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15.


—No se deja ver —exclamó la doc un poco confundida mientras pasaba esa cosa por la panza de Jenni.

—Seguramente será gay —dijo la Muerte riéndose.

La doctora y yo lo miramos mal pero Jenni dejó salir un chillido.

—¡Si! Ya quiero conseguirle un bonito novio —habló emocionada.

—Oiga, con todo respeto le pido que deje de hablar pendejadas —pidió la doctora irritada.

Salimos del consultorio decepcionados por no saber el género del bebé.

—Ya quiero que sea el baby shower —dijo la mugrosa entrelazando su brazo con el mío.

—¿Que quieres que llame a la clínica de abortos, dices? —pregunté sacando mi teléfono.

—Dejalo nacer, así podremos tener un mini esclavo —recomendó la muerte.

—Eso solo aplica para los hermanos menores —aclaró Jenni.

—¿Y a ti quién te dijo eso?

—Te ves muy estúpida imponiendo reglas, Esperancita —espetó la muerte con un intento de elegancia en su voz.

—Como sea, ya quiero planear todo para invitar a mis amigos. Hace tiempo no nos vemos —habló emocionada.

—Ahhh no ni mergas, no quiero olor a obo en mi casa —me negué rotundamente.

—¿Que es obo?

—Esta chiquito —le guiñe el ojo y me miró disgustado.

—No te lo recomiendo, yo la sobe y en cuatro meses voy a parir —se quejó Jenni y se adelantó a la casa ya que nosotros iríamos al centro comercial a comprar los preparativos de esa estúpida celebración.

—¿Cuál es el punto de hacer una fiesta para un bebé que no ha nacido? —pregunté irritado.

—Pues todos llevan ropa, pañales, hasta bañeras para los mecos evolucionados y también juegan y comen —me explicó.

—Osea que eres tan floja para ganar tu propio dinero y comprar cosas para tu propio bebé así que haces que los demás te las lleven —me eché a reír y luego le di un zape a la muerte porque me sentía irritado.

—No me pegues pendejo, a menos que quieras que le diga a Satanás que en la noche baile sobre ti en calzones —me advirtió dándome un puñetazo en el estómago.

—Eso sería muy sexy —bufé haciendo una cara de perversión.

—Oh, créeme que me veo muy sensual usando lencería roja de Victoria's Secret —se escuchó una voz macabra debajo de nosotros.

—Confirmo —dijo la muerte.

—¿Qué?

Entramos a una tienda que se veía muy colorida y un par de burros de papel estaban colgados afuera.

—¡Buenas! —nos saludó alegre un hombre que se veía muy peligroso.

—Bu-buenas —respondí un poco nervioso.

—No tengas miedo, estos son los cholos mexicanos —me explicó en voz baja—. Se ven así pero son más inofensivos que un chihuahua —dijo imitando su acento.

—¿Que buscaban? —preguntó con una gran sonrisa en su rostro.

—Que bueno que sonríes porque si estuvieras serio este wey se caga —se burló la muerte y el hombre se echó a reír.

—Asi son los fresones del barrio.

Los ignoré y me adentré en el lugar buscando algo relacionado a los bebés.

—Oyeme pero aquí solo hay piñatas de burros.

—No, también tenemos piñatas de tacos, de chelas, de chihuahuas, de nuestro señor Jesucristo y más —me ofreció con su acento bien pronunciado.

—No gracias, ya nos vamos —salimos apresurados de ese lugar creyendo que nos iba a apuñalar.

Ya saben, costumbres mexicanas.

Caminamos un poco más y sentía las miradas de todos sobre nosotros, la Muerte también lo notó y saco un par de gafas para caminar como si estuviera en una pasarela mientras tiraba besos con su mano.

Se adelantó y me dí cuenta del motivo por el cual todos nos veían con gracia. Caminé rápido con mi estómago doliendo por la risa.

—Bro, andas la falda enrollada en el calzón JAJAJAJAJAJAJAJAJAJJA —se detuvo abruptamente y se la bajó. Corrió cubriéndose el rostro hasta que entró a otra tienda más adelante.

—Que puta pena, no digo que me trague la tierra porque se muere el medio ambiente —dijo mientras hacía un berrinche.

—¿Por qué rayos usas calzones del rayo macuin? —le pregunté secando mis lágrimas.

—Porque cuchau wey.

La tienda a la que entró era la indicada, habían varias adornos de bebés y juguetes.

—Ya estoy harto —me quejé mientras tiraba un juguete a la cesta de compra—. Que bueno sería que hubiera una pandemia que no le permitiera a nadie salir de casa y así no hacemos esta mamada.

—O que les dé diarrea a todos los invitados para que no vayan.

Suspiramos mientras pagábamos por todas las chingaderas. Mi teléfono sonó.

—Hola, artista —saludé alegre.

—¿Artista? —preguntó irritada.

—Obvio, solo mírame, obra de arte la que te echaste, chula —me miré a un espejo que estaba frente a mí y sonreí complacido.

—¿Chula?

—Ay es que acabamos de visitar una tienda mexicana y se me pegó algo — La muerte me arrebató el teléfono y se lo llevó a la oreja.

—JoJo, ¿Cuando harás tú baby shower?

—¡Cala! —escuché que saludó muy feliz— justo para eso llamaba. Ya que Jenni lo celebrará esta semana, nosotros lo haremos la siguiente.

Esta vez yo le quite el teléfono.

—Ingrata, a otros les hablas bien japi berdei y a tu hijo lo desprecias, ¿Verdad?

Colgó.

Íbamos camino a casa y sentimos que el tiempo se detuvo, no podía moverme ni un centímetro, desesperado traté de hablar pero tampoco podía.

Y luego de unos segundos todo volvió a la normalidad.

—¡¿Qué fue eso?! —pregunté asustado volteando para ver a la muerte pero no estaba junto a mi, iba corriendo hacia una señora que se encontraba al otro lado de la calle y lo seguí.

—Señora, ¿Vió algo hace unos segundos? —le preguntó, la seño se veía super aturdida.

—Yo...yo...¿Qué estoy haciendo en la calle? —recogió su bastón del suelo y se fue confundida.

—¿Tú también te quedaste congelado, verdad? —me preguntó con apuro y yo asentí.

—Espera... ¡Los Sanadores! —recordé.

—Mierda, ni siquiera logramos verlo —se quejó enojado y caminó dejando en el suelo las bolsas que cargaba hace un momento.

—Hey, llévate esto.

—No me hables, estoy emputado.

Llegamos a casa, y casi muero por cargar cinco bolsas en una mano y tres en otra...¿Cómo me daré amor ahora?

Jenni estaba sentada en el sofá mientras veía el canal de noticias.

—Que tranza morra —me tiré cansado.

—Ah, ya hice la lista de invitados —dijo enseñandome un papel.

—¿José-chan? —entrecerré los ojos para ver mejor— ¿Ana sensei?

—Si, los llamaré ahora para avisarles que será en dos días —dijo emocionada.

—Espero que algún día dejes de ser tan pendeja, Jenni senpai —subí a mi habitación y me quedé dormido un rato.

—¡¿Como te atreves a dormir cuando estoy emputado?! —gritó la muerte y me desperté más asustado que cuando no me podia suicidar y no sabía por qué.

—¡¿Y que quieres que haga? —me levanté de la cama y me paré junto a la puerta por si me quería dar unos putazos podía escapar antes.

Estrategias que aprendí gracias a mi hermosa madre.

—Ayudame a investigar, no solo es mía la tarea —exigió.

—Mira, en un grupo está el que hace todo el trabajo y el que solo está ahí fingiendo hacer algo. Yo soy el segundo.

—El jefe soy yo, así que harás lo que yo diga te guste o no —se acercó a mí y abrí la puerta, me miró mal y salió.

—¿Anda en sus días o que?

—¡Y yo me encargaré de los bocadillos para la celebración! —dijo mientras iba bajando las gradas.

La muerte me pegó su malhumor y me dormí hasta el día siguiente, bajé bostezando y estirando mis brazos después de una larga noche de sueño reparador.

—Buenos días —me sonrió como si en vez de ser la muerte fuera la felicidad personificada.

—Vete a la verga —me senté en el comedor tratando de despertar por completo.

—Si es a la de Zac Efron, con gusto —fingí vomitar y volteó los ojos—. Ya mandé a los sirvientes a que hagan el pedido para los bocadillos de mañana.

—¿Y yo tengo que participar en esa mamada?

—Por supuesto, eres el papá.

—Ay no —casi lloro, al parecer amanecí sensible—. Si no hubiera metido la pata esa vez...

—No metiste la pata, fue la verga —corrigió y empezó a reírse a carcajadas.

Mientras tanto, en otro lugar del mundo:

—Si, nos dijo que te dijéramos que es pescado crudo con arroz y verduras enrollado en algas.

—Si se escucha bien mamado, dígale a la señorita que a huevo nosotros se lo preparamos mañana.

—Muchas gracias, recuerde que son 20 porciones.

—Claro muchacho, dígale que aún tengo piñatas disponibles por si gusta.

—No gracias, solo los bocadillos. Vendremos por ellos mañana a las dos de la tarde.

¡Aguacates!

Asuchingadamadre espero que no hayan abandonado la historia como yo lo hice :(

Pero fue porque andaba inteligente, porque así no puedo escribir mis estupideces. Espero que les guste el capítulo y si sienten que no está tan bien, ¿Pueden mencionarlo, por favor?
Para así mejorar y darles "buen contenido"

—Porque cuchau wey.

Nombre, frases tan poéticas que salen del alma. Los aguacate ❤️

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