Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

T2: Presa y Cazador.

La noche había caído, y las luces del Asentamiento habían sido de una en una, encendidas por todo habitante del lugar, haciendo que no haya tanta oscuridad como un par de minutos atrás; mientras el gigantesco astro se eleva por los nocturnos cielos, dentro de la mansión, Edward parecía algo inquieto, como si supiera de que algo anduviera mal. Daba una y otra vuelta de esquina a esquina en el despacho de Isaac, su amigo al verlo de esta manera tuvo que preguntar, por curiosidad e igual porque se estaba hartando de no escuchar los pasos sin cesar del contrario.

—Edward, amigo mío, ¿te pasa algo? Te noto intranquilo— Dijo Isaac, mirando a Edward con un poco de seriedad y algo molesto.

Edward se detuvo al escucharlo, para voltear a verlo confundido como si no hubiera entendido lo que le decía, esto irritó un poco a Isaac, sin embargo no iba a ser necesario volver a repetir lo que pregunto. Pues el murciélago de color azul pareció haber captado el mensaje segundos después.

—...La verdad es que no Isaac, no se porque. Pero algo me dice que hay algo ahí afuera, esperando a que bajemos la guardia, para que tome su oportunidad de atacar, cuando menos nos lo esperemos. Es eso lo que me pasa— Dijo el  murciélago, suspirando un poco y tomando asiento en un sofá a su derecha.

—Ya veo, de todas formas no hay nada de que preocuparse, tenemos todo bajo control en caso de un hipotético ataque. Tu intranquilidad esta de mas ahora mismo— Dijo Isaac, mientras su amigo continuaba nervioso.

Sin embargo lejos de que se calme, Edward hizo una mueca de disgusto ante las palabras de su colega, pues este ultimo parecía demasiado tranquilo, sin duda algo no lo dejaba estar en paz y conforme avanzaba el tiempo, ese sentimiento en el azulado murciélago persistía. 

Y sin poder hallar tranquilidad, este ultimo acudió con Karu, para contarle sobre como el se sentía en esos momentos. Por su lado el vessel se encontraba en su cuarto cuidando de las niñas y también de su mascota, Fred, viendo como el Tik Tik parecía querer escapar de ese dúo tan empalagoso y travieso, pues solo se la pasaban mordiendo su cola además de darle un sin fin de abrazos.

Incluso el pequeño Fred buscaba la seguridad entre las piernas de su dueño, este ultimo se divertía viendo la cómica escena entre estos tres, antes de escuchar como alguien llamaba a su puerta, por lo cual se puso de pie. Mientras Anya y Andrea acorralaban a Fred para darle mas abrazos y mordiscos juguetones. Al abrir la puerta se llevo una sorpresa al ver a Edward de pie del otro lado, con un semblante y nerviosismo poco antes visto en él.

¿Edward? ¿Qué haces aquí, no se supone que deberías estar con Isaac?— Pregunto Karu con algo de sorpresa mientras dejaba pasar al murciélago  a su habitación

—Me disculpo por la hora Karu, pero no he podido de estar intranquilo, no sé porque pero siento que algo no anda bien. Llámame paranoico si quieres, es solo que no puedo dejar de pensar en que pronto vamos a ser atacados...— Dijo Edward mientras no paraba de frotarse las manos constantemente.

Al vessel esto se le hizo muy extraño, así que cerro la puerta para poder escuchar con atención a su amigo, y de paso saber que era lo que pasaba; obviamente este no era el murciélago sereno y tranquilo que él conocía. Tras haber cerrado la puerta, le ofreció una silla para sentarse, mientras él agarraba otra y tomaba asiento; esperando escuchar que le pasaba por la cabeza a su amigo. 

¿Y bien, piensas decirme que es lo que ocurre?— El vessel puso toda su atención sobre él, dejando de lado los chillidos de auxilio de su mascota, que no podía con ambas empalagosas niñas.

—...Es eso de lo que quería hablar contigo, no se porque; pero desde hace un rato llevo sintiendo un raro presentimiento de que algo malo va a ocurrir en cualquier momento.

Edward se rasco la nuca, mientras se sacaba los lentes para limpiarlos, dejando ver sus ojos lechosos; claro indicador de que sin estos no puede ver casi nada. Su respuesta, lejos de hacer sentir a Karu tranquilo, solo lo hizo sentirse raro. Si algo ponía nervioso a Edward, era ya de por si motivo de alarmarse; pero ahora que este ultimo no supiera lo que tenia, era para dar la alarma; al menos en el parecer del vessel.

—¿Ha habido algo que te haya puesto así últimamente? Ya que conociendo como eres, dudo mucho que esto solo te pase porque si.— Karu se cruzo de brazos mirando al contrario con atención y curiosidad.

—...Si te soy sincero, he de creer que se debe a los cazadores. 

—¿Los cazadores? Se supone que ellos no saben en donde queda este lugar, no creo que tengas mucho de que preocuparte; mas aun con todas las defensas que hay alrededor, cuidando de que nada entre u salga. A excepción de murciélagos claro.

—No son as defensas lo que me preocupa; me preocupo por el bienestar de todos. Pero aun así presiento que si algo u alguien trae a los cazadores a nuestro hogar; podremos ser echados de alguna forma de este santuario que con mucho esfuerzo hemos construido; un incendio, o algún método para hacernos salir como cochinillas asustadas. Y seremos historia....— Tras sus palabras, Edward se mostro agitado ante el sin fin de ideas que se le cruzaban por la mente.

Sin embargo, viendo como Karu se le quedaba viendo extrañado por su comportamiento, él se relajo suspirando, a la par que se arreglaba su pelaje azulado, en un intento por calmar sus nervios. 

—...Pero bueno, creo que quizás estuviera exagerando un poco; aun así creo que deberíamos tener los ojos y oídos bien atentos a lo que sea. Ya sabes, por si las dudas— Dijo Edward quien ya se veía un poco mejor, sin embargo esto no convencía del todo a Karu.

Mejor trata de no pensar en eso; si algo llega a suceder, ten por seguro que voy a ayudar en todo lo que pueda. Ahora ve a descansar, lo necesitas. Yo también iré a dormir e igual las niñas.— Con semblante reconfortante para el murciélago, Karu le dio algo de calma, cosa con la que el contrario, se sintió agradecido. 

Tras un breve y rápido intercambio de palabras, los dos se despidieron para irse a dormir; sin que supieran que pronto, las cosas iban a ponerse muy feas.....

[Por otro lado, en alguna parte]


Mavis, Jeffrey, y compañía llegaron a su lugar de destino, un gran y espacioso terreno con muchas carpas alzadas, en donde habían diversos tipos de bichos e insectos; ya fuera dentro o fuera de celdas o carpas. Todos al ver a los recién llegados, se acercaron para poner alto a lo que fuera que estuviesen haciendo. Pues según ordenes de sus superiores; esa noche no estaban esperando a nadie. Y mucho menos a una mantis.

—¿¡Qué significa todo esto?! ¿¡En que andan pensando al traer a una mantis hasta el campamento sin siquiera tenerla amarrada?!— Pregunto un bicho de manera agresiva, empujando a varios insectos de su camino, llegando hasta donde estaba el grupo de los recién llegados. 

Este era un bicho con una apariencia vanidosa, vistiendo con prendas sumamente caras y costosas, al mismo tiempo que tenía un look alzado y superior a todos los que estaban a su alrededor; la mantis lo miro de arriba hacia abajo sin decir ninguna palabra pues lo estaba estudiando con su mirada.

—Jefe, se que esto puede sonar extraño o poco creíble pero en serio que tenemos un buen motivo para traer a una mantis hasta acá--...— Antes de poder continuar el bicho de vestimenta sumamente ostentosa lo detuvo ahí.

 —¿A si? Porque me muero de ganas de saberlo, ¡idiota!— Le grito no sin antes darle un fuerte golpe.

Una vez su ira fue desquitada con la cara de este pobre diablo, el bicho dirigió su mirada hacia Mavis y Jeffrey, notando que ambos tenían una apariencia llamativa y muy rara; empezando por el mosquito/mosca ya que este es un mestizo. Y suelen pagar mucho por uno de estos, y ya con la mantis, porque esta última tenía algo que era hipnotizante, ya fuera su brava y amenazante apariencia o el hecho de tener unos color amarillos/anaranjados; cuyo brillo era muy extravagante y curioso en más de un sentido.

—Hmmmm...¿Y bien? Aún estoy esperando mi respuesta...— Ordeno este bicho, viendo a la mantis con sumo interés.

—B-Bueno, es que ella...le hizo esto a uno de nuestros hombres señor...— Uno de los insectos que custodiaban a Mavis y Jeffrey, se aparto dejando ver algo horroroso, horrible y para muchos cruel.

El bicho que previamente Mavis había matado y luego resucitado con algo de infección, estaba atado de pies y manos, amordazado y echado en una carreta debido a que ataco a varios de sus ex-colegas de forma brutal y salvaje. Prueba de ello, eran varios bichos e insectos con vendajes repartidos a lo largo de todo su cuerpo; algunos de ellos fueron mordidos en brazos, manos, piernas o pies. Y otros más tenían feos rasguños adornando su cuerpo entero. 

—¿Cuántos necesitaron para dejarlo amarrado?— El bicho con vestimenta vanidosa se acerco con cautela hacia el amarrado.

Siendo tomado por sorpresa cuando este comenzó a retorcerse violentamente ni bien apenas lo vio, casi como si intentara llegar hasta a él. Por lo cual asustado se aparto de un salto; mientras varios bichos le apuntaron con ballestas y todo tipo de armas, aunque manteniendo su distancia.

—Nos costo mucho dejarlo así, era como un animal salvaje pero mil veces peor, así que mejor mantenga su distancia de él...— Dio testimonio uno de los guardias, teniendo un vendaje en un costado. 

—...¿Ella fue quien le hizo esto?— Preguntó a lo cual todos dijeron "Sí" asintiendo con sus cabezas.

Mavis que hasta ahora se mantuvo callada y raramente tranquila, veía hacia todos lados, con curiosidad como una niña pequeña familiarizandose con el lugar incluso a pesar de ahora ser el centro de atención; dejando de lado a su acompañante, este bicho solo pudo ver en la mantis una oportunidad de hacer mas Geo del que ya tenía. Y no se le ocurrió mejor idea que la de querer encerrar a Mavis para exhibirla como alguien que podía revivir a los muertos. Sin duda su mente avariciosa creyó que esto era algo bueno...

—¡Muy bien bola de haraganes, encierren a la mantis junto con estos dos en alguna celda porque no tengo todo el día!— El bicho dio esta orden, y al principio con dudas todos, a excepción de los guardias que llegaron con ella se fueron acercando.

—De hecho señor, me gustaría ir con su jefe de usted personalmente a hablar— Dijo Mavis saliendo de su silencio de ultratumba.

—¡Ja! ¿Y como sabes qué no lo estás viendo ya eh mantis?— El bicho se dio media vuelta para ver a la mantis, con una sonrisa de superioridad y arrogancia.

—Porque hasta yo se reconocer a los lamebotas de su propio jefe— Respondió Mavis echándose a reír poco después.

La respuesta fue un duro golpe bajo para el bicho, tanto así que tuvo que detener a sus hombres antes de que estos pudieran apresar a la mantis. No dejaría pasar esta burla a su ego y su orgullo sin darle un castigo a la mantis.

—Con que tenemos una bromista aquí eh...pues déjame decirte mantis; que yo no le tengo miedo a tu estúpida especie de salvajes en taparrabos.

—Y aún así tenemos mejor sentido de la moda que la mayoría de ustedes. Solo mírate, pareces el bufón de alguien vestido de esa forma— Se siguió burlando Mavis, con lo cual provoco que no faltaran las risas de algunos de los presentes.

Aunque estas risas no duraron mucho, al ver como el aparente "jefe" se ponía rojo del coraje y enojo que sentía de ser el blanco de burlas para la mantis. Y para varios de sus subordinados.

—¡Atrevida y vulgar salvaje! ¿¡Cómo te atreves?!— El bicho se acerco a Mavis exaltado del enojo y molestia.

—No, ¿Cómo te atreves tú a salir vestido así, no ves que nos distraes a todos con ese atuendo tan estúpido?—

La furia del bicho aumento a tal grado que desenvaino su espada que tenía en uno de sus costados, amenazando a la mantis con esta, causando una reacción más de burla en Mavis; quien seguía provocándolo con comentarios hirientes y burlones de todo tipo, sin que este sospeche nada, pues conforme se acercaba a ella diciéndole de hasta que iba a morirse. Detrás de su espalda ella preparaba sus afiladas garras para el momento oportuno de atacar; justo cuando este bicho se abalanzo hacia ella. Mavis lo atrapo en el aire mientras lo desarmaba rápidamente para la sorpresa de todos, acto seguido lo estampo contra el piso de forma agresiva y brusca. Justo cuando ella levantaba su garra para matarlo, vio a su alrededor, viendo como nadie parecía querer ayudarlo,  incluso el propio Jeffrey lucia confundido ante esta falta de apoyo de sus subordinados.

 —¿¡Qué hacen ahí parados?! ¡Ayúdenme maldita sea!— El bicho grito desde el piso, incapaz de zafarse por su cuenta de la garra de Mavis.

A pesar de su constante petición de ayuda, nadie parecía querer arriesgar su pellejo por alguien tan odioso y molesto como él, lo cual Mavis aprovecho para burlarse nuevamente de él, lista para dar el golpe final. 

—Mira que tierno, pidiendo ayuda y nadie corre a tu rescate. Que patético...— Dijo Mavis mientras bajaba su garra rápidamente.

El bicho cerro sus ojos mientras gritaba del miedo que sentía de que ya iba a morir ahí mismo, sin embargo al cabo de unos segundos abrió sus encontrando la sorpresa de la mantis clavo su garra a un costado de su cabeza, solo por unos cuantos centímetros; todo este tiempo ella no quiso matarlo sino dejarlo en evidencia de que no era el mandamás del lugar. Tanto así que al ponerse de pie fue ella quien lo amenazaba colocando el filo de uno de sus sables cerca de su rostro.  

—Bien, ahora que he dejado en evidencia que solo eres un lacayo más, vas a llevarme con tu líder. Y después de eso; todos vamos a tener un trago de la mejor bebida que tengas, ¿Que le parece eso eh— Dijo Mavis a lo cual, bajo su arma una vez dejo en claro que no iba a haber manera en la cual pudiera cambiar de opinión.

Tras esto, el resto de bichos se apartaron del camino de Mavis, al verla caminar hacia una dirección, mientras todas las miradas se fijaban en ella con diversas expresiones. A lo lejos, encerrado en una jaula un escorpión que había visto todo el espectáculo desde las sombras, fruncia el ceño mientras observaba a la mantis dirigirse como la ama del lugar, hacia el 1er carruaje más cercano. Sabiendo que esto no podía ser nada bueno; este escorpión decidió tomar una la oportunidad, para llevar a cabo, el escape que desde hacia meses llevaba esperando. 

Mientras los guardias estaban distraídos, este aprovecho para sacar su cola por un pequeño orificio bajo la tierra que había hecho, y cuidadosamente de no ser visto con la punta de su cola comenzó a forzar la cerradura hasta que esta cedió, y tras un ruido seco de metal siendo destrozado, abrió su celda para pasar a formar parte de la oscuridad. Pasando desapercibido por la mayoría de guardias que aun seguían hablando del tema, sin prestarle demasiada atención al hecho de que uno de sus "productos" se libero y andaba libre por el campamento entre las sombras. Al final, este llego a su 1er parada, una gran carpa en donde guardaban las pertenencias robadas de todos los bichos exóticos a los que ellos esclavizan. 

Rebusco por todo el lugar, hasta finalmente hallar sus pertenencias, tomando las de regreso, y ya con estas salir de ahí, antes de que alguien suene la alarma. Entre confusión y la reciente distracción, salió de ese lugar sin ser avistado por nadie. Consiguiendo así, su tan anhelada libertad.

El escorpión ya con la luz de la luna, miro hacia atrás una ultima vez, asegurándose de que nadie lo haya visto; para después desaparecer en la oscuridad del bosque entre frondosos arbustos, y altos robles. Sin rumbo fijo todavía, pero el destino se encargaría de ponerlo en el lugar indicado y a la hora indicada en su debido tiempo. 

[De regreso en la mansión]

[Ya a media noche]

La tranquilidad de la noche se reflejaba por como la luna se abría paso a través de las copas de los árboles, y también por como iluminaba gran parte del pantano. A pesar de como estaba la noche, para Karu las cosas no eran del todo pacíficas pues de nuevo, estaba teniendo un sin fin de pesadillas. Colgado del techo, en donde dormía como murciélago, este tenia espasmos entre pesadillas, siendo acosado ante una oleada de recuerdos y sueños poco agradables; rostros y figuras que lo acechaban en sus sueños, voces y ecos lejanos de odio, vergüenza, repudio, desanimo, etc. Emociones negativas en su mayoría, al final el vessel se encontraba en un escenario que el conocía bastante bien, el momento en donde fue arrojado hacia al vacío, este  trataba de escalar por una empinada y áspera pared, aferrado con todas sus fuerzas, él trataba de subir sin éxito.

Al borde de la pared, en una plataforma se encontraba aquella silueta blanca a la que tanto resentimiento, miedo y odio le tenía guardado. Pero ahora, aferrado a no caerse, por algún motivo Karu esperaba fielmente a creer que este ultimo le salvaría de soltarse y acabar en las tinieblas del abismo profundo y oscuro que no parecía tener fin.  

Por más que se esforzaba por articular una palabra, nada salía de su boca, es más, ni se había dado cuenta que regreso a ser un indefenso y asustado niño, con un profundo desanimo, desilusión y decepción, el ser pálido lo miraba negando con la cabeza. Antes de dar media vuelta, y dejar que Karu pierda sus fuerzas de agarrarse, comenzando a sentir un gran miedo ante la idea de haber sido abandonado otra vez. Justo cuando ya no pudo mas, una mano le sujeto antes de que pueda seguir cayendo, al mirar hacia arriba, el vessel noto unos ojos rojos carmesí mirándolo fijamente, y la mano que lo sujetaba tenía unas afiladas garras.

Una sonrisa tenebrosa, adornaba su rostro, y un vapor carmesí salía de su boca, Karu no entendía que estaba pasando, solo sabia que su miedo incremento al ver ese tenebroso rostro entre la espesa niebla que de la nada se formo a su alrededor. La aterradora figura extendió su otra mano. Queriendo ayudar a subir al vessel, pero este dudoso no la aceptaba; sin saber muy bien si era buena idea o no aceptar su mano. Sin embargo, por temor a que iba a caer al oscuro, y profundo vacío sin fin aparente.  Empezó a extender su mano para sujetarse y subir, pero justo cuando estaba a unos pocos centímetros de agarrar su mano, fue sorprendido por un fuerte estallido fuera de sus sueños.

Karu despertó de golpe, mientras sentía como el techo temblaba todavía después de ese poderoso estallido, bajo del techo de un salto, sujetando a las niñas a él, mientras estás se hallaban asustadas y llorando tras la potencia de la explosión. Al asomarse por su ventana, miro para su asombro y temor, que los habían encontrado los cazadores. Afuera, muchos eran tomados como rehenes, otros más eran asesinados sin ningún tipo de piedad. Viendo esto, la vasija se apresuro a ir por su aguijón y hacerle frente a la situación. Justo después de eso, Edward entro histérico a la habitación, aun vestido con su ropa que usaba para dormir. 

—¡Karu! ¿¡Están bien?!— Pregunto el murciélago azulado, mientras entraba al cuaro en bata y apurado.

—"¡Sí, pero necesito ir allá afuera, y detener lo que esta pasando! Quédate aquí y cuida de las niñas, mientras yo me encargo de la situación"— Dijo el vessel entregándole a las niñas a Edward y saliendo apurado del cuarto.

—¡Ten cuidado chico, no sabes de lo que son capaces los cazadores!— Grito Edward, desde el pasillo, viendo desaparecer a Karu por una de las esquinas del pasillo.

—"Ni ellos saben de que soy capaz..."— Dijo Karu en voz baja y en tono amenazante antes de salir de la mansión

Dentro de la mansión, sirvientes y todo el mundo se apuraba para esconder cosas de valor, niños, murciélagos viejos y a los enfermos. Karu aparto a todo el mundo de su camino, y se acerco a la puerta de salida, la cual ya habían hecho barricada para que nadie salga o entre.

Pero esto no detuvo al vessel, que haciendo uso de lo que había aprendido durante las ultimas semanas. Se hizo aparecer en el patio exterior, listo para defender el lugar, mientras más y más murciélagos corrían a refugiarse en el interior de la mansión, teniendo que entrar por otros lados al ver la puerta principal cerrada. En el patio exterior, varios eran alcanzados por los cazadores, por lo cual Karu se apresuro a llegar hasta ellos. Ayudando a un padre y sus hijos a entrar, mientras los protegía de unos cazadores. 

Al ver la osadía del vessel, de entrometerse en los asuntos que no le interesan, estos se lanzaron a atacarlo; con reflejos y velocidad Karu eludía sus ataques, bloqueando otros, y haciendo devastadores contraataques. Hiriendo de gravedad a unos, y matando a los restantes, pero a pesar de sus esfuerzos. Estos no eran los únicos cazadores dispersados por toda la comunidad. 

Así que corrió hacia el centro de la comunidad, donde de seguro habrían más murciélagos en problemas. El caos se esparció tan rápido por todos lados, que entre incendios y humo, era muy difícil diferenciar que estaba ocurriendo. Aunque al atravesar una cortina de humo. Del otro lado, Karu vio como un grupo de cazadores tenia a varios murciélagos encerrados en unas grandes jaulas montadas sobre unos carruajes. En donde estaban subiendo a grandes y chicos por igual, sin importar su sexo. De un gran salto, la vasija cayo encima de uno de los cazadores. 

Matándolo en el acto al clavar su aguijón en su cabeza, al retirar su arma, todos se le echaron encima para asesinarlo; pero con uso de sus nuevos poderes de llama escarlata, y su gran habilidad para el combate, Karu fue capaz de repeler los continuos ataques, que no cesaban de llegar de todas direcciones. Claro que ante el uso constante de sus poderes, eventualmente se le terminaron las llamas. Así que tuvo que continuar luchando de la manera tradicional; con su aguijón y sus propias manos. Cuando el ultimo de los cazadores cayo, este se apresuro a liberar a todos los murciélagos de las jaulas e indicarles por donde ir.

—"¡Rápido, busquen refugio o diríjanse a la mansión!"— Tras la ayuda, Karu se percato de que a pesar de sus intentos. Seguían habiendo más cazadores esparcidos por ahí.

Por lo cual de nuevo tuvo que socorrer a tantos como podía, siendo incapaz de ayudarlos a todos a la vez, aunque esta sería una de las pocas preocupaciones de la noche del vessel, pues mientras él se encontraba lejos de la mansión, un nuevo grupo de cazadores derribaron las puertas del exterior, entrando al jardín interior de la parte delantera de la mansión. Asi que, sin alguien que los defendiera, ahora tocaba el turno de Alison para defender a los suyos. Pese a los deseos de su padre.

—¡NO PIENSO QUEDARME AQUI ESCONDIDA A DEJAR QUE SE LLEVEN A NUESTRA GENTE!— Le grito a su padre, completamente furiosa e iracunda por esconderse cobardemente.

—¿¡Acaso no lo entiendes?! ¡Tú sola no puedes hacerle frente a todos esos cazadores, te capturarían o peor aun, te matarían! ¡Y yo no estoy dispuesto a ver a mi hija sufrir!— Exclamo, tratando de detener a su hija.

Ambos estaban escondidos en una especie de sala segura, escondida dentro de la biblioteca y despacho de Isaac. Pero a pesar de sus intentos, su hija no lo escucho, y salió de su escondite para lidiar ella misma con la situación. Viendo de reojo a su padre por última vez, antes de cerrar la puerta y encerrar a su padre de nuevo, en su escondite. Ahora mismo su prioridad era la de asegurar el bienestar de todos los presentes y de los sirvientes y staff de la mansión. 

Dada la situación actual, su 1er parada fue a donde estaba Karu con las niñas, aunque al abrir la puerta se encontró con la sorpresa de ver a Edward tratando de tranquilizar a las niñas, y al pequeño Fred. El Tik Tik temblaba tanto del miedo, que del mismo se había orinado en la lujosa alfombra carmesí/escarlata del piso.

—¿¡Edward?! ¿Y Karu, en donde está?— Pregunto Alison alterada al no ver a la vasija por ningún lado.

—¡Fue a ayudar a todos los que no pudieron llegar a la mansión— Respondió el despeinado e intranquilo murciélago. Mientras arrullaba a las dos niñas.

Antes de que pueda decir algo más, el sonido del portón de la mansión cayendo, la hizo asomarse junto a Edward, por la ventana, viendo como un grupo de cazadores lograba entrar al patio interior, y ahora buscaban la manera de entrar por la fuerza. Impulsada por su deseo de no dejar que no le pase nada a nadie, Alison se apresuro a la salida del cuarto, no sin antes, girar y mirar al azulado murciélago.

—¡Rápido escóndanse en un lugar seguro, y no dejen que los vean!— Dijo Alison con firmeza, mientras cerraba la puerta, justo en la cara de Edward.

Incapaz de hacer mucho, a regañadientes Edward acepto; entrando al closet de Karu junto a su mascota del susodicho, y ambas pequeñas que aún no dejaban de llorar por todo el caos que sucedía en esos momentos. Alison bajo corriendo al piso de abajo, donde se encontró con más de un sirviente y murciélago ayudando a que nadie entre, sosteniendo firmemente la barricada en la puerta y ventanas que hicieron. Ante esto su única orden fue la de que todos corrieran a buscar un refugio donde esconderse, en lo que la pesadilla terminaba, de inmediato tras haber ordenado esto, sin dudarlo, todos comenzaron a correr por diferentes direcciones, cómo un hormiguero sin reina. 

Acto seguido, la murciélago se preparo para recibir a los inesperados visitantes, quienes ya estaban cada vez más cerca de derrumbar la barricada. Cerrando sus ojos, Alison preparaba un devastador ataque a los primeros cazadores que tuviesen la osadía de entrar por la puerta; tras golpear tres veces más, con el ariete que cargaban, las puertas y barricada cayeron, y como ya era de esperarse. Más de uno entraron de golpe, solo para ser recibidos, con un infierno de llamas escarlatas; que dejo a varios calcinados de golpe, y a otros gritando de dolor y una fuerte agonía por como estaban envueltos en llamas.

Viendo esto, algunos trataron de cubrirse con sus escudos o armas, sin embargo; la murciélago ya contaba con que hicieran esto, así que ella sin dudarlo, hizo caer sobre ellos una lluvia de fuego, o también invocando algunas columnas de fuego escarlata dónde algunos estuvieran pisando. Matando e hiriendo a muchos más en el proceso.

—¡Mierda, tenemos a una de fuego por aquí, los amuletos, rápido, pónganse los amuletos!— Grito un cazador al ver como varios de los suyos acabaron muertos por las poderosas llamas de Alison.

Dicho esto, se pusieron sus amuletos anti magia, y al momento de estar cerca de la presencia de Alison, sus poderes ya no funcionaron, por más que se esforzaba estos ya no salían. Gruñendo claramente molesta, tuvo que conformarse con usar sus garras, colmillos y armas de los que ya habían caído en combate; para continuar defendiendo ella sola la mansión. Que a pesar de que la mayoría se centraba a atacarla solo a ella, una minoría de cazadores se adentraron en la mansión, ante la imponente situación de la murciélago, que no pudo hacer nada por detener a esos pocos, de ir por los pasillos, y de subir al 2do piso, a buscar a más como ella.

Mientras Alison hacía lo que podía por defender la mansión, Karu por otra parte ya tenía su ropa, mascara, cuerpo, arma y manos, cubiertos en sangre, debido a que se empeño en defender todo el lugar, con agresividad y violencia. Pero al final el cansancio y fatiga de tanto combate ya era evidente. Incluso teniendo una que otra herida u corte en su cuerpo, debido a que todas sus fuerzas ya flaqueaban. Con un último golpe, acabo con la vida de otro cazador más, para este punto se suponía de que ya no deberían quedar muchos. Sin embargo, para su asombro, frustración y enojo. Los cazadores no parecían dispuestos a ceder con este ataque. Menos ahora, viendo que el vessel ya tenía problemas para mantenerse correctamente en pie. Ocupando de su aguijón para poder mantenerse en pie.

—("¿De dónde salen tantos de estos desgraciados? ¡Cada vez que creo que ya mate a muchos de ellos, salen aún más! ¿¡A cuantos más voy a tener que matar para poder parar esta locura?!")— Pensaba el vessel, mientras apretaba el mango de su aguijón con furia,  sin percatarse de que una ligera aura escarlata emanaba de él.

Antes de que otro grupo lo ataque, una voz profunda y gruesa los detuvo. Haciendo que se vayan de ahí, y lo dejen lidiar solo a la vasija. Este era nada más y menos que el enorme escarabajo, que sujetando su pesado mazo veía a Karu de pies a cabeza, examinando su postura, hasta su mirada y fuerzas.

—...Tengo que aceptarlo, creía que te habrían matado más rápido de lo que pensaba, pero he aquí, sigues de pie. Casi sin fuerzas, pero con un espíritu de lucha y valentía bastante inigualable chico. Me sorprendes, hacía mucho que no veía algo como esto...— Dijo el Escarabajo, en lo que colocaba su mazo sobre su hombro.

Karu se quedo en silencio, viéndolo fijamente, antes de tomar con firmeza su aguijón y apuntarlo hacia su siguiente reto. Ante tal acción, el escarabajo dejo salir una corta pero nada contagiosa risa de su boca. Tomando también su mazo con ambas manos; listo para tener una pelea entretenida contra la vasija.

—Je, esto va a ser divertido...

Listos para enfrentarse, uno contra él otro, ambos machos corrieron y saltaron en el aire para ver quien daría el 1er golpe. Por su lado, pese a llevar menos tiempo peleando, Alison empezó a sentirse cansada, su cuerpo le pedía un respiro, sin embargo no quería dejar de luchar. Viendo con impotencia como aquellos con la desdicha de ser encontrados eran llevados cautivos por los cazadores. Eran arrastrados o jalados fuera de la mansión, entre ellos para su horror y temor, pudo ver como Edward era jalado junto a las niñas, a pesar de que este luchaba porque no se las quiten, era golpeado y agredido por los cazadores.

Esto lleno de pánico a la joven murciélago que como pudo, se libro del ultimo cazador que estaba combatiendo. Sin embargo, antes de poder ayudar al murciélago o a las niñas, recibió un fuerte golpe detrás suya. Haciéndola caer al piso de boca, cuando intento levantarse, un pie se poso sobre su espalda. Impidiendo que pueda ayudar a Edward. Al ver de reojo de quien se trataba se dio cuenta de que se trataba; de la misma hormiga que estaba ayudando al escarabajo a lograr esta locura.

—¿Vas a algún lado?— Pregunto burlándose de la situación de Alison, la cual gruño de impotencia al ver que no le iba a permitir ayudar a Edward.

Siendo obligada a mirar como el murciélago era golpeado por los cazadores, pero ni con esto lograban quitarle a las niñas. Pese a la golpiza que recibía, este se mantenía aferrado a no dejar ir a las pequeñas. Cosa que desespero a más de uno. Así que uno de ellos se acerco por atrás del mayor, con un cuchillo listo para apuñalar a Edward.

—¡Edward, cuidado!— Exclamó Alison, sacudiéndose bajo la hormiga, que la pisaba con una fuerza sorprendente para su tamaño.

Justo antes de que el murciélago sea apuñalado, el menos esperado llego a su rescate. Ya que de la nada, desde las sombras, unas cuchillas mágicas, con un brillo pálido singular salieron a toda velocidad, clavándose en cabeza, pecho y cuello del cazador. Al mirar la dirección desde donde vino ese ataque, los cazadores y hasta la hormiga se sorprendió al ver a un joven y peludo Wyrm con su mano levantada, con 3 cuchillas similares saliendo desde la punta de sus dedos.

—Desearan no haber venido aquí...— Dijo Bell con tono sombrío y amenazante. Casi al mismo tiempo lanzando, otra ráfaga de esas dagas o cuchillas mágicas.

Acabando por matar a otro cazador y herir a 3 más, así que sin tener que dar la orden, por lo exótico y raro de su apariencia. De inmediato, fueron a atacarle, desde lejos y de cerca. Sin embargo, sus cuidadores también salieron a la acción desde atrás de él, para ayudarle con el combate cercano, mientras el se ocupaba de los que mas lejos estaban. Ante dicha distracción, Alison logro quitarse de encima a la hormiga, comenzando una batalla con ella. Iniciando otro combate más, mientras Edward iba a refugiarse junto a las pequeñas, siendo perseguido por 3 cazadores.

Con Karu, la situación con el escarabajo parecía no tener fin, esforzándose al máximo por darle batalla, más cansado, agotado y fatigado, el vessel hacia lo que podía; mientras lucia con más heridas superficiales. Por su lado el escarabajo, tenia alguna que otra herida abierta, además de que ahora mismo luchaba por quitarse a la vasija de encima. Pues este aprovecho a subirse a su espalda. Solo para proceder a apuñalar uno de los ojos del escarabajo.

—¡¡¡AHHHHH!!!— Grito con furia y dolor, sacudiéndose bruscamente de lado a lado, sacando de equilibrio a Karu. —¡Ahora veras maldita basura!— Enojado e iracundo, consiguió agarrar al vessel de una pierna, para después azotarlo contra el piso.

El golpe fue suficiente para sacar a Karu de combate, mientras tosía algo de su sangre color negro, el escarabajo tiro el cuchillo del vessel al piso tras sacarlo de su cuenca. Y al ver al contrario recuperando el aire en el piso, con furia se acerco a él antes de patearlo con todas sus fuerzas. Mandando a volar a la vasija, hacia una casa ya medio destruida. El resto de la estructura cayo encima del derrotado vessel. Al ver todas las perdidas y sobretodo, que ya tenían un grandioso botín. Dio la orden de la retirada.

[Mientras tanto en otro lado]

Llegando a territorio mantis, Elizabeth y compañía se alistaba para un posible contacto hostil, por lo cual abrieron bastante sus ojos y agudizaron el oído y su olfato. Para detectar posibles amenazas, pero hasta ahora todo el camino estaba tranquilo...sospechosamente tranquilo.

—No lo entiendo, se supone que aquí debería haber alguna mantis custodiando este camino, ¿no?— Dijo Derek confundido mirando hacia todas partes, solo viendo las antorchas de este camino encendidas. 

Pero sin nadie ahí para vigilar los carruajes mercantes que pasen por ese lugar. Así que esto comenzó a oler a emboscada para todos, excepto para cierto arácnido estafador, que con su actitud tan altanera y hasta cierto punto clasista, no perdió la oportunidad de hacer un comentario al respecto.

—Mi querido amigo felpudo, no me sorprende que no haya nadie aquí; las mantis tienen una reputación de ser salvajes y tontas, de seguro se le olvido su labor, y se fue a comer a alguno de sus parientes— Dijo Cross burlándose de las mantis, soltando una risa jocosa pero para nada contagiosa.

Ojala fuera a ti a quien se comieran...— Susurro Frank ya cansado de tener que ir con este charlatán y estafador.

Aunque antes de poder continuar, escucharon un ruido proveniente de unos arbustos, así que sin dudarlo, se pusieron en guardia, mientras Lily se aseguraba de que la avispa del grupo siga a salvo, tras unos segundos de tenso ambiente, al final de los arbustos emergió una figura misteriosa y encapuchada. Pero que rápidamente era reconocible como un escorpión, por su cola o sus tenazas. Y antes de preguntar quien era o que quería, de la nada fueron sorprendidos en una emboscada de mantis. No muy felices, en especial con cierto escorpión, así que sin tener nada que ver; quedaron en medio de todo un aprieto.

—...Supongo que podemos hablar y explicar este asunto, ¿verdad?— Dijo el escorpión, que resultaba ser el mismo que horas atrás había escapado.

Ya rodeados, y en clara desventaja, el grupo no supo que decir o hacer, más que permanecer en guardia, esperando poder aclarar este asunto y seguir con su camino. Sin saber que las cosas se iban a poner más interesantes, dentro de poco tiempo...

------------------------------------------------------
¡Hola! Hasta aquí un nuevo capítulo de Karu, al ser un poco tarde cuando estoy subiendo esto solo queda decirles que recuerden compartir la historia, votar y comentar que les pareció el capítulo. Sin más preámbulos yo me despido de ustedes hasta aquí.

¡Antes de que se me olvidé! Quiero avisar que este capítulo es el capítulo de mitad de temporada por ende esperen que ya viene lo mejor a partir de ahora.

Además el personaje de Rayden le pertenece a Rayden_Ornstein ahora sí...

¡¡Hasta la próxima!!

PD: Este capítulo lo subo ya casi a punto de acabar el mes, así que perdón si les he dejado con ganas en un buen tiempo. Pero prometo traer aunque sea un capítulo cada mes, por ahora me toca desearle una buena semana a todos y un gran inicio de mes. Y sigan esperando a más actualizaciones mensuales. ¡NOS VEMOS!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro