Especial - Jungkook
En verdad quería traerles este especial mucho antes, lamentablemente no se dieron así las cosas, pero espero que haya gente que aún lo estuvo esperando y bueno quiero avisarles que en los próximos días estaré concentrándome en terminar esta historia.
Hebras de cabello azabache, ojos luminosos y expresivos, piel delicada y risas tiernas. Jungkook había nacido en medio del desconocimiento por así decirlo, no había familiares ansiosos por conocerle ni padres muertos por verle por primera vez. Desde el inicio fue él solo contra el mundo que apenas estaba descubriendo.
Aún en la inocencia que permanecía en su mente infantil, podía darse cuenta como siempre lo cuidaban personas distintas quienes, si bien buscaban cubrir sus necesidades, no le daban nada más que la atención necesaria, no había palabras cargadas de cariño ni brazos en los que pudiera sentirse seguro. Es por eso que su llanto se hacía cada vez más tortuoso a medida que el tiempo pasaba. No sabía lo que estaba buscando con exactitud, simplemente se sentía incompleto; desesperado pedía a base de lágrimas que alguien le diera aquello que tanto buscaba y no conocía... amor.
Hasta que cierta noche un joven hermoso, como ningún otro que haya conocido el pequeño, se acercó por culpa de su llamado. Esa persona desconocida limpió sus lágrimas, le tomó en sus brazos y le arrulló con su suave aroma. Ese primer contacto era lo que tanto tiempo había luchado por encontrar, por fin sentía que podía dormir tranquilo gracias al calor que le proporcionaba el bello hombre, al menos eso sintió hasta que al abrir sus ojos se vio nuevamente envuelto en la desesperación de no encontrarle.
Si hubiera tenido más fuerza y habilidad le habría tomado con todas sus fuerzas, lo hubiera sostenido tan fuerte para que no le dejará solo nunca más. Lo quería a él por siempre.
Afortunadamente el joven, quien había aprendido a reconocer como Jimin, regresaba noche con noche, brindando un poco de consuelo a Jungkook, pero el pequeño cada vez demandaba más de todo lo que podía recibir por parte de él. Las noches se hacían muy cortas en sus brazos y el llanto regresaba cuando ya no se sentía rodeado por ellos.
¿Por qué tenía que permanecer con aquella gente? ¿Por qué no podía solo refugiarse en el regazo de su bello Jimin y descansar en paz escuchando su voz melodiosa a la luz de la luna durante toda la vida?
Jimin ingresó al cuarto de su hijo, hoy era un día especial y por eso había despertado con energías inusuales, pero al mismo tiempo con los sentimientos algo removidos. En partes quería llorar al sentirse tan dichoso de poder admirar a Jungkook dormir con tranquilidad en medio de un nido de cobijas, respirando acompasadamente y notando sus leves balbuceos de bebé. Y en partes quería reír escandalosamente porque la vida había encajado las piezas del rompecabezas con tanta dulzura para que conociera a su pequeño niño que moría de felicidad.
—Bebé... Jungkookie... vamos bebé despierta —susurraba Jimin mientras movía los cabellos de su hijo.
Las pestañas largas del azabache dormido empezaban a moverse, el bebé estaba despertando lentamente. Jungkook abrió sus ojos al sentir las manos de Jimin acariciarle las mejillas y reírse seguramente al ver su mejilla derecha aún roja al estar recostado en ella contra la almohada.
—¿Dormiste bien Jungkookie? —preguntó Jimin, sus preguntas parecían susurros porque no quería aturdir al bebé que acababa de despertar.
—Sí.
Si de por sí Jungkook era de pocas palabras, por la mañanas casi no hablaba, a Jimin le daba ternura verle colocar sus labios en pucheros, lo tomaba como uno de los privilegios de ser padre: "disfrutar de lo tierno de su hijo".
Jimin alzó a Jungkook y lo cargó en dirección a la cocina.
Jungkook siempre tomaba algo de leche al despertar, así que Jimin le dió un vasito entrenador con algo de leche tibia, Jungkook lo tomó con ganas y como siempre terminó con algo de la misma alrededor de su boca, Jimin le limpió con el mayor cuidado que pudo ante un Jungkook ya bastante despierto que quería huir de él y correr a hacer travesuras como siempre.
Una vez libre Jungkook empezó a buscar a papá...
Cuando Jimin le visitó junto con el otro hombre de tez pálida, al principio no le gustó; sin embargo, había encontrado en él la misma esencia que le atraía tanto de Jimin. Yoongi a pesar de eso tenía muchas diferencias respecto al rubio que conoció primero. Mientras Jimin le había brindado cariño y calor, Yoongi le brindaba seguridad y alegría. Amaba estar con ambos y pasar tardes entretenidas como la que tuvieron con los demás niños en el orfanato.
Y el día en que salieron por las puertas del lugar en donde se habían conocido, tomados de la mano y siendo legalmente una familia por fin, había sido el primer día en que Jungkook supo que había luchado por mucho tiempo solo, tratando de sobrevivir sin amor porque la vida le había brindado a los mejores padres del mundo para cuidarle, y para tener a los mejores tuvo que buscarlos él solito; pero al final había valido la pena.
—¿Papá?
—¿Buscas a papá Jungkook?
El pequeño había recorrido toda la casa de arriba a abajo, buscando en partes a su padre sin éxito. Presentía que nuevamente se había ido a trabajar, pero aún así le ponía triste debido a que estar con papá era más divertido.
Jungkook hizo un sonido a modo de afirmación.
—Papá está trabajando bebé... —Jimin notó cómo decaía el semblante juguetón de Jungkook al no encontrar a Yoongi así que sosteniendo su pequeña barbilla continuó —pero él me dijo que hoy iba a regresar temprano para comer todos juntos.
Entonces una pequeña sonrisa le fue lanzada, Jungkook amaba la palabra juntos. Lo sabía bien.
Jimin lo vió marcharse hacia sus juguetes y decidió que lo dejaría jugar un poco más antes de bañarlo, porque con solo escuchar el sonido del agua caer ponía de muy mal humor al bebé quien detestaba bañarse, quizá no tanto como antes de recibir mimos mientras su cuerpo era tallado por la esponja o cuando descubrió que ser cuidado por sus papás hacía el sufrimiento de bañarse menos tortuoso.
Más tarde Jungkook se percató que la pareja que tanto le hacía feliz, también necesitaba de su ayuda para mantenerse unida. Por eso tuvo que lidiar con el chico de sonrisa engañosa, quien más tarde descubriría que no era el malo del relato, solo era una persona normal cometiendo errores, aunque, de igual forma le cobraría después con muchos dulces a su tío Taehyung por darle algunos problemitas.
Problemitas que le habían hecho sufrir bastante porque sentir como su familia se separaba le hizo recordar aquél vació que le acompañaba antes y del que había logrado escapar.
Hubo semanas difíciles en donde no sabía si todo se vendría abajo, en donde trataba de consolar a su papi Jimin en las noches y buscaba sacarle alguna sonrisa a su papá Yoongi cuando salían ellos dos solos. Solos no estaba bien, nunca estuvo bien.
—¿Sabes que vamos a hacer hoy? —preguntó Jimin mientras secaba el cabello algo largo de su hijo.
Jungkook negó.
—Hoy vamos a hacer un pastel, papá dice que no me saldrá y al final todo quedará quemado pero yo confió en mis habilidades.
—¡Pastel!
Para Jungkook ese era un gran plan.
Después de sentir el cabello azabache menos húmedo, Jimin procedió a escoger las prendas de Jungkook, aquellas que había comprado con semanas de anticipación. Pero como Jungkook ya no era tan pequeño, el bebé quería escoger por él mismo su ropa.
—¿No te gusta Jungkookie?
—No.
—¿Entonces qué propones bebé caprichoso?
Jungkook no contestó, salió de su cuarto vistiendo únicamente su pañal entrenador hacia el cuarto de Jimin.
El rubio corrió tratando de seguirle el paso a su bebé.
—Esto... yo quiero... quiero lo mismo que papá.
Aquella prenda que Jungkook le estiraba con una de sus manos, no era más que una de las camisas que Jimin había sacado del ropero de su esposo, una camisa blanca que contenía levemente la loción que Yoongi solía ocupar, esa camisa le ayudaba algunas noches a poder dormir; porque dormir sin sentir la presencia de Yoongi era difícil y esa prenda hacía más llevadera la situación. Esperaba que su bebé no le hubiera delatado antes, se suponía que la tenía perfectamente escondida porque no quería morir de vergüenza.
La decisión de qué ropa se pondría Jungkook se decidió en una acalorada competencia en donde Jungkook perdió; por lo que, procedió a hacer un ligero berrinche, hasta que papá le cumplió el capricho con una advertencia: "solo hasta que papá Yoongi llegue".
Jimin pasó por los estrechos hombros de Jungkook la camisa blanca y la abotonó por completo para que su hijo estuviera por lo menos lo más cubierto que se pudiera.
—Nada de contarle a papá de la camisa a papá ¿de acuerdo?
—Mmmm
Jungkook volvió a huir de los brazos de su papá indignado por lo tramposo que podía ser el pequeño hasta que la situación se le hizo tan graciosa que río libremente persiguiendo a Jungkook por la casa.
Jimin cocinó algo ligero para comer, solo fueron unos fideos integrales con muchas verduras porque el pastel podría ser muy pesado aún para Jungkook y no quería que más tarde el bebé sufriera dolor de estómago. Además hacer esa comida ligera le ayudó a tener más tiempo para el reto del día de hoy: el pastel.
Jungkook notando la cara de concentración de su papá ofreció su ayuda.
—Yo ayudo papi.
La ayuda de Jungkook hizo el proceso más disfrutable, por lo menos en opinión de Jimin. Porque si bien el pastel no se veía tan bonito, Yoongi sabría que fue esfuerzo de ambos.
—Jungkookie papá pronto llegará, tenemos que cambiarte...
—No.
—Vamos bebé obedece a papá.
—No quiero.
—¿Min Jungkook acaso te quieres quedar sin pastel?
Jungkook notó el cambio en la voz de su papi así que no volvió a negarse y se dejó cambiar.
Estando justo a tiempo Jimin sostuvo a Jungkook en sus brazos escuchando como Yoongi ingresaba a la casa.
—¡Papá... feliz cumple... —Jungkook tomó un respiro para recordar bien la palabra que estuvo ensayando con Minnie antes de que papá llegara —cumpleaños!
—Feliz cumpleaños Yoongi.
Yoongi sin medir sus acciones simplemente abrazo a su familia, quienes cómplices depositaron un beso en cada una de las mejillas del pálido.
La mesa del comedor ya estaba lista así que fueron directamente a ella para comenzar con la comida.
—Papá... papá... papá...
Jungkook quería llamar la atención de Yoongi.
—¿Qué pasa Kookie?
—Yo ayude a papi con pastel —Jungkook necesitaba decirle eso con urgencia porque amaba escuchar como Yoongi siempre le alentaba a seguir ayudando.
—Wow Jungkook... mi hijo cada vez está más grande ¿no?, por eso ayudas a papá ¿verdad? —Yoongi lo bajó de la silla y lo abrazó muy fuerte— te quiero Jungkook... te quiero mi bebé.
—Yo también los quiero.
El pastel fue depositado en la mesa, cantaron feliz cumpleaños y Yoongi deseó que su familia se mantuviera fuerte y unida para festejar juntos muchos cumpleaños más.
Hebras de cabello azabache, ojos luminosos y expresivos, piel delicada y risas tiernas. Jungkook había nacido en medio del desconocimiento, pero había luchado por tener una familia.
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Espero que les haya gustado nos leemos prontito.
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