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T2: Caminos Unidos.

Han pasado más de 18 meses luego de los acontecimientos de que el vessel conocido como Karu había salido por una aventura, a partir del momento en el que dejo a la tribu de los 6 Lords. Entonces tras varios años prolongando su largo viaje, decidió que no iba a volver a casa...al menos por ahora, pues lo que el destino le tenía preparado eran otras cosas en la superficie.

Hace un par de meses se unió a un grupo de bichos e insectos que se pueden considerar como bastante peligrosos, sino también como un grupo criminal. Llevando por una senda distinta al vessel, que pese a mantenerse firme en algunos de sus ideales y pensamientos.

Y actualmente, las cosas para el vessels han ido bien, hasta ahora.

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[En algún reino lejano a Hallownest]

En uno de los barrios peligrosos y más pobres del reino, estaba la banda criminal a la que Karu era miembro; en estos momentos los integrantes de esta numerosa e intimidante banda se hallaban escondidos. Después de todo los buscaban, por sus diversas cosas delictivas que suelen hacer.

Habían tomado como refugio una vieja mansión que desde hace tiempo estaba abandonada, he aquí en una de las muchas habitaciones que hay, en una de ellas se encontraba Karu, quien estaba durmiendo sobre lo que quedaba de un colchón viejo.

El vessel daba vuelta tras vuelta, y todo debido a que otra vez se encontraba teniendo pesadillas, las cuales no lo dejaban dormir con tranquilidad. Lo peor de todo el asunto es saber que todas sus pesadillas comenzaron a ir en aumento a partir de hace unos meses. Cosa que a veces hacia que su rendimiento bajara, y a pesar de que podía acostumbrar se a esto, seguían siendo bastante molestas.

Finalmente Karu despertó de golpe, soltando un jadeo agitado mientras se sentaba en su cama vieja y desgastada. Tras haber despertado miro a todos lados y luego suspiro agotado, para que enseguida se pusiera de pie, fue a una parte de su habitación en la cual tomo de una silla de madera vieja su taparrabos que ahora se veía mucho más viejo y más desgastado que antes.

También agarro su capa, la cual tampoco se salvaba de estos meses de locuras del vessel, pues había perdido todo su brillo, se encontraba algo rota y bastante desgastada, llena de lodo seco y otras cosas más. Que con el paso de los meses ya no pudo quitarse por más que él lavara sus cosas.

Luego tras esto tomaría su bolso y se lo colgo para a continuación salir de su cuarto, viendo todo el lugar, paredes viejas y bastante desgastadas, pisos de madera los cuales parecían estar a punto de colapsar bajo el peso de sus pasos, pero aún así se mantenían firmes aunque era notorio que el sitio entero estaba a punto de venirse abajo en cualquier momento, y pese a esto todos los miembros de la banda estaban bien con quedarse aquí. Tras un poco de caminata por el largo pasillo, el llegaría hasta las escaleras y las empezó a bajar para llegar al primer piso en donde ya lo estaban esperando sus demás compañeros, mientras otros más se dedicaban a estar haciendo cosas aparte de prestar atención al vessel que en silencio camino hasta un grupo pequeño.

Los cuales era con los que mejor se llevaba y siempre estaba con ellos, eran unos buenos amigos para él, así como él era un buen amigo para ellos. Este grupo se encontraba conformado por los siguientes integrantes:

Elizabeth, una hembra libélula alta, fornida y fuerte, seria solo por detrás de Karu, una de las más importantes del grupo por su tamaño y fuerza. Tenía una cicatriz en diagonal que le iba de su mejilla izquierda a su cuello. Además de usar un hoz como su arma principal, su vestimenta se componía de un poncho negro el cual le cubría gran parte de todo su cuerpo, además de tener una capucha y tener un espacio para meter y sacar sus alas con toda la comodidad que quiera.

Derek, un macho polilla de color blanco, el más pequeño del todo el grupo, siendo también uno de los más inteligentes y tácticos, su arma principal eran un arco de magia y dos pequeñas ballestas de repetición doble, pues con un físico tan delgado y encima tan débil como el suyo, no podía ir a combatir pero si apoyar desde lo lejos. Su vestimenta era parecida a la de Elizabeth, con diferencia a que era de un tono más brillante opaco; el era un bromista pero se sabía controlar en los momentos más serios.

Frank, un macho araña tarántula de complexión fornida, sus numerosas extremidades le son de ayuda para ser el más ágil del grupo, su vestimenta es una gran gabardina negra, un pañuelo de color oscuro, sus armas eran un par de cuchillos largos que se asemejaban a unos machetes un poco más pequeños. Y también una cadena con puntas afiladas, siendo un neutro con respecto a su personalidad, pues puede ser o muy serio o también bastante sociable, amable y hasta muy bromista.

Lily, una hormiga de mandíbulas afiladas, siendo de un tamaño un poco grande pero no como Karu y Elizabeth y Frank, ella vestía con una capa roja y en uno de sus brazos llevaba una banda con una cruz dejando en claro que era ella la médica del grupo. Sus armas eran una lanza y un gran cuchillo además de que encima traía su bolsa con medicinas, plantas medicinales y un par de objetos útiles más.

Y por último Jonathan, un macho avispa con un curioso acento británico/australiano, era muy fornido además de contar con un hacha de batalla, su vestimenta era una especie de mezcla entre la de Karu y la de Frank, con una capa y también un pañuelo para cubrir su rostro. Este era el más reciente miembro del grupo, no teniendo más de 3 meses con la banda y ellos.

Al ver a su compañero todos ellos lo saludaron como era la costumbre, mientras juntos se ponían a caminar por ahí para ir a ver al jefe; ya que este les tenía un encargo especial.

—"¿Alguna idea de lo que pueda pedirnos el jefe en esta ocasión?"— Pregunto Karu al mismo tiempo que veía a sus demás compañeros para así ver que iban a hacer.

—Ni idea, lo único que sabemos es que este encargo se tiene que hacer si o si, y somos la mejor opción que hay. Así que es algo demasiado grande, si recurre a nosotros— Dijo Frank atrás del vessel mientras ellos iban hasta la salida de la vieja mansión.

Ellos al pasar por las puertas viejas de la mansión, salieron a un gran patio en el cual habían más tiendas de campaña, además de otros puestos que servían con propósitos diferentes, como el de ser el del carnicero y cocinero de la banda, otro donde podían ir a por unas cosas nuevas para su equipamiento o conseguir unas mejoras para sus armas y todo el equipo que tenían puesto.

—Bueno esperemos que sea un trabajo que no nos traiga más problemas de los que ya tenemos encima. Y hablo por todos aquí, cuando digo que fue una ida muy estúpida en haber dejado que Jonathan tomará el cargo de la última "misión" a la que fuimos— Dijo Derek mientras volaba por encima de ellos a una altura muy baja.

—¡Hey! ¿Cómo iba a saber yo que les haría enojar un chiste?— Dijo Jonathan, la avispa también iba volando, se hizo el ofendido por el comentario de su amigo y compañero.

Sin embargo llegaron los demás a decirle cual fue su error de este supuesto chiste, ya que como el tenía un acento medio gracioso y encima no dominaba muy bien el idioma. Pues no fue tan gracioso su chiste.

—Te recuerdo Jonathan, qué ese chiste no fue tan gracioso porque les estabas faltando el respeto, a sus madres. Diciendo que eran feas pero de una manera muy mal disfrazada. No me sorprende que hayamos acabado en una riña por tu culpa— Dijo Lily a la vez que volteaba a ver al avispa con una cara de seriedad y de pocos amigos.

—Ohhh... Sorry, de haber sabido yo no hubiera dicho nada— Dijo Jonathan mientras se rascaba la nuca algo apenado por la forma en la que Lily lo miraba.

La hormiga suspiro y rodó sus ojos, finalmente cuando estaban a punto de llegar, Elizabeth les puso orden para que se queden callados. Pues tenían que dar una buena impresión al jefe, ya que les iba a encomendar un encargo que de seguro es muy importante para todos.

—Silencio y más les vale ya comportarse, sino voy a tener que dejarlos callados a base de golpes— Dijo Elizabeth en voz baja, mientras llegaban a donde era la tienda de campaña de su jefe.

Finalmente ellos quedaron en silencio mientras veían a su jefe salir de su tienda, este era un pulgón de apariencia fornida que a pesar de su baja estatura y su chillona voz. Imponía mucho y además de eso, era un buen líder pese a no tomar el camino que fuera correcto.

—¿Por qué siempre tiene que haber un pulgón al mando de las cosas?— Susurro Jonathan a Lily sin embargo la hormiga lo miro, para luego rodar sus ojos con un poco de ironía.

—Tienen fama de ser buenos contadores y de manejar bien el dinero, ahora mejor callate antes de que nos metas en problemas tarado— Susurro Lily mientras veía al frente, para parecer qué prestaba atención.

—Muy bien, muchas gracias por acudir chicos. Les tengo un buen encargo que nos podrá llenar de dinero, para que todos podamos irnos de este lugar— Dijo el  pulgón mientras se subía a un barril para ser visto por todos, lo cual llamo la atención del grupo fue oír qué habría mucho dinero de por medio, pero no todo era bueno y a eso iba su jefe de ellos con lo siguiente. —Pero todavía tenemos un problema, este gran encargo es de unas armas. Varias de ellas encantadas, y nuestro proveedor parece haber hecho tratos a nuestras espaldas, así que quiero que le den una visita "amistosa" para ver que fue de nuestras armas.

—Ay no, no me diga que...— Dijo Frank antes de ser cortado por su jefe.

—Así es, van a tener que ir a ver a Cross. Ese bastardo ha estado revendiendo cosas en el mercado negro de la ciudad, vayan allá y si no quiere cooperar o decirnos que fue de nuestras armas. Va a tener que acostumbrarse a ir por la vida sin una o dos patas, ahora vayan antes de que el maldito se largue o sepa que vamos por él.

—Entendido jefe, cuente con que vamos a traer esas armas cuando vengamos de regreso— Dijo Elizabeth mientras tomaba la tutela del líder y encaminaba a todos.

—Confío en ustedes, no pierdan mucho tiempo...— Dijo el pulgón viendo como el grupo se iba alejando más y más.

"Justo cuando creía que este día no podía ser peor y nos envían a ver al pendejo más mentiroso de todos, no se como es posible que le sigamos vendiendo y comprando cosas a ese bastardo"— Dijo Karu con un pesado suspiro de molestia, se veía que las pesadillas lo tenían de un mal humor últimamente.

—Descuida Karu, lo encontramos le rompes una o dos patas, nos regresamos con las armas y ya tomamos un descanso. Aunque veo que las pesadillas no te han dejado en paz— Dijo Frank a un lado del vessel, preparándose a salir a la ciudad.

"Estaré bien, en cuanto sepa cómo deshacerme de todas las pesadillas que me aquejan, por ahora preocupate por hallar a ese imbécil a tiempo" Dijo Karu con el ceño fruncido y con claro mal humor, lo mejor era dejarlo en paz por al menos un rato.

Al salir de la zona que usan con el fin de esconderse, pusieron en marcha su plan de ir hasta aquel mercado negro de la ciudad, e ir por Cross sea por las buenas, o por las malas.

[Mientras tanto en aquel mercado]

De entre los muchos puestos que ofrecían diversos objetos, cosas y baratijas, había uno que sobre el resto llamaba mucho la atención, no solo por las cosas tan valiosas que al parecer vendía. Sino en si por la actitud del dueño de ese puesto.

—¡Pasen, pasen! ¡Admiren todas las cosas tan buenas, bonitas y lujosas qué tengo para ofrecerles, desde hermosos relojes de arena, hasta las más finas pero letales dagas de estas tierras, qué van aportar sofisticada y elegante apariencia a quien porte estas dagas!— Decía aquel vendedor qué era nada más y nada menos que Cross.

Una araña tejedora de 4 patas y 4 ojos, con una refinada apariencia con un sombrero elegante, una capa de cuerpo semi completo, de color grisáceo al igual que su sombrero, un moño en su cuello de color rojo, y para rematar en su espalda llevaba una mochila en donde traía varias cosas que le eran de utilidad. Muchos de los bichos e insectos en el lugar se detenían a ver su puesto, otros más que eran vendedores lo veían con recelo al ver como él atraía toda la atención de quiénes iban a comprar ahí, y otros más que igual eran unos vendedores se reían de él por lo que vendía. Ya que sabían que nada era auténtico y solo era un estafador más del montón.

(Nota del autor: este personaje le pertenece a LotteYansonDumpster).

Uno de ellos que era una babosa se acercó a su puesto junto a un par más de vendedores solo para molestarlo, pues les era bastante divertido humillarlo.

—¡Oye, Cross! ¿Por qué no le dejas a los profesionales de verdad? Todo lo que vendes esta obsoleto y anticuado— Dijo aquel macho babosa haciendo reír a su grupo de amigos.

Sin embargo Cross no se dejaría humillar tan fácil de esta manera, por lo que él inhalo y después exhalo antes de responder a esa burla.

—¡Bueno mi estimado, estoy muy seguro de que yo no puse a la venta a tu mujer!— Dijo Cross mientras volteaba a ver al macho babosa, al cual se le borro de su rostro la sonrisa que traía.

Las risas de muchos pronto se desataron, mientras que Cross sonreía de forma triunfal luego de esto, pero las risas terminaron de forma brusca y abrupta en el instante qué ese macho babosa se le acercó muy enojado tras su comentario.

—¿A sí? ¡Con mi amada mujer no te metas!— Dijo ese macho con la intención de golpearlo, al tomar lo del cuello de su capa.

—¡Oye, oye, cuidado con mi capa, esta hecha de seda y la vas a llenar de baba!— Dijo Cross muy asqueado de la idea de tener que limpiar su capa de baba.

Antes de que este macho pueda decir algo más, llegaría el grupo de Karu al lugar para "ayudar" a Cross con esta situación que ya había escalado demasiado rápido en cuestión de nada.

My friends! Desde aquí nos haremos cargo, muchas gracias, have a good day Dijo Jonathan antes de separar a Cross de ese macho babosa.

—¿Y ustedes que quieren?— Les pregunto la babosa muy enojada, al mismo tiempo que apretaba sus puños.

—Venimos a tratar negocios con nuestro amigo, ahora si no es mucho pedir. Les pedimos que se vayan o se enfrenten a las consecuencias de sus actos— Dijo Frank tratando de resolver esto de forma pacífica.

Cross al verlos solo pudo sentir nervios, trato de huir al intentar escabullirse por ahí, pero antes de poder siquiera hacerlo, miro que enfrente suya estaba Karu, el alto y musculoso vessel no dudo ni un instante antes de agarrarlo del cuello para evitar que pueda escapar.

—¡Si alguien va a matar ese idiota voy a ser yo!— Dijo el mismo macho bastante furioso de esta interrupción.

Pero tuvo que desistir de lo que quería hacer, al ver como todos ellos tomaban sus armas en un solo segundo, además de estar listos para lo que sea. Eso lo hizo gruñir molesto, ya que quería ser él quien acabase o le diera una golpiza al tejedor, pero ahora ya no podría, y resignado acepto su derrota pues tampoco quería un problema grande ahí. Ya que lo podrían quitar y prohibir vender ahí en ese mercado.

—Bien, es todo suyo...— Dijo muy enojado y resignado, dándose la vuelta para regresar a su puesto.

Tras esto, ellos se llevarían al macho tejedor hasta un callejón no tan lejos de su puesto, donde Karu lo lanzó al piso mientras se recargaba en una pared con una pierna subida y veía lo que iba a pasar a continuación.

—¡Oh muchachos que guste es poder verles por aquí, aunque es muy inesperada su visita si les soy sincero!— Dijo Cross a la vez que se ponía de pie limpiando su capa y sombrero de la tierra y polvo que tenían encima.

—Iremos al grano, para que así todos podamos irnos más rápido, ¿en dónde están las armas Cross?

Elizabeth se puso enfrente para ver al contrario con un tubo de metal qué había tomado del suelo momentos atrás, esto era para intimidar al macho y hacer saber que estaban dispuestos a hacerle daño si es que no estaba cooperando con ellos.

—¿De qué armas hablan? Yo no se nada de ningún arma, lo que si se es que están abusando de su poder para amenazarme y tratar de golpearme— Dijo Cross para salir de esta como fuera posible.

—Muy gracioso pero no era la respuesta que quería escuchar de ti...— Dijo Elizabeth antes de darle un golpe con ese tubo.

Cross cayó al piso mientras se agarraba la zona en donde había sido golpeado por la libélula, qué de nuevo preguntaría por esas armas que él debía tener.

—Ugh... No creo que...sepan apreciar cuanto, duele respirar ahora...pero de nuevo, no se de que armas...están hablando para ser honesto...— Dijo Cross con un poco de dificultad para hablar y respirar tras el golpe.

Elizabeth no acepto eso como una respuesta, así que le pidió ayuda a Karu para hacer que el contrario coopere con ellos de una u otra forma. El vessel se acercaría para después patear a Cross en el abdomen, para luego inmovilizar al contrario, con una pierna sobre su espalda y con sus brazos sujeto una de las cuatro extremidades del contrario.

—Última oportunidad Cross, si nos dices ahora puede que te dejemos ir...algo golpeado pero al menos vas a conservar todas tus extremidades; te daré un par de segundos para que lo pienses, y más te vale aceptar. Que sino vas a estar en graves líos, y ya sabes como es Karu, el no dejaría que pase esta oportunidad de poder romperte una extremidad...— Le dijo Elizabeth al tejedor antes de comenzar a contar.

Pese a los torpes intentos fallidos para liberarse, Cross parecía que no quería decir nada. Pero entre más se acercaba el conteo a su fin, él finalmente decidió soltar la sopa para no acabar muy herido luego de lo que diría.

—¡Esta bien, esta bien hablaré, pero por todos los cielos no me rompan el brazo!— Exclamó el tejedor derrotado y listo para hablar.

Karu entonces hizo menos presión al brazo de Cross para que este pueda hablar, ya que no le quedaba de otra. Así que eso hizo.

—...Vendí las armas, alguien más me ofreció más dinero por ellas, y sabes no pude resistirme a que me dieran mucho más Geo qué ustedes. Así que acepte, sin haber pensado antes en que esto iba a terminar pasando— Dijo Cross suspirando pesadamente, ya se había preparado mentalmente para la golpiza que le darían.

Todos los demás solo pudieron suspirar enojados antes de que le preguntaran a quien se las había vendido, al menos así ya sabrían a donde acudir para ir por lo que era suyo.

—¿A quién le diste las armas?—

Lily tomo un paso adelante en lo que veía a Cross a la cara con un semblante de seriedad y mucho enojo.

—No lo se...— Fue la respuesta corta pero molesta de Cross lo que hizo enojar a Karu.

"¿Cómo que no lo sabes? ¿Es acaso una broma? Porque no estamos para bromas, y yo me encuentro muy de malas para soportar tus estupideces, así que habla imbécil" Dijo Karu mientras le volvía a doblar su brazo con fuerza.

—¡Ahhh! ¡Se los juro, no se a quien se las vendí, venía con una capucha y estaba también con un poncho qué le tapaba el rostro, lo lamento si!— Dijo Cross lo cual solo enfureció al grupo.

I can't believe this...you stupid motherfucker...perfecto, ahora se nos habrán ido las armas, yo la verdad digo que lo colguemos y lo molamos a golpes— Dijo Jonathan mientras se tronaba sus nudillos.

—¡Oigan, oigan, alto! ¡Aún puedo llevarlos con quien me hizo esa compra, se a donde se iba a ver con otros contactos suyos! ¡Si es que vamos ahora mismo seguro y aún los encontramos!— Dijo Cross como una alternativa para no ser golpeado por todos ellos.

Karu levanto la mirada para ver a Elizabeth y ver que opinaba, a lo cual ella solo suspiro y decidió aceptar lo que el tejedor estaba dando como alternativa, así que le dio la orden al vessel de poner de pie al contrario. Este hizo caso y se quito de encima para luego levantarlo de manera brusca y algo violenta del piso.

—Más te vale que nuestras armas sigan ahí, sino vamos a tener que hacerte tejedor a la parrilla— Dijo Elizabeth para soltar el tubo de metal y hacer que todos salgan de ahí.

En el instante en el que salieron vieron como el puesto de Cross había sido destruido por el grupo de la babosa de antes, haciendo que todo estuviera destruido y en mal estado, a pesar de que todo era una estafa. Incluso tuvieron el descaro de burlarse de él, y sin más Cross solo pudo irse muy enojado con Karu y los demás a regañadientes.

Y sin que ellos lo sepan, a lo lejos una misteriosa figura los veía ir a la salida del mercado negro. Por lo cual esta misteriosa figura solo desapareció entre la multitud de bichos e insectos que venían a buscar algo en concreto de forma ilegal.

[Minutos más tarde]

Luego de haber dejado todo el mercado atrás, el grupo siguió a Cross hasta los viejos almacenes abandonados al lado del mar, los cuales estaban sirviendo como el punto de reunión entre varios grupos ahora mismo, entre ellos, esclavistas, bandas rivales, y un grupo de soldados corruptos que iban ahí para hacer negocios de forma turbia e ilegal. A espaldas del rey.

Karu, Frank, Lily y Cross iban de forma agazapada por el lugar, usando varias cajas apiladas y viejos montones de ladrillos sin usar para esconderse y pasar a los centinelas que vigilaban todo el lugar.

Mientras tanto Jonathan, Derek y Elizabeth iban volando a un bajo nivel de altura para no ser vistos, acabando con algunos centinelas que podrían ver a los que iban a pie, mientras que ellos hacían lo mismo con los que volaban, así de forma sigilosa y sin levantar sospechas o sonar alguna alarma llegaron al lugar donde estaba el cargamento de armas que tenían que llevar a su campamento. El lugar era resguardado bastante por muchos guardias, entre ellos varios soldados así que no había forma de pasar por ahí sin antes ser vistos por alguien.

La mejor opción que les queda ahora era entrar por la parte de atrás del almacén, la cual no iba a estar demasiado vigilada. Así que fueron hasta allí, antes de seguir avanzando se aseguraron de tomar entradas diferentes, y el grupo tuvo que separarse, por si las dudas. Si ocurría algo, ellos estarían en puntos clave para no ser tomados por sorpresa.

Derek subiría a la parte de arriba del almacén para dar protección con su arco y sus ballestas. Lily y Jonathan irían con el para caer de sorpresa, Frank, Elizabeth y Cross entrarían por una puerta, y Karu se iría solo hasta entrar a la parte trasera del almacén. Aquí el vessel entraría en sigilo, con su cuchillo en alto, el mismo que Zafiro le obsequio en el pasado.

El lugar estaba oscuro y muy callado, aún así el mantenía su guardia en alto por cualquier cosa, caminando por ahí se dio cuenta de que a lo lejos se oía una conversación que apenas era audible y no se entendía todo lo que decían. Karu habría tratado de poner atención, hasta que un ruido a su derecha le llamo la atención, el sutil ruido de una cadena lo hizo ponerse en guardia mientras caminaba hacia el ruido con cuidado.

Sus ojos poco a poco estaban acostumbrándose al oscuro ambiente del lugar, y entre las penumbras pudo distinguir una gran jaula como para una bestia, sin embargo dentro no parecía haber tal cosa como una bestia, sino que más bien tenía una apariencia femenina. Poco podía alcanzar a ver, pero a juzgar por los turbios asuntos qué solían llevarse a cabo solo imaginaba que aquello que veía era alguna hembra en cautiverio.

Él era alguien en contra de la esclativud, así que se acercó y guardo su cuchillo mientras levantaba sus manos, a pesar de la poca visibilidad qué había.

Quería dejar en claro que él no tenía malas intenciones, y que le ayudaría a escapar a la hembra atrapada en esa jaula.

"Hey, descuida no vengo con malas intenciones...te sacaré de ahí, no te preocupes" Dijo Karu en voz baja mientras iba lentamente acercándose hasta la hembra.

La hembra en esos momentos se movió un poco más, cosa que el vessel interpreto como si ella le pudiera entender, así que solo decidió que lo mejor era tratar de darle confianza a la contraria.

"En cuanto te saque de ahí, te podrás ir. Solo asegúrate de no hacer ningún ruido fuerte o nos podrías delatar a los dos, ¿está bien?"— Dijo Karu, pero en esos momentos cuando ya se encontraba más cerca de aquella jaula la hembra se dio la vuelta.

Y lo primero que vio el vessel, fueron dos ojos rojos carmesí viéndolo desde la oscuridad, lo cual le saco un pequeño susto, lo suficientemente efectivo para ir de espalda contra el piso, dando un golpe con su cabeza a unas cajas, tirándolas al piso. Cosa que provoco un efecto domino, pues pronto se escucho como del otro lado, unos bichos y un par de soldados fueron a ver la causa de ese sonido, Karu rápidamente se escondería, aunque esos ojos no podían borrarse de sus cuencas, era como si esa hembra lo haya visto directo a su alma.

Karu entonces solo pudo esperar a no ser encontrado mientras él se escabullía por el lugar con tal de evitar a los guardias, pero no le duró mucho esto. Ya que de la nada un haz de luz lo cego por unos momentos tras que unas cajas cayeran al piso de forma brusca. A continuación la luz fue tapada por la enorme figura de un escarabajo Goliath bastante musculoso y grande que aventó a Karu como si nada hasta el otro lado del almacén en donde se estaba llevando a cabo una reunión de negocios turbios.

Antes de poder levantarse fue sometido por varios soldados que le pusieron unas cadenas en brazos y piernas antes de dejarlo sentado al lado del encapuchado del que hablaba Cross.

—¿Me quieres explicar que es lo que significa que este rufián este en nuestra reunión de negocios? Porque tú habías dicho que "has" venido solo— Dijo un elegante bicho que era el representante de los esclavistas.

—¡Y eso hice! ¡Yo no tengo nada que ver con él!— Dijo aquel encapuchado antes de señalar a Karu algo enojado por esta intromisión.

Además de eso al vessel le quitaron y despojaron de todas sus pertenencias, dejándolo en una situación para nada buena.

—Bueno, quisiera creerte, pero el hecho de que este individuo haya aparecido en la parte de atrás me hace creer que lo contrataste, así que dime Edward, ¿vale la pena arriesgar tu pellejo y el de esa hembra con un tonto intento de rescate?— Dijo aquel bicho en lo que recargaba sus manos sobre la mesa.

El individuo encapuchado que se había revelado como Edward, no dijo nada, solo quedo en silencio antes de bajar su capucha, con lo cual Karu quedo impresionado y algo sorprendido al ver que era un murciélago. Uno con un color de pelaje azul, tenía unos lentes redondos los cuales tenían un diseño curioso pues parecía que eran espirales. A juzgar por su apariencia era un macho de una edad de por lo menos de 50 a 55 años.

—Repito que él no viene conmigo yo vine solo como lo acordamos, nuestro acuerdo era el que yo iba a venir solo con algo de valor, y lo cumplí, les traje esas armas, y ustedes a cambio me darían a la chica— Dijo Edward, mientras veía de reojo al vessel con algo de recelo por haberse metido en donde no debía.

Por otra parte el bicho suspiro, y bajo la cabeza para después solo resoplar y renegar con la cabeza, antes de regresar su mirada a los dos que estaban sentados. Luego fijo más su atención a Karu, este le parecía un bicho de apariencia demasiado exótica. Todo su look lo hacía fijarse en el, desde su cabeza, con esa cornamenta muy fina, su cuerpo musculoso y fuerte excelente para trabajos pesados, y bueno yéndose más al morbo. Su físico en general era perfecto para servir como un buen esclavo. Así que ofreció un nuevo trato.

—...Bueno Edward, hagamos un trato. Nos vendes a este bicho y nosotros te dejamos ir con la chica, ¿qué dices? Es la mejor oferta que te puedo dar— Dijo aquel bicho cosa que hizo que Karu se enojara.

"¡Yo no soy ningún puto artículo, artefacto o cosa para que puedan venderme! ¡Vete a la mierda!"— Dijo Karu con un enojo enorme, mientras de forma brusca se ponía de pie antes de ser sentado a la fuerza por dos soldados.

Por otro lado Edward lo miro de pies a cabeza, quizás no conocía al chico pero no iba a hacerlo. No vendería a alguien más, y menos a los esclavistas sabiendo que es un grupo de mentirosos, así que jugaría un poco con ellos antes de dar una respuesta oficial al asunto. De hecho, por el rabillo de su ojo noto que en una viga en la parte de arriba estaba Derek, viendo todo con su arco listo para disparar. Así que decidió que lo mejor era dejar arriesgar su propio pellejo aunque no sepa quién era Karu o a que se dedica el vessel.

—Quisiera ver a la chica antes de nada, no pienso venderte la vida de alguien más si es que ella se encuentra llena de golpes. Por lo cual demandó verla si quieres un veredicto final— Dijo Edward y al momento de decir eso, Karu lo miro enojado por el hecho de ver que este parecía querer usarlo de moneda de cambio.

El elegante bicho solo suspiro ante la negativa del murciélago, aunque accedió a cumplir lo que había pedido.

—Traigan a la chica...— Dio como orden a sus hombres.

Estos asintieron y fueron a por la chica de la que tanto se hablaba, se escucho una gran bulla en la parte de atrás, parecía que sus hombres lidiaban con una bestia salvaje en vez de una chica, pero la razón estaba justificada ya que aquella hembra era una joven murciélago. La cual batallaba y forcejeaba con los hombres del bicho elegante, tenía un bozal en la boca, además de unas cadenas en sus brazos qué eran jaladas y llevadas por unos bichos. Aparte, aquella hembra tenía un par de ojos rojos, los mismos que había visto Karu antes, un pelaje algo descuidado por sus captores, una cola larga que igual tenia una cadena para evitar que la mueva a libertad.

Los ojos rojos de la murciélago se cruzaron con las oscuras cuencas de Karu, en ese instante algo surgió en el vessel, como si una ligera "flama" se acentara en su pecho. Algo raro y a la vez confuso, sin embargo no tuvo el suficiente tiempo para prestarle atención, pues aquel bicho hablo una vez más antes de que él o el murciélago hablara.

—Aquí la tienes, sana y salva, eso sí un poco descuidado su pelaje, pero eso le pasa por no cooperar con nosotros, ahora, ¿cerramos el trato Edward?— Dijo el bicho mirando al murciélago azul al lado de Karu.

Edward miro a Karu y viceversa, luego de unos segundos llenos de tensión e incertidumbre, Edward inhalo y después exhalo mirando al elegante bicho delante de él, lo vio con firmeza bajo sus lentes y lleno de determinación dió una respuesta.

—...No...— Dijo Edward decidido y firmemente en que no iba a dar a Karu como moneda de cambio.

El bicho renegó con la cabeza antes de resoplar molesto, antes de llevarse sus dedos a su cara y frotarse la frente con frustración.

—....Esa es una lástima, bueno, acaben con él y suban a este raro espécimen y a la murciélago a un carruaje. Nos llevamos a ambos de todos modos— Dijo ese bicho, y dicho y hecho unos soldados se acercaron a Karu y a Edward.

A uno lo llevarían como esclavo, aunque no se dejaría y al otro lo matarían en el lugar en el que se encontraba. Sin embargo antes de que eso pueda suceder, una flecha fue disparada, impactando contra la cabeza de uno de los soldados. Esto alarmo a todos los presentes, y antes de reaccionar, ellos ya estaban bajo ataque. Los colegas de Karu salieron de sus escondites para atacar en una sucesión rápida de ataques, qué les era difícil reaccionar a todos los soldados y guardias.

Entre la bulla y confusión del combate, Karu aprovecho el tener esas cadenas para poder ahorcar a uno de los soldados que tenía las llaves, usando su fuerza y cuerpo para tirarlo al piso y someterlo para ahorcarlo, antes de en un movimiento muy rápido y brusco, le rompió el cuello. Para después agarrar las llaves de su cadáver.

Enseguida de eso se libero y fue por sus cosas para unirse a la batalla, mientras tanto Edward se refugio ahí mismo en su sitio, agachado viendo como Karu y su grupo hacían estragos en el lugar así que él vio que el vessel dejo el juego de llaves tirado a un lado del cadáver de ese soldado.

Sin dudarlo tomo las llaves, y al ver que la murciélago seguía forcejeando con dos soldados los cuales hacían de todo para evitar que se suelte, él de su palma le lanzaría a uno un murciélago hecho de fuego, que al impactar termino por cocerlo vivo, pues unas llamas de color azuladas lo empezaron a consumir mientras gritaba del dolor y desesperación de estar envuelto en llamas. Ante esto el otro soldado quedo quieto en su lugar, paralizado del miedo y horror de ver a su compañero gritar, retorcerse y doblarse de maneras horribles en lo que aún ardían las llamas que de a poco lo dejaban rostizado por dentro y por fuera.

La hembra murciélago no espero nada para atacarlo en lo que este tenía la guardia baja, arranco el bozal de su boca para después en un abrir y cerrar de ojos saltar al cuello del contrario, para luego arrancar un gran trozo de carne y quitina, haciendo que la sangre del soldado comience a salir a montones. Antes de que caiga al piso en agonía y dolor tratando de frenar inútilmente el continuo sangrado de su mortal herida.

Tras esto Edward llego hasta ella y la libero de sus cadenas, ahora era el momento indicado para escaparse de ahí pues viendo que Karu y su grupo mantenían a los demás ocupados. Ellos podrían irse sin ser vistos por la batalla entre ambos que se había librado en esos instantes.

Karu y el resto seguían luchando contra todos en el lugar, usando sus armas para conseguir salir de esta, por otro lado Cross que aún seguía escondido decidió ir a la salida, viendo su oportunidad de escapar antes de que fuera a ser descubierto. Así que con un gran sigilo y cautela paso por el escenario de la pelea campal y llegaría hasta la salida en donde termino cruzando se con Edward y la chica que vino a rescatar.

—Por favor, pasen ustedes primero...— Dijo Cross dejando pasar al duo de murciélagos, el gesto fue agradecido para que luego este saliera para irse lejos mientras aún podía.

—¡Muy bien, vámonos, ya no hay nada para nosotros aquí, tomen las armas y corran hasta dejar el sitio atrás!— Exclamó Elizabeth, sus compañeros asintieron y le hicieron caso.

Cómo pudieron todos dejaron de luchar, mientras agarraban unas cajas cajas de armas y las subían de forma apresurada en uno de los carruajes estacionados afuera del almacén, para después subir y echar a andar a las dos bestias qué tiraban de este. Con lo cual ellos empezaron a escapar con unas cuantas cajas, quizás no todas pero al menos así tendrían para irse de la ciudad, además una persecución se desató por las calles de la ciudad, con el carruaje siendo perseguido por los soldados y miembros de los esclavistas.

Oi! ¡Tenemos compañía!— Dijo Jonathan mientras señalaba a los jinetes que los perseguían.

—¡Yo me encargo!— Dijo Derek antes de cargar un hechizo en su arco.

Su arco brillo demasiado, pero en especial la flecha que estaba cargada en el mismo, Derek puso toda su concentración, dejando que sus enemigos se acerquen y junten lo más que se pueda. Para al final cuando ya había una gran cantidad junta, disparo la flecha, la cual desde el momento de ser disparada por el arco, brillo y se multiplicó en muchas flechas.

Haciendo llover una salva sobre sus perseguidores, la mayoría no vio venir esto así que muchas flechas dieron en el blanco, ya fuera jinete o bestia, acabo con varios de ellos. Sin embargo no fue suficiente para deshacerse de todos.

—¡Hazlo de nuevo!— Exclamó  Lily colgada a un costado del carruaje en el que iban.

—¡No puedo, necesita recargarse el hechizo y además no tengo la suficiente alma para recargarlo más rápido!— Dijo Derek a la vez que ponía el arco en su espalda y tomaba sus ballestas de doble repetición.

—¡Maldita sea!— Dijo la hormiga en voz alta mientras subía con él al techo del carruaje.

—¡A la izquierda!— Grito Frank antes de ser embestidos por un carruaje militar con soldados.

I got this!— Dijo Jonathan para luego saltar al carruaje lleno de soldados embistiendo a uno y haciendo que pierda el equilibrio cayendo del mismo, para quedar aplastado bajo las patas de los jinetes qué venían atrás. —Who want some more?

El avispa tomo su hacha viendo que los soldados aceptaban su reto y sacaban sus armas para atacarle, sin embargo con su hacha bloqueaba parte de los ataques para atravesar o cortar a más de uno, mientras usaba el poco espacio para derribar y tirar a los contrarios del techo del carruaje. El conductor del carruaje gruñó al ver que la avispa estaba acabando con ellos, así que se alejo un poco pegándose contra varios de los negocios del camino para que Jonathan se caiga del techo con pegarse en uno de los letreros de los locales y negocios de la zona.

—¡Oh hijo de--!— Exclamó antes de tirarse boca abajo en el techo del carruaje para evitar caerse o golpearse contra algún letrero.

Por otro lado, Derek y Lily aún seguían manteniendo a raya a los demás jinetes y carruajes qué les estaban siguiendo, pero a pesar de eso, de su lado derecho serían abordados por más soldados y miembros de los esclavistas que buscaban detenerlos. Antes esto Frank salto junto con Karu a uno de los carruajes, dejando que la libélula siga manejando su carro de escape por las calles.

—¡Caballeros, siento decirles esto pero aquí acaba su viaje, espero lo hayan disfrutado!—

Frank sacaría sus machetes para ponerse en guardia, como era el doble o triple de grande que la mayoría, todos dudaban de si le debían atacar o no, pero al final uno si lo hizo con soberbia y sin un plan. Más que con completa imprudencia al lanzarse así sin más. Para la tarántula no le fue nada difícil acabar con el, pues dejo que atacará primero para bloquear sus ataques, y de esta forma encontrar un hueco en su defensa que exploto al máximo, haciéndole varios cortes uno más profundo que otro hasta que al final le haría un tajo limpio en la garganta, demostrando tener una habilidad impresionante con sus armas.

Todos al ver como el primero ya había caído, solo tragaron saliva, sin embargo se lanzaron todos juntos para ver si podían hacer un cambio en esta ocasión.

Por otro lado Karu, forcejaba con el conductor del carruaje, por lo cual el camino se hacía bastante inestable con cada jalón y tirón en el forcejeo de ambos machos.

El vessel como última opción le dio un cabezazo al conductor y luego lo pateo del asiento, con lo cual este quedo colgando a unos centímetros de su muerte; pero al ver que ya iban a llegar a una zona más cerrada, Karu acercó el carruaje contra un muro, aquel pobre bastardo termino por ser estrellado contra este, acabando con su vida al momento. Y igual dándole las riendas a Karu de mover el carruaje a su antojo.

Pese a que todo iba bien, más y más refuerzos no se hicieron esperar por toda la bulla y el desorden que estaban dejando a su paso, llegando a tal extremo que la calle más adelante de su destino había sido bloqueada. Y ya los estaban esperando mucha compañía al llegar. Al ver esto a Karu se le ocurrió una idea.

—"¡ELIZABETH!"— Grito Karu, siendo escuchada por la libélula.

—¿¡QUÉ?!— Grito esta tratando de esquivar todas las flechas y demás cosas que le lanzaban.

—¡TENGO UN PLAN, SOLO ME TIENES QUE DEJAR QUE YO LO HAGA!"—

—¡HAZ LO QUE QUIERAS PERO DATE PRISA!—

Tras la confirmación de la libélula, Karu rompió el lazo de las bestias y también las libero, haciendo que el carruaje pierda equilibrio pero también vaya aún más rápido que antes, al ver esto Frank salto de regreso al carruaje donde estaban Derek, Lily y Elizabeth. Karu después salto al lado de Elizabeth e hizo lo mismo para sorpresa de esta. 

Derek, Lily y Frank al ver esto se agarraron con fuerza al carruaje sabiendo que iban a tener que frenar de forma brusca y abrupta de la nada.

Por otro lado Jonathan se iba arrastrando por el techo del carruaje hasta llegar con el conductor y atacarlo de sorpresa, estrellando su cabeza repetidas veces contra la pared de madera del carruaje.

—Don't fuck with me!— Exclamó Jonathan para luego tumbar al conductor del carruaje y darse cuenta de lo que iba a pasar ya era demasiado tarde.

Más adelante el bloqueo si dió sus frutos al bloquearles el paso, sin embargo nadie se espero que ahora tendrían a 4 bestias todas descontroladas por las calles, y encima de eso los carruajes se estrellaron contra el bloqueo causando un gran destrozó, lo que causó que una gran nube de polvo se levantará en el lugar.

Apenas se podía ver más allá de un metro, habían toses por todos lados, los soldados y todos los esclavistas qué aún quedaban en pie pensaron que habían ganado.

Sin embargo en el momento que rodearon el destruido carruaje, lo que se encontraron fue....nada.

Dejando a todos confundidos, sin embargo algunos soldados de un rango alto mandaron a buscar al grupo, el cual ya se estaba yendo del lugar con las armas en unas bolsas de papas que alcanzaron a robar.

—¡A la próxima que vayan a hacer algo así avisen!— Dijo Jonathan, este se había lastimado la pierna teniendo un pedazo de madera incrustado lo cual lo hizo sangrar mientras cojeaba tan rápido como le fuera posible.

Lily se acercó a él y lo ayudo a ir más rápido, ya habría tiempo de curarlo una vez llegarán a "casa".

Por otro lado, en una cafetería la cual pasaron de largo corriendo, la misma figura encapuchada del mercado los acechaba, viéndolos irse de ahí a gran prisa. Mientras esta figura tomaría su taza y le daría un sorbo a su té qué había pedido.

[Un par de horas más tarde]

—¡Ahhhh! BE MORE CAREFUL!

¡Lo sería si dejas de moverte, santo cielo pareces un niño!—

Lily se encontraba atendiendo la herida de Jonathan, pues quería estar segura de que este no tenga alguna infección o problema más grave del qué ella pueda tratar.

El resto estaba descansando... O bueno, más o menos ya que aún tenían que ir a avisarle al pulgón del desastre que habían hecho, y este en particular no se hallaba de buen humor al escuchar todo lo ocurrido.

—¿¡No les da vergüenza saber que ahora hay que apresurar aún más rápido nuestra salida de este lugar?! ¡Las autoridades en este instante deben estar buscándolos como desquiciados, y para colmo se metieron con una banda más poderosa que la nuestra!— Dijo aquel pulgón echándoles en la cara todo lo mal que hicieron.

—Si sirve de algo, trajimos las armas, ¿no?— Dijo Frank siendo el más calmado al respecto

Su jefe suspiro molesto debido a todo lo que habían hecho, estaba estresado y era entendible por lo cual ese comentario solo hizo ir a un nuevo nivel de enojo y estrés.

—Sí...trajeron las armas pero aún está el problema de que Cross se encuentre a la fuga, de que toda la armada los busca y que ahora tengamos que salir de imprevisto por su culpa...—

—Y antes de que digan una sola palabra más de esto, quiero que vayan recogiendo sus cosas nos iremos de aquí a primera hora el día de mañana. Ahora fuera de mi vista...

Los demás asintieron y se fueron con Lily y Jonathan, este último ya tenía la pierna vendada por lo cual ahora ya podría caminar, o por lo menos andar por su cuenta aunque cojeando. Ya en grupo, todos ellos irían a la mansión a guardar sus cosas.

En el camino se encontrarían con quien menos querían verse, un molesto miembro de la banda el cual era todo un lamebotas, muy arrogante, orgulloso, y sobretodo el típico qué se quiere ganar al jefe como fuera posible. Jeffrey.

Un mestizo entre mosquito y mosca, aunque con rasgos muy predominantes de mosco, de un físico delgado pero algo fuerte, alto y de 4 brazos el cual estaba acompañado de otros lamebotas como él. Este se comenzaría a burlar de ellos al saber lo que habían hecho.

—¡Oigan, oí lo que hicieron hoy, bien hecho jajaja! ¡Si qué saben como meter la pata chicos!— Dijo Jeffrey riendo con el resto de su grupo de lamebotas.

You are lucky that i have a injury in my leg, otherwise you will be three fucking feets underground bitch...—

Jonathan le sacaría el dedo de en medio junto al resto de sus amigos mientras pasaban de largo al mosco y sus colegas. Que le hacían burla, sin embargo no se atrevían a acercarse ya que él y su grupo sabían que no había chances de ganarles a ellos.

—Puto imbécil...— Dijo Frank en lo que negaba con la cabeza y resoplaba con molestia.

Antes de llegar a la mansión a Karu se le vino algo a la cabeza, así que después de recordar algo le dijo a sus amigos que tomarán la delantera y que los alcanzaría, el iría hasta el puesto de la herrera de la banda, puesto que ibs por su mascota de nombre Fred, el Tik Tik qué rescato hace  18 meses. Y por un encargo muy espacial qué le había hecho a la contraria.

Tuvo que irse hasta un lugar en donde estaba una cabaña medio derroida por el tiempo, aquí él toco la puerta antes de que se escuchara del otro lado que pase, así que entro al lugar viendo a la escorpión trabajando como de costumbre, y además a su Tik Tik acostado a un lado de la puerta.

Cuando Fred vio entrar a Karu, se emocionó tanto que comenzó a dar tiernos brincos alrededor del contrario, y se aferro a una de sus piernas haciendo reír al vessel que sonrió mientras le da un par de caricias en su cabeza.

—Hola Karu, veo que vienes por Fred y por tu encargo, ya casi lo tengo hecho nada más déjame dar los últimos retoques y ya va a ser tuyo— Dijo la herrera a la vez que lo saludaba.

—"Okey, yo esperaré, no te preocupes"— Dijo Karu en lo que jugaba con Fred.

Tras unos momentos la escorpión volvió trayendo con ella una pechera recién hecha y ademas una pequeña bolsita de cristales que usaba su collar para tener energía. Karu se levantó y camino hasta donde estaba la escorpión, viendo que toda la pechera brillaba, además de tener toques azulados y en su centro tener la figura de una cabeza mantis para conmemorar a su difunta pareja mantis. Tenía picos en los hombros para darle un aspecto más tosco y peligroso pero sin perder su estética de elegancia y clase que daba esa pechera.

—¿Y bien, te gusto? Porque de no hacerlo podría quedarme con esa pechera. Es una de mis mejores elaboraciones, aparte aquí tienes, no son muchos cristales, hoy los subieron de precio y solo pude comprar esos pocos—

—"Descuida, me encantó, y no te preocupes entiendo que no hayan podido ser muchos, así que con esto me alcanza para uno o dos meses más, gracias, ahora si nos disculpas Fred y yo nos tenemos que ir"—

Karu tomo a Fred mientras se colocaba la pechera viendo que le quedaba fantástico, también tomaría la bolsa qué ella le dio y se retiro no sin antes decirle que haga sus maletas. A lo cual ella suspiro pesadamente, no podía creer que tenían que irse una vez más, pero sin más, y sin rechistar obedeció y empezó a recoger sus cosas.

El Tik Tik y el vessel salieron de ahí, yendo directamente hasta su habitación, en donde Karu le dio algo de comer a Fred para luego irse a acostar y esperar a poder tener una buena noche llena de descanso, ya que hace tiempo no tenía una. Antes de dormirse, vio como Fred había acabado ya de comer así que solo sonrió y lo acarició viendo como este se acomodaba encima de él, con lo cual ambos se irían a dormir.

[En la madrugada]

Karu despertó de golpe, por tener otra pesadilla como ya era muy habitual, sin embargo también se despertó por el fuerte ruido y la bulla de afuera, así que movió a Fred con cuidado para ir a ver por la ventana qué estaba pasando; para su sorpresa todo el campamento estaba bajo el ataque de la armada, con varias antorchas en mano quemaban a varias tiendas de campaña, y sin piedad acababan con quienes se cruzaban por su camino. Pese a que se estuvieran entregando de forma pacífica, no venían a dar un trato justo estaban aquí para exterminar a todos.

Karu de inmediato fue a tomar todas sus cosas de importancia, agarro a Fred y lo metió dentro de su bolso para luego salir de su habitación y darse cuenta que la mansión había comenzado a ser quemada. Ya que la mitad del corredor estaba ardiendo y todo el humo se esparcía rápido, con lo poco de tiempo que tenía, él trato de ver a sus amigos pero al fijarse en sus habitaciones noto que estos ya no estaban, lo cual lo dejo algo tranquilo pero ahora él debía salvarse a si mismo, así que regreso a su cuarto y abrió la ventana. Para salir por ahí, justo a tiempo antes de que las llamas llegasen a su habitación, todo el piso de abajo estaba en llamas, y más tiendas eran quemadas.

Los soldados no tenían piedad y solo obedecían las ordenes qué les dieron, por lo cual el vessel bajo con cuidado cayendo sobre un arbusto, para luego asomar su cabeza y fijarse hacia todos lados en busca de una salida; a todo lugar que mirara había un grupo de soldados cumpliendo ordenes, así que no tuvo de otra más que evitar el combate directo.

En esos momentos salió de aquel arbusto mientras Fred asomaba la cabeza algo asustado por el bolso de Karu, el vessel tenía su corazón latiendo a mil por hora, la adrenalina de no ser visto o escuchado era suficiente como para ser sigiloso a más no poder.

Más adelante suya vio como sus amigos escapaban junto a otros más, por unos arbustos grandes que daban hacia un pantano, él tomo valor y tras unos segundos salió corriendo hacia ellos. En el instante qué lo vieron quisieron ir por él, pero los detuvo ver un sin fin de soldados acercándose a su posición así que corrieron sin mirar atrás. Karu solo pudo ir atrás de ellos, pero una flecha le impacto en uno de sus hombros haciendo que grite del dolor y se meta como pueda a esos arbustos, saliendo a la parte de atrás de la mansión.

A un terreno pantanoso, así que sin perder el tiempo comenzó a correr sin detenerse, escuchando como atrás suyo venían muchos soldados, disparando flechas al contrario. Metiéndose por el lodo y el fango, Karu no dejo de correr sin importar que ahora fuera un poco más lento, seguía adelante, hasta que otra flecha esta vez con la punta en llamas le daría en su espalda. El ardor y dolor eran indescriptibles para él, pero no dejo que eso lo detenga.

Miro hacia atrás viendo que las armaduras de los soldados los hacían ir más lentos, tomo algo de ventaja de esto, pero sin darse cuenta acabaría cayendo por una bajada empinada, rodo y rodo cuesta abajo, hasta finalmente caer en una piscina de lodo.

L

entamente se fue poniendo de pie, estaba aturdido, adolorido, confundido, y desorientado de en donde estaba, solo verifico qué sus cosas y Fred estuvieran en orden, por suerte así era, Fred solo estaba temblando del miedo en la bolsa de Karu y sus cosas de milagro no se habían roto.

El vessel suspiro y después sintió un punzón en su abdomen, al ver hacia abajo noto una rama que quedo incrustada en su abdomen así que la herida lo hizo ir más lento junto al dolor.

Estuvo caminando por un largo rato, desangrando se, con mucho dolor, cansado, lleno de lodo y fango.

Parecía que habían pasado unas horas, no sabía en donde estaba o hacia donde se dirigía, solo seguía adelante, llego un punto en donde la debilidad, fatiga y cansancio le estaba pasando factura. Los ruidos de la fauna del pantano le daban las fuerzas para continuar, sin embargo no podría seguir por mucho. Todo parecía que acabaría ahí para él.

Pero justo entonces escucho el ruido no tan lejano de voces hablando, además de eso oyó el ruido de madera siendo usada para una fogata. Por lo cual con sus últimas fuerzas camino hacia las voces, entre más se acercaba notaba el haz de luz natural del fuego, aunque su visión estaba mucho más borrosa y sus oídos ya estaban cansados como para escuchar lo que decían, Karu con su poca fuerza fue capaz de ser visto, podría ser una mala idea, pero ya no quedaba de otra.

Quizás eran sus amigos, quizás no, pero por ahora él solo supo que habían muchas figuras alrededor de la fogata, antes de desmayarse noto que era el centro de atención por su inesperada aparición. Así que momentos después se desplomó al suelo y acabo por cerrar los ojos lentamente, lo último que vio fue que varios se acercaron, luego de eso finalmente cerro los ojos por el cansancio.

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¡Hola! ¡Primer capítulo de la segunda temporada!

Espero que les haya gustado, como siempre no se olviden votar y comentar que les ha parecido este primer capítulo de la segunda temporada de la historia de Karu. Además de también compartirla para que sea más apoyada.

Además yo quiero agradecerles de todo corazón que estén disfrutando mi historia, les doy las gracias a aquellas personas que me han dado consejos de como mejorar aún más mi escritura y además también les doy las gracias a quienes han hecho dibujos de la historia.

Y bueno sin más preámbulos yo me despido de ustedes hasta aquí, esta segunda temporada será emocionante, cuenten con eso. Ahora sí, sin más que decir pues...

¡¡Hasta la próxima!!

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