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QUATRE

Froy Gutierrez as Izan Graham 


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Armie estaba en la librería esperando a que las puertas se abrieran, Annie a su lado jugaba con el collar que su padre le había regalado.

Detrás de ellas, una larga cola de chicas ansiosas por comprar "Cartas para Becky", Armie llevaba una sudadera que había pertenecido a su padre y unos vaqueros altos, su pelo recogido en un moño con un par de mechones sueltos.

La librería abrió la puerta y entraron con rapidez, Annie con un quejido la siguió, pronto el estante con los ejemplares empezaban a escasear, Armie sonrió ampliamente.

Una de las chicas pareció reconocerla pero no quiso acercarse por sí las demás chicas la atosigaban. Annie sorprendida vio a las chicas coger los libros incluso alguna se llevaba dos, era algo que no podía imaginar, pero que estaba pasando, Armie era escritora y su libro se vendía como golosinas.

Salieron con el libro en una bolsa de papel y se dirigieron a una cafetería para desayunar, con John y Andrew.

—Se han agotado con rapidez, es fascinante —sonrió Annie mientras cogía el libro y miraba la foto de su hermana y la información que había. Por la puerta John tiró la colilla del cigarrillo y entró mientras Andrew ya estaba de camino a la mesa.

—Chica tus libros se han agotado en una hora en el centro comercial y las librerías están muy contentas.

Armie sonrió y miró a Annie que la miraba contenta, John se acercó y se sentó mientras se quitaba el abrigo.

—Bueno vamos a desayunar, muero de hambre y el teléfono me estresa

—Quiero un zumo de naranja y tostadas con aguacate —Annie sonrió mientras abría el libro y ojeaba las páginas, acercó el libro a su nariz y aspiró el olor.

—Bien, yo quiero lo mismo —Armie rio cuando vio ese gesto que había cogido de ella— ¿A qué hora tienes la prueba?

—Si es por Izan, llegaré a tiempo para la última reunión con él —Armie asintió mientras el camarero se acercaba para pedir la comanda.

Andrew suspiró mientras las veía, las dos eran fuertes, en menos de un año habían sido capaces de organizar su vida, para que ambas fueran felices a su manera. El dinero no era un problema con el sueldo que tenía Armie más el libro se podían permitir vivir tranquilas, si a eso le sumaban la herencia que sus padres habían dejado para ambas tenían la vida resuelta. La familia Lefebvre eran conocidos por su carrera como doctores, él neurocirujano y ella ginecóloga, ambos se conocieron cuando estaban de residentes en el mismo hospital, surgió la chispa.

—Es la última visita en casa de los agentes y servicios sociales —ambas asintieron, a Annie le estresaba tener a alguien que vigilará si su hermana cuidaba bien de ellas, Armie hacia lo imposible para sacarla adelante. Era algo más que obvio que ella cuidará de su hermana.

—Bueno, en nada es tu decimoctavo cumpleaños y ya serás independiente, y podrás dejar la cafetería —sonrió hasta que recordó algo— nos han llamado de una librería para hacer una firma en unas semanas.

—Bien genial —sonrió antes de morder la tostada y beber un poco de zumo.

Al acabar de desayunar ambas se despidieron de la pareja. Annie para ir a la academia y prepararse para su audición, Armie mientras haría las compras pertinentes para la casa.

—me cuentas al llegar a casa, muchísima suerte Bibou —sonrió y besó su mejilla antes de que ella entrará y espero unos segundos antes de ser abrazada por la menor haciéndola reír y despedirse de ella.

Al entrar en casa, con las bolsas Woolf la recibió con pequeños saltos y ladridos, acarició sus orejitas para así relajarla y saludarla. Mientras colocaba la compra en la alacena, las llaves y la puerta llamaron su atención. Su hermana entraba con su maillot negro, no se había cambiado por la prisa de llegar a casa, una radiante sonrisa y corrió al encuentro de su hermana mayor.

—ARMIE —se oyó un golpe y un quejido desde la cocina había chocado con una de las estanterías de la alacena.

—AY ¿Qué pasó? ¿¡Te cogieron?! —frotó su cabeza ligeramente, antes de fijar la mirada en su hermana pequeña y verla sonreír y correr a ella.

—Si —ambas chillaron emocionadas, mientras saltaban y celebraban con Woolf a sus pies correteando para también recibir cariño.

El timbre las sobresaltó, Armie fue a abrir con tranquilidad, tras la puerta Izan las miraba con una pequeña sonrisa.

—Hola chicas —Armie sonrió y lo dejó pasa— ¿Cómo estáis?

—Bien, ¿como vas con Shell?

—Cortamos —Armie hizo una mueca mientras dejaba su mano en el hombro del chico y daba un leve apretón. Annie aviso de que tomaría una ducha y que seguramente Norman vendría a verlas.

—Seguro que llega la indicada, ¿Quieres Café? —Ambos pasaron a la cocina donde Armie le dio una taza— dos terrones ¿verdad?

Izan sonrió y asintió mientras que ella se servía una taza de té. El agente se paseo por el apartamento haciendo las revisiones pertinentes, habitaciones limpias y ordenadas, la de Annie con aquello que la adolescente necesitaba para estudiar y la de Armie igual por sus clases nocturnas.

—¿Sabes? Fui a comprar tu libro para mi hermana —sonrió haciendo que Armie sonriera — está emocionada por leerlo, ¿crees que podrías firmarlo? se llama Emma

Sacó la copia de su libro y se lo pasó cuando ella asintió, Izan le daba uno de sus bolis y sonreía agradecido.

—Va a ser el primero que firme —sonrió mientras lo miraba, Izan tenía los ojos claros, podías perderte en ellos sin darte cuenta.

Para Emma, espero que disfrutes de este libro tanto como yo creando el mundo de Becky, recuerda que puedes ser lo que te propongas.

Con mucho amor, Armie

Izan sonrió y abrazó levemente a la chica como muestra de agradecimiento.

—Es la última vez que te veo... ¿Te gustaría... Quizás cenar conmigo?

—¿Me estás pidiendo una cita? —lo miró con una pequeña sonrisa.

—Bueno... Si, de verdad que me gustaría mucho poder quedar —Armie se sonrojo levemente.

—Bueno, el sábado a las 20h —Izan se acercó un poco a ella— no llegues tarde —las intenciones de Izan, captadas por Armie con rapidez, robarle un beso— Si la cita sale bien, entonces...

Annie salió mirando la escena, Izan no le inspiraba confianza, así como lo hacía Norman, quien la llevaba de vez en cuando a la tienda de cómics y se había convertido en un tío para ambas chicas.

—Armie, ¿que harás para comer? —interrumpió la conversación inocentemente y se acercó ya cambiada con unos vaqueros altos y un suéter marrón.

—¿Qué se te antoja?

—Uhm... pasta —sonrió mientras sacaba de la nevera el zumo de manzana y beber un poco.

—¿Cómo van las clases Anne?

Izan debía hacer preguntas rutinarias cada vez, primero para saber que ambas estaban cumpliendo con aquello acordado con el juez. Así que cada mes venía para revisar y dar el visto bueno a lo que estaban haciendo.

—Bien, sigo con la mejor nota de clase —sonrió un poco antes de verlo.

—¿extraescolares?

—Armie va a apuntarme a la nueva academia de ballet, conseguí una beca —sonrió orgullosa por su logro— la directora entendió que debemos esperar unas semanas para el cumple de Armie y sus 18, entonces me apuntaré oficialmente pero asistiré a las clases para así no ir atrasada con las demás chicas

—enhorabuena por la beca —sonrió y apuntó las novedades.

—¿Qué tal en la cafetería?

—Bueno, he llevado currículum a otros establecimientos, realmente no me gusta como me tratan en la cafetería

—¿seguirás trabajando? —comentó asombrado por la confesión de la castaña, la cantidad de dinero que iba a tener a partir de que heredara y con el dinero del libro tenía verdaderamente la vida resuelta.

—Claro, que vaya a heredar y que mi libro se esté vendiendo no significa que quiera enseñarle a Annie que ya tenemos todo en la vida, no fue lo que mis padres me enseñaron

La ventana se abrió y Norman se asomo desde la escalera de incendios, Annie sonrió antes de ir a saludarlo, Izan miró con el ceño fruncido al intruso que estaba en las escaleras hablando animadamente con la menor de las Lefebvre. 

—¿Cómo fue en la academia Marie?

—¿Esto es algo normal, digo que se cuele alguien en tu apartamento?

—Oh sí, Norman es nuestro vecino, nos ayuda bastante —sonrió mientras se acercaba a saludarlo con un abrazo.

Izan estuvo un rato más y hasta que se despidió de la chica prometiendo verse el viernes para su cita.

—La pequeña Armelle va a tener una cita con el policía —comentó Norman con diversión.

***

El viernes estuvo preparándose para la cita con Izan, Norman se había comprometido a estar un rato con Annie antes de irse a dormir y cenar con ella.

Como outfit había escogido una escogido un croptop de muchos colores, una falda vaquera y su chaqueta vaquera con borreguito acompañada de unas botas negras de cuero.

Annie estaba tumbada en el sofá leyendo un cómic mientras escuchaba un vinilo. En su bolso metió su pintalabios, el paquete de tabaco, un mechero, las llaves y su cartera.

—sube a cenar con Norman y Helena, volveré a las 22h —se acercó a abrazar a Annie.

—Ten mucho cuidado y pásalo bien, y si se pasa le pegas una patada y corre —sonrió y ambas escucharon el timbre de la puerta y con un último beso se despidió de su hermana.

Al abrir la puerta se encontró con Izan, con una camisa de cuadros unos vaqueros altos y una chaqueta blanca y azul.

—Wow, vaya —sonrió mientras besaba su mejilla y se despedían de Annie quien miraba serio al agente, realmente no le inspiraba confianza el agente de policía y menos el cómo había visto su trato a otras personas.

Ambos salieron con lentitud del edificio, caminaron hacia una cafetería. De camino encendió un cigarrillo sorprendiendo al rubio.

—Oh dios sabía que escondías pequeños secretos —sonrió mientras se lo robaba y daba una calada— creo que eso te hace más interesante

—Bien —sonríe antes de entrar en un restaurante italiano y se sentaron en una mesa, la cena pasó entre risas y pequeñas anécdotas.

—¿Quieres que vayamos a dar un paseo?

—Eso me gustaría —Izan ofreció su mano para caminar por el parque, al tener las manos unidas y entrelazados sus dedos entraron al parque que estaba iluminado por las farolas del lugar.

—Entonces ¿qué harás para tu cumpleaños?

—Una cena con mi hermana y mis vecinos de arriba... ¿te apetece venir?

—Eso es una gran idea —sonrió y se sentaron en un banco mientras seguían hablando.

Seguían con sus manos entrelazadas mientras hablan, cada vez con más soltura y sin miedo a dar sus puntos de vista, no había tensión y ambos estaban tranquilos al poder hablar cada uno de lo que le gustaba o de lo que destetaban.

—No puedo evitar mirarte y pensar que eres realmente hermosa... —susurró cerca de su rostro— ni imaginarme en unos meses juntos...

—Eres todo un soñador —sonrió mientras lo veía fijamente desde sus ojos azules a sus labios.

Izan tomó la iniciativa de juntar sus labios y besarla con suavidad y delicadeza como si Armelle fuera una muñequita de porcelana que se pudiera romper con el mínimo roce.

Llevó la mano a su mejilla y acarició con su pulgar, se separaron lentamente para tomar aire antes de que una pequeña risa involuntaria se escapará de los labios de Armie.

—Eres preciosa... —susurró antes de besarla de nuevo atraiéndola por la cintura, Armie llevó sus brazos a su cuello y continuaron besándose con suavidad.

Al llegar a casa eran las 23'30h, subieron hasta el rellano,donde se oían la música del apartamento del vecino, y un leve murmullo que se oía dentro del propio apartamento de la morena.

—Me lo he pasado muy bien Izan —sonrió mientras buscaba la llave del apartamento.

—Me alegro muchísimo preciosa... Yo Me gustaría volver a salir contigo

—Yo también quiero volver a salir... —sonrió mientra lo veía.

—¿Te parece ir a comer el miércoles? —sonrió y la miró mientras acariciaba su mejilla.

—Nos vemos el miércoles —sonrió antes de volver a sentir los labios de Izan sobre los suyos.

—Buenas noches —sonrió cuando Izan se separó de sus labios antes de entrar en su apartamento.

—Buenas noches Izan

Al entrar Annie estaba tumbada en el sofá viendo pointbreak, mientras tenía una bolsa de patatas en sus brazos con Norman a su lado.

—Es magnífico el caso que me hacen —Río mientras se tumbaba entre ellos y veían la película antes de caer las dos hermanas Lefebvre dormidas. 

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