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HUIT

Al día siguiente, Izan no había aparecido, lo cual Armie agradecía por que era el día en el que volvía Norman a su casa y no quería ninguna pelea con el chico, prefería pasar tiempo con su familia.

Norman entró en su casa a la hora de cenar, viendo a sus tres chicas favoritas jugando a un juego de cartas mientras comían patatas.

—¡Tramposa! —Gritó la mayor de las Lefebvre mirando a la novia de Norman.

—No son trampas, es estrategia

—¡Mis chicas favoritas!

—Norman, ¿Cómo fue?

—Bien, las extrañaba... tengo un papel

Las tres se levantaron a celebrarlo mientras chillaban emocionadas. En eso sonó el timbre el horno anunciando que la lasaña vegetal que habían preparado todas juntas, Armie corrió a sacarlo mientras dejaba a la pareja darse la bienvenida.

Annie colocó los platos y se sentaron para cenar mientras hablaban con tranquilidad, si bien toda la situación de Izan en sus vidas las había hecho sentirse impotentes. No había momento que su familia, la que ellas habían escogido las apoyase en todo lo que hacían. Incluso Norman había sido modelo de espalda para la portada de "La carta jamás enviada" la segunda y ultima parte de Cartas para Becky.

Al llegar la media noche se pusieron a ver "Bill y Ted" después de meses de no haberla disfrutado como debían incluso en aquel momento Armie acompañaba a su hermana con las frases más icónicas de la película.

Casi a la mitad de la película, Armie estaba rendida acurrucada en las piernas de su hermana mientras esta dormía acurrucada en el sofá de Reedus.

***

A la mañana siguiente cuando ambas se despertaron oyeron como Izan llamaba a la puerta de su apartamento, así que rápidamente Armie bajó corriendo a abrir.

—Buenos días para ti también

—Cállate, estoy muy decepcionado contigo, primero estas con ese tipo, luego en la cena eres una borde con mis padres que te han recibido

—Pero...

—He dicho cállate —el chico dio un golpe en la mesa.

Armelle dio un pequeño respingo y lo miro con desconfianza, si es cierto ella estaba harta de su pareja y de como la trataba, pero jamás había resultado ser alguien violento o por lo menos no lo había demostrado con ella.

—Creo que.. —La chica se quedó callada en el momento en el que se quedó arrinconada en la pared, con el cuerpo de Izan sobre ella y sus manos a cada costado de su cabeza.

—No, ¡Basta! He intentado hacer de ti, una novia perfecta y que recibo a cambio... Deshonor y que te comportes como una zorra conmigo

—Eso no es cierto —Las palabras se quedaron en el aire cuando sintió su mano estrellarse contra su mejilla y luego un empujón que acabó con ella en el suelo mientras Izan la cogía del pelo y le hacía mirar a sus ojos, haciendo que soltará una lagrima — me... haces..

—Cállate por dios —su cara volvió a girarse y un hilillo de sangre caía de su labio— ¡Mira lo que me haces hacer!

—¡No te soporto! Estoy harta —Sin saber de dónde sacaba su fuerza consiguió sacarlo fuera, mientras se apoyaba para cerrar la puerta y poder llorar, desde la muerte de sus padres no había llorado con tanta angustia.

Fuera Izan, se encontró con Annie que miraba la puerta con desconfianza, sobre todo viendo que el chico tenía los puños apretados y oía un leve sollozo proveniente del interior de su casa.

—¿Qué has hecho...? No quiero saber... Vete —Annie entró con cuidado encontrándose a su hermana sentada en el sofá mientras lloraba— Mírame Bibou...

—No... —Armie giró la cara para mirar a la pared donde colgaba una foto de la renovación de votos de sus padres, haciendo que la angustia aumentará y llorará con más fuerza. Annie se acercó a ella viendo como su mejilla estaba roja y un moratón se estaba formando en su pómulo.

—¡Armie! Pero... Te pegó —Annie se levantó con furia y al salir se encontró con norman en la puerta.

—Eh leona ¿a dónde vas?

—¡Mira lo que le hizo el desgraciado! —Annie volvió a su hermana que estaba mirando sus manos, mientras en su mente había una batalla mental. Su parte racional intentaba entender como no se había dado cuenta antes de lo toxica que era su relación y su parte irracional, lloraba mientras la anterior la regañaba.

Norman se acercó a ella y la abrazó mientras las lágrimas mojaban su camiseta, intentaba consolarla. El cuerpo de la chica reaccionó y corrió a su cuarto quitando todo lo que le recordaba al policía.

—Debemos denunciarlo... —Susurró la menor de las hermanas.

—Es policía hagamos lo que hagamos va a salir limpio...

—Pero...

—Lo siento Annie...

La puerta se azotó y Armelle salía con una bolsa y con un oso de peluche que lanzó a la basura seguida de la ropa de Izan y de los regalos estúpidos que este le había hecho, todo esto con una furia que no era propia de la medio francesa.

Las siguientes semanas fueron un reflejo de lo que Armelle, vivía un constante cambio, había cambiado su habitación por lo menos 3 veces. Había probado 5 nuevas recetas de las que se había cansado enseguida. Incluso escribió un relato de terror, que había dejado a Andrew leer y que le recomendó ver si podía extenderlo un poco más.

Aquel fue su siguiente proyecto una novela de terror psicológico, en ella se relataba la historia de una familia que se había mudado a una casa nueva, en aquel entonces los vecinos del pueblo, los creyeron locos por mudarse a aquella casa abandonada.

Siempre ocurría lo mismo a las 3:13 de la noche, se oían pasos en el ático y luego risas, para después oír de nuevo el silencio, nadie parecía echarle cuenta aquello hasta que una mañana la hija adolescente apareció ahorcada en el ático. A partir de allí cada noche se oía un lamento más aparte de las risas.

Aquella novela de terror psicológico se publicó siendo un Best Sellers para todas las amas de casa que había en la gran manzana, las ventas de la secuela de cartas para Becky también aumentaron y el nombre de Armelle Lefebvre empezó a coger fama. Anne Marie por otro lado comenzó más profesionalmente en el ballet, la habían subido de nivel y ahora entrenaba con las chicas de 18, en los periódicos en la parte de cultura el apellido Lefebvre se asociaba al talento y las hermanas no podían estar más contentas con lo que habían logrado. Sabiendo que en algún punto del firmamento dos estrellas brillaban orgullosas, dos estrellas que refugiaban a sus padres.

Aquello no quedó allí, Armelle seguía escribiendo, Annie seguía bailando y el destino seguía jugando sus cartas. No fue hasta 2001 donde el destino quiso hacer su jugada maestra y poner en el camino de Armie y Annie un par de piedras y ver como eran capaces de superarlas y de seguir adelante unidas.     

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