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El Castillo.

A altas horas de la noche, se podía ver un gran conflicto en las cercanías del reino de las cucarachas, ante esto, los soldados encargados de proteger al reino de inmediato no duraron en ir a sus posiciones defensivas. Sin saber lo que les esperaba, mientras algunos se preparaban con sus arcos y flechas, otros movían y cargaban las pesadas catapultas. Listos para dejar caer gran parte de su artillería sobre el ejército pequeño de mantis que había llegado.

Esto no suponía un problema a rasgos grandes, pero no se imaginaban que estaban a punto de tener las cosas complicadas, y por quienes menos se lo esperaban. Detrás de ellos, los gritos de guerra los hicieron entrar en alerta, para cuando se dieron la vuelta, las primeras bajas se estaban dando.

Pues la revolución con sus comienzos daba una batalla de dos frentes, con lo cual los soldados sin más obedeciendo las órdenes de su oficial a cargo, iban a  defender las catapultas, mientras que otros las alistaban para usarlas contra las mantis.

Es así como en gran parte del reino se llevaba a cabo una situación así, con el grupo de la revolución batallando, sin retroceder ni siquiera sin dar tregua al enemigo. Y por fuera de los muros que protegían al reino, las mantis ya iban abriéndose paso hasta la entrada; y si bien perdían algunos guerreros por el camino, eso no importaba. Pues sus fuerzas aún no disminuían. Algunos arqueros cucaracha con alas trataron de acribillar a las mantis con sus arcos y flechas. Pero no esperaron que en las filas de las mantis, hubieran guerreros con alas que subieron a darles pelea.

Además de contar con arqueros con alas que también iban a atacar a los demás, algunos de estos mantis alados llegaron hasta los muros, dónde se continuaba la lucha. Y por otro lado el grupo de Karu, Zafiro, Kamikaze, Rae, Asher y Dalia, se abrían paso hasta las palancas que abrirían las enormes puertas del reino. Sin embargo, ellos se encontraron con un gran número de guardias en su camino.

Pero estos no podían hacerles mucho frente ante sus habilidades de pelea y sus hechizos de Rae y Asher. Por lo cual fácilmente despejaban el camino, siendo que Dalia y Zafiro, al ser las dos únicas mantis, las cucarachas estaban enfocando más sus ataques hacia ellas dos, dándole vía libre a los vessels y a Kamikaze para que pudieran abrir el paso.

Finalmente tras tanto combatir, abrir paso y eliminar a muchos guardias, llegaron a dónde estaban las palancas que abrirían las enormes y pesadas puertas del reino.

—¡Muy bien Karu, ayúdame con esto!

Zafiro tomo una de las palancas, y el vessel más alto tomo la otra, y a la vez ambos jalaron las palancas para así dejar pasar a las mantis que estaban luchando fuera del reino. Sin embargo no les daría mucho la alegría de haber completado el objetivo. Ya que Karu al levantar su mirada al cielo oscuro de la noche, pudo ver cómo una gran bola de fuego iba directo hacia ellos.

—"¡Muevan se!"— Grito Karu, antes de saltar hacia un lado y rodar para no ser aplastado.

Los demás le copiaron su estrategia, quitándose del camino, dejando que la bola de fuego destruyera parte de los enormes muros que protegían el reino pero no solo eso, también ocasionó un incendio pequeño tras caer sobre una casa.

Los Lords al ver esto, de inmediato dieron la orden de ir a atacar las catapultas apenas se abrieran por completo las puertas, aunque debido al golpe que daño parte del muro, las enormes puertas tardaban más de lo esperado para abrir del todo.

—¡Maldición, no tenemos tiempo para esto!— Exclamó Kande, la cual estaba peleando hombro a hombro con el único e incomparable Tiberious.

—¡No se preocupe Lord Kande, aún podemos contra las cucarachas!— Dijo Tiberious, usando su pesado mazo para acabar con los soldados que tenían la osadía de irlo a enfrentar.

—¿¡A si?! ¿Y que hay de las catapultas que nos están tirando bolas de fuego ahora mismo?— Dijo Ashanti cerca de ellos, con cierto sarcasmo en su voz.

—¡Concéntrate Shanti! ¡Que no hay tiempo para quejas!— Dijo Saud, a un lado de ella luchando contra tres soldados a la vez.

Y cerca suyo, Lewa estaba ayudando a Tek a limpiar un tejado de arqueros cucaracha, que estaban impidiendo el avance de sus tropas en esos instantes.

Por otro lado, el Lord Jade demostraba ser mucho más callado en una pelea. Frío y calculador, sus ataques eran veloces y rápidos, además de estar cargados de una gran fuerza, siendo que las cucarachas nada podían hacer frente a las poderosas hachas del Lord. Que partían a la mitad a más de uno, dejando una mezcla de vísceras, tripas y sangre por dónde él pasaba. Al final al verse en desventaja por la fuerza mantis; los soldados cucaracha que aún quedaban, retrocedieron en una desesperada huida para salvarse. Sin saber que dentro, las cosas solo iban de mal en peor para ellos.

P

or otro lado, Karu, Zafiro, Kamikaze, Rae, Asher y Dalia, se iban levantando del piso tras el pasar de aquella bola de fuego. Todos estaban aturdidos por el impacto, pero a los segundos sus sentidos volvieron a la normalidad, haciendo que vean como finalmente las puertas se abrían por completo, haciendo que por fin ya puedan adentrarse al reino cucaracha. Al ver hacia el otro lado del enorme muro, el grupo se dió cuenta que dentro ya se libraba una batalla. Pero no contra las mantis, sino contra insectos y bichos por igual.

—Al parecer hemos provocado un efecto domino— Dijo Dalia viendo lo que ocurría abajo de ellos.

—Bueno, ¿y qué estamos esperando? ¡Mi espada aún sigue hambrienta por más!— Dijo Kamikaze con entusiasmo, dando a entender que disfrutaba estar de regreso en una buena pelea.

—"¡Andando, por aquí podremos bajar!"— Exclamó Karu, llamando la atención de los demás, hacía unas escaleras en espiral que los llevarían a abajo del muro.

Mientras el grupo bajaba las largas escaleras. En una parte del reino, los tres Lords secuestrados combatían junto al resto de los miembros de la revolución, quienes a pesar de que no ser los mejores guerreros que había, si demostraban tener muchas cosas que eran positivas. Cómo su perseverancia a la hora de atacar.

Jasir, Morati y Salvia luchaban juntos, abriendose paso hombro a hombro, cada uno con un estilo de lucha que era distinto. Jasir usaba la brutalidad mantis, mezclando sus ataques de su lanza con rapidez y mucha fuerza.

Salvia era elegante, haciendo que sus ataques sean mucho menos bruscos, además de demostrar una agilidad y destreza para mover sus hachas de un lado al otro. Casi como si estuviera bailando una melodía que solo ella pudiera escuchar en su cabeza, pues prácticamente la Lord era elegancia mezclada con agilidad y velocidad para realizar sus movimientos.

Por su parte Morati, era quizás el que usaba unas técnicas de combate algo espectaculares; ya que no le hacía falta dar más de un golpe, ya que con su experiencia, sabía en que zonas dar un golpe y de que manera. Tal cual que al acercarse a él; todas las cucarachas no le podían hacer algo, ya que movía con maestría su bastón para reventar los órganos internos de las cucarachas, o simplemente matarlas de un fuerte golpe bien dado en el punto más débil de sus cabezas. A pesar de que tengan sus cascos puestos.

Con todo esto, más la ayuda de los "soldados" revolucionarios, de poco en poco fueron haciendo que los soldados retrocedan para hacer otra estrategia. Pues está de aguantar ya no estaba saliendo tal cual ellos querían, lo que los dejaba bastante desprotegidos, y con las puertas abiertas era más que obvio que aquí la situación se ponía mucho más difícil. 

—¡RETROCEDAN, RETROCEDAN!—

Algún oficial de las cucarachas daba esta orden, y por lo tanto, todos los soldados obedecieron la orden, dando paso a la avanzada de la revolución y de las mantis por igual.

Mientras tanto, desde uno de los balcones del castillo, la mantis veía el caos que se llevaba a cabo, y como los soldados evacuaban cómo podían, a los civiles hacia las zonas que estaban mucho mejor protegidas. Dejando que las zonas de combate ahora yazcan vacías, solo con soldados yendo al ataque y los dos grupos cargando hacia adelante. Ella mantenía la calma a pesar de que muchos oficiales bajo ella gritaban mil y un órdenes a todos los soldados; no se podían dar el lujo de perder el reino. Pero en los planes de la mantis habían otras intenciones.

Ella se alejo del balcón caminando de forma lenta hacia la sala de los tronos en dónde ya estaba resguardado el rey, la reina y sus retoños que solo podían agarrarse al vestido de su madre con mucho miedo.

Al ver entrar a la mantis, el rey solo pudo gritar histérico para ver si ella ya había conseguido algún resultado, lo que no se esperaría el rey y su familia, era que las intenciones de la mantis no eran buenas. Ya que desenvaino sus sables, y con gran habilidad, destreza y agilidad fue abriendose paso ante los guardias de élite del rey. Sin que uno solo pudiera evitar que avance hasta quedar a unos pocos metros del rey y la reina.

—¿¡QUÉ SIGNIFICA TODO ESTO?!—

—Considere esto una renuncia de mis servicios hacia usted— Dijo la mantis con tono malicioso, mientras desde la oscuridad todas sus creaciones hacían acto de presencia.

Al verse rodeados y sin nada que él pudiera hacer, él rey abrazo a su esposa e hijos mientras veía con temor a lo que podría hacer la mantis, la cual solo pudo sonreír de una forma cruel y sádica. Acto seguido, ella se dió la media vuelta, dirigiéndose a la salida de la sala de los tronos, ignorando a todos los cadáveres que iba dejando atrás suyo. Antes de salir, ella dió un silbido con el cual sus creaciones se lanzaron a por el rey y su familia, ella calmadamente guardo sus sables, y a lo lejos mientras se alejaba, solo se podían escuchar los gritos de la familia siendo devorada y despedaza por unas brutales y bestiales mantis.

Por otro lado, los guardias al oír los gritos del rey y su familia, de manera inmediata fueron a ver que ocurría.

Sin embargo, la mantis los detuvo a medio camino. Claramente se traía algo grande entre garras.

—Damas y caballeros, quiero decirles que este dichoso día. Ha sido un gran placer para mí; así que no quiero que me malinterpreten, solo les diré que fue un honor haber servido de su lado. Je, no realmente...— Dijo la mantis antes silbar, ocasionando que encima de los guardias caiga mucha de esa sustancia amarilla/anaranjada.

Apenas esta entro en contacto con los guardias, todos comenzaron a gritar de dolor y de agonía, ya que a pesar de parecer "inofensiva" a primera vista, aquel líquido era mucho más que eso.

Por lo cual la mantis los ignoro y hasta empujó fuera de su camino, ella iba a su laboratorio dentro del castillo, en dónde ya le esperaban el encapuchado y la enorme cucaracha.

—¿Ya hiciste lo que te pedí que hicieras con la servidumbre de este castillo?— Pregunto la mantis viendo al encapuchado.

—Así es, todos y cada uno de ellos han sido infectados. Junto al resto de los grandulones cómo él— Dijo el encapuchado mientras señalaba a la enorme cucaracha a su lado.

—Bien...ya sabes que hacer...— Dijo la mantis dándole una orden más al encapuchado.

Dicha orden ya se la había dado unas horas antes, así que no dijo nada más, solo se dió media vuelta y se fue del lugar, dejando a la mantis con la gran cucaracha modificada.

—Aún tengo asuntos por atender...—

La mantis se iría caminando está vez de regreso a la entrada del castillo en dónde ya todos los guardias la estaban esperando; pero ahora como unas criaturas carentes de razonamiento y control de sus acciones. La hembra ya sabía que haría con estas cosas.

[De regreso con los Lords]

Kande, Ashanti, Saud, Lewa y Jade ya se habían hecho un largo recorrido a la prisión del reino. Que por alguna extraña razón no los estaban atacando apenas acercarse. Así que suponían que se trataba de una trampa, por lo cual ellos decidieron separarse para entrar por lados distintos, haber cuál de todos les funcionaria; con un reducido número de sus leales mantis, encontraron formas de entrar y así "rescatar" a sus hermanos, sin saber que estos ya habían salido de ahí.

Al entrar a la prisión por los distintos puntos de entrada que usaron, todos y cada uno de los miembros que habían ido con los Lords, quedaron atónitos y perplejos por lo que veían. Ya que en el patio exterior de la prisión se había hecho una carnicería, una la cual no termino bien para los guardias y para los propios prisioneros de la prisión.

—Abran bien sus ojos, esto podía ser una trampa...— Dijo Kande mientras mantenía todos sus sentidos atentos.

Por otro lado Jade y los suyos estaban investigando algunos de los cadáveres viendo que la mayoría presentaba las mismas señales de haber sido atacados por alguna bestia salvaje, sin embargo pronto estarían frente a esas "bestias" ya que de la nada uno de los súbditos de Jade sería atacado por una mantis modificada. La cual forcejeaba con él, para llegar a morder su cuello, y pese a que su súbdito era un guerrero fuerte, la fuerza de la mantis modificada era demasiada a comparación de la suya.

—¡Alguien quiteme a esta cosa de encima!—

A unos centímetros antes de que la mantis logrará alcanzar su cuello, el Lord Jade con total precisión corto la cabeza de la mantis, desprendiendo la de su cuerpo, la cabeza rodó un par de metros lejos del cadáver, mientras su cuerpo tenía leves espasmos. Varios de los súbditos de Jade se acercaron a ayudar al que había sido atacado, y por suerte no le había pasado nada, más allá del susto que se había llevado por este suceso.

Para cuando los demás Lords llegaron al lugar y vieron el cadáver, pronto se dieron cuenta de que algo andaba mal, ya que no había más que cuerpos aquí pero ni rastro de Salvia, Jasir y Morati.

—¿Qué sucedió?— Pregunto Kande a la vez que miraba de reojo a Jade.

—Una de esas abominaciones, salió de la nada y atacó a uno de los míos, eso fue lo que pasó— Dijo Jade cruzándose de brazos, sin mirar a la musculosa Lord.

Antes de que el grupo pudiera hacer o decir algo más, unos fuertes rugidos que provenían desde el interior de la prisión, los hizo ponerse alerta a todos ya que al sonar con eco, era difícil saber con exactitud en dónde estaban esas mantis modificadas.

—Genial, tenemos amiguitos...— Dijo Saud con algo de sarcasmo mientras veía a todos lados.

—Abran bien los ojos, no sabemos de dónde podrían venir, hay que estar atentos— Dijo Lewa quien estaba en una posición defensiva para evitar ser tomada por sorpresa.

Al igual que ella, los demás también se encontraban en posiciones defensivas, mientras esperaban el ataque inicial

No tardó mucho antes de que la primer oleada de estás mantis saliera de uno de los bloques de la prisión. Lo cual fue visto por uno de los súbditos de los 5 Lords.

—¡Ahí vienen!— Anuncio en voz alta, por lo cual todos se prepararon listos para el ataque.

Sin embargo, Jade no estaba para esperar, así que se lanzó hacia la 1era oleada de enemigos. Dando un gran salto, para usar sus hachas para poder moverlas con mayor libertad, cayendo sobre el primer grupo que tuvo la desgracia de estar en su camino, las mantis sin embargo lejos de sentirse intimidadas, se lanzaron a por él, pero el Lord tampoco pensaba retroceder.

—¡Maldita sea! ¿¡No hay ni siquiera una sola cosa que él pueda respetar?!

Ashanti estaba bastante irascible, y lo que era peor, tenían que combatir a un gran números de enemigos a la vez.

—¡Muy bien, es momento de mostrar de lo que somos capaces las mantis normales!— Exclamó Kande, dejando salir de su boca, un gran grito de guerra.

Es así como el grupo se tuvo que hacer cargo de esta mini horda de mantis modificadas, que no iban a parar de llegar hasta que ellos estén muertos.

Jade pese a ser quien más lejos estaba del grupo, se las apañaba solo, y sin la ayuda de nadie. Pues él, sus hachas y su fuerza, era lo único que requería para acabar con las bestias que se crucen por su camino; sus hachas se movían de un lado a otro gracias a sus cadenas. Dejando que las bestias que se enfrentaban a él, fuesen muriendo de uno en uno, debido a que con sus hachas cortaban, cercenaban y rebanaban los cuerpos de las mantis; sin dejar a ni una sola con vida.

Es así como la masacre en la prisión continuo, con los Lords y sus súbditos repeliendo el ataque con todo lo que tenían.

Mientras esto ocurría, al otro lado del reino, Zafiro, Karu, Kamikaze, Rae, Asher, Dalia y Tiberious avanzaban por las calles del reino, con las buenas habilidades de Rae y Asher, más la fuerza bruta de Karu y Tiberious y la inteligencia de combate de Dalia y Zafiro. Poco a poco fueron avanzando sin que nada ni nadie los pudiera detener.

Sin embargo al cruzar hacia otra de las partes del reino, se llevarían una gran sorpresa al ver a los tres Lords capturados batallando hombro con hombro a muchos guardias cucaracha de élite, quienes a pesar de tener un grandioso entrenamiento con todo tipo de armas, aún seguían sin igualar el poder, fuerza y habilidad de un o una Lord mantis. Por lo que fueron fácilmente aplastados por Jasir, Morati y Salvia.

Una vez el último de los guardias de élite haya caído, un pequeño momento de descanso se pudo disfrutar, con los presentes teniendo una linda reunión.

—¡Salvia!— Exclamó Dalia mientras se acercaba a la Lord junto a Rae y Asher.

Salvia se giro para ver quién le estaba hablando, y fue grata su sorpresa al ver a sus seres queridos ahí presentes. Por lo cual solo pudo abrazar a Dalia en signo de su amistad, también dando su lugar a Rae y Asher en el mismo. Y no podría faltar Tiberious, que tuvo una postura mucho más cordial con la Lord, pero aún así se alegraba de verla bien.

—Me alegro de verlos, aunque, ¿en dónde está mi hermano?— Pregunto Salvia mirando que detrás de ellos no venía Jade.

—Se separó de nosotros, pues estaba en nuestros planes sacarlos a ustedes de la cárcel...aunque al parecer ya lo habían hecho mucho antes—

—Sí, digamos que tuvimos un poco de ayuda de unos nuevos amigos—

Por otro lado Jasir, Morati y Zafiro protagonizaron un emotivo abrazo, aunque a medias por parte del Lord con una gran cicatriz en su ojo derecho. Pues como era obvio, Zafiro no tuvo mucho tiempo con él, por lo cual era mucho más abierta con su tío que con su propio padre, cosa que a Morati le dolía, pero al mismo tiempo lo entendía. Al prácticamente haber estado gran parte de su vida sin estar a su lado. Además también, les dieron un saludo amistoso a Karu y Kamikaze por estar allí ayudándolos.

—¿En dónde están el resto?— Le pregunto Jasir con curiosidad a su sobrina.

—Como ya dijo Dalia, ellos fueron a por ustedes a la prisión. Sin embargo, viendo que están aquí, no se con que tipo de problemas se hayan topado en el camino— Dijo Zafiro de forma un tanto seria.

—Entonces no hay tiempo que perder, debemos ver qué está ocurriendo con ellos en estos momentos— Dijo Morati empezando a caminar en dirección a la prisión antes de ser detenido.

—¡Olvídalo, ellos estarán bien, por el momento tenemos otro objetivo, llegar hasta el castillo y acaba con el rey de una buena vez!— Dijo Zafiro a la vez que iba hacía el lado contrario que su padre.

Y ella tenía un buen punto, los demás se las podrían apañar fácilmente, por lo cual nadie más dijo algo, cada uno comenzó a seguirla por lo cual Morati también lo hizo, pero quería hablar con su hija para aclarar algunas cosas que debían ser dichas. Aún así, el ex Lord veía como su hija parecía estar a la altura del desafío, cosa que lo puso orgullosa de ella.

Así que ahora reunidos y en un grupo más grande continuaron avanzando, hasta que unas calles más adelante se encontraron con Karlos y Joshua, los dos peleaban contra un gran número de soldados que los habían acorralado, pero contra todo pronóstico seguían aguantando.

El grupo se les unió a la lucha, para hacer que las cosas estuvieran mucho más equilibradas.

—Vaya, ya era hora de que alguien hiciese acto de presencia. ¡Estábamos luchando solos desde hace un largo rato!— Exclamó Karlos tras asesinar con sus afiladas garras a otro soldado.

—¿Y qué paso con el resto de bichos que vinieron con ustedes?— Pregunto Salvia mientras combatía.

—Para resumir...murieron, ¡pero no hay tiempo para lamentos porque ahí vienen más!— Dijo Joshua mientras volaba a una altura baja para poder tener algo más de ventaja sobre sus rivales.

Y tal como había dicho el mestizo, llegarían más guardias a dar muchos más problemas al grupo. Que por el momento, era el más cercano a llegar al castillo que ya estaba a nada de distancia, solo tendrían que seguir luchando para abrirse paso por todo el lugar.

[De regreso en la prisión]

Kande pisaba la cabeza de la última mantis modificada, con lo cual le dió fin a esta pesadilla tras haber matado a la última de una manera brutal pero necesaria. Ahora ella, Ashanti, Saud y Lewa, junto a Jade, fueron los únicos que salieron con vida de aquí, pues a pesar de los esfuerzos de sus súbditos, las mantis modificadas demostraron ser un gran peligro si venían en un grupo bastante grande.

—Ese era el último...— Dijo Kande a la vez que se daba la vuelta para caminar hasta donde estaban los demás.

—Bien, entonces, si aquí no hay nadie eso quiere decir que lograron salir y que pueden andar por allí. Lo cual es perfecto, pero también me enoja esto, pues no solo luchamos contra muchas de estas cosas, sino que también se fueron varios en el camino...— Dijo Saud suspirando con pesar y enojo.

Jade permaneció callado, pero aún así en su rostro se veía el enojo y las ganas que tenía por matar al o la culpable detrás de todo esto, ya que no solo había perdido a valientes guerreros que dieron su vida peleando con honor hasta el final, sino que también tuvo el descaro de transformar a las mantis en bestias asesinas, que solo atacaban como animales salvajes.

—Bueno, en ese caso deberíamos ir al castillo. Es muy seguro que ellos están por allá— Dijo Lewa cómo sugerencia a la vez que se aseguraba que ninguna de las mantis siga con vida.

—Esa es una muy buena posibilidad, así que no hay que perder el tiempo aquí, ¡vámonos!— Dijo Ashanti a la vez que empezaba a caminar hasta la salida de la prisión.

Siendo seguida por sus hermanos y por último Jade, que avanzo después que ellos. Aunque claro, Kande al ver esto suspiro, de sobra ya sabía que no le eran de su agrado, más aún, eran en ese momento una especie de equipo. Y tenían que actuar como cual.

Así que redujo la velocidad a la que iba caminando solo para ponerse del lado de Jade, para el disgusto de este.

—Oye, yo entiendo que nos odies por lo ocurrido en tu anterior tribu hace muchos años, pero eso ya pasó y ahora más tenemos que tratar de llevarnos bien. Te cueste creerlo, nosotros no somos tan malos como tú piensas en realidad— Dijo Kande tratando de que el Lord estuviese más unido con ellos.

Cosa que obviamente no tuvo efecto en él Lord, pues Jade aún a pesar de formar equipo con ellos, seguía sin confiar del todo el los Lords y más aún en Ashanti. Que aún a pesar de su alianza momentánea, seguía dándole más razones para no poder llevarse bien con ellos.

—No quiero seguir escuchando ni una sola palabra más que venga de tu boca ustedes tienen manchadas sus garras con la sangre de mi gente, así que sino quieres que esto acabe mal para ti, sucia ladrona, te sugiero que te vayas de mi vista...— Dijo Jade con un tono agresivo, hostil, serio, molesto, poco amistoso y también indiferente a lo que la Lord Kande le dijo.

Kande rodó sus ojos en clara señal de agobio, había tratado con mantis muy tercas en el pasado, pero ninguna se podía comparar a Jade en ningún aspecto; él Lord insistía e insistía en echarles la culpa a ella y sus hermanos por un robo, que fue hecho en tiempos de desesperación. Si al menos Jade se diese tiempo para escuchar su versión de los hechos, quizás cambiaría su forma de pensar de ellos, o quizás no.

Pero por ahora ignoro al Lord para retomar el paso e irse ya con los Lords que la estaban esperando afuera de la prisión. La musculosa Lord al salir le dijo a sus hermanos, que tomarán la delantera por el momento, pues con lo enojado que estaba Jade, era mejor ni dirigirle la vista.

—Ese pendejo, ¿quién putas se cree que es? ¡No es más que otro Lord al igual que nosotros, y aún así tiene el descaro de amenazarte!— Dijo Ashanti enojada, bastante molesta y con ganas de matar a Jade.

—Tiene sus razones, y un punto que en lo personal puedo justificar, pero aún así, el hecho de tratarnos como si fuéramos lo peor del mundo ya es algo exagerado— Dijo Saud, mientras iba corriendo junto a sus hermanas.

—Aún así, lo que hicimos fue por la supervivencia de nuestra tribu, eran tiempos difíciles. Pero aún así creo yo, que a Jade deberíamos tenerle algo de paciencia— Dijo Lewa que corría igual de rápido que sus hermanos.

—¿Darle una oportunidad? ¿Es acaso que estás ciega hermana? ¡Él es un imbécil, dale la garra y te morderá el brazo! No hay que darle oportunidad de nada— Dijo Ashanti recalcando su odio hacia Jade.

—¡A ver es suficiente! Que te caiga mal Jade no es razón como para que todos tengamos que tratarlo mal, y no voy a justificar su comportamiento, lo que tendremos que hacer de ahora en adelante será tenerle paciencia, y ver cómo le haremos para llevarnos mejor con él y su hermana— Dijo Kande levantando la voz con autoridad, al ser prácticamente la segunda al mando de la tribu.

—Si es que se puede...— Susurro la Lord con notable cicatriz en su mejilla, notablemente molesta.

Los 4 Lords continuaron su camino hasta el castillo, viendo cómo los suyos ya habían conseguido abrirse paso, y estar a punto de llegar a las cercanías del castillo. Lo mismo ocurría con los miembros de la revolución que ahora entre sus filas se veían más cucarachas que estaban disconformes con su rey, él cual para este punto ya estaba muerto junto al resto de su familia.

Pero eso no lo sabía nadie más...por ahora...

[De regreso con el grupo]

Una vez todas las amenazas fueron neutralizadas, el grupo avanzaría por las calles desoladas y medio destruídas del reino, viendo en cada esquina un vago intento por detener su ofensiva.

Sin embargo todo iba marchando de acuerdo al plan, con todos ellos cada vez más cerca de su objetivo, que era el castillo. Por lo cual, se veía en todos una cara de entusiasmo al ver que ya dentro de poco iba a terminarse está locura.

Mientras avanzaban con dirección al castillo, Morati aprovecho para tener una pequeña charla con su hija.

—Zafiro, espera un momento— Dijo Morati, pidiéndole que se detenga un momento.

La mantis accedió aunque de malas, pues no tenían tiempo que perder y además ya se estaba mostrando el alba a la distancia, indicativo de que ya iba a comenzar un nuevo día.

—¿Qué pasa?— Pregunto Zafiro un tanto inquieta.

—...Quiero que sepas que lo siento, el no haber estado para ti durante las primeras instancias de tu vida. Fue un golpe bajo para mí, y yo...bueno, quisiera saber si no te molestaría que podamos conocernos mejor, una vez acabe todo esto— Dijo Morati viendo a su hija con atención.

Zafiro se quedó callada, cosa que no le estaba dando buena espina al ex Lord, sin embargo no se tuvo que preocupar mucho. Pues tras pensar en lo que su progenitor dijo, ella decidió darle una oportunidad, con la cual podrían ser más unidos. Y quién sabe, quizás ella y él podrían ser más unidos luego de los años transcurridos.

—De acuerdo, pero por ahora hay que ayudar a los demás. ¡Así que andando, ya casi estamos!— Dijo Zafiro con una pequeña sonrisa, retomando el paso.

Morati suspiro con alivio al saber que su hija si estaba de acuerdo en que los dos tengan una charla amena, luego de todo esto. Por el momento el siguió al resto, pues ya estando tan cerca del castillo, todos se preparaban para romper la última formación de las cucarachas.

Que ya estaban haciendo su última defensa a las puertas del castillo, Antoine, Ada, Karlos, Joshua, y el resto ya estaban ahí presentes. Mirando la última línea de defensa, las cucarachas ya estaban bien puestas en sus lugares pero aún así, se les veía muy nerviosas y asustadas. En cuestión de horas su ejército había sido derrotado y pese a haber destruido gran parte de su reino con tal de evitar el avance enemigo, de nada sirvió. Pues ahora aquí, frente a ellos se alzaba una gran columna de combatientes de dos facciones, las mantis y los revolucionarios.

Por otro lado Jade, Kande, Lewa, Saud y Ashanti vieron a sus hermanos a lo lejos y se unieron a ellos en la columna que solo estaba a la espera de órdenes de los Lords y del líder de la revolución.

—¡Vaya que ya me habían sacado un susto, malditos!— Dijo Saud al ver a sus hermanos con bien.

—Je, sabes que no te tienes que preocupar demasiado por nosotros, ya que nos las sabemos arreglar por nuestra cuenta. Así que prepárate para darle final a esto— Dijo Jasir con un tono serio y listo para asestar el golpe final.

Mientras ellos ya estaban listos, con sus guerreros y los guerreros con alas, por el balcón principal, que estaba por los aposentos del rey, aquella mantis se asomo solo para dar sus últimas órdenes a los pocos oficiales que aún quedaban de pie.

—¡No los dejen pasar, defiendan la entrada al castillo! ¡Hagan llover las bolas de fuego!— Exclamó la mantis, a lo cual después de decirlo, varias de las catapultas lanzaron bolas de fuego sobre la linea ofensiva.

—¡Carajo!— Exclamó Kande al mismo tiempo que se quitaba del camino.

Sin importarles destruir gran parte de la arquitectura de su reino, lanzaban bolas de fuego que caían destruyendo una gran parte del reino. En un último vano intento de detener el avance de las mantis. 

Cómo pudieron, los atacantes tomaron varias catapultas abandonadas, para usarlas a su favor. Con lo cual podrían abrirse paso hasta las puertas del castillo.

—¡Disparen, no hay que darles una oportunidad de recargar sus catapultas!— Grito Antoine, para que después se disparen las primeras bolas de fuego.

Las bolas cayeron sobre varias de las catapultas de las cucarachas, además la formación defensiva se rompió, con ello el avance ofensivo se dió, por lo cual mantis y bichos atacaban a la vez a lo último que quedaba del ejército cucaracha.

Durante este ataque, todos los Lords, junto a Karu, Zafiro, Kamikaze, Tek, Dalia, Rae, Asher, Tiberious, Ada y Antoine pudieron abrirse paso por una brecha en la defensa. Y entrar al castillo tras haber acabado con gran parte de los guardias.

Sin saber que dentro de los muros del castillo se encontrarían cosas bastante terribles y horripilantes.

Y a una culpable que iba a pagar por todo lo que ha ocurrido hasta ahora...

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¡Hola! Bueno solo quiero decir algo, ya solo nos quedan 3 capitulos para terminar esta temporada. Después viene la segunda temporada :D

Y bueno ya saben, compartan la historia si les gustó, también comenten que les pareció y no se olviden votar si les ha gustado este capítulo.

Ya sin más que decir, yo me despido de ustedes hasta aquí.

¡¡Hasta la próxima!!

Posdata: este capítulo ha sido actualizado para mejor la experiencia del lector.

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