capítulo cinco
Decir que estaba intrigado por lo que Alecto le había revelado era poco, porque antes ni siquiera había mostrado algo de interés por Nesrin, hasta que se enteró de lo que había sido capaz por salvar a sus dos hermanos de las garras de la muerte. Sería algo que Regulus habría hecho por Sirius, pero tal vez él no era la clase de persona que se sacrificaría por su hermano. Aunque Sirius había dado su vida por Harry Potter, estaba un poco convencido, solo por el mero hecho de tener una idea distinta de él, que quizás también habría muerto por Regulus de ser necesario. Pero nunca lo sabría, porque su hermano ya ni siquiera estaba ahí para él. Al menos uno de los dos estaba descansando en paz después de toda la mierda que habían tenido que soportar. Y no lo malinterpreten, no es como si en verdad el hombre estuviera tan disconforme con la crianza que sus padres les dieron, había sacado algunas cosas buenas de eso.
Pero más habían sido los traumas que les generaron con todos esos maleficios que les propinaban a diario a él y a su hermano mayor. Claro que la muerte sonaba como algo lindo para un hombre herido, y quizás el daño sería menos grave si no hubieran sido sus padres los causantes.
Después de todo, nadie elige a su familia, pero existía la opción de decidir mantener el contacto con ellos o no, dejarlos atrás para siempre y aunque Regulus era una persona con tan mala suerte, por una vez el universo le permitía hacer una elección acerca de su cercanía con sus parientes... solo porque ya estaban todos muertos y las únicas dos personas vivas eran sus primas Andrómeda y Narcissa, pero una de ellas ni siquiera había ido a verlo cuando se supo que estaba con vida.
Solo le quedaba Andrómeda, pero estaba tan arruinada como él tras las muertes de su esposo y su hija. El consuelo de su prima era aquel nieto que se le entregó para cuidar por un lapso breve, porque ellos creían que volverían, pero en una guerra nunca sabes si volverás a ver a tus seres queridos con vida.
── Mi hermana dijo que te alegrabas de que me estaba muriendo, la verdad es que yo también espero morirme.
── Yo nunca dije eso ── replicó Regulus, dejando de lados sus pensamientos ──. Y no creo que sea bueno decir que esperas ansiosamente tu muerte.
Nesrin no respondió, solo se sentó sin pedir permiso en uno de los sillones frente a él. En primer lugar, ella ni nadie debería estar allí, había lugares mucho más seguros que Grimmauld Place y Potter lo sabía, solo quería arruinar su existencia, otra vez. No era la primera ocasión en la que Harry iba hasta él a pedirle favores cuestionables e innecesarios. A veces, le pedía consejos sobre la vida adulta y las primeras veces no lo entendía, pero no fue difícil darse cuenta de lo que estaba frente a sus ojos.
Harry no tenía padres, sus figuras de autoridad estaban todas muertas y los señores Weasley hacía tiempo que habían dejado de ser una opción. Potter estaba reflejando en Regulus todo aquello que perdió. Sus padres, a su padrino, a Remus e incluso, a Dumbledore.
── ¿Tú no eras el hermano de Sirius Black?
¿Qué acaso eso no era bastante obvio ya?
── Sí, lo sigo siendo.
── Yo a veces me juntaba con él, iba en tres cursos menos que él, pero siempre le caí bien porque molestábamos a mis hermanos junto a su grupo de amigos. Los merodeadores ── Reg no tenía ni idea de eso, por supuesto, Nesrin era dos años menor que él y por ende, no la conocía porque no eran del mismo año.
Regulus tenía treinta y ocho, pero pese al deterioro del tiempo, lucía de solo unos veintitantos, al igual que Nesrin que ese año cumpliría treinta y seis por ahí en agosto.
── No recuerdo haberte visto nunca en mi vida.
── Eso es porque jamás le prestabas mucha atención a los que te rodeaban, de hecho, una vez chocamos en los pasillos. Yo era más pequeña que...
── ¿Más aún? ── se burló el hombre. No sabía que todavía podía hacer eso.
── Sí, todavía más pequeña ── Nesrin no se molestó por eso ──. La cosa es que fue por tu culpa, me dijiste que yo debía tener más cuidado cuando el responsable de todo habías sido tú.
Regulus la miró confundido, porque no recordaba nada de eso. Habían pasado tantos años desde la última vez que pisó Hogwarts, incluso después de la guerra y su reconstrucción se negaba a hacerlo. Podía viajar por todo el mundo, pero no pararía nunca en aquel castillo.
── Es normal que no lo recuerdes, no te preocupes por eso ── Nesrin sonrió, pero había algo en ese gesto que descolocó al mayor.
── Creo que necesito una siesta de diez años ── susurró. La muchacha no lo escuchó muy bien, pero asintió ──. Si preguntan por mí, diles que me morí.
Ella no dijo nada, permaneció en el mismo sillón y ni siquiera se volteó en su dirección cuando se fue. No le interesaba, solo quería matar el tiempo antes de que este la matara a ella.
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