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Comenzando la revolución.

[Al día siguiente en la prisión]

Jasir, Salvia, Morati y Karlos habían sido enviados a unos trabajos mucho más pesados en lo más profundo de la prisión. Ellos estaban encadenados y con poca movilidad, los 4 mantis solo se pusieron a picar carbón de las paredes subterráneas de la caverna en la que estaban.

Mientras eran vigilados por unos guardias, así que no podían hablar, ya que esto estaba prohibido de hacer en medio de un trabajo, por lo cual ellos tenían que esperar a que se fueran los guardias que los estaban vigilando.

Pero de vez en cuando se daban unas miradas sutiles entre ellos, como una forma de comunicación silenciosa, ya que entre los 4 estaban esperando que ocurriera el cambio de guardias para poder hablar y actuar. Era solo esperar a que un reloj de arena algo grande, quede vacío de un lado para que de esta forma ellos puedan efectuar su plan.

Una vez el último grano de arena cayó, los guardias que estaban vigilando se retiraron, ya que era su momento de irse. En este corto periodo de tiempo, los 4 se quedaban sin vigilantes, por lo cual ellos al ver que ya no había nadie a la vista y que no se escuchaba nada, dejaron sus picos no sin antes romper sus cadenas y poner en marcha su escape de prisión.

—Bien, es hora, andando síganme, él amigo que nos visitó en la mañana no  tarda en llegar— Dijo Karlos mientras se iba por delante de los Lords, guiaría el camino hasta su contacto.

Jasir, Salvia y Morati solo lo siguieron de cerca, esperando que todo pueda salir como se esperaba.  Así que solo siguieron al guerrero con tal de salir de aquí.

[Horas más temprano]

[Al alba]

Todos en la celda iban despertando uno por uno, siendo el primero en hacerlo, el guerrero mantis que estaba algo herido por la pelea del día pasado este se acercó a la puerta con cautela y mucho silencio, y se quedó ahí un par de segundos esperando algo o alguien.

Esto llamo la atención de los demás, ya que pese a preguntar este no dijo nada y se quedó como estatua al lado de la puerta, esperando pacientemente.

Al poco tiempo alguien llegaría hasta la celda, el guerrero macho en esos momentos tocó la puerta dos veces, así que la rejilla por la que les pasaban comida se abrió, y él echo las llaves que robo por ahí, después esta rejilla se cerró y el sonido de las llaves tintineando del otro lado pusieron a los Lords en alerta, sin embargo el guerrero mantis los tranquilizó.

—Hey, descuiden, es un contacto mío, no hay nada que temer— Dijo Karlos a la vez que volteaba a ver a los Lords.

De forma casi inmediata, la puerta se abrió revelando a una cucaracha la cual miro al guerrero.

—Ya está todo listo, solo espero que no hagan chequeo hoy— Dijo el macho cucaracha, que notaba hasta ahora a los Lords. —¿Ellos están contigo?

—Sí, lo están—

—Bueno, entonces veré como me las arreglo para sacarlos a los cuatro de aquí. Ya que el plan era sacarte solo a ti— Dijo el macho cucaracha un poco enojado.

—Todos los planes tienden a última hora. Así que vete acostumbrando a eso.

El macho cucaracha solo gruño más molesto, para después ir cerrando la puerta no sin antes decir unas últimas palabras al guerrero y sus nuevos acompañantes.

—Bien, si algo no sale acordé al plan recuerda que tendremos que salir de aquí a la fuerza. Pero habrán muchos más problemas, así que traten de no cagarla— Tras esto cerro la puerta y se fue alejando se sin decir nada más.

—¿Podrías explicarnos qué fue todo esto?— Pregunto Jasir con una ceja levantada y con curiosidad.

—Un contacto de la resistencia, el se ha encargado de sacar a muchos de aquí, incluyendo a mis amigos. Pero a mí todavía no me ha podido sacar, al parecer buscan a todos los que puedan pelear, así que a menos que se quieran quedar deben seguirme y obedecer en todo lo que les diga. Entiendo que sean Lords, pero ahora yo soy quien se hace cargo de la situación, ¿de acuerdo?—

Karlos miro a los Lords, para que unos pocos segundos después estos acepten y decidan obedecer al menos por un corto periodo de tiempo.

—Bien, ahora será mejor que vayamos preparando todo, los guardias no van a tardar en llegar. Así que sería mejor tener esto en cuenta; si algo sale mal, osea que lleguemos a cagarla como no hay idea. Tendremos que matar a todos los que se crucen en nuestro maldito camino— Dijo Karlos a lo cual los 3 Lords no parecieron tener ningún problema.

—Por mí estaria bien matar a cada puto idiota de esta prisión— Dijo Jasir haciendo notar su resentimiento hacia las cucarachas.

—Se nota que mi ausencia se la han pasado genial— Dijo Morati con un toque de sarcasmo, ya que bueno, él no estaba enterado al 100% de como inicio este conflicto.

Salvia por otra parte se mantuvo en silencio, como si estuviera pensando en algo o en alguien. Aún así, al cabo de unos minutos, finalmente vinieron los guardias a llevárselos a los trabajos pesados que tendrían que hacer, sin que estos supieran que todo se estaba tratando de un plan por parte del guerrero mantis y su contacto de la resistencia.

[De regreso al presente]

Karlos guiaba a los Lords por uno de los muchos túneles de esta caverna subterránea, pese a parecer como un laberinto, el guerrero mantis parecía saberse de memoria el camino.

—Aquí es donde me preguntó, ¿si sabes en dónde estamos no?— Jasir pregunto en susurros, para evitar el eco de los túneles.

—Sí, he venido por estos rumbos un par de veces, pero me han bastado para aprenderme el camino de salida de aquí— Respondió Karlos en voz baja.

—Entonces podemos confiar en ti— Dijo Morati en voz baja y cuidando la retaguardia.

—Así es, ahora quédense callados si queremos escapar— Dijo Karlos el cual seguía guiando el camino.

Por alguna razón Salvia aún seguía callada, al parecer algo en sus propios pensamientos la estaba perturbando, ya que hasta ahora se mantenía con un semblante bastante serio e inexpresivo. Cosa que no pasó desapercibida por Jasir y Morati.

—¿Pasa algo?— Le pregunto Jasir a Salvia.

—No es nada...solo siento como que algo no está bien— Dijo Salvia, con un tono serio y rompiendo su largo rato en silencio.

—Bueno, no hay porque preocuparse, se lo que hago y a dónde los llevo así que síganme de cerca— Dijo Karlos a la vez que se daba la vuelta a ver al trío de Lords que lo seguían.

Tras esquivar a varios guardias, e ir a hurtadillas por los largos túneles de minerales. A Salvia ya le parecía raro que no sonara la alarma, después de todo ya había pasado un rato desde que ellos se liberaron. Aunque esto no detuvo su escape, pero si la mantenía alerta ante cualquier cosa sospechosa que viera o escuchará por el camino, y tras un rato, el grupo llegaría hasta en dónde estaría esperándolos el contacto del guerrero mantis.

—¡Bien ya era hora de que tuvieran que aparecer, ya hasta me estaba poniendo nervioso de que los hayan capturado o parecido!— Exclamó está cucaracha soltando un suspiro poco después.

—Perdón, pero tuvimos que tomar otras rutas a la establecida. Ahora, ¿por qué no ha sonado aún la alarma?

El guerrero mantis miro al contrario buscando una respuesta, la cual no tardó en llegar y de la boca de su contacto.

—Bueno, convencí a los guardias para que no dieran la alarma. Además use mis métodos de soborno, tuve que dar gran suma de dinero para que no lo hicieran. Ahora suban. No hay mucho tiempo.

El macho cucaracha mostró tres vagones para transportar minerales totalmente vacíos, aunque al ver que solo eran tres, los 4 mantis lo vieron con una mala cara por no haber traído consigo otro vagón más.

—¿¡Que esperan?! ¡Suban se ya, hay que irnos!

—Sí, ¿pero por qué solo hay tres malditos vagones?—

El guerrero mantis se subió a uno a la vez que veía enojado a su contacto.

—No había demasiado dinero para sobornar a los guardias para que me dieran un cuarto vagón. Así que dos de ustedes tendrán que ir juntos.

El macho cucaracha se giro a ver a los tres Lords, Morati fue el primero en subirse a uno de los vagones, dejando a Jasir y Salvia sin más opción que ir en el mismo vagón. Cosa un tanto bochornosa, debido al poco espacio con el que contaban, además de casi estar cara a cara, lo cual dejaba a los dos un poco sonrojados.

—¡Su cornamenta! ¡Quite se la!

—Lo lamento no puedo...— Contesto Salvia mirando de reojo al macho cucaracha.

Este suspirando agobiado solo hizo lo que ahora tocaba, tapar a todos con grandes mantas y un poco de carbón y diversos minerales para sacarlos de ahí.

—Bien, entonces tendrá que agacharse aún más—

Al oír esto, Salvia solo miro a Jasir, él cual ya contaba con un sonrojo en sus mejillas al tener ahora que estar más cerca de Salvia. O más bien, que ella estuviera más cerca de él, pero aún así los dos podrían en parte soportar esto.

Aunque quedaría como una anécdota más de lo que aquí ocurrió, un rato después el macho cucaracha estaba llevando los vagones fuera de las minas. Tratando de aparentar que no hacía nada malo. Pese a que abajo de las mantas y diversos minerales que usaba para su plan, llevaba a unas mantis, paso por diversos guardias que al verlo lo dejaban pasar, ya fuera porque eran los que soborno, o los que no sabían pero que sin embargo le dejaban paso libre al ver que traía consigo varios vagones.

Dentro y por debajo de las mantas, los Lords se mantenían alerta junto al guerrero mantis, todos teniendo listas sus garras en caso de tener que usarlas aunque, esperaban que no fuera a ser el caso, ya estaban a punto de salir por completo de las instalaciones de la prisión, pero aún faltaba el último chequeo, una vez aquí los guardias se acercaron a detenerlo antes de que el saliera.

—Buen día mis buenos hombres, ¿que tal va su día de trabajo?—

El contacto de Karlos trato de fingir la mejor de las normalidades, mientras mantenía su personalidad. Ante esto los guardias solo procedieron a ver el cargamento que él traía.

—¿Salida de minerales?— Pregunto uno de los guardias.

—Sí así es—

—Bueno, en ese caso no le ha de molestar que revisemos que no tenga nada ilegal con usted. ¿Verdad?— Dijo otro guardia.

—¡Para nada! Adelante, verán que solo traigo conmigo este cargamento de minerales.

Los guardias lo pasaron de largo e iniciaron con su búsqueda, Salvia al ver esto solo se pudo agachar aún más, quedando prácticamente pegada a Jasir, el cual se sonrojo un poco más, mientras trataba de no entablar un contacto directo a los ojos de la Lord, sin embargo esto era tarea difícil ante el reducido espacio que tenían. Los guardias tras haber revisado un vagón fueron con el siguiente y así de forma sucesiva. Pero dado a que ellos no encontraron nada fuera de lo normal, dejaron salir al contacto del guerrero mantis. Así que ellos ya se hallaban fuera de las instalaciones de la prisión.

Aunque esto aún no terminaba. El macho de forma discreta miro a todos lados y al no ver ningún guardia por los alrededores dejaría que el grupo de mantis salga de su escondite, haciendo que ellos se salieran por su cuenta.

—Bien, estamos libres de guardias ya pueden salir—

—¡Al fin!— El guerrero mantis acabo por tirar los minerales y la manta de encima suya. —Ya me estaba hartando de estar escondido en un lugar así.

Después de él, salió Morati y al último salieron Jasir y Salvia, a la vez, así que una vez estuvieron todos fuera ahora tenían que mantener un perfil bajo, al menos hasta llegar a la base de la resistencia.

—Tengo que decir que no parece del todo cómodo tener cornamenta, de solo verla me duele el cuello— Dijo Karlos mirando a la Lord Salvia.

—Je, con el tiempo te acostumbras a tenerla...— Contesto Salvia, mientras seguía discretamente al contacto de la resistencia.

—¡Bueno, muevan se, no se queden ahí parados! Aún nos toca recorrer un buen tramo hasta llegar a nuestro destino. Tengan, quizás con estás los cuatro pasen desapercibidos.

El macho cucaracha les entrego a los tres Lords y al guerrero mantis, una especie de poncho con capucha, para así ocultar sus identidades. Al menos en los lugares más oscuros que ellos iban a tomar. Así que se los pusieron y finalmente avanzaron, esquivando a cada patrulla de guardias que iba de acá para allá, vigilando las calles del reino.

Aunque en su trayecto, las mantis no pudieron dejar de lado el hecho de ver que una buena parte del reino estaba en una situación deplorable, por no decir que básicamente se encontraba en la mierda. No parecía que hubiera demasiada higiene, además de haber muchos enfermos, y bastantes de los habitantes se encontraban en unas condiciones precarias. Sin agua ni comida.

—Santo cielo, ¿que es lo que ocurre aquí?— Pregunto Morati sorprendido de la vista que tenía.

—Lo que ven amigos. Es la situación actual del reino, el rey no le importa mucho lo que le pase a sus súbditos, así que mientras el esté en su castillo con sus lujos y toda la mierda que él haga, le importa un carajo el resto.

—Mierda. Sabía que la situación de las cucarachas, pero no sabía que estaba tan mal— Dijo Jasir soltando al final de su oración, un suspiro de pesar.

—Pues esto está por cambiar, a partir de hoy en adelante— Dijo Salvia, muy decidida a cambiar el rumbo de la historia de las cucarachas.

—Es por eso que nos vendría bien unos guerreros como ustedes en la revolución. Además, parece que tres de ustedes son Lords, así que sus habilidades nos harían demasiado bien.

Siguieron avanzando hasta que el grupo llegó a una especie de plaza con pasillos pequeños, en dónde iban a tener que estar bien pegados para no separarse. Mientras caminaba por el lugar, no pudieron evitar ver más de lo que se vivía en el reino, al menos en la zona más pobre del mismo.

—¿Es así en todos lados?— Pregunto Karlos, quien mostraba tener algo de pena por los habitantes del reino.

—No, usualmente solo suele ser en los lugares donde se hayan solo los que menos valor tienen en el reino. La clase media tiene de que quejarse, pero al menos ellos no tienen tanta mierda como aquí. Pero los ricos son los que menos se preocupan por los suyos.

—Je, ya me imagino— Dijo Karlos de una forma enojada por todo esto.

—Bueno, entre más rápido lleguemos, más rápido podremos arreglar esta situación para el reino. De hecho, si no me equivoco de seguro van a venir por nosotros— Dijo Jasir en voz baja al ahora estar pasando cerca de un lugar vigilado por guardias.

—¿A si? ¿Y quién los va a venir a buscar eh?—

—Nuestros hermanos, y el de ella, y de seguro van a traer un ejército de enojadas mantis con ellos— Respondió ahora Morati mientras veía al macho cucaracha.

—¡Eso es bueno de oír, entre más bulla mejor! Si llegan y no dudo que lo van a hacer, tendremos de dónde agarrar para comenzar con nuestro plan.

—Solo esperemos que ya estén más cerca de aquí— Dijo Salvia a la vez que continuaba siguiendo de cerca al grupo.

Es así como ellos salieron de ese lugar para seguir acercándose a un sitio con una tremenda pobreza, con caminos lodosos, y casas abandonadas o en un estado horrible por el paso de los años y el hecho de que ya casi nadie iba por ahí.

Finalmente acabaron por detenerse frente a un edificio de varios pisos de alto, el cual estaba hecho en su mayor parte de ladrillos, pero que aún así no se veía de lo más seguro que digamos.

—Es aquí, llegamos—

—Espera un momento, ¿es en serio que este es el lugar?— Pregunto el guerrero mantis de forma un poco escéptica y un poco decepcionada.

—Así es. ¿Que esperabas? ¿Un puto castillo o una fortaleza? Además este lugar es mucho más sutil, por aquí no pasan a menudo guardias, y cuando lo hacen ni siquiera se molestan en entrar, así que es el lugar perfecto para hacer nuestras reuniones o planes.

—Inteligente...— Fue lo único que dijo Salvia, con una sonrisa corta en su rostro. 

—Lo sé, hasta ahora ha funcionado y esperemos que así siga.

Tras decir esto, el macho cucaracha empezó a empujar la pesada puerta de madera del viejo edificio, para darle espacio a las mantis para que entren aquí. Una vez dentro, el fuerte olor a humedad no se hizo esperar, además de otros hedores que era mejor no saber su procedencia.

—Ugh. Ya veo porque no quieren entrar al lugar. Aquí huele a mierda podrida...— Dijo Karlos mientras se tapaba la nariz.

—Esa es la última de nuestras preocupaciones. Realmente a dónde vamos queda por aquí. Así que por favor, síganme.

Las mantis siguieron a la cucaracha por los pasillos en aparente abandono del edificio, hasta llegar a una puerta de color rojo al fondo de uno de estos pasillos. He aquí, este macho tocó en tres ocasiones la puerta, solo para que por una rejilla alguien se asome a ver de quién se trataba.

—Contraseña...—

Un buen noble, es aquel noble que está muerto...

No hizo falta nada más, pues la rejilla se cerró y pocos segundos después se escuchó el sonido de que la puerta fue abierta por dentro. Quien les abrió la puerta se trataba de una robusta y alta cucaracha, la cual al verlos los dejo pasar. Ya que al estar con el contacto de la revolución, ya era bien sabido que serían refuerzos. Una vez todos cruzaron, la misma cucaracha se encargó de cerrar la puerta detrás de ellos, antes de ponerle seguros y otra vez sentarse en una silla que estaba a unos pocos metros de la entrada.

—¿Esto a dónde nos dirige?— Morati pregunto con curiosidad mirando al macho que los llevaba.

—Esto antes era el sótano del lugar, pero lo adaptamos para que fuese el sitio indicado para que hiciéramos nuestros planes de revolución.

Mientras bajaban por unas largas escaleras de piedra, al final de estas se encontraron con la dichosa base de la "revolución" un sótano repleto de diversos insectos y bichos, además que una que otra mantis o incluso una que otra cucaracha.

—Así que está es la famosa revolución eh...— Dijo Karlos cruzado de brazos al ver todo lo que había en el lugar.

—Solo una parte. Estamos repartidos por todo el reino, no es que seamos muy pocos luchando por esta causa— Dijo una voz femenina atrás de ellos.

Al darse la vuelta se fijaron que era una hembra mantis la cual tenía una bandeja en una de sus garras, con un par de tarros de madera para ellos.

—¡Muchas gracias Ada! Oh, por cierto, Ada, ellos son...emmm...no me han dicho sus nombres— Dijo aquel macho cucaracha.

—Jasir.

—Morati, mucho gusto.

—Salvia, un gusto.

—El mío ya te lo sabes, así que no hay porque decirlo de nuevo.

—¡Ah sí, Ada, ellos son Karlos, Jasir, Morati y Salvia!, ¡Salvia y compañía, ella es Ada, una de nuestras mejores guerreras!—

—Un gusto conocerles igualmente— Dijo Ada mientras les daba a cada uno un tarro.

—Gracias, ¿esto qué es?— Pregunto Morati al mismo tiempo que olía el líquido del tarro, notando que tenía un olor algo fuerte.

—Je, solo un especial de la casa. Se los invito solo por ser los nuevos— Dijo Ada regalando le una dulce sonrisa a Morati.

Cosa que Morati contesto con una sonrisa igualmente, dejando un poco sorprendidos a Karlos, Jasir y Salvia.

Ya que nunca antes habían conocido a una mantis tan amable, cordial y educada como Ada.

—¿Segura de que eres una mantis?— Le pregunto Karlos a Ada.

—Todos me dicen lo mismo. Pero es una larga historia. Ahora síganme, él jefe querrá verlos— Dijo Ada al mismo tiempo que los guiaba ahora ella.

—Yo me quedaré un rato por acá, si necesitan algo no duden en decirle a Ada o buscarme a mi— Dijo el macho cucaracha mientras ellos se iban poco a poco alejando.

Su única respuesta del grupo de las mantis fue asentir con la cabeza, al mismo tiempo que seguían de cerca a Ada. Solo para darse cuenta de que el lugar entero tenía mucho espacio, que había sido repartido para diversas cosas, como tener un cuarto en dónde se guardaba el arsenal, otro en el cual se preparaba la comida, y por último muchos eran usados como barracas y habitaciones de reuniones.

—Vaya, parece que están bastante organizados aquí— Dijo Salvia, la cual iba mirando hasta el último de los detalles del lugar.

—Así es, pero todo esto no se logró de la noche a la mañana. Tuvimos que pasar por mucho para conseguir todo lo que ven por aquí; además de que nuestro líder, ha hecho demasiados sacrificios para poder darnos algo de lo "mejor" que hubiera. Y por eso me refiero a todo lo que a los ricos no les sirve ya.

—Usan las cosas viejas como cosas nuevas para ustedes entonces— Dijo Jasir, a lo cual Ada asintió.

—Exacto, no será de lo mejor que haya pero al menos no nos preocupamos mucho por tener que dormir en el suelo— Dijo Ada mientras se giraba por uno de los pasillos.

Finalmente nadie dijo nada más, ellos siguieron caminando hasta llegar a lo que parecía un cuarto de lavado. O al menos eso creían, ya que del otro lado del cuarto se encontraba un par de muebles acomodados de aquí y por allá, para darle una apariencia más agradable al lugar. He aquí, en el medio de este cuarto se encontraba un escritorio algo grande, en el cual se hallaba sentado una hormiga algo fornida.

El cual al verlos se puso de pie para darles la bienvenida, no eran tan alto como las mantis que habían entrado a su "oficina", pero al menos tenía una apariencia robusta considerable, en su cintura portaba un cuchillo y también un par de herramientas más, además contaba con una tremenda marca de quemadura en el rostro.

—¡Ada, que gusto verte de nuevo, veo que has traído a nuevos reclutas!— Dijo aquella robusta hormiga a la vez que caminaba hasta quedar un par de pasos de ellos.

—Así es señor, son los nuevos que han llegado recientemente hoy— Dijo Ada de forma suave y educada.

—Bien, me presento, me llamo Antoine. O de así preferir lo pueden llamarme Ant para abreviar— Dijo Antoine presentándose ante el grupo.

De nuevo el grupo se presentó en el mismo orden que lo hicieron con Ada, solo que Karlos ahora sí se presentó al no conocer al líder de antemano.

—Si hay alguna pregunta no duden en hacerla. Yo con gusto estaré dispuesto a contestar cada una de ellas— Dijo Antoine mientras caminaba de regreso a su escritorio solo para recargarse sobre este.

—¿Cuánto tiempo llevan en esto de la revolución?— Pregunto Jasir.

—Llevamos aproximadamente unos tres meses, no empezamos antes, por las complicaciones que habían en su momento. Pero después de ese tiempo, pudimos tomar la iniciativa de alzar nos en contra de las cucarachas y de su rey actual. ¿Alguna otra?—

—¿Con cuánto guerrero cuentan para esto?— Pregunto ahora Salvia.

—Con los suficientes. Puede que te parezca muy pocos los que están hoy aquí, pero creeme que hay más a lo largo del reino; repartidos en varios puntos estratégicos para cuando llegue el día en que vamos a actuar—

—¿Qué hay de la armada del rey? Por lo visto sus números son mucho más grandes a los suyos. Además de que cuentan con soldados más entrenados y capacitados para la guerra— Dijo Morati, viendo a la hormiga y de reojo a Ada.

—¿Crees que no habíamos pensado en eso antes? Pudimos convencer a varios de los soldados para que se nos unieran, después de todo, muchos aún siguen del lado del rey por miedo a su mano derecha. Una mantis que dirige actualmente la prisión. Pero los que ya están hartos han decidido entrenar a la mayoría de los soldados que van a armar está revolución. ¿Ya no hay más preguntas?—

Solo faltaba Karlos, el cual si tenía una pregunta pero no referente a los temas que los Lords ya habían tocado antes que él.

—Sí, solo una.

—Entonces dila, eres libre de hacerlo.

—¿De casualidad ustedes no tienen a un pequeño mestizo entre sus filas?—

—Hmmmm. Hay muchos mestizos, pero si te refieres a uno con capucha, que todo el tiempo se la pasa volando de acá para allá. Además de ser muy social, pues si, tenemos a uno que es pequeño—

—Con eso me basta— Dijo Karlos a la vez que soltaba un suspiro de alivio.

Todos se le quedaron mirando a la vez que veían como este sonreía de lado, así que después de esto Antoine volvió a hablar una última vez, antes de dejar que se retiren de su "oficina".

—Una cosa que tienen que saber. No me importa si antes eran importantes líderes militares o políticos de donde vengan; mientras formen parte de la resistencia. Me van a obedecer a mi, ¿quedó claro?—

Aún no tan convencidos de esto y un poco molestos, el grupo de mantis asintió con la cabeza antes de que se pudieran marchar del lugar. Una vez fuera, Ada los guío hasta lo que iba a ser su habitación. La cual era una que antes fue otro cuarto de lavado pero mucho más pequeño.

—Bien, aquí se quedarán al menos por un tiempo. Luego de esto creo que ya podrán irse una vez acabe todo esto, y si me le preguntan. Dentro de poco ya haremos el primero de los ataques más grandes; espero que con su ayuda se pueda ganar— Dijo Ada mientras les regalaba una dulce sonrisa.

—De acuerdo, estaremos listos para cuando llegue ese momento— Dijo Jasir, al mismo tiempo que asentía con la cabeza.

—Si necesitan algo, no duden en buscarme. Yo estaré cerca de la entrada— Dicho esto, Ada se retiró de manera educada despidiéndose de ellos.

Una vez ya no estaba cerca, ellos solo se quedaron algo impresionados por su comportamiento tan...dócil, ya que no la hacía parecerse en nada a una mantis, más allá de su apariencia claro así que estaban un tanto confundidos.

—Para ser una mantis no se comporta como una— Dijo Karlos con algo de curiosidad por su forma de ser.

—Todos tienen una forma de ser diferente a los estándares y estereotipos que se pongan Karlos, no por ser una mantis quiera decir que te tengas que comportar como una. Y el ejemplo perfecto es Ada— Dijo Morati, el cual se sentó en el borde de una de las camas que había ahí.

—¿Ahora que haremos?— Pregunto Salvia, la cual también se sentó en el borde de una cama.

—Hay muchas opciones, creo que si no queremos perdernos en la noche, sera mejor salir y dar una vuelta por ahí. A ver qué somos capaces de hacer, y que no hacer, pero sobretodo conocer más a los que están aquí. Porque se nota que dentro de poco va a haber mucha actividad— Dijo Jasir a lo que todos estuvieron de acuerdo.

—Si vamos a hacer eso, entonces yo voy a aprovechar para buscar a un amigo que si o si debería estar aquí.

—Vale, pero traten de no tardarse demasiado. Habrá que ponernos de acuerdo en hacer algo más en caso de que su revolución no sirva de nada—

—¿Tan rápido con los pensamientos negativos Jasir?— Pregunto Morati a la vez que levantaba una ceja viendo a su hermano.

Jasir solo rodó los ojos mientras le daba una respuesta a su hermano.

—Siempre hay que tener un plan B en caso de dudas— Dijo Jasir cruzado de brazos y mirando de forma seria a Morati.

—Ten un poco de fé Jasir, estos bichos, insectos y hasta cucarachas llevan más tiempo del que te imaginas tratando de ser libres. Así que no hay porque de ser tan duros con ellos, sin siquiera conocerlos bien— Dijo Salvia viendo al susodicho, que solo soltó un fuerte suspiro.

—Está bien, pero por ahora solo hay que explorar un poco, los veo aquí en la noche— Dijo Jasir, mientras se iba de la habitación.

Los demás hicieron lo mismo, cada uno tomando un rumbo distinto, ya que todos tenían aquí diferentes cosas por ver. Así que ya hasta en la noche iban a volver a verse en su habitación.

[Mientras tanto en la prisión]

La mantis había reunido a todos los guardias de la prisión en el patio de la misma. Los veía a todos con seriedad, mientras estaba subida a un escenario de madera que servía para ejecuciones ahí mismo.

—...Supongo que muchos se estarán preguntando para que los he traído a todos aquí. Y la respuesta es sencilla. Unos prisioneros escaparon, unos que eran importantes; así que creo en lo personal que deben haber cambios drásticos aquí— Decía la mantis con la enorme cucaracha modificada y su mano derecha encapuchada detrás de ella.

Por otro lado, los guardias empezaron a notar como se poco en poco eran rodeados por las mantis modificadas, las cuales gruñían y soltaban hilos de saliva amarilla/anaranjada de sus bocas, como si fueran unos animales salvajes hambrientos...y justamente se encontraban con ganas de devorar carne.

La mantis en esos momentos continuo su discurso, con lo cual le dejo a más de uno sorprendido y aterrado con sus palabras.

—Bueno, en vista de que sería muy difícil encontrar a los culpables del escape de esas mantis. Supongo que todos merecen un castigo ejemplar, y que mejor manera que habiendo dado su vida de forma heróica en un motín dentro de la prisión. Ha sido un gusto haber servido a su lado...en realidad no, ahora hijos míos, pueden devorar su comida— Dijo la mantis con una sádica, tenebrosa y maquiavélica sonrisa en la cara.

Acto seguido sus mantis modificadas empezaron a devorar a todos los guardias de la prisión sin excepción, al ser más que los guardias. Estás de forma fácil acabaron con la mayoría, y este era el primero de los pasos de un maquiavélico plan en las garras de la mantis. Que con una expresión muy neutral pese a la carnicería y matanza discriminada que ocurría frente a sus ojos, bajo del escenario dirigiéndose con la enorme cucaracha y el encapuchado hacia su oficina que se hallaba en el edificio en medio del patio. Dejando atrás a los guardias que iban escapando de las mantis para ocultarse dentro de los bloques de la prisión, aunque sin éxito de poder escapar de estás sanguinarias bestias que ella había creado.

Es así como una gran masacre había iniciado en la prisión, y mientras está ocurría; la mantis decidió ir por su pasadizo secreto hacia su laboratorio en el castillo. Después de todo, el área circundante de la prisión se hallaba deshabitado, por lo cual nadie iba a estar escuchando los gritos de dolor y de auxilio de guardias y reclusos por igual.

Ella por otra parte, solo retiro su gran cuadro de su diosa de la pared, y entre cosas tomaría su tocadiscos y una caja de tamaño pequeño que al parecer era una cajita musical. Después de haber recogido todo lo de importancia, ella dió la orden de irse. Así que la gran cucaracha y el encapuchado siguieron sus pasos por ese pasadizo.

Luego de un rato de haber caminado por su pasadizo secreto, llegarían a su laboratorio, en el cual pondría todas las cosas que necesitaba en algunas partes del mismo; al mismo tiempo que se acercaba a las cápsulas dónde estaban sus siguientes sus creaciones.

—Ya es hora...— Dijo de forma algo sombría, para después girar de una válvula pegada a la pared.

Tras girarla, poco a poco el líquido dentro de estas cápsulas/tanques, se comenzó a vaciar hasta el punto en el cual las horripilantes y nuevas bestias de esta empezaron a despertar.

Con una sonrisa ella vio como sus nuevas creaciones salían de forma brusca de los tanques cayendo al piso, antes de levantarse y mirar a su creadora. La mantis se puso sus lentes redondos y pequeños mientras se acomodaba una especie de collar que traía en su cuello. Para después ver a sus creaciones y dar por comenzada la segunda fase de su plan.

[Por otro lado]

[A las orillas del reino de las cucarachas]

El ejército de mantis conformado por ambas tribus finalmente llegaba a la que era su última parada. El reino de las cucarachas, se encontraban a las afueras del mismo. Y todos estaban atentos a las órdenes de sus líderes.

En estos momentos para la sorpresa de más de uno, Ashanti y Jade parecían no querer pelear entre ellos. Ya que sus miradas se fijaban en el reino que se encontraba más adelante de ellos.

—¡Muy bien, todos escuchen!— Dijo Kande con voz alta, a lo cual todos la voltearon a ver.

Karu, Zafiro, Kamikaze, Tek y compañía ya estaban cerca, así que serían los que estarían para escuchar de las instrucciones de Kande.

—Bien, este es el plan. No podremos atacar de frente, por lo cual vamos a tener que tomar una desviación hacia el acueducto de las cucarachas, ya que por ahí se encuentra una entrada alternativa. Aunque no iremos todos, solo un pequeño grupo se va a infiltrar para abrir las grandes puertas de las murallas de su reino. Mientras el resto actuara como una distracción para mantener ocupadas a las cucarachas. Y así que nuestra llegada sea mucho más inesperada— Decía Kande siendo escuchada por la mayoría. —Luego de abrir las puertas, todas atacaremos de frente abriéndonos paso hacia la prisión y el castillo. Nos vamos a tener que dividir en varios grupos para obstaculizar y detener el avance de las cucarachas. Una vez estemos en el castillo, entramos y matamos de una buena vez al maldito del rey. ¿Quedó claro?—

El silencio del momento le dejaba entender que no había dudas, sin embargo cuando ella ya estaba a punto de dar la orden de que iniciará un combate en el pueblo con más cercanía al reino de las cucarachas. Jade tuvo algo que decir en esos momentos.

—Esto suena demasiado elaborado, que suena que ya han hecho esto en anteriores ocasiones. Me sorprende que ustedes no hayan sido capaces de acabar con las cucarachas tras todos estos años— Dijo Jade de una forma grosera y algo agresiva.

Ashanti iba a hablar, pero en esos momentos se le adelantó su hermano Saud.

—¿Tú crees que una sola tribu es suficiente para entrar a un reino lleno de cucarachas? No es tan fácil Jade, se necesitan muchos más guerreros, la cantidad que traemos será suficiente si jugamos bien nuestras cartas— Dijo Saud cruzado de brazos y mirando al contrario.

—¡Ya ya, como sea, solo hay que hacer esto nos guste o no nos guste!— Dijo Kande a la vez que se volteaba a ver a Jade. —Y mira, se que te caemos mal, pero dejemos los comentarios para después y concentremos en sacar a nuestros hermanos de ahí adentro.

Jade no dijo nada y solo le basto dar su asentimiento con su mirada fría, seria y calculadora para que ya se pongan garras a la obra.

Momentos después un pequeño grupo se abría pasó entre la oscura noche, aprovechando la poca vigilancia que tenía el pueblo a las afueras del reino, este grupo era conformado por los siguientes integrantes: Zafiro, Karu, Kamikaze, Rae, Asher y por último Dalia.

Zafiro guiaba al grupo como la líder, y Karu como su segundo al mando le seguía de cerca para no perderla de vista. Además de mantenerse cerca de ella. Mientras el resto, los seguía con la misma cautela que ellos, yendo casi a hurtadillas para no ser vistos por los pueblerinos.

Finalmente llegaron a dónde tenían que llegar, el acueducto, todos se escondieron detrás de un gran arbusto solo para ver bien el terreno.

—"No veo que este muy vigilado el lugar"— Dijo Karu, con cierto tipo de sospecha de que era una trampa.

—Bueno eso ha de ser por la hora que es, porque si hay varios guardias cerca de aquí— Dijo Dalia, mientras con una garra señalaba un par de guardias que estaban custodiando el camino hacia el acueducto.

—Además, con la distracción dudo mucho que vayan a estar por aquí más tiempo del esperado. Aún así, hay que esperar; no falta mucho para que se de la señal— Dijo Kamikaze, y la señal a la que él se refería era el inicio del combate.

Con el fuerte ruido de tambores de guerra que despertaron hasta al más de los guardias con sueño pesado. Las mantis se abrieron camino con una fuerza, fiereza, coraje y valentía muy increíble para ser verdad, todos los guardias que protegían ese camino del acueducto de inmediato se alejaron de ahí. Todo para frenar este sorpresivo ataque mantis.

Una vez ya no hubo más moros en la costa, el pequeño grupo avanzo, y nuevamente sin ser vistos. Al llegar al lugar del que hablaba Kande, vieron que era una especie de zona que se hallaba en construcción. Así que ahora ellos tendrían que ir con cuidado para no hacer tanto ruido, aunque con los ruidos de la batalla que se libraba más atrás de ellos, dudaban que alguien los fuera a ver o escuchar.

Karu subió primero, seguido de Zafiro, Rae y Asher, ellos se encargarían de dejar el camino despejado mientras que Dalia y Kamikaze estaban a cargo de cuidar la retaguardia. Al final entre los tres vessels abrieron un pasadizo por el cual podrían pasar fácilmente todos ellos.

—("Es momento de la acción")— Dijo Rae, aunque solo siendo escuchado por Karu y Asher.

—("Solo trata de no emocionarte más de lo debido")— Dijo Asher suspirando al saber que quizás Rae tenía muchas ganas de combatir.

—"Por ahora ambos recuerden que no vamos a entrar en combate a menos que sea totalmente necesario así que, apeguen se al plan original por el momento, ya después cuando todo esté más controlado. Vamos y empezamos a combatir"— Dijo Karu persuadiendo las ideas de entablar un combate innecesario.

—¡Baja la voz, que es momento de actuar!— Exclamó Zafiro en voz baja, al mismo tiempo que regañaba a Karu.

Es así como el grupo armado solo con cuchillos se abriría paso por las zonas superiores del acueducto, todo con tal de ir limpiando la zona de arqueros y demás peligros. Para además también saltar hacia dentro de las murallas y poder abrir las puertas para el avance de su ejército, usando el tiempo a su favor. Sin embargo no contaban que las cucarachas ya tenían un plan en caso de que algo así sucediera. Así que, mientras varios guardias funcionaban como la primer línea de defensa de su reino. Otras solo encendieron unas enormes ollas que tenían carbón y aceite. Lo que significaba que estaban siendo atacados, cosa que prendió las alarmas en todo el reino.

Así que de boca en boca fue corriendo la voz, y es así como el factor sorpresa se había perdido. Más no las ganas de las mantis por una buena batalla.

Mientras tanto, la mantis del lado de las cucarachas al ver esto solo pudo sonreír ampliamente mientras veía como las piezas de sus planes iban de a poco funcionando. Así que solo dió la orden de despertar al rey, mientras desde un balcón del castillo veía la batalla que se libraba fuera del reino.

[Mientras tanto en el cuartel de la revolución]

Salvia, Morati y Jasir, estaban hablando con Karlos y su pequeño amigo. El cual era una especie de mestizo volador entre una mariposa y una libélula.

Este pequeño insecto de nombre Joshua, era algo bastante energético, pero también demasiado imprudente, llegando incluso a hacer comentarios un poco sobrepasados con respecto a la cornamenta de Salvia. Sin embargo, pese a sus defectos poseía un gran corazón, y era por eso que de alguna forma u otra, los Lords lo aguantaban.

—Vaya, esa si es una manera bastante interesante para conocerse— Dijo Morati una vez ellos terminaron de contar su forma de conocerse.

—Je, creeme, al principio lo quería matar porque lo consideraba bastante insoportable y al final se convirtió en mi mejor amigo— Dijo Karlos a la vez que reía un poco por este hecho.

—Jeje, yo la verdad estaba aterrado cuando el me amenazaba con que me iba a devorar vivo. Ahora solo lo tomo a forma de juego— Dijo Joshua con un tono bastante jocoso.

—Pues no deberías, no sabes cuándo podría estar hablando en serio—

—•~• Creía que ya habíamos dejado atrás las amenazas hacia mi persona.

Por otro lado el trío de Lords solo se pusieron reír un poco ante la química entre estos dos, sin embargo su charla se vería interrumpida de forma muy abrupta cuando Ada entro a su cuarto designado, algo agitada y seria.

—¡Todos arriba! ¡Antoine nos necesita a todos en el primer piso del edificio, así que muevan se!— Exclamó la mantis, con lo cual después salió disparada hacia otra dirección.

Ante esto, las mantis y el mestizo se lanzaron a investigar que ocurría. Ya que parecía ser algo grave a decir verdad, aunque era todo lo contrario.

Aunque antes de subir, Ada les daría sus armas que previamente habían sido recuperadas por su contacto en su ida a la prisión. Pero que no se les eran aún otorgadas hasta que pasará algo como ahora.

Salvia recibió de nuevo sus hachas, mientras que Jasir recibiría de regreso su corona de Lord junto a su lanza. Y Morati recibiría su bastón. Así que ya armados el grupo subió arriba en dónde ya estaba Antoine esperando a todos.

—Muy bien, haré las cosas cortas y sencillas, al parecer un grupo grande de mantis ha llegado a las afueras del reino. Así que vamos a usar esto como una forma de iniciar nuestra ansiada revolución. ¡Por lo cual quiero ver qué tanto quieren ser libres de este rey y su reinado de corrupción!— Exclamó la hormiga, a lo cual el resto solo se le unió con gritos de guerra. Con lo cual a él le basto para dar la orden de dar por iniciada la revolución. —¡Entonces vamos a darle un merecido a estas malditas cucarachas y recuperar nuestra libertad! ¡Al ataque!

Una vez dijo esto, abrió las puertas del viejo edificio, dejando salir a todos, de forma inmediata se desató el caos en las calles debido a esta situación. Los pocos guardias del momento solo no pudieron con tantos guerreros de la revolución que los superaban en crece en números y en fuerza.

Esto daba inicio a la caída del reino de las cucarachas. Y el comienzo del final para los planes de cierta mantis que solo observaba con tranquilidad todo desde el balcón del castillo. Viendo las señales que se encendían con ollas con carbón iniciando así el conflicto a lo largo de todo el reino.

—Y ahí va una fase más...— Dijo con serenidad mientras sonreía de una manera maquiavélica.

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¡Hola! Hasta aquí otro capítulo más de la historia de Karu, como siempre espero que les haya gustado, no se olviden de comentar que les pareció y votar si les gustó. Además también compartan la historia para que más personas conozcan la historia.

Y además ya estamos a finales de la primera temporada de la historia de Karu, solo unos capítulos más para poder irnos a la segunda temporada, descuiden todas las temporadas estarán en este libro.

Y ya sin más que decir, yo me despido de ustedes hasta aquí.

¡¡Hasta la próxima!!

Posdata: este capítulo ha sido reescrito para el mayor disfrute del lector y la audiencia en general.

Además aclaro que me tomé unas pequeñas vacaciones desde que el año de 2023 inicio, así que quiero pedir disculpas a aquellos que ya estaban esperando otro capítulo más. Pero en fin, en otras noticias, ya también estoy trabajando en el siguiente capítulo de esta historia para cuando estén leyendo esto.

Así que se viene un increíble 2023.

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