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Creación (Prólogo 1/2)

Hace ya varias semanas habían estado llegando a los oídos del rey, los rumores de que una infección había surgido en algún punto del reino, al principio esto no le preocupaba, porque tenían un sistema de salud apto para afrontar casi cualquier enfermedad o emergencia médica, pero tras enterarse de que su "perfecto" sistema de salubridad no había encontrado una cura contra está infección le empezó a provocar curiosidad así como preocupar.

Gracias al reporte de uno de sus muchos guardias, sabía que los síntomas de la infección iban en 3 etapas y estás eran: 1. Perdida de la memoria, cansancio, alucinaciones, continuos mareos, 2. Comportamiento volátil, agresividad contra cualquiera que se acerque al infectado, torpeza y perdida de todo pensamiento razonable, 3. Ojos de color amarillos hasta naranjas, comportamiento totalmente agresivo hacía aquellos que no estuvieran infectados, secreción de un líquido naranja o amarillo por alguna parte de su cuerpo.

El Rey al saber de esto y que hasta el momento no había alguna cura, empezó a investigar de que se podía tratar, pues la vida de sus súbditos estaban en peligro si está infección no se detenía a tiempo, así que el rey pronto se dió cuenta de un patrón que seguía está infección, solo atacaba a aquellos bichos que tenían una mente frágil y desprotegida, aquellos cuyo nivel de confianza estaba por los pisos, aquellos bichos que eran débiles, esto dejó al rey algo confundido, pues en anteriores casos de enfermedades en su reino, bichos fuertes y débiles enfermaban por igual así que esto no tenía sentido para el.

Así que mando a sus caballeros a que investigarán de que se podría tratar todo el asunto, obviamente el no se quedó atrás y comenzó a revisar en cada libro de magia que tenía si había un recurso que le permitiera frenar está infección que estaba escalando rápidamente altos índices de contagios. El rey tras tanto buscar no encontró nada, ni tampoco sus caballeros así que pensó en que pudo haber causado está infección, teniendo que recurrir a la tribu de polillas, las cuales se veían totalmente nerviosas con su llegada a Tierras de Reposo, no era normal verlo por ahí, si necesitaba algo mandaba alguna carta para informarles sobre algo, pero está vez el estaba personalmente en la pequeña tribu de polillas, quería saber si de alguna manera estaban involucradas con esta misteriosa infección, obviamente ellas parecían no estar al tanto pues Tierras de Reposo es un lugar tan pacífico y tranquilo que no llegaban las noticias del reino hasta ese lugar.

Pero en cuanto el rey les contó acerca de la infección y de sus síntomas no pudieron pensar en otra cosa que no fuera "El Destello" o "The Radiance" era su diosa, quien molesta de su herejía, había mandado aquella infección sobre el reino de Hallownest, ahora al saber esto al rey le preocupaba mucho más saber que se enfrentaba contra una diosa la cual fácilmente acabaría con su reino sin que él pudiera hacer algo...¿O si podía?

La energía que descubrió en lo más profundo de Hallownest le podía ayudar a detener todo esto, solo necesitaba crear una criatura capaz de contener la infección hasta que algo más se le ocurriera al rey para detener a aquella diosa. He aquí, el comenzaría a hacer sus experimentos para crear a una vasija que pudiera funcionar para que detener la infección, así que se puso manos a la obra.

Ya después del primer mes de haber comenzado el brote de la infección en el reino, más de 400 intentos fueron desechados por el rey, la razón siempre era la misma; sus vasijas demostraban tener un mismo defecto y era que demostraban sentimientos o deseos, así que tuvo que tomar medidas en el asunto, en primer lugar trataría de evitar que la servidumbre del palacio no se acerque a sus creaciones.

Y aunque su esposa, La Dama Blanca se oponía totalmente a que su esposo buscará este tipo de soluciones tampoco se podía quejar, después de todo el solo buscaba tener a sus súbditos y reino a salvó. Y en especial a ellos dos, pero aún así le disgustaba demasiado este plan que su marido estaba tomando.

Y mientras proseguía con sus experimentos, cuando llegara la vasija pura el comenzó a preparar un lugar donde haría que está vasija se quedará a resguardar la infección. Con los trabajadores que aún no caían por la infección rápidamente alzó un templo en forma de huevo, pero para poder cerrarlo tres sellos tenían que ser puestos.

Así que recorrió el reino en busca de estos tres sellos mientras seguía haciendo experimentos que seguían siendo fallidos. Tras buscar a los tres sellos encontró a los tres mejores candidatos.

Monomon La Maestra, Lurien el Vigilante y Herrah la Bestia. Estos tres individuos estarían dispuestos a dar su vida por el reino una vez el rey diera la luz verde para que ellos se convirtieran en los sellos, aunque no todos aceptaron solo por el bien del reino, Herrah había aceptado solo con una condición, que el rey fuera capaz de concederle una hija, al rey para nada le gustó la idea de tener que concederle una hija pues no quería que su esposa se sintiera traicionada debido a esta acción, pero continúo adelante debido a que habían ido incrementando los contagios un 50%.

A un año desde que la infección ocurrió, el rey tenía ya un total de 10,000 experimentos fallidos, y en esta ocasión una nueva vasija tomaría el lugar de la anterior. El rey se había asegurado de que ya nadie se acercará a las vasijas, fuera un guardia o un sirviente, solo el y una carcasa podían estar con la vasija. En está ocasión la pequeña vasija era un poco diferente al resto, teniendo dos cuernos en la cabeza y dos más a los lados. Está vasija vestida como todas las anteriores con una capa que le cubría todo el cuerpo dejando sólo sus pies visibles. He aquí este nuevo intento según el rey, si sería la vasija que haría que su reino pudiera recuperarse aunque nunca se debe de hablar temprano.

-Bien, finalmente una nueva vasija. Está vez confío en que será la adecuada...- Dijo el rey mientras observaba a su nueva vasija.

El miraba a la vasija, quien también veía al rey pero con una mirada vacía sin sentimientos simplemente veía al rey sin nada que expresar por medio de miradas. Eso hizo que el rey tuviera mucha más confianza en la vasija aunque la iba a mantener vigilada, no quería que se fuera a juntar con los sirvientes y los guardias que aún quedaban en el palacio.

Después de haber creado a su vasija el rey procedió a ir con su vasija a un patio de entrenamiento cerca de uno de los grandes jardines con los que contaba el palacio, he aquí el rey le otorgó un aguijón y comenzó a entrenar a su vasija, su entrenamiento consistía en el combate, únicamente en eso, un combate en el cual la vasija demostraría de lo que era capaz, tal vez no era capaz de sentir o pensar, pero si podía tener la capaz de pelear sin tener que sentir odio hacía su contrincante, era como un mecanismo de defensa, si una vasija sentía el peligro cerca automáticamente se defendía, y justamente el rey descubrió accidentalmente este mecanismo luego de que una carcasa haya hecho un movimiento brusco frente a una vasija anterior a esta, fue sin duda uno de sus mejores descubrimientos con estos seres de vacío.

Tras un entrenamiento, en el cual la mayoría quedaría agotados, la vasija aún seguía de pie, sin mostrar signos de haberse cansado, cosa que le encantaba al rey pues está vasija tenía mucho más potencial que las anteriores, y haría todo lo posible para evitar que alguien se le acercará para "corromper" a su vasija.

El rey procedió a llevar a la vasija hasta su habitación con un simple comando, haciendo que la vasija lo siguiera en su rumbo al cuarto del rey, ningún bicho o insecto tenía permitido acercarse a su aposento, mientras estuviera con la vasija esto todos los sirvientes y guardias lo sabían...o al menos la mayoría pues una joven pareja de bichos que eran jóvenes novatos de la guardia del rey decidieron seguir de cerca pero con sigilo al rey hasta su destino en donde esperarían escondidos a qué se fuera de ahí . Tras un rato, el dúo de guardias pudieron ver al rey salir de su habitación, dejando la puerta cerrada con un candado mágico. Una vez este se alejo con dos carcasas protegiéndolo ellos dos salieron de entre las sombras, era un macho y una hembra, ambos traían armaduras de guardias primerizos y se notaba que uno de ellos, exactamente el macho estaba nervioso.

-Bien, ya viste que está cerrado con un candado mágico, así que ahora nos podemos retirar del lugar.- Dijo el macho mientras de daba media vuelta para irse

Su acompañante lo agarro del cuello de su armadura evitando que se fuera.

-Oh vamos, sabes que soy muy curiosa y quiero saber cómo es está vasija- Dijo la guardia en voz baja al mismo tiempo que soltaba a su compañero

-¿Así como las últimas, te das cuenta de que el rey nos podría mandar a ejecutar si sabe que nosotros dos hemos sido aquellos que han estado estropeando a sus vasijas todo este tiempo?- Dijo preocupado el macho mirando como la hembra salía de su escondite.

El trato de detenerla pero fue inútil, aparte ella de una pequeña bolsa que tenía saco una llave que estaba brillando bastante.

-Tranquilo, jamás se dará cuenta aparte tu sabes que la encargada de la limpieza del cuarto del rey es fácil de sobornar, solo muestra le una bolsa llena de Geo y automáticamente te entrega la llave- Dijo la hembra mientras colocaba la llave en la cerradura del candado.

-¿De que te sirve el Geo en estos tiempos? El dinero no te va a salvar de una infección sin cura, ¿Que le pasa por su cabeza?- Dijo el macho viendo cómo el candado desaparecía y la llave brillaba aún más.

Ahora cuando quisieran salir solo tenían que poner la llave en el medio de la puerta para liberar la energía mágica y colocar el candado otra vez, ya una vez con la mano en la perilla de la puerta su compañero se notaba nervioso, sabía de las graves consecuencias que caerían sobre ellos si los descubrían.

-Te digo que esto es una mala idea, deberíamos irnos ahora...- Dijo el macho mientras cuidaba que no viniera nadie por allí.

-Tu siempre dices que todo es una mala idea, ¿Porque no una vez en tu vida no piensas en algo que no sea una mala idea?- Dijo la hembra abriendo la puerta lentamente.

El macho solo suspiro molesto viendo cómo su compañera entraba a la habitación del rey, este la siguió de cerca asegurándose de que no hiciera demasiado contacto con la nueva vasija del rey. Cuando estaban adentro, ambos pudieron observar que a los pies de la cama se encontraba aquella vasija, al verla los ojos de la hembra brillaron con intensidad pues tenía mucha curiosidad al verlo, y aparte de su curiosidad, también quería hacerle como al resto de vasijas. Darle un nombre y visitarlas en secreto.

-Bien ya lo viste, ¿Ya podemos irnos?- Dijo aquel macho de forma nerviosa mientras se quedaba cerca de la puerta.

-¡No seas un miedoso! Tu sabes lo mucho que se tarda el rey, aparte aún ni siquiera lo he nombrado- Dijo la hembra sin mirar a su compañero.

-¿¡Nombrarlo?! ¡O no! ¡Claro que no! Ya hemos tenido suficiente, has nombrado a cada una de esas cosas. No te permitiré que nombres a una más...- Dijo el macho levantando la voz un poco aunque poco después la bajo al recordar en dónde estaban.

Pero como se lo esperaba, su compañera se hizo la sorda y nombró a la vasija, aunque tardo un poco en encontrarle un nombre adecuado a la vasija. Hasta que finalmente tras un poco rato encontró el nombre ideal para la vasija.

-¡Su nombre será Karu!- Dijo ella dando suaves aplausos de felicidad pues ya tenía un nombre la vasija.

-Que nombre más estúpido...- Dijo el macho molesto y cruzado de brazos detrás de su compañera.

La hembra solo volteo algo molesta a verlo con una mirada fulminante, para después regresar su mirada a la vacía vasija recién nombrada como "Karu" se le notaba feliz a la hembra, otra vez, ella podía visitar a una nueva vasija del rey.

-¿Podemos irnos ya? No es por nada, pero si el rey nos encuentra dentro de su cuarto nos irá mal. ¡Es más! Tendrás que despedirte de tu vida si se entera que has sido quien ha estado "corrompiendo" sus creaciones todo este tiempo con tus visitas secretas- Dijo el macho algo nervioso pero igualmente algo molesto, revisando ocasionalmente la salida.

-Corrección, "hemos estado" corrompiendo sus creaciones. Tengo que recordarte que aunque no te guste mucho la idea de venir a escondidas sigues viniendo, eso te hace complice, así que los dos estamos metidos en esto. Y si tanto te da miedo de que regrese el Rey, consíguete otra pareja.- Dijo la hembra dejando sin palabras a su compañero, el cual algo enojado tuvo que salir al pasillo.

Por su parte la hembra seguía investigando a la vasija, mirando con curiosidad sus oscuras cuencas, también su pequeño cuerpo negro, y su máscara, a primera vista Karu parecía ser un simple insecto o bicho más, pero ella sabía que no era así. Más de una vez había espiado a su rey, así que sabía de la existencia del abismo, y del vacío cosa que le sorprendía pues el rey era el único ser capaz de bajar entre semejante oscuridad sin sentirse abrumado. Ella la primera y última vez que intento bajar para espiar más de cerca, se sintió tan vigilada y observada de cerca que decidió mejor regresarse para evitar sintiendo esas sensaciones. Aunque ya dejando de lado sus pensamientos ella solamente continuaba mirando a la vasija con una sonrisa. Ya cuando estaba a punto de decir algo su compañero entro al cuarto.

-¡Se aproxima alguien, vámonos ya!- Exclamó el bicho mientras mientras salía del cuarto del rey a esconderse.

La hembra suspiro y miro a Karu una última vez antes de salir del cuarto del rey cerrándolo con el candado mágico.

-No te preocupes amiguito seguiré visitando te...- Murmuró la hembra para después esconderse con su compañero.

Ya una vez escondidos miraron llegar al Rey el cual no se notaba ni contento, ni serio, parecía estar destrozado por alguna razón. Pero tras unos segundos suspiro mientras tomaba otra vez un semblante serio para después adentrarse a su habitación, mientras las dos carcasas se quedaban a vigilar.

-¿Que le habrá sucedido al rey? No sé veía bien...- Susurro el macho mirando a su compañera.

-No lo sé, pero conociendo a los pocos sirvientes que aún quedan en el palacio seguro el chisme no tardará en esparcirse como un incendio, ahora vámonos de aquí sin que nos vean- Susurro la hembra mientras comenzaba a irse del lugar en sigilo.

Su compañero hizo lo mismo, regresando cada uno a sus respectivos puestos si algo sabían era lo mucho que a la muchedumbre le encantaban los chismes, así que tal vez en una hora o dos podrían enterarse de lo que estaría pasando.

Y así fue como sucedió...

Dos horas después de haber conocido y nombrado a la nueva vasija del rey a sus espaldas pues se habían enterado de que la Dama Blanca había abandonado el palacio junto a su escolta personal, que justamente era también la capitana de la guardia del rey, Dryya, por lo que se sabía ella se había ido a algún lado del reino, pero aunque el Rey sabía dónde estaba, tenía cosas por hacer como salvar su reino antes de que fuera muy tarde.

Por ende aunque le dolía no tener y contar con el apoyo de su amada esposa, el rey continúo entrenando a su vasija, que sin saberlo ahora tenía un nombre, puesto por una de sus guardias.

Las siguientes 5 semanas a sus espaldas dicha guardia y su cómplice habían estado visitando a la vasija y sin saberlo, el rey confiaba ciegamente en está vasija pero sin saberlo poco a poco era contaminada. Aunque tarde o temprano se daría cuenta, y ellos dos tendrían un castigo por haber hecho esto a escondidas.

Karu se encontraba con el rey, el gusano entrenaba a la vasija haciendo que se hiciera alguien ágil y hábil con el aguijón así que era notable el avance de Karu, su defensa y contraataque era formidable, sin duda el contenedor era capaz de darle una batalla al rey, una decente al menos pues aún no tenía un gran nivel.

A pesar de que Karu ya había mostrado un gran avance, seguía teniendo defectos, y esos defectos eran sus reflejos algunas veces, pues podía bloquear algunas cosas y otras esquivarlas, pero simplemente seguía fallando en otras cosas más. El contenedor no fue capaz de esquivar está vez una daga blanca que se dirigía hacía el.

La daga impacto en su frente causando que su máscara se terminará por agrietar, el cayó de espaldas al piso mientras se levantaba, al piso caían algunas gotas de un líquido negro que se filtraba por dónde fue el impacto, el rey se acercó y suspiro un poco decepcionado, aún le quedaba un largo trayecto antes de que la vasija pudiera ser pura.

-Quédate aquí, iré por una máscara de repuesto...- Dijo el rey mientras se iba del lugar.

La vasija obedeció el comando que le dió el rey, no pretendía ir a ningún lado, eso si, como era de esperarse los dos guardias habían salido de su escondite para revisar que Karu estuviera bien pues su máscara no dejaba de gotear aquel líquido negro que aparentemente era su sangre.

-¡Oh por Wyrm! ¡Solo mira lo que el rey te hizo!- Exclamó la hembra tocando la cabeza de Karu con cuidado.

-¿Que fue eso de máscara? ¿Acaso ahora el rey está perdiendo su cordura?- Dijo el macho que aún no sabía al 100% que Karu no era un bicho común y corriente.

La hembra trato de detener el sangrado de la cabeza de Karu aunque el macho la detuvo, pues si ella detenía el sangrado de la vasija, el rey no tardaría en darse cuenta de que alguien estuvo ahí y eso era lo que menos quería.

-Ni lo intentes, solo nos vas a meter en problemas, y eso es lo menos que necesitamos ahora. Pues ya sabes que tan poca paciencia tiene el rey, que se entere que alguien estuvo aquí sería el colmo para el rey- Dijo el macho haciendo que la hembra se enojara.

-¿¡Cómo que no lo intente?! ¡Solo es un niño que tiene una fea herida en el centro de su cabeza! ¡Cómo no quieres que lo intente si está sangrando!- Exclamó furiosa la hembra mirando con molestia al macho.

Este mismo tuvo que callarla pues podrían llamar la atención de alguna carcasa que estuviera cerca de donde estuvieran ellos, además tampoco quería que el eco de la caverna resonará por el lugar hasta llegar a los oídos del rey, que seguramente estaría cerca de ahí para no dejar tanto tiempo sola a su vasija.

-Mira...entiendo que posiblemente este pequeño como el resto se hayan ganado un lugar en tu corazón blando, pero sabes lo que les pasará si el rey descubre que es "impuro", así que será mejor que por esta vez me hagas caso...- Dijo el macho tratando de convencer a su compañera.

Ella suspiro algo molesta, pero sabía que su compañero tenía razón, no podía seguir teniendo les cariño a las creaciones del rey, no solo porque este ya se había desechado de anteriores vasijas, cosa que la había dejado destrozada emocionalmente y aunque posiblemente esto que hacía a las espaldas de su rey estaba mal, no solo por ser la causante en su mayor parte de que las vasijas empezarán a demostrar emociones y sentimientos aún así le gustaba pasar el tiempo con esas vasijas.

Tal vez por el hecho de que siempre quiso ser madre, pero jamás pudo tener hijos. Pero aún así debía aceptar que no era su hijo, pero cada vasija que había llegado la trataba como su hijo o hija a espaldas del rey, dándoles un nombre y también procurando enseñarles cosas, además le gustaba ver cuándo las vasijas comenzaban a aprender.

Y en este caso le gustaría que está vasija también pudiera aprender cosas en general sobre el mundo a su alrededor, ella se levantó a punto de irse con su compañero cuando de pronto sintió algo en su pata, al mirar hacia abajo pudo ver al pequeño contenedor abrazando su pata, esto impresionó al macho pues no había visto que otra vasija hiciera eso, esto era completamente impresionante para los dos; aunque a la hembra la lleno de felicidad y no se resistió a darle un cariñoso abrazo al contenedor agachándose para hacerlo.

Después de 5 largas semanas ya se podía notar el avance que había tenido la hembra con el contenedor, aún así este al parecer había fingido todo este tiempo estar vacío todavía pues se notaba que su abrazo era cariñoso y de preocupación, pero aunque la hembra quisiera jugar y seguir con el contenedor tuvo que separarse y esconderse, al escuchar como alguien se aproximaba.

El rey salió a dónde estaba su vasija, en sus manos estaba una nueva máscara para Karu, solo que el rey no planeaba ponerse la ahí ya que no quería que hubieran chismosos cerca que pudieran ver lo que realmente era Karu. Así que con un simple comando de voz, la vasija siguió al rey en un lugar mucho menos abierto, y aquí le quitó su máscara rota al contenedor.

Revelando la verdadera forma de Karu, la cual era una pequeña sombra con grandes cuencas brillantes y un cuerpo moldeable, el rey acercó la nueva máscara a la vasija y así está regreso a la normalidad al tener una nueva máscara.

-Bien continuemos en donde lo dejamos...- Dijo el rey mientras era seguido por Karu.

Luego de haberle dado una máscara nueva continuaron con su combate de entrenamiento como si nada hubiera ocurrido. Cerca de ahí, escondidos detrás de unos grandes jarrones, los dos guardias tenían una pequeña charla en voz baja para evitar ser descubiertos.

-¡Oh claro que no harás eso!- Exclamó en voz baja el macho mirando a su compañera con severidad.

-¡Tu no puedes decirme que puedo o que no puedo hacer, ese pequeño merece estar en otro lugar. No merece solo ser el muñeco de pruebas del rey...!- Dijo en voz baja, la hembra algo enojada mientras veía al macho.

-¡Simplemente no puedes tomar a ese pequeño y escapar del palacio! ¿¡Es que acaso no sabes lo que el rey ha hecho?!- Murmuró el macho mientras veía a la contraria con un semblante algo serio.

-Estoy al tanto de que ahora estamos encerrados en su estúpido reino por causa de sus hechizos para evitar que alguien más saliera del reino, nos avisó la capitana Dryya antes que decidiera irse con la reina...- Murmuró la hembra mirando a su compañero.

Ambos habían bajado aún más la voz al escuchar que el combate estaba siendo más cercano a ellos dos, y dijera lo que dijera el macho, la hembra encontraría la manera de sacar a Karu de ahí e irse con el, era alguien decidida que iba a poner en riesgo su vida solo con tal de que aquel pequeño contenedor no sufriera el mismo destino de sus antecesores, pues no quería que la semana entrante hubiera una nueva vasija en cuanto el rey se diera cuenta que está ya tiene sentimientos, aunque finge estar vacía para evitar problemas con el rey.

Es así como la hembra siendo seguida por el macho salieron del lugar ocultos por los grandes jarrones, y mientras se alejaban la hembra planeaba alguna buena manera en la cual Karu y ella pudiesen escapar. Todo era muy riesgoso pero valía la pena intentarlo. Y no se iba a dar por vencida así como así pese a todo lo que el macho tuviera que decirle.

Pronto la hembra ya tenía muchas ideas en mente de como poder liberar al contenedor de un terrible destino, y también como poder acabar con este bucle sin fin, pero entre tanta idea que se le venía a la mente, la noche pronto llego al notarse más oscuro el palacio, así que sin darse cuenta se quedó despierta hasta tarde pensando en un buen plan de escape.

Pero finalmente se quedó dormida de tanto pensar en un buen plan, en su escritorio solo habían bolas arrugadas de papel, al mismo tiempo que su pequeño bote de basura al lado de su escritorio estaba lleno con alguna que otra bola arrugada tirada cerca de este mismo. Todos las bolas arrugadas hablaban sobre planes de escape, y otras cosas más con detalles precisos. Aún así su búsqueda por el mejor plan continuaría en la mañana cuando ella se despierte.
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¡Hola! Bueno quisiera aclarar que este prólogo fue totalmente reescrito, debido a la crítica de una amiga fue el factor para reescribir todo esto desde cero que espero que a mí amiga le guste esta nueva versión del prólogo y de la historia como tal.

Pero bueno, eso no quiere decir que la historia será completamente rehecha, claro que no, solamente cambiaré los aspectos que ella me dijo. Así que bien, sin nada más que decir yo me despido de ustedes.

¡¡Hasta la próxima!!

Posdata: Está historia recibió ajustes desde principios del mes de Junio de 2022 con el motivo de hacer más entretenida la historia y que tenga menos errores o incoherencias.

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