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🎨- XXV

SeokJin conocía el camino a la habitación de TaeHyung, el pintor no podía estar más agradecido porque esa boca insufrible ahora solo se estaba encargando de besarlo y besarlo, y besarlo.

Y jodidamente seguía besándolo. Le dolían los labios, se sentía falto de aire y su polla dura cuál roca. Estaban sobre la cama, aún vestidos, no habían indicios de que SeokJin fuera a desnudarlo en algún momento.

Así que lo empujaba, a duras penas para su sorpresa, pues esos besos tenían un efecto sedante que lo volvían estúpido y dormían sus otros sentidos y solo parecía funcionar para recibir la lengua del otro hombre y devolverle el beso.

—Déjame respirar... —decía sin aliento, tenía a SeokJin encima de su cuerpo y la dura polla del hombre entre su muslo y parte de la suya propia—. ¿Vamos a tener sexo o sólo vas a besarme como una quinceañera virgen?

SeokJin rodaba los ojos y se ponía de pie, TaeHyung sentía el pánico inundar su interior porque si SeokJin salía por esa puerta, él estaba seguro que rogaría cómo si la quinceañera virgen y enamorada, fuera élñ y seguiría besándolo como tal solo si eso servía para que no lo dejara esa noche.

—No parecias molesto —mencionaba SeokJin, desvistiendose despreocupadamente.

—Oh si, mierda —soltaba TaeHyung, desesperado por quitarse la ropa.

SeokJin quería reír por la desesperación del pintor profesor y como casi caía por quitarse toda su ropa y terminar completamente desnudo en cuestión de segundos mientras que SeokJin pacientemente se quitaba su pantalón. Le gustaría decir que la desnudes de TaeHyung no lo afectaba tanto, pero era mentira. Estaba más duro ante el cuerpo desnudo del otro hombre. TaeHyung era todo piel canela, ojos grandes, labios rojo y cabello descontrolado negro azabache.

Su aliento se le iba sin su permiso.

—Sigues vestido —decía el pintor, señalando su boxer.

SeokJin reaccionaba y se miraba a sí mismo.

—No siempre duermo desnudo, a veces solo en boxer —se encogía de hombros, fingiendo no estar afectado.

TaeHyung alzaba sus cejas y llevaba sus manos a su rostro para fregarlo y luego despeinarse solo un poco, sus fosas nasales se dilataban y sus dientes se apretaban.

— ¿Dormir? —cuestionaba entre dientes—. ¿Que te dió la impresión de que yo, completamente en pelotas y duro como una maldita piedra, quiero dormir contigo?

SeokJin suspiraba, sus manos en sus caderas y tronaba su cuello. Dios, TaeHyung quería saltarle a la yugular o ponerse de rodillas para chupar esa maldita erección que su estúpido boxer no hacía nada por ocultar.

—Sólo creí que luego de la conversación que tuvi-...

—No, no, no —decía TaeHyung negando con su dedo. Se veía un poco ridículo con su ceño fruncido y completamente desnudo, intentando ser, al parecer, un poco intimidante—. No tuvimos ninguna conversación...

—Tae... —susurraba SeokJin.

—Eso no fue una conversación, hombre —exclamaba, poniéndose de espaldas a SeokJin. No podía verlo, pero su bonito culo distraía al otro hombre que intentaba no ser todo animal en celo en ese momento—. Yo tuve un sincericidio contigo. Un vómito verbal que-... —suspirando apretaba sus dientes. Sus músculos todos tensos, SeokJin miraba cada maldito rincón de su cuerpo a espaldas de él—. Lo que dije es cierto, no quiero volver a hablar al respecto

—No te estoy pidiendo que volvamos a hablar, yo no volveré a tocar el tema. Solo supuse que sería bueno-...

— ¿Acurrucarnos cómo su fuéramos novios? —cuestionana cabreado el pintor, nuevamente estaba de frente a SeokJin, más cerca que antes.

—Solo quería probar algo diferente contigo

—Me tienes lástima ¿Y creíste que necesito besos, arrumacos y caricias en el pelo?

SeokJin rodaba sus ojos, había algo en TaeHyung que lo volvía vulnerable, pero también sabía cuando ser delicado, cauteloso o... —. Yo no acaricio el pelo de nadie, pensaba en besos, quizas arrumacos y acariciarte, pero seria el culo no tu cabeza — o simplemente ser un boquifloja sin consideración alguna.

TaeHyung abría su boca y la cerraba, luego de eso él simplemente reía, miraba a SeokJin y le regalaba una mirada y sonrisa sarcástica, era rectangular y bonita de todas formas. SeokJin reía junto con él.

—Basta, deja de reír... Hablo en serio —soltaba SeokJin, TaeHyung resoplaba y se cruzaba de brazos, la erección de ambos seguía allí, latente y erguida, no había disminuido ni un poco con tanta charla y suave discusión—. ¿Crees que es bueno terminar teniendo sexo cuando claramente hay muchas cosas de las que deberíamos hablar tú y yo? Y no estoy mencionando tu pasado, sino nuestra actual situación.

TaeHyung mordia su labio inferior y negaba —. Eres insoportable, dios, te detesto tanto —decía apretando sus dientes y amagando con tomar el rostro de SeokJin—. Sé que soy un imbécil. Se que soy insoportable y me puse posesivo contigo con respecto a mi hermano, pero yo no sé-...

—No te atrevas a decir que no sabes lo que eso significa —regañaba SeokJin—. No juegues el papel del maldito sociopata antisocial ahora porque no eres del todo sociopata conmigo

—Eso quieres creer —decia TaeHyung levantando su dedo.

SeokJin apretaba sus dientes y sin pensarlo, levantaba su mano y golpeaba la frente de TaeHyung.

— ¡Oye! ¿Y eso por qué fue? —cuestionaba el pintor, sobando la zona afectada.

—Porque eres un maldito posesivo, mentiroso, manipulador y un imbécil que tuvo sexo con otro tipo e intento negarmelo.

TaeHyung resoplaba—. No somos exclusivos para mantenerme fiel a ti —le soltaba histérico.

— ¡Exacto! No somos exclusivos para que me andes celando y mintiendo al respecto. Si tienes muchas ganas de ponerla, llama al idiota que te follaste y me lo negaste —exclamaba, tomando su ropa del suelo.

Nuevamente el pánico en el pecho de TaeHyung.

—Para-para-para —susurraba desesperado, quitándole la ropa de la mano a SeokJin y tirándola lejos.

El castaño lo observaba con sus cejas fruncidas—. ¿Qué estás haciendo?

—Impidiendo que te vayas

— ¿Por qué harías eso? —preguntaba SeokJin con brazos cruzados y alazando sus cejas.

TaeHyung resoplaba—. Eres tan insoportable y lleno de ti mismo

— ¿Yo? —se burlaba el castaño.

—No te quiero lejos... No esta noche —decía TaeHyung con un puchero.

SeokJin apretaba sus dientes y soltaba el aire por sus fosas nasales. Iban a volverse locos, uno con el otro. Uno al otro. Eran un receta para el desastre y la caminata amenazadora de TaeHyung hacia SeokJin lo hacía repensar si debería quedarse o salir de ahí. ¿Cómo iba a decir que no si TaeHyung se veía así?

El pintor se paraba frente a SeokJin y su mano acomodaba el flequillo de este, sin apuro. Su rostro cerca del rostro ajeno. Este sentía el calor del cuerpo de TaeHyung a escasos centímetros del suyo y luchaba por no bajar la vista a esa polla.

—De acuerdo, voy a desistir en la idea de follar... Pero —su mano se posaba en el pecho de SeokJin y acariciaba cuesta abajo, con lentitud y acelerando los latidos del otro hombre. Cuando sus dedos acariciaban por dentro de la cinturilla, ya rozaba el glande apenas goteante de SeokJin y lo veía apretar sus dientes y dilatar sus fosas nasales—. Estás igual de duro que yo... ¿Se supone que vayamos a la cama así? No lo considero sano, SeokJinnie Kochinnie.

Cuando SeokJin clavaba sus orbes negras de pupilas dilatadas, TaeHyung sentía que era antinatural ponerse más duro de lo que ya estaba, pero al parecer todavía podía superarse. Su aliento quedaba enganchado y su piel picaba y se prendería fuego si SeokJin no hacía nada para tocarlo.

— Bésame —pedía el pintor, mientras su mano tomaba la polla de SeokJin y le daba unos masajes perezosos. Y a pesar de haber sido besado hasta el cansancio hacía unos momentos, él lo quería de nuevo.

Eso era extraño, SeokJin lo volvía un hombre sin sentido.

—No que n-... —Seokjin apretaba sus ojos y pasaba saliva, estaba jodidamente excitado, peor con la mano de TaeHyung bombeando su polla—. Supuse que no querías ser besado como quinceañera virgen... —su voz era ronca y había tomado todo control de sí, intentar pronunciar esas palabras.

TaeHyung relamía sus labios y reía diabolicamente mientras continuaba su labor, pero esta vez se acercaba para que su boca finalmente estuviera besando la de SeokJin y por supuesto el tipo era tan receptivo como él y le daba paso para besarlo y ultrajar su cavidad con su lengua.

¿Desde cuándo le gustaba tanto besar? En sí, la acción tal no era algo que disgustaba a TaeHyung, pero más de una vez lo había hecho por mero compromiso de complacer y volver loco a su víctima. Pese a identificarse cómo bisexual, cómo bien había mencionado su hermano mayor, Namjoon, TaeHyung tenía más debilidad por el sexo opuesto debido a que consideraba su belleza una mínima competencia a la suya. Algunos hombres eran encantadores y odiaba admitir cuando eran en cierta forma más atractivos físicamente. TaeHyung no quería competencia, por lo que resultaba difícil para un hombre guapo llamar su atención, los de "belleza común" tenían más chance de recibir su polla en su culo. Pero ninguno había tenido el impacto y poder de SeokJin.

Todavía habían noches en las que pensaba cómo había caído en los encantos y perfección de este hombre. SeokJin podría ser fácilmente considerado más atractivo que él para algún que otro especimen allí afuera. SeokJin era una competencia alta si decidía formar "una amistad" y salir de caza. SeokJin estaba a su nivel o quizás, al ser completamente "normal" SeokJin podría simplemente ser mejor que él en muchos aspectos.

Pero no le preocupaba, no a su ego. Le preocupaba el hecho de que jodidamente le encantaba ese hombre. Dios, a TaeHyung le encantaba SeokJin y mientras se deshacía del boxer ajeno y caían, ahora completamente desnudos en su cama, luego de todo su sincericidio momentos atrás y su desesperación de no dejar ir a SeokJin, él simplemente estaba más que rendido ante sus encantos y mangoneo.

El cuerpo de SeokJin estaba restregandose al suyo y su boca estaba pintando sus labios de besos que descendían a su mandíbula. Luego a su cuello y hombro. Él continuaba bajando con desesperación, estaba ido y TaeHyung gemía con una sonrisa triunfante en sus labios que se borraba de repente y sus labios formaban una bonita "O" mientras los dientes de SeokJin se enganchaban en su pezón y tiraban de este.

Su cuerpo temblaba, vibraba con cada toque, beso y succión. Su polla goteando presemen y pintando parte del abdomen y el pecho de SeokJin a causa de que iba bajando cada vez más y restregandose entre besos y estímulos que hacía y provocaba al cuerpo de TaeHyung. Los dedos peculiares del castaño jugaban con su otro pezón y TaeHyung movía su pelvis desesperado y se retorcía debajo de ese cuerpo y esa boca porque necesitaba más. Más besos, más caricias, más SeokJin encima de él, sobre él, dentro de él.

— ¡Joder! —se le escapaba sin precio aviso cuando el calor de aquella boca suave y carnosa envolvían su polla—. Creí que no hari-ah... Creí que no harías nada~

Estaba falto de aire y necesitado, pero a SeokJin no podía importarle menos, solo chupaba más fuerte y lograba un verdadero ejemplo de garganta profunda cuando llevaba la polla de TaeHyung a su límite, controlando a la perfección su efecto nauseoso y haciendo ese ruido ahogado que ponía a TaeHyung tenso desde la punta de sus pies hasta su cabeza
No solo el sonido, sino el hecho de que su polla estaba siendo deliciosamente apretada en la parte posterior de la garganta de SeokJin y él simplemente tomaba la cabeza del otro hombre y lo presionaba allí con unos gemidos agudos y SeokJin se dejaba, hasta que sus dedos se apretaban en la cadera de TaeHyung y este aflojaba el agarre creyendo que SeokJin lo soltaría sin más, pero le daba una succión intensa que curvaba los dedos de los pies de TaeHyung y se corría inesperadamente. Demasiado rápido e intenso.

—Bastardo.... —decía sin aliento, temblando en la cama completamente deshuesado. Podía sentir a SeokJin chupar suavemente hasta la última gota y luego cuando lo soltaba besaba sus muslos con una dulzura, al ritmo de las caricias en su cadera.

La garganta de TaeHyung se cerraba y sus ojos se humedecían. No sabía porque el escozor y el nudo que tragaba lentamente, evitando que sus ojos juntaran lágrimas.

—Deja de besarme así... —pedia con una voz rasposa.

Todavía seguía duro a pesar de haber disparado intensamente en la garganta de SeokJin.

El castaño se detenía y alzaba la mirada, sus pupilas estaban dilatadas, solo lograba ver las manos de TaeHyung sobre sus ojos y su corazón se sentía oprimido en su pecho. Se levantaba para curbrirlo con su cuerpo mientras pensaba en ¿Cómo carajos podría acercarse a ese hombre y brindarle consuelo?

TaeHyung sentía a SeokJin acomodarse encima de él y se sentía sofocado y a la vez complacido. Como si parte de él quisiera empujarlo tanto como quisiera aferrarse cómo un maldito koala. Sentia la mano de SeokJin tomar las suyas para quitarlas de sus ojos, pero había un leve forcejeo de su parte, hasta que sentía a SeokJin acomodarse encima suyo, el tipo todavía estaba duro igual que él, aún tenía carga por disparar... El calor del cuerpo de SeokJin lo volvía loco, su piel picaba en todas las partes en las que se unía a la piel y el cuerpo de SeokJin... Un poco más de forcejeo y escuchaba un suspiro cansino del castaño y no hacía más que bajar sus manos de sus ojos. Seguro y SeokJin haría preguntas metiches o diría algo estúpido porque creía que TaeHyung necesitaba palabras reconfortantes para evitar llorar.

Pero contrario a eso, los ojos oscuros de SeokJin se entrecerraban y lo único que salía de sus labios hinchados muy bien usados recientemente, era—: Abre la boca y chupa.

TaeHyung se sorprendía y no lograba entender, hasta que dos dedos de SeokJin se posaban en sus labios y los metía dentro de su boca con una fascinación latente en sus orbes mientras TaeHyung simplemente obedecía sin chistar. Su cuerpo vibraba cuando probaba el sabor salado de la piel ajena. La piel de SeokJin, el sabor de SeokJin. Instantáneamente sus párpados pesaban y chupaba con más ganas, mientras un gemido se producía en la parte posterior de su garganta.

—Joder... —susurraba SeokJin, empujando su pelvis para ocasionar fricción y TaeHyung tomaba su muñeca para continuar chupando sus dedos mientras una de sus piernas se enroscaba en la cintura de SeokJin.

Cuando los dedos estaban lo suficientemente mojados, el castaño los quitaba y su boca besaba la de TaeHyung desaforadamente. Todos los sentidos del pintor estaban completamente mareados por la forma en que SeokJin lo estaba besando que, lo único que podía hacer era rodearlo con sus brazos y acercarlo muchísimo más mientras el otro hombre tanteaba su entrada y un dedo se inmiscuia dentro. El ardor hacía a TaeHyung jadear en sus labios mientras este lo mordia y comenzaba a estirarlo.

—Es tan injusto.... Me agarraste con la guardia baja —susurraba el pintor, retorciéndose sobre esos dos dedos—. Toma el lubricante, mi saliva no es suficiente... —regañaba al castaño que lo miraba con ojos intensos.

Eso calentaba a TaeHyung aún más. Como si fuera posible.

Los dedos estiraban un poco más hasta que SeokJin los quitaba y TaeHyung sentía un vacío horrible, su agujero palpitando alrededor de la nada, mientras SeokJin lo daba vuelta como muñeca de trapo, con tanta facilidad. Lo escuchaba sacar el lubricante del cajón de su mesa de noche y TaeHyung se sentía extraño ante la familiaridad de SeokJin en su habitación. Cuando la tapa siendo abierta sonaba, él se impacientaba y paraba su bonito culo sin pretensiones.

—Pensar que hace un momento te quejabas... —decía la voz de SeokJin divertida.

—Cierra esa boca antes de que me arrepient- Ah.... —un gemido agudo de sorpresa y placer le atravesaba cuando la lengua de SeokJin lamía toda la entrada entre sus glúteos—. Dios~... Otra vez.

La voz rota de TaeHyung era melodía para los oídos de SeokJin quien se le estaba haciendo agua la boca desde que lo había visto desnudarse frente a él y caminar todo glorioso y perfecto con su bonito culo parado, presumiendose.

SeokJin quería simplemente enterrar sus rostro entre medio de sus glúteos y comérselo y así lo hacía, comenzando lento, pero luego de escuchar los gemidos de TaeHyung, de verlo y sentirlo empujar contra su lengua, lo suave había pasado a ser hambriento y desquiciado. Incluso había posicionado a TaeHyung a su antojo, moviendolo con suma facilidad mientras volvía a enterrar su rostro y con su boca y lengua lamía y chupaba, él gemía con su lengua enterrada en el agujero del pintor y este gemía deseoso empujándose más y más para que SeokJin lo comiera a su antojo.

Cuando su entrepierna le daba un aviso de un serio caso de bolas azules, TaeHyung rogaba que se detuviera.

—Fóllame o me voy a correr con tu lengua en mi culo y eso sería un desperdicio —exclamaba agitado, falto de aliento.

SeokJin relamía sus labios, tomaba un condón que había sacado junto con el lubricante y se enfundaba listo para derramar el lubricante de forma generosa en su polla, entre medio de los glúteos de un TaeHyung que gemía y empujaba hacia su mano, lo cual le parecía jodidamente provocador y un chirlo inesperado se le escapaba.

TaeHyung había soltado un alarido ronco y lleno de sorpresa, otra vez. Pero esta vez giraba con su ceño fruncido, casi enojado y SeokJin no podía sentirse más divertido al respecto.

— ¿Enojado? —mencionaba, masajeando su larga y gruesa polla.

Estaba tan duro y tenía el tupé de reírse. TaeHyung mordia su labio inferior y tomaba su mano derecha libre y tiraba de SeokJin cuesta abajo a su cama y se subía a horcajadas. SeokJin estaba entre la risa y la sorpresa.

—Quita esa estúpida sonrisa de tu rostro —decía TaeHyung, tomando la polla de SeokJin y alineandola a su entrada—. Ahora fui yo una vez más —mencionaba con la punta de la polla ajena entrando mientras él iba bajando a su ritmo. SeokJin apretaba sus dientes ante la deliciosa sensación, veía a TaeHyung morder su belfo y sus párpados cerrarse cuando toda la longitud iba desapareciendo dentro.

SeokJin lo miraba atónito, embelesado. TaeHyung era un hombre hermoso. Era jodidamente caliente y era todo un enigma que SeokJin quería resolver. El azabache por su parte sentía el ardor familiar volverse tan placentero. Bien dilatado para SeokJin, era estúpido creer que sus cuerpos estaban hechos para encajar, pero ellos jodidamente encajaban. Cuando abría sus ojos, debido a la presión de los dedos ajenos en los huesos de su cadera, veía a SeokJin mirarlo con ojos negros y una galaxia en ellos.

¿Cómo un par de ojos oscuros, comunes y corrientes podían ser tan hermosos y llamativos? Los labios hinchados de SeokJin estaba ahora entreabiertos y cuando finalmente estaba por completo hundido en la polla ajena, ambos soltaban un gemido de satisfacción pura. Al mismo tiempo, lo cual los hacía sonreír, también al mismo instante, TaeHyung caía encima de SeokJin y lo besaba sin previo aviso, todo lengua y dientes hasta que frenaba y exclamaba:

—La próxima vez, será mi polla la que se entierre en tu bonito culo y esa es una jodida promesa que planeo cumplir —setenciaba antes de levantar sus caderas, tomar la boca de SeokJin con la suya, y bajar bruscamente, tragándose un gemido del castaño en conjunto con el suyo propio.

Seguido a eso, TaeHyung había comenzando a cabalgar a SeokJin entre besos hambrientos y desesperados. No teniendo suficiente de esa boca. Agradecía no sentirse tan ridículo porque SeokJin respondía de la misma forma que él. Golpeaba sus caderas hacia arriba encontrando un ritmo perfecto con las caídas de TaeHyung y se besaban y besaban.

Dios, TaeHyung odiaba besar durante el sexo. Gastaba demasiada energía entre los movimientos y las ganas de acabar el momento corriendose rápido e intenso, pero usualmente era rápido, más no intenso, cuestión, necesitaba su boca libre para respirar, pero ahora era todo lengua y dientes, otra vez, luchando por la conquista de la boca ajena. La misma le daba pelea, besándolo con la misma intensidad y necesidad. No estaba seguro si quería ganar o dejarse ganar, hasta que SeokJin chupaba su lengua y él quedaba estúpido, junto con la presión de sus manos en sus caderas, como lo había inmovilizado y comenzaba a golpear dentro de él, dando en su punto dulce una y otra y otra vez.

—Más, más... Por favor, por favor —rogaba con su cuerpo a punto de sucumbir. Su polla estaba apunto reventar, hasta que SeokJin lo giraba sobre su espalda, levantaba sus piernas por sobre sus hombros y le daba, básicamente como cajón que no cierra.

Golpeando duro y directo en su próstata.

TaeHyung emitía sonidos agudos y palabras inteligibles que dejaban saber que quería más y más. Él usualmente no era esta clase de perra rogando por una polla a un tipo. Él usualmente se consideraba el alfa de cualquier encuentro sexual, por ende siempre elegía mujeres, hubieron algún que otros tipos en su lista, pero pocos habían tenido el privilegio de follarlo más de una vez.

Sin embargo SeokJin tenía total autoridad sobre su cuerpo y sus sensaciones ¿Cuándo había dejado que eso sucediera? ¿Qué mierda hacía a SeokJin tan especial para él? Ciertamente no se consideraba un animal sin raciocinio que solo iba a los golpes cuando sentía la tensión con otro ser humano, pero con SeokJin era constantemente pensar en arreglar sus problemas bajo la sábana, sobre el colchón. Dónde fuera, con SeokJin dentro de él y él.... Buenos todavía deseaba como un demente tener a SeokJin gimiendo con su polla dentro.

No supo en qué momento SeokJin había puesto sus manos sobre sus pezones, pellizcando allí, haciéndolo gemir y retorcerse, hasta que sus brazos se estiraran en dirección al hombre, rogando por su cercanía y con sus labios entreabiertos y su lengua saliendo de su boca, silenciosamente rogando por más besos. SeokJin entendía, por supuesto que lo hacía, ya había pasado un buen tiempo sin tener la lengua del otro en la garganta ajena. Así que se inclinaba y lo besaba una vez más, golpeando los últimos restos de embestidas y haciendo que su lengua acariciara la de TaeHyung por fuera de sus bocas mientras el orgasmo del pintor lo traspaba sorpresivamente, temblando y siendo follado en conjunto con las réplicas de este.

SeokJin estaba siendo deliciosamente apretado mientras perseguía su orgasmo y TaeHyung enredaba sus dedos en su cabello húmedo debido al sudor, pero necesitaba soltar esa boca, morder la unión del hombro y cuello de TaeHyung y empujar y empujar, necesitaba jodidamente correrse. TaeHyung todavía gemía aturdido en su oreja, pero así como si nada, su orgasmo lo golpeaba sorpresivamente junto con un dedo húmedo justo dentro de su bonito culo, el cual se curvaba y lo hacía ver la galaxia completa.

—Hijo de~... Sí —su gemido había sido sin aliento alguno mientras temblaba y llenaba el condón dentro de TaeHyung.

Cuando finalmente quedaba deshuesado junto al pintor, metía su cabeza en el hueco del cuello ajeno y sentía los brazos de TaeHyung rodearle con fuerza. Lo estaba abrazando con demasiada presión y SeokJin se sentía complacido y temeroso.

TaeHyung estaba totalmente fuera de lugar, quería que sus brazos dejarán de presionar fuertemente la espalda del hombre ajeno, pero parecía que estos tenían vida propia.

—Dios. Esto no es normal —susurraba el profesor pintor.

SeokJin suspiraba, su nariz acariciando la piel sensible de la zona mientras decidía besarlo con vehemencia y conseguía que esos brazos presionarán más, incluso le costaba levemente respirar. No estaba seguro si TaeHyung pretendía detenerlo o retenerlo allí, besando su cuello, pero claramente al pintor le gustaba, porque sus brazos aflojaban el agarre solo un poco para permitirse acariciarle la espalda y su cabeza se movía, dejándole más lugar para que siguiera besando su cuello. SeokJin sentía grandes manos acariciandolo con adoración. Como si TaeHyung necesitara con locura hacer más que solo tocarlo. Sus besos se habían vuelto más profundos, marcando aquí y allá.

—Quiero meterme debajo de tu piel ¿Qué mierda es esta sensación? —susurraba TaeHyung sin aliento y SeokJin lo besaba más fuerte. Marcando su cuello y su clavícula.

Todavía estaba dentro de TaeHyung cuando las piernas de este se enroscaban en sus caderas. La respiración se aceleraba y la boca necesitada del pintor, otra vez buscaba con desesperación la suya hasta que la encontraba.

No es normal, no es normal, repetía el pintor en su cabeza.

Iba a ponerse duro de nuevo luego de correrse dos veces, pero por el momento solo quería besar a SeokJin y ser besado, sus manos no tenían suficiente de esa piel lechosa y suave. El calor y el peso del cuerpo de SeokJin era abrumador y exquisito. No lo quería lejos nunca.

Que nadie más lo tocará, que ninguno se atreviera a quitárselo. Era suyo, ese hombre era suyo. SeokJin era suyo.

Mío, mío, mío, mío...

Era enfermiza la manera en que su cabeza lo repetía mientras lo besaba y lo acariciaba.

Era intenso, jodidamente intenso. Cómo nada que hubiera sentido jamás en el pasado.

No estaba seguro en que momento se habían dormido, pero SeokJin estaba de espalda a su lado, respirando calmadamente, con un puchero precioso en su boca mientras sus pestañas arqueadas descansaban sobre sus mejillas. Estaba solo tapado con la sábana negra de TaeHyung y este lo miraba como imbécil. Como si no fuera real que ese hombre estuviera durmiendo en su cama luego de follarlo como un demente y besarlo hasta quedarse dormido.

Agradecía eternamente al universo que SeokJin no dijera nada luego de sus palabras post orgásmicas, porque se hubiera sentido demasiado expuesto y aún más mortificado, lo cual era... Extraño, el sentimiento de mortificación por sus palabras, estabas casi seguro que era eso lo que sentía. Se había expuesto solito, por tener la mente drogada y sentir su cuerpo rugir de placer. Ahora suspiraba y apretaba sus dientes mientras se maldecia, miraba la hora y notaba que eran las seis de la mañana. No iba a volver a dormir, lo sabía.

No estaba seguro si sería buena idea comenzar el día con una gota de alcohol, SeokJin seguía dormido en su cama... Y era algo que iba en contra de sus reglas, no podía recaer, no de nuevo, no frente a ese hombre. Entonces, de repente mirando el rostro de SeokJin y su espalda desnuda, sus dedos picaban, pero no por tocarlo, sino por dibujarlo y trazar cada curva de los músculos en su espalda cada que se movía, trazar las líneas de sus labios abultados y sus pestañas arqueadas.

No se dió cuenta en qué momento comenzó a moverse y buscar su cuaderno de hojas blancas que hacía un buen tiempo no tomaba tan precipitadamente y luego su lápiz carbón favorito mientras comenzaba como si fuera una urgencia. Hacía mucho no se sentía así de desesperado por dibujar y plasmar lo que sus ojos veían. Simplemente por el hecho de querer hacerlo sin nada a cambio. Y así comenzaba a perderse, trazo tras trazo, observando las sombras en el cuerpo ajeno.

Tan perfecto.

Sus propios pensamientos eran inquietantes y lo hacían trazar más duro en algunas partes, dibujando incluso en una velocidad poco normal, pero con extra perfección en cada trazo. Sus ojos negros intensos, iban de la hoja al cuerpo sobre su cama. SeokJin estaba tan quieto y etéreo ¿Por qué alguien se veía tan bien mientras hacía algo tan simple como dormí como una maldita morsa?  TaeHyung se enojaba consigo mismo por glorificar a ese ser humano, pero no podía dejar de hacerlo. Ni aunque lo intentará.

Dios, se detestaba.

Minutos más tarde, SeokJin comenzaba a desperezarse, abriendo sus párpados con lentitud, TaeHyung lo tenía completo para entonces, así que escondía su cuaderno debajo de la almohadilla que tenía la silla que estaba utilizando.

SeokJin bostezaba, su brazo parecía buscar el cuerpo de TaeHyung y eso arrancaba una sonrisa torcida del pintor, cuando ubicaba que estaba solo en la cama, levantaba su cabeza y encontraba a TaeHyung en boxer, sentado en una esquina y observándolo con un rostro extrañamente ilegible para SeokJin esa mañana.

— ¿Por qué no estás en la cama? —preguntaba con su voz ronca y adormilada.

El cuerpo de TaeHyung vibraba al compás y su polla asomaba la cabeza. Sus dientes se apretaban aborreciendo a su propio cuerpo y sus fosas nasales se dilataban dejando salir todo el aire.

—La pregunta correcta es ¿Por qué sigues en mi cama? —mencionaba con un tono extraño en su voz.

SeokJin alzaba las cejas y hacía un rostro despreocupado—. No sé tu clave para escapar mientras duermes, bella durmiente.

TaeHyung se cruzaba de brazos y levantaba el mentón —. La bella durmiente es otro

—Dios ¿A qué hora despertaste? ¿Me estuviste mirando dormir desde que te levantaste? —decía irónicamente.

TaeHyung se cabreaba por el simple hecho de SeokJin lo decía en broma pues no lo creía capaz, pero si lo había hecho.

—No te creas tan especial, SeokJinnie —respondía—. Tus ronquidos son insoportables —atacaba.

SeokJin resoplaba y se sentaba sobre la cama, estirandose mientras bostezaba y elevaba sus brazos. Todos los músculos se marcaban y nuevamente la polla de TaeHyung se removía en su boxer cual respuesta pavloviana por tan simple acción del otro hombre.

Lo notaba duro debido a la matutina erección, se le hacía agua la boca. Pero apretando los dientes apartaba la mirada.

—Haré el desayuno, puedes tomar un ducha si quieres —exclamaba, poniéndose de pie y tomando un pantalón de su placard. No se había molestado en ocultar su erección.

SeokJin lo había visto, quería hacer muchas cosas con él, pero notaba que TaeHyung estaba extraño esa mañana. Estaba molesto, pero no parecía querer que se fuera aún.

—Puedo irme si quieres —mencionaba de todas formas, poniéndose de pie, dejando que la sábana se deslizara por su cuerpo. TaeHyung giraba con un pantalón de chandal en su mano y su mandíbula por poco y tocaba el suelo.

SeokJin notaba que tragaba duro y desviaba la mirada, dándole la prenda solo un poco brusco.

—Toma un baño, desayuna conmigo y posa para mí ¿O tienes algo que hacer en las próximas horas? —cuestionaba con seriedad.

SeokJin se mordia la lengua, conteniendo sus ganas de preguntar que carajos le pasaba, pero contrario a eso, no presionaba, no presionaría nuevamente.

—De acuerdo, sí, puedo quedarme unas horas.

TaeHyung asentía, su mandíbula tensa, su ceño un poco fruncido—. Perfecto, toma una ducha, haré el desayuno y luego iremos a la sala de pintar, es un día soleado, me servirá.

Y así sin más, salía de la habitación sin ninguna frase sucia o con segundas intenciones de nada más. La mañana había sido extraña para SeokJin luego de la ducha. El desayuno había sido genial... De todo sobre la mesa del pintor, preguntandole que le gustaba y que no, hasta que su teléfono sonaba y daba las gracias porque el silencio incómodo estaba siendo ensordecedor mientras TaeHyung solo miraba la televisión muy desinteresado en su presencia. Se preguntaba por qué no lo echaba aún...

Pero su teléfono tenía en la pantalla el número de una de sus compañeras de universidad con quién había bebido la noche anterior. Mina, quien lo llamaba y SeokJin lo encontraba extraño, pese a la buena relación, era raro tener una llamada de teléfono de su compañera.

— ¿Mina? —exclamaba confundido, TaeHyung movía sus ojos evitando y por poco respirar. ¿Quien era la tal Mina que llamaba a SeokJin una mañana ordinaria?

—Todos queremos saber si los rumores son ciertos, Kim... —decía la chica.

SeokJin fruncia sus cejas—. ¿Rumores? ¿Qué rumores?

La chica reía—. ¡No te hagas! ¡Todos te vimos hablarle y la forma en que el tipo te miraba! —acusaba divertida.

SeokJin se preguntaba si habían visto su acercamiento a TaeHyung, pero le había parecido que sus amigos estaban lo suficientemente ebrios como para notarlo.

— ¿Podrías ser más específica? Me encontré con unos amigos anoche... ¿De que tipo estás hablando exactamente? —cuestionaba y TaeHyung ponía sus hombros rectos, apenas visible para cualquiera, pero a SeokJin no se le había escapado.

— ¿Estás jugando con nosotros, Kim? Apostamos a que se fue contigo lo cual es sorprendente porque el tipo no cae ante nadie debido a que respeta totalmente la relación profesor/alumno... Aunque no eres exactamente su alumno.

SeokJin no estaba entendiendo absolutamente nada, pero si le seguía el paso a su compañera, al parecer lo estaban relacionando a algún profesor y SeokJin no conocía a nadie fuera de los de su propia carrera.

— ¿De que profesor estás hablando? ¿Y cómo por qué lo relacionan a mí? —cuestionaba aturdido y en parte, queriendo provocar a TaeHyung y llamar su atención.

Y conseguía una pequeña reacción cuando notaba como estaba luchando por no girar su cabeza.

— ¡Kim Soo-Hyun!  —gritaba su compañera Mina—. El papi que todas y todos queremos. Uno de los profesores más jóvenes de la universidad y que trae a todos locos, pero no sé envuelve con ninguno porque es un fanático de las reglas... —decía con exageración.

SeokJin fruncia su ceño, ahora ajeno a TaeHyung y recordaba al chico atractivo de la barra que había mencionado haberlo visto por los pasillos de la universidad y que había enfatizado en el hecho de que no debería haber hablado con SeokJin y darle a entender que había reciprocidad en la atracción del momento.

— ¿El tipo de la barra de anoche es un profesor? —cuestionaba sorprendido.

TaeHyung fruncia su ceño, una sensación rara se asentaba en su estómago mientras su mano apretaba con fuerza su taza de té.

— Touché ¿Te fuiste con él, cierto? Porque minutos luego de que te fuiste, él salió disparado y yo ví con mis ojos de ebrias,.las chispas salir de esos hermosos ojos.

SeokJin carcajeaba divertido—. Ah Mina, no. No me fui con el profesor Kim Soo-Hyun —exclamaba distraido—. Solo nos-... —cuando notaba que TaeHyung no parecía estar oyendo su conversación, suspiraba—. Solo nos presentamos, eso es todo... Ya dile al resto que no me inventen un romance con un profesor ardiente. Gracias por tu curiosidad disfrazada de preocupación —añadía con una sonrisa.

Profesor ardiente, aquello había retorcido las entrañas de TaeHyung.

Mina soltaba un par de chistes y palabras, para luego cortar el llamado. Suspirando dejaba el teléfono sobre su mesa, esperando alguna mínima reacción de algo de TaeHyung, pero nada... Excepto cuando giraba y lo invitaba a continuar su pintura. Era simplemente neutro, algo apagado, pero lo trataba con un extraño respeto. SeokJin sentía que perdería la cabeza pronto, estaba comenzando a enojarse con este TaeHyung todo maduro y adulto.

No estaba comprendiendose a si mismo, TaeHyung y su personalidad usualmente lo sacaban de quicio, este TaeHyung adulto y totalmente maduro era exasperante o quizás sentía que no tenía su total atención, pero era ridículo pensar eso cuando estaba posando desnudo en su cuarto especial con el sol pegando de frente y los ojos de TaeHyung encendidos al pintarlo.

Luego de unos minutos de música baja ambientando el momento, TaeHyung aclaraba la garganta y tronaba su cuello.

—No falta mucho —decía el pintor—. Solo un par de detalles, pero ya te dejaré ir... Seguro tienes planes —decía, comenzando a tronar su cuello.

Le había resultado un sacrificio no quedarse viendo esa hermosa piel con algunas pequeñas marcas de pasión que había dejado, otra vez.

SeokJin se estiraba, masajeando su cuello y TaeHyung lo sorprendía y se sorprendía a sí mismo cuando preguntaba;

— ¿Quien es Kim Soo-Hyun y por qué te relacionan con él?

SeokJin lo miraba con sorpresa, pero respondía naturalmente, no dándole la importancia que deseaba a la reacción ajena.

—Sólo es un hombre al que casi conquisto anoche en el bar —decía, encogiéndose de hombros y poniéndose de pie.

TaeHyung lo miraba con desesperación mal disimulada, recorriendo su cuerpo y cada rincón con sus ojos como si quisiera memorizarlo, tocarlo y besarlo, pero optaba solo por la primera.

— ¿Y qué sucedió? ¿No lo conquistaste? —preguntaba mirando a SeokJin con mortal seriedad.

El castaño esbozaba una sonrisa sin gracia, caminaba en dirección a un TaeHyung que seguía sentado y alzaba su mirada cuando lo tenía cerca para evitar mirar la larga longitud endureciendose a cada segundo que hablaban.

SeokJin estiraba su mano y finalmente acariciaba un rizo rebelde que TaeHyung había tenido todo ese tiempo en su rostro. Lo llevaba detrás de la oreja del pintor y lo veía tragar el nudo en su garganta mientras sus ojos se cerraban muy apenas de forma perceptible.

—No —exclamaba—. Deje de hablar con él y me fui contigo.

TaeHyung relamía sus labios, estaba desesperado por inclinarse hacia el tacto y por saborear a SeokJin que sus manos se levantaban por sí solas para tomarlo de las caderas, pero nuevamente el teléfono sonando de SeokJin interrumpía.

—Umm... Lo siento yo-... Es el sonido de mi madre llamando —mencionaba.

TaeHyung se ponía de pie y asentía frenéticamente—. Seguro. Terminamos aquí, yo tengo una cita en menos de una hora así que... Creo que es momento de~...

—Claro —exclamaba SeokJin—. Me iré.

TaeHyung era un personaje peculiar para su psicóloga y personaje peculiar en general. Horas más tardes de haber despedido a SeokJin de su apartamento, estaba vestido muy peculiarmente dramático, sentado en el sofá de la Dra. Lee.

—Es una hermosa tarde para estar todo de negro y es extraño... Usualmente no vistes ese color —mencionaba suavemente.

TaeHyung se encontraba cruzado de piernas, sentado erguido, cara de póker y anteojos de sol cubriendo sus ojeras. Era, en cierto punto, una visión divertida.

—No estoy de humor querida... Estoy velando parte de mí —mencionaba.

La Dra. Lee fruncia su cejas y torcia su cabeza—. ¿Qué parte? ¿Por qué dices algo así?

TaeHyung suspiraba, su voz era grave y su ánimo apagado.

—Tengo una pregunta para ti —decía a cambio.

La Dra. Lee alzaba sus cejas una vez más —. Seguro. ¿Cuál es?

TaeHyung relamía sus labios, se quitaba sus lentes y con la misma mano fregaba uno de sus ojos, mientras suspiraba. La dra. Lee estaba sorprendida de que el hombre se veía preocupado, perturbado por algo.

Dejando caer sus manos sobre sus piernas cruzadas, TaeHyung se movía con suma elegancia, mientras su rostro era petreo, miraba alrededor de la oficina y luego posaba sus orbes negras en algún lugar de aquel cuarto.

— ¿Cómo te das cuenta que ya no deseas simple sexo de alguien más? —exclamaba—. Me refiero ¿Cómo logras diferenciar que es... ? —sus labios hacían una mueca—. ¿Cómo diferencias que es amor y no lujuria en su máxima expresión? ¿Cómo te das cuenta que es más que atracción física, más allá de una obsesión...? ¿Cómo ~...? —un suspiro se le escapaba y su cabeza caía mientras sus ojos se apretaban.

Se veía demasiado confundido y vulnerable. También había un borde delicado de furia.

— ¿Te refieres a Seo-...?

—Sólo responde mi pregunta... —pedía—. ¿Cómo lo hago? ¿Cómo se supone que logré diferenciarlo? —sus ojos miraban fijamente a la Dra, finalmente y preguntaba—. ¿Cómo sé que tengo sentimientos buenos y algo para darle más allá del sexo? ¿Cómo sé si soy lo suficientemente bueno?

Buenas buenas, ayer mencioné que estaba un 80% y algo segura de actualizar bueno, por eso era 80% y algo y no 90% y tantos 😅

Perdón la demora, la mayoría sabes lo motivos de mi cabeza funcionando en cámara lenta con respecto a mis fics, y si no saben... Pregunten, pues no anduve de haragana por pura gracia.

Este fic está on fire... Sí, sé que tardo en actualizar pero como verán lleva máxima atención para mí el escribir y hacerlo bien sin romper el hilo y la conexión de todos los personajes de mis fics en emisión. Esta historia está bastante avanzada como muchas. No digo que esté llegando al final porque aún no, pero tampoco está iniciando... En fin

Vante está todo perturbado y por si no se notó, lo golpeó la necesidad de ser más para SeokJin y poder brindarle algo bueno, SeokJin por su lado está intentando no volver a invadir lo, estodo ufff...🥹amo como puedo jugar con estos personajes es tan xnwndnsjskq bueno.

Tengan buen martes ♥️💜

Con amor, Niñita Nanyta 💜

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