Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

t r e i n t a y t r e s

Jungkook me cogió de la cintura, con tanta fuerza que logró que mis pies se despegaran del suelo. Yo me enjugué las lágrimas con el puño de la chaqueta del uniforme, me recompuse rápidamente y dejé que mi hermano llevara mi mochila. Llevaba la suya a la espalda, y la mía contra el pecho.

Sin que preguntara, le conté lo que había sucedido y cómo me sentía. Si Jungkook tenía algo bueno, es que sabía escuchar a las personas. Quizá con los consejos no era demasiado bueno, pero Jungkook era, en el fondo, un buen chico. No habló en todo el trayecto a casa, hasta creí que aguantaba la respiración. Sólo me miró cuando acabé de contárselo todo, y fue una de esos reproches con la mirada, diciendo: "te lo dije".

- Supongo que el amor verdadero dura de uno a tres meses. - Concluí, cabizbaja.

- No te preocupes, Hye. Hay más peces en el río.

- Se dice en el mar.

- Bueno, eso. - soltó una risilla nerviosa, enseñando los dientes que le otorgaban su famoso apodo. - No deberías derrumbarte por algo así. No merece la pena.

- ¿Quién ha dicho que vaya a derrumbarme? - Repliqué, orgullosa. - Voy a seguir estudiando y voy a demostrar a ese cabrón que las matemáticas sirven para algo. ¡Y que no le necesito!

Jungkook, después de mucho tiempo, se convirtió en uno de mis apoyos, junto a mi madre. Sorprendentemente, los dos se mostraron bastante reacios a la posibilidad de que Yoongi volviera conmigo. Aunque en teoría no habíamos roto porque ni siquiera habíamos empezado -yo no recordé ningún momento en el que él o yo hubiéramos dicho algo de estar juntos formalmente-, la noticia se hizo saber en todo mi círculo social. Hasta las tipas del instituto se habían enterado, y se acercaban a mí con ciento de preguntas estúpidas. Ni siquiera sabían quién era Suga, pero se imaginaban a un chico maravilloso cuando supieron que era parte del club de amigos de mi hermano. Estaban bastante equivocadas.

No podía dejar de pensar en Yoongi. Era incapaz de sacarle de mi cabeza. Veía trazos de él en cada canción que escuchaba, por cada calle que pasaba, en cada momento. Gracias al cielo, no fue una gran distracción. Conseguí pasar todos los exámenes en una situación sentimental bastante complicada, mientras yo esperaba una llamada o una señal de vida por parte de Yoongi.

Entre clase y clase, por las tardes, solía ir a ver a Hoseok al hospital. Resultó ser una persona risueña y de las únicas capaces de hacerme sonreír. Me parecía impresionante el hecho de que, a pesar de que estuviera recuperándose de una brutal sobredosis y estuviera en una cama las veinticuatro horas del día, Hoseok sonriera a cada minuto. Normalmente iba a visitarle con mi hermano o con Jimin.

Sólo fui un día a visitarle sin compañía. Era el último día de exámenes, había dejado a Jungkook atrás y Jimin estaba perdido por algún lugar, así que decidí ir sola.

Las mujeres de la planta donde estaba ingresado Hoseok me saludaban todos los días. Debían de saber que era la hija de la psiquiatra del hospital, y por eso me ponían al día con la recuperación de Hoseok. Una de las pocas buenas noticias que tuve después de discutir con Yoongi es que su amigo mejoraba favorable y rápidamente.

Empujé la puerta corredera de la habitación 1013. Normalmente necesitaba mucha fuerza para abrirla, pero aquel día me resultó ligera.

Quizá porque Yoongi estaba al otro lado de la puerta, dentro de la habitación.

Evité su mirada, pero mantuve la cabeza bien alta, con aire orgulloso. Lo único que vi de Yoongi fueron su Dr. Martens negras dando un par de zancadas largas. Se fue de allí sin mediar palabra.

Hoseok me miró con la boca abierta.

- Uf, menos mal que has venido, Hye. Lo más parecido a una chica que me ha visitado hoy ha sido Jimin.

Le sonreí, aunque no le dije nada. Reparé en unas flores de colores brillantes que descansaban cerca de la ventana. Había una tarjeta al lado, y yo, carcomida por la curiosidad, la leí. "De nada." ponía, escrito a mano.

- ¿Y estas flores? - pregunté.

- Son para tí. - canturreó Hoseok.

- ¿En serio?

- Sí, sí. Una flor para una flor...

- Anda, cómo no vas a tener novia si tus frases para ligar están anticuadas. -Dije jocosa. Él se rió, se encogió de hombros y señaló las flores.

- Llévatelas. Debe de ser tu regalo de graduación.

- Si aún no me he graduado...

Hoseok hizo una mueca con un ruidito extraño, de esos de muñeco para niñas. Me hizo reír. Me senté a su lado, a los pies de la cama, como solía hacer.

- Pero todos sabemos que vas a hacerlo, y que vas a montar una fiesta salvaje. Una pena que yo no pueda estar...

- Oye, lo de la fiesta te lo estás inventando.

- Hasta él sabe que vas a graduarte. Por eso lo de las flores. - dijo, sonriente como siempre. - Deberías darle una segunda oportunidad.

Durante el tiempo en el que Yoongi y yo ni nos hablamos, se habían formado tres bandos: los opositores a que yo volviera con el peliverde, que básicamente eran Jungkook y mi madre; los neutros, Namjoon -que prefería mantenerse al margen-, y Taehyung -demasiado ocupado en hacer ciertas prácticas con su novia como para enterarse de lo que sucedía-; y los que ante todo, querían que Yoongi y yo volviéramos a ser algo, Jimin, Jin y Hoseok, que era algo más discreto con el tema que los otros dos.

Yo me situé en el lado neutro, esperando por una parte que Yoongi demostrara que me quería, y por otra parte tratando de olvidarle lo antes posible.

- No todo se perdona con unas flores. - sentencié.

- Wow, Hye, cada día me sorprendes más.

- Me las llevaré, pero porque me parecen bonitas. No porque sean suyas.

Hoseok se rió. Su sonrisa podía ser una fuente de energía renovable e inagotable. - ¿Vas a hacerte la difícil?

- Al principio se lo dejé tirado. Que se joda.

- Oh, esto se va a poner salvaje... Y por cierto, ¿crees que estaré fuera para cuando hagas tu fiesta de graduación?

- No dejaría que probases ni una sola gota de alcohol.

- Gracias por preocuparte por mí. Yo con un zumo me conformaba...

Continué hablando con Hoseok de mi vida como estudiante hasta que una enfermera, seguida de Jimin, que canturreaba, vino a hacer un chequeo rápido a Hoseok. El pelinaranja y yo tuvimos que salir al pasillo, aunque Hoseok dijo que no le importaba que le vieran desnudo. Jimin se apoyó en la pared contraria a la puerta, y yo me puse a caminar por el largo corredor.

- Hye, Yoongi está perdido. - soltó, en voz lo suficientemente alta para que le escuchara antes de que yo me alejara demasiado. - No de una forma literal...

- Me da igual. Como si se pierde en el triángulo de las Bermudas.

- Jo, no seas tan insensible. - protestó. - Te necesita.

- No lo creo.

- En serio...

- Jimin, quien tiene que convencerme es él. No tú. - Sentencié. Levanté el índice y me lo llevé a los labios antes de que continuara hablando. - ¡Calla! ¡No digas nada!

- Hye.

- ¡Shhhhhh!

- Hy-

- ¡Jimin!

- Vale. - Levantó las manos en señal de paz y las agitó dando a entender que iba a dejar el tema por completo.

- Así me gusta. Obediente y sumiso. - Me acerqué a Jimin al ver a la enfermera salir de la 1013, le di unas palmaditas en el hombro y entré con él a la habitación.

- Bueno, entonces, Hye, ¿cuándo vuelves con Suga? - espetó Hoseok, dándose la vuelta y quedándose tumbado de costado en la cama, mirándome con ojos brillantes.

- ¡Me hartáis!

- Hala, ya lo soltó. - Jimin se tapó la boca. Era bastante obvio que se estaba riendo. Sus ojos, si de por sí ya eran pequeños, prácticamente se convertían en una línea cuando sonreía. - Venga, Hye. Sólo una oportunidad...

- ¡Os lo he dicho! ¡Le dije que tenía una oportunidad y la malgastó!

- Estaba nervioso...

- Que no, joder.

- Sois tan monos el peliverde y tú. - Añadió juguetonamente Hoseok, desde la cama, valiéndose de que estaba convaleciente y de que era mayor que yo. - Habláis casi de la misma manera.

- ¡Jung Hoseok! - exclamé. - ¡Te arrancaría la vía del brazo aunque te desangres!

- Tienes razón. Os complementais. -Largó Jimin. - Igual de románticos, igual de violentos.

- Ahora dirá eso de ''tíos, chupádmela''.

Ahogué un grito causado por la más pura frustración. - ¿Os lo pasáis bien vacilándome? -Se callaron. Debí asustarles con la mirada. Jimin agachó la cabeza, y Hoseok me sonrió a modo de disculpa. Suspiré mientras me sentaba de nuevo cerca de los pies del moreno. - Me quedaré hasta la hora de la cena sólo porque no tengo nada más que hacer.

- Gracias por hacerme compañía, Hye. Es la primera vez que estoy en esta habitación con dos chicas a la vez.

- Tío. - protestó Jimin.

Me reí. Durante el resto de la tarde, ninguno de los dos volvió a sacar el asunto de Yoongi. Yo apenas tomé partido en las conversaciones triviales que mantuvieron los dos porque no podía dejar de pensar en él. Jimin había dicho que estaba perdido, pero el término era tan ambiguo que no pude evitar pensar en las peores cosas posibles. El noventa por ciento de las posibles causas de que Yoongi estuviera ''perdido'' me incluían a mí. Poco a poco, conforme pasaba el tiempo, empecé a sentirme culpable. Una parte de mí esperó con ansia a Jungkook, que era el único idóneo para escucharme y animarme con frases tipo : ''tú eres la mejor'', ''tienes que buscarte algo distinto a ese cabrón'', ''Hye, no te desmorones'', o ''eres genial, no te preocupes por esas cosas''. Pero otra parte de mí, más de la mitad de mi cuerpo, lo único que esperaba era una llamada de Yoongi. O verle una única vez para saber que estaba bien.

La tarde pasó rápidamente. Hoseok insistió en que me llevara las flores, pero decidí hacerme la difícil y la terca una vez más, así que me fui del hospital con las manos vacías.

*****

Todas las noches me sentaba en el suelo de la habitación de Jungkook, contra su cama, y hablábamos sobre algo. Realmente, daba igual el qué. Sólo hablábamos. Le comenté lo de las flores. Mi hermano puso su típica cara de trauma, abriendo mucho los ojos, echando la cabeza hacia atrás y frunciendo levemente el ceño. No dijo gran cosa al respecto, únicamente aplaudió el hecho de que yo no las aceptara.

Mi madre subía todos los días a darnos las buenas noches. A veces, hasta se unía a la plática. Otras, como aquel día, nos obligaba -a su manera- a irnos a la cama. Jungkook aceptaba resignado, se metía debajo de las sábanas y alargaba el brazo para apagar la luz con un quejido, y yo me lo tomaba como la señal para irme a dormir definitivamente.

Pero sufría de insomnio. Y era terrible. No sabía a qué achacarlo; si a los exámenes, al colchón duro de mi cama o a que Yoongi no estuviera conmigo allí, abrazado a mi cintura. Me quedaba horas y horas mirando al techo, incapaz de dormir, o mirando blogs en mi teléfono.

El cual empezó a vibrar de madrugada.

La llamada entrante era de Suga.

Tuve un momento de pánico absoluto. Me revolví en la cama, con el móvil en alto, sin dejar de mirar la pantalla.

Al final, después de intentar resolver el dilema de responder o no responder lo más rápido posible, deslicé el dedo sobre el botón verde para aceptar la llamada. Me llevé el teléfono a la oreja entre temerosa e histérica.

Al otro lado de la línea sólo se escuchaba silencio.

- ¿Qué quieres? Son las cuatro de la mañana. - solté, con un tono más amargo y sentencial del que había planeado.

- ¿Estabas durmiendo...? - Su voz ronca me sorprendió. No la recordaba tan grave. Quizá se acababa de despertar. Por alguna razón, me lo imaginé mordiéndose las uñas como si quisiera arrancárselas de cuajo por culpa del nerviosismo, aunque sonaba tranquilo. Y sobrio.

- No. Pero son las cuatro.

- No quería molestarte...

Yo tampoco quería molestarle a él, tampoco quería sonar fría e impasible, pero sorprendentemente, lo hice.

- Me has molestado más otras veces.

Escuché que se reía suavemente, desesperado. - Lo siento.

Me quedé callada unos segundos. Que me llamara de madrugada me había dejado fuera de juego. Empecé a morderme el labio con cierta impaciencia, esperando a que él dijera algo. Yoongi se mantuvo en silencio.

- ¿Eso es todo lo que me vas a decir?

Tosió. - Sí, básicamente...

- Lo sientes.

- Mucho.

- Te recuerdo que tú fuiste el primero en decirme lo fácil que era mentir a las personas. - Le recordé. - Estoy siendo realista. No estoy viendo tu cara, Yoongi, y no tengo ni la más remota idea de si me estás diciéndomelo en serio o no.

- Hye...

- Ya tuviste tu oportunidad. - le corté, intentando ser lo más fría posible. Si de verdad lo sentía, tendría que demostrármelo. No sólo con unas flores que dejó a un tercero y con una llamada telefónica a las tantas de la noche.

- No cuelgues. - Dijo, justo a tiempo, con tono firme.

- Tienes otro minuto. Sólo uno.

Suspiró. - Sólo me pones las cosas más difíciles...

- Cincuenta y ocho, cincuenta y siete...

- Hyesun. Perdóname. Sé qué he sido un completo gilipollas. No me había dado cuenta de que verdad lo hacías por mi bien. Fui un imbécil, lo admito. Además, acababa de esnifar... eh... - Yoongi hizo una pausa. Volví a oírle resoplar. - No sé. Estaba ido, cabreado y... En serio. No quería echarte. Ni que te fueras. Sólo... joder, que he sido un cabrón contigo, y punto.

- Podrías haberte dado cuenta un poco antes. - Comenté, tratando de procesar sus palabras rápida y eficazmente. Me froté la cara. Estaba confusa. - Aunque te disculpes, sé que algo como esto volverá a pasar. Es como un círuclo vicioso...

Volvió a reírse de la forma más amarga que había escuchado hasta entonces.
- Joder, no vas a volver conmigo.

- Ni siquiera empezamos, Yoongi.

Sabía que le costaba mucho sacar a la luz sus verdaderos sentimientos. En el fondo, me sentí mal por él porque sabía que le estaba haciendo pasar un mal momento, pero no me quedaba otra. Era la única forma de la que Yoongi me podía demostrar que sí valía la pena. Esperaba con ansias que apareciera el Yoongi espontáneo, porque ese era el Yoongi de verdad.

- Hyesun.

- Lo digo muy en serio. Nunca llegamos a...

- Te quiero.

- ¿Qu-qué?

Resopló por enésima vez. - Te quiero... Dilo tú también.

- Y-yo ya te lo dije...

- Sólo me estoy asegurando de que vas a estar ahí cuando las cosas vayan verdaderamente mal. Dilo.

- Sabes que yo...

- ¡Dilo!

- Te quiero.

*********


*wipes tears*


*sigue llorando igualmente*

*ruidos de morsa*

No me matéis después de esto, gracias

🙆💕

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro