Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

s i e t e

Estaba cansada, pero me era imposible quedarme dormida en la calle, justo al contrario que Suga. Apenas habían pasado unos minutos y ya respiraba profundamente con la boca abierta y la cabeza caída hacia un lado. Al parecer era capaz de quedarse dormido en cualquier parte y en cualquier posición. Me quedé observándolo mientras el tiempo pasaba y la noche se cerraba aún más. Miré la hora en la pantalla de mi teléfono a punto de morir. Eran las dos de la madrugada y yo estaba sentada al lado de un peliverde que dormía en el medio de la calle sin temor a que algunos tipos vinieran a secuestrarlo. ¡Y sin chaqueta!

Encogí las piernas y me hice un ovillo para taparme mejor con la chaqueta de Suga. Empezaba a hacer demasiado frío para estar en la calle, y Suga estaba ahí medio tumbado, cruzado de brazos y con pinta de estar ya por el décimo sueño. Suspiré y retiré su chaqueta de mis piernas. Al fin y al cabo, era suya. Me dispuse a dejarla con cuidado sobre sus hombros, dada la vuelta. Al acercarme a él sentí algo en el estómago; mariposas, como decían en las películas y en las novelas de amoríos, que se agitaron en cuanto Suga abrió los ojos de golpe, justo cuando dejé caer la chaqueta sobre sus hombros. Sí, Suga se dormía rápido, pero se despertaba con el doble de rapidez.

Pestañeó varias veces sin dejar de mirarme. Parecía algo desorientado. Yo me había quedado a escasos centímetros de él, mirándole embobada. Me hizo reaccionar cuando se puso la chaqueta en condiciones y volvió a meter las manos en los bolsillos. Volví a sentarme a su lado, encogida para protegerme del frío.

— No quería despertarte. — me disculpé. El murmuró algo que no escuché a modo de respuesta. —¿Cómo puedes dormir en medio de estas calles?

Silencio. Que Suga no respondiera a mis preguntas como lo haría una persona normal empezaba a impacientarme y frustrarme. También me hacía pensar, me hacía crear suposiciones que sonaban absurdas pero que quizá eran ciertas. Suga era impredecible. Continué esperando la respuesta un buen rato. Al ver que Suga sólo estaba ahí con las manos en los bolsillos sin hacer nada, resoplé e hice ademán de irme.

— No te vayas.

— Para quedarme aquí como si estuviera sola, prefiero irme.

— No te vayas. — repitió con un tono mucho más amenazante que el anterior.

— Tengo frío. Voy a buscar una tienda para comprar un café. — Sentencié. Me colgué la bolsa de deporte al hombro. — Nos vemos.

Saqué de nuevo el teléfono, marqué el número de emergencias y eché a andar despacio sin mirar atrás. En el fondo quería que Suga me llamara para volver a su lado, y cuando lo hizo, me paré en seco. Una sonrisilla se formó en mis labios.

— Vuelve... — dijo. La calle era tan silenciosa que Suga apenas tuvo que levantar la voz para que lo escuchara. - Por favor.

Me giré. No se había levantado, pero tenía una rodilla doblada y las manos en el suelo, detrás de la espalda, como si fuera a correr de un momento a otro.

— ¿Por qué debería volver contigo?

Miró hacia otro lado poniendo los ojos en blanco. — No puedo dejar que vayas sola por ahí.

— Ya he ido más veces sola y no me ha pasado nada.

— Ven.

— ¿Ven?

— Por favor.

— Con una condición. ¿Responderás todas las preguntas que te haga?

Dudó. Se pasó la lengua por los labios para humedecerlos antes de contestar.— Bueno, las estoy respondiendo ahora.

Adoptó una postura más relajada en cuando me volví a sentar a su lado. Suga volvió a meter las manos en los bolsillos y apoyó la cabeza contra la pared. Yo alisé mi falda y me crucé de piernas. Él pareció darse cuenta de algo, y su mano se quedó a medio camino entre su bolsillo y mis rodillas. Me fijé en que tenía las uñas mordidas.

— ¿Por qué te muerdes las uñas?

— ¿Por qué tienes las piernas destrozadas?

Lo preguntamos a la vez. Antes de responder, tapé lo que se veía de mis con la bolsa de deporte.

— No es nada. Sólo son golpes.

— Ya, eso es algo obvio. ¿Por qué les tienes?

— Me caí.

— Tienes arañazos.

— He dicho que no es nada, fue una caída sin más.

Intentó quitarme la bolsa de encima de las piernas. Forcejeamos, pero sorprendentemente, a pesar de su complexión delgada y su palidez extrema, Suga quitó la bolsa de mis rodillas. Yo las tapé de inmediato, tratando de esconder los golpes y los cortes, pero Suga ganó una vez más. Atrapó mis manos con tanta fuerza que acabé por rendirme.

— ¿Qué coño te ha pasado?

Levantó un poco mi falda. Le empujé hacia atrás al instante y él puso las manos en el suelo para no caer de culo. Suga me miró entre extrañado y enfadado. Bueno, más cabreado que extrañado, quizá porque no sabía el porqué de tantos golpes, arañazos y cortes.

Volví a taparme las piernas antes de que pudiera ver más.

— Me he...

— No te has caído. ¿Crees que soy gilipollas? Si te hubieras caído tendrías un par de golpes, no la pierna entera. Y tampoco tendrías cortes.

— Me caí y me hice unos cuantos arañazos, ¿vale? Ya está. Responde tú a mi pregunta, no tienes uñas de tanto morderlas.

Se acercó despacio a mí. Ya le había tenido más veces cerca, pero era la primera vez que Suga hincaba las rodillas a mis costados y me cogía las muñecas con suavidad. Al principio no supe qué hacer. Me congelé. Casi literal. Ya sabía que Suga era impredecible, pero no creí que iba a llegar a tales extremos. Luego, agarró la manga de la chaqueta del uniforme y tiró de ella hacia abajo, dejando al descubierto algunos otros cortes.

Me zafé de él mientras él soltaba una risilla, incrédulo. Alisé mi falda otra vez, escondí mis muñecas bajo las mangas de la chaqueta y me crucé de brazos. Suga se sentó a mi lado con rapidez, con la misma postura de antes.

— ¿También te has caído? — dijo con sarcasmo. Supe que se refería a los cortes de mis brazos.

— Déjalo.

— Tú insistes mucho hasta que te respondo. Respóndeme. ¿Te has caído?

Bufé. — ¡No! ¿Qué más da si me corto? ¡No te importa de todas formas!

— Tranquila. — Alzó las manos en son de paz, aunque por su expresión no parecía demasiado pacífico y contento. — No eres la primera que conozco que se corte, pero, ¿golpes? ¿te pegas puñetazos en las piernas o te tiras por unas escaleras?

— Yo no me golpeé. — Dejé la vista fija en el suelo y traté de que mi voz no temblara.

— ¿Tu hermano sabe esto?

— Deja a Jungkook en paz. ¿Vas a decírselo?

— No.

Fui yo la que se quedó en silencio un buen tiempo, hasta que empecé a tiritar. Suga se dio cuenta de que parecía un chihuahua y me ofreció su mano después de ponerse de pie enfrente de mí. Tiró de mí y me ayudó a ponerme de pie sin apenas esfuerzo.

— ¿A dónde vamos? — Pregunté al verle caminar dejándome atrás, como de costumbre.

Se encogió de hombros. — Sólo ven.

Me esperó, y cuando estaba ya a su lado, empezó a andar otra vez. No sabía por qué confiaba tanto en él, pero lo hacía. Algo me decía que Suga era un chico confiable, aunque tuviera la apariencia de un punk rebelde vendedor de droga. Llevaba bastante tiempo con él y aún no había intentado emborracharme para después violarme o robarme. Supuse que esa era una razón más que suficiente para ir con él. Además, tenía cara de niño bueno en el fondo. ¿Qué clase de mala persona se queda dormida sin más?

— Es peligroso si te cortas. - Soltó de repente, sin mirarme. Después se rió como si se hubiera dado cuenta de que había dicho una idiotez.

— No lo es.

Me fulminó con la mirada. — Lo es. ¿Y esos golpes?

— Bah, no son nada.

Suga volvió a mirarme como si fuera alguien a quien le gustaría matar. — Deja de restarle importancia.

— Nadie iba a verme las piernas de todas formas, ¡qué más da!

— Yo las he visto.

— ¡Pues no deberías!

— ¿Por qué los tienes?

— Déjalo. No pienso responder, tú no respondes a mis preguntas. Antes te has hecho el dormido sólo para evitar la pregunta de forma menos evidente.

— Me llamo Yoongi.

Me paré y le observé de arriba abajo, como si fuera una persona distinta.

— ¿Tú... Yoongi?

— Min Yoongi. ¿Contenta? Ahora dime por qué tienes golpes.

Tragué saliva.

— Es una historia larga...

**********

una nota de la autora para decir que haré una novela con Jungkook, y que en muuuy poco tiempo la tendréis en mi perfil ;););););););););)

os loveo♥



























Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro