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T2: Los hilos se van uniendo.

 Al cabo de un día y una noche, el grupo de Karn llegaría al lugar que Rayden les había dicho que era donde encontrarían el campamento; sin embargo al llegar, no había nada ni nadie en el sitio. Siendo que ya se fueron. 

 —Aquí no hay nadie, ¿Seguro qué no nos estás mintiendo?— Dijo Ágata con un tono molesto y mirando a Rayden, con sospechas.

 —Por supuesto que era aquí dónde ellos estaban; pero creo que se fueron con algo de prisa...— Dijo Rayden mirando que no dejaron muchas cosas detrás. 

 Ágata suspiro mientras gruñía molesta, ahora teniendo que buscar alguna pista o indicio de hacia a dónde pudieron ir, cosa que no iba a ser sencillo. Mientras tanto, Karn le encargaba a Akira que busque pistas más adelante; ya que probablemente tendrían más oportunidad de encontrar algo, solo que necesitan ver más lejos. Así que la vessel silenciosa, le hizo caso y se retiró entre las sombras, lo cual asombró y también sorprendió a Frank y a Elizabeth. Quiénes no entendían cómo era capaz la vessel de hacer eso. Cosa que les daba miedo y escalofríos, de solo pensar que ella era capaz de aparecer a su antojo en cualquier momento. Después de la sorpresa inicial, ellos voltearon a ver a Karn, quién tenía algunas indicaciones para ellos. 

 —Muy bien, debemos separarnos y buscar pistas qué indiquen hacia dónde se dirigieron. No pudieron haber ido muy lejos, y mucho menos si nuestro querido guía presente pudo llegar rápidamente a la tribu— Dijo Karn, mirando detrás de los dos. Para ver a Rayden. 

 —¿Eso quiere decir que ya puedo irme?— Preguntó Rayden mientras veía a Karn con curiosidad. 

 —Nunca dije que podías hacerlo, aparte, sino mal recuerdo. Todavía tienes que pagar con los Lords por tus acciones— Respondió la vessel antes de darse media vuelta e irse a buscar por otro lado. 

 —¡Oh vamos! ¡Sí cuándo ya estemos de regreso sus obreros ya habrán acabado con todo!— Exclamó Rayden molesto, a la vez que suspiraba con pesar y mucha irritación.

 Ignorando las quejas del escorpión, la vessel caminaría hasta una parte dónde había un rastro de sangre algo seca en el piso. Al examinar mejor se daría cuenta de qué estaban en serios problemas, ya que la sangre seca, tenía un color muy amarillento/anaranjado que ella bastante bien conocía. Por lo cual se alejó algo alarmada. Llamando la atención de sus hermanos, quiénes al llegar y ver la misma mancha seca de sangre, tuvieron una reacción parecida a la de Karn. 

 Mientras Asher se mantenía cauteloso y hasta cierto punto nervioso, tratando de que Rae no se acerque mucho, pero igual de nada le sirvió para intentar detener a Amber. Quién se agachó para examinar más de cerca la sangre. Llamando así la atención de todos los demás. Ágata subió al carruaje y se acercó a dónde estaban ellos para ver qué era lo que habían encontrado. Amber en esos momentos estaba a punto de tocar la sangre. Pero Asher la detuvo evitando que cometa una locura. 

 —("¡Hey Amber, no toques eso, te podría dar algo o una infección, no lo sé hermana se ve infectada!")— Dijo Asher deteniendo a su hermana justo a tiempo. 

 —"Tienes razón, mejor mantendré la distancia. Aún así tengo que admitir que si es lo que pensamos que es, podría ser un grave problema"— Dijo Amber antes de limpiar su mano contra su larga capa/bata, mientras sentía escalofríos. 

 Por otro lado, al acercarse todos vieron con curiosidad la gran mancha de sangre seca en el piso. Preguntándose porque era de ese color, ya que era demasiado extraño. 

 —¿Y esto qué es?— Se cuestionaba Frank en voz baja mientras se acercaba a ver. Su compañera al colocarse a un lado de él, recordó algo que la hizo saber que la aventura solo se iba a complicar más a partir de ahora. 

 —Oh no...— Dijo en voz baja, la libélula después llevó una mano a su cabeza y la otra a su cintura negando en silencio. 

 —¿Algo que quisieran compartir? ¿Por qué carajos los veo tan asustados? ¡Solo es una estúpida mancha de sangre!— Dijo Ágata molesta de ver a todos con una mirada de sorpresa y reflexión, en lo que miraban a su parecer. Una aburrida mancha de sangre en el piso. 

 —No es solo "una mancha de sangre" ordinaria. Es peor que eso— Dijo Karn, llamando la atención de la mantis. 

 —¿Ah sí? Entonces te escucho cuernitos, dinos. ¿Qué tan peligrosa puede ser una simple mancha?— Dijo Ágata con algo de burla sarcástica. 

 —Deja de lado tu desdén mantis, esto solo puede implicar que hay alguien muy mala con ellos— Dijo Elizabeth, en lo que veía a Ágata. 

 La mantis levantó una ceja confundida de lo que ella hablaba, aunque después el escorpión entró para intervenir un poco en la situación. 

 —Una mantis, cómo tú, pero más loca y más grande— Dijo Rayden, haciendo que Ágata no se tome muy bien su comentario. 

 —¡Hey, yo no estoy loca, ni tampoco pequeña!— Exclamó Ágata enojada y mirando al escorpión con furia. 

 —Y yo jamás te señalé a ti, pero si el saco te queda. Ponte lo— Dijo Rayden con diversión, mirando como la mantis se enojaba más. 

 Teniendo que ser detenida por Karn para evitar que cometa una tontería, por ahora el grupo tenía ya sus prioridades, cómo el seguir la pista de esta mancha de sangre, y encontrar cuánto antes el lugar hacía el cual se habían ido los cazadores.

 Por lo cual tomaron sus cosas y partieron con rapidez, decididos a alcanzarlos lo más rápido posible. A pesar de los peligros que van a enfrentar tarde o temprano. La manera más eficiente de seguir el rastro era con el gran olfato cazador de Rayden y de Frank, quiénes guiaron al grupo, a una dirección específica, pero sin estar seguros de lo que encontrarían al llegar. 

 [Mientras tanto, en otra parte] 

 El grupo de Abdul se había separado en dos, unos iban a ir de regreso a la tribu a dar la alerta, en lo que él y el resto se iban directo al último lugar dónde vieron a Mavis antes de su muerte. Al llegar el panorama seguía siendo casi el mismo, o bueno al menos eso pensaban ellos. Ya que al momento de bajar y aterrizar en tierra firme, notaron que recientemente hubo bastante actividad en el lugar, solo que todo había sido dejado a las prisas, dejando detrás un montón de cosas, lo cual llamó la atención del grupo. Qué no bajaron la guardia al notar que todo fue reciente. 

 —Busquen cualquier pista o indicio de hacia dónde pudo ir quienquiera que se haya estado quedando aquí, busquen en parejas de dos, entre más terreno mejor. 

 Ordenó Abdul, a lo cuál sus soldados haciéndole caso, se juntaron en parejas y comenzaron a buscar, siendo cuidadosos por dónde pasaban o que cosas tocaban. Ya que no sabían lo que podía ser una trampa ahí, o lo que podía hacerles daño. Finalmente pasando unos pocos minutos, uno de los exploradores encontraría algo interesante. 

 —¡Señor, venga a ver esto!— Exclamó uno de los exploradores, señalando un camino de sangre naranja. 

 Al ponerse en una rodilla cerca del rastro e inspeccionar mejor con la mirada, para él experimentado mantis sin duda era una clara señal de hacia dónde deberían ir, lo cual ya era suficiente para poder seguir su camino; aunque al no saber si esto se podía tratar de una trampa, fue claro con sus soldados. 

 —Muy bien, vamos a seguir este rastro, tal parece que no tiene mucho desde que algo o alguien lo dejará aquí; pero ahora es nuestra pista de hacía dónde pudo ir a quién estamos buscando. Pero eso no quiere decir que no sea una trampa, así que mantengan sus ojos, olfato y antenas atentas a todo— Dijo Abdul seriamente, mientras abría de nuevo sus alas y se alzaba en vuelo. 

 Sus soldados asintieron con la cabeza, y después copiaron a su líder abriendo sus alas y tomando vuelo de nuevo, para ver desde las alturas a dónde los llevaría este rastro de sangre. Porque probablemente llegarían a tener que luchar en caso de encontrar a quién estuviera dejando ese rastro. No demasiado lejos de ellos, la garra derecha de Mavis iba guiando como un pastor al grupo de mercenarios infectados, el encapuchado suspiro con pesar mientras veía a los infectados caminar de forma torpe, de vez en cuando chocando unos con otros. Pero lo que más le desesperaba era notar que un infectado iba más lento qué el resto, pues resbalaba a cada rato con su propia sangre, la cual goteaba desde una herida abierta que se había hecho horas atrás. 

 El ya comenzaba a perder su paciencia, más aún sabiendo que probablemente si Mavis lo había llamado a él y a sus creaciones no era solo para tomar el picnic. Así que supo que éste sería un largo viaje. Más aún porque los Tremors y discípulos le sacaban ya una gran distancia recorrida. Hablando de estas bestias, su salvajismo era notable por cómo viajaban en manada, gruñendo y emitiendo chillidos o pequeños rugidos amenazantes, cómo un torbellino dejaban todo hecho un desastre a su paso; no pudiendo evitar chocar unos con otros, como una estampida fuera de control. Si Mavis llamaba, ellos respondían, así que Karius y Lerdnar, el par de Tremors guiaban a la manada de mantis modificada, hacia la dirección de la cual su ama, había solicitado que ellos estuviesen. Aún faltaba un largo camino, pero no por ello se iban a detener, solo continuarán avanzando, sin importar lo que se cruce por su camino. 

 [De regreso con Karu]

El vessel aún manejando el carruaje y a las dos bestias que tiraban de el, podía ver cómo tanto Alison, Bell, Ned y Rosa dormían. Sabiendo que ellos tomar este descanso, al estar él con el cazador a un lado suyo, sentado inmóvil y temeroso de que si hablaba, pudiese hacer enojar al vessel y ganarse una buena golpiza, cosa que ya no deseaba. Pues se le notaba gravemente maltratado por este mismo. 

 —"¿Cuánto falta para llegar a ese dichoso puesto de avanzada?"— Karu miró de reojo al cazador sin ánimos de entablar una conversación, más allá de recibir una respuesta.

 —No mucho...— Fue lo único que le contesto el cazador en voz baja. 

 Karu soltó un gruñido gutural, mientras su mirada se fijaba en el cazador, sus ojos usualmente negros ahora albergaban unas pupilas afiladas y agresivas, que lo hacían verse más intimidante. Harto de la misma respuesta solo agarro al cazador de su mentón, mientras lo apretaba con fuerza. 

 —"Más te vale que vayas buscando otra respuesta, si no quieres que te rompa ambas piernas"— Dijo el vessel con un tono molesto e irritado, haciendo notar que su amenaza iba en serio.

El cazador trago saliva, sabiendo que él podría fácilmente hacerlo si se lo podía proponer, así que decidió mejor no hacer que el vessel se impaciente más de lo que ya estaba. 

—¡P-Pero esta v-vez lo digo en s-serio, ya no f-falta mucho!— — Expresó el cazador con nerviosismo y temor de recibir otra golpiza o castigo sin haberlo merecido. 

 —"Eso espero...por tu bien...y por el de mis nudillos..."— Dijo Karu seriamente, en lo que suspiraba enojado de tener que seguir avanzando. Sin llegar a ninguna parte. 

 Para la suerte del cazador a lo lejos, en una distancia considerable pudieron ver algunas pequeñas tiendas de campaña y otras más grandes colocadas, así mismo como una gran torre dónde habían dos arqueros vigilando el perímetro. El vessel detuvo el carruaje, provocando que todos en el interior se quejen, ante el brusco y repentino movimiento del vehículo. 

 —¿Qué pasa?— Preguntó Alison, asomando su cabeza por una de las ventanas del carruaje, mientras soltaba un largo bostezo. 

 —"...Llegamos..."— Fue lo único que dijo Karu, sin girar a ver a la contraria. 

 Antes de proceder a bajarse de un salto del asiento del conductor, y después proceder a bajar al cazador con algo de brusquedad, mientras tanto el resto del grupo bajaban del carruaje; estirando sus piernas y extremidades tras el largo viaje que habían hecho. Por su parte el vessel llevó al bicho golpeado y maltratado al borde del camino, para que este le ayude más o menos a cómo evitar la seguridad del puesto. 

 —"¿Cómo entramos y salimos sin ser vistos?"— Fue la directa pregunta de Karu antes de voltear a ver fríamente al bicho que sujetaba. 

 —Por a-ahí— El cazador señaló una parte dónde el puesto se juntaba con una zona del bosque a su alrededor. —Sí tienen s-suerte, nadie podrá verlos, ahora que ya los traje hasta a-aquí, ¿Me puedo ir?— El bicho miró a Karu a los ojos, sin embargo lo único que pudo ver en la mirada del contrario era desdén y también desprecio. 

 Antes de que pudiera reaccionar, fuera golpeado con tal fuerza que fue noqueado otra vez por el vessel, antes de que de nuevo sea echado dentro del carruaje. 

 —Eso no era tan necesario sabes...— Rosa puso sus manos en sus caderas con una mirada desaprobatoria hacia las acciones del vessel.

 —"Él mismo se lo buscó al pertenecer a un grupo tan despreciable cómo lo son los cazadores"— Explicó Karu antes de terminar de limpiar sus manos. 

 —Y bueno, ¿Cuál es el plan para entrar sin que den la alarma?— Preguntó Alison, con su vista puesta en el puesto, con gran necesidad de entrar a matarlos a todos. 

 Pero sabiendo que eso no traería nada bueno, simplemente contenía sus ansias asesinas, para seguir el meticuloso plan que ellos ahora estarían a punto de desarrollar. Para entrar y sacar toda la información suficiente, y quizás, si Karu estaba de "humor", matar a todos los cazadores que estuvieran dentro de este puesto. 

 —"Esperaremos hasta la noche, cuando sea más difícil vernos entre las sombras, así que primero lo primero. Todo lo que haremos nosotros"— El vessel con una mano hizo una seña para que todos ellos se reúnan en círculo.  —"Bien, este es el plan, yo y Alison entraremos en sigilo al puesto, tratando de eliminar a todos aquellos que puedan estar de guardias. Así les daremos tiempo a ustedes Ned y Rosa. Para que empiecen a buscar entre las tiendas de campaña algo de información sobre el posible paradero de los demás"— Karu comenzó a establecer el plan con los demás, antes de que la voz de cierto individuo le recuerde de su presencia. 

 —¿Y qué hay de mí, cómo puedo ayudar?— Bell se mostraba con una gran sonrisa frente al vessel, sin embargo Karu lejos de tomarlo en cuenta lo ignoro. 

 —"Tú te quedas aquí, vigilando que no se escape nuestro prisionero"— Respondió Karu de forma fría y algo seca, cosa que no pasó desapercibido por nadie.

 —Pero no creo que pueda ir a ninguna parte, es más, ni siquiera creo que vaya a despertarse luego de cómo lo golpeaste. ¡Yo podría ser de ayuda para proporcionar algo de ayuda a larga distancia!— Bell rápidamente se opuso al plan del vessel, sin embargo este siguió aferrado a lo mismo. 

 —"Tu pelaje nos podría delatar rápido, brillas demasiado......mucho para mi gusto"— Dijo Karu como una excusa, aunque lo último en voz baja y con desprecio. 

 Bell trato de objetar algo más, pero fue detenido por Alison que al quién más cerca estaba de Karu, pudo oír lo último que dijo. 

 —Bell, querido, entiendo que quieras ayudarnos. Pero Karu tiene razón, tu pelaje o brillo sería demasiado para poder delatar nuestra posición, así que lo mejor es que te quedes atrás cuidando de que nuestro "guía" no escape, ¿De acuerdo?— Dijo la murciélago con una sonrisa algo amistosa en su rostro. 

 El gusano mitad polilla suspiro derrotado, antes de acceder a cuidar del prisionero, sin embargo ahora mismo el grupo iba a tener que esperar a que cayera la noche, para poder actuar y ejecutar su plan, que si todo salia en orden. No tendrían porque preocuparse de nada. 

 _

Mientras el 1er grupo esperaba a que la noche llegara, en otro lado el grupo de Karn buscaría llegar al puesto de los cazadores, siguiendo con ayuda de Frank y también de Rayden para poder seguir el rastro de sangre dejado por el camino. Y también por el mismo, tuvieron que seguir combatiendo contra más bestias nativas de la región, por culpa que el olor a sangre las atraía. Por suerte consiguieron acabar con cada una de ellas, y continuar con su camino cómo si nada, avanzando Frank guiaba al grupo, cómo la brújula hacia dónde ellos tenían que ir exactamente. Por otro lado, Elizabeth había tomado el papel del conductor, para relevar a Karn, quién ahora mismo se encontraba en la parte superior del carruaje, hablando y charlando con Ágata, vessel y mantis al parecer se estaban llevando bastante bien, puesto que podían conversar de casi cualquier tema sin llegar a tomar una postura hostil hacia la otra. Siendo esto notado por Rae y Asher, quiénes venían caminando en la retaguardia cómo parte de las órdenes de su hermana mayor. Ya que quería que estos cuiden de la espalda del grupo. 

 —("No lo había visto hasta ahora. Pero tal parece que Karn pudo congeniar con Ágata muy rápido")— Dijo Asher algo sorprendido de la rapidez con la cual su hermana y la mantis hembra tuvieron una amistad casi instantánea. 

 —("Bueno, es Karn, nuestra hermana, ¿quién no quisiera escuchar algo de ella? ¡Si es tan cool!")— Respondió Rae con gran entusiasmo mientras veía la escena con su hermano. 

 —"Bueno, hasta a mí me sorprende lo rápido que Karn acepto a esa mantis, ya que usualmente ella y yo éramos muy especiales cuando veíamos una..."— Dijo una voz femenina atrás de ellos. 

 Al voltear atrás se encontraron con Amber la cual estaba más intrigada por la forma en cómo su hermana parecía de la noche a la mañana, haber olvidado sus prejuicios y desprecio hacia las mantis. Y no había que decir que la hembra sentada a su lado, parecía dispuesta a hablar de cualquier cosa. Cómo si eso no fuera lo suficientemente extraño. 

 —("¿Cuánto tiempo llevas aquí atrás sin que nos diéramos cuenta?")— Preguntó Asher algo curioso, ya que nunca la vio o escucho llegar. 

 —"Lo suficiente créeme, además de que tener a una hermana que prácticamente aparece y desaparece te enseña algunas cuántas cosas"— Dijo Amber mientras veía a su hermano, y de reojo dirigía su atención hacia una parte oscura del bosque. 

 Siendo capaz de notar la sutil silueta de su hermana, siguiendo de cerca al grupo, como una depredadora acechando en la oscuridad. Sin mostrarse aún, pero no con intenciones de atacar a los suyos, sino de proteger el carruaje desde las sombras. Mientras tanto Rae y Asher miraron hacia la dirección en dónde creían qué Amber estaba viendo a Akira, sin embargo no la podían detectar o ver, cosa que sin duda era impresionante como a la vez muy aterrador. Ya que por más que forzaron la vista, su olfato u oído cómo Dalia y Jade les enseñaron, no pudieron notar nada. Algo que hizo reír un poco a Amber, al ver la cara de desconcierto de sus dos hermanos.

 —"Descuiden, se van a acostumbrar. Es normal....."— Dijo Amber como si fuera lo más normal del mundo. 

 Antes de que alguno de los dos pudiera decir algo, de la nada vieron cómo el carruaje se paraba de golpe, mientras que adelante de ellos, Frank parecía que se detuvo bruscamente, mientras con su olfato detectaba un olor conocido, que no sabía cómo hacer que reaccione. Un olor dulce, pero al mismo tiempo agridulce, por no decir que también olía cómo a putrefacción y descomposición por dónde quiera que llegara. Ante esto, el macho araña solo pudo sacar sus armas y tomar una postura de combate. Al ver esto, los demás siguieron su ejemplo sin saber lo que ocurría. Pero viendo que quizás no era una buena señal. Ante la mirada de un confundido escorpión que no sabía lo que pasaba. Él mismo iba a preguntar, cuando pronto a sus oídos y los del resto llego finalmente el ruido, de una estampida que rápido se acercaba más y más rápido.

 Miraron en todas direcciones para saber de dónde venían esa supuesta estampida, sin embargo pronto tuvieron su respuesta cuando metros más adelante un discípulo caería, rodando en el piso, antes de ponerse de pie.

 La mantis modificada, entonces lanzó un rugido salvaje y feroz, antes de ignorar al grupo y seguir atravesando la frondosa maleza del bosque. Para que segundos después, más y más discípulos le sigan, para la sorpresa de quiénes aún no habían visto a estas aberraciones antes. Era grande su desconcierto de ver a unas mantis así de salvajes, además de que para las vessels, un frío escalofrío les recorrió el cuerpo entero al ver que estás mantis brillaban con un color que ellas ya conocían bastante bien. Aunque después sus dos hermanos solo pudieron hacer una mueca de disgusto y desprecio al ver a estás criaturas, antes mantis, ahora un montón de cosas que buscaban matar a todo lo que se cruce por su camino. En especial su mirada se endureció al saber que en verdad los rumores eran ciertos. 

 Cierta loca estaba de regreso.

 Y no sólo eso. Sino que también de algún modo había traído de vuelta a sus locas creaciones con ella, y mientras la aparente estampida/horda, los ignoraba, de entre los arbustos saldrían otras dos figuras más altas y robustas, con sus pasos retumbando el piso con cada pisada. Sus estaturas imponentes y sus cuerpos blindados fueron lo que más llamaron la atención de todos, estos solo giraron su cabeza al ver al grupo, sin embargo no se molestaron siquiera en atacarlos. Es más, solo les gruñeron, antes de continuar corriendo con sus demás contrapartes más salvajes y de una casta más baja que la suya. 

 Aumentando el desconcierto de las vessels, así como su sentido de lucha en todos y cada uno de ellos. Y sin tiempo de poder reaccionar a tiempo, de la nada a su lado izquierdo apareció una Horda de infectados; variando si eran bichos con inteligencia o criaturas qué habían sido afectadas por el paso de la estampida. Rápidamente el grupo se las arreglo para poder repeler a la horda que de la nada había aparecido entre los arbustos del camino, mientras tanto el mismo encapuchado, garra derecha de Mavis vio la escena un poco alejado del campo de batalla, mientras todos ellos luchan para evitar ser devorados o infectados por los mismos bichos que ya conformaban a la enorme horda. 

Por su parte, él ya estaba a punto de retirarse, cuando de la nada, sería interceptado por Akira, la cual le lanzó 3 dagas a la cabeza. Que consiguió esquivar al rodar hacia un lado, después de soltar un gruñido algo molesto al ver a su nueva molestia en su camino. Sin decir nada, saco su báculo motosierra cómo el que Karn tenía. Solo que de un aspecto mucho más rústico y algo primitivo. Para enseguida encender las sierras de su arma, que arrancó furiosa, lejos de asustar o intimidar a la silenciosa vessel, ella llevó su mano hasta su espalda, para desenfundar su aguijón y ponerse en guardia. Mientras ambos se examinaron para ver quién iba a dar el primer golpe. Comenzando a caminar en círculos, en lo que alguno de los dos decidía ser el 1ero en tomar la iniciativa. 

 Por otro lado mientras cada uno de los integrantes tenia problemas para acabar con los infectados, al estos ignorar cada herida, corte o golpe que se les diera. Había una entre todos que resaltaba más, y esa era Karn, con su poderosa arma mortal, las motosierras rugían con un zumbido qué daba miedo hasta para sus propios compañeros. La vasija sin compasión cortó a la mitad a uno de los infectados, empezando desde su hombro hasta acabar en su costado inferior derecho. No terminando ahí, la militar dio un gran saltó haciendo girar rápidamente sobre su cabeza su arma. Antes de caer en medio de la horda, atrayendo la atención de la mayoría de bichos y criaturas que la conformaban, con una expresión de desprecio y odio, cada infectado se lanzó hacia ella, sin esperar un turno o algo, pero algo que no esperaban, incluso con su mente colmena; era que la contraria separo su báculo, convirtiendo su larga arma en dos espadas sierras, para comenzar a usarlas para desmembrar y cortar a cada criatura o bicho qué tuviera la desdicha de estar demasiado cerca de ella. 

Las furiosas armas de Karn soltaban un zumbido muy intimidante, mientras ella destrozaba a sus enemigos, con una carnicería digna de admirar, al no demostrar piedad con quienquiera que tuviera al frente. Dejando que su ropa, como máscara y sus armas se llenen de la sangre infectada de Cuánto desdichado tuviera la mala fortuna de atreverse a atacarla. 

 Por otro lado, mientras Rae apretaba con sus raíces a otro grupo de infectados, hasta reducirlos a una bola de quitinas y cuerpos irreconocibles, se percató de que Karn no estaba cerca de ellos, por lo cual preocupado volteo a todos lados, antes de ver la carnicería que no tan lejos de él estaba dando lugar. Mirando con gran admiración cómo su hermana mayor se encargaba con relativa facilidad y con una brutalidad, llevando su aniquilación a todas las criaturas y bichos infectados. Dejando detrás de si, un sin fin de cuerpos irreconocibles, partidos a la mitad por la eficacia de sus armas, ahora mismo el vessel sentía gran envidia por el arma de su hermana.

 Sabiendo que si su madre estuviera ahí mismo, no dudaría en preguntarle a Karn en dónde encontrar un arma así de letal y efectiva. Sin embargo dejaría de admirar la matanza de su hermana cuando a su izquierda escucho el rugido y gruñido de más infectados, cosa que lo hizo regresar su atención al combate qué el estaba librando momentos atrás. 

Por suerte no se encontraba solo, ya que a tan solo unos metros estaba Asher luchando, pero de forma menos agresiva que todos sus hermanos. Debido a que tomaba cada precaución que le fuera posible tomar, y eso era debido a que él en el pasado ya había sido infectado; por lo cual no le gustaría volver a repetir una experiencia tan desagradable cómo esa. Siendo apoyado a un costado por Amber, quién con hechizos y pociones hacía que más de un infectado sufra de su poder mágico. Mientras de paso recibían algún contundente golpe de su bastón, que al igual que el arma de Karn, podía separar para hacer uso de dos macanas, las cuales ahora mismo usaba para golpear a cada bicho en las zonas blandas o menos protegidas de sus quitinas, así mismo cómo golpear la cabeza de los mismos, con una fuerza tan poderosa que no daba créditos a su cuerpo delgado. 

Por la forma en la que quedaban las cabezas de cada pobre desdichado que ella golpeara. Quedando irreconocibles y además con la cabeza totalmente destrozada. No tan lejos de ellos, Elizabeth y Frank se las arreglaron para aguantar juntos todo este tiempo, aunque claro, a veces ellos reconocieron a algunos de sus ex compañeros entre los infectados, cosa que los hizo dudar de si debían seguir atacando o no. 

Pero al ver cómo estos los veían con una mirada llena de odio, desprecio y con ganas de matarlos, fue más que suficiente para hacerles saber que sus amigos se habían ido, y ahora solo quedaba un cascarón vacío siendo controlado por la infección. Por otro lado, Rayden quién seguía esposado al carruaje. Luchaba como podía, siendo que su movilidad estaba limitada. 

 —¡Quítate de encima!— Exclamó Rayden mientras trataba de empujar lejos a una infectada que intentaba agarrarlo de las piernas. —¡Y si alguien viene a ayudarme!— Volvió a pedir, sin embargo todos a su alrededor estaban ocupados con lo suyo, por no decir que tenían los mismos problemas que él. 

 El escorpión cómo podía, pateo en la cara a la infectada, haciendo que caiga del carruaje y ruede un par de metros por la fuerza del golpe, sin embargo en unos instantes, de forma torpe comenzó a ponerse de pie otra vez. Haciendo que el escorpión diga una mala palabra en voz alta. Mientras tanto atrás de él otros infectados trataban de alcanzarlo, usando sus manos sin éxito. 

 Y a todo esto, las bestias que jalaban del carruaje habían escapado luego de sentir el peligro que les venía encima, aunque no llegaron tan lejos cuando un grupo de infectados lograron alcanzarlas y empezar a devorar a ambas bestias, entre sus rugidos y chillidos de dolor. 

 Así que ahora mismo el escorpión no se disponía a acabar igual que las dos bestias que antes jalaban del carruaje, y mucho menos si ni siquiera había conseguido su libertad todavía. Por lo cual sin otra opción el tuvo que optar por jalar con todas sus fuerzas sus cadenas, hasta poco a poco escuchar el ruido de la madera quebrándose mientras el aplicaba toda su energía para liberarse. 

 Finalmente tras un poco de esfuerzo lo consiguió, hasta estar libre de estar encadenado al carruaje, dejando ahora un gran pedazo de madera rotó. Pero a él poco o nada le importó esto, mientras agarraba a la 1er infectada con una de sus tenazas, sujetando su cabeza antes de hacerla estallar cómo a una uva, para luego aventarla a los demás infectados que lo acosaban, y así decidir unirse a la lucha. Ya que cómo siempre decía, su madre jamás crío a un cobarde. 

 No tan lejos de toda esta bulla, el combate entre el encapuchado y Akira había dado comienzo, con las sierras del arma del contrario zumbando con violencia y agresividad, mientras cortan el aire por dónde él las hacía girar, llegando a sacar chispas con el choque de los afilados dientes de su arma contra el aguijón de Akira. Aún así la vessel era más rápida y ágil que su rival, pese a que este quisiera seguirle el ritmo a ella, era incapaz, debido a ver cómo a voluntad, aparecía y desaparecía de su vista, para después atacar desde otro lado.

 Todo esto, mientras detrás suya, la horda que en el camino había crecido, ahora se volvía un pequeño puñado de infectados luego de la carnicería de los hermanos de Akira y del resto unidos al combate. Y ya sabiendo que esto no le gustaría a su jefa y matriarca, gruñó enojado sabiendo que tenía que ponerle un fin a esto. Por lo cual consiguiendo leer los movimientos de Akira. Detuvo uno de sus golpes con su báculo, sacando más chispas por doquier, pero esto también era parte de su plan, ya que algunas de estas chispas caerían sobre la maleza del bosque, provocando así que se de inicio a un gran incendio masivo. Antes de empujar a la vessel hacia dichos arbustos. 

Y luego en un dialecto desconocido para los demás, empezó a gritar a los infectados, los cuales obedientes dejaron de luchar o devorar a las criaturas que tiraban del carruaje, antes de irse del lugar a toda prisa cómo él quería. Pero antes de irse, de entre los árboles y arbustos qué ya empezaban a quemarse, de un gran saltó apareció Akira, quién pese a su rostro inexpresivo, se le notaba por su lenguaje corporal que estaba muy enojada. Así que esquivando el báculo del contrario, desapareció de su vista para reaparecer en un segundo después a un costado suyo, y de un rápido tajo, darle un último golpe, que saco volando parte de su capa, dejando ver una gran tenaza de escorpión, la cual pese a su resistente quitina, todavía recibió daños por ese ataque. Dejándolo con una fea cicatriz. 

Seguido de sacarle un grito de dolor. Antes de que la vessel pudiera atacar de nuevo, un infectado se lanzó sobre ella, y si bien no fue un desafío para la silenciosa asesina. Al levantar la vista de nuevo, el encapuchado ya no se encontraba delante de ella. 

 Por lo cual con un creciente incendio detrás de ella, miró en todas direcciones sin notar a dónde pudo haber ido aquel encapuchado. Pero su persecución iba a tener que esperar, cuando escucho la voz de Karn llamándola, pues ahora mismo todos estaban tomando sus cosas para irse. Pues el incendio estaba amenazando a extenderse hacia dónde se encontraban ellos. Así que la vessel inexpresiva guardo su aguijón en su espalda para después ir corriendo hacia ellos con una velocidad digna de admirar, para ayudar con lo que fuera. 

Por suerte para ellos, no tan lejos del lugar, y aún volando a una altura prudente. Abdul y sus guerreros notaron el creciente incendio, por lo cual él experimentado guerrero y garra derecha de los 6 Lords ordenó a dos de sus hombres dar aviso a las tribus sobre este incendio para ponerle fin como fuera posible. Así que mientras dos de sus hombres se iban en dirección contraria a la suya, él y el resto se acercaron a ver que había ocurrido. Y para sus asombrados ojos, vieron al grupo de Karn recogiendo sus cosas rápidamente para irse de ahí antes de que él fuego los alcance, pero eso no fue lo más sorprendente, sino el hecho de ver una gran cantidad de cuerpos esparcidos por el lugar, mezclando así un gran charco de sangre naranja. 

 Lo cual significaba un mal augurio para todos, ya que sin ser capaces de notarlo, la silueta de una polilla se manifestó entre toda esa sangre derramada. Indicando el comienzo de tiempos aún peores. 

 _ 

 Lejos de ahí, Mavis sentía que por algún motivo la caballería ya había demorado demasiado en llegar, lo que le causó un gran desconcierto, así cómo enojo por no ver este lugar en caos por sus criaturas. Aún así tuvo que aguantarse el enojo, al comer otro canapé, de la bandeja que ella tenía delante de ella encima de una mesa. 

Mientras observaba desde uno de los mejores lugares del pueblo, una pelea entre dos mantis esclavas, a su lado se encontraba Jeffrey sentado con la jaula de ambas pequeñas a sus pies. Y del otro lado, estaba Gareth observando una lucha a muerte entre dos congéneres de Mavis. 

 A si mismo, como un gran grupo de sus hombres también apoyaba esta pelea, apostando por quién ganaría la lucha, llegando a dar cantidades grandes de Geo por una u otra mantis. Esto para Mavis no era nada nuevo, sin embargo si era algo vulgar a su parecer el apostar en una pelea de dos mantis. Ni siquiera ella caería tan bajo cómo para hacer algo así limitando su atención únicamente a la batalla por la vida y el honor entre una y otra contrincantes. Dónde una mostraba más habilidad en el combate qué la otra, puesto que su postura y forma de atacar era mucho más digna de un guerrero, que la de su contraparte. Pues está atacaba en un patrón errático y casi sin tener idea de lo que estaba haciendo, aunque por su naturaleza salvaje, sabía cómo defenderse pese a su poca y pobre experiencia en combate. Ya que ambas solo contaban con una espada, sus garras y una ligera armadura de cuero para combatir. 

 —¿En serio disfrutan ver esto todos los días?— Preguntó Jeffrey algo confundido, casi sin entender el motivo de qué gradas más abajo, los cazadores a órdenes de Gareth se diviertan apostando.

 —No diré que no es entretenido. Porque lo es, sin embargo, a veces hay que verle el lado positivo a las cosas. No importa quién gane o quién pierda. De todos modos, ambas partes reciben su recompensa— Dijo Gareth sin siquiera dirigir su atención hacia Jeffrey, con una mano moviendo el líquido dentro de una copa de vidrio. Presumiblemente vino. 

 —A si, ¿Qué clase de recompensa?— Preguntó el mestizo entrecerrando sus ojos, mientras veía de forma acusatoria, a su anfitrión. 

 —Vivir un día más.....o "libertad"— Respondió Mavis a su duda aunque su voz sonó más sombría, mientras veía cómo el combate se acaloraba entre ambas mantis. 

 Las armaduras de ambas partes ya se veían rotas de diferentes partes dónde hayan recibido un corte sea superficial o profundo. Siendo peor en el caso de la mantis con poco conocimiento sobre el combate, está de manera desesperada se abalanza de nuevo contra su enemigo. 

 Sin embargo el guerrero mantis se apartó hacia un lado, dejándola pasar de largo, para enseguida hacerle otro corte mucho más profundo en su quitina de la espalda. Haciendo que su adversario empiece a escupir algo de sangre por el devastador ataque, el atacante entonces le arrebató su arma a su contrincante, y terminó por rematarlo al hacerle otro corte profundo en su pecho seguido de uno más en su garganta. Acabando así, lentamente con su vida, y dando por finalizado este combate. 

 Con los que habían ganado en las apuestas, cobrando las sumas de Geo qué obtuvieron por este hecho, mientras del lado de los perdedores se lamentaban haber elegido a una mantis débil, al mismo tiempo que decían todo tipo de adjetivos y vulgaridades hacia su cuerpo inerte en la improvisada arena de su pequeño coliseo. Aunque también habían elogios y admiración hacía la mantis qué ganó este combate. 

 Algo en Mavis se hizo presente, un deseo o impulso casi por naturaleza de querer destrozar las cabezas de aquellos bichos e insectos, que se atrevieron a hablar mal de su pariente muerta. Notándose cómo en el agarre de los reposabrazos de las elegantes sillas, comenzaba a dañar la fina madera pulida, al frotar de forma inquieta su garra contra esta. Algo que no pasó desapercibido para Gareth ni para Jeffrey. 

 —¿Pasa algo mantis?, Comienzas a dañar la madera...— Gareth miró a Mavis, notando como en su rostro crecía una expresión molesta difícil de ocultar. 

 —No, estoy bien.....Te lo aseguro...— Tuvo que responder Mavis, entre dientes, forzando una sonrisa tranquila pese a su expresión molesta. 

 Gareth la miró detalladamente, antes de comenzar a reír un poco divertido por la actitud de Mavis, aunque también siendo motivo de preocupación de Jeffrey, al pensar que la mariposa se burlaba de su jefa. Por suerte, la cosa no escalo a algo mayor. Aunque si notaba que la mantis a su lado desprendía un aura cómo si quisiera matar al macho a su lado, y pese a que la amenazante postura de la hembra no se dirigía para él; aún así sintió escalofríos recorrer su cuerpo. Incluyendo a las pequeñas murciélagos atrapadas en la jaula, con bozales que les impedía lanzar una bola de fuego para salir de su cautiverio. Y antes de que un asesinato sea cometido ahí mismo, a plena luz del día, frente a la vista de todos. La voz del presentador del coliseo llamaba a todos a acercarse una vez más, ya que estaba a punto de iniciar la siguiente ronda de combates del día. 

En ésta ocasión, un gran domo de cristal se despegó sobre toda la arena, debido a que tocaba el plato principal del coliseo. Los combates entre murciélagos, cosa que despertó el interés de Mavis, haciéndola olvidar su enojo y crecientes ganas de matar al mariposa sentado a un lado suyo. Y tal cómo se había anunciado, pronto de las grandes puertas del coliseo, un buen número de murciélagos había salido de las mismas, todos y cada uno de ellos con un bozal qué no podían quitarse, así mismo con el mismo tipo de armadura que el de las mantis. Pero entre todos, uno resaltaba más, y ese era Edward. 

Él cuál fue empujado dentro por la hormiga y el escarabajo Goliat qué lo trajeron de la mansión en primer lugar. El murciélago para su propio asombro así como temor, había sido elegido para este show sanguinario, simplemente por ser de un color diferente al del resto de murciélagos, y eso pronto se evidenció a la hora en la cual muchos de sus congéneres fueran o no fueran afiliados a la llama escarlata, lo miraban con algo de desconfianza así mismo cómo se iban apartando de él, pensando que quizás la coloración de su pelaje se debía a una enfermedad contagiosa o algo por el estilo. 

Edward estaba nervioso y a la vez algo temeroso por lo que podía llegar a pasar aquí; sin embargo al ver por encima del transparente domo que había sido instalado por la seguridad de sus captores, pudo notar la presencia de la mantis que se llevó a las pequeñas. Así que una idea corrió por su cabeza tan pronto la vio. Mientras divagaba en sus pensamientos, no se percató de que el presentador dejó de hablar, no sin antes dejar que su líder les diera unas rápidas palabras a todos los "gladiadores" de la arena. Cosa que hizo que todos volteen su atención hacia el macho mariposa. 

 —Muy bien damas y caballeros, ustedes ya saben quién soy yo, y de lo que es capaz mi gente y ustedes más que nadie en este asentamiento lo sabe— Decía Gareth, quién se había levantado de su asiento y caminando hasta el borde del barandal, para que lo vieran mejor. —Ya se habrán dado cuenta de qué si fueron elegidos fue para no solo combatir cómo bárbaros; sino que también fueron elegidos para poder ganarse su libertad. Sus palabras hicieron que hubiera un gran número de murmullos en el campo de batalla debajo de él, siendo qué aún habían muchos escépticos qué no creían en sus palabras. Sacándole una risa por la desconfianza de los contrarios, aunque no le tomo demasiada importancia. —Pero cómo soy alguien "justo", haré que uno de todos ustedes gané su libertad— Diría el líder de la comunidad de cazadores y esclavistas, antes de poner directamente su mirada sobre el murciélago azulado.  Edward al notar que lo estaban viendo, tuvo un ligero escalofrío de que pronto algo no iba a salir bien. 

 —Así que....¡Su primer desafío del día para ganarse su libertad, será matar al murciélago azulado del centro!— Exclamó Gareth mientras señalaba a Edward con un dedo, haciendo que este finalmente abra sus ojos con impresión y temor. —¡Qué de inicio la batalla!— Terminó de anunciar, antes de que uno de los que supuestamente sería un oficial entre los suyos, toque un cuerno de batalla. 

 Los demás murciélagos apenas oyeron eso se giraron a ver a Edward, algunos con miradas apenadas cómo si no quisieran hacerle daño, otros con miradas más afiladas y agresivas, y otros más con miradas de odio hacia el contrario. Sin importar si eran machos o hembras. Él se encontraba solo en esto al parecer. Y si no fuera por el bozal, trataría de dialogar con los demás para evitar que aquí ocurra una matanza, pues él no era alguien que adoré la violencia, pues si él pudiera, trataría de evitarla antes de que se inicie un combate. Pero en las condiciones actuales, no tenía de otra más que defenderse, viendo que había quiénes jugaban con sus armas antes de seguir acercándose a él, y arrinconarlo contra la pared. Mavis miró de reojo a Gareth y después a Edward antes de suspirar, y ponerse de pie antes de ver lo que pasaría después.

—Con permiso— Dijo está, antes de que con una seña hiciera que Jeffrey se ponga de pie y la siga, trayendo a las pequeñas consigo. 

 —¿A dónde vas?— Preguntó Gareth con curiosidad, olvidando por un momento la escena de Edward desesperado tratando de evitar un conflicto contra él.

 —A dar una vuelta....— Fue la corta y fría respuesta directa de Mavis, sin siquiera voltear a ver a su anfitrión. 

 Que lejos de enojarse, hizo un ademán con la mano regresando su mirada hacia su improvisado coliseo. Viendo con una copa llena de vino, la escena de Edward tratando de dialogar incluso mediante señas para evitar que hicieran algo tan tonto, cómo atacarlo en grupo. Dejando así ver como poco a poco era rodeado sin tener una ruta de escape. Y quedándose también sin opciones. 

 _ 

 [Territorio Mantis] 

 Un explorador mantis rápidamente llego corriendo hasta un rústico campamento de apariencia tribal, que había sido montado en medio de un bosque no tan lejos de las tierras qué aún seguían perteneciendo a ambas tribus aliadas. Él explorador paso de largo a todos los que tuviera enfrente, hasta llegar a la gran carpa que se alzaba en el centro de todo el campamento. 

Que igualmente era la única con más espacio que las demás. 

 Y no era para menos si sus ocupantes eran los 6 Lords, quiénes personalmente habían venido a buscar el paradero de la mantis que tantos problemas les había dado. Aunque no se encontraban solos, ya que también en este campamento pero más alejada de su carpa, también se encontraba una de menor tamaño, pero igual de grande que la de ellos. La cuál era la de Jade y Salvia. 

 Al momento de llegar con sus Lords, el explorador realizo una respetuosa reverencia ante sus líderes, antes de que con un ademán de garra, Jasir le pediría que contará todo lo que sabía. 

 —¡Mis Lords, hace unos minutos unos de los guerreros de Abdul nos notificó de un gran incendio, que se está propagando rápidamente hacia nuestras tierras!— Exclamó algo agitado, mientras veía a sus 6 líderes. 

 Con una mueca de disgusto, Jasir suspiro pesadamente antes de que rápidamente se pusiera de acuerdo con sus hermanos. 

 —Saud y yo podemos ir con otro grupo de nuestros más fieles guerreros y apagar el incendio hermano!— Dijo Lewa mientras daba un paso al frente, seguido del susodicho antes mencionado. 

 —Bien, pero tengan cuidado. Ya saben que las llamas de un incendio pueden ser traicioneras...

 Respondió Jasir, a lo cual sus hermanos asintieron al mismo tiempo. Para luego salir de la carpa y llamar a sus guerreros, y con una velocidad digna de un Lord, salir a toda marcha hacia dónde el incendio se estaba extendiendo. 

Detrás de ellos siendo seguidos por más de sus guerreros, que al instante de ver a los Lords qué servían más fielmente, dejaron todo lo que estuvieran haciendo para seguirlos. Aunque tampoco era cómo si necesitarán indicaciones de hacia dónde iban, ya que también pudieron notar a lo lejos que una gran columna de humo se elevaba por los aires. Jasir suspiro algo cansado, mientras veía de nuevo al explorador. Esperando más noticias sobre a quién estaban buscando. 

 —¿Alguna otra noticia o novedad de la que debamos estar al tanto?— Preguntó el Lord con cicatriz más prominente en su pecho. 

 —¡De hecho sí!, Creemos que la mantis a la que buscamos se encuentra en un poblado de cazadores y esclavistas— Dijo el explorador mientras veía a su Lord. 

 —¿Y qué hace ella en un lugar así?— Volvió a preguntar Jasir con curiosidad. 

 —Quién sabe, quizá al final alguien ya lo pudo atrapar antes que nosotros. Y ojalá sufra la desgraciada— Dijo Ashanti, cruzada de brazos y recargada sobre unas cajas. Sus palabras fueron cómo dardos llenos de veneno hacia Mavis. 

 —Lamento informarle mi Lord, pero según nuestros exploradores aéreos, no se encuentra detenida o trabajando cómo una esclava. Más bien anda libremente por su pueblo, tal parece que ha hecho un trato con el líder de los esclavistas, ya que nadie le hace nada y la vieron entrar y salir de la casa principal— Explicó el explorador, causando la decepción en 3 de los 4 Lords restantes en la carpa. 

 —Bien, muchas gracias por la información, a partir de aquí nosotros se lo haremos saber a los Lords Jade y Salvia— Dijo Jasir, dejando que el explorador haga otra reverencia hacia ellos. Antes de salir de la carpa. 

 —Bueno.....esto sin duda "alegrará" a Jade y a Salvia....— Dijo Jasir antes de suspirar pesadamente, dejando notar algo del sarcasmo en sus palabras. 

 Volteando a ver a sus hermanos, antes de hacerles una seña para que lo sigan, siendo rápidamente obedecido. Kande agarro su pesada hacha de batalla de dos cabezas antes de colocarla sobre su hombro cómo si nada, y Ashanti se cruzó de brazos detrás de su espalda a modo de contener sus ansias de hacer algún comentario o acción despectivo hacia los otros mencionados. Y por último Morati se hallaba sumido en sus pensamientos, mientras agarraba su bastón y salía detrás de sus hermanos. Así siguiendo al Lord hasta la otra mitad del campamento, que sería la de los dos hermanos antes mencionados. Durante su camino, fueron saludados por sus súbditos con gran respeto, algunos haciendo una reverencia incluso antes de que estuvieran frente a ellos. 

Para darles paso a su destino, qué era la mitad del campamento designado a Jade y Salvia. Aquí la cosa rápidamente cambió, entre miradas de desdén, o poco interés, o una que otra hembra o macho susurrando cosas acerca de la Lord Kande. En fin, una situación a la cual ellos no eran tan ajenos, así cómo también tenían mucho conocimiento acerca de que sabían que no era bien recibidos ahí. Al menos 3 de los 4 hermanos.Ya que con Morati cambiaba la cosa, siendo quién más se notaba un trato más amable y cálido por parte de la tribu de Jade y Salvia. 

Incluso más de uno le saludaba, y el Lord de prominente cicatriz en el rostro no dudaba en responder el caluroso saludo. Sin duda un contraste a lo que sus hermanos sufrían.

 —¿Podrías dejar de hablarles? No son tus súbditos.....— Dijo Ashanti mirando a su hermano con enojo, disgustada de la idea de que él tuviera tan buena relación con otra tribu que no fuera la de ellos. 

 —Los problemas que tengas con la gente de Jade y Salvia, no son mi problema hermana. Además trato siempre de ser comprensivo y capaz en tomar muchas decisiones que puedan mejorar nuestras relaciones de comercio y amistad, algo que sin duda tú también deberías aprender de mí— Dijo Morati sin temor a la forma en cómo podría reaccionar su hermana.

 La Lord con cicatriz en la mejilla solo le dedicó un bufido de molestia, mirando hacia al frente, y haciendo más duro el apretón en sus brazos para contener la furia y enfado qué sentía. Cosa que llevó a Morati a suspirar. Ya que sabía que su hermana tenía todavía un largo camino para recorrer, si antes quería llevarse bien con Jade o con sus súbditos. Luego de caminar un rato más, llegaron a la carpa de los Lords, y antes de entrar Dalia los encontró en la entrada. 

 —¿Traen alguna novedad?— Preguntó la mantis mientras se cruzaba de brazos. 

 —Algo así, si se podría decir— Dijo Kande antes de acomodar su hacha sobre su hombro. 

 —Bueno, será mejor que entren, creo que el ya tener más información podrá poner de buenas a los dos— Dijo Dalia antes de hacerse a un lado dejando pasar a los 4 Lords. 

 De inmediato el cuarteto le hizo caso a la mantis, antes de cruzar el umbral de la entrada, dando paso así a que ellos entren a este lugar. Para una junta con el dúo de Lords que menos querían ver, al menos por parte de Kande y Ashanti. 

 _ 

 Mientras el grupo corría alejándose del peligro que significaba estar cerca de un potente incendio cómo el que había dado comienzo. En un claro dónde ellos solo se detuvieron a descansar tras escapar de las llamas. Lo bueno era que cerca de ellos había un pequeño riachuelo, con el cual podían limpiar sus cuerpos y armas. 

 Aunque con más interés e intensidad para limpiar a su hermana era Rae. Pues éste al ver cómo la vessel había quedado llena de la sangre y vísceras infectadas de los bichos, insectos y criaturas que ella mató; se preocupó por su bienestar. Al saber lo que podría llegar a pasarle si una gota de esa sangre seca llegaba a meterse en sus ojos o boca. O cualquier herida hecha durante el combate. 

 —¡Rae, para!, ¡Estoy bien....Rae!— Llamó Karn la atención de su hermano que sin dudar frotaba una tela arrancada de su capa, para limpiar la cara de su hermana. 

 La vessel tuvo que agarrar las manos de su hermano al este andar de pesado, lo cual le sacó un suspiro pesado antes de notar su expresión preocupada, y por fin rendirse, dejando que él le limpie de su rostro. Aunque también usando otros trapos para limpiar el resto de su máscara, así mismo cómo parte de su cuerpo; aunque en ciertas zonas Karn fue la encargada de limpiarse, por ciertas cuestiones. 

 —¿Y bien, ahora qué?— Preguntó Rayden, mientras limpiaba en el riachuelo sus grandes tenazas, a la vez que dirige su atención hacia los demás. 

 —Ni idea...— Respondió de mala gana Frank, soltando un largo y desganado suspiro. 

 —Bueno, eso sin duda es de mucha ayuda.....— Dijo Rayden con sarcasmo, rodando los ojos tras la respuesta que recibió. 

 Lejos de querer pelear con el escorpión, la tarántula se puso de pie para luego comenzar a limpiar su ropa y cuerpo, tras la larga batalla que tuvieron. Siguiendo su ejemplo, el resto también se acercó más al riachuelo para poder lavarse la sangre de sus cuerpos y ropajes. Teniendo que quitarse sus ropas, en caso de Karn, pues su capa había quedado llena de sangre y vísceras, las cuales ahora iban saliendo conforme ella tallaba su capa contra una piedra del riachuelo. 

 Su quitina y cuerpo negro llamaron la atención de Ágata quién no estaba tan lejos de ella limpiando sus propios ropajes. Antes de mirar a otro lado, en el instante que la vessel notó cómo ella se le queda viendo. Por suerte, la cosa no llego a ser más vergonzosa para la mantis.Así que tras la limpieza de armas, ropa y de sus propios cuerpos, todos ahora se encontraban rodeando una fogata que habían improvisado. Mientras veían que ya no tardaba mucho en caer la noche, el cielo anaranjado era una prueba de ello. 

 —Bueno, ¿algún plan?— Preguntó Ágata cruzada de brazos mientras estaba sentada sobre una roca. 

 —No, aún no....— Nego con la cabeza Elizabeth, tratando de hacer que sus alas se sequen más rápido. 

 —¿Nadie más?— Volvió a pedir Ágata, un poco más desesperada mientras veía a todos los miembros del grupo. 

 Rae levantó su mano, pero rápidamente Asher lo obligó a bajarla debido a que ya sabía que su hermano iba a hacer algún plan alocado qué sin duda los metería en más problemas. Por eso y más todos se quedaron callados, hasta que no tan alejados de ellos, Akira al parecer captó la atención de Karn.La vessel militar se puso de pie, después de ella el resto hizo lo mismo para luego acercarse a dónde estaba la misteriosa vessel asesina. Viendo no tan lejos de ellos el mismo asentamiento al que Karu y compañía querían adentrarse cuando la noche estuviera en su punto más alto. 

 —Bueno, tal parece que ese era el lugar que estábamos buscando.....solo espero que esos monstruos no hayan dado con el, o habrá más preguntas que respuestas ahora mismo....— Dijo Karn en lo que daba la orden de que todos agarren sus cosas y se alisten. 

 Estuvieran secas o no, todos hicieron caso, incluyendo a Rayden que por algún motivo lejos de escapar permanecía con ellos. Quizá producto de sentir que era su deber acabar con más de esas cosas, y también porque creía que eso haría que su castigo fuera revocado por los Lords.

 Sea como sea, todos ellos emprendieron su viaje hasta aquel lugar, esperando que ahí pudieran encontrar las respuestas a las preguntas que tenían. 

 _ 

 Mientras tanto del otro lado, Karu, Alison y compañía se preparaban para una loca noche. Sabiendo que quizás tendrían que usar la fuerza letal de ser descubiertos en algún momento. Tanto el vessel cómo la murciélago se pusieron listos, cada uno a su manera, al mismo tiempo que Ned y Rosa le daban las últimas indicaciones a Bell de lo que tenía que hacer. 

 —Recuerda, si se despierta e intenta escapar. Lo golpeas en la nuca— Ned le dió un ejemplo a Bell simulando un gancho a la cabeza del cazador. 

 —No te acerques mucho, podría llegar a ser peligroso. ¿De acuerdo?— Rosa en ésta ocasión fue la que hablo, pero no sin antes limpiar algo del pelaje de Bell. 

 —Lo sé, lo sé. ¡Ya no soy un niño para que me traten con mucho cuidado!— Se quejó Bell cruzándose de brazos con una manera tierna de enojarse. 

 —Técnicamente sigues siendo un niño para tu especie....— Respondió Ned, en lo que levantaba sus hombros, al mismo tiempo que cruzaba sus brazos. 

 Bell suspiro, simplemente decidiendo acatar cada orden que el dúo tuviera, al final cuando la noche cayó, Karu dió la orden de avanzar. En lo que revisaban por última vez sus cosas. 

Antes de proceder a lanzarse hacia el puesto de avanzada. Siendo el vessel y la murciélago quiénes se encargaron de liderar está misión, sin dejar atrás a los dos guerreros que se les habían unido. Dejando solo a Bell quién suspiro aburrido ante la idea de cuidar de alguien desmayado y con heridas por su cuerpo entero. Aún así, era su labor. 

Y tenía que desempeñarse bastante bien.Si después quería ser tomado en cuenta por el vessel. Pero algo que no sabía ninguno de ellos, es que pronto la noche se iba a llenar de sorpresa tras sorpresa.

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¡Hola! Gracias por quedarse hasta el final de otro capítulo, bueno creo que esto ya se lo saben pero comenten que les pareció este capítulo, compartan la historia con sus amigos y también voten si les gusto. Y recuerden que al hacerlo me ayudan a que siga trayendo más contenido para todos ustedes, con lo cual yo estaría más que encantado de hacer eso, continuar la historia hasta terminarla de una buena vez por todas.

Bueno ahora sí no tengo mucho que decir más que ya se viene el cierre de está temporada dentro de poco, así que sin más que decir yo me despido de ustedes hasta aquí.

¡¡Hasta la próxima!!


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