T2: Delirios Religiosos.
[Al Alba]
Los primeros rayos de luz atravesaron las copas de los árboles dentro del pantano, dónde se podía ver cómo los últimos edificios ahora derribados y quemados, sacaban humo después de horas de estar ardiendo sin parar. Los pocos que no habían sido encontrados, raptados, o asesinados, se encargaron de las tareas de limpieza, búsqueda y atención a los heridos.
Mientras tanto de los escombros de una casa, Karu saldría de golpe, con una fuerza no habitual en él, gruñendo, aparte de tener una pupila fina de color carmesí brillando en ellos, además de que de sus ojos también salía un aura carmesí que era tenue pero visible. Las líneas por todo su cuerpo, excedían todo brillo carmesí y se notaban más que nunca. Mirando a su alrededor, el vessel noto que todo había terminado, y que ahora solo quedaban las secuelas del ataque de la noche anterior.
Salió bruscamente de los escombros y se fue caminando, ignorando sus heridas o el hecho de que su apariencia era ahora más intimidante, yendo por las calles del asentamiento destruido, su ira creció al ver a madres desconsoladas llorando por sus hijos, hijos que lloraban las pérdidas de padres y hermanos, y de los llantos y quejidos de aquellos que resultaron heridos o perdiendo mucho en el ataque.
Y entre toda la oscura, desgarradora y desalentadora situación, una cosa llamó más la atención del enojado vessel, en el medio de la calle, un pequeño niño lloraba ante la pérdida de toda su familia, siendo consolado por un murciélago no de fuego, que tenía un vendaje cubriendo gran parte de su rostro. El llanto del niño y como llamaba a sus padres a que se pudieran levantar, solo alimentaron más el enojo de Karu; apretó sus puños con un odio creciente.
Y a pesar de no ser capaz de verlo, todo su cuerpo pronto fue rodeado por la misma aura que salía de sus ojos, este de inmediato se dirigió a la mansión para ver todos los daños causados, y de ahí planear cómo pensaban a contraatacar a los cazadores; pues si de algo estaba seguro. Es que esto no se iba a quedar así.
Dentro de la mansión, Alison despertaba luego de haber sido noqueada, al inicio ella estaba mareada y confundida por el golpe. Sin embargo, al recobrar todos sus sentidos, ella rápidamente se levantó, preocupada y asustada. Viendo que su tío o las niñas no estaban por ningún lado.
—¡No, no, no, no, no!— Exclamó Alison, en lo que buscaba a Edward o las niñas por todos lados. —¡Maldición esto no es posible!— Gritó con furia, cayendo de rodillas, llorando de impotencia mientras golpeaba el piso con sus puños.
Tras unos minutos llorando en silencio, se puso de pie, limpiando las lágrimas de su cara, para salir de la cocina y dirigirse al despacho de su padre. Todo mientras el personal restante, junto a la ayuda de Bell, Rosa y Ned, ayudaban heridos, y a todos con diversos apoyos. En esos momentos el vessel entró por la puerta principal, causando que todo el alboroto se detenga por unos instantes, pues su presencia causó temor en todos los presentes. Tanto que a pesar de que el enojo de la vasija no iba dirigido hacia ellos; algunos se pusieron en posición de combate. Pero él pasó de ellos, yendo directamente al segundo piso, al ver esto, el gusano que recordaba a cierto monarca pero con pelaje, vio a sus dos cuidadores.
Para luego comenzar a caminar detrás de Karu, a pesar de que estos trataban de detenerlo. Pero no importaba lo que ellos intentarán, al final llegó a su habitación y no viendo a Edward o las niñas por ningún lado, su enojo aumentó al punto dónde podían jurar qué sus puños se habían convertido en afiladas garras. Este iría directamente al piso de abajo, para ir al despacho de Isaac urgentemente.
En su despacho, Isaac estaba sentado sobre su silla enfrente de su escritorio, con un semblante decaído, preocupado y triste, delante suya tenía su botella de whisky medio vacía, y en sus manos sujetaba el vaso de vidrio qué estaba utilizando para ahogar sus penas.
Su momento de soledad deprimente se terminaría cuando las puertas de su despacho fueron abiertas de golpe, Isaac ni siquiera se inmuto a ver quien había entrado de esa forma tan violenta, aún así la voz de su hija le haría levantar su vista ligeramente. Escuchando cómo estaba tratando de decirle algo, pero a él ya nada le importaba. Menos aún con la mitad del asentamiento destruido, una gran suma de raptados y ni hablar de la cantidad de muertos. Alison exasperada gruñó con molestia viendo que su padre ni se molestaba en verla o escucharla.
En su lugar, él empino de nuevo otra vez el vaso de whisky, causando aún mucha más frustración e irritación en su hija. Y antes de que ella pudiera seguir pidiendo o reclamando algo de atención, un aura pesada se hizo presente en la habitación, al mirar hacia atrás, la murciélago se llevó una gran sorpresa al mirar de pie a Karu en la entrada.
Con una apariencia más intimidante de lo habitual, además de que por alguna razón lo veía un poco más grande al vessel. Él se acercó hasta dónde padre e hija se encontraban. Alison veía de pies a cabeza al contrario, mientras se acercaba a ellos, pese a que la furia y enojo de Karu no iba dirigido a ella o a su padre, la murciélago sintió la necesidad de ponerse en alerta por cualquier cosa.
Mientras tanto Isaac veía de pies a cabeza al vessel, con una mirada algo ebria de tanto tomar whisky, cuando por fin estuvieron cara a cara, Karu fue el primero en tomar la palabra.
—"¿Qué estás haciendo ebrio? Hay que ir por esos malditos"— Dijo Karu con un tono serio y enojado.
—...¿Qué caso tiene?...Se fueron, no hay nada que podamos hacer, solo, volver a empezar desde cero...— Respondió Isaac con voz ebria, sirviéndose otro trago más.
Cosa que enfureció aún más a Karu, pues el vessel no dudo en arrebatar la botella de la mano de Isaac, para lanzarla con violencia lejos de ellos, haciendo que al impactar en la pared, se escuche el ruido de la botella de vidrio rompiéndose en muchos pedazos. Lejos de enojarse, el murciélago miró frívolo y desinteresado al contrario.
Alison se mantenía callada, debido a la tensión creciente del momento, ella sabía que debía hacer algo para controlar la situación, sin embargo sabía que un 3ero en este momento solo pondría más leña al fuego. Así que se mantenía al margen, solo lista para hablar o actuar cuando lo considere adecuado hacerlo.
—"¿Es en serio que te vas a emborrachar sin siquiera hacer algo antes por todos los que han capturado? ¡No seas patético maldita sea!, ¡Ahora mismo todos ellos nos necesitan; y tú pierdes el tiempo al no querer ayudar mínimo en saber hacia dónde se los llevaron!"— Dijo Karu, levantando su voz, de sus ojos salía un aura carmesí cada vez más notoria y más brillante.
Isaac notó esto, y quedó en silencio, solo pudiendo observar y analizar al contrario, pues sin duda ahora estaba notando algo preocupante con el vessel. Justo cuando estaba a punto de abrir la boca para hablar, unas voces que provenían desde el pasillo, llamaron la atención del trío.
Al mirar hacia atrás, Bell entraría al despacho de Isaac, junto con Ned y Rosa, que en todo momento trataron de detenerlo para evitar que hiciera alguna locura. Pero no siendo capaces de lograr su objetivo.
—¡Yo se como podemos ayudar!— Dijo Bell, adentrándose más al despacho, a su vez que veía de reojo a Karu y Alison.
Notando como Alison lo miraba curioso, y el receptáculo, bueno, él daba miedo con su nueva apariencia. Parecía que lo juzga con una mirada severa y fulminante. Cosa que lo hizo encogerse un poco, ante tal intensidad de odio y desprecio que llegaba a notar en el vessel.
—¿Tú, ayudarnos? ¿Y de qué forma?— Preguntó Isaac escéptico, mientras lo veía sin tener mucha fe en Bell.
—B-Bueno, a-anoche mientras los demás cazadores e-escapaban, fuimos capaces de atrapar a uno y dejarlo como p-prisionero...— Dijo Bell nervioso, así como inseguro por la forma en que 3 miradas lo veían fijamente con distintas expresiones.
—¿¡En serio?!— Alison exclamó sorprendida de saber eso. —No me malinterpretes Bell, pero nunca creía que tú fueras del tipo que pudiera luchar o algo así...— Dijo Alison rascándose la nuca algo avergonzada de aceptar lo que pensaba de él.
—Descuida, no eres la primera que ha pensado así de mí. Quizás no me pueda defender físicamente hablando. Pero soy muy bueno, a largas distancias— Dijo Bell mientras jugaba nerviosamente con sus dedos.
Karu no dijo nada, solo vio a Bell y luego dirigió su atención hacia Isaac, viendo que este no tenía intenciones de hacer nada por el momento. Tomó la decisión de ir por cuenta propia, a dónde estaba el cazador capturado; no sin antes mirar a Alison de reojo y después salir de ahí sin decir nada más. Incluso llegando a ignorar a Bell y sus cuidadores.
—¿Y a ese que le pasa?— Preguntó Ned algo enojado por la actitud de Karu hacía con ellos, y especialmente hacia Bell.
—Ni idea. Son a ustedes a los únicos que no les presta tanta atención, no sabría decir por qué motivo pasa eso, pero bueno. ¿Nos podrían dejar solos unos minutos? Tengo que hablar con mi padre de varios asuntos urgentes—
—Así sirve que alcancen a Karu y le digan dónde dejaron a ese cazador— Dijo Alison, a lo cual los 3 accedieron a irse.
Dejando solos a padre e hija nuevamente, esta vez viendo que la puerta fue cerrada detrás de ellos, solo tuvieron que pasar unos cuantos segundos, antes de que Alison viera a su padre con una mirada de decepción, enojo y frustración. Tras unos cortos segundos de silencio incómodo, dónde ambos mantenían contacto visual, fue la hembra la primera en tomar la palabra.
—¿¡Por qué no nos ayudaste?! ¡Pudiste haber evitado qué se hubieran llevado a mi tío, y sobretodo, que no se hubieran llevado a muchos como lo hicieron anoche esos malditos!, ¡Pero decidiste ocultarte, evitar los problemas en vez de enfrentarlos cara a cara!— Exclamó Alison furiosa y algo decepcionada de su padre.
—...¿Y acaso crees que yo quería dejar que esto sucediera? Por supuesto que no, intente que las cosas no se salieran de control, y aún así les falle. Si no peleé con ustedes anoche, fue porque estoy sellado en contra de mi voluntad, ¿recuerdas?— Dijo Isaac, quien a pesar de seguir ebrio estaba teniendo un cambio repentino de actitud. —Yo jamás hubiera permitido que algo pasará, y tú ya lo sabes, pero hice un trato hace años atrás.
—Confinado a pasar mis días dentro de esta estúpida mansión, ni siquiera soy capaz de poner un pie en el jardín, porque enfermo; y además no es como si aún fuera joven sabes. Los poderes que antaño poseía, a día de hoy ya no son los mismos; mi fuerza y fortaleza física con el pasar del tiempo han disminuido, así que, ¿Qué podría ser capaz de hacer un viejo e inútil murciélago como yo, contra unos cazadores expertos eh?
Isaac esbozo una ligera sonrisa, más que nada de lástima hacía sí mismo, riendo para sus adentros, mientras se ponía de pie y caminaba hasta quedar debajo del retrato familiar que tenía colgado en la pared, sobre la chimenea de su despacho. Alison lo observaba con una mirada algo triste pero a la vez compasiva, su padre ya no era quién solía ser antes. Y todo culpa de un trato qué hizo con cierta deidad a la que alaban, o más bien, a la que temen.
—....Yo se que quizá ya no seas joven, o que ya no tengas la misma fortaleza física de antaño, pero aún sigues siendo un buen líder. Yo lo sé, solo que tienes miedo de enfrentar los problemas de frente, como solías hacerlo— Dijo Alison con voz compasiva, mientras trataba de hacer que su padre hiciera algo por ellos.
Sin embargo, el murciélago inhalo y luego exhaló pesadamente, sin mirar a su hija, solo siendo capaz de cruzarse de brazos bajo el retrato familiar. Viendo que en esos momentos, su padre necesitaba estar solo para pensar algunas cosas, ella hizo una mueca de disgusto y algo de inconformidad, por la forma de actuar del contrario. Antes de salir del despacho de su padre, ella se detuvo a unos escasos metros de la puerta.
—Solo te aviso, que si tú no haces nada, no quiere decir que yo también me voy a quedar de brazos cruzados; así que iré a rescatar a los demás, quieras o no...—
Tras decir esto, salió sin más demora, dejando pensativo al murciélago, quien no despegó su mirada del retrato de él, su esposa y su hija.
[En otro lado de la mansión]
En una de las habitaciones de la enorme mansión, un cazador desafortunado estaba intentando encontrar la manera de escapar, estaba atado de manos y piernas a una silla, mientras trataba de tirarla o romperla por todos los medios que fueran posibles. Pero nada funcionaba, justo cuando parecía que ya había encontrado la manera correcta de romper la silla de madera. Unos pasos lo pusieron en alerta, pues venían rápido en dirección en la que estaba él. Por lo cual se detuvo, fingiendo no haber intentado escapar antes.
Esperaba que fuera alguno de los bichos o murciélagos qué ya había visto antes, pero para su mala suerte, quién abriría la puerta sería Karu. Al ver al gran vessel entrar, se quedaría paralizado de miedo, ya que este no se encontraba de buenas que digamos. Y antes de que siquiera pudiera abrir su boca, un fuerte puñetazo fue conectado a su rostro, haciendo que sangre de inmediato.
—¿¡Pero qué mierda?!— Exclamó muy adolorido, él cazador mientras veía un continuó flujo de sangre, cayendo desde la mitad de su rostro.
El golpe había sido tan agresivo que le ocasionó, una laceración en su quitina, y a la vasija poco le importó, solo tomo una silla y se sentó frente al contrario, en silencio, serio y enojado.
—"Bien imbécil, te daré una sola oportunidad para que me digas a dónde se fueron tus amigos de mierda; o voy a conseguir la información por otros medios"— Dijo Karu con un semblante de seriedad y agresividad.
—¡No te diré ni un carajo, escarabajo hijo de...! ¡AHHHHHH!— Decía el cazador, para luego gritar de dolor cuando un cuchillo hecho de piedra fue incrustado en su pierna.
—"No es lo que yo quiero escuchar, mira, no estoy de humor, tus amigos se han llevado a los míos, y probablemente tengan ideas muy asquerosas y muy retorcidas con ellos, así que quiero que cooperes. Y puede que no salgas tan lastimado..."— Dijo Karu, que para demostrar que no se andaba con juegos, comenzó a mover el cuchillo en la pierna del cazador.
Causando mucho daño y también dolor al cazador, para luego ver como el vessel se levantaba e iba por las cosas de él, he aquí este pudo haber aprovechado la oportunidad para escapar o intentar siquiera zafarse, pero no tuvo tiempo, ya que por la puerta entraría una sorprendida Alison acompañada de Bell y compañía. Los recién llegados vieron la escena confundidos y sorprendidos, pero dejarían al contrario actuar.
Karu tomó asiento de nuevo frente al cazador, y puso el mapa que agarró de sus pertenencias para que marque algún punto de referencia o clave en el mismo.
—"Muy bien, escucha con atención, vas a marcar en el mapa, el lugar dónde el resto de tus amigos se esconden, y si no me gusta la respuesta, te va a ir mal..."—
El cazador sabía que era arriesgado el vender a sus compañeros así como así, por lo cual se negó, recibiendo un severo castigo de Karu. Él vessel arrancó su cuchillo con fuerza bruta de la pierna del contrario, haciéndolo gritar aún más de dolor, para luego comenzar a darle una golpiza. Bell, Rosa y Ned viendo que la situación iba a ser una que no querían observar salieron de la habitación, pero a pesar de la insistencia de parte del gusano hacia Alison, ella se negó a salir, quedándose a disfrutar del espectáculo y participar del mismo de ser necesario.
Tras lo que pareció ser más de un minuto, Karu se detuvo mientras sacudía un poco sus nudillos, luego de semejante golpiza que le dio al cazador, este estaba muy golpeado y herido. Tosiendo algo de sangre, como prueba irrefutable de que el vessel se había excedido un poco con sus golpes. En lo que él iba por un trapo para limpiar sus manos la sangre qué se le había quedado. Alison dió un paso al frente ahora.
—¡Hey, mírame, aún no hemos acabado!— Dijo Alison dándole algunas bofetadas rápidas en su rostro, después de que parezca que se fuera a desmayar.
—P-Por favor, yo n-no se nada que les sea útil...— Dijo el cazador, tosiendo más sangre hacia el piso.
—Y en eso te equivocas de nuevo, y a menos que quieras que el grandote de por allá vuelva a ponerte una buena golpiza, será mejor que nos digas algo que nos sirva. Por tu propio bien— Dijo Alison seriamente mientras acercaba sus garras hacia el rostro del contrario.
Con la amenaza hecha, él cazador no tuvo de otra, aceptando decirles al menos algo de información, para ver si así ellos lo dejaban con vida. Karu se acercó a él y le colocó bruscamente un cuchillo en su boca, sin perder tiempo marcó un punto en el mapa.
Al verlo Alison y Karu se dieron cuenta de que no estaba tan lejos; pudiendo llegar ahí en cuestión de unos 30 minutos, así que él vessel guardó el mapa mientras se alistaba. Al igual que la hembra, que no se pensaba quedar aquí de brazos cruzados.
—¡Ya les dije todo lo que querían saber, ahora déjenme ir!— Suplico él cazador, sin embargo, eso no estaba en planes de ninguno de los dos.
—"No, te quedarás con nosotros hasta que veamos que lo que dijiste sea verdad, y si no lo es...será mejor que empieces a recordar la ubicación..."— Dijo Karu, quién aún lucía intimidante, pero ya más calmado y esa aura a su alrededor había desaparecido.
Al escuchar lo que dijo, él cazador trago saliva sabiendo que esto solo era el comienzo para su sufrimiento. Alison en esos momentos lo desató de la silla, solo para atarlo de las manos y empezar a empujarlo fuera, ya que los llevaría con sus amigos personalmente. Bell, Rosa y Ned viendo que ya saldrían, irían con ellos como apoyo por cualquier cosa.
[Mientras tanto, en otro lugar]
Luego de la noticia de la noche anterior, toda la tribu de Salvia y Jade se empezó a preparar, ¿El motivo? Uno. Porque de nuevo una loca había regresado desde la muerte, y dos porque había que organizar a ambas tribus para lo que venía, en una parte algo alejada de la tribu. Morati se encontraba sentado debajo del mismo árbol blanco que tanto guardaban con recelo.
Este miraba el horizonte, mientras el amanecer comenzaba, en soledad reflexiva él pensaba cómo reaccionar a la información que recibió la noche anterior.
Suspiró con gran pesar en su alma, en lo que pensaba que hacer, aunque pronto se dió cuenta que ya no estaba solo, ya que detrás suyo, Salvia había llegado, al ver cómo este se alejó de todos. Para estar a solas aquí.
—Supuse que tarde o temprano me iban a encontrar, aunque no esperaba verla a usted Lord Salvia— Dijo Morati mientras la observaba de reojo a la recién llegada.
—Bueno Morati, de todos los lugares a los que podrías haber ido, este sería el lugar más adecuado para ti; además creí haber dicho que podíamos dejar las formalidades de lado— Dijo Salvia, con una leve sonrisa, riendo suavemente al escuchar cómo seguía dirigiéndose a ella por su título.
—Je, una disculpa. Creo que es la costumbre de siempre tener modales, y también he de admitir que este lugar es uno de los más tranquilos y que más paz me dan, de toda tu tribu— Dijo Morati, viendo que Salvia se sentaba a su lado, y él miró hacia arriba.
Viendo la belleza pálida en la corteza y hojas del árbol, antes de mirar de nuevo a Salvia y notar que ella lo miraba como si lo estuviera escudriñando. Morati notó de inmediato que la Lord estaba haciendo.
—Así que vienes a eso eh...ya veo— Dijo Morati suspirando con pesar, antes de mirar hacia el amanecer.
—Sí, vine a eso. Creo que tienes que hablar con alguien sobre este tema, y a juzgar por la forma en que tus hermanos o el mío planean que hacer; pues quizá sea yo la única que pueda entender lo que pasa por tu cabeza— Dijo Salvia al mismo tiempo que veía con él, el horizonte y el amanecer.
Ambos se mantuvieron en silencio por al menos unos dos minutos, antes de que él Lord retome la charla con la Lord a su lado.
—Sabes, no creo que haya superado esto del todo. Cuando sucedió yo...yo no, no sabía qué hacer. A ambas las vi crecer, y a ambas las vi morir...— Morati se expresaba con un semblante decaído, triste y serio.
—Que ahora una de ellas haya vuelto por algún motivo u razón que desconozco, me hace sentir raro. En especial, si quién volvió de la muerte fue la que me arrebató a mi hija en primer lugar. Y es aún más pesado para mí, no pude estar con una gran parte de su vida, y la otra me duele más, porque ella hace tiempo fue como una hija para mí.
—...A veces la vida tiene giros que no podemos controlar, cosas que están fuera de nuestro alcance; así como tú, yo igual estoy sorprendida por este repentino regreso de la muerte, pero sé mejor que nadie, que no es fácil esto para ti. Cómo dices: una fue tu hija biológica y la otra, en algún momento fue como una hija para ti. Pero esos tiempos ya quedaron en el pasado...—
—Ahora tienes que aceptar que ella ya no es la misma mantis que llegaste a conocer en algún momento, por más que te duela...sé bien que no comprendo del todo tu dolor, hasta ahora no he tenido hijos. Pero puedo entender hasta cierto punto, el conflicto interno que tienes, no sabes que hacer, y eso está bien. Tú y ella tuvieron historia en algún punto, y que ahora solo sea una mantis loca con ideas horribles e inimaginables, hace que sea un peligro para todos. Incluyéndote.
Morati la miraba en silencio sin decir nada, solo escuchando lo que Salvia le estaba expresando en esos momentos, y prestaba atención a cada una de las palabras que salían de su boca, pues así como él, ella estaba llena de sabiduría, es probable que hasta un poco más que él.
—Entiendo que no sea fácil de asimilar una noticia así, ni siquiera para mí, y eso que ya he visto y vivido de todo en los muchos años de vida que tengo, pero, lo único que tengo que decirte Morati. Es que a menos de que tengas un modo para ayudarla a entrar en razón, lo cual no es muy probable, solo tenemos una única opción; acabar con ella de una vez y por todas—
Salvia se acercó un poco más al Lord. Y este se quedó quieto en su lugar, viendo lo que la contraria planeaba hacer. Ella le colocaría una de sus garras en su hombro, mientras expresaba su sincera amistad hacia con él.
—Pero, sea cual sea tu decisión cuenta con mi apoyo; incluso si no es la ideal, ya que sé que tú eres quien toma las decisiones más inteligentes de todos tus hermanos jajaja— Dijo Salvia soltando una risa corta y divertida.
—Muchas gracias Salvia, no sabes cuánto me ayudan tus palabras. Y no creo que solo yo tomé decisiones que sean inteligentes jajaja— Respondió Morati, riendo igualmente ante el comentario de la Lord.
—Sabes, esto sin duda me ayudó un poco. Muchas gracias— Dijo Morati viendo a Salvia, con una gran sonrisa amable.
—De nada, me alegro haber podido ayudar.
Ambos Lords tras un intercambio más de sonrisas miraron juntos como finalmente el sol, estaba en su punto más alto, dando inicio a que haya más iluminación, y a pesar de que el tema ya había concluido. Ellos dos no se levantaron aún, mientras se quedaban viendo las maravillas del hermoso lugar dónde Salvia y Jade habían establecido su tribu; y las palabras ya no eran necesarias sólo para saber, cómo los dos disfrutaban de este momento.
Pasados algunos minutos, Morati se puso de pie, ayudando a Salvia a ponerse igual de pie, e irse con ella de regreso a la tribu, conversando amena y cálidamente sobre diferentes aspectos de ambas tribus, y sobre todo de ellos mismos.
[Por otro lado]
Mavis estaba de pie en el balcón de la habitación, mirando con una taza de café en una de sus garras, cómo afuera en el pueblo, empezaba a llegar cargamento nuevo. Ella dándole otro sorbo a su dulce café, observaba en silencio cómo había mucho de dónde poder comprar. Entre los cuales, un macho murciélago de pelaje azul llamaría su atención, junto al par de niñas que se aferraban a él con mucho miedo.
—¡Maldita sea, sigue doliendo!— Exclamó el escarabajo Goliath, mientras tocaba suavemente su ojo lastimado, el cual ya estaba vendado.
—Déjate de tocarte ahí si no quieres que se te infecte la herida— Lo regaño la hormiga negra de grandes mandíbulas, dándole una manotazo por no dejar su herida en paz.
—¡Juro que si vuelvo a ver a ese maldito bicho, lo mataré!— Dijo molesto, antes de adelantarse a la hormiga.
Dirigiéndose a la enfermería, para ser tratado, Mavis simplemente después de escuchar eso, solo pudo reír un poco, antes de continuar tomando su café, para luego regresar al interior de la habitación, dónde Jeffrey dormía cómodamente en una cama desordenada. Ella pasaría de largo al mestizo, solo para irse directo al ropero en una esquina, abriéndolo para ver todas las ropas en su interior y elegir alguna que reemplace a sus harapos.
Finalmente ella se decidió por una gabardina café oscura, y se la colocaría, junto con sus lentes para irse a sentar en una silla frente a una mesa, dónde se encontraban sus cuadernos y anotaciones. Aquí ella anotó algunos aspectos e ideas que tenía, al cabo de unos 10 o 15 minutos, ella tenía lista una gran cantidad de ideas con intenciones muy macabras.
Por lo cual sonrió y cerró sus cuadernos antes de notar que Jeffrey finalmente se había despertado confundido y adolorido.
—Ay...¿Qué fue lo qué sucedió?— Se preguntaba el mestizo, sobando con una mueca de dolor, su espalda y nuca.
—Algo que tenía que ocurrir tarde o temprano, ahora será mejor que te bañes y te vistas de una forma adecuada, vamos a tener que bajar en un rato. Así que date prisa o se nos hará tarde— Dijo Mavis mientras observaba a Jeffrey sentada desde la silla en la que estaba.
Al saber a lo que ella se refería, el mestizo se rasco la nuca con vergüenza al recordar, los eventos de la noche anterior, así que él obedeció a Mavis e hizo lo que le pidió. Y mientras él hacía esto, alguien tocó a la puerta de la habitación, he aquí uno de los trabajadores de Gareth llegó con dos bandejas de plata, con comida para ellos.
—Cortesía de mi jefe— Comentó el cazador que les llevaba la comida a ellos.
—Muchas gracias, es muy amable de su parte— Dijo Mavis, con modales, cosa que sorprendió un poco al bicho.
Aunque su atención se centró más en el ostentoso collar qué la mantis traía en su cuello, pues en esta ocasión no traía su atrapasueños puesto, sino que ahora su cuello estaba adornado con un collar qué era rodeado por un aro de metal pintado de naranja, con una figura en el centro, con varias puntas extendidas, como si se trataran de unas alas. Además de otras puntas que unían la figura al aro, al notar la particular atención de este bicho a su collar. La mantis decidió platicar con él, y contarle mucho más sobre la Diosa a la que alaba.
El cazador tomó asiento cerca de la mantis, mientras ella tomaba su comida y empezaba a contarle más acerca de esta Diosa. Haciendo crecer su interés así cómo su curiosidad.
Y mientras ella le daba doctrina sobre una Diosa, abajo en la parte dónde iban a encerrar prisioneros o esclavos, Edward y las niñas fueron dejadas dentro de celdas separadas. Haciendo que el murciélago solo pueda preocuparse por ellas, viendo por los barrotes de metal, como las dos niñas eran llevadas dentro de una jaula, hacía quién sabe dónde.
Incapaz de hacer algo, solo gritar para que no se las lleven, él vio cómo todos sus intentos fueron inútiles, pues al final, no pudo detener su traslado a otro segmento de este tétrico y deprimente lugar.
—...Esto no puede ser peor...— Dijo Edward, mientras rendido y cansado se iba a acostar a un saco de dormir ya muy desgastado y maloliente en una esquina de la celda.
Sin embargo, él murciélago se estaba equivocando pues lejos de aquel lugar que parecía una prisión; en la enfermería varios de los heridos, seguían empeorando en su condición, debido a las heridas infligidas por uno de los infectados de Mavis. A algunos ya se les comenzaba a marcar líneas amarillas/anaranjadas en todo su cuerpo, otros comenzaban a toser sangre con un ligero tono a los ya mencionados, algunos tenían fiebre, y se sentían como si estuvieran ardiendo de dentro hacia afuera, unos más comenzaban a tener alucinaciones o visiones con una polilla.
Y los más afortunados que aún no tenían que sufrir mucho, solo se sentían débiles, cansados y fatigados, con sus heridas infectadas comenzando a llevarlos lenta y dolorosamente hacia el mismo estado de sus demás compañeros. Cosa que estaba preocupando a los médicos del lugar, ya que no sabían qué hacer para ayudarlos.
—¿Y a estos qué les pasa?— Preguntó el escarabajo Goliath mientras su herida era vendada de nuevo por una enfermera.
—No sabemos, llegaron así desde que volvieron. Aunque es curioso que con ellos haya venido una mantis y un mestizo— Dijo la enfermera terminando su trabajo curativo.
—¿Una mantis y un mestizo? ¿Y en dónde están ellos?— Preguntó curiosa, la hormiga hembra, sin despegar su vista del largo pasillo de heridos al otro lado de la habitación.
—En la mansión del jefe, al parecer son invitados de honor o algo así, la verdad no lo sé—
—Hmmm. Quizá tengamos que ir con el jefe a preguntar que sucede...y por cierto, ¿Eso es contagioso?— El escarabajo señaló hacia los enfermos del otro lado.
—Aún no sabemos, pero lo mejor sería que no se acerquen mucho, hasta ahora no hay forma de saber qué les pasa— Dijo la enfermera mientras se limpiaba sus manos con algo de agua.
Tanto él escarabajo como la hormiga se apartaron un poco más del lugar, ya que a pesar de la distancia, aún no se sentían seguros. Y vaya que tenían razón, pues sin que ninguno de los 3 pudiera notarlo, un aura naranja empezaba a emanar en el pasillo dónde tenían a los enfermos, era como un ligero vapor tan sutil que ni siquiera los guardias resguardando esa entrada se dieron cuenta de que estaban siendo afectados por esta niebla o vapor.
Comenzando poco a poco a extender su influencia por toda la enfermería, y hacia los más débiles de mente primero, así hasta que no quedara ninguno débil sin infectar. Y no sólo ahí llegaba esta niebla, sino que también desde la misma gran casa de Gareth, Mavis se encargaba de propagar más está presencia intimidante.
Pues ya no era uno quien lo escuchaba, sino que ahora a su alrededor habían más de 10 trabajadores escuchando cada cosa que ella sabía, acerca de la Diosa Polilla. Y a pesar de que ninguno lo sabía aún, algunos de ellos ya estaban infectados, y otros más solo eran cuestión de tiempo para estarlo también, y algunos pocos eran los "afortunados" de tener la oportunidad de interesarse tanto en esto; qué pronto estarían apoyando a Mavis y a The Radiance ciegamente.
Jeffrey que observaba como todos estos trabajadores prestaban atención a cada palabra que Mavis decía, solo decidió aprovechar el momento, para poder comer en paz, mientras se ponía a ver la forma en que la mantis usaba su labia para convencer a los cazadores de lo que ella decía era verdad.
[De regreso en el pantano]
Luego de caminar durante lo que fueron alrededor 40 minutos sin detenerse, el grupo conformado por Karu, Alison, Bell, Rosa, Ned y el cazador capturado. Estos llegaron a dónde supuestamente estarían los demás cazadores, pero en el lugar no había nadie más.
—"¿No se supone que aquí debían estar tus amigos?"— Preguntó Karu mientras gruñía enojado y sujetaba al cazador con fuerza.
—¡Y así era, pero me dejaron a mi suerte!— Exclamó el cazador con miedo, mientras veía como el vessel tenía un cambio repentino en sus pupilas.
Teniendo un brillo carmesí emanando desde el interior de sus cuencas vacías y negras, cosa que le daba el aspecto de una pupila afilada y amenazante.
—Bueno, vaya cosas. Pero para buena suerte tuya, dejaron un rastro por aquí— Dijo Ned señalando con una de sus armas, un camino hecho con las ruedas de algún carruaje.
—Bien, ¿Qué estamos esperando? ¡Vamos a seguirlos!— Dijo Alison tomando la iniciativa, sin embargo fue detenida por Karu.
—"Espera"— Dijo el vessel, mientras la detenía sujetándola de un hombro.
—¿Qué? ¿¡Por qué?!— Preguntó Alison mientras gruñía y se quitaba la mano de Karu de encima.
—"Porque aún falta organizar a los demás, sé perfectamente que tenemos que alcanzarlos, pero no llegaremos a ninguna parte si vamos así, sin estar preparados. Además de que ir sin un plan sería lo más estúpido que podrías hacer"
—¿Y vas a dejar así sin más que Edward y las niñas sufran? ¡Oh no, claro que no!
—"¿Y tú te vas a lanzar a ellos sin tener la más mínima idea de hacia dónde irán exactamente? Claro, ese es un plan muy brillante. A ver cuánto te dura el gusto de hacerlo"
—¡Jódete! ¡Al menos intento hacer algo!
—"¡Sí, hacer que te maten!"
Alison gruñó más fuerte mientras veía a Karu y apretaba sus puños con fuerza, de su boca se podían ver algunas llamas saliendo, en lo que ella avanzaba hasta quedar cara a cara con el gran vessel. Él no se dejó intimidar, tirando al piso al cazador, y acercándose a la contraria con intenciones de desatar un combate. Pero no llegaron a nada cuando Rosa se puso en medio de los dos; para frenar qué ellos hagan una locura.
—¡Muy bien, basta, no hay necesidad de que cometan una tontería, suficiente ya tenemos con los secuestrados, ahora que se pongan a pelear no va a solucionar nada!— Exclamó Rosa, intercediendo en la riña de los dos.
Ellos dos miraron a la polilla, antes de que se pudieran tranquilizar, al menos un poco, pues seguían algo enojados luego de lo ocurrido, un poco más calmados y con las ideas más precisas, Ned, Rosa y Bell idearon un plan.
—Bueno, es obvio que irían demasiado lejos. No creo que solo fueran al pueblo más cercano a comprar leche de Tik Tik, así que lo primero es trazar una ruta de viaje. Y nuestro "amigo" aquí, nos va a ayudar con la ruta, ¿Cierto?— Dijo Ned, sujetando con fuerza al lastimado cazador.
—Así es— Afirmó este, soltando un leve quejido de dolor por la fuerza que aplicaba el macho libélula.
—Y no nos olvidemos de ayudar a organizar a todos los que quedan en el asentamiento; debemos mantener el orden. Cosa que no sucederá por cuenta propia, a menos que alguien vaya y los ayude a superar esto— Mencionó Rosa, al mismo tiempo que se cruzaba de brazos.
—Habrá que hacer provisiones para un largo viaje, porque dudo mucho que vaya a ser un paseo por el parque— Dijo Bell, mientras anotaba en una hoja, todas las cosas que necesitan para este viaje.
—"De acuerdo, entonces una cosa a la vez. Ayudamos a todos en el asentamiento, y después iremos a por los que se llevaron. Suena bien"— Dijo Karu más calmado, aunque viendo de reojo a Alison.
La murciélago cruzada de brazos, y dándole la espalda al grupo murmuraba cosas para ella, mientras gruñía, antes de darse la vuelta enojada, para aceptar con desánimo y a regañadientes este plan.
—Ustedes ganan, haremos eso primero, pero después iremos por Edward y las niñas, y todos aquellos a los que se llevaron— Dijo Alison mientras se acercaba a ellos.
—"Entonces está decidido, andando, que nos tenemos que ir ya"— Dijo Karu, para tomar el liderazgo de regreso al destruido asentamiento.
Los demás lo siguieron de cerca, pues con el tiempo a contrarreloj, no sabían, lo que les podía esperar a los demás en el lugar dónde estaban. Probablemente unas no muy buenas, y estarían en lo correcto al pensar eso.
[De regreso en la tribu de Jade y Salvia]
Rayden se encontraba ayudando a las labores de limpieza, recogiendo algunos escombros, y también ayudando a pasar materiales de construcción, para reparar los daños qué había provocado, si él no fuese demasiado observador o atento, se hubiera perdido de todo el movimiento y actividad que había; extrañado por esto, se acercó disimuladamente hasta dos guardias que estaban cerca de él, al parecer hablando del tema.
—¿Ya te enteraste?—
—¿De qué cosa?
—De que la misma loca de hace año y medio, regreso de la muerte—
—¡No es cierto! Dime por favor que no es cierto
—No lo sé, son solo rumores al parecer, pero algo tuvo que haber pasado, cómo para que los Lords pusieran a toda la tribu en alerta—
—Ojalá sea algo más, aún tengo pesadillas con las abominaciones de esa maldita mantis...
Rayden al escuchar toda la conversación, pronto supo de quién estaban hablando, y como una medida para poder reducir su tiempo de castigo y de "estadía" en este lugar. Se acercó a ellos a pesar de estar encadenado de pies y tenazas.
—Creo que yo podría ayudarles— Dijo Rayden, tomando por sorpresa al par de guardias.
—¡Hey, vuelve a tu lugar de trabajo!— El primer guardia lo amenazó con su lanza.
Lejos de asustarse, Rayden mantuvo la calma y una expresión serena en su rostro. Comenzando a explicar lo que él ya sabía. Obviamente esto lo hacía con el afán de librarse de su castigo y aparte, ya tener una excusa con la cual poder irse de este sitio.
Al inicio ambos guardias estaban escépticos, pero conforme escuchaban, los dos llegaron a la conclusión de que él decía la verdad; así que lo llevaron con los Lords. Una vez frente a ellos, Rayden les dijo todo lo poco que sabía, acerca de los planes de Mavis. Sin embargo, aún no conocía la ubicación exacta de ese lugar al que ella fue; pero ya había estado en uno de los puestos de avanzada. Así que con eso les bastó para cambiar su castigo.
Rayden sonreía para sus adentros creyendo que lo iban a soltar así de fácil, pero estaría equivocado al saber que aún seguiría siendo preso de ellos. Sólo para ayudar al grupo en su búsqueda, y después regresar y terminar con todos sus trabajos pesados. Cosa que lo hizo maldecir no haber tomado otra decisión.
Finalmente reunidos a las afueras de la tribu, el grupo conformado de Karn, Rae, Amber, Asher, Ágata, Karlos, Alice, Akira, Elizabeth, Frank y Rayden. Se prepararon para partir hacia dónde estuvo por última vez el escorpión, y de ahí dar aviso a los Lords para una caza intensiva de Mavis. Tras una breve despedida de Salvia, Jade, Dalia y los demás Lords, cada uno subió a una parte distinta del carruaje grande que les han preparado.
Mientras tanto Dereck y Lily se quedarían a ayudar en lo que pudieran, además de esperar a que Jonathan mejore de sus heridas e infecciones. Dejando así que el grupo salga, en dirección a dónde Rayden los llevase. Por otro lado Cross decidió quedarse solo por el mercado y las oportunidades de poder estafar bichos ingenuos aquí.
—Muy bien, más vale que nos demos prisa, cada segundo es valioso— Dijo Karn, mientras tomaba las riendas del carruaje.
—"¡Andando!"— Exclamó Amber con una actitud entusiasta desde un lateral del carruaje.
Mientras el resto también apoyaban la idea, a excepción de Rayden, quién tenía que ir gran parte del viaje encadenado, ya que no querían que se escape. Así que todos ellos juntos saldrían a toda velocidad; alejándose de la tribu, antes de que las enormes puertas de madera se cierren de nuevo.
Dando inicio. A que muy pronto, todos los caminos de cada grupo se unan en unos pocos días.
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¡Hola! Bueno antes de que empiece a decir lo habitual de siempre toca desearles a todos unas felices fiestas.
¡Feliz Nochebuena y navidad! Pasen la bien con sus familias y seres queridos, tengo que decir que este año fue bueno para mí no solo porque la historia ya tiene 3,000 leídas cosa que me pone muy alegre ya que se que la historia solo puede ir para mejor en el 2022.
Quien sabe, quizás en algún momento empiecen a llegar los fanarts, pero en lo que eso pasa yo solo quiero darles a todos los lectores las gracias, gracias por leer mi historia, gracias por votar, por comentar y por compartir si es que lo hacen.
Bueno como último, solo quiero que recuerden que si les gusto el capítulo dejen su voto, un comentario positivo y que compartan la historia. Además, me tomaré unas pequeñas vacaciones hasta que puede que tarde en subir el siguiente capítulo.
Y ya sin nada más que decirles yo me despido de ustedes hasta aquí, y de nueva cuenta ¡Felices fiestas!.
¡¡Hasta la próxima!!
Posdata: Este capitulo ya tiene rato de haberse subido anteriormente, sin embargo lo volví a subir debido a las correcciones hechas al mismo. Por eso lo de las festividades del 2022, gracias por su atención.
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