Capítulo 6
La propuesta de Yoongi tomó por completa sorpresa a Jimin... adoptar juntos a Jungkook.
Sinceramente no sabía qué hacer.
Afortunadamente Yoongi le había dicho que pensará bien su propuesta, que si bien iba a irse para atender unos asuntos pendientes en Japón, haría todo lo posible por regresar a Corea a escuchar la decisión de Jimin. Fuera la que fuera.
Ese día después de la visita a Jungkook, ambos regresaron al departamento del rubio para cada quien tomar su camino y no dijeron nada más.
A la mañana siguiente Jimin se había levantado lo suficientemente temprano como para despedirse de Yoongi. A diferencia de otras veces deseaba que su regreso fuera pronto... lo más pronto posible, raro, pero ya podía sentir que faltaba alguien en el departamento.
Las visitas al orfanato continuaron, los agradables recibimientos del pequeño Jungkook eran siempre encantadores pero las despedidas... las despedidas eran muy difíciles para ambos. A veces Jungkook se negaba a dormir por más que Jimin le cantaste y le arrullase. Cuando sentía que era dejado en su cuna empezaba a llorar desgarradoramente, haciendo todo más difícil día con día.
Jimin pasaba gran parte de su tiempo analizando los pros y los contras ante semejante propuesta. Él estaba seguro de querer adoptar a Jungkook, seguro de que no era un capricho porque en verdad quería a ese bebé y sabía que el sentimiento era mutuo. Ambos eran felices juntos. Ya no quería verlo solo un par de horas por las noches sencillamente eso ya no era suficiente. Pero el problema era Yoongi.
Ya lo había hecho casarse con él por conveniencia y aunque Yoongi pudiera estar con quién quisiese porque su relación no era real... Él jamás lo engañó con alguien más, en realidad, ni siquiera sabía si la palabra "engañar" aplicaba porque ellos no tenían una relación sentimental real. Justo ahora que se había puesto a recapitular todo, se había percatado que su esposo siempre fue una persona atenta, amable y caballerosa. Una persona increíble. Cualquiera estaría enamorado de él, cualquiera podría darle un matrimonio real e incluso hijos que fueran propios. Una familia real. Y Yoongi se lo merecía, pero irónicamente Jimin no quería ni imaginarse a Yoongi casándose con alguien más, bailando con alguien más, teniendo una familia con alguien más... no.
Podría decir que sí a la propuesta y obligar a Yoongi para que adoptará a Jungkook, porque estaba más que claro que Yoongi había propuesto aquello debido a que había notado la necesidad de Jimin del pequeño, y que, al mismo tiempo, Jimin era tan cobarde y temeroso como para tomar la decisión. De tal forma que, si el pelinegro no lo proponía, jamás Jimin hubiera tomado esa decisión, sencillamente no se sentiría correcto orillarlo a ser parte de algo a lo que no está obligado.
Los asuntos que tenía que resolver el pelinegro en Japón ya estaban concluidos y Jimin estaba muy nervioso porque solo faltaban instantes para que tuviera que decirle la difícil decisión que había tomado.
Por primera vez desde que se conocían, Jimin había ido a encontrarlo al aeropuerto. Realmente la espera lo estaba matando, no solo por el hecho de estar nervioso ante cuál podría ser la reacción de Yoongi, sino porque su corazón latía un poquito angustiado esperando que el vuelo hubiera llegado sin contratiempos. Hacía dos horas que el avión debió haber aterrizado y él todavía no lograba divisar a Yoongi.
Seguía atento viendo a la gente pasar hasta que por fin... por fin estaba ahí. Lo localizó inmediatamente y cómo no hacerlo si era el único que iba completamente de negro (el color favorito de Yoongi), ese color que destacaba con obviedad de la piel pálida de el mismo. Las miradas de ambos se encontraron y al mismo tiempo ambos esbozaron una sonrisa de reencuentro, de ver nuevamente una cara conocida.
Jimin camino rápidamente a su encuentro, y lo abrazó. En cuanto lo tuvo entre sus brazos le entraron unas ganas irracionales de romperse a llorar, ridículas ganas de desgarrarse en llanto, pero al mismo tiempo esas ganas también fueron incontrolables. Al parecer las situaciones tan estresantes que había estado viviendo le estaban cobrando factura en ese momento. No quería despegarse del pecho de Yoongi... quería desahogar en ese lugar cálido todos sus sentimientos de incertidumbre, pero lo único que dijo mucho antes que un "hola" o un "¿cómo estuvo tu vuelo?", "¿por qué tardaste tanto?", o incluso un "te extrañe" que era completamente sincero. Lo que dijo fue:
—Sí, adoptemos a Jungkook por favor — en ese preciso momento no pudo retenerlo más y se echó a llorar, no importó la escena que estaba montando en pleno aeropuerto. No, porque su esposo lo sostenía fuertemente al mismo tiempo que le decía entre murmullos frases cortas que no alcanzó a entender porque estaba demasiado perdido entre las emociones.
Jimin pensó que iba a tardar mucho tiempo para tratar de explicarle a Yoongi su decisión, que después de analizar pros y contras había decidido adoptar a Jungkook con su ayuda, claro si él aún estaba dispuesto a ayudarle, y que, no tendría que hacerse cargo de aquello porque Jimin intentaría resolverlo todo, pero no. Las palabras salieron despotricadas de su corazón sin previo aviso, sin poder explicar nada más.
Cuando las lágrimas dejaron de fluir por sus ojos por fin pudo ver a Yoongi nuevamente a los ojos a pesar de seguir completamente avergonzado por haber explotado de esa forma. Yoongi acunó sus mejillas y acercó sus frentes para decir en voz muy bajita "hola Minnie".
Ambos salieron del aeropuerto rumbo al departamento de Jimin. Dónde ya los esperaba la cena que había preparado con mucha prisa el rubio.
Justo ahora estaban sentados en la sala, no habían dicho mucho desde que llegaron porque querían estar cómodos y más tranquilos para tener una buena plática. Ambos sabían que había mucho que hablar.
—Gracias por ir a recogerme Minnie. El vuelo se atrasó mucho, había mal tiempo, pero por fortuna no cancelaron el vuelo —el rubio que no sabía cómo comenzar agradeció mentalmente que Yoongi le haya ahorrado aquello.
—No agradezcas... Me alegra que hayas llegado con bien —Jimin sonrió tenuemente y el pelinegro recordó su encuentro de hace unas horas, ojalá pudiera decirle a su esposo que el que estuvo a punto de llorar fue él mismo al verlo ahí esperándolo. Un muy bonito gesto de Jimin. Pero era momento de no hacer tanto rodeo al asunto y abordar lo importante.
—Minnie... Sé que ya dejaste claro desde un principio que has decidido que iniciemos con el proceso de adopción de Jungkook, pero quería saber si estás completamente seguro y que no se trató de presión de mi parte; que no te sentiste obligado ante mi propuesta.
—Yoongi, creo que me abriste los ojos en cierto sentido... yo quería tomar ese paso, pero no me atrevía a hacerlo —Jimin bajó la mirada a sus manos que se encontraban temblorosas como su corazón, como sus sentimientos— de hecho, aún no se si podré con todo lo desgastante que puede llegar a ser el proceso o si llegasen a negarnos la adopción —fue inevitable para Jimin pensar en esa opción porque era algo probable. De solo pensarlo quería volver a ponerse a llorar.
Yoongi tomó a Jimin por los hombros y lo acercó hacia sí mismo para abrazarlo estando los dos sentados aún en el sofá. Jimin estaba temblando, notaba que estaba muy nervioso y con los sentimientos a flor de piel, pero al estar abrazados podían sentirse mejor.
—No creo que lo hagan, cariño, nosotros somos un matrimonio perfecto... ante los ojos de los demás.
—Mmm... ¿Yoongi estás seguro que quieres adoptar junto conmigo a Jungkook? —Jimin enserio quería saber qué era lo que quería Yoongi; así como sabía que el pelinegro le ayudaría en cualquier decisión, él también estaba dispuesto a hacerlo. Mientras tanto, Yoongi lo único que podía ver eran los ojos hermosos de su esposo, aquellos que lo veían directamente tratando de descifrarlo.
