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Ayer se realizó el funeral de Rosé, la enterraron junto a ti, con una lápida igual a la tuya. Ambas tienen una bonita cruz negra, una pequeña figura de ángel en la parte superior, y se hizo un jardín que une a las dos tumbas, allí, todos dejamos flores que más tarde los encargados del cementerio plantarían. En todo sentido, están juntas otra vez.

Nuevamente, el cielo acompañó nuestras lágrimas, llorando también.

Jisoo está deshecha, ni siquiera pudo hablar durante la ceremonia, no lograba dejar de llorar. Solamente se entendía que decía el nombre de Rosé, una y otra vez, a veces en un susurro, a veces en un grito casi ahogado. Se aferró a su ataúd, le gritó a la gente de la funeraria que no les permitiría bajarlo a la tierra, intentó abrirlo para ver a su novia, fallando obviamente.

Abrazó con fuerza la fotografía que se colocó para velarla, dejó un beso en ella y en el ataúd, y su hermano tuvo que quitarla de allí para que pudieran enterrarla, pues como dije, se negaba rotundamente a soltarla. Fue muy doloroso verla tan destruída, pero la entiendo perfectamente.

Todos los esfuerzos que hizo para que Rosé mejorara al final fueron en vano, y ahora tenía que resignarse a que ella ya no existía. Así como yo, que diariamente me repito que las cosas no van a cambiar, por más que llore o me lastime.

Cuando el entierro acabó, se acercó a mi con un aura totalmente deprimente, yo igualmente lloraba desconsolada. Tanto por Rosé, como por estar otra vez frente a tu tumba. Es bastante sofocante el ambiente de un cementerio, más cuando frente a ti ves una lápida con el nombre de tu chica.

— Lisa... Ahora te entiendo completamente... — habló con dificultad.

— Quisiera tener palabras de aliento para ti... —respondí sollozando — Pero no las tengo... Ni siquiera para mi misma. Lo lamento Jisoo...

Lo único que pude hacer fue acercarme más y abrazarla, pues a ambas nos hacía demasiada falta un hombro sobre el cuál llorar. Perdimos al amor de nuestra vida, con escasos trece días de diferencia. Sí, Rosé solamente soportó trece días con tu ausencia, y créeme que trató de seguir adelante. Evidentemente, se rindió al ver que prefería ir contigo, a quedarse aquí sin ti.

¿Qué podemos hacer ahora?, somos dos, y sólo hay precisamente dos opciones.

La primera... Quedarse, luchar por ser fuerte, y finalmente resignarse de la manera más tranquila que se pueda.

La segunda... Tomar el valor necesario, y simplemente ir trás la persona que se fue antes de tiempo, de una manera similar o igual.

Y... Creo que sé perfectamente qué camino tomará cada una de nosotras.

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el siguiente capítulo es el final, obviamente está historia tiene un Epílogo así que yo que ustedes me voy preparando.

El que avisa no traiciona :)