Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

d i e c i o c h o (iii)

Yoongi no roncaba, ni siquiera respiraba fuerte. La habitación se quedó sumida en tal silencio que empecé a escuchar el latido de mi propio corazón. Empecé a sentirme intranquila de repente, con un Yoongi dormido en mis brazos que apenas se movía, en una habitación que aún me resultaba extraña, dotada de un resplandor rojizo algo fantasmagórico. Mi cabeza no dejaba de dar vueltas a las palabras de Jungkook, a sus súplicas, y sobretodo al hecho de que mi madre se estaba volviendo paranoica. Cuando me marché de casa, no pensé en las consecuencias. ¿Y si mi madre de verdad se estaba volviendo loca? Al principio me pareció demasiado irónico. Ella era psiquiatra, y que un psiquiatra perdiera la cabeza me parecía estúpido a la par que posible.

Sin darme cuenta, subí mis manos por la espalda de Suga hasta que llegué a su cuello. Empecé a enredar mis dedos el pelo verde de su nuca. Era sorprendentemente suave.

Me di cuenta de que estaba haciendo exactamente lo mismo que hacía de pequeña para quedarme dormida: acariciar algo. Había pasado de atusar una mantita a jugar con los mechones de pelo de un peliverde. Intenté dejar la mente en blanco mientras rozaba el cuello de Yoongi con la yema de los dedos, despacio, tratando de quedarme dormida lo antes posible.

Él se removió tan bruscamente que me asustó. Aparté mis manos de su cabeza, pero no dejé de abrazarlo. Gruñó entre dientes y con los ojos todavía cerrados. Apoyó su frente contra mi hombro. Después de quedarse quieto unos cuantos segundos, buscó mis manos con urgencia y las volvió a poner alrededor de su cuello. Sonreí.

— ¿Estás despierto?

No hubo respuesta. Suga volvió a moverse. — No.

— Acabas de decir una estupidez, ¿lo sabes?

— Cállate, vas a darme dolor de cabeza. — susurró, más ronco que algunas otras veces, adormilado.— Duérmete.

— Pero no puedo...

Yoongi resopló y me empujó con una patada que más bien le sirvió como impulso para quedarse en el otro lado de la cama. Se dio la vuelta para darme la espalda y se tapó los ojos con el antebrazo. Tosió. — Al menos déjame dormir a mí.

— Vale.

Escuché su risa. — ¿No sabes callarte?

— Es complicado.

— Pero cállate, joder, que me das dolor de cabeza. En serio... — escuché que se reía en bajo otra vez, y aunque fue incapaz de verle, me imaginé que sonreía de esa forma tan suya, enseñando las encías, entrecerrando los ojos tanto que apenas podía ver. — ¿Necesitas que te cante una nana?

— Vale.

— No sé cantar. Ni me sé nanas.

— ¿Tu madre no te cantaba nanas cuando eras pequeño? — pregunté, con la mirada fija en la nuca de Yoongi.

Volvió a darse la vuelta. Se frotó los ojos, somnoliento, suspiró y dejó la mirada perdida en un punto del techo. Me acordé de lo que me había dicho Jimin y sentí que había metido la pata demasiado hondo. Yoongi parecía cabreado. Tenía el ceño levemente fruncido y los labios apretados, y aunque estaba tumbado boca arriba, con las manos entrelazadas a la altura del abdomen, le noté tenso. Incómodo. Dejó escapar un suspiro bastante sonoro.

— Cuando yo era pequeño, mi madre estaba tres metros bajo tierra. —Abrí la boca, sorprendida. Lo dijo con tal naturalidad y tranquilidad que me resultó espeluznante, como si fuera uno de esos psicópatas que admitían un crimen sin el más mínimo remordimiento. — Así que tienes suerte de que tu madre biológica viva.

Hice una mueca. — Supongo.

— Aunque te trate como la mierda. Deberías estar agradecida.

— Lo sé... Si es verdad lo que dice Jungkook, debe de estar preocupándose muchísimo por mi. A lo mejor debería volver. —Se hizo el silencio. Yoongi se quedó mirando al techo sin ningún tipo de expresión, como de costumbre, pero supe que no dijo nada porque me quería allí con él. — A lo mejor... Quizá una tarde, para ver cómo va todo.

Suga chasqueó la lengua. — Vas a volver llorando.

Me acerqué a él. Me quedé justo en medio de la cama, donde podías sentir cómo un lado estaba más hundido que el otro. Quise poner mis manos sobre las suyas, pero me contuve. Apreté los puños.

— Puede ser, pero si las cosas están mal, debería pasarme por casa al menos un minuto. Al fin y al cabo, es mi familia...

— Ve. — soltó. — Si vuelves llorando, suplicando que te deje quedarte aquí, te jodes y te piras. Sé que vas a llorar.

— ¿Y si no lloro? — Yoongi simplemente se encogió de hombros. Yo suspiré y me pegué a él. Me sentía terrible y extrañamente cómoda cuando la separación entre nosotros era nula. Me quedé mirando unos segundos sus manos y al final, acabé jugando con sus dedos. No se quejó, de hecho me dejó su otra mano también. — ¿Podría quedarme aquí?

— Sí.

— ¿Lo que quiera?

— Como si te quedas la vida entera.

Alcé la cabeza para mirarle con una sonrisa, aunque él continuaba con los ojos clavados en el techo. En el fondo, todo era demasiado raro con él. Me parecía extraño que, en cuestión de días, sintiera algo tan fuerte e indescriptible por una persona que apenas conocía y que tenía pinta de tener el récord Guinness por el pasado más oscuro. Lo curioso es que no me sentía atraída por él. Se veía a simple vista que era un chico especial, que requería atención porque realmente estaba roto por dentro, que necesitaba a alguien de manera urgente antes de que su vida se fuera a pique. Y creía firmemente que ese alguien en la vida de Yoongi era yo. Por cómo me miraba de vez en cuando, por cómo me trataba, por cómo me había mostrado una parte tan adorable de él que la mayoría de la gente no conocía...

Entrelazó los dedos de su mano izquierda con los míos. Otra vez.

— Creo que mañana iré a casa.

— No pienso aguantarte si vienes llorando. — bufó.

— No lloraré. Lo prometo.

— Júralo.

— Lo juro por Min Yoongi. — dije con tono solemne. Él se rió. No le escuché, pero noté su pecho subir y bajar. Volví a girar el cuello para verle, y en efecto, sonreía. — Mírate, pareces un niño de doce años cuando te ríes.

— Hyesun, estúpida. Cierra la bocaza.

— ¡Oblígam...! — Yoongi me tapó la boca con la mano que aún tenía libre. Empecé a protestar, y él, a apretar aún más su mano contra mi cara. Escondía una sonrisilla.

— Buenas noches. — Dijo, cerrando los ojos, sin dejar de tapar mi boca con fuerza. Tuve que pellizcarle el brazo para que me dejara en paz. — Y cállate.

— Pero si no he dicho nada...


Se tiró encima de mí. Literalmente. Echó sus brazos a los lados y me aplastó, como si fuera una piedra. Se reía en silencio mientras yo me quejaba de su peso, aunque acabó por parecerme tan adorable que tuve que abrazarle como si fuera un peluche gigante. Él se recostó sobre su lado izquierdo y también me rodeó con sus brazos.

— No digas nada. Cállate.

*******
*Ioranding bc is too much*
Mañana subiré la última parte *iora otra vez* y lo único que puedo decir es que os preparéis para el drama jeujeuejuejeuejuejeuejeuje
Esta semana tengo conciertos y ensayos a cañón, pero aún así actualizaré rápido porque he acabado los exámenes #yesssssssss.

Y por cierto, muchísimas gracias por las leídas, los comentarios -me encantan xD- y por todo básicamente, que sin vosotras hmt no sería lo mismo! 💕♥️💕♥️💕♥️💕♥️💕♥️✨♥️✨♥️💕♥️💕💕

^yo al ver los 9k de leídas de hmt^ (y con esa cara de chino incluida)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro