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Haciendo Amigos

El recorrido de Karu había sido algo largo, y eso que aún no llegaba a la superficie, de la cual había oído poco, pero era algo que le causaba mucha curiosidad. Quería saber como era la dichosa superficie, ¿Sería más o menos intrigante que las cavernas de Hallownest?, ¿Cuántas cosas nuevas tenía por ofrecer?, ¿Y que tipo de misterios podría ocultar?.

Estas y más preguntas pasaban por la cabeza de Karu, ya había pasado por un páramo helado y frío, en donde el viento no perdonaba ni el más mínimo error, tenía suerte que el hubiera tenido a la mano su capa, que sino hubiera terminado congelado como otros bichos. En estos paramos no había mucho que ofrecer, solo un par de cosas como los cadáveres de los bichos que murieron congelados al intentar llegar a la superficie. También uno que otro campamento destrozado y abandonado. En los cuales pocas cosas encontró y ninguna era de valor o que le pudiera ser de utilidad.

Pero tras un largo rato, Karu dejo atrás aquel páramo y empezó a adentrarse en una especie de desierto de arena roja, esto era muy curioso para Karu el  cual nunca había visto anteriormente arena. Como un niño pequeño, el vessel se divirtió un rato con la arena, y tras un rato de diversión infantil en la cual descubrió una forma adecuada para jugar con la arena continuo su camino por aquel desierto.

Este bioma era mucho más distinto que el anterior, el calor se notaba bastante, y aquí habitaban algunas criaturas peligrosas. Más de una ocasión una especie de gusano no pensante intento comerse a Karu saliendo del suelo. Claramente estas criaturas representaron una amenaza para Karu en más de una ocasión. Ya que lo atacaban en manada

Cuando una criatura salió de debajo de la tierra para atacar a Karu, el la esquivo para después enterrar su aguijón muy profundo dentro de la gruesa piel de esa criatura, para después sacar su aguijón haciendo un rápido y mortal corte hacía abajo matando así a la bestia que lo había atacado. Es así como el vessel estuvo muy ocupado rodando, esquivando y contraatacando a varias de estas cosas incluso hubo un momento en el que casi atrapaban a Karu con la guardia baja y despistado; más he aquí de milagro esquivo el ataque para continuar matando al resto de las criaturas, al verse superadas por el contenedor emprendieron su retirada bastante enojadas y reducidas en número.

Karu limpio la sangre de su aguijón sacudiendo un poco su arma para después continuar caminando, dejando atrás los cadáveres de varias de las bestias subterráneas que lo habían atacado.

Ya con un camino más tranquilo el vessel se encontró un campamento abandonado para descansar durante la noche, si es que podía llamar así este momento ya que la caverna se veía más oscura. Karu decidió irse a dormir aunque teniendo sus precauciones al no saber que podía habitar en esas arenas; apenas se comenzó a iluminar un poco la caverna retomo su viaje.

Y tras caminar durante un buen tramo, llego ahora a una parte de la caverna que estaba inundada, hubiera sido difícil avanzar por esta parte pero por suerte en el techo habían una especie de bacterias que iluminaban el camino con luz fosforescente esto le facilito el camino a Karu haciendo que pudiera atravesar esta parte de la caverna con facilidad, aunque ahora tocaba quizás la parte más difícil de todas, subir un camino que para nada lucía seguro al estar empinado y tener rocas que en cualquier momento podrían ocasionar un deslave.

Karu tuvo que subir con cuidado, pues el terreno no era el mejor para que se pudiera caminar sobre este, como podía el vessel se las apañaba para conseguir subir hasta arriba, teniendo cuidado de no pisar erróneamente ya que podría terminar ocasionar un deslave lo cual era lo último que el quería.

Después de unos largos y estresantes 15 minutos para Karu, sus esfuerzos finalmente valieron la pena y pudo alcanzar la cima del camino, el vessel se dió la vuelta para admirar su trabajo se le notaba cansado pero sin duda estaba feliz de haberlo conseguido, después regreso su mirada a algo que le llamo mucho su atención, llego a una parte en la cual había una gran entrada por la que entraba mucha luz, dicha luz era cegadora.

El vessel se fue acercando a la entrada de donde venía tanta luz, conforme fue avanzando la potencia de la luz lo cegó por unos instantes, así que puso sus brazos delante de su rostro mientras aún seguía caminando, algo notable para el es que además de ser más potente la luz en esta parte, también por alguna razón empezaba a calentar su cuerpo como si estuviera cerca de alguna fuente de calor.

Cuando la luz ya no lo cegaba tanto, Karu se quito los brazos de la cara y al hacerlo quedo impresionado y maravillado con lo que sus ojos estaban presenciando, un paisaje completamente nuevo en el cual muchas cosas eran nuevas para el, el vessel de inmediato supo que había llegado a la superficie porque lo que estaba viendo no lo encontraba por ninguna parte, tomando confianza empezó a caminar admirando toda la belleza de sus alrededores.

Habían muchas cosas destacables de la superficie, la primera y la más notable al menos para Karu, era la presencia de una biodiversidad pues habían árboles de todos tamaños, también muchas plantas, flores, flora e incluso fauna que nunca antes había visto. Por razones de lógica y sentido común mantuvo su distancia al no saber que era peligroso y que no, quizás después lo podría investigar pero no ahora, mientras caminaba al ver tanto árbol a su alrededor no podía dejar de pensar en su madre, la Dama Blanca le entristecía saber que no la vería pero al menos después de un tiempo podría contarle de su viaje por la superficie.

Aunque mientras iba metido dentro de sus pensamientos, pronto algo lo regreso a la realidad y ese algo sería el ruido de una batalla en un camino paralelo al suyo, por pura curiosidad el vessel se acerco a espiar que estaba ocurriendo. Se escondió detrás de unos arbustos para ver con seguridad lo que ocurría.

Karu mientras estaba escondido pudo ver una batalla brutal entre hormigas y cucarachas, siendo las segundas las que tenían más presencia en este campo de batalla; en el piso yacían tirados varios cadáveres por ambos bandos aunque siendo notable la abundancia de cuerpos de hormigas.

Para el vessel esto era curioso, algo inesperado de ver por aquí ya que el no pensaba que fuera a ver una batalla tan encarnizada por ambos bandos, y si había algo que destacar era la fuerza de voluntad de las hormigas para seguir luchando, en especial por una que pese a su estatura algo baja era una amenaza para las cucarachas.

–¡Sigan peleando, estos bastardos infelices no van a llevarnos así como así! ¡Mientras aún puedan seguir de pie, seguirán luchando!– Grito ese hábil guerrero hormiga.

El guerrero rodó hacia un lado para después girarse con agilidad para cortarle una pata a una cucaracha la cual cayó al piso gritando de dolor, aunque sus gritos no duraron demasiado cuando la espada de la hormiga macho le atravesó la boca. Luego otras dos cucarachas trataron de encararlo, pero he aquí el guerrero detuvo el golpe de la espada de uno de los dos soldados enemigos, seguido de hacerle un profundo corte al otro soldado cucaracha en la parte de su estómago, haciendo que se sujete la herida para que sus entrañas no se salgan de su cuerpo. Antes de que el otro soldado pudiera reaccionar, la hormiga le había atravesado el estómago con su espada para finalmente rematarlos a ambos una vez estuvieran en el piso sin la posibilidad de hacer algo.

–¡Desgraciado, vas a pagar por lo que le hiciste a nuestros compañeros!– Grito una cucaracha mirando al macho hormiga.

Karu se veía impresionado y un tanto fascinado por la forma de pelear del macho hormiga, sin duda era increíble ver todo esto y a pesar de no saber porque se estaban peleando el se mantenía atento a todo lo que pasaba, pero debido a que se había despistado por la pelea su peso empezó a recaer sobre el así que sin poder evitarlo cayo fuera del arbusto, unas hormigas y cucarachas lo vieron al principio no sabían que hacer porque seguían luchando entre ellos.

Para cuando el vessel se dió cuenta de que ahora era el nuevo centro de atención, rápidamente busco su collar y también su sello que le dió Hollow, al encontrarlos rápidamente se puso el collar pero antes de poder explicar lo que sucedía unas cucarachas tuvieron el mal entendido de no saber que Karu no estaba involucrado, lo comenzaron a atacar mientras el esquivaba los ataques con facilidad, no quería atacar porque eso no sería lo correcto y más tomando en cuenta que ni siquiera estaba involucrado en todo esto.

Esperaba a que su collar pudiera solucionar todo el problema junto al sello, pero para su mala suerte las descaradas cucarachas le rompieron su sello haciendo que oficialmente Karu no se pueda librar de los problemas diciendo que es miembro de la familia real de Hallownest.

–"¡Ese sello era único, ahora verás maldito idiota"– Dijo la voz sintética del collar de Karu mientras el vessel tomaba su aguijón de su espalda.

El macho hormiga al ver que ahora se les unía una especie de escarabajo cornudo, decidió aprovechar esta ayuda tan inesperada ya que los números de las hormigas habían bajado demasiado, muchos estaban muertos y otros tantos eran aprisionados por las cucarachas haciendo enojar al guerrero, con los pocos que quedaban en pie y con la ayuda del misterioso escarabajo alto ellos estaban manteniendo a raya a las cucarachas.

A lo lejos una hembra mantis observaba todo, y a su lado se encontraban algunos oficiales cucarachas. Los cuales también veían la batalla desde la distancia.

–¿Y bien, qué haremos? Es obvio que no podemos arriesgarnos a perder a más de nuestros hombres nos quedaremos sin recursos a este punto.– Dijo uno de los oficiales mientras veía a la mantis.

La mantis lo miro con seriedad para después regresar su mirada hacia el campo de batalla, una sonrisa algo malvada apareció en su rostro mientras los oficiales la veían sin entender nada, al final entendieron la macabra sonrisa de la hembra, al igual que ella unas sonrisas malvadas aparecieron en sus rostros.

Cuando la victoria parecía cerca para el grupo de guerreros, el piso empezó a retumbar haciendo que todos se miren entre si, sin entender que estaba pasando. Entonces entendieron que estaban en problemas cuando vieron como una cucaracha el doble de grande y ancho del escarabajo que los estaba ayudando había hecho acto de presencia, trayendo consigo una extraña armadura de metal que tenía muchos tubos sobresaliendo de sus brazos conectando con su espalda y su pecho. Su rostro estaba oculto detrás de un casco y solo se veía un brillo amarillo/anaranjado que no le daba buena espina a Karu, aparte de eso también traía un gran mazo de cabeza plana.

Todos se quedaron quietos esperando a ver quien era el que lanzaba el primer golpe, una hormiga fue el primero en atacar para su bando pero para su mala suerte la cucaracha como si nada lo repelió y de paso también lo aplasto con su mazo acabando con su existencia en este mundo de una manera algo grotesca y para nada bonita.

Obviamente tras ver esto todos los combatientes empezaron a idear un plan, primero que todo trataron de hacerle daño al aventarle algunas lanzas que habían entre los cadáveres, pero estas rebotaban contra el cuerpo blindado de la enorme cucaracha de extraña apariencia. Cuando este plan sin duda salió como todo un fracaso intentaron pensar en otro, más he aquí ya no pudieron porque el fuerte rugido bestial de la cucaracha los alerto de que ya estaban en graves problemas.

Como un tranvía de carga, la enorme cucaracha embistió al grupo haciendo que algunos salieran volando y de que otros terminaran muertos u heridos.

A Karu no le daba buena espina atacar a la cucaracha, menos al no saber cual era su punto débil así que solamente intento herir a la cucaracha, pero la cucaracha tenía una fuerza bruta superior a la suya y aparte pese a lo pesada que parecía ser su armadura se movía algo rápido impidiendo que el vessel pudiera siquiera hacerle cosquillas. Al final la cucaracha con un fuerte golpe de su maza en el piso, termino por generar un pequeño temblor que desequilibro a todos en un radio de 15 metros.

Para cuando Karu quiso levantarse fue muy tarde pues la cucaracha le dió un manotazo que la mando a volar hasta estrellarse con árbol, el golpe fue tan fuerte que incluso empezó a sentir como perdía el conocimiento, lo último que vio antes de caer desmayado fue a las hormigas siendo abatidas finalmente por la enorme cucaracha.

En la lejanía la mantis sonrió por el triunfo de su creación y solo ordeno que metieran a los que quedaran vivos dentro de unas cajas metálicas en unos carruajes, los oficiales cucaracha le hicieron caso empezando a ordenar que subieran a todos los sobrevivientes a los carruajes porque ahora serían sus nuevos prisioneros.

[2 Horas después]

El vessel parpadeo varias veces, aún se encontraba algo adolorido por el golpe al menos su máscara no presentaba daños graves y podía andar con normalidad, cuando finalmente se pudo recuperar Karu noto que iba dentro de una especie de celda encima de un carruaje.

Miro a todos lados encontrando que no iba solo sino que también habían varias hormigas con el, incluído aquel guerrero hormiga que era demasiado bravo, tanto así que estaba retando a los guardias porque estos estaban tocando sus cosas, las de sus compañeros y también las suyas propias, de inmediato el vessel toco su cuello y se alegro de sentir que ahí seguía su collar, al menos podría comunicarse sin tanto problema.

Al menos ahora podría comunicarse, el regreso su mirada al macho hormiga porque este no paraba de lanzar todo tipo de adjetivos calificativos para nada agradables a las cucarachas, incluso también los insultaba por estar tocando sus cosas, pero las cucarachas decidieron no prestarle atención por más que el les gritaba.

–¡No toquen mis cosas malditos idiotas las van a llenar de gérmenes!– Grito el guerrero hormiga mientras golpeaba los barrotes de metal de la jaula.

Obviamente los guardias solo se reían de el mientras aún jugaban con sus cosas, esto solo hacia enojar aún más al guerrero que ya quería hacer pagar a estas cucarachas por poner sus sucias manos sobre su preciado equipo.

Karu rodo los ojos para después ver si había una manera de escapar, con su sello previamente roto en la batalla ahora ya no podía aplicar la diplomacia política. Vio bien toda la celda y noto que no había manera de escapar, ya que apenas se daba cuenta de que estaban encadenados en fila, el estaba encadenado con algunas hormigas heridas y también con un cochinilla que iba muy callada pero sobretodo que también iba muy triste.

Al darse cuenta de esto Karu trato de preguntarle a la cochinilla si todo estaba bien, aunque dadas las circunstancias nada realmente estaba bien para ninguno de los que iban a bordo de ese carruaje dentro de la celda.

–"¿Todo bien señorita?"– Pregunto Karu mientras veía a la cochinilla con atención.

La cochinilla lo miro para después suspirar triste y negar con la cabeza.

–No nada aquí esta bien, se suponía que yo decía estar con mi familia en Pharloon pero mírame, aquí estoy atrapada por las cucarachas. Ni siquiera debería estar aquí, me capturaron así sin más solo porque me vieron caminando por un sendero.– Dijo la cochinilla algo triste de tener que ir en ese carruaje.

Karu trato de animarla, pero no se le ocurría alguna manera de hacerlo y menos por la situación en la que ellos se encontraban. Por otra parte el guerrero hormiga finalmente se dió por vencido, no le iban a hacer caso así que solo se conformo con mandarlos al diablo al gritarles una fuerte palabra seguido de sacarles el dedo de en medio a los dos guardias los cuales solo se rieron del guerrero.

Una vez se dió la vuelta para tallarse la cara con sus manos encadenadas, el miro a la cochinilla y después al vessel algo le decía que entre los tres podían idear un plan para escapar de ahí. Así que se inclino y  les hablo a los dos para que también se acerquen a el.

–Oigan, necesito que se acerquen a mi.– Dijo el macho hormiga hacia Karu y a la cochinilla.

Ellos dos se miraron un tanto desconfiados, pero al final aceptaron y se acercaron al guerrero hormiga de baja estatura, querían ver que era lo que les diría aquel macho.

–Bien, no tenemos demasiado tiempo así que seré corto y concreto. Tenemos que hallar una forma para escapar de esta celda porque no creo que nos estén llevando a tomar el té con ellos.– Dijo el guerrero hormiga haciendo que la cochinilla diga algo.

–¿Tan siquiera te das cuenta de la gravedad del asunto? Estamos encadenados, y también somos vigilados hasta con el más mínimo cuidado, dudo mucho que podamos escapar por nuestra propia cuenta.– Dijo la cochinilla mirando con seriedad al guerrero por no pensar en eso.

–¿Y crees que no lo tenía previsto antes? Solo necesitamos de una distracción para poder escapar.– Dijo el macho hormiga para después mirar a Karu.

Al vessel le pareció algo raro que el macho se le quede viendo, más he aquí entendió que el podía ser la distracción, no es por decir que no quería pero nego con la cabeza la idea que tenía el guerrero.

–"Lo lamento pero no pienso servir como la distracción, no sirvo mucho para eso y además dudo que ella o que tu puedan hacer algo. No quiero sonar algo mal pero...no creo que dos pequeños puedan elaborar un plan de escape".– Dijo Karu haciendo enojar un poco a la cochinilla y al guerrero hormiga.

Al darse cuenta de su error, el solo levanto sus hombros, y mientras continuaban hablando no se dieron cuenta que entre la maleza y la flora del sendero que seguían habían unos cuantos movimientos que nadie podía notar, o eso creían.

Quien dirigía el desfile de carruajes era aquella mantis que ahora estaba con su cuerpo oculto por una gran túnica con capucha, al notar la presencia enemiga antes que el resto, ella mando a dar una orden muy clara.

–¡ATENCIÓN, NOS HAN INFORMADO QUE TENEMOS QUE QUEDARNOS AQUÍ ASÍ QUE VAMOS A ESPERAR A QUE NUESTROS SUPERIORES REGRESEN!– Grito una cucaracha que informaba de las noticias.

–¿Que, porque?– Pregunto otra cucaracha.

–No lo sé simplemente nos han pedido que esperemos, dijeron que no iban a tardar demasiado.– Dijo la misma cucaracha mientras seguía pasando la voz.

Aunque sin saberlo, habían sido abandonados a su suerte por los oficiales, la mantis y la enorme cucaracha que solo seguía las órdenes de la hembra. Así que sin saberlo eran entregados como la carnada perfecta a sus enemigos.

Y mientras vessel, hormiga y cochinilla discutían acerca de como escapar y también de que la estatura no importaba, un repentino sonido de un cuerno de guerra hizo que todos se pusieran en modo de alerta, de la nada y sin previo aviso un ataque mantis comenzó con las fieros guerreros saliendo por ambos lados del camino ocasionando una emboscada que era imposible de repeler.

–¡NOS EMBOSCARON!–

–¡EMBOSCADA!– Grito una cucaracha que se encontraba hasta lo más atrás del desfile de carruajes.

Las cucarachas trataron de defenderse pero poco o nada podían hacer contra esta repentina emboscada tan bien planeada por las mantis, ya que los soldados cucarachas pese a estar luchando eran atravesados, desmembrados e incluso decapitados por la fiereza de los guerreros y guerreras. Mientras tanto dentro de las jaulas, algunos tenían miedo de que esta emboscada ahora sea para convertirse en la cena de alguien más, pero otros querían creer que las mantis los iban a salvar, pero esta parte era en minoría mientras que el resto sin duda si estaban aterrados.

De entre la variedad de guerreros y guerreras que había, una destacaba del resto por la forma de moverse, incluso también por sus reflejos, sus contraataques y sus poderosos ataques eran más que suficientes para acabar con cada cucaracha que se cruce en su camino, a su lado otro guerrero mantis se abrió paso hasta la jaula en donde estaba el macho hormiga, la cochinilla y Karu. Abatió al guardia que tenía las llaves y se dirigió a abrir su celda.

–¡Bien seré breve tienen dos opciones, ayudarnos a matar a los que quedan o seguir a los nuestros hasta una zona más segura, pero decidan rápido!– Les dijo apresurado el macho mantis para después abrir la puerta de la celda lanzando las llaves al interior.

Después de eso regreso a la batalla, sin dudarlo ni un momento el macho hormiga tomo las llaves liberando primero a los heridos, luego a la cochinilla, seguido de Karu y al final el, al salir de la jaula en la que estaban, la cochinilla se fue a la supuesta seguridad lejos del conflicto y se llevo a los heridos para que pudieran ser tratados mientras que el guerrero y el vessel se quedaban a pelear con las mantis.

Tomaron sus cosas de un montículo de cosas apiladas y se fueron a combatir a las últimas cucarachas que aún quedaban en pie que realmente ya solo eran un pequeño puñado. Karu se percato que la mantis de hace rato estaba a punto de ser atacada por la espalda por una cucaracha, el ya iba a ayudar pero se sorprendió al ver como la hembra sabía de la presencia de dicha cucaracha pues giro el filo de su lanza al lado contrario, y haciendo un hábil y ágil movimiento dejo a la cucaracha atravesada por su lanza mientras a la otra cucaracha con la que peleaba le quito su arma con una serie de golpes para finalmente matar a la cucaracha con su propia arma y enseguida de eso tomo su lanza del cadáver de la otra cucaracha.

Karu había quedado tan impresionado con las habilidades de la mantis que no se dió cuenta que se quedo quieto y distraído en pleno campo de batalla, reacciono al último segundo cuando una cucaracha trato de atravesar su abdomen con una espada, desviando al ataque con su aguijón para después hacer un rápido y profundo corte en la garganta de la cucaracha acabando de esta forma con su vida aunque con una muerte lenta y quizás demasiado violenta.

Cuando la batalla acabo con la última cucaracha en pie siendo asesinada todos decidieron seguir a las mantis ya que por así decirlo estas los habían obligado a hacerlo y se rehusaban podían acabar igual que las cucarachas. Karu junto al guerrero hormiga caminaron con las mantis hasta que llegaron a un camino en el cual las mantis al parecer atendían a los heridos y también daban unas raciones para los bichos e insectos que quisieran irse por su cuenta.

El vessel vio como la cochinilla ya traía puesto un pañuelo rojo mientras que el macho hormiga se había puesto de nuevo su capucha y ahora tenía su escudo y su espada de regreso. Y el al menos ya también contaba con sus cosas.

Viendo bien la situación tal parecía que las mantis los estaban ayudando, y no se querían comer a nadie o eso querían creer todos los presentes, pero hasta el momento nada olía mal para todos los que estaban allí. Unas mantis repartían lo que parecían ser unas pequeñas provisiones para los que se querían ir, mientras los que no podían porque no querían irse o los que estaban heridos estaban formados en fila detrás de otras mantis.

La misma mantis que Karu había visto antes paso a su lado haciendo que se note que por esta vez era la mantis quien se llevaba el estatus de la más grande porque superaba al vessel en estatura por al menos unos 10cm.

La hembra paso de largo al vessel y al guerrero hormiga solo para acercarse a la otra mantis que estaba repartiendo las provisiones a los bichos e insectos que se estaban yendo; Karu y el macho se acercaron para escuchar de que hablarían esas dos mantis.

–¿Como vamos Zack?– Pregunto la hembra hacia el macho encargado de entregar las pequeñas bolsas de provisiones a los bichos e insectos que se iban.

–Pues bueno Zafiro, un buen puñado de bichos e insectos ya se fueron pero otros decidieron quedarse porque querían o porque los obligamos por sus heridas. El primer grupo ya se fue ahora toca el de nosotros.– Dijo Zack mencionando finalmente el nombre de la misteriosa Mantis.

Karu miro a Zafiro y por alguna razón que no entendía se empezó a sentir de una manera extraña era inusual para el sentirse así cuando veía a alguien, y ahora no sabía que hacer ante las nuevas y extrañas sensaciones que estaba experimentando.

Al vessel y al macho hormiga se les unió la cochinilla que traía consigo un bolso idéntico al de Karu solo que mucho más grande y ancho, y este era así porque ella guardaba muchos libros para leer y también traía una gran libreta en la que anotaba cosas, pero no era un diario, solo una libreta de anotaciones.

–¿Que están haciendo?– Pregunto la cochinilla mirando a los dos machos a su lado.

–Pues nada, escuchando de que van a hacer con nosotros que si te soy sincero no soy mucho de confiar en mantis. Así que yo en caso de dudas me mantendría alerta.– Dijo el macho hormiga para mirar a la cochinilla.

–¿Y entonces ya nos tenemos que ir?– Pregunto Zafiro mientras veía a Zack

–Bueno, creo que ya todo ha de estar listo para regresar a la tribu así que, ¿Porque no te adelantas tu y unos cuantos bichos e insectos que se quedaron? Nosotros te alcanzamos en la tribu, aún tenemos que recoger los carruajes de las cucarachas.– Dijo Zack haciendo que Zafiro asienta con la cabeza.

–Está bien, te veo en la tribu, pero más te vale que no me dejes como la niñera de todos estos bichos porque sino te voy a romper tus malditas antenas, ¿Me oíste imbécil?– Dijo Zafiro con un tono molesto mientras amenazaba a Zack.

El susodicho rodó sus ojos para solo hacerle una seña con su garra de que no se preocupe, obviamente la hembra al ser una mantis era un tanto...tosca por así decirlo, no era sorpresa de nadie que ella de forma algo agresiva llamara a un grupo de bichos e insectos a seguirla.

–¡Muy bien, escuchen esto porque solo pienso decirlo una vez, yo voy a llevarlos a la tribu, pero más les vale quedarse callados y también procurar no sacarme de mis casillas o sino les daré una buena golpiza. Así que si no tienen dudas que bueno, y si las tienen lo lamento pero ya nos vamos, así que andando muevan todos el trasero!– Dijo Zafiro mientras comenzaba a guiar a su grupo hacia la tribu.

Karu avanzó junto al macho hormiga y la cochinilla la cual no se despegaba de ellos aunque no los conociera del todo, a lo mejor se sentía segura con los dos a su lado. O solo se quedaba a su lado por pura alevosía y ventaja.

Mientras caminaban juntos, y algo callados siguiendo a la mantis al macho hormiga se le ocurrió que era un buen momento para presentarse ante Karu ya que en todo este tiempo no sabía ni como se llamaba el vessel, y mucho menos la cochinilla.

–Bueno ya que nosotros al parecer nos "conocemos" un poco mejor que los demás, ¿Que les parece si decimos nuestros nombres?– Dijo el guerrero hormiga a lo cual Karu y la cochinilla aceptaron.

–"Creo que debería ir yo primero, me llamo Karu, es un gusto poder conocerlos"– Dijo el vessel mientras sonreía mirando al macho hormiga y a la cochinilla.

–Buen nombre muchacho, ahora es el turno de nuestra amiga ermitaña de los libros, ¿Cómo te llamas?– Dijo el macho hormiga mirando a la cochinilla.

–Me llamo Tek y aunque tenga tantos libros tampoco me la paso de ermitaña.– Dijo la recién nombrada Tek, la cual se cruzo de brazos con semblante serio por lo que dijo el guerrero.

–Ya lo veremos, y ahora me toca a mí, su servidor, me llamo Kamikaze y antes de que lo piensen; no ese no es mi verdadero nombre pero así le gusta a todos llamarme.– Dijo Kamikaze presentándose oficialmente ante sus dos acompañantes.

Una vez los tres sabían sus nombres comenzaron a charlar y hablar un poco más, olvidando por completo que hace unos minutos atrás venían peleando por una situación tan absurda como lo era la estatura, sin embargo a cierta mantis le empezó a caer mal escuchar tanto ruido cuando claramente les pidió que se quedaran callados durante todo el camino, ella se detuvo y se dió la vuelta bruscamente haciendo que los que veían hasta adelante se quiten del camino dejando pasar a la molesta mantis que daba miedo verla así toda molesta.

Llego hasta donde estaban Karu, Kamikaze y Tek hablando y solo les regaño por desobedecer lo que ordeno momentos atrás cuando apenas habían comenzando a caminar rumbo a la tribu de la que ella era miembro.

–¿¡Que acaso no escucharon cuando les dije que los quería bien callados?!– Exclamó Zafiro bastante enojada con los tres.

Tek salto del susto, Kamikaze se puso serio y Karu se había quedado admirando a la mantis, por alguna razón que desconocía se sentía raro cuando ella se acercaba o les hablaba, no lo lograba comprender pero al saber que la hembra estaba muy enojada con ellos tres, trato de concentrarse en algo que no fueran esas extrañas sensaciones. 

–¡Si los vuelvo a oír hablando juro que les voy a dar un castigo ejemplar para que todos los demás entiendan que esta prohibido hablar!– Dijo Zafiro la cual ya casi quería gritar, pero no hacía falta porque con solo levantar su tono de voz ya daba miedo.

–Oh tienes razón creo que debemos callarnos, estamos haciendo tanto daño que a la pobre mantis ya se le están cayendo las antenas del dolor, ¿Quieres que te sobe tus antenas antes de que te sigan doliendo más?– Dijo Kamikaze con un tono de burla hacia la mantis.

Todos esperaban que este fuera el fin de Kamikaze, más he aquí Zafiro solo gruño y continuo guiando el camino, obviamente Karu como Tek lo regañaron por haber desafiado a la mantis, era algo que no debían hacer si querían continuar con vida.

Una vez más tranquilas las cosas continuaron avanzando hasta que Zafiro se salió del sendero y todos un tanto confundidos la siguieron ahora entre la maleza y se dieron con la sorpresa de que llegaron a otro camino pero más oculto que el anterior, incluso aquí se notaba la presencia de algunas cosas que marcaban el inicio del territorio mantis, y esas cosas eran varias lanzadas clavadas en el piso, en la punta de estas se encontraban algunos cráneos de diversas criaturas que habían cazado, esto le daba un toque algo tenebroso al camino que ahora estaban recorriendo.

Caminaron un rato por dicho sendero, hasta que llegaron a una cueva que tenía más antorchas iluminando por dentro como por fuera; el grupo avanzo mientras seguían de cerca a Zafiro, la mantis caminaba con confianza por el estrecho camino de la cueva mientras las antorchas metidas en unos recipientes metálicos dentro de algunos huecos de las paredes.

Por su parte los bichos e insectos no se sentían del todo seguros aquí pues la luz pese a no ser escasa, hacia algunos juegos de sombras aterradores; cuando la mantis se detuvo todos los que la venían siguiendo también lo hicieron, todos miraron con curiosidad porque se detuvieron y entendieron el porque, delante de ellos había un puente colgante de madera que era para que solo uno por uno fueran pasando por dicho puente.

La mantis se giro a ver a los bichos e insectos, en esos momentos ella dijo algo que sin duda debían tener en cuenta todos si es que querían pasar a salvo por el puente.

–Muy bien hemos llegado al puente que conecta a mi tribu con el resto del mundo, así que más les vale esperar su turno para pasar y por supuesto no mirar abajo. No es una caída muy linda que digamos, así que si quieren ir al otro lado simplemente tienen que pasar uno a la vez, ahora muevan el culo que tengo hambre y quiero comer algo, sino ustedes se harán mi cena.– Dijo Zafiro yendo como la primera en cruzar el puente.

No fue mucho lo que tuvo que pasar, a lo mucho era caminar 30 segundos para llegar al otro lado sano y salvo, más he aquí a los más miedosos se les hacía una eternidad cruzar del otro lado. Uno a uno fueron pasando, Karu y Kamikaze dejaron pasar primero a todas las hembras, algunas lo tomaron por bien visto y otras simplemente se quejaron con ellos por esto, acusándolos de ser unos grandes  "sinvergüenza"; ambos machos dejaron pasar los comentarios y cuando finalmente fue el turno de ellos comenzaron a avanzar hasta el otro lado.

–"Este puente no es el más estable en el que he estado, aún así me sorprende como lo construyeron"– Dijo Karu el cual avanzaba con cuidado pisando cada tablón bajo sus pies.

–Y eso que las mantis son unas salvajes, me sorprende hasta donde ha llegado su inteligencia para construir algo así sin que tenga que ser peligroso, o excesivo en muchos sentidos.– Dijo Kamikaze yendo detrás del vessel.

Cuando cruzaron al otro lado todo el grupo avanzo por lo que restaba del camino al cual ya le quedaba poco, al final de la cueva se podía ver algo de luz, al llegar a esa parte donde la luz los dejo ciegos unos momentos, al recuperarse abrieron los ojos y se vieron todos sorprendidos al ver lo que estaba más adelante de ellos; una enorme tribu mantis que contaba con unas grandes murallas de madera las cuales hacían lucir imponente la entrada. Zafiro les hizo una seña para que se dieran prisa ya que no iba a detenerse hasta llegar con sus Lords.

Con cada momento que pasaba, a todos les ponía más nerviosos el hecho de como iban a ser recibidos, por suerte antes de llegar a las puertas de la tribu, Zafiro hablo para calmar un poco a su grupo.

–Miren, la cosa va a estar así, ustedes tienen de dos; ayudar en cosas que se necesiten en la tribu o ayudarnos en nuestra batalla contra las cucarachas. ¿Entendido?– Dijo Zafiro esperando que nadie le diera problemas.

Para su lastima, un ingenuo bicho decidió desafiar su autoridad sin saber que eso era un grave error del cual iba a arrepentirse tarde o temprano.

–¿Y si nos rehusamos a hacer algo de lo que ustedes nos pidan?– Pregunto el bicho mirando a la mantis.

De inmediato Zafiro levanto al bicho con una sola garra mientras lo sujetaba del cuello, lo miraba con una mirada fría, seria y enojada.

–¡Si no te gusta la idea de ayudarnos en algo aún queda la opción de convertirte en nuestra comida! ¿Acaso quieres que te hagamos alimento para nuestras crías eh? ¿Eso quieres?– Dijo Zafiro con un tono agresivo mientras veía al bicho a la cara.

El bicho nego con la cabeza bastante asustado por lo que la mantis dijo, ella dejo caer al piso al macho mientras se daba la vuelta para caminar rumbo a las grandes puertas custodiadas de la tribu.

–Vaya carácter eh, toda una personaje sin duda...– Dijo Kamikaze susurrando a la vez que avanzaba con Karu y Tek a sus lados.

–Yo opino que lo mejor no sería meternos con ella...– Opino Tek algo nerviosa por la actitud de Zafiro.

Karu por otra parte se guardo sus comentarios a la vez que seguía a la mantis hasta la entrada de su tribu.

El no se esperaba un viaje así, pero al menos ya tenía un lugar que explorar mientras tanto; ahora solo quedaba esperar a que harían con todos ellos en esa tribu de mantis.

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¡Finalmente! Lamento mucho no haber actualizado desde hace tiempo, pero finalmente pude acabar esto.

No quiero hacer esto muy largo, así que solo diré que espero que hayan disfrutado del capítulo. Y que no se olviden estar pendientes de cuando suba nuevos capítulos.

Pero sin más que decir.

¡¡HASTA LA PRÓXIMA!!

Posdata: Este capítulo ha sido actualizado, corregido de errores y también de incoherencias para un mayor disfrute del público.

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