6.
Fue toda una odisea llegar a casa con Stary en mi hombro...espero que al despertar no le duela tanto el chingadazo que se dio en la frente cuando se me cayó.
Al llegar a casa suavemente la dejo caer al final de las gradas.
—Ok, es tu turno, llévala arriba— pongo mis manos en mis caderas, la muerte me da una mirada de incredulidad.
—No, tu la llevarás — responde indiferente y empieza a subir las gradas.
—¡No la llevaré!
—Entonces déjala ahí, cuando Jenni llegue a casa y vea a una chica tirada inconsciente...— se lleva una mano a la barbilla pensativo— ¿Qué hará?
—Puta Muerte chantajista hija de la chingada mamahuevo— suspiro profundamente y me agacho, paso una mano bajo sus piernas y la otra por su espalda para cargarla.
—Sigue insultándome y ya verás — me advirtió apuntandome con su dedo.
—¿Qué harás?— pregunté desafiante mientras subía las gradas lentamente.
—No me provoques Mateo...
—De la P a la E y de la E a la N y de la N a la dejo— hago una pausa cuando estamos parados frente a frente— ¿Cómo dice?— pregunto con picardía.
—Pendejo...—me responde entrecerrando los ojos. Y empezamos a pelear con nuestras manos como niños.
—¡Ay! Tu tienes las uñas largas— retrocedí un poco y perdí la grada...y Stary se cayó y empezó a rodar.
Los dos compartimos una mirada de asombro.
—Eso debe haber dolido— dijo haciendo una mueca dolor.
—¿Tú crees?— inquiri con sarcasmo mientras bajaba rápidamente.
—¿Está muerta? Rayos, desde hace tiempo que no llevo a alguien al más allá, ya no recuerdo como se hace ¡AHHHH!— decía apresurado caminando de un lado a otro.
—Que no esté muerta, que no esté muerta— repetí una y otra vez. Cuando llegué al cuerpo agite mi cabeza y me agache para verificar su respiración, pegué mi oreja a su nariz y...nada. Volteé a ver a la muerte con preocupación.
—¿Qué?
—No respi— no pude completar la frase porque sentí un par de filudos dientes atacando mi pobre oreja.
—Está viva— suspiro la muerte con alivio.
—¡Quitamela!— le pedí agitando mis manos con desespero.
—Grrr— cada vez me mordía mas fuerte.
—JAJAJAJAJAJAJA
—¡Muerte!
—Ah si, ya voy — enjugo sus lágrimas de risa y se acurrucó...y le mordió la oreja a Stary.
Fue estúpido pero funciono porque me soltó, al final tuvo que darle otro palazo para dormirla y poder llevarla a la habitación del fondo.
—¿Y ahora?— pregunté cansado después de atarla a una silla.
—Tendremos que esperar que se despierte— me indicó y yo asentí.
—Mientras iré a ponerme una venda o algo— señalé mi inflamada oreja y ella solo se rió.
Cuando llegué abajo a buscar la madre esa donde guardas cosas para curarte...¿se llamaba poquitin? Como sea, ya lo encontraré.
Caminé hacia el baño y escuché que la puerta se abría, me asome y era Jenni. Me asuste al recordar que teníamos a una chica secuestrada a solo unas cuantas gradas de distancia.
—¿Qué rayos te pasó?— me preguntó mientras tiraba su mochila en la mesa.
—Es una mordida.
—¿Qué?
—Larga historia— negué con la cabeza — por cierto, ¿has visto él poquitin?
—¿Poquitín?— frunció él ceño.
—Si, la cajita blanca que tiene medicina y todo eso.
—Se llama Botiquin, pendejo— me pasó de largo y abrió un compartimento del mueble donde estaba él televisor— ¿Esto es lo que buscas?— preguntó sosteniendo el artículo.
—Aja— asentí emocionado y se lo quité de las manos, me senté en él sofá y comencé a sacar muchas cosas que no tenia ni puta idea de para que servían. Jenni estaba de brazos cruzados.
—Dámelo— dijo al final y me lo arrebato. Tomó un tubo de pomada y la apretó para depositar una pequeña cantidad del producto en su dedo— mira hacia un lado— me ordenó y de mala gana obedecí, con delicadeza aplicó la pomada.
—Auch— sentí un pequeño ardor— ¿Es la crema correcta?
—Creo que si...— se detuvo y empezó a leer lo que decía en el tubo— para él estreñimiento— musitó.
—¡¿Me pusiste pomada para el culo en la oreja?!— me levanté abruptamente.
—Sorrymasen— se encogió de hombros sonriendo nerviosamente.
—¡Ya despertó!— la muerte bajó corriendo para avisarme y luego se dio cuenta de que Jenni estaba ahí.
—¿Quién despertó?— preguntó alternando la vista entre ambos.
—Ah, ah, la perra que me mordió — respondí rápidamente y me pare junto a la muerte.
—¿La trajeron a casa?
—Si, es que pobrecilla tiene una pata herida y la cuidaremos hasta que se cure— me siguió la corriente.
—No tenemos comida para perros...— dijo ella pensativa— iré a comprar pedigríes.
—Tomate todo él tiempo que quieras— le dije sonriendo y esperamos que ella saliera para luego subir.—¿Ahora que hacemos?
—Tendremos que sacarle información rápidamente antes de que Jenni quiera ver a la "perra"— hizo comillas con sus dedos.
Abrimos la puerta de la habitación y nos detuvimos en seco al ver que ella ya no estaba atada a la silla sino parada frente a la ventana y a su lado estaba una chica baja, piel trigueña y robusta con cabello corto negro y rizado. Usaba el mismo traje que Stary cuando la conocí, al percatarse de nuestra presencia, las comisuras de sus labios se alzaron en una leve sonrisa.
—Venid, venid a por mi pero con la cara destapada hijos de puta— tomó una pose defensiva.
La Muerte y yo nos miramos — ¡CORRE PERRA, CORRE!
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Espero les guste este capítulo ❤
Con ustedes otra de las integrantes del grupo de Sanadores, Ellen Tristan:
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