo. Al momento en que se volteó, le lanzó un Ascuas. Holly no pudo esquivarlo, solo consiguió protegerse con los brazos. Sin embargo, la lengua de fuego no le hizo nada.
—¡¿Qué?! ¡Esto ya lo he sentido antes!— pensó, desconcertado.
El Houndoom también estaba sorprendido de que no le afectara, pero dejó la sorpresa de lado rápidamente para volver a atacarlo, esta vez con sus colmillos. Holly intentó usar Voz cautivadora, pero antes de conseguirlo, su contrincante lo derribó al suelo con el peso de sus fauces. Holly exclamó por el dolor, pero entonces recordó lo que Brainy le había dicho. Tenía que pelear, tenía que vencer. Dejó de intentar quitarse al Houndoom de encima para apresar su cabeza. Entonces tomó una de sus orejas, la levantó y le gritó con todas sus fuerzas usando Voz cautivadora. El Houndoom intentó zafarse, pero esta vez fue Holly quien se le lanzó encima. Con una mano mantuvo su mandíbula arriba, mientras que con la otra lo apresó para acercarse a su cuello y darle un Beso drenaje, que usó la energía vital del Houndoom para sanar la herida de la mordida que había recibido Holly. El jefe de la pandilla se libró con una pata, y de inmediato intentó arrojarle otro Ascuas, pero nuevamente a Holly no le hizo ni un rasguño. Al contrario, sanó aun más la herida de la mordida en su hombro.
—¡¿Pero qué es eso?!— alegó el Houndoom.
Holly sonrió.
—¿Te gusta? Adivino que los ataques de fuego tampoco te afectan— le espetó Holly, y se imaginó que dio en el blanco, puesto que la cara del Houndoom se desfiguró en más sorpresa.
—¡¿Cómo lo...
Pero Holly no tenía ni tiempo ni ganas de explicarle que su habilidad le permitía copiar la habilidad de otros pokemon. Más encima conocía esa habilidad en particular, absorber fuego, porque había luchado muchas veces con un pokemon que la tenía: Mikeas.
Antes de darle tiempo de recuperarse al jefe, Holly le mandó Hojas mágicas a la cara para cegarlo por momentos. El Houndoom intentó quemarlas con Ascuas, pero las chispas que saltaron a Holly no le afectaron en lo más mínimo. De esa manera ganó el tiempo necesario para acercarse a su adversario y chuparle más vida con otro Beso drenaje. El Houndoom advirtió lo que hacía, y en vez de alejarse, le dio un Mordisco en la cabeza. Sin embargo, Holly no se alejó. Se mantuvo firme para darle otro Beso drenaje.
Podía no ser tan fuerte como él, pero durante la batalla había estado sanándose constantemente, mientras que el Houndoom había ido perdiendo y perdiendo energía. En ese momento se encontraba en sus límites, no pudo hacer más que soltar a Holly y caer desfallecido.
—Me... me rindo— gruñó.
Holly suspiró, aliviado. Se fijó en su enemigo, tirado en el suelo, herido y agotado. No sabía por cuánto tiempo habría podido enfrentarlo, en cierto sentido se sentía agradecido de que hubiera tomado la cortesía de rendirse.
Entonces, Brainy se les acercó.
—¡Bien hecho, Holly! ¡Lo conseguiste!— exclamó.
Holly se sorprendió un poco al verla. Luego miró hacia atrás, esperándose un puñado de enemigos que estarían tras ella, pero nada. Todos los pokemon que los habían perseguido estaban tirados en el suelo, en una pila. Luego regresó su vista hacia Brainy, pero esta ni siquiera se había despeinado. Era impresionante.
—Tú... tú eres fuerte— le espetó Holly.
—Oh, me harás sonrojar.
—¡No, no!— pero entonces comprendió que le estaba tomando el pelo— ¡Lo digo en serio! Pero, si eres tan fuerte ¿Por qué huimos?
—¿Mmm? Ya te dije, porque esta era tu pelea— le espetó ella. Luego miró al Houndoom— si lo liquidas, podrás vivir tranquilo. Ninguno de sus sucesores pensará en meterse contigo a partir de ahora.
Esto lo alarmó.
—¡¿Liquidarlo?! ¿Te refieres a matarlo?
—Sí— contestó, como si no fuera nada importante— pero si lo dejas vivo, podría venir a vengarse.
Holly miró al jefe. Este lo miraba hacia arriba, su ceño fruncido, su cara endurecida, como si hubiera aceptado su destino.
—¡No! ¡¿De qué hablas?! ¡No voy a matar a nadie!— alegó Holly.
—Pero ellos estuvieron a punto de matarte a ti— le espetó Brainy.
Entonces Holly se giró hacia ella, desconcertado, y por su cara comprendió que no le había contado todo lo sucedido la noche anterior.
—Tú... ¿Qué viste, Brainy?— alegó Holly, aunque ya adivinaba la respuesta— ¿Qué pasó anoche, realmente?
Brainy sonrió, misteriosa.
—Ya te dije, te encontré malherido— contestó— después de encargarme de los Houndour que querían matarte, claro. Esa parte la omití antes.
El Houndoom se acomodó en el suelo.
—Si sirve de consuelo, solo pretendía darte un susto, Kirlia— le espetó— quizás... quizás nos sobrepasamos.
—Eso dices ahora, que tu destino está en sus manos— le espetó Brainy.
El Houndoom agachó la cabeza.
—Admito que suena como una mentira, pero es la verdad. Al menos... al menos como aclaración antes de mi muerte.
Holly se llevó una mano a la cabeza, hastiado.
—¡Nadie te va a matar, estúpido bobalicón!— exclamó.
Esto lo sorprendió. Brainy arqueó una ceja, interesada. Holly se cruzó de brazos.
—Es tal y como decía Brainy, probé que puedo vencerte. Eso me parece suficiente para que tú y tu pandilla me dejen en paz ¿Bien? Además, piensa ¿Cómo llegamos aquí? ¡Por un simple helado desparramado! ¡Por ese helado terminamos los dos malheridos, a punto de morir! ¿Eso es lo que quieres? ¡Por Arceus, te compro otro, del sabor que quieras! Yo no tengo dinero, pero... puedo conseguir.
Entonces regresó la mirada hacia el Houndoom, y advirtió que este lo había estado mirando incrédulo por un buen rato.
—¿Qué?— alegó.
—¿Me... ¿Me perdonarás la vida?
Holly apretó los labios, harto de todo eso.
—¡¿No escuchaste nada de lo que dije?!
—Lo siento, lo siento, es solo que no me lo esperaba...— alegó el jefe, y luego agregó— ¿Y me vas a comprar otro helado?
—¡Sí! Sí... si eso es suficiente para hacer las paces, entonces sí.
Entonces, para su sorpresa, el Houndoom esbozó un puchero.
—¡¿Qué?!
—Es que...— sollozó— con los muchachos recolectamos monedas por tres meses para tener suficiente dinero para comprar helados para todos. No sabes la frustración que sentimos cuando el mío se cayó, fue como si todo nuestro esfuerzo hubiera sido en vano... ¡Y ahora me ofreces otro!
Sin poder aguantarlo más, se largó a llorar. Sus lágrimas se evaporaban en cuanto tocaban el aire, dado que venían súper calientes.
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Así, Holly y los Houndour hicieron las pases, y el Kirlia prometió comprarle un helado al jefe otro día que pudieran relajarse. Felices, los pokemon siniestro se retiraron a sus guaridas. Brainy y Holly los despidieron, y se quedaron solos.
—Bueno, eso no me lo esperaba— indicó la Gardevoir— eres todo un diplomático, Holly ¡Eres tremendo!
Holly se pasó una mano por la cabeza, sonrojado. Aunque la hubiera rechazado, Brainy seguía siendo muy atractiva.
—Te... te debo las gracias— le espetó él.
—¿Mmm?
—Gracias por dejarme pelear con el jefe. Nunca se me ocurrió que... que podríamos hacer las pases. Fue todo gracias a ti. Ese fue tu plan desde el principio ¿No? Sabías que terminaría así. Todo eso de matarlo solo fue para empujarme en la dirección correcta ¿Verdad?
Brainy se rascó la cabeza, extrañada.
—Woah, chico. Soy inteligente, pero no adivina. Nunca pensé que se harían amigos.
—¿Eh?
Briany se encogió de hombros.
—A veces hay pokemon o personas que te molestan hasta que haces algo ¿No crees? Digo, es una lata, pero a veces hay que... cortar unas cuantas cabezas.
Holly no podía creer lo que oía.
—¿Tú...— quiso saber— ¿Tú pensabas matarlo?
—Oh, sí. Definitivamente.
—¡Pero Brainy!
—¿Qué?
—¡¿Qué diría tu entrenador?!— alegó Holly.
—El me enseñó— se defendió ella.
Así que era un pokemon súper poderoso y sin remordimientos sobre matar a la gente. Genial. Holly comenzaba a pensar que había tomado la decisión correcta al no ir con ella.
—Bueno, no tienes por qué meter el dedo en la llaga— alegó ella.
Entonces Holly se giró hacia ella, extrañado.
—¿Qué?
Brainy pareció sorprendida.
—¿Eh? ¿No dijiste eso último?
—¿Decir qué?
Brainy hizo como que ocultaba la mirada.
—Oh, vaya. Esto es algo incómodo.
A Holly le tomó un momento darse cuenta de lo que había pasado: Brainy había reaccionado a algo que él había pensado. Eso le recordó un momento mientras escapaban, cuando escuchó su voz dentro de su cabeza. Entonces se dio cuenta de lo que ocurría.
—¡¿Puedes leer la mente?!— exclamó en sus pensamientos.
Brainy esbozó una sonrisa culpable.
—Lo siento— dijo ella, dentro de la cabeza de Holly —no pretendía que te enteraras, a veces lo hago sin querer.
Holly se llevó una mano a la cabeza, desconcertado. Le tomó un segundo procesar esa habilidad y lo que implicaba. Entonces se dio cuenta que todos sus pensamientos, desde la noche anterior hasta ese momento, habían estado expuestos a Brainy.
—¡Está bien, en serio! ¡Es normal para un chico de tu edad!— le aseguró ella.
—¡Oh, por Arceus! ¡¿Leíste todos mis pensamientos?!
—Más bien es como escucharlos— se justificó ella— se podría decir que sí, más o menos.
Holly se llevó ambas manos a la boca, desconcertado. Recordó la enorme cantidad de pensamientos lascivos de la noche anterior, como fijarse en sus curvas y meterse debajo de su vestido.
—¡¿Y todas las cosas penosas que me imaginé?!
—¡Te dije que es normal! ¡Lo siento, no quería meterme en tu mente!
—¡No puede ser! ¡Qué vergüenza!— alegó él.
Pero entonces, para su sorpresa, Brainy se acercó a él y lo envolvió en un abrazo para calmarlo.
—Si te sirve de consuelo, tienes una de las mentes más lindas que he visto— le aseguró— todos tienen lívido, todos tienen deseos, pero muy pocos tienen tu valor y tu compasión.
Ambos se quedaron así un momento, en silencio, abrazados. Holly sintió que eso estaba bien.
—¿Sigues leyendo mis pensamientos?— le preguntó, pero no obtuvo respuesta.
—¿Sigues leyendo mis pensamientos?— preguntó usando su voz.
—Oh, no. Como te decía, puedo desactivarlo cuanto quiera. Solo es en casos que requieren mucha concentración cuando lo dejo de lado... o cuando me descuido.
—Oh. Eso está bien.
Se preguntó si, de evolucionar a un Gardevoir, él también tendría esa habilidad. Parecía más una maldición que una fortaleza, pero al menos no tendría que preocuparse del tema, puesto que él sería un Gallade, y nada en el mundo lo iba a detener.
Ambos se dirigieron al final del bosque, junto al camino. A esa hora del día no pasaba nadie, ni un alma. En una dirección estaba el pueblo, por la otra se iba Brainy.
—¿Estás seguro de que no quieres venir conmigo?— insistió —Todo lo que dije sigue en pie
Holly se sonrojó, pero hizo lo posible por mantener su cabeza libre de pensamientos obscenos, ahora que sabía que Brainy podía ver lo que pasaba adentro.
—Gracias, pero tengo una chica a la que amo, y más encima tengo una promesa que cumplir— le recordó.
—Ah, sí, ese Houndoom— Brainy sonrió, satisfecha— Y hablando de esa Haunter, Priscilla, dijiste que le habías dicho lo que sientes ¿Verdad?
Holly asintió, algo apesadumbrado al recordar que había sido rechazado.
—Descuida, estoy segura que ella terminará enamorándose de ti tarde o temprano— le espetó Brainy.
—¡Oye, aléjate de mi cabeza!— alegó Holly.
Pero Brainy rio entre dientes.
—Oh, no te he leído la mente desde hace un buen rato. Pero no hace falta cuando pones esa cara.
Holly se puso rojo por enésima vez.
—Dime— le pidió Brainy— si no es conmigo ¿Escaparías con ella?
Holly levantó la mirada, extrañado. Luego abrió bien los ojos con sorpresa. Nunca se había planteado esa posibilidad.
—Por como describiste a tu entrenadora y a tu vida, me parece lo mejor, o por lo menos lo que yo haría en tu lugar— se explicó Brainy— entiendo que le tengas miedo a vivir solo, pero con un poco de práctica, y robando por aquí y por allá, se consigue bastante ¿Sabes? A veces pasas frío y hambre, pero otras veces puedes disfrutar de la vida con toda facilidad. En fin, no necesitas responder, solo era una idea loca.
—Ah... sí— contestó confundido.
Brainy sonrió.
—Bueno, rechazada dos veces por el mismo pokemon. Creo que me iré a llorar por allá— señaló al camino que la alejaba del pueblo, sonriente— hasta la vista, Holly. Pase lo que pase, te deseo lo mejor.
—Sí, y yo a ti— contestó él.
Seguidamente Brainy se agachó sobre él, tomó su mentón entre sus dedos y le dio un beso en la mejilla. Holly volvió a sonrojarse.
—Recuerda, no temas enfrentar tus obstáculos. Porque definitivamente puedes hacerlo— le aseguró ella, mientras se alejaba.
Holly se llevó una mano a la mejilla, mudo de la sorpresa. Entonces comprendió que Brainy se iba, y alzó una mano para despedirla. A pesar de todo, había sido una buena amiga.
Luego de que su imagen se perdiera por la cima de la loma, el Kirlia se dio la vuelta para volver al pueblo, pero con una nueva duda latente: si se daba la situación ¿Escaparía con Priscilla?
Ni siquiera él estaba seguro.
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