T2: Pesadillas y planes.
Dentro de la profundidad del bosque se podía ver como Frank, Derek, Lily y Elizabeth estaban escapando de los Tremors, en lo que Frank cargaba sobre él a su colega Jonathan ya que este aún se encontraba desmayado luego de la cirugía que la mantis había hecho para salvarle la pierna, la cual también había mandado al par de bestias a darles caza. Y la verdad era que era aterrador el mirar hacia atrás, ya que lo que lograban visualizar en la enorme oscuridad del bosque, eran esos ojos color naranjas/amarillos, los cuales a todo costo querían ir por ellos.
Y no importaba lo que hiciesen, los Tremors no dejaban de seguir su rastro. Y tampoco servía el dar vueltas o algún truco para poder confundirlos; su agudo olfato los hacía no perderles, frutados y sin mucha opción el grupo llegaría a un barranco alto, en donde la luz de la luna iluminaba hacia abajo y lo que había ahí. Una caída alta que quizá los llevaría a la muerte sin embargo antes de poder dar la vuelta y correr a otro lado, se encontraron cara a cara con los dos Tremors. Karius y Lerdnar le cerraron el paso a ellos, mientras comenzaban a avanzar de forma lenta y amenazante hacia ellos, y no les dejaba más opción que ir poco a poco retrocediendo hacia el borde del barranco. Todo lucia a que ese iba ser su final, pero el par de mantis modificadas no se esperaba que Elizabeth fuera a tomar una decisión inesperada.
-¡Salten!- Exclamó la libélula, antes de lanzarse al vacío.
Siendo seguida poco después por Derek, para finalmente Frank y Lily, cuando el par de Tremors se asomaron por el borde, vieron al grupo alejándose en la distancia volando gracias a Elizabeth y al macho polilla del equipo. Ambos gruñeron molestos, sin embargo se dieron media vuelta para irse del lugar. Ya tendrían otra buena oportunidad de cacería después.
Por su parte Elizabeth y Frank solo siguieron volando hasta que se alejaron lo suficiente para ya estar a salvo, o al menos hasta donde esas mantis no puedan ser capaces de seguirlos. Así que en lo que tomaban un descanso en un lugar desconocido y bastante recóndito, estaban pensando en un plan para ayudar a los que se quedaron atrás. Además de hacer un plan para buscar a Karu.
-¿Y ahora que vamos a hacer? Una loca al parecer drogo a los demás, también nos persiguieron unas mantis de aspecto bastante aterrador, Karu esta perdido o en el peor de los casos muerto; y la verdad ahora mismo estamos en el medio de la nada...- Dijo Derek mientras suspiraba algo molesto y frustrado.
-Hey, no podemos confirmar que Karu este muerto, es alguien duro de matar y además hemos visto de que es capaz. Seguro y se las arreglo para sobrevivir, pero ahora nos toca a nosotros ver el plan a tratar ahora que bueno, no tenemos en donde quedarnos después de todo...- Dijo Frank quedándose unos segundos en silencio tras hablar.
Lily y Elizabeth por otro lado se encontraban tratando de hallar un método con el cual puedan ir a algún lugar a salvo sin que los depredadores del bosque, alguno que otro saqueador o bandido, el monstruoso dúo mantis y todos los soldados qué dejaron atrás los encuentren antes.
-¿Entonces cual es el plan? Ya que estamos en el medio de la nada, en donde seguramente nos van a atacar todo tipo de bestias y depredadores naturales de este lugar- Dijo Lily cruzada de brazos mientras suspiraba un poco.
-Primero lo primero, encontrar algún pueblo para hallar ayuda, no podremos llegar muy lejos si Jonathan tiene una herida en su pierna. Y mucho menos si esta se llega a infectar si no tenemos de los cuidados necesarios para él, y en segundo lugar tendremos que buscar a Karu. Conociéndolo, él igual estará buscándonos así que lo más sensato sería descansar al menos un rato y después irnos a encontrar algún camino qué nos lleve de regreso a la civilización.
Elizabeth miraba a Lily con un semblante serio y pensativo, en lo que las dos hablaban notaron como Frank y Derek estaban ya montando un campamento algo improvisado con lo que podían encontrar de la naturaleza. Si bien la libélula quería moverse lo más rápido posible, pero igual entendía que sus amigos estaban agotados y más luego de haber escapado de unas mantis qué no lucían normales, por lo cual tras soltar un suspiro decidió que era momento de cambiar el plan, por lo menos la primera parte.
Así que con Lily fue ayudar a los dos machos a terminar con la construcción de su refugio para pasar la noche ahí mismo, por lo cual Elizabeth montaría la 1er guardia para que los demás se puedan ir a dormir un rato en lo que ella vigilaba.
[De regreso con Karu]
El vessel se encontraba bastante atormentado en sus sueños, uno tras otro era una pesadilla más con la cual tenía que lidiar; pero esta vez eran aún mucho peores, ya que los acontecimientos como la muerte de Zafiro y el rechazo de su padre se repetían en bucle, y cada vez era peor a la anterior.
Causándole al vessel gran pánico en sus sueños, en especial en los momentos en donde sentía que había una figura de ojos rojos observándolo desde las sombras.
Karu a pesar de que tratara de mantener la calma al respecto no podía, además cada ocasión en la que revivía los sucesos de como fue rechazado y tirado al abismo por su padre o como su pareja se moría enfrente de él, hacían qué el vessel tuviera pesar y tristeza.
En una de esas tantas cosas tan terribles que soñaba, en dado momento él quedo en medio de una especie de lugar con un tono rojizo, escuchaba a lo lejos como el sonido de un corazón latiendo.
Sin saber en donde estaba, Karu comenzó a avanzar lentamente y cada paso que daba se sentía tal como si su cuerpo comenzaba a sentirse más pesado, casi como si estuviera llevando algo encima.
El vessel a pesar de que sentía que era una mala idea seguir avanzando hasta el sonido de esos latidos, no podía evitar dar otro paso más. Finalmente él se terminó quedando de pie frente a un enorme corazón, Karu veía el objeto frente a él, sin posibilidad alguna de moverse; era como si sus piernas hayan sido tragadas por el piso, además tampoco era capaz de mirar a otro lado. Con sorpresa y algo de miedo, vio el momento en el que ese corazón se abría revelando a una figura alta y delgada, con la forma de un murciélago de color rojo. Este lo vio con esos ojos color rojo carmesí.
Momentos después luego de que ambos intercambiarán miradas unos segundos, el murciélago le regalo a Karu la sonrisa más tenebrosa y aterradora qué haya visto en su vida. Luego de eso y sin previo aviso, la vasija acabo despertando abruptamente tras que este murciélago lo haya rodeado con llama escarlata.
Karu despertó sin saber la razón de este sueño, o que significaba, pero él se sintió raro ya que no fue algo normal. Además por un motivo desconocido para él se encontraba demasiado sediento, aparte de tener una temperatura corporal elevada como para que estuviera enfermo, la vasija se levantó de la cama tosiendo un poco mientras sentía su cuerpo entero arder.
Se dirigió rápidamente al baño, solo para poder agarrar algo del agua del lavamanos, para tirarla sobre su rostro, aunque esto no disminuyo en lo absoluto que su calor corporal disminuya, más bien parecía tener el efecto adverso. Sin más Karu se deshizo de sus ropajes entrando a darse una ducha nocturna, con algo de esperanza de que esto pueda ser de ayuda. Aunque el agua fría se encontraba cayendo sobre todo su cuerpo, esto solo parecía tener un efecto demasiado ligero sobre él. Aún así el vessel agradeció el hecho de que el agua le ayude a superar este tremendo calor que tenía en esos momentos.
Sin embargo esto no sería útil por mucho tiempo, ya que sentía que el calor no se iba; solo estaba disminuyendo pero ya no como antes. Así que ahora Karu salió de la ducha tratando de hallar un método para superar esto. Pero fue en esos momentos cuando sintió que su brazo comenzaba a arder más que todo su cuerpo, al bajar la mirada se dio con una sorpresa inesperada. Todo su brazo derecho estaba brillando en color rojo, y antes de poder hacer algo, sintió un gran dolor que lo hizo doblarse de rodillas en el piso.
Finalmente sin poder hacer nada más por el dolor, el vessel acabo por desmayarse siendo lo último que vio, como es que su brazo le empezaba a brillar con un tono rojizo carmesí. Para después ya perder el conocimiento y quedar ahí tirado en el piso del baño.
[A la mañana siguiente]
Karu comenzó a recuperarse de poco en poco, le costaba abrir sus ojos viendo todo borroso e igual sintiéndose demasiado aturdido como para ponerse de pie, pero tras un par de segundos toda esa sensación se habría esfumado, lo cual le dio tiempo para ponerse de pie lentamente, sintió como su cuerpo le dolía y no sabía porque le ocurría eso exactamente; solo camino con cuidado hasta haber llegado al lavamanos, abrió una llave y se echo algo de agua a la cara, para luego limpiarse con una toalla que no estaba lejos.
En el instante qué dejo de secar su rostro, él se percató de algo que lo tomo por sorpresa y eso era el repentino cambio de look que había tenido de la noche a la mañana. Lo primero de lo que se percato Karu fue que ahora en sus ojos habían unas líneas que se recorrían de abajo hacia arriba de sus ojos, de un color rojizo carmesí. Lo segundo era que ahora en su pecho había una gran marca como la que estaba por las paredes decorativas de la mansión. La cabeza de lo que al parecer era un murciélago.
Ocupando todo su pecho y su abdomen, además de tener un par de líneas más recorriendo su cuerpo entero, brillando igual en la misma tonalidad de la marca en su pecho. Karu examinaba los cambios sin entender todavía el como habían pasado, o como es que aparecieron. De hecho en lo que examinaba su cuerpo, en su mano se fijo que la mordida ya había sanado al fin, no habiendo rastro alguno de la misma, cosa que lo dejo confundido, aún así el busco alguna explicación para el asunto; sin llegar todavía a ni un solo lugar o respuesta.
Aunque si bien todo fue bastante repentino e inesperado para el vessel, Karu no negaba que estos cambios le gustaban. Pero aún se necesitaba saber de donde todo esto salió. Pues no era para nada normal.
Por ende Karu apresurado salió del baño, no sin antes haberse vestido bien. Decidido a hallar las respuestas que buscaba con Isaac, Edward o quien estuviera dispuesto a ayudarle.
Antes de salir de su habitación miro de reojo a Fred, el Tik Tik seguía dormido sobre la cama, y no queriendo perturbar con su descanso, la vasija lo dejo ahí, en lo que el regresaba, ya con todo el asunto arreglado y explicado.
-"Vamos a tener una charla, yo y ustedes..."- Dijo Karu en voz baja mientras caminaba por los largos pasillos de la mansión.
Cada vez que se encontraba con alguien, el vessel se sentía muy incómodo en la forma en como lo miraban, ya que era rara y en parte algo espeluznante. Más si las miradas venían de todos los que eran sirvientes; en especial los que tenían máscara puesta.
Ya que no podía descifrar qué era lo que pensaban bajo esas frías y tétricas máscaras, los que tenían mitad de máscara era más fácil saber sus emociones. Pero lejos de ser de ayuda, era mucho más incómodo para Karu; aún así el vessel siguió con su camino para llegar a la puerta que daba al despacho privado de Isaac.
Antes de abrir Karu comenzó a oír una conversación del otro lado, así que con la curiosidad ganándole, pego su cabeza a la puerta para escuchar un poco más de lo que se estaba hablando del otro lado.
-Te digo que debemos decirle al chico lo que le podría pasar, no sabemos en cuanto tiempo puede actuar ya sabes quien- Dijo la voz preocupada de Edward.
-Entiendo tu preocupación por él. Aún así, tú sabías que era lo que iba a pasar si lo traías aquí, y aún así lo hiciste de todos modos, lo mejor sería esperar y retrasar las malas noticias- Dijo la voz de Isaac mientras suspiraba con pesadez.
-Isaac, entiende, no podemos simplemente prolongar más las noticias al chico. Menos aún si sabemos que es del interés de un mal mayor...
-....Edward, entiendo lo que me estás pidiendo pero no puedo hacerlo. ¿Qué tal si se entera de que trato de advertirle al chico? Lo más probable es que me vaya a matar o cancelar nuestro trato.
Antes de que ambos sigan con su charla, Karu abrió la puerta tras haber escuchado una parte de la misma, y en su cara se podía ver que no estaba nada contento con los secretismos qué le tenían a él.
-"¿Se puede saber sobre que estaban hablando ustedes dos? Porque los escuche hablando mucho de mi"- Dijo Karu para cruzarse de brazos parándose a pocos metros de los murciélagos.
-Joven, ¿acaso no sabes lo que es la privacidad? Además parece que confundiste...espera, ¿y esas marcas?- Dijo Isaac viendo con preocupación al vessel además de notarse en su tono de voz un poco de nerviosismo.
-"Bueno, eso mismo vine a ver con ustedes. En la noche tuve pesadillas, luego me desperté ardiendo y por último por mi cuerpo comenzaron a salir lo que están viendo"- Dijo Karu haciendo a un lado su capa, para que ambos murciélagos vieran lo que temían que fuera a pasar.
Los dos murciélagos vieron con horror y preocupación todas las líneas color carmesí en el cuerpo de Karu, además de esa forma de cabeza de murciélago en medio de su pecho. Ambos mayores se vieron el uno al otro sabiendo que esto era demasiado grave, y lo cual significaba qué estaban a nada de tener problemas con un ser con el cual no quisieran nada que ver. Edward se acerco a Karu comenzando a examinar todo su cuerpo, mientras Isaac trataba de mantener la compostura, miraba en silencio a Karu con una cara pensativa, teniendo una mano en el mentón pensando sobre que iban a hacer ahora.
-"¿Y bien, van a decirme que es lo que sucede?"- Pregunto la vasija esperando una respuesta a lo que significaba este cambio.
Tras unos segundos de silencio, Isaac inhalo para luego exhalar y posteriormente hablar con él.
-Bueno Karu, lo que estoy a punto de decirte quizá no vaya a ser de tu agrado. Pero viendo la rapidez con la que actúo es más que necesario dejarte al tanto de lo que esta pasando- Dijo Isaac mientras se acomodaba en su silla, sirviéndose un trago de whisky en su vaso de vidrio.
-"Pues adelante, que me muero de ganas de saber que me ocurrió durante la noche"
-...Verás, los murciélagos qué estábamos ligados a la flama escarlata, también estamos ligados a una Deidad bastante antigua, más antigua que los primeros reinos, imperios y capitales alrededor del basto mundo. Esta Deidad de la que te hablo, se dedica a tormentar a bichos, insectos y murciélagos por igual; con pesadillas, y como ya habrás visto en carne propia, se alimenta de dichas pesadillas.
Karu asintió con la cabeza, pero aún algo confundido ya que su respuesta no había contestada aún; por lo cual estaba bastante impaciente la razón del porque, se le haya elegido para algo de lo cual él ni siquiera sabe lo que va a hacer.
-Bueno, este Dios tiene asuntos contigo Karu... No sabemos aún porque, pero sin duda no tiene que ser por algo bueno- Dijo Isaac haciendo que el vessel solo pueda levantar una ceja un poco curioso.
-Mira entiendo que todo esto pueda parecer confuso, pero te prometemos qué te ayudaremos en todo lo que podamos. Como por ejemplo, a como manejar tus nuevos poderes- Dijo Isaac en lo que Edward lo miraba con un poco de inseguridad y dudas.
-"¿Poderes? ¿De que me estas hablando?"- Pregunto Karu ya con la curiosidad por los cielos.
-Todo a su debido tiempo, por el momento debemos asignar algún trabajo para ti. Ahora que formas parte de la tropa, y creo que ya tengo el indicado para ti...- Dijo Isaac mientras abría uno de los cajones de su escritorio.
-¿En serio le vas a dar ese trabajo? ¿No sería mejor darle otro trabajo?- Pregunto Edward con algo de intriga, viendo a su colega.
-No, además ya sabes, Alison necesita ayuda. No puede hacer todo ella sola, así que con algo de ayuda seguro va a estar bastante agradecida...- Dijo Isaac en lo que seguía buscando algo.
-"No quiero sonar grosero, pero su hija y yo no parece que nos llevemos bien sabe; es más de haber podido matarme lo hubiera hecho. No creo que ella y yo debamos estar juntos, o vernos siquiera"- Dijo Karu aunque no fue escuchado por el murciélago.
Aunque si fue escuchado por Edward, quien fue él que le dio una respuesta a su comentario que había hecho al respecto.
-Bueno joven, siempre está la opción de pedir disculpas. Tú y ella no habrán empezado en un buen camino o términos, pero lo más seguro es que si le das una oportunidad, podrías llevarte un par de sorpresas en el camino. Y quien sabe, hasta podrían acabar siendo inseparables- Dijo aquel murciélago de pelaje azul, y de lentes algo curiosos.
Karu se quedo callado pensando en las palabras que había dicho Edward, quizá tenía razón, quizá no. Pero no perdía nada con tal de intentar hacer algo para dejar de lado las riñas sin sentido que había tenido con Alison.
-Además este trabajo es muy ideal para ti, piensa que es una oportunidad para mejorar todas tus habilidades paternas- Dijo Isaac dejando a Karu confundido.
Y antes de que el vessel pudiera preguntar a que se refería, sin un aviso previo Isaac comenzaría a generar una poderosa y bastante fuerte llama en su mano, parecía incluso qué fuera a dejar que su oficina fuese consumida por todo el fuego. Sin embargo no era así, ya que luego de unos segundos, Isaac mostraría en sus manos un medallon con la forma de la cabeza de un murciélago para luego pasárselo a Karu. Quien se sentía aún más confundido, él no sabía muy bien que hacer con lo que le acababa de dar.
-"¿Y esto?"- Pregunto el vessel bastante confundido y sin saber muy bien para que era o para que servía.
-Bueno, bienvenido a tu nuevo oficio como cuidador oficial de las pequeñas Andrea y Annie.
Tras terminar de decir eso, Isaac sonrió mientras veía como las dos susodichas aparecían, ambas siendo unas crías murciélago que aún seguían en una etapa muy temprana de desarrollo. Pues las dos no tenían sus ojos abiertos y además de eso carecían de algo de pelaje en ciertas zonas de su cuerpo. Aún así eran capaces de volar alrededor de Karu, quien era el que tenía el medallon en sus manos. Tal parecía que las pequeñas estaban comenzando a familiarizarse con él.
-"Espere un momento, yo no quiero ser la niñera de nadie, además no creo hacer un buen trabajo cuidando de ellas"-
-Lo harás bien, tengo fe y algo de confianza en ti. No tienes de que preocuparte...al menos en lo que las niñas estén bien-
Karu suspiro, mientras buscaba a Edward con la mirada para que este le de algo de su ayuda. Pero este solo solto un risa divertida al ver la situación en la que se encontraba el vessel; viendo que no iba a recibir ayuda alguna, él se resigno a esto mientras ambas murciélagos se apegaban más a su nuevo cuidador, subiéndose a su cornamenta, o simplemente escalando su cuerpo. Esto le dio risa a Edward como a Isaac, ya que era una escena cómica pero igual muy bonita.
-"Que divertido...."- Dijo Karu dejando notar el sarcasmo en su voz, mientras mantenía un semblante serio y un rostro que reflejaba su molestia.
-Oh vamos, tampoco es tan malo- Dijo Isaac mientras se servía algo de whisky y mezclaba el líquido de su vaso. -Además no es tan malo como he dicho, te puede beneficiar para un futuro.
Edward corroboró lo que dijo su amigo y colega, para que Karu al menos no piense tan mal de esta tarea que se le había encargado.
-Entiendo si al principio puede hacer algo que te desagrade. Es lo normal, pero con el tiempo te aseguro yo y Isaac, qué no vas a querer separarte de las niñas. Y eso sería algo bueno para todos, solo dale una oportunidad, si no te convence en unos días. Bueno, aún podemos cambiarte a algún otro trabajo.
Tras acomodarse sus lentes, el murciélago azul puso sus brazos detrás de su espalda. Karu solo suspiro una vez más, rendido y sin más, decidió que entonces iba a darle una oportunidad a las dos niñas que ahora jugaban por su cornamenta. Aferrándose a ella y soltando ruidos muy tiernos para cualquiera.
-"Bien, de acuerdo. Estoy de acuerdo, pero será mejor que no me arrepienta de esto, así que, ¿ahora que sigue?"- Dijo Karu mientras bajaba a ambas niñas de su cornamenta.
-Nya...- Ambas pequeñas solo pudieron decir ante la decisión del vessel.
-Ahora, mi estimado amigo, es hora de que aprendas a tener un control sobre tus poderes. Pues no será tarea sencilla aprender a como usarlos, en especial los que requieren un nivel mucho más avanzado- Dijo Isaac para luego terminar su vaso lleno de whisky y mirar a Karu. -Pero no vamos a empezar por hoy, necesito que con Edward empieces a recorrer la mansión, eso te va a ayudar en caso de que algún día te pierdas, y tengo entendido que ya viste una parte. Pero no toda. Puede ser algo laborioso andar por los pasillos sin conocer bien a donde llevan.
-Vamos, te guiaré durante todo el trayecto. Conozco la mansión como la palma de mi mano. Oh, y querrás llevar a las niñas contigo ya que te será más fácil tener un vínculo con ellas; de poco a poco vas a notar mejorías con ellas e igual con Alison- Dijo Edward, comenzando a guiar al vessel a la salida de la oficina de Isaac.
Karu lo siguió mientras ambas pequeñas volaban a su alrededor para seguirlo, mientras seguían soltando esos tiernos ruidos qué hacían para ver todo lo de su entorno. Una vez el vessel, las niñas y el murciélago azul ya no estaban presentes tras salir por la puerta, Isaac suspiro con una gran pesadez mientras pensaba en que hacer. Los planes de su Deidad parecían ir más de prisa de lo que él podía imaginar, y no sabía cómo podría ayudarle a la joven vasija a enfrentar lo que el Rey Pesadillla tuviera preparado para él.
-...Ahhh, nada nunca es fácil...-
El murciélago le dio la vuelta a su silla, quedando de cara a la chimenea encendida, y al cuadro que colgaba de la pared. Este lo vio unos momentos con su vaso con whisky y elevó la mano con su vaso mientras veía a la cara, a la murciélago qué aparecía a su lado.
[Por otro lado]
Karu seguía a Edward a todas partes, incluso aquellas que ya habían visto ayer, pero todo esto era para que no olvide en donde queda detrás de cada puerta o pasillo. Aunque igual, afuera de las cosas importantes había un letrero en la pared qué dejaba ver que o para cual propósito era y la vasija iba haciéndose notas mentales al respecto. Para nunca perderse.
Además mientras hacía esto, él iba conociendo a varios bichos e insectos qué vivían, al igual que uno que otro murciélago. Cuando llegaron a la cocina, pudo ver un lugar bien ordenado, en donde el mundo entero sabía cuál era su responsabilidad. Yendo de lado a lado, siguiendo las ordenes del chef a cargo de alimentar a todos aquí.
-Karu, quisiera que conozcas a nuestro chef, el chef Hernán- Dijo Edward mientras señalaba a un bicho regordete, grande aunque no más que Karu, con una apariencia extravagante, qué además parecía ser exigente con la comida.
Teniendo unos curiosos lentes en forma de estrella color morado, y una capa del mismo color, igual que el típico sombrero grande de cocina qué identifica al chef de sus ayudantes. Aquel regordete bicho se dio la vuelta viendo a los recién llegados.
-Hola, y no, la comida todavía no esta lista- Dijo Hernán en lo que revolvía el contenido de una gran olla, en su interior parecía que estuviera preparando un estofado.
-Cómo podrás darte cuenta, el chef Hernán es muy quisquilloso con la comida. El más mínimo sabor fuera de lugar, y podrás oírlo quejarse de eso por toda una semana- Dijo Edward de forma divertida, pero aún algo respetuosa.
-Se puede comer, o se puede comer bien. Es cuestión de tener paciencia- Respondió el bicho en lo que agregaba un par de especias al estofado para darle un mejor sabor pero igual un olor bastante apetitoso.
-"Me doy cuenta de ello"- Dijo Karu cruzando sus brazos en lo que veía como se cocinaba el estofado.
-Bueno, no quisiera molestar al chef con nuestra presencia, ya nos avisaran de cuando todo se encuentre listo, ahora sigamos con el recorrido- Dijo Edward dando la vuelta para salir de la cocina de la mansión.
Karu le siguió mientras veía de reojo a Hernán, ya que creía que ya lo conocía de algún lado. Pero no recordaba de dónde. Pese a eso ellos dos siguieron con todo este "paseo", si así se le podía llamar. Luego llegaron a un lado qué era un salón de música en el cual había una gran variedad de instrumentos. Algunos eran más curiosos e interesantes qué otros, pero a pesar de ello el sitio tenía para todos los gustos y talentos.
-Este sería el salón de música, aquí usualmente podrás hallar a Isaac o a mi cuando no estemos en su despacho o en algún otro lado. Como veras, nos ganamos la vida con la música, el arte de la actuación, entre otras codas. Pero sobretodo ofreciendo tocar en pueblos pequeños para algún festival o fiesta- Dijo Edward en lo que veía a Karu y de reojo el cuarto.
-"Tengo entendido que igual hacer actos de circo, ¿no es así verdad?"- Pregunto Karu con algo de curiosidad, pero Edward le nego tal cosa.
-Oh, no, no hacemos tales cosas, en especial porque Isaac tiene un problema con su medio hermano Grimm. Verás, es complicada la relación entre ambos; primero porque considera el arte del circo como una burla, algo que es muy irrespetuoso hacia nosotros, ya que nos hace parecer como una mera atracción y no como lo que somos. Murciélagos inteligentes.
-"Hace años vino un circo a Hallownest, supongo que era su medio hermano, yo no pude verlo. Pero mi hermano Ghost me contó con detalles todo lo que paso; por lo que me dijo, no parecía como tal eso".
-Porque solo es una fachada, ya que como sabes. Vamos a reinos y lugares en decadencia, que su circo se haya instalado en ese dichoso "reino eterno" es porque tenían un deber allí. Pero bueno, nos desviamos un poco del tema.
-Isaac prefiere mostrar talentos musicales como parte de mostrar al mundo, de que nuestra especie no es solo para realizar actos de circo tontos o según él, qué nos dejan ver como marionetas que se usan para divertir a la gente con actos tontos.
-"Okey. Entiendo eso, ¿pero qué hay de la actuación?"-
-Bueno, si bien Isaac tiene sus diferencias con Grimm. A él le gusta mucho actuar, desde que somos jóvenes de hecho, con la ayuda de fuentes externas y sus propios medios, ha sido capaz de elaborar o participar en obras de teatro a lo largo del mundo... O bueno, eso era hasta que hizo ese trato con el Rey Pesadilla...-
Edward suspiro decaído tras que recordará ese momento, pero al ver esto, Karu rápidamente se ocuparía de eso, cambiando de tema. A otro que no pusiera así al murciélago azul.
-"Bueno, parece ser que todos los instrumentos aquí son de buena calidad. Aparte de tener alguno que otro acabado qué digamos...muy extravagante"
Las pequeñas murciélago algo cansadas de tanto volar otra vez se habían colocado encima de su cabeza del vessel, sacándole un suspiro a este. Pero no podía culparlas, después de todo eran demasiado jóvenes como para soportar el peso de sus cuerpos.
Y al ver esto Edward soltó una risa algo divertida, mientras le respondía al vessel su duda que tenía sobre los instrumentos del salón. Ya que era verdad, habían muchos y todos y cada uno de los instrumentos se veían lujosos y de look extravagante.
-Bueno, solemos... O solíamos comprarlos, hasta que tuvimos que parar de salir seguido. Por el tema de los esclavistas y todo eso ya sabes, pero sí, todo lo que hay aquí son instrumentos de una calidad muy buena. De vez en cuando solemos sacarlos para algún evento que tengamos en mente hacer.
-"Ya veo, quizá luego pase a darme una vuelta por aquí, lo mejor sería continuar porque supongo que hay más lugares por ver, y además creo que ya se habrá despertado Fred, y le necesito dar de comer o sino es capaz de comerse la tela de la cama"-
-Jejeje. Entonces continuemos, y claro, el salón de música siempre está abierto para todos. Así que si tú gustas puedes venir a tocar un instrumento qué sepas usar-
Edward y Karu continuaron con este recorrido, aunque antes de poder llegar a su destino, no tan lejos de ellos escucharon el grito de una hembra, acercándose a ellos. Y por lo visto no se oía muy feliz, al voltear quien era, vieron que se trataba de Alison; que iba a paso apresurado hasta ellos.
En su rostro se veía reflejado el enojo y la furia de no haber sido notificada de que ahora tendría que ser compañera de Karu para cuidar de las pequeñas. Así que al llegar frente a ellos, no dudo en hacer notorio su desagrado y molestia ante la idea, pues no le hacía mucha gracia esto. Aunque tampoco pudo evitar notar que el vessel ahora parecía tener algún cambio notorio en él.
-¿Qué le paso?- Pregunto Alison mientras veía a Edward y veía de reojo a Karu en lo que lo señalaba con un dedo.
-Pues, es una larga historia. Y ya qué estás aquí, lo mejor sería que vayas con tu padre, él te va a dar todos los detalles y cuando acabes sería bueno que vengas a ver a Karu para que se pongan de acuerdo en como harán para cuidar de las pequeñas- Dijo Edward de forma neutral y muy tranquila, contrarrestando toda la molestia y enojo de Alison.
-¡Ni crean que voy a trabajar con él!- Dijo Alison mientras se cruzaba de brazos enojada y algo malhumorada.
-"Pues te tengo noticias linda, pero a menos que quieras que la custodia pase a ser mía al cien por ciento, lo mejor sería que tratemos de cooperar. La verdad no es que tenga mucho problema con trabajar solo, y la verdad me gustaría poder hacer esto de la crianza yo...y solo yo"- Dijo Karu, aunque un poco desafiante, cosa que no fue del agrado de Alison.
-¡Ni loca pienso dejar que tú te quedes con las niñas! ¡Eres todo un problemático!- Exclamó la murciélago mientras gruñía con mucho enojo.
Karu solo soltó una risa burlona mientras la veía todavía de esa forma desafiante y algo superior a ella, como para demostrar que lo que decía no era cierto. Aún ni con eso Alison se iba a rendir, y se pego más al vessel gruñendo en lo que sacaba sus garras y le enseñaba sus colmillos al vessel.
Edward suspiro mientras frotaba dos dedos contra sus ojos, ya que no quería que hubiesen muchos más problemas de los cuales ya tenían. Por ende calmo el asunto, evitando de esta manera que se les fuera ir de las manos, algún posible pleito entre los dos.
-Por favor, suficientes cosas hay de las cuales preocuparnos. Pero una pelea ahora mismo no sería lo más sensato, los dos deben ser más comprensivo el uno al otro, así que por favor. Calmen todo el asunto, y hagan el esfuerzo de no querer matarse por lo menos en lo que trabajan juntos- Dijo el murciélago azul poniéndose en medio de los dos.
Sus palabras fueron suficientes para apaciguar las cosas por lo menos por ahora, ya que aún se seguía sintiendo esa tensión. Ya con las cosas arregladas, Alison dio media vuelta y se dirigió a la oficina de su padre mientras que Karu y Edward reanudaron este recorrido por toda la mansión.
[Mientras tanto, en otro lugar]
Mavis se encontraba haciendo un rápido chequeo a cada uno de los mercenarios del lugar. Ya que la incubación de la infección estaba a punto de terminar. Entonces en cualquier momento podría dar la primera orden a sus nuevos y más recientes subordinados a su mando. Por otro lado Jeffrey se encontraba en una esquina algo nervioso, como confundido, ya que no sabía muy bien que era lo que tenia que hacer ahora; por un lado su cuerpo le pedía correr y escapar, pero no llegaría muy lejos. En especial luego de ver lo que la mantis era capaz de hacer, así que descargo esa opción. Por lo cual su cabeza le daba más ideas de las que podía imaginar.
Mientras tanto Mavis estaba de forma paciente sentada cerca de los mercenarios hasta que uno a uno fueron despertando. Así que era momento de llevar a cabo su plan. Luego de dejar durante la noche entera, incubando un gran porcentaje de infección en ellos.
Los mercenarios ya no eran ellos mismos, sino que ahora eran una especie de zombies al servicio de la mantis. Quizás mantenían un par de cosas de su pasado, pero aún así sus ojos color naranja/amarillo, delataban qué habían sido infectados por la diosa a la que servía.
—Ya era hora carajo. ¡Muy bien, quiero que recojan todo, no hay mucho tiempo así que andando, quiero ver este lugar recogido en poco tiempo— Dijo Mavis en lo que los "zombies" obedecían a su orden.
Cosa que dejo confundido y algo impresionado a Jeffrey ya que no se esperaba que eso ocurriera.
—¿Cómo hiciste eso?— Pregunto el mestizo mientras se acercaba a la mantis con cautela.
Mavis se dio la vuelta mirando a Jeffrey, su mirada y su postura le sacaron un susto que lo hizo caer de espalda al piso, mientras este se hacía bolita en el piso, con un gran temor hacia la mantis. Por suerte, en los planes de Mavis se encontraba mantener con vida al mestizo. Por motivos personales, aún así todavía no diría nada al respecto, solo dejaría que él vaya con ellos.
—Tú también recoge tus cosas y te prometo que nada malo va a pasarte de hacerlo— Dijo Mavis mientras lo ponía de pie y le da sus cosas que soltó cuando se asusto.
Luego de eso, Jeffrey también obedeció a la mantis mientras se iba a hacer lo suyo, Mavis luego regreso su mirada a la caravana ya infectada, recogiendo todo de forma obediente. Mientras ella se colocaba los brazos detrás de la espalda, a la vez que veía que volvían los dos Tremors, para su mala suerte sin la cabeza de los bichos qué escaparon. Así que solo suspiro con molestia. Aún así tenía esperanza de que no le fueran a ser de molestia, por lo menos por ahora. Además tenía también confianza en que uno de sus más fieles sirvientes iba a ser de utilidad para completar un objetivo al qué lo había mandado durante la noche.
—Cada pequeño paso, es una nueva oportunidad de llegar a lo que tanto anhelo...— Dijo en voz baja la mantis mientras sonreía de una forma algo siniestra y se iba a hacer algunas cosas mucho más importantes.
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¡Hey hasta aquí otro capítulo más de la historia de Karu! Espero les haya gustado, como ya saben voten si les gustó el capítulo al igual que comenten que les ha parecido este capítulo.
Solo tengo que decir que estuve teniendo problemas con la parte final de este capítulo, por eso tarde más en sacar un capítulo.
Pero bueno aquí ya está, así que yo me despido de ustedes hasta aquí.
¡¡Hasta la próxima!!
Posdata: No pude publicar en todo Septiembre porque no me dió tiempo con todo lo que se hizo durante el mes. Ya fuera cosas personales o de otro ámbito, pero prometo que al menos Octubre tendrá mayor actividad en el fic.
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