T2: A las puertas del caos (1/2).
La noche había caído, y todos en el puesto de avanzada de los cazadores se prepararon para recibirla. Con algunas fogatas, y antorchas colocadas en varios sitios estratégicos, además de que todos los que estuvieran haciendo guardia esta noche, tenían una antorcha en su mano para iluminar su camino. Sin embargo, no fue impedimento para que cierto vessel y cierta murciélago pudieran adentrarse al puesto de avanzada. Pues tal cómo les había dicho el cazador que tenían como prisionero, por el bosque circundante a este puesto, era la mejor manera de pasar desapercibidos por ojos ajenos. Con cautela, vessel y murciélago salieron de sus escondites respectivamente, mientras eran seguidos por Ned y Rosa. El primer par se paro justo detrás de una tienda de campaña en dónde afortunadamente no se oía ni una sola voz.
Mientras tanto la polilla y la libélula se pusieron detrás de una roca qué los cubría a los dos. Con un rápido gesto, Karu se adentro primero a este lugar. Siendo seguido de Alison que era como su sombra. Acto seguido, Ned y Rosa les siguieron hasta finalmente estar los 4 dentro de la tienda de campaña. Una vez aquí, ellos se darían cuenta de que era dónde iban a guardar cajas llenas de cosas.
—"Bien, ya saben el plan, mientras yo y Alison nos encargamos de despejar unos sectores de este lado. Ustedes irán a las tiendas más grandes a buscar algún mapa o algo que nos sirva para saber a dónde llevaron a los demás"— Dijo Karu, en lo que sacaba el cuchillo que Zafiro le había dado hace meses.
Ned y Rosa dieron su aprobación a este plan, mientras que Karu y Alison salían de la tienda, listos para matar a todo lo que se les cruce por delante. Y no iban a ser los únicos.
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A una distancia prudente dónde no los puedan ver, Karn tenía a su grupo listo para cualquier cosa, la vessel militar veía este sitio examinando todas sus posibles entradas. Hasta que al final notó que la mejor forma de entrar, era neutralizando a los guardias que estaban en la única torre, actuando de vigías. Ante la idea de ser eliminados, Rae se quiso ofrecer para ir el primero. Sin embargo, su hermana le negó la oportunidad; haciéndolo sentir un poco enojado y molesto debido a que ella no lo eligió.
—Rae. Sabes que te quiero y todo hermano, pero considero que tú eres más capaz de atacar de inmediato sin medir a lo que estamos enfrentando. Así que lo mejor sería enviar a Akira, ella podrá hacer que las cosas nos sean más fáciles— Dijo Karn en lo que veía a su susodicha hermana.
La silenciosa vessel no tuvo que recibir más instrucciones, sabiendo lo que tenía que hacer. Ella de inmediato desapareció entre las sombras. Mientras Rae se volvía a cruzar de brazos, en una cómica y adorable escena de enfado con Karn, la militar soltó una corta risa cuando vio a su hermano así. Por lo que le puso una mano en su cabeza, acariciando un poco la cabeza de Rae.
—Te prometo que a la próxima tú irás al frente jejeje— Dijo Karn en lo que reía un poco al ver el repentino y brusco cambio de actitud de Rae. A uno más animado y entusiasmado.
—("Esperemos que solamente no se vaya a pasar cómo en otras ocasiones la verdad...")— Dijo Asher suspirando, al tener los recuerdos de veces pasadas en dónde su hermano estuvo al mando. Las cuales eran contadas ocasiones.
Karn no dijo nada más, solo termino de acariciar la cabeza de Rae. Antes de fijar su atención al puesto de avanzada de los cazadores, pues quería ver cómo iba a salir todo para ellos.
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Karu junto con Alison, fueron empezando a dejar un sin fin de cuerpos detrás suyo, por dondequiera que ellos pasaban, solo ocultando los cuerpos de los guardias que ya habían asesinado. Mientras que Ned y Rosa se repartían las tiendas por dónde él primer dúo ya habían pasado. Para así buscar algo de utilidad, aunque no teniendo suerte en ninguna. Al solo haber cazadores durmiendo, o cosas sin utilidad. Hasta que al final ellos llegaron a lo que era el centro de este puesto, dónde se encontraba una tienda más grande, y por instinto todos supieron qué de seguro ahí iban a encontrar algo de utilidad.
Más que nada porque estaba más protegida y se le podía ver una mejor calidad que al resto de las tiendas. Sin duda, el jefe o el líder de este puesto estaría ahí. Y por ende ahí iban a encontrar todas las respuestas a sus preguntas. Aunque por el momento tenían que ver cómo le iban a hacer para entrar, ya que estaba más protegida y cuidada que el resto de las demás tiendas; aparte de que no tenían una vía para entrar sin llegar a ser vistos.
—Deberíamos olvidarnos del sigilo, ellos no saben que el resto de sus amigos ya están muertos.
Sugirió Alison en voz baja, mientras se asomaba un poco por detrás de unas cajas.
—"No, el entrar directamente en un combate cuando no sabemos a cuántos enemigos nos enfrentamos podría hacer más difíciles las cosas para nosotros. Y no pienso correr ese riesgo"— Dijo Karu en voz baja, casi regañando a Alison por sus ideas impulsivas.
—Aguafiestas.....— Alison lo miró a ver algo enojada de que no quiera tomar en cuenta su idea.
—"Solo trató de ser precavido, al igual que tú, yo también quiero matarlos a todos luego de lo que hicieron, pero creo que ahora mismo sería esencial que no lo hagamos hasta que tengamos lo que vinimos a buscar"— Respondió Karu, suspirando pesadamente al ver que la murciélago seguía renuente a querer mantener el factor sorpresa.
—Sí ustedes dos par de tórtolos ya acabaron de pelear. Miren por allá— Dijo Ned en voz baja señalando un montón de cajas apiladas dentro de una tienda de campaña.
—¡Nosotros no....olvídalo!, ¿Qué tienes en mente?— Dijo Alison con un gran rubor en sus mejillas, por la forma en que Ned confundió su relación con Karu.
El vessel por otra parte mantuvo una postura seria, pero de igual forma se le podía notar un ligero rubor negro en su máscara.
—Podríamos incendiar esa tienda de campaña, esas cajas y en general todo lo que hay ahí dentro. Es prácticamente combustible para hacer una distracción, nada más ocupamos de que no nos vean.
Propuso Ned en lo que veían la manera en cómo ellos iban a cruzar al otro lado sin llegar a ser vistos por los guardias que protegían el centro del puesto. Así que juntos empezaron a formular un plan.
Mientras tanto, sin que ellos lo supieran, como una sombra más de la noche, Akira se acercaba al puesto, los guardias que custodian las zonas externas a este lugar, ni siquiera tuvieron tiempo de reaccionar. Cuando de la nada, sin razón aparente muchos de ellos empezaban a caer al suelo lentamente con un gran corte en sus cuellos y apuñaladas en diversas zonas blandas de su quitina. Para luego la vessel los deje caer con cuidado sobre la vegetación ocultando sus cuerpos, y enseguida de eso yendo directamente por los guardias sin armadura, teniendo menos cuidado con ellos al no hacer mucho ruido cómo uno con armadura.
Así siguió su camino de matanza sigilosa, sin ser vista o escuchada por alguno de los guardias, siendo que todos caían sin tener oportunidad a encontrarla; incluso aquellos con un olfato muy desarrollado. Akira se abrió paso de manera rápida y eficaz entre todos los guardias. Hasta llegar a la enorme torre de vigilancia, la cual trepó haciendo uso de sus habilidades para escalar, con agilidad y maestría, ella escalo hasta lo más alto, con cuidado y cautela se asomo por el borde y viendo que ninguno de los dos guardias veían hacia su dirección, ella de un brinco subió. Y sin que ninguno tuviera tiempo de reaccionar al escuchar que algo o alguien cayó detrás de ellos, ambos fueron atacados, siendo golpeados y cortados, hasta que por fin sin tener tiempo de contraatacar, acabaron en el piso dónde fueron rematados con precisos cortes en sus zonas vitales.
Con su trabajo hecho, la vessel estuvo a punto de regresar con los demás, cuando algo captó la atención de uno de sus 5 ojos. Al ver hacia abajo a una dirección concreta, pudo distinguir la silueta de Karu moviéndose con sigilo por el lugar. Algo que no pasó desapercibido para ella, así que se dispuso a seguirlo, pero antes daría aviso a Karn y a los demás. O al menos eso quería hacer ella, ya que justo escucho una voz de un guardia detrás de ella subiendo por la escalera de la torre.
—¡Hey, ya acabo su turno ahora será mejor que....!— Decía mientras subía antes de levantar la mirada y notar que frente a él había una misteriosa figura femenina.
Y en el piso yacían los cadáveres de sus compañeros, antes siquiera de poder dar la alarma o gritar, Akira se lanzó sobre él haciéndole un profundo corte en su cuello, provocando que rápidamente se comience a desangrar. Aunque esto fue efectivo para acabar con su vida, con sus últimas fuerzas el guardia solamente dejaría caer todo su peso hacia atrás. Algo que la vessel no pudo evitar, provocando que su cadáver caiga dentro de una carpa, justo llamando la atención de todos los guardias. Además de que ahí era dónde estaba su hermano para provocar un incendio hasta que esto ocurrió. Ocasionando que el sigilo se tenga que terminar abruptamente por este suceso, y encima que tengan que empezar un combate contra todos los guardias del puesto de avanzada.
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[Horas más temprano]
[En el pueblo de los esclavistas]
Edward examinaba sus posibilidades de salir de aquí con vida, pues prácticamente todo el mundo ahora mismo se había vuelto en su contra, y no tenía como salir de aquí sin pelear; cosa que no sería nada sencilla. Ya que podía ver a algunos murciélagos qué tenían un cuerpo robusto y fornido. Además de que estos no le dedicaban una mirada muy amistosa qué digamos. Así que sin aviso previo, el primer ataque en su contra fue ejecutado por la hembra más cercana a él.
Edward con reflejos rápidos pudo esquivar el golpe, mientras retrocedía a otra dirección, siendo que se quedaba sin espacio para escapar. Y los demás murciélagos no quisieron esperar por sus turnos, así que todos se lanzaron a darle caza a él; haciendo que esquive y tenga que defenderse solo bloqueando todos los ataques qué llegaban en su contra; qué no eran pocos que se digan. Para los espectadores era curioso, divertido y entretenido mirar al macho luchar por su vida contra todos. Gritos y amenazas eran dichas hacia el azulado murciélago por no querer pelear. Entonces algo se le ocurrió en esos momentos, viendo que todos querían matarlo, podía usar esto a su favor haciendo que comiencen a luchar entre todos ellos, así provocando una batalla campal.
Mientras él intentaba escapar, un plan no tan sofisticado, pero para él esto era más que suficiente. Ahora solo tenía que hacer que comience la batalla entre todos. Así que apenas vio que dos machos se le acercaban al mismo tiempo, dejó que el par se le abalancen, pero al momento en el que estos estaban a punto de caer encima de él, se movió a un lado dejando que estos caigan sobre el desafortunado qué estaba atrás suya en esos momentos. Al darse cuenta de su error, ya había sido demasiado tarde, pues en un giro de acontecimientos, la primera muerte no había sido del murciélago azul, sino la de otro macho.
Para el disgusto de Edward, pero igual le funcionó para que todos se dieran cuenta de qué no solo tenían al murciélago azul, sino también al resto de adversarios, así que tras la inteligente jugada del macho de mediana edad, se formó una batalla campal entre todos. Pasando él a ser un segundo plano, dándole tiempo para ver una forma de escapar de este lugar.
Sin embargo justo cuando creía que todo el mundo se había olvidado de él, alguien lo atacaría por la espalda, haciendo que caiga al piso. Al mirar atrás pudo ver a un macho que todo este tiempo estuvo a la espera de que sucediera una riña entre todos para acabar con el murciélago él mismo. Y después ganarse su libertad.
Este atacó de nuevo a Edward, quien se alcanzó a cubrir usando la espada que se le había dado para defenderse, él trataba de dialogar con el contrario, pero a su atacante poco o nada le importaba mucho sus intentos de hacer una tregua. Así que aún en el piso, sabiendo que debía defenderse cómo podía, ya que no podría seguir defendiéndose de este modo. Miró a todos lados. Viendo que no había nada más, o al menos eso creía, ya que pronto se le ocurrió algo más. Agarro un puñado de tierra y se lo lanzó a los ojos a su atacante, esto le dió el tiempo suficiente para ponerse de pie y alejarse.
Notando como poco a poco más y más murciélagos iban perdiendo la vida en este espectáculo retorcido, siendo que los cazadores alentaban para que fuera un combate digno de ver. Algunos todavía peleaban entre ellos, y otros más se dedicaron a hacer equipo para acabar con otros y después irse encima de Edward. A lo cual él trago saliva, pues si o si tendría que defenderse en esta situación de vida o muerte.
Bloqueando primero el ataque de una hembra con su espada y empujándola lejos de él, luego esquivando la caída en diagonal de un mazo de otro macho, para finalmente tener que bloquear tres golpes seguidos con su espada de otro macho. Se notaba que podía defenderse, más no era alguien que quisiera hacerlo para dañar a otros y menos si era a muerte. Y aún así el resto si quería matarlo, por lo cual, continuó esquivando, bloqueando y escapando. Causando algunas risas entre los espectadores al creer que se trataba de un cobarde; cuando estaban totalmente equivocados.
Poco a poco más atacantes se fueron uniendo a esto, haciendo que Edward se comience a cansar debido a como debía defenderse de muchos a la vez. Pues aún no se atrevía a atacar a alguien para matarlo. Solo le hacía una ligera herida para tratar de frenar el avance de sus agresores. Pero ni así veía que estos se rindieran, prácticamente quedando de espalda contra una de las paredes del pequeño coliseo. Rodeado por varios machos y hembras dispuestos a atacarlo.
Edward estaba nervioso, ¿Cómo saldría con vida de esta? Tenía miedo de que de seguro aquí sería su fin, y más porque al no ser alguien que estuviera demasiado comprometido con tener una condición física para el combate, estaba agotado y sabía que no iba a durar mucho más, sus movimientos ya eran algo torpes y si no tenía un respiro iba a morir. Justo en eso, un macho se adelanto al resto, haciendo que el murciélago azul se cubra, pero es lo que su contrincante quería.
Pues en un abrir y cerrar de ojos, cambio la trayectoria de su arma, causándole un corte doloroso en una de sus manos, y otro más profundo en su pecho. Para luego apuñalar a Edward en un costado, esto sin duda había hecho que el miedo se apodere de él, probablemente siendo este su final aquí. Incluso el macho que lo atacó reía de forma victoriosa sabiendo que sería el quién gane su libertad.
El murciélago azul miró hacia abajo, mirando con horror como su costado y pecho sangraban, al igual que una de sus manos. Pero antes de que él macho lo pudiera rematar, las puertas del coliseo se abrieron, llamando la atención de todos, incluso de Edward quién ya estaba sangrando de su boca por la gravedad de las heridas. Para el asombro y confusión de los espectadores. Así como de los propios "gladiadores", la mantis que hace unos minutos estaba sentada al lado de Gareth había entrado cómo si nada. Atrás suyo venía Jeffrey cargando la jaula donde ambas pequeñas estaban. Para que luego las puertas se cierren detrás de ellos.
—¡Se cambia el desafío! ¡Vengan a ver quien se atreve!— Exclamó Mavis con una sonrisa algo grande en su rostro. Desenfundando sus sables de su cintura, al momento todos se quedaron sin palabras.
Pero luego vieron a Gareth, el macho mariposa solo hizo un gesto con la mano.
—Sí es lo que ella quiere adelante— Dijo el macho mariposa despreocupado y sin interés por la contraria. Más si por lo que podría llegar a suceder.
Mavis sonrió al ver cómo todos se olvidan de Edward, y se preparan para atacarla a ella. El murciélago entonces pudo poner sus manos en sus heridas, mientras se deslizaba lentamente por la pared, tosiendo y teniendo dificultades para respirar.
—Ve a ver cómo esta el murciélago, si necesita ayuda médica urgente no dudes en inyectarle lo que te di— Ordenó Mavis a Jeffrey. El mestizo asintió y corrió hasta dónde estaba Edward.
Viendo que era ignorado por todos. Llegando hasta dónde esté estaba, las pequeñas dentro de la jaula comenzaron a buscar desesperadamente cómo salir, al ver al contrario tan lastimado.
Por otro lado Mavis aún permanecía quieta en su lugar, chocando sus sables para provocar a sus enemigos, una gran sonrisa sádica apareció en su rostro en el instante que un ingenuo se lanzó a por ella. Pues con técnica y habilidad, no solo bloqueo aquel golpe, sino también lo desarmo cortando sus brazos para luego apuñalar lo en el pecho y en el cuello, dejando caer su cuerpo inerte al piso, sin haberle dado tiempo de gritar de dolor.
—Que empiece la masacre....— Dijo con voz sombría y tenebrosa.
Pronto la mantis fue la que se lanzó a los murciélagos, soltando una risa algo desquiciada y perversa, comenzando así su camino de matanza y muerte, dejando en claro que ella no era ningún juego o contrincante fácil. Cortando extremidades, cabezas o inclusive siendo capaz de usar a otros como escudos para que reciban todo el daño por ella. Mientras ella disfrutaba de aterrorizar a los murciélagos, Jeffrey ayudaría a Edward al ver que este no podía quedarse así.
De entre sus cosas saco una jeringa qué la mantis le había dado, y con esta misma se la inyecto, haciendo un par de cosas en el murciélago. Primero, su pelaje se erizo, mientras sus pupilas se hacían más finas. Cómo si estuviera en alerta, en segunda, este fue capaz de ignorar momentáneamente sus heridas. Siendo que hasta se pudo poner de pie con algo de dificultad al inicio, y en tercera. Hizo que su ritmo cardíaco se empezará a acelerar. Con esta inyección de lo que aparentemente era adrenalina, Edward se sintió "mejor", al menos siendo capaz de olvidar sus heridas y recuperando algo de energías para poder ayudar a la mantis.
Mientras tanto las pequeñas en la jaula buscaban de manera desesperada salir, así que ante la creciente demanda de libertad, Jeffrey las libero, solo para que estas vuelen en círculos alrededor de Edward. Preocupadas por su salud, pero el macho parecía ignorarlas, para luego agarrar la misma espada que traía hace unos minutos atrás. Aunque algo dudoso si debía ayudar a la contraria o no, pero viendo que ella podía sola al menos por el momento. Él se quedó al margen, para luego darse cuenta de las pequeñas, a las cuales rápidamente abrazo y empezó a darles caricias, mientras las pequeñas murciélagos lloraban de preocupación al verlo lastimado.
Edward trato de calmar a las niñas. Intentando que dejaran de llorar, pese a sus heridas o a que les estaba dejando sus pelajes llenos de sangre, esto era visto por Jeffrey, quién se sintió algo conmovido por la escena. Así que este se le ocurrió ayudar a Edward quitando el bozal qué le negaba poder hablar. Este vio al mestizo una vez lo noto y aunque no confiaba del todo en él, al ser el cómplice de la mantis. Dejo que le ayude, pues ya también estaba harto de este apretado bozal.
—Ya, ya...estoy bien...— Dijo Edward aunque claramente era para calmar al par de niñas que lloraban por él.
Obviamente no estaba bien pues sus heridas aún sangraban. Pero al menos la inyección de adrenalina le había ayudado a no sentir mucho dolor, así que él ayudó a las pequeñas a quitarse el bozal, justo entonces la mantis había acabado ya con todos. Excepto un último macho, siendo este el que había atacado y lastimado de gravedad a Edward. Mavis lo traía arrastrando hacia él, estaba herido y sobre todo tenía miedo de lo que la contraria pudiera hacerle.
Trataba de zafar el agarre impuesto por la garra de la mantis en su oreja. Casi parecía qué se la iba a arrancar si continuaba con sus desesperados intentos de zafarse. Para que al final, lo termine aventando a los pies de Edward. Quién bajo la cabeza y lo miro para luego mirar a la contraria.
—Bueno. Fue una buena masacre, hace tiempo que necesitaba algo así. Sentir la sensación de la sangre recorrer tu cuerpo, los gritos de los enemigos, pelear a muerte. Cuántos recuerdos me traen, y ahora...la última muerte será tuya— Dijo Mavis mientras limpiaba con lujo de detalle y cuidado sus armas.
—¿Qué?— Edward se quedó congelado en su lugar tras escucharla.
—Sí, ya sabes, matarlo. Quitarle la vida, hacer que su membresía en este plano terrenal expire. No sé cómo le llames a la muerte. Pero al menos podrás tener el honor de vengarte— Dijo la mantis bañada en sangre, mientras guardaba sus armas de nuevo.
—¡No por favor, no le hagas caso amigo, yo tengo familia. Amigos e hijos que me esperan en casa!— Rogaba en el suelo el macho herido.
—¿Y acaso tú pensaste lo mismo con él?
Mavis interrumpió al macho, mientras le daba una patada para hacerlo que vuelva a retorcerse de dolor en el suelo.
Mientras tanto Edward. Quién se había quedado quieto analizando la situación, no se podía dar el lujo de acabar con una vida así como así, estaba claro que si a él lo atacaron fue por algo. Una idea de odio hecha por el mismo líder de los cazadores, por una falsa libertad que sin duda ni siquiera iba a llegar. Mavis al ver su duda, sonrió y comenzó a hablar, para intentar convencerlo.
—Oh vamos. ¿No me digas que sientes lastima por alguien que intentó matarte primero? Él ruega por su perdón en el piso, porque sabe que es lo mejor; créeme este tipo siempre son los más tramposos que hay— Dijo Mavis mientras empezaba a dar vueltas alrededor de Edward.
Jeffrey la miraba y observaba de reojo como el macho en el suelo empezaba poco a poco a recuperarse. Mientras tanto también escuchaba a los guardias viniendo hacia acá para poner fin a esto. Edward la escuchaba mientras las niñas se aferraban más al azulado murciélago, al ver a esa intimidante mantis dando vueltas alrededor de ellos. Cómo si fuera una depredadora acechando a su presa.
—Además.... ¿A ti no te gustaría dejar a esas niñas solas o si?— Preguntó Mavis, captando la atención del murciélago, quien la miró con ojos casi afilados.
Mavis sonrió al darse cuenta que había tocado un nervio ahí, así que procedió a sacar un cuchillo de entre sus cosas, para luego ofrecerle el arma cortante al contrario.
—Puedes aquí mismo. Asegurar tu libertad y la de las pequeñas si matas a este macho, o.... Dejar que te ataque por sorpresa cuando menos los esperes, la decisión es tuya— Dijo la mantis con una sonrisa perversa, acercándose a Edward con el cuchillo en la garra.
—Ehhhh... Mavis....— Intentó llamar su atención el mestizo mientras veía cómo las enormes puertas ya comenzaban a ser abiertas.
Edward por otro lado miro el mango del cuchillo, y de reojo al macho que al poder recuperarse y ver la escena. Comenzó a rogar por su vida una vez más, debido a la gravedad de sus heridas. Este no era capaz de ponerse de pie. Mavis sacudió un poco el arma en su garra para hacer que el murciélago decida antes de que se le termine su subidón de adrenalina.
—Última oportunidad murciélago, para este punto deberías saber muy bien que si no eres tú, será él. Así que decide...— La mantis entonces dejó caer el cuchillo en medio de ambos machos, expectante a lo que pasaría, mientras las puertas del recinto al final eran abiertas de par en par, el macho tirado en el piso se arriesgo a agarrar el cuchillo para poder salir de aquí victorioso, o al menos tener algo con que defenderse.
Cuando los guardias se acercaron a la escena apuntando sus armas y ballestas contra la mantis y su mestizo, vieron cómo ella se cruzaba de brazos detrás de la espalda con una sonrisa de satisfacción. Pues delante de ella, Edward tuvo que hacer algo que hace muchos años no cometía.....
Quitarle la vida a alguien más. Las pequeñas niñas miraron con miedo la escena, ya que Edward había agarrado el cuchillo antes que el macho, procediendo a rajarle la garganta con el mismo, para dejar que muera desangrado en el piso.
Sujetando su garganta con ambas manos, intentando parar inútilmente su continua pérdida de sangre.
El murciélago azulado solamente miro la agonía del contrario antes de que sus manos le empiecen a temblar para luego vomitar en el piso debido a la fuerte sensación de emociones que pasaban por él ahora mismo. Acto seguido Gareth llegó acompañado de sus dos escoltas personales, el escarabajo y la hormiga.
—¿¡Qué demonios fue todo este espectáculo eh?!— Exclamó la mariposa macho con una furia increíble debido a todo lo que había ocurrido.
—¿No acaso dijiste que no te molestaba ver un espectáculo entretenido? Yo te di uno, deberías estar agradecido. Fue mucho mejor que tu circo qué te querías montar al querer solo asesinarlo a él— Dijo Mavis mientras señalaba a Edward quién apenas se recuperaba de haber estado regresando su comida.
—¡Pero nunca había alguien interferido de esta manera, cómo tú lo hiciste!— Le recriminó el macho, mientras Mavis solo rodó sus ojos con algo de molestia.
—¿Y eso qué? De todos modos fue todo un espectáculo, para ti, para tus socios y para mí por supuesto— Dijo Mavis con una clara despreocupación al respecto de la gravedad del tema.
El escarabajo dió un paso al frente señalando a Mavis con su enorme arma cuerpo a cuerpo, mientras ella permanecía en su lugar con los brazos cruzados detrás de su espalda como si nada.
—Usted de la orden jefe, y acabo con esta desgraciada....— Dijo el escarabajo, mientras tanto la hormiga se le sumó a él. Pero lejos de apuntar hacia Mavis lo hacía Jeffrey, las niñas y Edward.
Este último siendo quién más mal estaba, no solo por los efectos de la adrenalina, sino por el hecho de que tuvo que matar a alguien. Ahora mismo estaba de rodillas en el piso, con sus manos apoyadas en el suelo.
Jadeando mientras digiere la idea de haber acabado con la vida de alguien más. Gareth miró al escarabajo y luego a Mavis para después suspirar con pesadez, decepción y enojo. Haciendo que sus hombres bajen las armas, para la sorpresa de los mismos.
—No será necesario. Solo limpien este desastre y llévense a ese macho de aquí.
Gareth ordenó con desánimo, mientras se frotaba dos dedos en su frente, esperando que algo así no vuelva a suceder. Sin embargo, Mavis de nuevo lo tomaría por sorpresa al haber lanzado una bolsa llena de Geo a sus pies.
—No, compraré también a ese macho, y de paso pago también por los daños que ocasione aquí.
La mantis entonces con total normalidad pese a las miradas de desconcierto, desconfianza y de enojo que muchos le estaban dando, agarró a Edward para sacarlo de ahí, colocando un bozal y unos grilletes en manos y en sus piernas, para así comenzar a irse de ahí con Jeffrey qué siguiendo su ejemplo hizo lo mismo de ponerle bozal a las pequeñas. Para meterlas de regreso a jaula, apresurando el paso para alcanzar a la mantis, quién se retiraba como la ama y señora del lugar para el asombro de todo el mundo.
—Señor, ¿Acaso no piensa castigar las ofensas de esa salvaje?— Preguntó la hormiga a uno de sus lados. Para lo cual el macho mariposa la volteo a ver.
—Lo dejaré pasar..... Más por el trato que hice con ella, que por gusto. Ahora solo dedíquese a limpiar aquí este desastre, de inmediato....— Dijo Gareth enojado en lo que comenzaba a retirarse también del lugar.
Mientras se iban de ahí, Mavis miró a los guardias que estaban en las enormes puertas de este recinto, ella sonrió en lo que les asentía con la cabeza, y estos le regresaban el gesto. Ya que estos habían sido los mismos que la escucharon hace un día cuando habló sobre la deidad a la cual trabaja ella. Y también habían sido los mismos en dejarla pasar. El destino de Edward y las niñas era incierto con una mantis como ella, aparte, el caos iba pronto a desatarse pues los cuerpos de aquellos que habían muerto en combate hoy, y de aquellos que han enfermado, iban pronto a estar bajo el yugo de la Diosa Polilla de los sueños.....
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[De regreso al presente]
[En el puesto de avanzada]
Karu y compañía habían entablado ya un combate feroz contra los cazadores, él sin una pizca de compasión mataba a los que se cruzaban por su camino. Mientras Alison, que estaba cerca de él, hacía algo parecido. Con una agresividad y ferocidad espantosa para los cazadores menos experimentados.
Por otro lado Ned y Rosa se encargaban de hacer su trabajo, también acabando con quiénes se le crucen por delante, ya que ahora mismo el dúo estaba siendo la contraparte de la vasija y la murciélago, pues mientras unos pelean con mucha ferocidad y agresividad, ellos eran más tácticos y estratégicos, buscando los puntos más débiles por dónde atacar y de ahí sacarle ventaja a sus rivales.
Aunque ellos 4 no estaban solos, ya que también estaban siendo ayudados por Akira desde las sombras; la cuál se estaba encargando de acabar con alguno que otro cazador con ataques sigilosos a corta o larga distancia. Sumándose a la fiesta con sus ataques sorpresa a los que estuvieran más distraídos. Igual llegando a la bulla estarían Karn y todo el resto del grupo.
Quiénes llegaron a apoyar, pero debido a qué ahora mismo la mayoría de los guardias y cazadores habían sido puestos en alerta, era su deber defender el lugar. Así que apenas verlos, fueron a atacarlos, y ellos directamente iniciaron un combate. Dicho combate no les iba a permitir pasar rápido para adentrarse más, pero aún así estarían apoyando a eliminar más amenazas.
Karu ya comenzaba a notar que algo o alguien estaba poniendo la balanza a su favor, pues él notaba como menos guardias y cazadores llegaban para darle problemas. Notando de reojo también una rápida silueta moviéndose entre las sombras, para poder atacar a enemigos desprevenidos por la espalda o mientras estos no estuvieran mirando hacia su dirección.
Igual Alison empezaba a darse cuenta de esto, incluyendo a los mismos atacantes.
Finalmente frente a ellos la vessel se mostró, con esa apariencia tan inquietante y atemorizante que daba por sus 5 ojos, su semblante serio e inexpresivo, su estatura alta, su cuerpo fornido pero elegante y letal, así mismo cómo su aguijón con filo lacerante y con veneno untado en la punta para un efecto más mortal. Aterrizó sobre un cazador y le atravesó su pecho con su aguijón, para luego lanzarle a otro, unas dagas directo a su cabeza.
A Karu esto lo tomó por sorpresa, puesto que no esperaba ver a una de sus hermanas ahí apareciendo de la nada, y mucho menos que se fuera a unir a la matanza de cazadores. Pero no tuvo el tiempo suficiente de reaccionar o decirle algo, pues los cazadores restantes ya comenzaban a aglomerarse alrededor de la carpa más grande, de la cuál saldría el líder de este puesto de avanzada.
Un bicho de aspecto de ciempiés, que apenas vio todo el espectáculo que había sucedido, se enojó con sus subordinados.
—¡El jefe dijo que confiaba en mí, y ustedes bola de idiotas están echando todo a perder, hagan algo y acaben con esta locura!— Exclamó con furia, en lo que zarandea a uno de sus subordinados.
—¡Una disculpa señor, simplemente es que fuimos atacados por dos lados, y no pudimos concretar bien un contraataque!— Dijo un bicho con una armadura algo ornamentada. Al parecer un soldado que habían contratado.
—¡¿Para qué les pagamos a ti y a tus soldados entonces eh?! ¡Da igual, solo acaben con esto sea como sea, maten a todos a excepción de esa murciélago, sin duda eso hará feliz al jefe!— El ciempiés empuja con furia al soldado mientras éste decide volver dentro de su carpa.
Para poder guardar algunas cosas y poder huir del lugar antes de que fuera demasiado tarde. El soldado de aparente rango alto entre los que estaban defendiendo, dió la orden para prepararse para este ataque. Tanto soldados como cazadores que seguían en pie, heridos o en óptimas condiciones le hicieron caso; elevando sus escudos y lanzas para evitar que cualquiera pudiera pasar.
Alison de inmediato junto con Karu quisieron usar sus poderes. Pero se dieron cuenta que los collares que ellos traían en el cuello eran capaces de hacer que no puedan utilizar la Llama escarlata. Así que la manera de entrar en ese aparente impenetrable muro de escudos y lanzas iba a ser difícil, pero Akira permaneció tranquila, tomando incluso el tiempo suficiente para sentarse en el piso cruzada de piernas. Para descansar luego de estar peleando un buen rato. El vessel noto esto justo cuando las dudas y preguntas seguían creciendo. En un abrir y cerrar de ojos, el suelo empezó a sacudirse bajo los pies de los cazadores. Cómo si un terremoto en escala pequeña estuviese ocurriendo justo bajo ellos, en esos momentos antes de que alguien de los defensores pudiera hacer algo, todos serían lanzados al aire con brusquedad al ser atacados por unas raíces que habían crecido y salido de la nada. Y después de eso, él causante de eso sería felicitado por su hermana mayor.
—¡Bien hecho Rae, te dije que guardaría para más adelante, lo hiciste bien!— Dijo Karn felicitando a su hermano menor, con una buena dosis de caricias cariñosas en su cabeza.
Mientras que Rae disfrutaba de este éxito con una sonrisa al ser felicitado por su hermana con esas caricias que también lo ponían demasiado feliz al contenedor. Obviamente estos no venían solos. Ya que detrás de ellos estaban Asher, Amber y el resto del grupo. Ya estaban más que listos para continuar con el combate, los primeros en ver a Karu fueron sus amigos de su grupo de mercenarios. Al verlo, Elizabeth y Frank se alegraron por volver a verle. Además de ellos, la siguiente que se dió cuenta de su presencia, fue Amber que de inmediato fue corriendo hacia él, para lanzarse en un fuerte abrazo mientras empezaba a festejar de que ya por fin lo habían encontrado. Aunque quizá no en las mejores condiciones, pues aún tenían que seguir luchando.
—"¡KARU, NO SABES CUANTO TE HE EXTRAÑADO HERMANO!"— Grito la contenedora mientras abrazaba firme y fuertemente a su hermano.
—"¿Amber?, ¿Qué están haciendo aquí?"— Preguntó Karu mientras le daba un abrazo a su hermana. Aunque estaba muy confundido de que estuvieran ahí.
—"¡Te estábamos buscando por supuesto!"— Respondió Amber con total normalidad. En lo que esquiva una flecha qué iba directo a su cabeza.
—"Pero si yo nunca me perdí o algo así, sólo pasaron algunas cosas que no me permitieron hablar con ustedes"— Dijo ahora Karu mientras bloqueaba el ataque de un cazador.
—¡Bueno, tal parece que es una reunión familiar, pero ahora mismo tenemos unos asuntos más importantes. Así que muévanse y ataquen!— Ordenó Alison al gran vessel, mientras ella se encarga ahora de otro soldado/cazador.
Karu y Amber se miraron mutuamente, y ambos acordaron tener una larga platica de todo lo que les había ocurrido, en el transcurso de su estadía fuera del reino. Mientras tanto con la ayuda recientemente ganada, los cazadores no eran rivales para los vessels y sus nuevos acompañantes, pues todo intento o lucha por detenerlos, fue infructuoso, lo cual obligó a los cazadores a emprender la retirada.
El enorme ciempiés junto a un par de soldados más, intentaría escapar del lugar, sin embargo de nuevo las raíces de Rae lo evitaron al agarrar las ruedas del carruaje destrozando la parte de abajo, haciendo que ellos se caigan y rueden por el piso. A pesar de que todos querían escapar, por algún motivo en particular, Karu y Alison eran los únicos que no dejaban ir con vida a nadie, pues el resto se había quedado para rodear al ciempiés.
Este se levantó con ganas de matarlos a todos por entrometerse dónde no debían, ¿Quiénes eran estos bichos?, ¿Y por qué demonios estarían ayudando a una plaga cómo lo son los murciélagos? No podía ser capaz de siquiera comprender cómo fue que los habían doblegado tan rápido a él y a sus hombres. Por ahora solo se intentó defender sin mucho éxito. Pues apenas quiso atravesar a Rayden con su espada, fue detenido por las raíces de Rae, que lo apretaron fuerte y firmemente sin darle la oportunidad de que pudiera escaparse.
A lo cual con la presión de ser aplastado por las raíces, este poco a poco iba quedando más desfallecido. Antes de que se desmaye o muera, Karn fue la 1era en darle la orden a su hermano para que afloje el agarre y progresivamente vaya liberando al ciempiés. Pero sin dejarlo libre realmente.
—"¡Bueno, ya lo tenemos, ahora solo es saber qué pasó aquí y después nos vamos todos a casa!"— Dijo Amber con un entusiasmo y felicidad explosivos.
Ya que por fin podría irse a casa con su hermano, pero hablando de él, Karu no se encontraba cerca de ellos. Pues había decidido matar a cada soldado o cazador que tenga la desdicha de estar a su alcance. Los despavoridos corrían para diferentes direcciones, esperando poder salvarse. Sin embargo era obvio que no iban a llegar muy lejos, pues poco a poco eran abatidos por el contenedor, o por la hembra qué lo acompañaba. Así hasta al final dejar solo a un cazador vivo, el cuál por pura suerte o milagro consiguió ser él único en escapar del mismo destino que todo el resto. Al haberse escondido bajo un pedazo de tronco muerto. Y debido a que no había sido visto por sus dos perseguidores, fue cómo pudo "escapar".
Pensando que ya habían acabado con todos. Alison y Karu regresaron los demás, una vez en calma era momento de saber que estaba ocurriendo aquí, y porque sus hermanos estaban allí. En especial las que venían desde Hallownest a buscarlo. Todos en esos momentos se reunieron en el centro del destruido puesto de avanzada de los cazadores, quiénes no pudieron hacer nada contra este ataque por dos frentes. Así que apenas lo volvieron a ver, Amber fue la primera en saltar a sus brazos nuevamente, feliz y emocionada de verle. Aquí comenzaron a surgir las preguntas y sobretodo la reunión entre hermanos.
—A nosotras también nos da gusto verte de nuevo. A Hollow casi le da algo cuando tú repentina y misteriosamente dejaste de enviar tus cartas semanales— Dijo Karn, acercándose a él, con paso militar y firme.
—"Je, supuse que a ese cabeza hueca tarde o temprano le daría nervios qué no estuviera mandando una carta".
Karn abrazó también a su hermano y después miro a Alison de reojo, de inmediato su curiosidad se disparó por los aires.
—¿Y ella quién es?— Karn miró a su hermano y de nuevo a Alison con mucha curiosidad.
—"Oh cierto, ella es Alison, es una...amiga que conocí hace poco"—
—Je, diría más conocida que amiga, pero es un gusto...— Dijo Alison haciendo una respetuosa reverencia.
Aunque su reverencia servía para mostrar sus modales, también hizo que se dieran cuenta que tanto ella cómo Karu estaban bañados en sangre que no era la de ellos. Dándose cuenta también, al dejar sus capas algo sucias de sangre, por lo que volverían a lavarlas.
—Vaya que se excedieron...— Dijo Karn algo seria, mirando detrás de ellos.
Viendo el mar de cadáveres que dejaron detrás suyo, Karu y Alison les dijeron que ya les contarían lo que sucedía. Pero por el momento, tenían que ponerse al día de los asuntos. Tras limpiarse y reunirse con los demás, los saludos y reencuentros no se hicieron esperar. Con el vessel una vez más reuniéndose con sus amigos, y con sus hermanos. Saludando de forma cariñosa a ambas partes. Mientras tanto Alison no pudo evitar sentir algo de sorpresa cuando vio a otro murciélago con ellos, Carlos y ella se pusieron a hablar, mientras Alice volaba y jugaba con los dos. Feliz de ver a una de los suyos.
Pero pronto estos encuentros y reencuentros iban a tener que esperar, ya que tocaba el momento de ponerse en contexto a ambas partes. Empezando primero por los que venían a buscar al vessel. Cómo era sabido, Karu había dejado de comunicarse con ellos por medio de sus cartas. Y ante la creciente preocupación de que algo le hubiera sucedido, Hollow había decidido qué lo fueran a buscar y de ser posible traerlo de regreso a casa.
Después del contexto de parte de sus hermanas, tocaba su turno, para lo cuál ni siquiera sus hermanos estaban listos para oír. Karu comenzó contando los momentos después de lo ocurrido al irse de la tribu (omitiendo varios detalles en el camino), llegando a la parte de las pesadillas y de cómo habían sido separados él y sus amigos. Para luego contar cómo se unió a una tropa más por obligación que por el gusto de hacerlo, para finalizar con que fueron atacados y ahora tenían la misión de traer de regreso a los suyos para irse a buscar otro santuario donde pudieran andar en paz y libremente.
—¿Entonces ese lugar del que había oído hablar ya no existe?— Preguntó Carlos con una mueca de desagrado y desánimo.
Alison Suspiro. —Así es, pero no nos vamos a quedar con los brazos cruzados e iremos a buscar un nuevo hogar. Uno dónde no tengamos que huir o tener qué escondernos de los cazadores.
Carlos solo pudo negar con la cabeza, sintiendo una enorme decepción en lo que llevaba una de sus manos a la cara, dejando ver lo frustrado que se veía. Tras su negación inicial, suspiro y decidió que era la mejor carta para jugar. Era dar toda la ayuda posible.
—"Bueno, eso explicaría muchas cosas, aunque aún queda saber, ¿Qué haremos con el ciempiés de por allá?"— Dijo Amber, señalando al susodicho. El cual era vigilado por Rae y Asher, para evitar que este intentara escapar, o hacer alguna tontería.
—"Vamos a sacarle información por las buenas o por las malas"— Respondió Karu, mientras se ponía de pie y caminaba hasta él.
Pero antes de que este pudiera hablar o por lo menos maldecir al contenedor, él le propinó un fuerte puñetazo en la cara, lo que dejó a sus hermanos sorprendidos por la forma agresiva de proceder.
—"Bien imbécil, sé que no vas a hablar por las buenas. Se nota que no eres de ese tipo, así que vamos a tener que entendernos de la mejor manera. Y en una en la que puedas entender..."— Karu preparaba sus nudillos para lo que venía, mientras tanto todos miraban lo que él vessel fuera a hacer.
Por otro lado, desde el mismo lugar dónde un aburrido Bell jugaba con sus patas, acostado boca arriba encima del carruaje. Dentro del mismo, estaba aquel cazador qué a pesar de haber sido golpeado, estaba queriendo escapar pero al estar atado de manos y pies, casi era imposible para él lograr siquiera tratar de deshacerse de sus sogas.
—Puedes intentarlo todo lo que quieras amigo, hice un buen trabajo atando tus manos y pies. Para cuando logres algo significativamente minúsculo, los demás ya estarán de regreso— Dijo Bell, sin tener que ver al cazador.
El cazador ni siquiera le respondió, solo soltó un suspiro de pesadez, sabiendo que el gusano tenía razón, aún si lograba milagrosamente escapar. Tendría que ver la manera de evitar ser atrapado otra vez, y a juzgar por su apariencia y físico, por sus lesiones eso no iba a llegar muy lejos qué digamos.
—Que bueno que lo hayas entendido.
Bell agradeció ya no tener que oírlo tratando de escapar, por lo cual ya podía relajarse un poco más. O eso creía él, ya que de la nada comenzó a escuchar unos ruidos provenientes de unos arbustos, lo cual tanto él como el cazador los puso en alerta. El gusano mestizo solamente se puso en alerta, conjurando algunas dagas de luz, mientras veía a todos lados con temor, ya que siempre iba acompañado por Ned y Rosa. Así que ahora lidiar con un problema él solo, no era como si le diera mucha alegría que digamos.
Pronto los ruidos en los arbustos qué parecían ser un animal pequeño o algo parecido, pronto se detuvieron de golpe, con lo cual Bell no sabía si estaba a salvo, o en peligro inminente. De la nada, sin haberse percatado, una mantis estaba detrás de él, y lo miró con curiosidad antes de ejecutar su ataque. Cuando Bell se dio cuenta del peligro inminente, sólo pudo darse la vuelta para verse cara a cara con esta mantis. Quedando inmovil de inmediato, con lo cual él no supo que hacer al instante, pero sin duda sabía que no iba a ser la cena de nadie.
–
[Mientras tanto en otro lado]
Los Lords y su expedición había avanzado de lugar y ahora se preparaban para la llegada de los refuerzos, por lo que Abdul les había contado, al parecer los hermanos de Karu ya venían en camino. Así que iban a esperar un poco para su llegada, y si en un día no estaban ahí, iban a atacar con fuerza el lugar. Aunque por algún motivo algo en el aire les hacía saber a los Lords qué quizá esto no iba a ser tan sencillo cómo ellos creían qué iba a ocurrir. Puesto que iban a tener que luchar no solo contra los cazadores que protegían a Mavis, sino también contra las abominaciones de la susodicha, solo que estás aún esperaban pacientes el momento indicado.
Pues del otro lado a dónde estaba un gran campamento mantis oculto, aquí se podía ver que escondidos entre toda la maleza y vegetación, los discípulos y los dos Tremors observaban con atención el lugar frente a ellos. Karius y Lerdnar solo esperarían a la orden de Mavis para dar comienzo a lo que sin duda seria una completa carnicería. Mientras tanto en la enfermería del poblado, los infectados ya eran muchos y solo era cuestión de muy poco tiempo para que todo esto fuera a irse por el caño.
Palpable en el aire, se podía notar una densa niebla de vapor amarillo/naranja, el miasma infectaba a cada bicho que esté a su alcance. Mientras que cierta mantis desde su habitación que le habían dado, podía sonreír a la espera del momento indicado para dar comienzo a un caos y descontrol digno de libro de terror. Acariciando su collar con cuidado, sabiendo que pronto podría moverse de sitio ya con una nueva serie de sujetos de prueba, además de claro. Satisfacer los deseos de su Diosa y proveedora.
Solo tenía que esperar, de reojo dirigió la mirada a la mesa de su habitación dónde había dejado descansar a un Edward desmayado y herido, mientras encima de él dormían las pequeñas. Al sentirse algo generosa, les había dejado acompañar al macho mientras lo curaba de sus heridas. Ahora solo había que esperar a muchas cosas, y ver lo que iba a suceder con este lugar dentro de muy poco.....
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¡Hola! Gracias por quedarte hasta el final de otro capítulo más de Karu, sin duda esta temporada ya está a punto de acabar así que estos últimos capítulos van a estar llenos de acción y muchas cosas interesantes que se que les van a gustar.
Pero bueno como siempre un amigable recordatorio mío, si les gusto el capítulo no se olviden de votar y comentar que tal estuvo al igual que si les gusta la historia la puedan compartir con sus amigos y conocidos.
Ya sin más que decir yo me despido de ustedes hasta aquí.
¡¡Hasta la próxima!!
Posdata: Este capítulo fue actualizado.
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