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T2: A las puertas del caos (2/2)

 Bell se había quedado congelado después de haber visto a esta mantis salir de la nada, sin embargo eso no le impidió reaccionar justo cuando parecía que está iba a atacarlo. Hizo aparecer en su mano 3 dagas de luz, las cuales lanzó sin miramientos hacia la mantis. Al ver que el gusano había reaccionado de una manera agresiva y hostil, la contraria se tuvo que agachar; logrando esquivar el ataque. Aunque el felpudo gusano no se quedó así, ya que atacó de nuevo con una segunda ráfaga de dagas. 

La mantis sorprendida tuvo que esquivar otra vez el ataque, mientras trataba de acercarse a Bell, pero este último no se iba a dejar atrapar tan rápido. Pues pese a su aspecto tan frágil y débil, en realidad era demasiado ágil tanto para escapar, como para moverse. Unas alas blancas y brillantes aparecieron en su espalda, las cuales uso para poder elevarse por los aires, justo cuando su atacante parecía que iba a llegar a atraparlo. 

Gracias a esto, Bell pudo planear por encima de la mantis, que solo pudo gruñir molesta viendo que el gusano no podía quedarse quieto, pero no podía culparlo, realmente si fuera una presa. Sin duda si se divertiría cazandolo. Pero no estaba ahí para hacer eso, sino todo lo contrario. 

—¿¡Puedes quedarte quieto?!— Gritó la mantis, mientras esquivaba otro ataque de dagas. 

—¡Ni hablar, no pienso convertirme en la cena de una mantis!— Contestó Bell, en lo que seguía tratando de huir de esta mantis. 

En esta ocasión el joven Wyrm conjuro unas cuchillas de luz qué saldrían en el mismo lugar que la contraria iba a tocar, sin embargo algo que no espero el mismo era la agilidad y velocidad de la mantis, ya que apenas vio el brillo del nuevo ataque. Dio un salto qué la elevo un poco por los aires. Para luego rodar rápido para alejarse de las continúas ráfagas de ataque del gusano.

—¡Y yo no pensaba hacerte mi cena, pero como continúes de pesado vas a cambiar mi parecer!— 

—¡¿Entonces que quieres?!— 

—¡Te lo diría si no estuvieras tan ensañado en querer matarme! 

Mientras Bell y la mantis peleaban, el cazador de nuevo trataría de escapar ahora aprovechando de que nadie lo veía y prestaba atención. Con algo de suerte pudo aflojar las sogas qué sujetaban sus manos, para luego de batallar un poco más, liberarse de las mismas. En seguida de sentir sus manos más libres de la constante presión qué se le aplicaba, él solo pudo suspirar de alivio. Para luego comenzar a liberar sus piernas ahora de las sogas. 

Cuando por fin estuvo libre, se aseguro de que no lo estuvieran viendo, para su suerte el par se seguía peleando. Así que eso lo dejo perfectamente con vía libre para poder escapar. Así que abrió la puerta del carruaje, para enseguida irse de ahí corriendo tan rápido como sus heridas le pudieran permitir. Parecía que al final iba a poder escapar, ya que tuvo la oportunidad de avanzar un gran tramo de camino sin aún ser perseguido. 

Pero tuvo la mala fortuna de que justo se toparía con Karu y los demás que iban regresando junto a un par de mantis más.

Al verlo, de inmediato entre dos mantis lo inmovilizaron contra el piso, haciendo que este maldiga su suerte al saber que una vez más había sido capturado. 

[Minutos atrás

Luego de que Karu haya infructuosa y desastrosamente querido obtener mucha más información, el ciempiés estaba muy molido a golpes, mientras el contenedor se limpiaba sus nudillos con un trapo que le habían dado. 

—Creo que te has excedido...lo golpeaste tanto que ni siquiera sabemos si vaya a salir vivo de esta...— Karn miró a su hermano con una mirada demasiado molesta y desaprobatoria por sus acciones. 

"Lo lamento, últimamente me cuesta más controlarme"— Se disculpo Karu, ciertamente apenado de sus acciones, sin embargo aceptando que últimamente no había actuado como antes. 

Siendo que había incrementado mucho su agresividad, raro para alguien como él, ya que era algo así como el hermano gemelo de la vasija perfecta. O mejor conocido entre sus hermanos, como Hollow. Él y su hermano se parecían en algunos aspectos. Y en otros no, pero en los últimos días, Karu había notado que era más violento e irascible. 

Karn suspiro, mientras se colocaba una mano en la cara y después negaba con la cabeza, para luego mirar de reojo como entre Amber y Rae trataban de hacer que el ciempiés al menos pudiera recuperarse parcialmente luego de la brutal paliza que recibió.

—Bueno, ¿Y ahora qué haremos? Ya que con un desmayado poca o nada de información vamos a sacar...— Dijo Alison cerca de ambos hermanos, cruzada de brazos y sentada sobre una caja.

"Podemos buscar a ver si hay algún mapa que nos sea de utilidad, o algo por ese estilo"— Propuso Karu, terminando de lavar la sangre de sus nudillos. 

—Bueno, eso es un buen inicio— Dijo Karn, estando de acuerdo con la idea de su hermano. 

—¿Y qué estamos esperando? ¡Vamos a empezar a buscar de una vez!— Dijo Alison, levantándose rápidamente para ser la 1era en ponerse a buscar. 

Karu y Karn le siguieron, mientras el resto veía que harían con tantos cuerpos. Pero eso no iba a detener a Rayden de comer una manzana, en lo que estaba sentado encima de un barril lleno de agua. A su lado estaría Carlos sentado en el piso, con su hija durmiendo sobre su hombro derecho. El escorpión le ofrecería una manzana al murciélago, sin embargo este se negaría amablemente. 

—No gracias. No cómo mucha fruta, no soy como mis parientes— Dijo Carlos a lo cual Rayden solo levanto sus hombros. 

—Bueno, más para mí— Dijo con medio bocado en la boca, antes de darle otro mordisco a su manzana. 

Asher junto con Akira revisaban algunas de las cajas que hay por ahí, para ver si habían cosas útiles que pudieran utilizar, porque sabían que aún les quedaba algo de camino antes de llegar a su destino. 

Por mientras el resto se les unieron, en lo que Karu, Karn y Alison buscaban alguna pista o indicio que dijera hacia dónde se debían dirigir, pero por más que ellos estuvieran revisando. No encontraban nada, cosa que los frustraba, en especial al vessel y a la murciélago, pues sentían que a este ritmo iban a tardar más de lo esperado; pero pronto su suerte empezó a cambiar.

—¡Contacto!— Exclamó la voz de Ned en lo que se preparaba para un posible ataque. 

Todos al escucharlo, corrieron para ver de qué se trataba, al llegar a dónde Ned se encontraba pudieron ver cómo este ya se encontraba casi a punto de atacar a unas mantis que habían llegado. Las cuales levantaron sus garras en señal de venir en paz, quiénes no conocían su razón de estar ahí hubieran atacado sin dudar. Pero debido a qué Karn y compañía se dieron cuenta de que estos guerreros, estaban de su lado, fue ahí que ellos poco a poco fueron bajando sus armas.

—¿Qué hacen estas mantis aquí?— Preguntó con curiosidad Rosa mientras veía de reojo a Karn.

—Son aliados, seguramente traigan noticias o algo parecido— Dijo la vessel militar. Mientras caminaba directo a los contrarios. 

Karu, Alison, Rae, Asher, Amber, Akira y el resto se acercaron para saber un poco más de esta repentina e inesperada llegada. En especial Karu, quién ya reconocía más a estos guerreros debido a que eran de la casta de élite de la tribu de los 6 Lords a la que él perteneció. 

—No esperábamos tener noticias de ustedes. Al menos no por el momento, díganos, ¿A qué han venido?— Preguntó Karn mientras hacía un saludo militar, a su vez que dejaba hablar al líder de este pequeño grupo.

—Vinimos a buscarlos, por órdenes de nuestros líderes y de nuestro jefe Abdul, tenemos algo de información que les va a ser de mucha utilidad— Respondió el líder de la expedición mantis comenzando a explicar la situación. 

No sin antes mirar a Karu de reojo, reconociendo al vessel de inmediato, pero dejando de lado su sorpresa inicial, empezó a relatar lo sucedido. Acerca de como ya habían encontrado el lugar dónde Mavis se encontraba, y acerca del plan de los Lords por arrasar con el lugar, y con cierta mantis que apenas oír su descripción, hizo que Karu se pusiera un poco más agresivo.

La cabrona que había arrebatado muchas vidas en el pasado, entre ellas la de su ex pareja Zafiro, seguía con vida. ¿Pero cómo era esto posible? Él mismo era su propio testigo cuando la apuñaló en el corazón, y también al haberla visto morir lentamente. Pero ahora, estaba de regreso. Si de plano ya estaba de malas con los cazadores, mucho peor estuvo el asunto después de la noticia. 

Casi se podía decir que apenas oyó eso, sus pupilas rojas se encendieron con una creciente furia, que solo dejaba ver todo el odio acumulado qué Karu empezaba a cargar consigo desde hace mucho tiempo. El contenedor dió media vuelta, caminando a paso rápido y agresivo, como una locomotora a toda velocidad. 

—¿A dónde crees que vas?— Preguntó Alison a ver que Karu se dirigía a alguna parte. 

"¡Nos vamos, iremos a ese maldito lugar ahora mismo!"— Exclamó Karu de manera iracunda, ganándose la atención de todos.

Debido a su comportamiento tan volátil y agresivo, aunque todos estaban de acuerdo. Más aquellos que ya tenían experiencia lidiando con Mavis en el pasado. Todo el mundo tras lo sucedido decidió seguir al contenedor de regreso a dónde tenían su carruaje. Aunque las mantis ya sabían dónde estaba, pues habían enviado a una mantis a revisar la zona. Y seguramente ya habría hallado aquel carruaje. Cargados con el ciempiés aún inconsciente, muchas provisiones y también con una dirección hacia la cual ir.

Todos ellos siguieron a Karu, aunque este último estaba tratando de ser calmado y tranquilizado por Alison, quién veía cómo este tenía uno de esos momentos dónde su cabeza no le estaba dejando pensar con demasiada claridad. 

—¡Hey, oye, mírame!— Trato de llamar su atención sin éxito, haciendo suspirar a Alison.

Antes de que esta se ponga en medio de su camino frenando su agresivo avance de golpe. 

"Será mejor que te quites de mi camino, no estoy de humor para aguantar tus cosas Alison, así que te mueves por las buenas o por las malas"— Amenazo Karu claramente irritado, y enojado con la contraria. 

—¡No, no me pienso mover sin antes ser escuchada!— Exclamó Alison furiosa pero igualmente firme a no irse a ningún lugar. 

Karu gruñó enojado, sabiendo que ahora iba a tener que buscar una manera de que la murciélago no le hiciera perder su tiempo. Pero por el momento le daría algo de su atención, así quizás, al cumplir con su capricho de ser escuchada, esta lo dejaría de molestar. 

—Mira, no sé muy bien porque te hayas puesto así al saber de esa mantis. No sabré toda tu historia completa, pero lo que si sabemos, es que allá están todos nuestros amigos. Y no por un capricho de venganza vamos a arruinar todo el plan— Dijo Alison mientras veía a Karu de una manera poco amigable, demostrando que no estaba para juegos.

"¿Y ahora soy yo el de los caprichos de venganza? ¡Fuiste tú en primer lugar, la que quería matarlos a todos, recuerdas, en segunda tú no entiendes lo que esa mantis es capaz de hacer!"— Exclamó Karu furioso. Mientras tanto todos atrás de ellos veían el espectáculo que se había armado.

—Ya empezó la novela...— Susurro Carlos a un lado de Rayden. Haciendo reír a este último por su comentario. 

Karn y Amber miraban atentas la situación, al igual que Akira y sus demás hermanos y compañeros. Expectantes a ver que iba a ocurrir. Las mantis por otro lado estaban siendo cautelosas más que nada. Porque era su primera vez viendo murciélagos y tambien porque habían oído de todas las historias y rumores sobre estos seres. Unas veían de reojo a Carlos y su hija, y el resto observaba la escena frente a ellos.

—¡¿Disculpa?!— Exclamó Alison indignada. —¡Pues para tu información maldito poste descerebrado, nadie se mete con mi familia, si hubiera sido la tuya sin duda estarías como yo! ¡Pero cómo no lo son no te importaba en lo absoluto!— Exclamó Alison, mientras sus manos se prendían en llamas, de forma amenazante.

Al ver esto, todos los espectadores retrocedieron un poco, algo preocupados de poder llegar a ser quemados por la riña de ambos portadores de la llama escarlata. Karu no se quedó atrás y dejó ver a sus hermanos y al público en general. Que al igual que Alison, él igual era portador, pues cerró sus puños gruñendo de forma gutural, casi como un depredador enojado.

Sus puños igual se prendieron en llamas, para la sorpresa de todos. Excepto de Carlos debido a que él ya había notado que era un portador de la llama, desde el momento que lo vio. 

Todo esto hubiera escalado a otro nivel, si no hubiera sido porque a lo lejos vieron y escucharon como Bell estaba teniendo problemas. Y lo sabían gracias a los ruidos de los árboles siendo destruidos por poderosos ataques mágicos. 

—¡Bell debe estar en problemas!— Dijo Rosa preocupada por él, además de que abría sus alas y se dirigía a toda velocidad hacia allá. 

Ned siguiendo su ejemplo alzó vuelo y la siguió, cosa en la cual el resto no se quedaron atrás, siguieron adelante, olvidando la riña actual. Elizabeth siguió a los que podían volar junto a otras mantis con alas, y finalmente el grupo llegó para observar lo que pasaba. 

El gusano, habiendo mal interpretado las intenciones de la mantis, se había estado defendiendo todo este tiempo, mientras que el cazador que traían consigo estaba escapando. Hasta que lo atraparon y lo inmovilizaron al piso. 

—¡Bell, detente, no soy un peligro, son aliados!— Dijo Rosa mientras aterrizaba a un lado del gusano. 

—¿En serio? ¿Y entonces por qué ella quería matarme?— Dijo Bell algo molesto e indignado de que una mantis lo estaba atacando.

—¡No quería matarte! ¡Tú empezaste a atacarme sin darme tiempo a hablar!— Se defendió la hembra claramente disgustada y ofendida por el comentario de Bell.

Al pensarlo con más claridad, el gusano se percató que era cierto lo que decía la contraria, no le había dado oportunidad de hablar o siquiera hacer saber sus intenciones. Atacó primero por mero instinto. Cosa que lo avergonzó mientras se rascaba la nuca apenado, riendo de forma nerviosa.

—Cierto jejeje...una disculpa— Dijo Bell nervioso mientras veía a la hembra había atacado.

La mantis suspiro mientras negaba con su cabeza. 

—No pasa nada...— Dijo mientras veía a sus compañeros y se dirigía con ellos. 

Por otro lado, los contenedores no podían estar más sorprendidos de ver a Bell, era un gusano, uno terriblemente felpudo, al cual pudieron haber confundido muy fácilmente con una polilla. De no ser por su complexión tan parecida a la de su padre, aquel que los había tirado hacia ese profundo Abismo sin reproche o sin ningún tipo de compasión. Obviamente los más disgustados al verlo eran Rae, Amber y Karn. Karu no lucía tan desagrado, porque ya lo conocía, y Asher aunque estaba disgustado igual, trataba de mantenerse sereno. Y bueno, las mantis se les hacía curioso, depues de todo solo lo veían como un gusano mestizo y como una buena presa. Pero no intentarían nada más. 

Cada uno por distintos motivos, pero igual por el mismo destino compartido que se les había dado. Al ver que era observado como por 8 ojos bien afilados como dagas listas para ser lanzadas, el miró a los vessels. Dándose cuenta que estos tenían un parecido idéntico a Karu, cuencas oscuras, cuerpos oscuros, altos, además de traer cornamentas qué los hacían verse de alta casta. Pero igual, se veían distintos por las maneras en las que cada uno vestía. 

—...Hola...— Saludo Bell de manera amable al grupo, aunque nervioso por la manera en cómo lo veían. 

Trato de acercarse a ellos con la mano en alto para un apretón de manos, pero los vessels retrocedieron un paso. Haciendo que se sienta mal, debido a esta acción, aunque rápidamente Karn estrecho su mano para la sorpresa de sus hermanos.

Aunque a decir verdad, ni ella misma sabía porque lo hizo, ¿Fue porque había visto como puso su cara de tristeza, o por algún otro motivo? Como fuera, ella ya estaba estrechando su mano con Bell. 

Cosa que le devolvió una sonrisa muy alegre al Wyrm mitad polilla. Debido a que al menos no había sido tan rechazado como con Karu. 

—Mucho gusto, me llamo Bell— Dijo el gusano haciendo las presentaciones adecuadamente. 

—Teniente de Infantería y de la Guardia Real, Princesa de Hallownest Karn, o solamente Karn...— Respondió Karn mientras hacía un saludo militar.

Sorprendiendo a Bell. Ya que bueno, no todos los días te topas a alguien con el look o estatus de Karn y compañía. 

—¿Y ellos? ¿Son tus hermanos?— Preguntó Bell viendo a Karu de reojo.

—""— Fue la directa pero seca respuesta de Karu. 

—¡Encantado de conocerles!— Exclamó ahora Bell con gran entusiasmo, pero aún notando cierto desagrado hacia él. 

"Sí, encantada igualmente..."— Dijo Amber, respondiendo solo por educación. 

Asher y Rae mejor se mantuvieron en silencio, dando un ligero asentamiento con la cabeza. Dejando ver que no se encontraban cómodos del todo con Bell. 

Esto ya le parecía un deja vu al gusano, pues con Karu sucedía lo mismo. Así que solo trató de ser lo más amable con ellos, para saber más o menos cuál era el problema. Pues que el supiera, nunca les había hecho algo.

Ahora bien, reunidos y ya con una dirección en mente era turno de agarrar sus cosas y hacer un largo viaje, quizás de un día entero para llegar. Pero entre más rápido mejor, así que sin mucha demora, todos los que pudieron subieron al carruaje mientras otros más irían cerca del mismo. Comenzando la última etapa de esta misión.

—De haber sabido que iban a pesar tanto, mejor no me anotaba para esto— Se quejó Rayden quién traía arrastrando en un pedazo de tronco al cazador y a su jefe inconscientes.

—¿Qué hubieras preferido? ¿Quedarte allá en la tribu de esas mantis como su esclavo o estar haciendo esto para tener más asegurada tu libertad?— Preguntó Carlos a su lado, ayudándole a llevar a los dos cazadores. 

—Je...creo que esto no es tan malo— Respondió Rayden al pensarlo mejor. 

_____

[Por otro lado]

[Asentamiento de los cazadores]

Mavis jugaba con su collar sabiendo que solo era cuestión de esperar, la paciencia era algo que había tenido que aprender a lo largo de su vida. Tanto por su naturaleza y cultura mantis, cómo por otros motivos. 

Y ahora, solo veía detrás de ella a los cazadores que le habían dado la espalda a Gareth al traicionarlo; aunque este aún no lo supiera.

—Díganos, ¿Qué es lo que nuestra señora Polilla desea que hagamos?— 

Uno de los cazadores daría un paso al frente, captando la atención de Mavis.

—Prepararse, mañana por la noche va a haber un gran caos y destrucción en este lugar. Si desean ser salvados, y que mi Diosa Matrona os perdone la vida, en ese caso vosotros debéis aseguraros de que más de sus hermanos. Sí, incluyendo a los que ya están infectados, se unan a nosotros durante nuestra purga— Dijo Mavis hablando de una manera más...elegante y llamativa por así decirlo.

Desde que los bichos que creyeron en sus palabras empezaron a querer saber más, y "nutrirse" en la palabra de su Diosa Polilla. A la mantis la vieron cómo una profeta. Al inicio estaba disgustada con la idea, pero tras pensar bien. Podía sacarle provecho al asunto. 

—Así que no os demoréis más, y hagáis todo lo que os he dicho. Preparen todo, no quiero errores...— Finalizó Mavis sus palabras, acto seguido los cazadores le hicieron una reverencia.

Otra cosa que a ella no le gustaba, pero que a la larga quizás le terminaría agradando. Ella sonrió y dejó que todos se vayan del lugar, era toda una fortuna haber encontrado un sitio como este. Una construcción poco utilizada, dónde podía reunir a todos aquellos que quisieran unirse a ella y a su Diosa. 

—Vaya, si que los tienes muy bien adoctrinados...— Dijo Jeffrey parado a un costado suyo, cruzado de brazos.

—Ellos deciden creer lo que quieran creer, y si eso trae más seguidores a mi causa y a la de mi benefactora. Entonces son más que bienvenidos, más ayuda equivale a mucho menos esfuerzo para mí— Dijo Mavis mientras juntaba sus garras en posición de rezo.

—¿Y cómo sigue el murciélago?— Su mirada fue dirigida al mestizo entre mosquito y mosca. 

—Va mejorando, según las instrucciones que me diste. Tal parece que podría despertar en un par de minutos— El mestizo miró a la mantis directo a sus ojos. 

—Excelente. Avísame en cuánto despierte, hay algunos asuntos que me gustaría tratar con él...

—Claro, no hay problema— Jeffrey le hizo una reverencia a la mantis antes de darse la vuelta y dejarla sola. 

Era obvio que en los días que llevaban juntos, Mavis era aterradora a su manera, pero al menos ya había comprendido que él no era su comida o su Tik Tik de la India. Más bien era su compañero, ese confidente al cuál ella podía acudir en cualquier momento. Y eso quedaba demostrado por la manera en cómo era tratado por la mantis. Así que Jeffrey le estaba perdiendo el miedo a la que era su nueva jefa. 

"Bien hecho, sigue así y te concederé más bendiciones. La palabra de mi luz tiene que llegar a todos los rincones del mundo"— Dijo una voz que solo podía escuchar Mavis.

Era El Destello, hablando directamente con su "profeta", aquella dulce voz que parecía armoniosa y tranquila le hizo sonreír ampliamente mientras abría sus ojos.

—Y así será...tarde o temprano todo el mundo te aceptara como su soberana, y nadie podrá negar la realidad del nuevo mundo. Uno dónde tu luz cegue toda oscuridad, uno sin temor, uno de perfecta utopía— Dijo Mavis mientras miraba un mueble no tan lejos de ella.

En este mismo mueble habían diversos bocetos de futuras abominaciones que estaban esperando a ser creadas, por la retorcida mente de esta mantis. Dónde según ella, serían los guardianes de la paz de la utopía de su Diosa. Solo tenía que esperar a que todo se fuera dando según lo planeado, y que también su Deidad matrona, moviera los hilos de su influencia divina. Para darle todas las herramientas posibles. 

"Las recompensas por tu obediencia serán grandes, y nadie podrá evitar que prediques mi palabra. Y regreses mi gloria a su estado anterior"— Dijo el Destello mientras la visión de Mavis se tornaba más anaranjada cada vez que la escuchaba.

—Por supuesto que no. Nadie me va a arrebatar por segunda ocasión lo que yo quiero...— Respondió Mavis con una firme convicción, al mismo tiempo que se le quedaba viendo a su collar.

Sabiendo todo lo que estaba en juego para ella, pensaba en no fallar por una segunda ocasión. Y fuera quién fuera, nadie se iba a interponer en sus planes, ni siquiera un grupo de cazadores que ya tenían intenciones de deshacerse de ella. 

Mientras ella imaginaba su "mundo perfecto", por otro lado Edward empezó a despertar, lo primero que sintió fue una clara confusión al no saber dónde estaba.

Sin embargo esa confusión pronto se transformó en dolor, al bajar su mirada este se percató de que tenía puesta una manta y que se encontraba acostado en un catre hecho de hojas y ramas. Al retirar la manta, pudo darse cuenta que tenía un gran vendaje, cubriendo toda su zona abdominal. Además de tener otros vendajes más pequeños cubriendo todas sus zonas lastimadas, ver todo esto le trajo recuerdos sobre lo que ocurrió en el pequeño coliseo. Haciendo que con algo de esfuerzo y dolor se siente, buscando con la mirada a alguien cerca de él. 

Su mirada pronto encontró a las pequeñas, las cuales dormían en su jaula más tranquilas sabiendo que al menos se encontraban con una cara conocida, él trató de levantarse. Pero apenas intentó levantarse, se sintió débil y no pudo evitar volver a sentarse sujetando su costado, mientras hacía una mueca de dolor por el esfuerzo que había hecho.

—Yo que tú, no intentaba levantarme, tus heridas, en especial la de tu costado, se te podrían abrir de nuevo— Dijo Jeffrey en lo que entraba al lugar, con una bandeja con un poco de comida y agua. 

Edward no contesto, simplemente se le quedó viendo al contrario, mientras su expresión facial no cambiaba de una afligida y cansada. El murciélago había recordado todo lo que había ocurrido, y sin duda se sentía culpable por haber acabado con la vida de alguien más. Y no sabía cómo podía vivir sin tener esa culpa.

Jeffrey noto lo afligido y pensativo que estaba Edward, así que con cautela dejo la bandeja a un lado del catre sobre una pequeña mesa. Para luego observarlo. 

Si bien para él los murciélagos hace días no eran más que un mito o leyenda, ahora viendo a uno más de cerca, y así de curioso en aspecto como Edward. Se le hacía raro que Mavis haya podido saber como curarlo de sus heridas. ¿Era acaso que ella ya sabía más de estos seres de lo que iba a admitir? 

—....¿En dónde estamos?— Preguntó Edward finalmente, sin muchos ánimos.

—En un lugar seguro no te preocupes. Ahora si yo fuera tu, me quedaría acostado. Le hablaré a Mavis, seguro que ella te va a poner al tanto de todo— Dijo Jeffrey para luego comenzar a darse la vuelta. 

Aún si el murciélago estaba herido, este ahora podía chamuscarlo si quisiera, así que estaba siendo cuidadoso de que eso no suceda. Por lo mismo salió del lugar dejando solo a Edward, de nuevo en su soledad, él miró la bandeja con comida sobre la mesa. No tenía mucho apetito, y mucho menos al recordar lo que había hecho. Si bien fue en defensa propia, no podía negar que se sentía fatal, haber acabado con la vida de alguien más. Pero eso no era lo que lo mortificaba tanto, era más el hecho de haber rotó una promesa que hizo hace años. 

Así que frustrado, decepcionado y enojado tiro la bandeja al piso, dejando caer los trastes de cerámica, haciendo todo un escándalo. Lo cual despertó del susto a las pequeñas que estaban en su jaula. Luego puso sus manos sobre su cara, ocultando la vergüenza y decepción que tenía en esos momentos, mientras lloraba en silencio. Ni siquiera estaba al pendiente de que no traía sus lentes puestos, o que las pequeñas Annie y Andrea trataban de llamar su atención para levantar su ánimo. 

—Vaya ánimo...— La voz de Mavis llamo su atención —¿Por qué la cara larga eh? Si estás con vida y tus hijas, o lo que sean de ti. Están a salvo. 

La mantis había llegado y ahora mismo se encontraba vistiendo con una gran gabardina, con capa, en su cintura estaban ceñidos sus sables. 

—Déjame adivinar, ¿Fue por haber matado a aquel macho verdad? 

Edward dirigió su atención hacia ella.

—Je, ya decía yo que era demasiado drama por una simple herida....bueno, lo que pasó, pasó, ¿No lo crees?— La mantis tomaría asiento frente a él, al agarrar una silla y sentarse. 

—¡Vamos, alégrate un poco siquiera! Me sorprende hasta a mí que hayas cometido tu primer asesinato— Dijo Mavis comenzando a reír, mientras Edward la miraba con una mirada de pocos amigos. 

—....Tú no lo entiendes. Rompí una promesa que significaba mucho para mí, ahora no sé cómo sentirme....y tus comentarios no ayudan en nada— Dijo Edward con voz desganada y sobretodo molesta. 

Mavis resopla molesta. —Bueno perdón, yo también hice una promesa, y aunque no sea la misma. Se como te has de estar sintiendo, por eso mismo vine a proponerte un trato— 

Edward levantó una ceja, teniendo algo de curiosidad de saber que era lo que estaba tramando la mantis. 

—¿Qué podría ser tan bueno como un trato en estos momentos?— 

—A eso iba, no te apures. Mi propuesta es la siguiente, en vista de que ya he puesto mi atención en toda la mercancía de alto valor de este lugar. Dejaré que tú y tus pequeñas escapen de aquí— Dijo Mavis tomando por sorpresa a Edward. 

—Pero no creas que va a ser así de sencillo, oh no señor, no soy alguien tan buena. Cómo puedes darte cuenta, soy alguien que se podría considerar...una creyente— Dijo Mavis, bajando su mirada hacia su collar y luego continuar. —Así que a cambio de dejar que tú y unos pocos de los tuyos se vayan, felices de la vida. Necesito que me ayudes a acabar con algunas cosas antes, y déjame decirte que de ser necesario, tendrás que acabar con la vida de varios cazadores...

—¡Ni hablar!— Rugió Edward, tratando de pararse, aunque sin éxito el dolor aún era mucho como para estar de pie. 

—No estaba preguntando o negociando, lo vas a hacer. A menos claro, que quieras que algo le pase a las pequeñas.

Mavis entonces agarro la jaula de las pequeñas usando uno de los tentáculos que podían salir de su espalda, para acercarse la jaula y dejarla sobre su regazo, las pequeñas de inmediato empezaron a temblar. Cosa que le provocó escalofríos a Edward, saliendo de su shock inicial por ver la habilidad de la mantis, este se enojo y su pelaje se erizó. Haciendo que le brillen los ojos de un color azul más oscuro, gruñendo molesto, de su garganta se podía ver emanar una luz azul casi como si fueran llamas. Sus puños se habían cerrado y amenazaban con prenderse llamas si les hacía algo. 

—Ah, ah, ah, yo no haría eso si fuera tú. 

Mavis entonces acercó una de sus garras a la jaula de las pequeñas, cuyo miedo por la mantis todavía era demasiado como para siquiera tratar de morderla.

—Sería una lástima si algo llegase a suceder, ¿No lo crees? Ahora, si no quieres que acabe tiñendo el piso con el color de su sangre, será mejor que acabes obedeciendo cada una de las cosas que voy a pedirte. Y más te vale cumplir al pie de la letra, soy una mantis de palabra. Si cumples, yo prometo dejar libres a estas adorables pequeñas murciélagos, y por supuesto a ti también, pero si te niegas, bueno....siempre he tenido ganas de experimentar con algún murciélago. 

La mantis sonrió perversa, mientras ella mantenía su garra peligrosamente cerca de la jaula, amenazando en cualquier momento con cometer un acto poco ético.

Edward gruñó aún más enojado, sabiendo que de no obedecer Annie y Andrea podrían correr mucho peligro, lo cual lo dejo con la única opción que podía tomar... aceptar a regañadientes las peticiones de la mantis.

—Bien, tú ganas... ahora deja a las niñas en paz— Dijo Edward con un tono muy agresivo y poco amistoso.

—¿Lo ves? Así nos podemos entender, como seres inteligentes, capaces de resolver nuestros problemas y diferencias de manera civilizada. Ahora bien, ven conmigo. Hablemos de los detalles de los planes que tengo al respecto— Dijo Mavis, poniéndose de pie agarrando aún la jaula.

Con algo de dificultad, Edward se puso de pie, sujetando su costado mientras seguía a Mavis a paso lento pero seguro, con una mirada demasiado atenta y vigilante hacia ella, cuidando cualquier acción o movimiento de Mavis; la hembra por su parte con una sonrisa burlona solo sostenía la jaula como si fuese el objeto más valioso del mundo. Y lo era en esos momentos para el murciélago, así que ella no pensaba soltarlo si quería la ayuda de este último.

En su cabeza, Edward solo esperaba que sus amigos y familiares pronto acudan a su rescate. Ya que ahora tenia un futuro incierto con la mantis, aunque ella le prometía dejarlo libre, había algo en sus palabras que no podía hacer que le crea. 

Así que ahora con el tiempo cada vez anotándose para el posible plan de la mantis, el murciélago puso toda su fe y esperanza en que pronto alguien iba a venir a salvarlos. 

[Mientras tanto en otra parte]

La caravana dirigida y guiada por Isaac avanzaba sin detenerse, con apenas un día y una noche que había pasado, el iba notando como su salud estaba yendo en declive, empeorando cada vez más. Algo notorio por cómo una tos ronca y seca lo invadía de vez en cuando. 

Siendo una clara señal de que si no hacia algo pronto, su salud iba a estar peor en los próximos días. Aunque ahora mismo, él había pasado a segundo plano, pues su prioridad era llevar a todos a un lugar seguro, Fred, el Tik Tik de Karu descansaba plácida y cómodamente sobre el regazo del murciélago, dormido aparentemente sin prestar atención a sus alrededores. Esto hizo reír a Isaac, ya que este adorable y tierno animal le hacía compañía en lo que él seguía guiando a los suyos hacia tierras más seguras.

—¡Señor Isaac!— Una voz masculina lo llamó detrás suya, cada vez acercándose a pasos veloces.

Al voltear la mirada, se encontraría a uno de sus sirvientes, el cuál lucía muy cansado pero también muy sucio de tanto ir caminando por senderos lodosos e igual fangosos.

—¿Qué sucede?— Preguntó Isaac antes de comenzar a toser.

—Señor, yo y más de los que venimos en mitad de la formación queríamos hacerle saber que quizás sería buena idea tomar un descanso; no es por nada señor, pero de continuar así. Quizá no todos lleguen a este ritmo, y menos si no han comido o descansado— Dijo el sirviente de Isaac respetuosamente haciéndole saber cuál era uno de los mayores problemas.

El murciélago se giro a ver hacia atrás, y en efecto, todos se les veía más agotados física y mentalmente, aparte de que lucían hambrientos; Isaac estaba igual que ellos. Más que nada por a veces tuvo que bajar a ayudar a quienes se quedaban atrás o a subir a los carruajes, a esos murciélagos, bichos e insectos que ya no podían continuar.

Tras recapacitar un poco, él se dió cuenta que lo mejor era tomar un descanso, porque incluso más atrás venía el grupo de los más agotados y cansados. Así que tosiendo, el dió la orden para que todos armen más adelante sus tiendas, ya que al fin iban a descansar. Cosa que le saco un suspiro de alivio a más de uno, puesto que ya era necesario. 

Al cabo de una hora, todas las carpas ya habían sido alzadas, además de que se estableció un perímetro de seguridad por si las moscas, Isaac en su carpa se sentó y comenzó a toser, esta vez sacando un poco de sangre debido a que su estado iba empeorando con cada minuto y día que pasará. El miró hacia afuera, en la dirección por la cual Karu y compañía se habían ido en primer lugar. 

Dentro de él, esperaba que ellos estén pronto de regreso, porque a este ritmo si que iba a tener más problemas si seguía enfermando cada vez más. 

—Espero no tarden mucho más...— Se dijo para si mismo, mientras se limpiaba la sangre qué había tosido.

A los pies de su cama, Fred descansaba tratando de hacerle compañía al murciélago, esperando al menos ser un agradable compañero para hacer sentir mejor a Isaac. Cosa que funcionaba un poco, debido a que lo hacía olvidar por momentos, sus dolencias. 

Aún así, el murciélago eso no quitaba del todo las crecientes preocupaciones de Isaac, pero tenía fe en que todo iba a salir bien. Conociendo a Karu, sin duda las cosas se le iban a hacer sencillas... o quizás no, todo dependía de la forma de actuar del vessel, y de la de su hija.

____

[A la mañana siguiente]

[Campamento Mantis

Las nubes desde que había amanecido, no presagiaban nada bueno, debido a que estaban negras y grises, dando a entender que más tarde habría una gran tormenta. Incluso los continuos y distantes relámpagos anunciaban que si iba a ser muy fuerte.

Varias mantis, fueran de la misma tribu o no, hablaban entre ellas acerca de esto mismo. Mientras tanto, dentro de la gran carpa de los 6 Lords, se preparaban para lo que iba a acontecer en unas horas, ya casi estaban todos listos. Solamente se necesitaba saber si Jade y Salvia lo estaban, pero conociéndolos, era más que seguro que así sería.

Cada uno de los Lords preparaba a las facciones de mantis que eran más leales a cada uno de ellos; porque incluso a pesar de que cada uno podía dirigir la tribu con la misma autoridad que Jasir. Tenían a un grupo de mantis que habían jurado más lealtad a un Lord más que al resto. Así que ahora mismo cada Lord preparaba a sus grupos.

O bueno, casi todos, pues para nadie era sorpresa que las mantis rojas y negras, y otras tantas que habían llegado con Morati hace años. Estuviesen tan tranquilas, sabiendo que su Lord les iba a guiar hacia la victoria. Aunque sí bien el mundo entero estaba yendo de acá para allá. Este grupo estaba sentado, relajados incluso. Cosa que a lo lejos Jade veía con seriedad y frialdad.

¿Cómo era que estas mantis pudieran estar tan tranquilas? ¿No se suponía que era la guardia de élite o algo por ese estilo? Esto solo hizo que Jade suelte un bufido un poco exasperado, mientras veía a Morati, él cual se encontraba puliendo algunas habilidades de varios guerreros mantis. Tanto de su tribu como de la de Jade y Salvia. 

Así que el frío Lord se acercó para hablar con Morati, quizás debía preguntarle al único Lord que le cae mejor que el resto, sobre todas sus dudas que tiene sobre esas mantis. 

Al termino del entrenamiento de estos jóvenes guerreros mantis, Morati los ánimo y también celebró su progreso.

—¡Bien hecho, sigan así!, Practiquen lo que aprendieron hoy, todos los días y verán muchas mejorías en su estilo de combate. Ahora vayan a descansar— Dijo Morati con una gran sonrisa viendo como los jóvenes hacían una reverencia respetuosa hacia él sin importar si eran o no de su tribu.

Luego se percató de la presencia de Jade, lo cual lo hizo voltear, el Lord con prominente cicatriz supuso que este estoico mantis quería algo, debido a que no era demasiado común que Jade se le acerque. A menos que sea para preguntar algo, o para asuntos diplomáticos, si bien ellos dos no tenían ningún problema, Jade aun mantenía su distancia; aunque no podía negar que prefería la compañía de Morati a la del resto de sus hermanos. 

—¿No piensas exigir un poco más de disciplina a esos holgazanes de por allá?

El Lord señaló a las Mantis Rojas y negras, mientras veía con seriedad a Morati. Este último sonrió mientras dejaba a un lado su confiable arma, un bastón con el cual demostraba ser igual de letal qué el resto de sus hermanos. 

—Bueno, no necesariamente tienen que estar todo el tiempo atentos Jade— Dijo el Lord Morati con voz relajada mientras se sentaba sobre una caja. 

—¡Esas son tonterías, una mantis que no está atenta, es una mantis muerta!— Dijo el Lord Jade mientras se cruzaba de brazos.

—Bueno, en eso estamos de acuerdo, pero como siempre. Uno nunca puede vivir todo el tiempo así, además solo ve a tu alrededor. Tus súbditos como los nuestros, están atentos, quizá la mayoría, hay guardias patrullando la zona, aparte que tampoco hay necesidad de desgastar a todos, si vamos a atacar un lugar que esta bien protegido. ¿Verdad? 

Morati sonrió ligeramente mientras veía a Jade, trataba de hacer que a veces este se haga de mente más abierta para poder aceptar ideas nuevas. Sin embargo, eso iba a tomar mucho tiempo, después de todo, él y Jade eran mundos distintos. Y la verdad era que no sabía si podría hacer que este entienda muchas cosas cómo él. Pero de pequeñas cosas vienen grandes cosas, ¿No es así? 

—Aún así, ningún guardia debería estar de holgazan.

Jade frunció el ceño mientras veía a Morati de una manera no tan alegre que digamos. 

—Jeje. Si tú lo dices, pero recuerda. No todos deberían desgastarse en tareas que sean demasiado exigentes, y menos si en unas horas vamos a iniciar nuestro ataque. Así que no te preocupes, verás que nuestros guerreros son aptos para el combate— 

Morati se puso de pie, dándole unas palmadas en el hombro a Jade antes de tomar su bastón y caminar hacia otro lado. Jade lo miró encaminarse con un rumbo distinto al que él iba, aún así solo suspiro un poco exasperado. Le caía bien Morati, pero a veces le molestaba qué él fuese casi exactamente como lo era su hermana en muchos aspectos. Y hablando de la Lord Salvia.

Esta última se encontraba discutiendo con Jasir sobre los últimos detalles del plan que habían elaborado para atacar el lugar. Si querían asegurarse de que cierta mantis no supiera que estaban allí, lo que era mejor es esperar hasta que se haga de noche y comience a llover. Para así comenzar un ataque silencioso para acabar con sus defensas; y después irse adentrando hacia el interior de todo. Con la guardia baja, su enemigo no iba a saber ni que los golpeó. 

—Acepto que este es un buen plan, pero dudo mucho que a Jade le guste el no entrar directo al combate— Dijo Salvia mirando el mapa sobre la mesa que tenía enfrente. 

—Con que tú lo aceptes, es más que suficiente. Además lo quiera o no, pero es la única opción más factible para que esa loca no se nos escape; si atacamos de frente, le estaríamos dando tiempo para que escape. Así que lo mejor será apegarnos al plan— Dijo Morati mientras observaba junto a su pareja aquel mapa del lugar. 

Debido que para llegar hasta aquí, sus grupos de expedición habían saqueado puestos de avanzada de los cazadores, consiguieron acceso a varios mapas y recursos que les nivelaron la balanza para no entrar a ciegas. A un lugar que ni siquiera conocían del todo. 

—Bueno, en eso estamos de acuerdo, no queremos que escape. Solo espero que está vez podamos acabar con ella de una buena vez, no me gustaría saber que ella haya podido escapar— Dijo Salvia en lo que suspiraba, fijando su mirada en el mapa.

Mientras ambos Lords continuaban debatiendo los detalles del plan, cierto grupo de exploradores a la lejanía se iba acercando al campamento. Llevando con ellos. A todos los demás.

Durante todo el trayecto, algo que había notado Alison, Carlos, Rayden y prácticamente cualquier otro que no fuera un vessel. Era que los susodichos antes mencionados, parecían estar siempre muy alejados de Bell, este último para este punto solo podía suspirar cabizbajo y exasperado. Porque no podía entender la razón de la áspera y fría manera de ser de los vessels, y era obvio que solo era con él. Pues con los demás ellos estaban entablando conversaciones amenas, o incluso entre ellos...bueno a excepción de Akira quien solo se limitaba a asentir o negar con la cabeza. 

Movida por la curiosidad, Alison se acercó a Karn que era la vessel más cercana a ellos. Puesto que de Karu ya sabía un poco su razón de porque era así con Bell, ¿Pero era exactamente lo mismo con todos ellos?

—Hey— Alison saludo a Karn, mientras se ponía a su lado.

—...Hey...— Respondió Karn, para luego observar a la contraria de reojo.

El porte imponente de Karn, hacia dudar un poco a la murciélago de preguntar o no, pero realmente tenía curiosidad de saber más, así que solo suspiro antes de hacer la pregunta del millón. 

—Bueno...yo tenia una pregunta que espero no sea demasiado molesta para ti, ya que bueno...llevamos muy poco de conocernos. Y esa pregunta es....¿Qué pasado tienen con Bell?— Pregunto Alison mientras esperaba que la vessel no la fuese a dejar con la duda.

Karn la miro y después miró a Bell que iba más adelante, para luego suspirar. La contenedora sabía que realmente no les había hecho algo, ni siquiera lo conocía pero, su apariencia era algo que a ella le incomodaba; traía recuerdos de cierto monarca al cuál le gustaría ni siquiera ser pariente suyo. Al final la receptáculo solo empezó a caminar más lento, haciendo que la murciélago también baje el ritmo de su caminata.

—Realmente...ni siquiera le conocemos, solo que digamos que tenemos un pasado algo turbulento, en especial con la raza que él es— Dijo Karn, poco a poco respondiendo a su pregunta.

—¿Un gusano?—

—¡Exactamente!— 

—Pero, ¿Por qué ustedes están tan asustados o disgustados por él? Yo no le veo nada de malo, solo míralo se ve que incluso trata de caerle bien a ti y a tus hermanos. ¡Pero ustedes se niegan a siquiera a acercarse a él!

—Es....complicado...

—Complicado? Lo único complicado aquí es que ustedes no se dan la oportunidad de conocerlo, quizás no sea tan malo como ustedes piensan. 

—Ojalá fuera tan fácil...— Karn suspiro mientras se llevaba una mano a la cara. —Mira, te seré muy franca, no podemos tenerle mucho apego, más que nada por cosas del pasado, pero quizás en un futuro no tan lejano nos llevemos bien, el tiempo se encargará de eso. Ahora sí ya terminaste de preguntar, lo mejor sería que ya busquemos otro tema de conversación. Antes de que alguien nos escuche. 

—...Entiendo...— Dijo Alison quedándose algo pensativa al respecto, antes de ver como ya estaban llegando a dónde las mantis habían establecido su campamento. 

Aquí las mantis al ver a los vessels, les harían una respetuosa reverencia, pero al ver a los murciélagos solo los miraron con desconfianza y cautela, cosa que solo trataron de ignorar Alison y Carlos. Aunque tampoco era como si Rayden se pudiera salvar de estas miradas, ya que al haber hecho destrozos en la tribu de Salvia y Jade; lo miraban con enojo y con cara de pocos amigos.

—Sí qué nos quieren eh— Dijo Carlos mientras cargaba a su hija en brazos.

—Nos aman. ¿Qué más puedes pedir?

Respondió Rayden con sarcasmo en su voz. Mientras veía a todos los y las mantis sin mostrarles miedos por sus miradas.

Aunque mientras avanzaban, Bell decidió que era mejor que el se quede más lejos del resto; debido a que no podía quedarse demasiado tiempo siendo observado; se sentía y ponía nervioso. Y él ya sabía lo que pasaba cuando estaba así, por lo que se retiró hacia la parte trasera del carruaje. Dejando que Ned y Rosa le hagan compañía. 

Finalmente al llegar al centro del campamento, entre varios mantis guardias bajaron a ambos cazadores golpeados. Para luego dejarlos metidos en una jaula, por lo mientras, en lo que los Lords decidieran qué hacer con ellos.

Pero sin duda les serían de mucha utilidad, ya que con sus conocimientos del lugar, podrían entrar sin más problemas. Ahora, mientras ellos eran dejados en este lugar, Karu y compañía se encontrarían con los Lords adentro de la carpa de los 6 hermanos.

Dónde después de haber hecho una pequeña recopilación de información y de compartir todo lo que tenían planeado, ahora era el turno de elegir como lo harían.

—Akira podría facilitarnos la entrada a este lugar. Acabando con la mayoría de vigías de las murallas, nadie jamás la vendrá venir— Dijo Karn sugiriendo a su hermana para una entrada furtiva.

Sin embargo la idea fue del disgusto y molestia de varios de los presentes, entre ellos Rae y Jade, quienes realmente no tomaban muy bien que alguien hiciera el trabajo sucio desde las sombras.

—Aunque no esté tan de acuerdo con sus métodos, creo que por esta vez sería lo mejor. Solo tenemos una oportunidad para acabar con esa mantis. Y no puede escapar en esta ocasión; así que podemos utilizar el factor sorpresa— Dijo Salvia estando de acuerdo con la idea propuesta por Karn.

—Salvia. ¿Qué carajos?— Dijo Jade con claro disgusto visible en su mirada y tono de voz.

A él se le sumó la voz de Dalia, la cual tampoco tenía muchos ánimos de que se inicie con un ataque sorpresa.

—Salvia, no es por llevarte la contraria, ¿Pero estás segura de que esta sea la mejor opción? Porque igual podemos entrar a la fuerza, usando todo nuestro poderío y diferencia numérica— Dijo Dalia, sugiriendo entrar a la fuerza y de un modo menos discreto.

 Cosa que fue apoyada por Jade, Rae y más de los presentes. Entre ellos Kande y Tiberious. 

—Les guste o no, lo que planeamos es tomarlos por sorpresa. No darles tiempo de que se puedan preparar para una contraofensiva; así que sí o sí, vamos a usar el sigilo— Dijo Jasir poniéndole un punto final al asunto. 

—Claro, como a ustedes se les da bien el sigilo y entrar a hurtadillas, ¿Verdad?— Dijo Jade notablemente molesto, casi dando lugar a una discusión.

Ashanti estuvo a punto de decir algo, pero Morati puso su garra sobre el hombro de su hermana, y negó con la cabeza. Su hermana, entendió que su hermano estaba diciéndole sin utilizar palabras, que no valía la pena empezar una discusión, por lo cual a regañadientes la Lord con prominente cicatriz en la mejilla suspiro enojada, pero a la vez conteniendo sus ganas de entrar en una pelea verbal con Jade. 

—Bien, entonces Akira— Karn llamo a su hermana, y esta apareció desde las sombras, camino hasta ponerse al lado de su hermana. —Tú misión ahora será que nos limpies el paso para acercarnos a las murallas sin ser vistos, ¿Entendido?

La receptáculo de 5 ojos asintió con la cabeza, antes de que volviera a las sombras y desaparezca de la vista de los presentes. Perturbando a unos y fascinando a otros por su habilidad de poder desaparecer como si nada, claro, a excepción de Jade y los hermanos de Akira.

—Bien, ¿Y luego que sigue?— Preguntó Carlos sentado algo alejado de los demás mientras Alice jugaba con él, mordiendo sus manos y brazos sin lastimarlo. 

—¡De eso ya ni siquiera hay que hablar amigo mío, entramos y hacemos lo que mejor sabemos hacer! ¡Combatir! ¡Y lo haremos a lo grande, acabando con todos nuestros enemigos que se nos crucen por delante!— Dijo Tiberious en lo que se ponía a posar como casi siempre lo Hacía. 

Dejando confundidos a Karn, Amber, Carlos y compañía. Los que ya estaban acostumbrados, solo lo miraron con unas sonrisas de lado. A excepción de Kande, quién suspiro enamorada de las exageradas poses de Tiberious.

—Bien, y con respecto a la mantis loca...

—Acabamos con esa desgraciada por la que estamos aquí en primer lugar. 

Al escuchar ese comentario, el rostro de Morati no pudo evitar mostrar una cara preocupada y de tristeza. Sin embargo en el fondo. El Lord sabía que esto iba a ser algo necesario sí o sí. 

—¿Entonces ya estamos listos?—

"Sí, ahora acabemos con esto"— 

Karu salió de la tienda para irse a preparar, los demás siguieron su ejemplo preparando todo lo que faltaba, para dar comienzo a este ataque. Aunque el cielo, ya comenzaba a soltar más rayos, aparte de verse más negro, por lo que las primeras gotas de lo que sería una fuerte tormenta empezaron a caer al suelo.


[Dentro del poblado de los cazadores]


Mavis estaría con Edward, las niñas y Jeffrey en la azotea de este edificio que ya estaba abandonado, la mantis en una taza para té, se serviría un poco del líquido antes mencionado, mientras escuchaba su tocadiscos. La música que de este salía, provocaba un eco por toda la estructura, mientras ella le daba un sorbo a su bebida, dejando salir un suspiro complacido.


Edward estaba cruzado de brazos, viendo a otra parte debido a que el plan de la mantis estaba a punto de empezar. Y él a pesar de no querer formar parte de esta locura, tendría sí o sí, que obedecer o sino las pequeñas saldrían lastimadas y él no se lo perdonaría si ello llegase a ocurrir. Por lo que con desánimo tendría que volver a romper su promesa de no quitarle la vida a nadie; así que solo esperaba a que Mavis diera luz verde.


La dulce melodía clásica que reproducía aquel tocadiscos era sinónimo de que iba a ocurrir algo muy malo, mientras tanto Mavis observaba como las primeras gotas de lluvia comenzaban a caer, por lo cual paro de beber su té, a su vez que se le formaba una gran sonrisa sádica en su rostro.


—Es hora del espectáculo señores, ojalá hayan traído sus binoculares...porque esto se va a poner bueno....— La mantis menciono con malicia, antes de que la tormenta comenzara a tomar fuerza.


Algunos de los desafortunados que se encontraban refugiados en la enfermeria, no sabrian que este lugar iba a ser todo lo contrario a un lugar seguro para la tormenta. Y para algo peor.


Uno de los guardias que custodiaba el área de la morgue, empezaría a escuchar ruidos extraños viniendo de un montículo de cuerpos apilados, así que se acercó a verificar que todo estuviera en orden. No fuera a ser que se hubiera metido alguna alimaña a alimentarse con los cuerpos de los difuntos compañeros que tenía. Sin embargo, al momento de acercarse, pudo darse cuenta que había un bicho que se estaba moviendo de manera errática, al parecer buscando salir de este montón de cuerpos. 


—Oh mierda...— Dijo pensando que a lo mejor habían aventado a alguien vivo ahí.


—¡Espera ya voy enseguida!


El guardia corrió hasta dónde estaba el bicho, y le ayudaría a salir pensando que a lo mejor se habría desmayado, y en un despiste de los médicos, lo habían echado con el resto de cuerpos. 

—Oye, ¿Te encuentras bien? 

El guardia noto que no había algo bien con este bicho, y pronto se percató que en efecto. El contrario en realidad ya no era un bicho civilizado, ya que de la nada y sin aviso, este se abalanzo contra él, tomándolo por sorpresa. Pese a que se quiso defender, no pudo hacer mucho, siendo mordido por su ex compañero en su brazo y también su rostro durante el forcejeo. 

Sus gritos de dolor y agonía no se hicieron esperar, mientras empujaba lejos al bicho, y alcanzaba su arma, enojado por lo que acababa de suceder, levantó su lanza y la enterró con furia sobre el pecho del contrario. Su sorpresa fue muy grande cuando vio como el bicho, como si nada se iba poniendo de pie; lenta y torpemente. Ignorando el hecho de que ahora tenia una lanza atravesando su pecho. 

Esto desconcertó al guardia, que luego noto como a su alrededor el número se cadáveres reanimados se había multiplicado, y en diferentes direcciones habían ojos color naranja observándolo, con la viva imagen del odio grabados en ellos. Se dio media vuelta y fue lo más rápido que pudo a la salida, ignorando el hecho de que tenía varias heridas, o como se empezaban a poner naranjas rápidamente. 

A mitad de camino, quizás por la desesperación, la angustia o el miedo, el guardia se fue deteniendo lentamente, antes de que se quede estático en su lugar; emitiendo un par de gemidos y quejidos bajos. Teniendo ligeros ticks y espasmos, siendo que este se había infectado a un ritmo alarmantemente rápido. Quizás por haber sucumbido a emociones fuertes o al miedo.

Sumándose al número de infectados de The Radiance en el pueblo de los cazadores.

Los cadáveres reanimados de los cazadores comenzaron a atacar a sus compañeros en la enfermería, mientras los que ya estaban en su etapa de infección más drástica empezaron a unirse a ellos, pareciendo que se les fue arrebatado su albedrío y además su personalidad. Algunos ni siquiera tenían o presentaban mordidas, simplemente se infectaban. Causando que el caos poco a poco comience a expandirse, causado por el terror y desconcierto de lo que sea que estuviera pasando.

Rápidamente la noticia no tardó en llegar a oídos de los guardias más cercanos, los cuales a su vez decidieron enviar a un equipo a controlar la situación, mientras otro iba a avisarle a Gareth de lo que estaba ocurriendo. Y otro más iba a revisar que las celdas de los esclavos y mercancías estuviesen en orden, sin saber que este evento no era único de la enfermería.

Mientras tanto, afuera del pueblo, siendo unos con la lluvia, camuflados por la poderosa tormenta, varias siluetas mantis comenzaron a aparecer, una por una, siendo iluminadas con cada destello de rayo qué caía en el cielo. Imponentes e intimidantes, las mantis harían lo que mejor sabían hacer....obedecer a su ama y a su Diosa. Ojos naranjas se abrieron de par en par, uno a uno, dejando ver incluso más ojos que ni siquiera eran mantis. Dejando así ver, que la pequeña horda de Mavis, estaba lista para atacar. 

Al mismo tiempo, siguiendo su ejemplo de los discípulos, y los Tremors, las verdaderas mantis. Camufladas, estaban a la espera de las órdenes de sus Lords, para actuar; y entrar a este lugar. Siendo que todos buscaban el mismo resultado.

Acabar de una buena vez con cierta loca, la cual estaba a punto de comenzar una gran masacre en este asentamiento de cazadores y esclavistas. Y junto al grupo de vessels; y ayuda que contaban, esto iba a ser posible.

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¡Hola! Gracias  por llegar al final de otro capítulo, seré breve puesto que ya escribí mucho.

Compartan la historia si les gusta, también voten y comenten que les pareció el capítulo.

El siguiente capítulo será la continuación del final de este, para explicar un poco más de cosas. Así que bueno sin más que decir yo me despido de ustedes hasta aquí.

¡¡Hasta la próxima!!

Posdata: Felices fiestas atrasadas xd. Esto se supone que tendría que haber salido hace semanas atrás, pero por el tiempo ya no pude. Así que feliz 2025 a todos y cada uno de ustedes mis queridos lectores!

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