capítulo tres
Claro que Regulus no conocía a Nesrin Carrow, pero, ¿a qué se referían Amycus y Alecto con su condición? ¿Acaso era como el amigo de Sirius? Remus Lupin había sido mordido por un hombre lobo cuando apenas era un niño, pero Nesrin no parecía tener cicatrices en su rostro como él las tenía, así que no, la muchacha no había sido mordida por ningún lobo.
── ¿Por qué decidiste que era una buena idea que los Carrow se queden en mi casa?
── Fuiste la primera opción, aunque pensé en que se fueran conmigo al Valle de Godric, pero Ginny no estaba de acuerdo.
── ¿Y crees que yo sí lo estoy Potter? Te dije que no quería relacionarme con ningún mortífago, ni siquiera he mantenido contacto con Narcissa por la misma razón. Quiero dejar eso en el pasado.
Harry suspiró. Comprendía que él quería enterrar todo eso, pero no es como si tuvieran otra opción.
── Ya, da igual. Los puedo soportar por un año o lo que sea ── aseguró no muy convencido de sus propias palabras ──. Pero, dime una cosa.
── Te diré lo que sea ── Regulus sonrió, satisfecho por su respuesta.
Ese chico era demasiado ingenuo.
── ¿Por qué tratan con tanta delicadeza a esa chica? No lo entiendo.
Harry alzó su mirada hacía el techo, pensativo, porque había tres chicas, además de Alecto en aquella casa, hasta que dedujo que no podía tratarse de Sól ni de Devika.
── ¿Nesrin? Bueno, ella tiene una maldición a la sangre. Podría morirse en cualquier momento, de hecho, ella es la razón por la que los Carrow fueron puestos en libertad en un principio. Ella los beneficia, así que pretenden utilizarla y velar por ella de algún modo.
¿Maldición a la sangre? ¿Por qué parecía ser que todos los hijos de magos o simplemente personas crueles y déspotas estaban condenados a sufrir? Sirius, Remus, si recordamos las palabras de Lyall Lupin cuando su hijo fue mordido, Evan Rosier, entre otros, Regulus y al parecer Nesrin incluidos.
Todos ellos murieron o vivieron toda su vida en constante sufrimiento, pero algunos tenían la culpa de su propia desgracia. Evan y Regulus, por ejemplo.
── Eso explica todo. Solo es un objeto para ellos, no me sorprende viniendo de los Carrow.
── Sí, creo que tienen un mutuo acuerdo. Son hermanos después de todo.
── Exacto, llevan la traición en la sangre y si no me equivoco, Nesrin no es para nada tonta, de seguro también los usará en algún momento y luego los entregará a los lobos.
── ¿A qué te refieres Black?
── ¿No lo ves? Ellos son la presa, Nesrin no es la víctima.
── Deja de creer que todos son como tú o Pettegrew ¿Sí? Nesrin es inocente, no era una mortífaga ni jamás se le vio involucrada en ese mundo. Es una víctima de las circunstancias y de su familia.
── Parece ser que te la han vendido como una santa ¿No? Eres tan manipulable Potter, por eso Dumbledore te tenía como su favorito. Iba más allá de ser el privilegiado elegido.
── ¡Regulus, te estás yendo por otro lado! ── espetó el menor ── ¡No soy privilegiado por ser huérfano y sufrir diecisiete años de mi vida por las personas a las que no les importaba!
Regulus lo observaba en silencio, viendo como perdía la paciencia. No iba a disculparse por lo que había dicho, porque realmente no lo sentía, porque en su mente él tenía razón. Harry Potter era un chico privilegiado, no importaba si había perdido a muchas personas en el camino y había tenido una infancia y adolescencia infeliz.
Él y Regulus no eran tan diferentes.
── No, eso es verdad. No tienes privilegios por ser huérfano, pero no quiere decir que no los tengas por otros motivos. Salvaste al mundo mágico y ahora todos te ven como un héroe.
── Sí, pero dime una cosa ── en su voz se podía sentir la amargura ── ¿A qué costo hice todo eso? Mis padres no van a volver, ni ellos ni Sirius. Nadie lo hará solo porque Voldemort está muerto.
── Lo sé, pero...
── Esta conversación ya terminó Black. Solo querías saber qué era lo que pasaba con Nesrin y si quieres creer que ella es la manipuladora ¡Adelante! Tal vez y sea igual que tú y quede sola justamente como quedaste tú ── el mayor no podía creer lo que acababa de decir ── ¿Qué? ¿No te gusta cuando es a ti quién le dicen sus verdades? Pues acostúmbrate Regulus. Nos vemos.
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