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➳ septima nota

10 días exactos desde la muerte de Jennie se cumplieron. Lisa cada mañana despertaba un poco más rota, un poco más débil, y con un poco más de dolor en su ser.

Ya no sabía qué le dolía más, si el cuerpo debido a la falta de sueño y alimento suficiente, o el alma. A su parecer, su interior estaba más afectado que su exterior.

Su apariencia ya no era nada igual a la que tenía antes del inicio de su duelo, el cuál, realmente le estaba pasando una gran factura.

Había bajado de peso notablemente, faltó dos días a clases aún estando en exámenes–ya no le importaba mantener sus notas–, se veía más pálida, sus ojos rara vez eran carentes de hinchazón o un tono rojizo, solamente usaba ropa negra y enorme, dejó de salir tan seguido – sólo lo hacía para comprar cosas estrictamente necesarias o asistir a clase si tenía ganas–, sus uñas estaban mordidas a más no poder, en fin.

Era un semblante demasiado descuidado, pues incluso el simple hecho de bañarse le causaba problemas. Ese baño tenía un ambiente sumamente pesado, y le era difícil entrar allí sin acabar llorando en el suelo.

El seguir viviendo entre las pertenencias de Jennie no estaba bien, ese lugar la consumía gradualmente. Y a pesar de eso, se negaba a regresar a su hogar.

No quería alejarse definitivamente de la castaña, y sentía que sólo quedándose allí lograba tenerla presente.

Jisoo la visitó tres veces en ese lapso de tiempo, y en cada ocasión la veía más demacrada. Esa tarde, nuevamente apareció en su puerta, con una orden de comida rápida y una botella de licor. Esperaba hacer sentir mejor a su amiga con ésto, pero lo único que consiguió fue otra respuesta negativa.

— Lisa, debes empezar a superarlo... Se puede ver que ni siquiera lo estás intentando. — suspiró pesado.

— No lo entiendes Jisoo... Es más fácil decirlo que hacerlo...— respiró profundo — Me duele la maldita alma, como si algo me estuviera golpeando por dentro constantemente.

— Te entiendo, y sé que me sentiría igual si estuviera en tu lugar. — Lisa bajó la mirada —Pero también sé que buscaría la manera de no tirar mi vida a la basura así...

— Para ti quizá haya una forma de hacerlo, para mí no, lo siento. — suspiró — Sé que quieres ayudarme, pero enserio, no está funcionando...

— Me doy cuenta. — se levantó del sofá, dejando sus pequeños regalos en la mesa de centro — Descuida, seguiré tratando hasta que te sientas un poco mejor.

— Gracias... — intentó sonreír, pero simplemente esa expresión ya era imposible de dibujar en su rostro. Sólo dejó ver una muy pequeña curvatura.

— Me debo ir por ahora... Rosie está sola en casa, y ya sabes lo preocupada que me tiene. — la pelinegra asintió lentamente — Vendré pasado mañana, ¿de acuerdo?

— Claro... — recibió una leve sonrisa y vió a Jisoo irse con algo de prisa.

Aunque no quisiera aceptarlo, la pálida tenía razón. Se suponía que debía buscar una manera de comenzar a mejorar, o al menos mostrar cierto esfuerzo. Tenía claro que ella misma se tiraba, con sus pensamientos y sus acciones se hacía más daño, pero ya no podía parar de hacerlo.

Se había vuelto rutinario el dejarse caer en todo
sentido.

Pues Lisa no mentía cuando dijo que Jennie se había llevado su felicidad con ella, sin dejar ni un sólo rastro de ella.

»——— ★ ———«

Hoy bebí sin ti, lo lamento. Sé que no te gustaba que tomara alcohol yo sola, pero... Lo necesitaba, o eso creo.

Bebí toda la noche, mientras lloraba sin control, gritaba tu nombre, lanzaba cosas a la pared, rompía vasos de vidrio en mi brazo, me tiré al suelo, me arrodillé frente a la ventana, rogué al cielo que me devolviera tu presencia.

Bebí y bebí, hasta que caí en un profundo sueño sobre el sofá.

Con el brazo izquierdo lleno de cortadas, con el cabello hecho un desastre, mis manos heridas, gotas de sangre cayendo de mis antebrazos y la cara mojada por tantas lágrimas.

Al menos dormí más tiempo que los últimos días.

Cerré los ojos por sentirlos demasiado pesados, mi respiración era lenta y tenía dificultad para mantenerme al menos un poco alerta. Cerré los ojos... Esperando, y rogando, no abrirlos por la mañana.

Jisoo no debió comprar una botella y luego dejarla aquí.

Acabé en medio de un huracán, creado por mi dolor.

¿Lo realmente malo?, fue que a pesar de mi escena casi criminal, cuando el sol salió, yo desperté.

Jennie... ¿Cuánto más debo sufrir para que me lleves contigo?... Por favor... Ya no quiero estar viva, si tú estás en el cielo.


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