- Mi padre volvió borracho un día y...

- No tienes por qué hablar de esto si no quieres.

Miré a Suga sin dar crédito. Me paré, pero él continuó caminando. Cuando se dio cuenta de que yo no iba a su lado, se volteó, me observó y enarcó levemente las cejas, como si estuviera preguntándome qué coño hacía parada otra vez.

- Pero... acabas de decir que te lo cuente. - Dije casi en un susurro. La calle estaba sumida en un silencio tal sepulcral que Suga me escuchó perfectamente.

- Y qué.

- Que...

- No hace falta que me lo digas. - me cortó, frío. - Vas a echarte a llorar si lo haces. Y no quiero verte llorar como una nenaza.

Tenía razón. Me sentía incómoda contando la historia relacionada con los golpes de mis piernas, mi padre y demás, y la garganta se me anudó impidiéndome hablar sin que mi voz temblara. Suspiré y reanudé el paso sin dejar de pensar en las palabras de Suga. Al principio me pareció cortante, brusco e insensible, pero luego me di cuenta en que no lo había dicho de malas. Todo lo contrario. Tuve la sensación de que Suga se sentiría mal si me viera llorar otra vez.

A pesar de que dimos por zanjado el tema, yo me sentía horrible. Llegué hasta sentir pena por mí misma. Tanta, que volví a pararme en seco y hundí mi cara en las manos. Quería llorar. Me contuve, y en lugar de eso, grité de la frustración. Cuando me recompuse e hice como si no hubiera pasado nada, Suga me miró por un segundo como si se compadeciera de mí. Hizo ademán de acercarse a mí, pero se quedó en el sitio.

- ¿Sabes? Te lo contaré. Sólo porque necesito... liberar tensiones. - Él no dijo nada, así que cogí todo el aire que pude y empecé a soltar todo. - Un día mi padre llegó a casa borracho y me pegó. En vez de tomarla con Jungkook, o de tomarla con mi madre, la tomó conmigo porque ellos nos estaban en casa. Empezó a llamarme de todo. Zorra, puta, mala hija, engendro. De todo. Y me hacía sentir culpable incluso cuando no estaba bebido. Por... por eso empecé a cortarme.

Yoongi me miró las piernas una vez más. Luego me miró a los ojos sin cambiar de expresión.

- ¿Sigue viviendo contigo?

Negué con la cabeza. - Ya... no. Mi ma-madre le echó de ca...sa.

No supe si temblaba de las ganas que tenía de llorar o del frío. Hasta mi voz temblaba. Me llevé una mano a la frente y me retiré el pelo hacia atrás, tratando de mantener la calma, tratando de no buscar en la bolsa una cuchilla y renovar uno de los cortes de mi muñeca.

- ¿Por qué no lo hablaste con tu hermano?

- No... no sé. Jungkook tampoco iba a hacerme caso de todas formas.

Suga soltó una risilla, enfadado. Murmuró algo en voz baja, mirando hacia otro lado. No supe si la cuestión de que una chica con problemas familiares le parecía ridícula o qué, pero le escuché maldecir un par de veces antes de que se volviera hacia mí otra vez.

- Tendrías que habérselo contado a alguien. - dijo serio de nuevo - A alguna amiga, o a la policía.

- Pero... ¿y si...? - Suspiré tratando de retener las lágrimas - ¿Y si mi padre tiene razón? ¿Y si de verdad no sirvo para nada?

- No seas estúpida.

- Pero...

- He dicho que no seas estúpida. Vamos. No te quedes ahí parada.

Volví a suspirar, pero no logré tragarme mis propias lágrimas. Caminé hacia Suga engugándomelas con el dorso de la mano, tratando de mantener la tranquilidad una vez más y restándole importancia al asunto. Él me observó mientras me secaba las lágrimas, y cuando llegué a su lado, no echó a andar como solía hacer. Se quedó muy quieto en el sitio, como si no supiera qué hacer. Le dirigí una mirada interrogante, preguntándole qué estaba haciendo; si él no se movía, yo tampoco, principalmente porque no conocía demasiado bien aquellas calles y temía perderme entre borrachos y atracadores.

Yoongi hizo una mueca, abrió ligeramente los brazos y acabó envolviéndome en ellos.

Obviamente me pilló por sorpresa. Supuse que él se tendría que haber sentido igual o parecido cuando yo también le abracé sin dar previo aviso. Al final, correspondí al abrazo.

Abrazar a Suga era exactamente igual que abrazar un peluche de aquellos perfumados, aunque él no olía a vainilla o fresa, sino a una mezcla de colonia y alcohol que me resultaba extrañamente agradable y hasta acogedora; podías apretarlo contra ti todo lo que quisieras, pesaba poco y tenía una cara adorable a pesar de que la mayoría del tiempo tuviera la misma expresión de un viejo amargado.

Me hundí en su hombro hasta que me quedé sin respiración. Suga me frotó la espalda antes de separarse de mí y mirarme a los ojos una vez más. No supe si darle las gracias -o si yo era capaz de ello- así que simplemente sonreí con algo de vergüenza a modo de agradecimiento. Aún tenía la cara un poco mojada de las lágrimas, y de repente, Suga utilizó el puño de la manga de su chaqueta para secarme el rostro. No lo hizo con mucha delicadeza -simplemente presionó la tela contra mi cara-, pero me pareció la cosa más amable, romántica e inesperada que un chico había hecho por mí.

- Gracias. - Le dije, sonriente.

No hubo respuesta. Sí hubo reacción. Yoongi dirigió la mirada hacia otro lugar, se giró rápidamente y echó a andar dando zancadas largas, dejándome atrás por enésima vez.

- ¿Qué miras? - protestó.

Negué con la cabeza a la par que escondía una leve sonrisilla. Me dio la sensación de que había un leve rubor en sus mejillas cuando le alcancé.

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#medanlosfeels
Por si os interesa, ya he subido la novela con el galleto, digo, Kookie. Digo, Jungkook. 😏 La encontraréis en mi perfil 🌚🌚🌚♥️
Besitos~
Elsa is out
P.d: podEMOS HABLAR DE BTS EN LOS ISAC OSEA HOLA?!?! ese Jeon Cena xfabor xdxdxd ahí aplastando a todos xdxdxdxd y Suga con gafas ommmmg