1 de septiembre de 1972

Después de un año por fin iría a Hogwarts con mis hermanos. La verdad es que estaba demasiado emocionada por ir, incluso grité de la emoción cuando recibí mi carta de Hogwarts.

Maddie también iría y estaba muy feliz porque después de mucho tiempo hablando sobre ello, por fin iríamos juntas. Así que mi familia iría a buscarla para llevarla a ella también. Nos encontrábamos de camino a su casa, debía reconocer que se me hizo demasiado rápido gracias a la música que había en la radio.

Al llegar a los remolques mi padre y yo fuimos los únicos en salir, así que fuimos hasta la puerta y mi padre llamo. Por obvias razones había abierto Maddie y su lado estaban sus cosas.

—Buenos días Maddie —le sonrió mi padre, yo me acerqué a ella para darle un fuerte abrazo.

—Te extrañé —susurré.

—Yo también Leah —susurro ella de vuelta mientras me abrazaba. Al separarnos Maddie le dedico una pequeña sonrisa a mi padre—. Buenos días señor McKinnon.

—Oh por favor, dejate de formalismo, nos conocemos de hace mucho. Así que dime Mason —Maddie asintió, aunque conociéndola seguro que le volvería a decir señor—. Bien, deja que te ayude con las cosas, vosotras dos subir al coche —asentimos y le di la mano a Maddie para ir al coche. Una vez ya listas mamá nos regalo una sonrisa. Maddie había venido algunas veces a mi casa, entonces ya conocía a toda mi familia. Mi padre unos minutos después subió al coche y arranco para ir a la Estación.

—Tengo muchísimas ganas de ir a Hogwarts —Maddie asintió con una pequeña sonrisa.

—Yo igual —susurro ella.

En todo el camino nos pusimos a hablar sobre lo que haríamos en Hogwarts así que obviamente se nos paso demasiado rápido el trayecto. Cuando llegamos todos bajamos y Marlene, mi hermano, mi madre, Maddie y yo fuimos a por nuestros carritos y fuimos de nuevo al coche para colocar todo. Una vez todo listo empezamos a caminar por la Estación hasta llegar al andén. Mi madre y mis hermanos ya habían cruzado, así que solo quedamos las dos y mi padre.

—¿Listas? —nos pregunto mi padre una vez que ya se coloco en medio de las dos con una gran sonrisa agarra dando de cada carrito.

Tanto Maddie como yo asentimos con una gran sonrisa y los tres corrimos para pasar el andén. Yo ya había estado, pero me daba igual porque era como si fuera la primera vez. Mire de reojo a Maddie que estaba viendo todo impresionada, ella me vio con una sonrisa.

—Esto es demasiado genial —asentí, las dos junto a papá fuimos a dejar nuestras cosas en el Tren. Cuando ya lo hicimos volvimos con el resto y a lo lejos pude ver a Naia, Mérope, Mack, una chica de pelo castaño que estaba al lado de James. También había tres chicos, un pelinegro, un castaño y un rubio. Y al fijarme bien también había dos chicas una castaña y una chica de piel mas oscura, se veían todos muy unidos. Aparte la mirada cuando vi que James me estaba mirando y le puse atención a Maddie que me estaba hablando sobre con quien nos podría tocar en la habitación. Mi hermana se despidió de todos no sin antes asegurarle a mamá que nos cuidaría a Maddie y a mí cuando estuviéramos en Hogwarts. Marlene asintió y se fue con el resto. 

Volví a mirar disimuladamente y vi que James me estaba mirando con una sonrisa y me saludo con la mano, le correspondí el saludo y nadie paso por alto eso. Maddie estaba viéndome divertida y los del grupo de James me miraron y luego miraron a James con una sonrisa.

Volví a mirar a Maddie y las dos nos despedimos de mis padres y entramos al Tren. Estuvimos buscando un compartimento libre hasta que lo encontramos y nos sentamos viendo por la ventana.

—¿Así que ese es James? —asentí con una pequeña sonrisa—. Es lindo, pero no es mi tipo. Lo único que dire es que si te hace algo emplearé el método que emplee con Vernon —voltee los ojos divertida.

—No vas a golpearlo.  

—Obvio que si, nadie hará daño a mi hermana, así que te guste o no, lo voy a golpear como te haga algo —sonreí.

—Gracias —ella se sentó a mi lado y me abrazo por los hombros.

—No hay nada que agradecer. Eres muy importante para mí y tal vez no sea muy buena demostrando mis sentimientos, pero te quiero mucho Leah. Eres la única que se quedo a pesar de saber como era y es algo que jamás olvidaré. A pesar de saber como era seguiste ahí y me ayudaste en todo lo posible y de verdad que siempre estaré agradecida por eso. Pase lo que pase siempre serás mi mejor amiga aunque pensándolo mejor eres mi hermana y tal vez no seamos de hermanas de sangre, pero para mí eres como una hermana. Siento que todo está bien si estás ahí. Siempre sabes que decirme, y me contaste tus miedos y yo te conté los míos. Mientras sigamos en este mundo siempre seremos Maddie y Leah. No importa cuantas personas lleguen a nuestras vidas, tú siempre serás la fundamental —la vi con una gran sonrisa y lágrimas en los ojos.

—Gracias Maddie por abrirte conmigo, sé que sueles ser una persona bastante cerrada. Así que te agradezco el que hayas tenido el valor suficiente para contarme tus problemas y tus inquietudes. Gracias por no irte de mi lado y por animarse siempre que estuve triste. Gracias por ser mi hermana y por estar a mi lado. Te prometo que siempre estaremos juntas, seré como una garrapata pegada a ti Maddie, te lo prometo. Estaré en las buenas y en las malas, al igual que también estaré ahí cuando quieras hacer alguna locura.

—Mas te vale Leah McKinnon porque eres muy importante para mí y te quiero muchísimo —dijo ella con una sonrisa.

—Yo te quiero muchísimo mas Maddie, gracias en serio por todo. Estoy segurísima de que nos lo pasaremos muy bien en Hogwarts.

—Seguro que si Leah.

En todo el camino estuvimos hablando de cualquier cosa, incluso había comprado varias cosas del carrito así que estuvimos en el compartimento comiendo y riendo. Hasta que Maddie decidió dormir un poco porque aún quedaba bastante para llegar así que yo decidí ir a cambiarme. Le avisé antes de que se durmiera para que no se asustara y salí cerrando la puerta. Camine por los pasillos hasta llegar a los baños y justo James salía de uno de ellos.

—Hola —me dijo él con una sonrisa.

—Hola —sonreí.

—Te dije que no podría olvidarme de ti —solté una pequeña risa.

—Ya veo —susurré.

—¿Te gustaría que estos días te ayudara con las clases y todo eso? —lo mire manteniendo la sonrisa.

—Si tú quieres me parece perfecto —él asintió con una sonrisa.

—Marlene me hablo mucho de ti... O bueno también debo reconocer que pregunte por ti —lo mire sorprendida.

—¿Cómo? —él se sonrojo.

—Lo que oyes, digamos que eres alguien inolvidable y quería saber más cosas de ti. No me preguntes —solté una pequeña sonrisa.

—Bueno siempre que quieras saber algo me puedes preguntar Potter —él me miro con una gran sonrisa.

—No dudes que lo haré McKinnon —negué divertida.

—¿Nos diremos por los apellidos? 

—Tal vez, veo nuestra historia como una rivalidad amistosa —volví a reír al igual que él.

—Pues lo siento, pero soy demasiado buena como para perder, aunque bueno vas un año de ventaja así que dudo que pase una rivalidad amistosa —él asintió sonriendo.

—Pero si una buena amistad, ¿tú qué dices?

—Me parece perfecto —sonreí—. Creo que yo debería irme ya a cambiarme porque mi amiga me está esperando.

—Claro, nos vemos luego —asentí y el se acerco a darme un beso en la mejilla, me sonroje y entre al baño antes de que él me viera así.

Supongo que este sería un nuevo comienzo.

NOTA DE LA AUTORA

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