➳ Epílogo
Lisa ya estaba decidida a continuar con su decisión, era un largo camino hacia abajo, pero estaba segura de que valdría la pena.
Terminó de escribir las últimas líneas de la carta, que no llegaría a manos de la destinataria. Esperaba poder expresar aquellas palabras frente a Jennie cuando estuviera en el mismo plano que ella.
Dejó caer la hoja doblada en forma de sobre al suelo, viendo como el aire hacía que ésta se quedara atorada en una grieta del concreto. Eso la alivió un poco, al menos, quien subiera allí podría encontrarla. Y al escuchar pasos acelerados a unos cuantos metros de distancia, supo quién sería la primera en leer aquella carta.
Jisoo llegó a la azotea del edificio, mismo donde Jennie residió. Jadeaba de cansancio, y mostraba preocupación y temor puros al ver lo que su amiga estaba a punto de hacer.
— Lis... Baja de ahí... — se forzó a recuperar el aire, pues no tenía tiempo de respirar como asmática en ese momento.
— Jisoo... ¿Qué haces aquí? — cuestionó algo confundida, pues no recordaba haberle dicho a nadie donde se encontraría.
— ¿Cómo que qué?, planeo impedir que cometas una idiotez de tu tamaño. — respondió obvia.
— ¿Quién te dijo dónde estaba?
— Lisa, hay decenas de personas en la calle viéndote, entre ellas mi amiga Lia. — aclaró su garganta — En cuanto te reconoció, me llamó.
— Ah... Vaya, la gente enserio no tiene algo mejor que hacer. — ignoró la preocupación de la pálida — ¿Qué ganan quedándose allí mirándome?
— Ese no es el punto, baja de ahí, por favor. —se acercó más.
— Sí, sobre eso... No será posible. — contestó con una normalidad poco creíble.
— Anda, vámonos, enserio. — controló su impulso de gritar — No puedes estar allí...
— En ningún lado dice que no. — se encogió de hombros ― Además, ¿de qué otra forma podría ir con ella?
— ¿De qué hablas?
— De irme con Jennie, y bueno, también con Rosé. — suspiró — Ya tardé mucho.
— Lalisa... No digas esas cosas, sólo... Ven, dame la mano, vámonos. — nuevamente, retuvo los gritos y lágrimas que querían salir.
— No Jisoo, la decisión está tomada, y no va a cambiarla nadie. — insistió con los ojos llorosos.
— ¿Piensas dejarme sola?, Lis, eres lo único que me queda... — su voz comenzaba a romperse.
— Mentira, hace un momento dijiste que tu amiga Lia estaba allá abajo. — citó — ¿No lo ves?, tienes más amistades con quienes estar... Y son personas que no te detendrán...
—:Para, por favor. — respiró hondo — Tú no me detienes, y no dejaré que hagas ésto.
— Sí te detengo, observa, estás aquí luchando por salvar un alma que ya está perdida, cuando podrías estar en casa tranquila. — sonrió leve —No es algo justo para ti...
— Lalisa... Escucha lo que dices... ¿Te volviste loca? — un temblor se implantó en su voz.
— Probablemente. — acomodó de mejor forma sus pies sobre la orilla de la azotea — Jennie se llevó muchas partes de mí, así que creo que la cordura es una de ellas.
— Ya... Baja...— dió un paso más, extendiendo su mano hacia la chica de amarillo, intentando alcanzarla sin provocar un accidente.
— Claro, bajaré. — no se movió. Apareció por un par de segundos una leve sonrisa en Jisoo, misma que regresó a su estado ausente al instante — Allá, a la acera.
— ¡No! — u n par de lágrimas recorrieron sus mejillas — No pude ayudar a Jennie, no logré salvar a mi Rosie... Por favor... Déjame salvarte a ti...— pidió con la voz quebrada, sin contener más su llanto.
— Jisoo... Yo ya no pertenezco aquí, ¿de qué serviría que me quede?, sólo seguiré sufriendo sin Jen, conduciendo una pesadilla de la que no puedo escapar por más que trato. — sollozó — Y si no me mato saltando de aquí, la tristeza lo hará lentamente.
— Te lo ruego... No me hagas ésto... Soy fuerte, pero dudo que tanto como para cargar el peso de tres pérdidas. — admitió.
— Lo lograrás, siempre has sido más fuerte que todas. — sonrió ligeramente — Estarás bien Jisoo.
— ¡No Lis, entiende que no puedes dejarme sola! — gritó con las lágrimas nublando su visión — Por favor... Ven conmigo...
— Acércate... — limpió sus lágrimas, mirándola con tristeza.
Jisoo obedeció a su amiga, quedando a escasos centímetros de ella. Lisa bajó de la orilla, y las juntó en un abrazo, cargado de todo el cariño que ambas se tenían entre sí. El dolor las había hecho amigas unidas, pero ahora, ese mismo dolor las separaría para siempre.
Mancharon el hombro de la contraria con su llanto, y finalmente, Lisa retrocedió un par de pasos.
Sus ojos hacia mucho que dejaron de brillar, solamente reflejaban el intenso torbellino de tristeza que guardaba en su ser. Al verla directamente a ellos, le provocó un escalofrío a la pálida, pues lo que vió fue precisamente lo que Lisa había dicho, un alma perdida, apagada, sin una chispa o un propósito.
Un ser humano que estaba muerto en vida, eso era aquella chica frente a ella.
— Espero me perdones algún día Jisoo... Recuerda... Que te tomé mucho afecto... — suspiró pesado.
— Lisa... — ni siquiera pudo reaccionar a lo siguiente.
La pelinegra la empujó fuertemente, mandándola a poco más de un metro lejos de ella. Subió rápidamente a la orilla, y extendiendo sus brazos, miró como Jisoo se forzaba a levantarse, aún con el evidente dolor que la caída le había provocado.
— Nos vemos en otra vida Jisoo...— dijo de último.
— ¡Lalisa! —se puso de pie lo más rápido que pudo, sin embargo, no logró sujetarla a tiempo. El empujón repentino la había descolocado bastante.
Dio un paso atrás, dejándose caer directo a la acera. Las lágrimas cayendo como lluvia y los gritos desesperados de Jisoo fueron lo último que ella vio y escuchó, mientras le regalaba una sonrisa cerrada.
Cayó, en medio de todo el multo de gente –que de nada sirvió que estuvieran ahí–, nadie logró ayudarla, ni sostenerla antes del impacto.
Al ver la escena criminal de la chica caída, con su chaqueta amarilla manchada de rojo, sus brazos cubiertos por vendas, sus nudillos morados y la cabeza sangrando, se llegó a una conclusión rápida entre los presentes. Ella ya no iba a despertar, ni por un milagro.
Lisa había cumplido su cometido. Ahora, ya estaba con Jennie y Rosé. Tres nuevas estrellas iluminarían el cielo de Jisoo esa noche.
Ésta última, se sujetó de la orilla de la azotea y comenzó a liberar todo el dolor que había luchado por contener desde la partida de su novia.
No podía creer que frente a sus ojos se hubieran ido tres personas significativas para ella, y que a ningúna de ellas las pudo detener.
En medio de su llanto desenfrenado, miró al suelo y divisó una hoja atascada en una grieta, la cual, recogió rápidamente. Tenía algunas manchas de lágrimas ya secas, tierra sobre ella, y una caligrafía difícil de entender. La leyó, descubriendo lo que Lisa había dejado, supo que debía guardar esa carta en el diario de Jennie, pues su propósito era estar junto a las notas de ésta.
Se rompió, aquellas palabras denotaban demasiada tristeza, demasiados sentimientos reprimidos, y sobre todo, la hicieron cuestionarse si en realidad era tan fuerte como para dejarlas ir, para seguir adelante, para aceptar que ningúna de las tres volvería.
»——— ★ ———«
Jennie, estoy a un paso de irme contigo. Te prometo que pase lo que pase, no desistiré, no esperaré más tiempo.
Quince días sin ti fueron más que suficientes para saber que mi lugar ya no es éste. Mi hogar, el lugar a donde pertenezco, el sitio donde soy feliz, mi lugar seguro, siempre... Siempre fuiste y serás tú.
Jisoo es fuerte, sé que estará bien. Encontrará una persona que en verdad tenga armas para apoyarla... No como yo, que sólo sirvo como un estorbo en su vida.
Mi familia lo superará, me quieren, pero sé bien que no soy su prioridad.
Más amigos no tengo, así que... No hay más cosas que me detengan aquí.
Prefiero morir para verte nuevamente y quedarme a tu lado, a vivir soñando con tu presencia y sabiendo que nunca estarás conmigo. Ojalá aún me quieras, tal como dijiste que lo harías, y que al llegar seas tú quien me reciba.
Jennie, eres la causa de mi euforia.
Eres todo para mi. Ante mis ojos, tú eres lo único que me hace realmente feliz.
Así que... Ya es hora de seguirte.
Y no te preocupes, no te sientas mal por mi. Porque créeme cuando digo que no podría estar mejor al tomar mi última decisión. Sé que en cuanto nuestras miradas se crucen, lo primero que haré será sonreír y asegurarte que es la única cosa que hice bien. Irónicamente, la única idea de la que estoy orgullosa en mi vida, es haber decidido morir.
Estoy emocionada por ver tu hermosa carita otra vez, por escuchar tu voz decir mi nombre, por tocar tus mejillas sin sentir que tu imágen se desvanece, tal como pasa en mis sueños.
Perdóname por no haber cumplido tu última petición, pero... Preferí irme con mi ángel. Intenté, pero simplemente no pude vivir en un mundo donde tú no estás, me perdí en la oscuridad cuando la luz de tus ojos se apagó. Así que, por favor... Dame un beso al llegar, y dime que sigues amándome. Ilumina mi alma nuevamente.
Porque yo... Te amé y amaré toda la eternidad, Jennie.
Espero que en nuestra siguiente vida... La historia de nuestro amor sea color rosa y no negra, pues creo que nadie merece morir con tal de unirse con su alma destinada. Ni mucho menos hacerlo, porque su destinado se alejó de su lado.
Nosotras no debimos acabar de éste modo Jen pero... Ya no queda retorno posible. Sólo queda aceptar lo que el destino nos otorgó.
Un amor que emana desde dos corazones que ya jamás volverán a latir.
»——— ★ ———«
yyy finalmente Hold On se terminó.
la verdad yo estoy hecha un desastre, completamente un desastre.
Cada palabra, cada cosa que decía Lisa me destrozaba aún más.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro