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d i e c i o c h o (i)

Trabajé tan ilusionada que hasta la mujer del gerente me preguntó qué me había pasado. Yo, que no podía borrar una sonrisilla algo tonta de la cara, le respondí que simplemente estaba feliz. Sin más. Me resultó una contestación algo estúpida, pero a mi cerebro le costaba procesar las cosas después de que Yoongi me dijera que podía quedarme en su casa. Con él. Me sentía un paso más cerca de ser su novia o algo así, aunque la parte cuerda de mí, la parte pesimista que no estaba tan ilusionada, me decía que nunca llegaría a ser eso, que dejara de creer que todo era un cuento de hadas.

Las horas no se me hicieron eternas como normalmente me pasaba. De hecho, cuando quise darme cuenta, ya era la hora de cerrar. Joon empezaba a limpiar ya las mesas cuando un chico con un gorro de lana negro entró en la cafetería. Le reconocí de lejos porque era la única persona que conocía que vistiera con botas color camel y camisetas blancas todas las santas semanas.

Jungkook se acercó a la barra, donde yo estaba, tamborileó con los dedos en el mármol de esta y se quedó mirando a la pizarra donde estaban  apuntados todas la bebidas, menús y demás junto a sus respectivos precios. Yo carraspeé yél me imitó al instante.

— Lo siento, pero vamos a cerrar ya. — solté con ese tono mecánico que a veces me salía solo cuando no quería atender a más clientes.

Jungkook suspiró. — Vengo a hablar contigo.

— Por favor, vamos a cerrar ya. — repetí.

— ¡Hye! — mi hermano protestó. Le miré bien a la cara. Apenas habían pasado unos días y ya no tenía pinta de ser el típico niño mimado de instituto que tenía el flequillo aplastado sobre la frente. Se había cortado el pelo y se había agujereado por tercera vez la oreja. Hasta me pareció que sus facciones eran más alargadas y definidas, como si hubiera crecido de repente. — Vuelve a casa, no...

— Joon, dile a este cliente que se vaya. — Grité para que me oyera el moreno.

— Hye, vamos. Hablemos.

Resoplé. —¿De qué, Jungkook? ¿Te has aburrido ya de que no esté tu hermana para cubrirte más? ¿Quieres que vuelva para que mi madre me siga gritando mientras tú juegas a tus estúpidos consolas haciendo oídos sordos?

— No. Pero vuelve, ¿vale? Mamá se está volviendo loca. Ha llamado a la policía.

— Que se tome una de esas pastillitas que receta y listo.

—¡Cree que estás desaparecida! — exclamó mi hermano. — Hye, haz el favor. No quiero que mamá... Pierda la cabeza.

— Qué irónico sería, ¿no? — escupí entre dientes. Me di la vuelta para seguir recogiendo, ignorando a Jungkook, pero él no se dio por vencido. Al fin y al cabo era un Jeon, y los Jeon nunca nos callábamos hasta conseguir lo que queríamos.

— Hye, vuelve. No volveré a tratarte como si fueras una sirvienta, ni te insultaré, ni te ignoraré. Por favor. Porfa, porfa, porfa. Me pondré de rodillas si hace falta. — Me giré para ver cómo mi hermano hincaba una rodilla en el suelo y juntaba las manos como si estuviera rezando. — Vuelve.

— No soy estúpida, Jungkook. Sé que quieres algo a cambio.

— ¡No hay nada!

— Bueno, entonces dile a mi madre que estoy bien. Y punto. Que no me busque.

— Hye... Aunque sea pásate por casa algún día. ¡Y ve al instituto! ¡Sé que no has ido!

Apoyé los codos sobre la barra. – Vaya, el hermano pequeño intentando actuar como si fuera el mayor que ama a su hermanita... Si hubiera sido así hace unos cuantos meses, nada hubiera pasado.

— Joder, por favor, tía. Digo, Hye. — Jungkook se levantó algo cabreado y se cruzó de brazos, desafiante. — Vale, y si no vienes a casa, ¿Dónde vas a dormir? ¿eh?

— Me voy a vivir con Yoongi y Namjoon.

Jungkook primero frunció el ceño y entornó los ojos, luego abrió la boca sorprendido y dejó caer los brazos a los costados. Yo me encogí de hombros con una mueca y me puse a recoger de una vez por todas.

— No... ¡No! ¡Hye!

Me di la vuelta bruscamente y le fulminé con la mirada. — ¿Qué? ¿Tienes algún problema?

— ¿¡Yoongi!? ¿¡Ya le llamas Yoongi!? — exclamó casi tirándose de los pelos. Tenía los ojos tan abiertos que en cuestión de segundos iban a salírsele de las órbitas. — Es imposible. ¿Qué habéis...?

— Nada, imbécil. ¿No se llama así acaso? Pues ya está. Vete. Un niñato como tú no debería estar a estar horas por la calle. Mi madre se preocupará por ti.

— ¡Pero si yo tardé años en llamarle Yoongi! — protestó. 

— Vete ya, Jungkook.

Mi hermano no se dio por vencido. Se quedó mirándome mientras limpiaba. Joon, que sabía que era mi hermano, se negó a echarle, así que tuve que quedarme escuchándole durante minutos decir que mi madre se estaba volviendo loca porque yo no aparecía, que no podía irme a vivir con Namjoon porque quizá me violaba si no me daba cuenta, que él todavía decía  a Yoongi ''Suga'' y que si le llamaba por su nombre de pila se ganaba un puñetazo, que era imposible que yo le gustara a él porque Yoongi no tenía sentimientos y una infinidad de cosas que acabaron hartándome demasiado. Tanto que me fui de la cafetería dejando a Joon solo y a mi hermano detrás.

Al salir de la cafetería, me topé con una chica que parecía de mi edad. Quizá algo más joven. Su pelo era larguísimo, brillante y sedoso. Era tan guapa que hasta a mí me llamó la atención.

Jungkook, que salía detrás de mí, se acercó a ella. Enarqué las cejas cuando le vi sonreírle tímidamente.

— Vaya, ¿es tu novia? — dije yo con una sonrisa divertida.

— No, no, no, no. — respondió rápidamente mi hermano, rojo.

— Menos mal, porque como sepa que roncas y que te meabas en la cama hasta los doce años, la pobre chica se va a traumar. — Solté. — Soy su hermana. ¿Vais hacia allá?

— Sí. — respondió la chica con una voz suave y aterciopelada. 

— No os importará que vaya con vosotros, ¿verdad?

Era mi pequeña venganza. Era fácil hacer que Jungkook se sonrojara si iba con una chica de su edad. Se le daba bien ligarse a chicas mucho más mayores, casi llegando a la treintena, pero cuando iba con alguna de su clase, Jungkook llegaba a tartamudear. Los tres empezamos a caminar en silencio. Ellos dos iban juntos. Tanto, que llegaron a parecerme monos. Sonreí.

— Aw, qué buena pareja hacéis.

— ¡Que no somos...!

Me paré -bueno, nos paramos- porque vimos al único peliverde -probablemente- de todo Seúl. Suga, como de costumbre, llevaba las manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero. Se acercó a nosotros despacio. Escuché a Jungkook suspirar. 

— Es la primera vez que te veo con una tipa de tu edad. — Dijo Yoongi alzando fugazmente una ceja. Intercambiamos una mirada cómplice y supe al instante que Jungkook iba a querer darse la vuelta corriendo de lo avergonzado que iba a estar. — ¿Es vuestra primera cita?

— Bueno...

— ¡Que no, que no!

— Ay, Kookie, por Dios, no te sonrojes tanto que vas a explotar... — dije fingiendo preocupación. 

— Sí, vas a asustar a la pobre chica. — añadió Suga. 

— ¿Tú sabías que mi hermano sigue comprándose libros para colorear?

— ¡Eso es mentira!

— Doy fe de que lo hace aún. Yo le acompañé a una librería antes de que se fuera de fiesta salvaje. — Suga asintió convencidísimo. Me hizo reír.

— Es mentira, Hayul. No les hagas caso.

— Hayul... Hayul, tienes un nombre precioso. — Soltó Suga. Le fulminé con la mirada y lo único que hizo fue encogerse de hombros.

— Joder, Suga.

— ¿Qué? A mí me gustan más jóvenes que a tí. — Se rió, aunque ni a mí ni a Jungkook nos hizo gracia. La tal Hayul se juntó a mi hermano como si tuviera miedo de mí y de Yoongi. 

— Bueno, Hyesun es más joven que tú... —Y se hizo el silencio. Miré a Yoongi, después a Jungkook, como si estuviera en un partido de tenis. Suga apretó los labios y negó con la cabeza. Mi hermano abrió la boca para hablar, pero se lo pensó dos veces. Aún así, dijo: — ¿Te la has follado ya?

— Cállate, pedazo de mierda. — escupió Suga.

Suspiré. — Hayul, ha sido un placer...

— Cuéntale tú a tu novia cuántas tías de veinticinco te has tirado ya. — Yoongi volvió a encogerse de hombros, alargó el brazo, me cogió de la muñeca y tiró de mí, obligándome a dar un par de pasos rápidos y torpes para ponerme a su lado. 

Me dio tiempo a despedirme de la chica con la mano -sólo por avergonzar un poco más a mi hermano- y a advertir a Jungkook con la mirada antes de que Yoongi me obligara a caminar rápido. Miré un par de veces hacia atrás. Mi hermano se iba con la tal Hayul en sentido contrario, lo más separado de ella posible. Me reí.

— Me parece espeluznante que Jungkook sea capaz de hablar con tías de veintitantos y no con chicas de su edad. — dije. — Así que te gustan jóvenes, ¿eh?

— Cierra la bocaza.

Me reí. — ¿Como cuántos años más jóvenes?

Yoongi me soltó bruscamente de la muñeca y me miró con cara de asco. — Eso, agradeceme así que venga a buscarte para que no vuelvas sola. — me sañaló con el índice — La próxima vez, te jodes y vas sola.

— Ay, vale. Perdón, no me mates, sólo bromeaba...

— Idiota.

— Imbécil.

— Estúpida. 

— Cabrón.

— Glipollas.

— Cabronazo.

— ¿Te has quedado ya sin insultos?

— No, imbécil. 

Se rió. — Parece que sí.

Aparenté estar de mal humor de repente, pero al ver a Yoongi reírse, no pude reprimir una sonrisilla que tuve que ocultar con el cuello de su jersey negro. Caminamos en el más completo silencio, mirándonos de vez en cuando y apartando la mirada como si tuviéramos vergüenza de vernos el uno al otro caminando sin decir nada. Al final acabé pegada a él, hombro con hombro.

Y al final, Yoongi rozó sin querer su mano con la mía y yo lo tomé como una señal para darle la mano con timidez.

Lo curioso es que él no dijo nada, ni hizo ascos, justo lo contrario de lo que me esperaba. Simplemente agarró mi mano con fuerza después de notar lo fría que estaba, como si quisiera darme calor. Tuve que esconder otra sonrisa tonta cuando él decidió que era buena idea entrelazar sus dedos con los míos, despacio, como todo lo que hacía.

***********

se borró la última parte del capítulo y tuve que reescribirlo

y estoy ardiendo

infires man

en fin, habréis visto el (i) en el título, y eso es porque subiré cuatro partes lo más seguidas posible (algo así como un maratón jejejeje) entre lo que queda de hoy y mañana

cofcofmañanaesmicumplecofcofcof

en fin

votad, comentad, todo lo que digo siempre, os quiero, muá, necesito mi ventolín porque Min Yoongi hace que me de el asma repentinamente, adiós, me voy, qué lástima, me, gustan, las, comas, ♥









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