Jungkook ya estaba decidido a continuar con su decisión, era un largo camino hacia abajo, pero estaba seguro de que valdría la pena.

Terminó de escribir las últimas líneas de la carta, que no llegaría a manos del destinatario. Esperaba poder expresar aquellas palabras frente a Taehyung cuando estuviera en el mismo plano que él.

Dejó caer la hoja doblada en forma de sobre al suelo, viendo como el aire hacía que ésta se quedara atorada en una grieta del concreto.
Eso lo alivió un poco, al menos, quien subiera allí podría encontrarla. Y al escuchar pasos acelerados a unos cuantos metros de distancia, supo quién sería el primero en leer aquella carta.

Yoongi llegó a la azotea del edificio, mismo donde Taehyung residió. Jadeaba de cansancio, y mostraba preocupación y temor puros al ver lo que su amigo estaba a punto de hacer.

—Kook... Baja de ahí...—se forzó a recuperar el aire, pues no tenía tiempo de respirar como asmático en ese momento.

—Yoon... ¿Qué haces aquí?— cuestionó algo confundido, pues no recordaba haberle dicho a nadie donde se encontraría.

—¿Cómo que qué?, planeo impedir que cometas una idiotez de tu tamaño.—respondió obvio.

—¿Quién te dijo dónde estaba?

—Jungkook, hay decenas de personas en la calle viéndote, entre ellas mi amigo Jin.—aclaró su garganta—En cuanto te reconoció, me llamó.

—Ah... Vaya, la gente enserio no tiene algo mejor que hacer.—ignoró la preocupación del pálido—¿Qué ganan quedándose allí mirándome?

—Ese no es el punto, baja de ahí, por favor.—se acercó más.

—Sí, sobre eso... No será posible.—contestó con una normalidad poco creíble.

—Anda, vámonos, enserio.—controló su impulso de gritar—No puedes estar allí...

—En ningún lado dice que no.—se encogió de hombros—Además, ¿de qué otra forma podría ir con él?

—¿De qué hablas?

—De irme con Taehyung, y bueno, también con Jimin.—suspiró—Ya tardé mucho.

—Jungkook... No digas esas cosas, sólo... Ven, dame la mano, vámonos.—nuevamente, retuvo los gritos y lágrimas que querían salir.

—No Yoon, la decisión está tomada, y no va a cambiarla nadie.—insistió con los ojos llorosos.

—¿Piensas dejarme solo?, Kook, eres lo único que me queda...—su voz comenzaba a romperse.

—Mentira, hace un momento dijiste que tu amigo Jin estaba allá abajo.—citó—¿No lo ves?, tienes más amistades con quienes estar... Y son personas que no te detendrán...

—Para, por favor.—respiró hondo—Tú no me detienes, y no dejaré que hagas ésto.

—Sí te detengo, observa, estás aquí luchando por salvar un alma que ya está perdida, cuando podrías estar en casa tranquilo.—sonrió leve—No es algo justo para ti...

—Jungkook... Escucha lo que dices... ¿Te volviste loco?—un temblor se implantó en su voz.

—Probablemente.—acomodó de mejor forma sus pies sobre la orilla de la azotea—Taehyung se llevó muchas partes de mi, así que creo que la cordura es una de ellas.

—Ya... Baja...—dio un paso más, extendiendo su mano hacia el chico de amarillo, intentando alcanzarlo sin provocar un accidente.

—Claro, bajaré.—no se movió. Apareció por un par de segundos una leve sonrisa en Yoongi, misma que regresó a su estado ausente al instante—Allá, a la acera.

—¡No!— un par de lágrimas recorrieron sus mejillas—No pude ayudar a Taehyung, no logré salvar a mi Jimin... Por favor... Déjame salvarte a ti...—pidió con la voz quebrada, sin contener más su llanto.

—Yoongi... Yo ya no pertenezco aquí, ¿de qué serviría que me quede?, sólo seguiré sufriendo sin Tae, conduciendo una pesadilla de la que no puedo escapar por más que trato.—sollozó—Y si no me mato saltando de aquí, la tristeza lo hará lentamente.

—Te lo ruego... No me hagas ésto... Soy fuerte, pero dudo que tanto como para cargar el peso de tres pérdidas.—admitió.

—Lo lograrás, siempre has sido más fuerte que todos.—sonrió ligeramente—Estarás bien Yoon.

—¡No Kook, entiende que no puedes dejarme solo!—gritó con las lágrimas nublando su visión—Por favor... Ven conmigo...

—Acércate...—limpió sus lágrimas, mirándolo con tristeza.

Yoongi obedeció a su amigo, quedando a escasos centímetros de él. Jungkook bajó de la orilla, y los juntó en un abrazo, cargado de todo el cariño que ambos se tenían entre sí. El dolor los había hecho amigos unidos, pero ahora, ese mismo dolor los separaría para siempre.
Mancharon el hombro del contrario con su llanto, y finalmente, Jungkook retrocedió un par de pasos.

Sus ojos hacia mucho que dejaron de brillar, solamente reflejaban el intenso torbellino de tristeza que guardaba en su ser. El verlo directamente a ellos, le provocó un escalofrío al pálido, pues lo que vio fue precisamente lo que Jungkook había dicho, un alma perdida, apagada, sin una chispa o un propósito.

Un ser humano que estaba muerto en vida, eso era aquel chico frente a él.

—Espero me perdones algún día Yoongi... Recuerda... Que te tomé mucho afecto...—suspiró pesado.

—Jungkook...—ni siquiera pudo reaccionar a lo siguiente.

El pelinegro lo empujó fuertemente, mandándolo a poco más de un metro lejos de él. Subió rápidamente a la orilla, y extendiendo sus brazos, miró como Yoongi se forzaba a levantarse, aún con el evidente dolor que la caída le había provocado.

—Nos vemos en otra vida Yoon...—dijo de último.

—¡JUNGKOOK!—se puso de pie lo más rápido que pudo, sin embargo, no logró sujetarlo a tiempo. El empujón repentino lo había descolocado bastante.

Dio un paso atrás, dejándose caer directo a la acera. Las lágrimas cayendo como lluvia y los gritos desesperados de Yoongi fueron lo último que él vio y escuchó, mientras le regalaba una sonrisa cerrada.
Cayó, en medio de todo el tumulto de gente —que de nada sirvió que estuvieran ahí—, nadie logró ayudarlo, ni sostenerlo antes del impacto.

Al ver la escena criminal del chico caído, con su chaqueta amarilla manchada de rojo, sus brazos cubiertos por vendas, sus nudillos morados y la cabeza sangrando, se llegó a una conclusión rápida entre los presentes.
Él ya no iba a despertar, ni por un milagro.

Jungkook había cumplido su cometido. Ahora, ya estaba con Taehyung y Jimin.
Tres nuevas estrellas iluminarían el cielo de Yoongi esa noche.

Éste último, se sujetó de la orilla de la azotea y comenzó a liberar todo el dolor que había luchado por contener desde la partida de su novio.
No podía creer que frente a sus ojos se hubieran ido tres personas significativas para él, y que a ninguno de ellos los pudo detener.

En medio de su llanto desenfrenado, miró al suelo y divisó una hoja atascada en una grieta, la cual, recogió rápidamente. Tenía algunas manchas de lágrimas ya secas, tierra sobre ella, y una caligrafía difícil de entender. La leyó, descubriendo lo que Jungkook había dejado, supo que debía guardar esa carta en el diario de Taehyung, pues su propósito era estar junto a las notas de éste.

Se rompió, aquellas palabras denotaban demasiada tristeza, demasiados sentimientos reprimidos, y sobre todo, lo hicieron cuestionarse si en realidad era tan fuerte como para dejarlos ir, para seguir adelante, para aceptar que ninguno de los tres volvería.

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Taehyung, estoy a un paso de irme contigo. Te prometo que pase lo que pase, no desistiré, no esperaré más tiempo.

Quince días sin ti fueron más que suficientes para saber que mi lugar ya no es éste. Mi hogar, el lugar a donde pertenezco, el sitio donde soy feliz, mi lugar seguro, siempre... Siempre fuiste y serás tú.

Yoongi es fuerte, sé que estará bien. Encontrará una persona que en verdad tenga armas para apoyarlo... No como yo, que sólo sirvo como un estorbo en su vida.
Mi familia lo superará, me quieren, pero sé bien que no soy su prioridad.
Más amigos no tengo, así que... No hay más cosas que me detengan aquí.

Prefiero morir para verte nuevamente y quedarme a tu lado, a vivir soñando con tu presencia y sabiendo que nunca estarás conmigo.
Ojalá aún me quieras, tal como dijiste que lo harías, y que al llegar seas tú quien me reciba.

Taehyung, eres la causa de mi euforia.
Eres todo para mi.
Ante mis ojos, tú eres lo único que me hace realmente feliz.

Así que... Ya es hora de seguirte.

Y no te preocupes, no te sientas mal por mi. Porque créeme cuando digo que no podría estar mejor al tomar mi última decisión. Sé que en cuanto nuestras miradas se crucen, lo primero que haré será sonreír y asegurarte que es la única cosa que hice bien. Irónicamente, la única idea de la que estoy orgulloso en mi vida, es haber decidido morir.

Estoy emocionado por ver tu hermosa carita otra vez, por escuchar tu voz decir mi nombre, por tocar tus mejillas sin sentir que tu imagen se desvanece, tal como pasa en mis sueños.

Perdóname por no haber cumplido tu última petición, pero... Preferí irme con mi ángel. Intenté, pero simplemente no pude vivir en un mundo donde tú no estás, me perdí en la oscuridad cuando la luz de tus ojos se apagó. Así que, por favor... Dame un beso al llegar, y dime que sigues amándome. Ilumina mi alma nuevamente.

Porque yo... Te amé y amaré toda la eternidad, Taehyung.
Espero que en nuestra siguiente vida... La historia de nuestro amor sea color rosa y no negra, pues creo que nadie merece morir con tal de unirse con su alma destinada. Ni mucho menos hacerlo, porque su destinado se alejó de su lado.

Nosotros no debimos acabar de éste modo Tae... Pero... Ya no queda retorno posible. Sólo queda aceptar lo que el destino nos otorgó.

Un amor que emana desde dos corazones que ya jamás volverán a latir.

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Ya, pueden soltar todas sus lágrimas.
Aviso: Haré una segunda historia conectada a Heather y a ésta. Será YoonMin, así que vayan preparándose mentalmente.

P. D: Perdón por el epílogo tan corto jsjsjs.

Gracias por llegar hasta aquí, espero sigan disfrutando de mis obras.

Los amo. ❤