—¿Por qué lo dices?
—Porque... Bueno tú podrías tener tus propios hijos si quisieras... Te podría dar el divorcio si quisieras también, aunque... aquello podría ser una desventaja para adoptar... yo me he dado cuenta que de cierta forma siempre te he negado la felicidad Yoongi, y eres tan amable como para no decírmelo.
—Jimin, tu no...
—Claro que sí Yoongi. Seguramente ahorita estarías viviendo una grandiosa vida en una familia real y bueno... lo único que yo te he ofrecido desde que te conozco ha sido... espejismos, apariencias... no una familia, así que si decides formar tu vida a parte... bueno yo... —Yoongi acunó las mejillas de Jimin, que estaban algo sonrojadas al tratar de decir todo lo que sentía, y las acarició lentamente.
—Minnie créeme que nunca me has obligado a nada —el pelinegro lo vio directamente a los ojos y firmemente habló —yo he sido él que tomó la decisión de casarme contigo y no me arrepiento, en verdad me gustaría que adoptáramos juntos, como te lo dije esa vez. Quiero que juntos le demos a Jungkook el amor que se merece.
—Yoongi... dime cómo, cómo puedo agradecerte por estar conmigo en esto... no tengo forma..
—Si la hay Minnie, solo se feliz y... permíteme estar a tu lado mucho tiempo más.
Quizá esta vez sí pueda enamorarte. Quizá esta vez sí logremos ser una familia.
A partir del día siguiente a aquella plática, en donde ninguno de los dos se dio cuenta lo mucho que estaban cayendo por el otro, fue que empezaron a hacer cambios.
Primero, Yoongi tuvo que arreglar sus negocios de tal forma que le permitieran estar mucho más tiempo que Corea que antes.
Llevaban algunos días conviviendo juntos en el departamento de Jimin y se llevaban muy bien, las comidas eran preparadas alegremente y las pláticas a la media noche parecían no tener fin, hasta que alguno de los dos decidía ir a su habitación. El tiempo juntos era muy bueno.
—¿Minnie y si vivimos juntos? —Jimin no pudo más que romper en carcajadas porque su esposo no podía hablar en serio ¿verdad?
—No te rías Minnie, lo digo en serio. Deberíamos comprar una casa, no creo que los trabajadores sociales nos den el visto bueno si vivimos en este pequeño departamento lleno de peligros para Jungkook— Yoongi no se había enojado porque Jimin se tomará su proposición a broma, pero quería dejar en claro su punto.
—Es que prácticamente ya vivimos juntos Yoongi, pero, sí tienes razón. SÍ ya lo había pensado.
—He estado viendo algunas opciones pero me gustaría que fuera del agrado de ambos, ¿te parece si vamos a revisar algunas casas el próximo fin de semana?
—¿Yoongi, estás seguro?.. es que no sé si en verdad quieras vivir conmigo —no esta vez, Yoongi no iba a dejar que esta vez Jimin se escapará tan fácilmente de él, además, era la excusa perfecta para comenzar con su plan de conquista. Un plan de conquista renovado.
—Quizá no te lo pedí de forma correcta Minnie... querido esposo mío... ¿qué opinas si vivimos juntos? —al escuchar aquello Jimin no pudo evitar sonrojarse, sonó tan raro, casi hasta infantil, pero al mismo tiempo fue... lindo.
—No me hagas sonrojar tonto... claro que sí bueno si tú quieres.
El día que fueron a ver las casas increíblemente no les había gustado ninguna. Habían visto muchas casas grandes y enormes, con patio o sin él; pero la casa que decidieron comprar fue una que encontraron camino de regreso al departamento de Jimin. La casa más pequeña que habían visto entre todas las que vieron esa tarde, pero a ambos les había parecido la mejor porque si la veías desde afuera podías imaginar que ahí vivía una familia hogareña, cariñosa y feliz. Y aunque lo negaran eso era lo que querían.
.
.
.
.
.
.
.
Gracias por leer y comentar. Nos vemos el próximo jueves 🤭 espero que lo esperen...se empieza a poner interesante.
Fotito de Yoongi porque Naomi me las mando como postre en la mañana 💜.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro