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✿; Capítulo único.

¡Hola hermosuras!... Después de muchos días sin subir algo aquí estoy, pero vengo con un One-Shot deprimente, inspirado en la canción "Hold me like you used to" de Zoe Wees. Hace poco descubrí sus canciones y son muy emotivas. La chica canta glorioso. Así que les recomiendo que escuchen la canción mientras leen este OS. Otras canciones que les recomendaré de ella son control (habla de la ansiedad) y girls like us.

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(❥)┌ Mew

Estoy aquí después de seis meses lejos, decidí alejarme de este lugar para combatir mi dolor. La pintoresca casa esta igual como la recuerdo, posee su brillante color amarillo. La única diferencia es que el verde césped ahora esta un poco alto y ensombrece la belleza y sencillez de la casa que en algún momento fue mi hogar.

El pecho se me aprieta, la palabra mi hogar rebota en mi mente cansada recordándome que ya no lo era, que dejó de serlo desde que lo perdí, desde que mi dulce Gulf murió.

Desde que él se fue mi mundo perfecto se derrumbó. Y todas las noches me pregunto, ¿por qué de todos tuvo que ser él? ¿Por qué me lo arrebataron de esa forma?

Para mí Gulf siempre fue un ángel. Su bondad, sencillez y amabilidad eran cautivantes. No había un matiz de oscuridad en su lindo interior siempre desprendía luz. Esa luz me envolvió y mis demonios se alejaron en mis momentos de crisis.

Esos cinco años juntos fueron los más felices para mí. Recordar cada momento, cada lugar, cada palabra, me llena el corazón de añoranza, nostalgia y también dolor porque eran momentos que jamás volverían.

Si tuviera el poder de regresar el tiempo hubiera hecho algo para detener ese fatídico día, para poder evitarlo... Pero solo era un simple humano que no podía parar el reloj para tener esa oportunidad que anhelo por las noches cuando en la oscuridad de un frío invierno comienzo a extrañar sus delgados brazos abrazandome y sus bonitos soplidos en mi cuello.

Aún lo añoro, aún lo extraño y aún lo sigo amando como la primera vez que lo vi en aquella cafetería. Su mesa estaba aborrotada de libros y unos lentes se ceñían en el puente de su nariz, parecía muy concentrado en su mundo de lectura.

Quedé fascinado con la suavidad en que movía los dedos por el libro que leía. Quedé fascinado por las muecas que hacía. Quedé fascinado por su belleza sencilla, nada exótico, nada llamativo, solo alguien normal vestido con unos jeans desgastados y una camisa de star wars.

En esos momentos yo no era tan conocido, apenas estaba empezando en el mundo de la música y poco a poco iba ganando fans. Unas cuantas personas se acercaron a mi y me pidieron una foto, lo hice amablemente, pero mi mirada nunca dejó de observarlo.

Ignoraba su alrededor y el bullicio de las personas. Estaba sumido en las palabras de aquel libro de tapa roja. Me ignoraba, y ese simple hecho me sorprendía.

Cuando se levanto y me vio, aquellos marrones ojos no vislumbraban ningún reconocimiento o euforia. Simplemente siguió de largo y cuando lo vi marcharse observé cómo la suave brisa revolvía su negro cabello ondulado y me pareció aún más encantador.

Había sido hipnotizado por su simpleza, por su normalidad, por su forma delicada de ser. Hasta cuando agarraba la taza de café era muy delicado y sorbia minuciosamente.

Desde ese día fui a la misma cafetería todas las tardes, esa era la hora que Gulf pedía un café con espuma y comenzaba a leer perdido en la magia de las letras.

Muchas veces estuve tentando a charlar con él, pero el miedo venía y me detenía.

Porque aunque me estaba yendo bien en la música, estaba teniendo fans y era un tipo agradable que caía bien por mi trato despreocupado. Gulf no era como los demás, sentía que si me acercaba el rechazaría mi plática solo por el hecho de ser una imagen pública.

Un día perdí mis miedos y los dejé en el fondo del baúl. Me acerqué, le hable y nunca espere que el resultado sería muy diferente al que me imaginé. Él me sonrió, me invitó a sentarme con él y me enseñó uno de los libros que leía en ese momento y este era "El abismo de amarte" por lo que Gulf comentaba era un libro dramático, con un romance candente y mucho dolor.

Después que el murió aún conservo ese libro. Lo he leído un millón de veces y el final es el mismo. Uno trágico y devastador.

Siempre ame los finales felices y quise mi final feliz junto a Gulf... Pero ahora solo me quedan sus pertenencias y los hermosos recuerdos.

Di unos pasos a la casa y me decídi por entrar, la mano me temblaba y el corazón me latía intensamente mientras rodaba la manilla. Trate de inhalar y exhalar, quería estar sereno, pero aún era agobiante.

Cuando abrí por fin la casa todo se derrumbó en mi interior, el vacío se intensificó y el peso de los recuerdos aterrizaron sobre mí. Me adentre más y todo seguía igual.

El mismo piso, las mismas paredes, los mismos muebles igual como los dejé. Todo estaba pulcro y limpio; gracias a mi madre que cuido de la casa en mi ausencia. Antes esta casa estaba plagada de risas, música clásica y alegres voces. Ahora solo quedaba el agrio dolor y el atosigador silencio de un trágico final.

Me moví por la sala y subí las escaleras. Me agarré con fuerza del barandal. Me sentía débil y vulnerable.

Esta casa desnudaba mi alma y traía recuerdos a mi mente. Recuerdos bonitos y hermosos. Sueños y ilusiones rotas. Tenía tantas metas junto a Gulf.

Casarnos, viajar, tener una mascota, llevarlo a la montaña más alta, tirarnos de un paracaídas, adoptar. Todos esos sueños fueron pisoteados. Todos esos sueños me fueron arrebatados.

Mi corazón se sentía frío y congelado.

Seguía temblando cuando estuve arriba y mis pasos se detuvieron en la puerta de nuestra habitación. Quise gritar de dolor, quise romper todo a mi alrededor. Ni todo el tiempo del mundo me curaría de una herida como está.

Y cuando por fin entre a la que fue nuestra habitación las lágrimas corrieron libremente por mis mejillas. Me escocia el alma, dolía, dolía demasiado.

No puedo olvidarlo, no puedo borrarlo. Esta tatuado en mi corazón y aún puedo recordar la suavidad de sus manos por mi cuerpo. Su toque, su risa, sus sonidos.

Cada peculiaridad de el sigue vigente en mi mente. Nada se ha borrado, cada momento lo recuerdo con nitidez.

Camino por la habitación y mis manos recorren las blancas paredes, y después me detengo en el encaje de la cama y en los pequeños bordados de mariposa. Me siento en el acolchado colchón y el llanto me sobrepasa, no puedo detener las lágrimas.

¿Cómo seguir sin la persona que uno más amo? ¿Cómo soñar hacer cosas sin la persona que significaba para uno el mundo entero? Es tan difícil. Aún no sé cómo lidiar con esto.

Me destrozó en llanto y caigo en la cama abrazando la almohada. Su olor se ha ido, la fragancia de coco ya no impregna las suaves telas y el simple hecho me quema. Siento que cada vez que sigo aquí me ahogo.

Me siento como un náufrago que está perdido en el mar y no sabe que camino seguir. El agua a mi alrededor esta cristalina y tan nítida que me veo reflejado en ella. Mi barco se tambalea y yo caigo, caigo y me hundo cada vez más.

Como me gustaría que Gulf estuviera aquí, que me abrazara, tomara mi mano y me sonriera como siempre lo hacía; tan luminoso y precioso. Me duele extrañarlo.

Me aferro a su almohada como si fuera mi salvavida en un mundo gris y sin brillo. Cuando mi llanto se ha detenido seco mis mejillas y me levantó.

Me dirijo al clóset y cuando lo abro solo queda el vacío, ya no están las ropas coloridas y aquellos grandes suéteres. De un clóset lleno de mis cosas y sus cosas todo se ha ido, ya no queda nada.

Cierro el clóset tratando de hacerme entender que nada volverá a la normalidad. Que sus cosas no estarán, que la casa no se inundará con su risa nunca más.

Todas sus pertenencias las guardo en mi desolado y frío departamento. No pude tirar nada, no pude regalar nada. Aquel libro "El abismo de amarte" yace en mi escritorio y su camisa de star wars la abrazo todas las noches, aún su olor está en ella. He decidido quedarme con los recuerdos y sus objetos porque no quiero olvidar, aunque sé que me hago daño cada día.

Soy un hombre sin alma.

Desde que Gulf ya no esta a mi lado canto cada día, lleno conciertos y cada canción es para él. Porque creo en las palabras consoladoras de mi madre "El te escucha y se que está orgulloso de ti" y quiero creerlo.

Quiero creer que es así. Que me cuida y me ve desde el cielo... Porque yo sí creo en el cielo. Se que nos reencontraremos y lo abrazare tan fuerte.

Me acerco a la ventana y la hermosa vista aún me sigue enamorando. Recuerdo las mañanas cuando amanecíamos abrazados y el sol se asomaba por esta ventana porque siempre olvidamos acomodar las cortinas. Sus ojos brillaban como esferas radiantes con el intenso sol y yo amaba como los suaves rayos lo iluminaban. Se veía etéreo.

Recordar y recordar solo me dan ganas de llorar y ya estoy agotado de llorar. Desde que Gulf se fue lloró todos los días. Mis ojos están hinchados y me queman. No puedo detener este gran dolor.

Mis dedos tocan la ventana y el sonido de un carro me aprieta el pecho, cierro los ojos.

Saber como murió aún es doloroso, es difícil de digerir. La respiración se me altera y las lágrimas siguen bajando. Tenía un concierto ese día en otra cuidad y Gulf quería sorprenderme yendo, pero nunca llegó, nunca apareció.

El camión impacto con su coche y cuando supe que estaba en el hospital dejé todo. La desesperación me poseía y yo solo podía desgarrar mi garganta gritando.

Al llegar al hospital y verlo en esa camilla yo estaba paralizado, el dolor me desgarraba el alma. Solo podía llorar y ese dolor se intensificó más cuando tome su mano y el anillo brillo en su dedo.

Nos íbamos a casar en pocos días, pero el destino nos arrebato la oportunidad. Dure días en esa rústica silla observando aquella máquina con el desesperante sonido y cuando se detuvo mi corazón murió ese día.

Al principio no pude  aceptarlo. Me sentía como en una pesadilla. Hasta que con el pasar de los días tuve que hacerlo y preparar los preparativos para su entierro. Fueron asfixiantes esos días y tuve que combatir con la desesperación para no saltar en su ataúd y implorar por un milagro.

Desde ese día visito su tumba todos los días sin falta y le dejo diferentes flores a veces son orquídeas, otras veces tulipanes. Mi Gulf siempre amo las flores y hasta que yo viviera su tumba seguiría siendo un colorido lugar de ellas. La mayoría del tiempo que iba le hablaba y en otras ocasiones le cantaba.

Porque lo único que me mantiene en este mundo es la música.

Cantaba con el corazón, me entregaba a las letras y a las melodías y cantaba para mí Gulf. Mi ángel de alas de oro.

Me retiré de la ventana y dejé la habitación con el corazón más roto y pesado. Apreté el anillo y lo bese. Aunque él ya no esta conmigo sigo usando el anillo de nuestro compromiso. No me lo quitaré porque aunque se que me hace daño aferrarme a Gulf, aún no estoy preparado para dejarlo ir.

Se que desde el cielo él me mira triste y quiere que siga adelante y sea feliz, pero no puedo, simplemente no puedo hacerlo... Porque no amaré a nadie como lo ame a él y tampoco quiero hacerlo, nadie se compara con Gulf.

Bajo las escaleras y huyo del que un día fue mi hogar. El cartel de "se vende" me sigue quemando mientras lo veo.

Aunque no pueda dejar ir sus recuerdos y sus cosas, dejo nuestra casa. Me duele hacerlo, pero aunque el lugar me trae hermosos recuerdos, estar ahí me atormenta, me debilita, me asfixia.

Se que nunca lo superare, pero trataré de ser fuerte por él. Porque en las noches cuando duermo puedo sentir su presencia y se que me cuida. También en ocasiones puedo oler el olor de las flores que tanto le gustaban.

Le seguiré cantando a mi ángel, su recuerdo seguirá grabado en mi mente. Y cuando me toque partir y este a su lado la espera habrá válido la pena.

Pero ahora me quedaré aquí en este desolado mundo sin él. Cantaré con el corazón y lo haré sentir orgulloso de mí.

Porque aunque duele y me tambaleo apunto de caer en el abismo. El amor que nos dimos sigue vivo en mi corazón y lo seguiré manteniendo vivo con mi música.

꒰꒱˖♡

Si llegaste al final y lloraste/le tiende un pañuelo rosa de corazones. Muchas gracias por leer, en estos días me pondré a subir mis demás historias que tengo pendientes. Besitos, se me cuidan.

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