T2: Calma antes de la tormenta.
Mientras los amigos de Karu se encontraban en mitad de este problema, rodeados de mantis con semblante agresivo y poco amistoso, junto a un escorpión que a lo mejor fue la causa de su enojo. Para saber que había pasado aquí era necesario regresar, una hora para descubrir todo el problema que había sucedido.
[Una hora atrás]
Durante su escape, el escorpión corrió sin mirar atrás, asegurándose de que nadie lo estuviera siguiendo, para su fortuna nadie se tomo la molestia siquiera de revisar su celda, todo gracias al show montado por Mavis, por lo cual ya después de haber corrido durante al menos una hora sin descanso, él se detuvo a tomar algo de aire bajo un aire, doblándose sobre sus rodillas, colocando sus tenazas como soporte. Realmente no sabía muy bien en donde estaba, pero si sabía a donde se dirigía; por lo cual tras su corto y breve tiempo para recuperar fuerzas. Planeo su plan para regresar a su tribu, cueste lo que cueste.
Primero necesitaba un medio de transporte, en segundo provisiones, y en tercero también un mapa para saber donde estaba exactamente, sin embargo no había nada alrededor según él, pero a lo lejos pudo notar un árbol, de aspecto brillante y pálido, y suponiendo que en ese lugar pudiera haber alguien que lo ayude, se dirigió a esa dirección sin saber exactamente, que o quienes pudieran estar allí; pero como su única opción, comenzó su camino hasta dicho lugar.
Al cabo de un rato de estar caminando, esté se percato de que estaba entrando en territorio mantis, los estandartes con símbolos tribales, con cabezas de presas cazadas exitosamente, y de la apariencia cada vez más agresiva del camino, le estaban diciendo que diera media vuelta, y que mejor camine por otros caminos por días, pero el escorpión simplemente se adentró a este camino. Después de todo, su madre no había criado a ningún cobarde.
Obviamente tampoco era de su interés llamar mucho la atención por este camino, así que iba oculto; tratando de evitar ser visto por algún grupo de mantis, patrullando la zona, con cautela y sigilo llegaría hasta lo que parecía ser el poblado de las mantis, viendo que las altas murallas de madera eran imposibles de escalar, por la forma en que estaban hechas, y porque había más de un centinela en la cima cuidando el perímetro. Opto por una alternativa más viable, entrar por la zona menos custodiada, y dicha zona se encontraba cerca de dónde había un pequeño hueco bajo las murallas, hecho quizá por algún animal que se haya metido antes a robar comida de las mantis. Calculando, si podía o no entrar, el escorpión se dio cuenta, que era buena idea lanzar su ropa por encima de la muralla.
Mientras que él, se arrastraba por debajo, a duras penas paso por el estrecho hueco, pero ya del otro lado se aseguro de que nadie lo hubiera visto, de milagro así fue, ahora dentro, este se sorprendió al ver que había más de una especie de bicho o insecto, coexistiendo con las mantis. Salió de su asombroso, al darse cuenta que podía usar esto a su favor, no tan lejos de donde estaba, hay un mercado lleno de bichos y mantis, pero entre la multitud también habían unos pocos escorpiones contados.
Justo lo que necesitaba para colarse y pasar desapercibido sin llamar demasiado la atención del ojo público, se acerco al lugar con cuidado de no ser visto, ya cerca salió de su escondite y se mezclo entre la multitud como si nada. La multitud a su alrededor lo hacían pasar desapercibido, como alguien más entre toda la bulla de bichos e insectos; obviamente su objetivo aquí no era el de comprar nada. Más bien, el de conseguir llegar hasta donde podría conseguir algún carruaje o algo para continuar su camino con algo "prestado". Siguió el ritmo de todos los compradores, de vez en cuando deteniéndose a mirar algunos artículos, artefactos o armas, que le vendrían bien. Así que con astucia, prudencia y rapidez, tomaba algunos artículos, sin que nadie se diera cuenta. En especial por la iluminación, ya que al ser algo tarde, nadie podría ver quien tomaba que cosa.
Al final todo parecía marchar bastante bien para el escorpión, eso fue hasta que se cruzo con su siguiente problema a tratar, la zona de bestias y carruajes estaba siendo custodiada con una extrema seguridad. Que prácticamente hacía imposible sin llamar la atención primero.
—Genial...lo que me faltaba, más seguridad...— Dijo en voz baja, suspirando pesadamente, mientras ideaba una forma de entrar sin ser visto o atrapado en el acto.
No tan lejos de él, Karn, Amber, Akira y compañía se alistaban para salir, con provisiones y todo lo que hiciera falta para continuar con su camino. Rae y Asher estaban ahí también, porque de igual forma irían con ellos. Así que el grupo, una vez tenían todo listo, se aseguraron de no estar dejando nada atrás. Por lo cual se dirigieron a la zona en la cual se les recibiría con su carruaje para partir. Aunque para la sorpresa del grupo (más la de Karn), Agatha se encontraba allí, con lo que aparentemente eran sus cosas.
—¿Y tú qué haces aquí? Pensaba que te ibas a quedar...— Dijo Karn acercándose primero a la mantis.
—Si bueno, hubo un cambio de planes, no sabes lo difícil que fue convencer a los Lords de que me dejarán ir también— Respondió Agatha, cruzando sus brazos viendo a la vessel y su grupo.
Justo cuando Karn estaba a punto de preguntarle a la mantis la razón por la cual quería ir con ellos, fue interrumpida cuando se acercaron a ellos, dos mantis escoltando las bestias y el carruaje en el que se iban a ir. A lo lejos, el escorpión vio su boleto de salida, por lo cual decidió aprovechar esta oportunidad y subirse; tratando de ser lo más sigiloso y rápido posible.
—Aquí esta su transporte, tal y cómo lo ordenaron los Lords, esperamos que su viaje se fructuoso y lleguen a encontrar a su hermano— Dijo el soldado mantis, mientras hacía una respetuosa reverencia a Karn y sus hermanas.
—Muchas gracias, esperemos que lo encontremos en unos días, o en menos tiempo, pero será mejor subir todo esto a la parte trasera del carruaje. Bueno, al final parece que unas garras extra no nos vendrían mal la verdad— Dijo Karn, aprobando que Agatha fuera con ellos.
Mientras subían todo y eran ayudados por Carlos, Rae, Asher y los demás, por otro lado, el escorpión no perdió su tiempo, aprovechando la distracción de que subían todas las cosas, él se monto en la parte del conductor. Y sin dudarlo, agito las cuerdas de las bestias, ocasionando que salgan corriendo, levantando un poco la parte trasera del carruaje, tirando algunas cosas y a algunos de los que estaban encima. Arriba únicamente se quedaron Karn y Asher, quienes se sujetaron de lo primero que tuvieran cerca, consiguiendo no caerse.
—¡Un ladrón, atrápenlo!—... Grito un guardia, mientras veían al escorpión alejarse encima del carruaje.
Dando así inicio a una persecución por toda la aldea mantis, con más de un soldado y guardia, persiguiendo al ladrón, mientras Karn y Asher, se trepaban al techo del carruaje, como sea, con tal de detener al escorpión. Que no tenía intenciones de detenerse, ni aunque ponía en riesgo la seguridad de otros. Él escorpión, sin fijarse por dónde iba, causaba mucho caos y destrucción a su paso, todo por perder a sus perseguidores y también por intentar hallar una salida de ahí.
—¡Abran paso, quítense de mí camino!— Exclamaba, haciendo señas con sus tenazas para que se muevan fuera de su camino.
Finalmente cuando Asher y Karn consiguieron caminar por el carruaje sin caerse, la vessel junto a su hermano, se lanzaron ambos para detener al escorpión, tratando de hacer que suelte las riendas del carruaje o que se caiga del mismo.
—¡Hey! ¿Qué creen que están haciendo?— Pregunto el escorpión mientras intentaba librarse de Asher y Karn.
—¿Tú qué crees? ¡Te estamos deteniendo ladrón!— Dijo Karn mientras forcejeaba con él, y Asher trataba de hacer que el carruaje se detenga.
—¡En primera, yo no soy ningún ladrón, en segunda solo tomaba prestado este carruaje, juro que lo iba a regresar apenas pudiera!— Al forcejear con la vessel, accidentalmente pateo a Asher, ocasionando que pierda el control del carruaje.
Lo que termino sacando de su curso actual al carruaje, llevandolo al centro del pueblo, con lo cual se darían cuenta que era demasiado tarde para evitar chocar las bestias contra una tienda. El escorpión rápidamente se lanzó del carruaje antes del choque, mientras que Karn y Asher intentaban juntos, evitar este suceso sin éxito.
Acto seguido, sin poder evitar este choque, el carruaje termino estrellado contra una tienda de productos en medio del pueblo, en medio de la bulla, desconcierto y confusión del momento, el escorpión se puso de pie, sacudiendo su cuerpo de polvo, antes de darse cuenta de que debía escapar de allí; más aún cuando una lanza cayo a tan solo un metro de distancia de él, por lo cual sin otra opción salió corriendo hacia la salida de la tribu. Siendo perseguido por media seguridad de la aldea. Mientras tanto Karn y Asher salían desde la escena del choque, algo aturdidos, pero al ver hacía donde iban todos, rápido agarraron sus cosas y se unieron a la persecución.
La cosa escalo se volvió crítica de un momento a otro, pues ahora el escorpión estaba siendo perseguido hasta las afueras de la tribu, en donde creía que iba a conseguir su fatídico final, sin embargo, en un cambio de planes su suerte cambio. Pues al salir detrás de unos arbustos, se encontraría cara a cara, con los amigos de cierta vasija a la que buscaban, por lo cual se detuvo de golpe, mientras eran rodeados por un mar de mantis enojadas.
[En el presente]
El grupo de mercenarios se encontraba rodeados, cada uno rodeado por más lanzas de las que pudieran contar, todo culpa de un desconocido escorpión que ahora los hacía formar parte de algo, que no habían cometido o ayudado.
—¡Wow, wow, wow! ¡Todos tranquilos de una vez, nosotros no tuvimos nada que ver con este sujeto!— Dijo Frank, mientras él y sus compañeros estaban a la defensiva de todo lo que estaba ocurriendo.
Pero ni con sus palabras podían convencer a las mantis de que ellos no habían tenido nada que ver, en este asunto. De los arbustos salieron más mantis y guardias a punto de capturarlos, y entre ellos estaban Rae, Amber, Karn, Asher y compañía. Quienes veían dicha escena, mientras se acercaban para tratar de solucionar todo por las buenas, o al menos con un mínimo de cooperación de los contrarios.
—¡Entonces apártense de él, inmediatamente, es una orden!— Exigió uno de los guardias mantis, mientras caminaba hacia ellos con su lanza apuntándoles.
—¿No podríamos hablar esto sin tanta necesidad de violencia o amenazas?— Pregunto Cross mientras trataba de zafarse de esta situación tan peligrosa y que ponía en riesgo su propio pellejo.
—¡Silencio tejedor, si es que quieres conservar tu lengua!— Le amenazo una mantis dirigiendo su lanza hacia él.
Cosa que puso nervioso a Cross, mientras procuraba guardar silencio para evitar tener algún tipo de problema, más allá del que ya tenían encima, mientras tanto Karn y los demás se acercaron al escorpión, el cual sin resistirse mucho decidió entregarse sin más. Pues no había muchas opciones estando rodeado, por una turba de mantis enfurecidas. Por su lado los colegas de Karu seguían a la defensiva; no queriendo ceder ante estas mantis.
—¡No tenemos tiempo para esto, tenemos un herido con nosotros y también vamos a buscar a un amigo nuestro, así que no pueden obligarnos a nada!— Exclamó Elizabeth mientras seguía algo a la defensiva, a su vez que no cedía su actitud agresiva y desafiante.
—¡Hey, Lizzie, no creo que sea buena idea seguir haciendo enojar a estas mantis, a este ritmo jamás vamos a encontrar a Karu!— Dijo Dereck, volando por encima de la cabeza de la libélula.
Al nombrar a cierta vasija, todos sus hermanos voltearon a verlos, mientras se veían entre ellos, antes de que Karn decidiera interceder por ellos, solo para saber como era que conocían a su hermano.
—Esperen, ¿Cómo es que conocen a Karu?— Preguntó Karn apareciendo en escena, mientras hacía a un lado a uno de los guardias mantis.
Al escucharla, los mercenarios voltearon su atención hacia la vasija, mirando que en ella había cierto parecido a su conocido en común. Por lo cual, tras unos segundos hablaría Elizabeth.
—Lo conocemos porque somos amigos suyos. Aparte de que estuvimos con él en la misma banda...— Dijo Elizabeth con anticipación al resto de sus colegas.
—"Ja, que gracioso. Yo creía que Karu era más de andar por cuenta propia que en multitud"— Dijo Amber mientras ella se acercaba con libreta en mano.
—Pues ya ves, cosas de la vida, ¿no?— Dijo Dereck aún sin bajar su guardia, pero estando mucho más relajado al ver que no todos eran enemigos.
Aprovechando que este grupo al parecer se había olvidado de su presencia, rápido el escorpión quiso escapar de ahí, pero al darse la vuelta fue sorprendido con que detrás suyo, estaba Akira. Quién al saber su intención de escapar lo dejó inmóvil en el piso; mientras colocaba un cuchillo muy pegado a su cuello, tras lo cual, otros dos guardias fueron a ayudar a que no se escape. Mientras la vessel de 5 ojos se quitaba de encima, manteniendo su mirada neutral sobre el escorpión.
—Bueno, por lo visto ellos no tenían nada que ver al final, así que dejen que se vayan. Solo estaban de paso— Dijo uno de los guardias cuando la situación fue aclarada finalmente, dando así la orden de llevarse al escorpión.
Felices de ser libres, los mercenarios pudieron suspirar con alivio, mientras uno a uno guardaban sus armas, aunque por su parte Cross lucía más interesado en marcharse; después de todo, no tenía ninguna intención en quedarse ahí, y aún menos con lo que había ocurrido. Pero su mala suerte volvería a jugar en su contra, ya que los mercenarios decidieron quedarse, más que nada por conocer a unos parientes de su amigo, y también para atender las heridas de Jonathan, ya que su pierna iba de mal en peor con cada momento, que no era atendida por algún médico con recursos.
—¡Oh vamos! ¿En serio van a dejarme que me vaya solo, aún sabiendo de los peligros que hay más adelante?— Dijo el tejedor, indignado y molesto.
—Nadie en ningún momento dijo que te puedes ir solo, pero si es tu decisión, ya solo tú sabes que va a pasar— Dijo Frank mientras volteaba a ver a Cross, riéndose en sus adentros al notar como su enojo se hacía más notorio.
Cross comenzó rápidamente a quejarse de la idea, pero nadie escuchó sus quejas, pues ahora el grupo de amigos de Karu conocían a sus hermanos, y se iban familiarizando con sus nombres, así como sus apariencias. Tras las debidas presentaciones, regresaron todos juntos a la tribu. Dónde pasarían la noche, e igual podrían descansar tras su largo día y semana.
[40 minutos después]
Sentados alrededor de una fogata, el recién formado grupo empezaba a contar varias cosas mientras descansaban de lo sucedido. Aquí ambas partes se estaban enterando de cosas que no sabían de Karu, fueran actuales o del pasado. Tanto así que todos se llevaban más de una sorpresa, sabiendo cosas que antes ni siquiera creían posibles.
—Sigo sin creer que Karu, nuestro experto en romper piernas o brazos a los deudores. Fuese en algún momento, un Teniente de la guardia real de Hallownest, vaya, ni siquiera puedo visualizar como era vestido con armadura y todo— Dijo Frank, al mismo tiempo que negaba con la cabeza.
—Bueno, yo sigo esperando que no sea cierto eso de que robaron un casino...— Respondió Karn cruzada de brazos y con un tono serio.
Pues le resultaba extraño que su hermano, haya hecho eso y mucho más. Y no era la única, a su derecha, Amber había tomado nota de todo, entre ligeras pausas, para reflexionar cada cosa que le habían contado; y a su izquierda Rae no podía hacer otra cosa que imaginarse a Karu vestido con armadura y capa, junto a una genial espada/aguijón, comandando un sin fin de tropas. Por otro lado Asher simplemente pensaba cómo es que su hermano mayor, quedó enrolado con bichos como estos. Y Akira...ella estaba callada en una esquina oscura sin decir nada.
—Lastimosamente no, tuvimos que hacer eso porque estábamos cortos de dinero, y no quedó otra opción que tomar esa decisión— Dijo Elizabeth, jugando con un cuchillo al girar lo en el piso.
Karn claramente estaba molesta, pero no lo demostraba, solo soltó un suspiro, a la vez que decidía que era mejor cambiar de tema si no quería que fuese a tener que enterarse de cosas peores. Por lo cual hizo la pregunta que tanto deseaba hacerles.
—Bueno, ignorando el hecho de todo lo que haya hecho Karu con ustedes, al parecer estuvieron con él, durante esa emboscada a su campamento. Así que, ¿saben a dónde fue luego del ataque?— Dijo Karn mientras veía a todos los que se encontraban delante suya, mirando su forma de reaccionar ante su pregunta.
Para su mala suerte, ninguno parecía ser capaz de contestar su pregunta, pues ellos no fueron capaces de ver hacia dónde exactamente se dirigía el vessel, durante su escape del campamento. Así que de nuevo, estaban de regreso al mismo punto, de no saber nada de él. Lo cual frustró a Karn y a Amber, sin embargo esta última por insistencia les haría recordar hasta el más mínimo detalle, por más insignificante que fuera.
—Bueno, lo último que recuerdo fue que...escapó en dirección al pantano, lo más seguro es que se haya adentrado a dicho lugar. Probablemente esté oculto por ahí, aunque solo es una teoría mía— Dijo Derek, al mismo tiempo que llamaba la atención de las vasijas delante suya.
—Bien, por lo menos ya tenemos por dónde empezar, ahora, ¿cuánto nos tomaría llegar a ese...pantano?— Preguntó Karn algo confundida pues era nueva con los conceptos de la superficie.
—Créeme no quieres ir para allá— Le Respondió Derek mientras negaba con sus brazos, claramente disgustado ante la idea de volver por esos rumbos.
—"¿Y por qué no?"— Amber lo miró con seriedad y una mirada un tanto punzante.
Antes de que este diera una respuesta, el grupo sería interrumpido por Lily, quien tras haber estado ausente gran parte de la conversación, llegaba para dar buenas noticias sobre Jonathan, el estado del avispa había mejorado. Todo gracias a la medicina y rápida acción médica. Por lo cual, solo era cuestión de unas horas para que su colega bilingüe despierte.
Ahora bien, ella no había llegado sola, ya que detrás de la hormiga venía Dalia, quién cómo toda madre, iba a ver que tal se la estaban pasando sus crías. Siendo bien recibida por Rae y Asher, cada uno a su modo.
—Lamento si llegamos a interrumpir algo, pero los Lords quieren que estén presentes durante el juicio del escorpión, verán si es que lo dejan ir o lo van a hacer pagar justicia— Dijo Dalia, a lo cual el grupo accedió.
No sin antes, dejar en claro que iban a concluir la charla más adelante, cuando ya todo haya terminado. Así que siguieron a Dalia hasta el salón de los tronos; dónde se llevaría a cabo este dichoso juicio. Aquí la mayoría de la tribu se encontraba presente, junto a los Lords de la otra tribu. Qué verían la forma de proceder de Salvia y Jade, en momentos como estos.
—Menos mal no somos nosotros los que estamos en el medio...— Dijo Saud en voz baja, bromeando con sus hermanos.
—Je, mejor cállate o le darás motivos a Jade para acusarnos de algo también, sin tener pruebas de nada— Dijo Ashanti, con un tono molesto y sobretodo que era demasiado grosero.
—Recuerda lo que hemos hablado hermana, que las emociones fuertes no te dominen. Recuerda, respira y exhala lentamente— Dijo Morati a un lado de ella, colocando una garra sobre el hombro de su hermana.
Ashanti gruñó molesta, para después hacerle caso a su hermano y empezar a inhalar y exhalar. Quedando un poco más tranquila, viendo como el juicio daba por fin inicio. Del otro lado de la sala, el grupo se había sentado para ver cómo iba a ser que los Lords iban a impartir justicia contra el escorpión. Justo cuando Jade y Salvia hicieron acto de presencia, toda voz, murmullo y susurro cesó, mientras el dúo dinámico se sentaba en sus tronos, poniendo sus ojos sobre el sentenciado.
Lejos de estar asustado o temeroso por su vida; el escorpión permanecía muy tranquilo, incluso bajo la mirada severa y fría de ambos Lords. Acto seguido, tras un corto e incómodo silencio, Salvia fue la 1era en ponerse de pie y hablar.
—Doy por iniciado el juicio— Anuncia Salvia —Forastero, fuiste atrapado tratando de robar un carruaje importante, lo cual constituye un crimen grave. Serás juzgado y emitiremos un castigo después de oír tu testimonio— Salvia escudriñó al acusado con la mirada tratando de encontrar un ápice de culpabilidad o arrepentimiento.
Despreocupado y sin temer tanto a las consecuencias de lo que pudiera pasarle, el escorpión se encogió de hombros, en lo que levantaba sus tenazas bastante relajado. Algo que no pasó desapercibido por nadie.
—Bueno, la verdad se me hizo sencillo el querer tomar "prestado" ese carruaje, lo iba a devolver, lo juro su majestad— Dijo mientras bromeaba un poco pese a lo tensa que era la situación para él.
Salvia hizo una mueca de disgusto por la respuesta bromista y despreocupada del contrario. Mientras Jade fruncía más el ceño manteniendo una postura rígida y vigilante, quedando en silencio, haciendo su propio juicio separado al de su hermana.
—Entonces nos robaste, causaste un alboroto y causaste múltiples daños solo por que ¿Lo viste sencillo?
—Ya dije que lo tome "prestado"
Jade emitió un gruñido gutural que retomó por toda la sala —"prestar", "robar". Si hay algo que odio es cuando sinvergüenzas, listillos petulantes como tú tratan de usar tecnicismos. ¡Cobarde! No tienes las agallas para hacerte responsable de tus actos y llamar a tus acciones por lo que son.
Salvia asintió en silencio, claramente también estaba disgustada por la actitud evasiva del escorpión, aunque disimulaba muy bien su enojo. En los juicios de su tribu, y como en todo en la vida realmente, Salvia y Jade representaban los dos opuestos, el lado comprensivo que trataba de entender al acusado para dar un resultado favorable, y el lado demandante, acusatorio, que dictaría una sentencia fuerte y firme contra quien fuese encontrado culpable. Pero a veces cosas cómo estás pasaban, en las que no había disparidad entre entendimiento y oposición.
Jade bajó de su asiento, con la mirada fulminante, girando sus hachas encadenadas haciendo que el filo de estas chocará contra el suelo mientras caminaba lentamente hacia el acusado. —Pareces tomarte esto como un juego, pero en esta tribu no nos tomamos los crímenes como simples juegos de larvas, si la Lord Salvia no encuentra razón de perdonarte— Jade acercó el frío acero de sus hachas al cuello al rostro encapuchado del escorpión para dedicarle unas palabras tan llenas de tan frío desprecio que pondrían la sangre helada a cualquiera.
—Dime si quieres que acabe con esto de una vez, y así nos ahorraremos todos esta pérdida de tiempo.
Con eso último Jade volvió a su asiento, antes de que su hermana pudiera preocuparse de lo que podría hacerle al demandado.
—Bueno señor, mi madre no crio a un cobarde. Así que, aceptaré cualquier tipo de castigo que tengan— Dijo el escorpión, mientras todo el público iniciaba a murmurar.
Solo para ser callados, con el continuó choque de la garra de Salvia contra su trono, para finalmente dar su veredicto final, junto a su hermano. Lo que había hecho era muy malo, sin embargo no era razón para matarlo, aunque ahora sería un trabajador/esclavo momentáneo, en lo que ayudaba a reparar y reponer cada cosa que había destruido. Si, un castigo muy suave para alguien como ellos, pero al final no hubo muertos, ni tampoco se salió con la suya. Así que se dio por concluido este juicio, por lo cual cada uno de los presentes, se fue retiraron del lugar ordenadamente. Algunos bastante insatisfechos y enojados por la decisión de los Lords, pero otros por lo menos se alegraron, al saber que no fueron tan radicales.
—Camina escorpión, te queda un largo tiempo para reparar tus errores— Dijo un guardia mientras lo empujaba hacia la salida.
—Sí, ya lo sé, no tienes por qué decirme eso. Además me llamó Rayden— Dijo Rayden, finalmente compartiendo su nombre antes de ser empujado de nuevo.
Con el juicio finalizado, ahora tocaba otro asunto referente a lo que había pasado con el carruaje, debido al choque, mucho del cargamento en su interior quedó inservible, además de que tendrían que reparar los daños, y reemplazar a las bestias que lo iban jalando. Ocasionando otro retraso más para el grupo.
—Perfecto— Dijo Karn soltando un largo suspiro de pesadez, mientras se sentaba en el piso. —Supongo que hoy no iremos a ningún lado...— Diría de nuevo, con un gran pesar encima suyo, por lo sucedido.
—Ve el lado positivo, al menos ya tienen una pista de hacia dónde ir, no hay ningún motivo para estar pesimistas ahora mismo— Dijo Carlos, estando tan solo unos metros detrás suya, jugando con su hija.
—"Te recuerdo que por cada minuto que desperdiciamos, algo le podría pasar a nuestro hermano"— Respondió Amber, cruzada de brazos con un semblante enojado y molesto.
—Si sirve de algo, apenas tengan todo listo, iremos con ustedes— Dijo Elizabeth de pie, afilando un cuchillo con una piedra.
—Gracias, pero creo que sería mejor que se queden con su amigo, se ve que aún no está en condiciones para andar— Dijo Karn, al mismo tiempo que colocaba sus brazos en el piso, recargando un poco de su peso en ellos.
—Bueno, no todos tendrían que venir, si queremos ser un grupo discreto solo tendríamos que ir yo— Dijo Elizabeth ofreciéndose como voluntaria por cuenta propia.
—Y yo— Habló una voz femenina desde atrás del grupo.
Al voltear hacia atrás, todos miraron de pie a Ágata detrás de ellos, decidida a ir con el grupo. Pese a que más de uno se iba a negar, Karn claramente estaba de acuerdo con que se una, de todos modos se notaba que ella sería de utilidad. Solo que esto causó más de una reacción en el grupo.
—¿Estás segura de lo que haces? No creo que ella se pueda defender. Sin ofender claro...— Dijo Derek para voltear a ver a una enojada mantis.
—Por supuesto, además ustedes se ve que necesitan un descanso, después de todo. Lucen agotados, y a todo esto, no nos terminaron de contar porque parecen tan necios de regresar por el camino que usaron— Dijo Karn, mientras fijaba su atención en los mercenarios presentes.
Elizabeth, Frank y Derek se miraron entre ellos, antes de acordar quién iba a ser el o la encargada de decirles lo que habían vivido hasta ahora.
Ganando la atención de todos, incluyendo a Rae y Asher, quiénes iban a ir también aparentemente. Iniciando así su relato de todo lo que faltó por contar.
[De regreso en el asentamiento]
Edward corrió hasta esconderse de sus perseguidores, estando seguro de que no iban a poder encontrarlo en dónde él se había escondido junto con las niñas. El almacén donde guardaban todo tipo de frutas, verduras, especias y un extenso etcétera de cosas más. Los 3 cazadores que lo perseguían entraron a la cocina, al mismo tiempo que lo empezaban a buscar por todos lados.
—¡No puede haber ir muy lejos, encuentren a ese desgraciado y a las niñas!— Dijo uno de los cazadores, para empezar a lanzar objetos por todos lados mientras buscaba al murciélago.
Edward mientras estaba escondido, hacia lo mejor que podía para evitar que las 2 pequeñas en sus brazos no lloren, debido a la situación actual. Y también para evitar que los encuentren, si bien ambas pequeñas entendían del asunto. Todavía su comprensión no era la mejor, así que ellas en silencio y asustadas lloraban, en lo que se pegaban al pelaje del murciélago, buscando ser protegidas por este.
Mientras más insultos y cosas salían volando fuera del almacén, Edward pedía en silencio que no fueran a encontrarlo, ya que no quería tener que recurrir a la violencia. Así que cuando uno de los cazadores miró en dirección al almacén, el maldijo por lo bajo, viendo como este se comenzaba a acercar lentamente.
—Je, te tengo— Dijo el cazador con una sonrisa maliciosa, acercándose a paso lento a la puerta.
Edward a pesar de lo golpeado que estaba, decidido a no dejar que nada les pase a las pequeñas, se ocultó junto con ellas, esperando a que no fueran a verlos ahí dentro. Justo cuando el cazador estaba a punto de abrir la puerta, fue alertado por Alison, cuando ésta llegó al lugar, y ella acabó con la vida de sus otros 2 compañeros en el acto. El 3er cazador se le fue encima, aunque ella a pesar del cansancio pudo ser capaz de repeler el ataque, y atravesó su pecho con sus garras, dejando caer el cadáver a un lado.
—¡Edward, Edward! ¿Dónde estás?— Le llamó desesperada y preocupada, a la vez que comenzaba a buscarlo.
—¡Aquí Alison, estamos bien!— Exclamó Edward desde el almacén, mientras se apresura a salir de ahí, siendo ayudado por Alison.
La murciélago abrazó fuertemente a su querido tío, al mismo tiempo que veía en la condición en la que había quedado, y encima de eso también veía el estado en el que habían quedado las niñas. Solo se sintió más aliviada al ver que no les había pasado nada malo.
Sin embargo antes de que pudieran decir o hacer algo más Alison fue golpeada por alguien desde atrás, empujando a la murciélago dentro del almacén, aún en el piso, ella miró quién había hecho eso, y al darse cuenta. Sus ojos se abrieron de golpe, viendo que la hormiga la estuvo siguiendo todo este tiempo.
Antes de que pudiera ponerse de pie y contraatacar, la hormiga cerró la puerta, con el seguro exterior, y por más que la murciélago intentara tirar la puerta no pudo hacer nada. Solo oír cómo es que Edward ponía resistencia, y las niñas aún llorando y asustadas, trataban de hacer algo para ayudarle.
—¡No hagas esto más difícil, y entrégate maldito seas!— Dijo la hormiga, en un forcejeo con el contrario.
—¿Y dejar que nos lleves con tu jefe? ¡Jamás!— Exclamó Edward, al mismo tiempo que seguía forcejeando por toda la cocina.
Pero finalmente la hormiga puso punto y final a este enfrentamiento, al propiciar un fuerte puñetazo al contrario en su rostro, para acto seguido darle un rodillazo en su estómago. Sacando todo el aire de sus pulmones, al igual que haciendo que regrese todo lo que había cenado con anterioridad. La contraria finalmente lo dejó noqueado en el piso, pero antes de que esta pudiera tomarlo, Alison derribó la puerta del almacén lanzándose encima de la hembra.
Pero esta lucha no duró mucho, pues la hormiga escuchó como empezaban a retirarse sus compañeros, por lo cual, en un movimiento rápido y desesperado, ella noqueo también a Alison con un golpe en su cabeza, mientras agarraba a las niñas y las metía en una jaula pese a que estás trataron de defenderse con bolas de fuego, finalmente salió cargando a la murciélago en su hombro y en la otra mano llevaba a las pequeñas en una jaula.
Uno tras uno, fueron escapando como podían, llevando consigo un sin fin de riquezas y artículos de valor para los pobladores. Al final, cuando el último cazador subió al último carruaje, lo que quedó como evidencia de su presencia, fue cómo estaba destruido, con algunos edificios en llamas y otros más derrumbados.
[Por otra parte]
Mavis y Jeffrey estaban siendo escoltados hacia lo que al parecer era un pueblo o ciudad pequeña, mientras iban dentro del carruaje qué los llevaba como a unos invitados de prestigio. La mantis junto sus garras en pose de rezo, con ojos cerrados y en voz baja, ella parecía que estaba pidiéndole un favor a su Diosa de la luz. Entre sus garras estaba su collar con forma de atrapasueños.
Jeffrey vio esto con intriga, ya que era la 1era vez que observaba a la mantis hacer algo así. Por lo cual él, tuvo el atrevimiento de preguntar lo que estaba haciendo la mantis.
—Qu-Qué haces?— Preguntó curioso e intrigado Jeffrey.
Mavis no le contestó a la primera, solo se quedó en silencio, cosa que dejaba muy incómodo al contrario. Para posteriormente abrir sus ojos de nuevo, y mirar al mestizo. El color de sus ojos había cambiado demasiado, teniendo una coloración más anaranjada/amarillenta.
—Solo pedía un favor divino a mi Diosa, solamente hacía eso...— Dijo Mavis de un modo serio, mientras volteaba su mirada fuera del carruaje.
—¿Un favor...a tu Diosa?— Preguntó Jeffrey confundido, ya que no sabía a qué se refería la contraria.
—Así es. ¿Acaso hay eco o algo? Tengo el favor de la Diosa de la luz; algo que tú no serías capaz de entender— Respondió Mavis mientras veía de reojo a Jeffrey.
El color de sus ojos, hacía que este no se sintiera a gusto, ya que ciertamente esos colores y tonalidades le eran extrañas, así como misteriosas. Aunque no tuvo el tiempo suficiente para hacerle más preguntas, pues llegaron al fin a su destino.
—Hora del show— Mavis sonrió maliciosa mientras veía a Jeffrey, y éste último tuvo escalofríos por su mirada.
Finalmente ambos bajaron juntos de este carruaje, siendo que el pequeño mestizo tenía que quedarse cerca de Mavis, pues lo estaban mirando cómo si fuera algún producto más para ser vendido. Siendo guiados por unos guardias, llegaron a lo que era la enorme casa principal de este pueblo. He aquí, los recibiría un macho mariposa.
Este vestía con una larga gabardina de color oscuro, debajo de la cual traía un saco del mismo color, con botones blancos, y por último tenía una camisa blanca por debajo. Su altura era más o menos idéntica a la de Mavis, solo que un poco más pequeño que la mantis; además de tener unos patrones morados y rosas por gran parte de su cuerpo.
Antes de que Mavis o Jeffrey puedan acercarse más, unos soldados que trabajaban para él los detuvieron, viendo como el dúo recién llegado lucía bastante peculiar y distinto, a todo lo que antes se hubiera visto por allí.
—Espero tengan un buen motivo para venir hasta aquí, después de atacar a uno de mis asociados, y también luego de haber herido a varios trabajadores míos—
—Por supuesto, vine a negociar, aunque entiendo que a lo mejor todo lo que haya pasado no nos hace empezar con buen pie. Pero al menos comprando algo de su mercancía, compensa todos los daños causados— Dijo Mavis, fijando su atención en el elegante macho delante suya.
Este suspiro, sacando de su bolsillo derecho, un reloj de bolsillo, mirando la hora que era. Así que sin más, decidió recibirlos.
—Bien. Te daré diez minutos mantis....no desperdicies mi tiempo....— Dijo el macho antes de dejarlos pasar con él a su hogar.
Mavis dejaría pasar primero a Jeffrey, en lo que ella miraba hacia atrás, viendo que los heridos y enfermos eran llevados a la enfermería justo como ella quería. Dando inicio así, a un plan que llevaba desde el comienzo planificando, una ligera sonrisa apareció en su rostro. Mientras ella y su mestizo entraban a la casa de su nuevo anfitrión.
Ya en el interior de la casa, que estaba bien vigilada en cada rincón con algún guardia armado con armadura, espada, y escudo. El macho mariposa los guió hasta un cuarto, dónde todos ellos fueron a tomar asientos, en diferentes muebles.
Mavis y Jeffrey, sentados en el sofá grande del otro lado de la habitación, y su anfitrión en una silla frente a ellos, solo separados por una pequeña mesa de madera en el centro.
—Te has hecho de cierta reputación mantis, mis asociados me han contado sobre algunas cosas que has hecho, y todas me parecen...difíciles de creer— Dijo el macho mientras encendía un cigarrillo y lo empezaba a fumar.
—Oh por favor, no creo que sea para tanto, después de todo. Una mente tan brillante como yo, es capaz de lograr casi cualquier cosa. Y por favor, llámame Mavis, un placer— Dijo Mavis mientras se comportaba de un modo más acorde a la casta con la que hablaba.
Cosa que sorprendió a Jeffrey, pues la mantis manejaba la situación como si está no fuera la 1era vez haciendo algo así.
—...Gareth— Dijo Gareth presentándose ante ambos. —La verdad me sorprende que una mantis tenga alguna intención de hacer negocios. Pero si dices algo que me pueda interesar, o una cifra con la que podamos negociar, entonces, créeme que tendrás toda mi atención....
Mavis sonrió, inclinando su cuerpo, para empezar a hablar con él contrario sobre algunos negocios que ella tenía pensado hacer. La conversación se extendió por al menos 2 horas, dónde nadie más, aparte de ellos y los guardias que los vigilaban desde dentro y fuera de la habitación se enteraron. Tras finalizar negocios, Mavis sería llevada al 2do piso de la casa, junto con Jeffrey, pues ahora eran invitados de honor de Gareth.
Al llegar a la habitación en la que se iban a quedar, el mestizo quedó impresionado, por tanto lujo que tenía; algo con lo que antes solo hubiera soñado. Así que sin el permiso de la mantis, se lanzó a la cama, soltando un suspiro de alivio al sentir la suavidad del colchón y sus sábanas.
—Será mejor que te prepares, porque se nos avecina una estancia extendida en este lugar— Dijo Mavis, quitándose sus harapos qué traía.
—Por mi no hay queja, ¿Pero qué vamos a hacer entonces?— Dijo Jeffrey, para mirar a Mavis con curiosidad.
La hembra escuchando su pregunta, solo cerró la puerta con seguro, antes de dar media vuelta y ver al mestizo. Jeffrey de inmediato notó que algo andaba mal, solo se percató que la mantis tiraba al piso una prenda, y dicha prenda todo esta tiempo la estuvo usando para mitigar o suavizar el olor a feromonas qué su cuerpo parecía aventar debido a la temporada de celo.
—Cumples una parte esencial en mis planes~— Dijo Mavis mientras ella se acercaba al mestizo.
Y Jeffrey solamente se quedaba quieto en su lugar, mirando bastante intimidado a Mavis, antes de que ocurriera lo que tenía que ocurrir.
[De regreso en la tribu]
Apenas terminaron de relatar los últimos acontecimientos que les ocurrieron tras no saber nada más de Karu, el grupo de mercenarios estaban ahora enfrente de los Lords. Quiénes tras escuchar cada testimonio de los mercenarios, quedaron en silencio. Tanto los 6 hermanos, como Jade y Salvia. Cada quién, con su propia manera de ver el asunto.
Por un lado tenían el posible regreso de la muerte de una loca, y por el otro lado sabían ahora que había vuelto a armar su fábrica de imbéciles. Cosa que los puso a todos serios y preocupados ante este imposible, pero de algún modo, posible regreso de Mavis.
—¿Están cien por ciento seguros de lo que dicen es cierto?— Preguntó Saud, con un tono preocupado.
—Así es. Cien por ciento—
—Bueno...no cabe duda, si esto en verdad está pasando. Tenemos que actuar— Dijo Kande en esta ocasión, agarrando su pesada Hacha de Guerra, mientras se alistaba para lo que venga.
—Bien, entonces está decidido. A partir de ahora habrán dos objetivos, uno, hallar a Karu, y dos, procurar acabar a la desquiciada una vez más— Dijo Salvia, mientras empezaba a planear una buena idea.
—Opino igual, si alguien juega con fuerzas que no puede entender, las consecuencias de sus acciones serían catastróficas. Así que nosotros también trataremos de ayudar en lo que podamos, más si alguien quiere traer a esa polilla loca de regreso— Dijo Karn, con una postura firme y militar.
Sin perder más tiempo. Se empezaron a dar tareas para cada uno de los presentes, además de dar aviso a ambas tribus. Y alistar a sus pueblos del regreso, de una vieja amenaza. Por otro lado, los vessels y compañía saldrían a buscar a Karu, y más ayuda de quién quiera que les pueda dar una mano en esto.
Dando inicio a una búsqueda doble. Una por encontrar, y la otra para exterminar.
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¡Hola! Espero que estén bien, ya saben cómo es esto, si les gusto el capítulo voten, compartan y comenten que les pareció. Y si pueden, compartan esta historia con sus amigos en Discord, Twitter, Facebook u otras redes sociales que usen, por favor, ya que me ayudan a continuar trayendo más contenido ;)
Además queda decir que pronto ya se vienen grandes cosas para esta temporada, así que yo sin nada más que decir los dejo aquí.
¡¡Hasta la próxima!!
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