(1). Broken Mind
Preso aquí en esta fría celda a la que llamo hogar y atormentado por las dos extrañas figuras que habitan y dominan estas paredes. El gélido frío y la humedad hace de esta incómoda estancia una nevera humana. Los gruesos barrotes de obsidiana marcados por dientes, garras y sangre me hacen preguntarme si están para que yo no salga o para que nadie entre.
Todavía recuerdo cuando no estaba aquí cuando era un hombre libre cuando todo esto no era más que una simple pesadilla de mi cabeza. No me acuerdo de todos los detalles pero sí recuerdo muy bien las letras: Instituto de Salud Mental "Broken Mind". También recuerdo el tour que se me dio prometiéndome una cómoda estancia y un buen tratamiento. Ja, buen tratamiento.
En cuanto se acabó el tour todo comenzó, un pinchazo por mi cuello fue todo lo que sentí antes de caer inconsciente. Nada era, ni nada sentía, como si la muerte hubiera despellejado mi alma de mi cuerpo. Ya hubiera querido que así hubiera sido pero no realmente me deparaba un destino más de espinoso que la muerte.
Poco a poco voy escuchando una voz a la distancia que me habla. La voz es clara, parece la voz de una mujer. Cuando por fin recupero la conciencia y abro mis ojos, me encuentro una escena espantosa. Es una habitación negra como el hollín. Parece un salón de operaciones, los cuatro focos que se encieden de momento dañan mi vista, pero consigo ver cierta cantidad de instrumentos de tortura manchados por lo que parece ser óxido o sangre seca.
Intento forcejear, pero en vano, mi cuerpo no responde como si no tuviera el control de mis acciones. La mesa de acero fría y llena de sangre denota lo que pronto me deparará. ¡¡¡AYUDA POR FAVOR¡¡¡ intento gritar pero de nuevo no puedo controlar mi voz.
Escucho lo que parece ser lamentos, voces y gritos de almas que han sufrido el mismo tormento que a mí me espera. Pero de momento las voces se calman, y, un silencio atormentador inunda todo el ambiente como si esas voces reconocieran al mal mayor que dominaba allí y que pronto se acercaba hasta donde yo estaba.
Escucho pasos a la distancia, pasos que se hacen cada más fuerte. En eso se abre una puerta y una figura sale de de en medio de la oscuridad. Es una mujer joven de pelo largo y oscuro que viste una bata de médico negra. Sus ojos son tan grandes oscuros y fríos que siento como si pudieran atravesar mi alma. Su piel es pálida y su complexión es anoréxica, como si viera la muerte misma frente a mí.
Se acerca y casi pegando su cara a la mía me dice:
-Ummm -abrió mi boca y inspeccionó mis dientes -Creo que serás un buen espécimen.
¡¡Espécimen!! Te has intensificó al igual que los latidos de mi corazón. En eso dice:
-¿Sabes lo que decía mi mamá antes de empezar a cocinar? "Ablanda la carne y corta los huesos". Nunca se me olvida cuando lo dijo mientras nos comíamos a mi hermano de 2 años de edad.
Y clavando con insistencia a sus uñas en mi pecho hasta sacar sangre me dijo bajito al oído:
- Te contaré un secreto. Yo fui quien lo maté. Lo desolle como un pez mientras gritaba en su cuna por leche. ¡Maldito bebé gritón! nada más se la pasaba llorando. Pero tú no eres así ¿verdad? ¡Eres tan lindo! que me dan ganas de cocinarte en trocitos y comerte.
Mi mirada se llenó de horror y pánico. Si en ese momento hubiera tenido el control de mi rostro, reflejaría la verdadera escencia del miedo y la desesperación. Mis ojos buscaban alguna salida, algún escape a aquella tortura que ni siquiera había empezado.
Eso provocó una risa insana en aquella persona frente a mí que no era común en una persona. Después del tremendo subidón de euforia ella dijo:
- No nos hemos presentado correctamente. Mi nombre es Sadness pero mis amigos me conocen como Sad, aunque, no tengo amigos -y volvía a reírse descabelladamente- y soy la doctora de este increíble lugar. Pero bueno, no hablemos más de mi y empecemos con el tratamiento ¿quieres?
Y agarrando un martillo y un clavo lo colocó en mi mano, y martilló con tanta fuerza que puedo jurar que escuché como mis huesos se rompían. El dolor era indescriptible, palpable, no me dejaba ni siquiera respirar. Pensé que me desmayaría en ese momento pero antes de hacerlo escuché las palabras de aquella extraña mujer diciéndome:
-Parece que causé una gran primera impresión en ti. Me gustas, y creo que nos llevaremos muy bien, de hecho creo que llegarás a ser mi favorito.
Y abrumado por tanto dolor mi mente no pudo más y cayó inconsciente en un largo letargo. Al despertar me encontraba en un lugar completamente diferente, era de color blanco como si me encontraran el mismísimo cielo rodeado de nubes. Me encontraba en una cama atado de nuevo, pero ya era consciente de mis propias acciones. En ese momento, se me aparece una mujer de cabello rubio y lacio con ojos color como estrellas y labios de color carmín. Acercándose hacia mí se sienta en la en el taburetico que había cerca de mi cama y me dice:
-Pobre de ti. Seguro te debió de tratar muy mal. Ay qué modales los míos, no me he presentado todavía. Mi nombre es Alegría. Soy la enfermera de este lugar y me dedico a curar a todos los pacientes que reciben el tratamiento de la doctora Sadness.
Su risa era angelada y por un momento mi mente pensó ¿Qué hace una niña como esta en un lugar tan oscuro y tan frío lleno de personas tan horrendas como aquellas? Mi mente no hallaba explicación así que le pregunté:
- ¿Qué hace una persona como tú en este lugar? ¿Acaso eres un paciente también?
- No. Mi hermana es la doctora. Desde pequeña nos acogieron aquí en este lugar, así que junto a ella servimos para mejorar esa instalación.
Su respuesta de nuevo fue dulce lo cual me extrañó aún más, pues contrastaba completamente con el carácter de aquella mujer que hace unos momentos me torturaba. Entonces ella dijo:
-¿Cómo te llamas? ¿Porqué estás aquí? -inclinaba la cabeza y se movía de un lado a otro con curiosidad.
-No sé -le respondí- parece que no recuerdo nada de antes de entrar a este lugar.
-Ah, ya veo -dijo poniendo su dedo índice en sus labios- Entonces, no importa yo siempre te cuidare y curaré todas tus heridas.
Y se acercó y besó mi frente. Luego se rió y se marchó. No se porque mi corazón latió tan rápido. Quizás fue por la adrenanalina de mi cuerpo. Al poco rato vino y me dijo:
-Mira esto es un sedante para el dolor y para que descanses lo mejor posible. Duerme y nos veremos pronto.
Cerré mis ojos con el pensamiento de ese ángel color oro. Pero en cuanto los abrí volví al infierno del que era presa constante. Era la misma habitación, pero, ahora habían cuatro cuerpos más a los que se les había arrancado la piel de la cara recientemente, pues todavía goteaban sangre. En medio de ellos estaba ella. La misma doctora sádica que le encantaba jugar a torturarme. Tenía un libro de cuentos de color negro y les leía a los cadáveres:
-Y papá oso dijo: ¡Alguien se ha comido mi cena! ¡Alguien a roto mi silla! ¡Alguien tiene mi hacha!
Y percatandose de mi presencia y de que me encontraba despierto, cerró su libro y me dijo:
-¡¡Pero si es mi paciente favorito!! -y en eso- Shhh, no hagas ruido -decía mientras ponía su dedo índice en la boca y hablando en voz baja- ¿No ves qué están durmiendo? Sabes todos eran igual que tu cuando llegaron por primer vez. El -apuntando a uno de los cuerpos- era un teniente coronel de 2 estrellas. Ella -mirando a un cadáver completamente desfigurado- era alguien que se creía muy bonita con su foto de perfil y su lista de deseos de Facebook. Y el -respondió con desgano mientras acariciaba a un cadáver- se sacó una sección de fotos muy horrendas, nunca lo pude distinguir con claridad. Y por último ella -y se acercó al cadáver que estaba a mi lado- nunca me gustaron sus ojos rojos. ¿Me entiendes? Por eso los maté. ¿Pero? -mirándome con una risa de oreja a oreja me dijo- ¿Tu no eres así verdad?
Ante aquella espantosa escena mi primera reacción fue la de vomitar, pero el terror me dominó primero y me paralizó por completo. Mi cuerpo temblaba, recordaba todavía de lo que era capaz de hacer.
-Y qué te parece si empezamos -dijo en tono burlón.
Aqullo aumentó mi respiración, estaba hiperventilando sin control. Sudaba y me estremecía para intentar liberarme de las correas que me sujetaban. Mis gritos desesperados no paraban de exclamar: ¡¡¡AYUDAAA!!!
Grité hasta que mi voz no pudo más y mi garganta casi reventaba del esfuerzo. Las correas goteaban sangre por como me cortaban por el forcejeo constante. Y mi respiración casi logra que me de un infarto. Todo esto sucedía mientras Sadness disfrutaba cada segundo.
La sinfonía del pánico se apoderó de mi cuerpo y me hacía bailar al son del vals de la desesperación como si fuera un simple títere sin control de mis reacciones. Todos mis instintos me decían que debía huir de ese lugar de inmediato, aunque me era imposible hacerlo.
Cuando todas mis fuerzas fallaron. Entonces la doctora comenzó de nuevo con sus torturas. Día tras día siempre era lo mismo primero Sadness probaba alguna tortura nueva y después cuando estaba entre la vida y la muerte me dejaban moribundo a Alegría para que me repara para la siguiente ronda.
Y así mi tormento es constante y mi tortura es insufrible. He buscado la muerte pero ella no quiere verme. Mi único consuelo es encontrar a aquel ángel que cura mis heridas y que repara mi corazón. Me hubiera vuelto loco de no ser por ella. De hecho espero la tortura para volver a verla. Pero nunca me imaginaria el cambio que daría mi vida.
Hola, espero que les halla gustado y disfrutado esta historia xD. Mis agradecimientos especiales a una persona muy especial para mí @Ricitos_d_Oro que me a inspirado con sus historias. Es una gran escritora muy talentosa y hice algunas referencias a sus cuentos. Si les gustó mi historia les invito a leer también sus cuentos. Y esperen más capítulos como estos :).
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro