🎨- XXIII
SeokJin se encontraba desnudo, pero extrañamente cómodo, a pesar de estar a punto de ser pintado... Retratado, inmortalizado en un pintura por siempre.
Era una sensación extraña, aunque no era el único desnudo, TaeHyung estaba casi tan libre como él, con una copa de vino, en mano y un bóxer casi diminuto. Sip, era extrañamente ajustado y corto, aferrándose a su cintura y sobresaltando esos glúteos que SeokJin no podía dejar de ver. Y ese bulto de su bonita y apetecible polla.
—Me encanta que me veas el culo cada que pasó por enfrente de ti —añadía sin filtro—. O mi polla.
SeokJin sentía sus orejas ponerse calientes y rojas. TaeHyung se detenía frente a él y lo miraba confundido para luego sonreír dulcemente.
— ¿Qué? —preguntaba el castaño.
—Te sonrojaste, tus orejas... Tu rostro toma apenas un tono leve rosado, pero tus orejas son fuego... Me acabas de romper en dos y te pones tímido, increíble —mencionaba divertido.
SeokJin chasqueaba su lengua y recibía la copa de vino que TaeHyung le extendía.
—Sólo dime dónde debo sentarme y cómo... Me siento con coraje
—Un trato es un trato —exclamaba TaeHyung—. Sientate ahí —pedía, señalando el sofá frente a su lienzo en blanco, justo con la ventana dando de lleno allí y el sol anaranjado del atardecer que golpeaba para ese horario.
— ¿Cómo quieres que me ponga? —preguntaba.
TaeHyung lo miraba y su ceño estaba fruncido. Estaba pensativo y haciendo un puchero. SeokJin quería morderle esa boca, pero por supuesto, no lo haría.
—Ponte de lado, y tira tu cabeza hacia atrás —mencionaba—. Como cuando no me soportas, suspiras y echas tu cabeza hacia atrás, así —exclamaba específicamente, mostrándole cómo.
SeokJin se le quedaba viendo y reía—. Sí, sé a qué te refieres con eso de no soportarte —se mofaba, TaeHyung le replicaba, pero con voz chillona y rodaba sus ojos.
—Hazlo... Por favor —pedía suavemente luego, la piel de SeokJin sentía ese escalofrio peculiar. Luego TaeHyung añadía—. Y ponte de perfil, esa preciosa y larga polla no la verá nadie más que yo.
SeokJin mordía su labio inferior y acataba la orden, pero cuando echaba su cabeza hacia atrás, él sabía...
—Hombre, no voy a aguantar esta maldita pose —decía incómodo.
—Me vale "hombre" —repetía TaeHyung, con ese tono irónico—. Sostente con tu mano, como sea... Te quedas así, comenzaré con el boceto y quiero hacerlo bien, así que en te imploro que seas paciente —pedía suavemente.
SeokJin lo miraba unos momentos y notaba el extraño ruego en sus ojos negros. Estaba seguro que le dolería la espalda o el maldito cuello, pero bueno, si era sincero consigo mismo, él quería hacer esto.
Ahora simplemente no podía ni quería que TaeHyung se sentará allí por largos minutos para mirar atenta y minuciosamente a otra persona que no fuera él.
Suspirando y bebiendo un último sorbo de vino, tronaba su cuello, se posicionaba en la cómoda banca que TaeHyung le había proporcionado minutos atrás y en dirección a la ventana, de perfil al pintor, se sentaba, echaba su cabeza hacia atrás y procedía a sostener su cabeza o mejor dicho, presionaba su mano contra su nuca y aplicaba presión. Él sabía que dolería luego.
TaeHyung suspiraba o resoplaba o exhalaba exageradamente, mientras movía sus hombros y tronaba rápidamente su cuello.
Tomando su lápiz negro favorito, comenzaba.
La luz que entraba por el ventanal en ese horario lograba un precioso matiz y contraste en la piel suave y blanquecina de SeokJin e incluso hacía resaltar ese chupetón que tenía en su largo cuello. La marca con la que TaeHyung había mencionado que quería dibujarlo y joder que, le encantaba lo bien que se veían sus besos apasionados plasmados en esa zona del cuerpo de SeokJin. En esa perfecta y sedosa piel.
« Enfócate » pensaba, cuando notaba lo mucho que apreciaba cada maldito rincón del cuerpo de SeokJin.
Le gustaban las curvas que formaban su espalda en esa pose, le gustaba las marcas en su brazo, el sombreado en diferentes zonas donde la luz del ventanal no lograba llegar con éxito. El brillo en su piel y luego su rostro, SeokJin tenía su cabeza echada hacia atrás y sus ojos cerrados. Se veía tan bien. Perfecto.
Esa era la definición correcta, sus pestañas bailaban de perfil, su nariz era sutilmente pronunciada y sus labios rellenos cual suave algodón de un color rojo que no se desvanecía. Los minutos pasaban y SeokJin estaba aguantando, suspirando de vez, en cuando, pero no se quejaba y TaeHyung le agradecía, porque cuando se daba cuenta del tiempo que le había llevado el boceto, caía en cuenta lo mucho que había repasado sus labios, su perfil completo, las sombras en su brazo, en su cuerpo de lado.
Estaba babeando por el simple boceto, sin siquiera haber comenzado la verdadera acción. Cada vez que que trazaba una línea más gruesa sobre la espalda, brazos o los labios de SeokJin, sentía que su polla estaba gritando dentro de sus bóxers.
— ¿Puedo hacerte una pregunta? —SeokJin hablaba finalmente.
TaeHyung apretaba sus dientes y fruncia su ceño para mirarlo por detrás del lienzo. Su postura era recta por el momento y se veía extrañamente elegante y tan atractivo. Aunque solo era un plus, TaeHyung usualmente era elegante y siempre, jodidamente atractivo las veinticuatro horas del día o al menos las veces que SeokJin lo veía.
El pintor sentía el tirón en sus bolas tensas y su polla queriendo erguirse y crear una carpa en su ropa interior, pero se concentraba y suspirando, tarareaba en acuerdo con la pregunta de SeokJin.
El castaño parpadeaba cuando obtenía una respuesta positiva, bien—. ¿Cómo era la relación con tus abuelos?
El hilo silencioso entre su pregunta y la respuesta de TaeHyung, parecía eterno, hasta que el pintor hablaba.
—Abuela —decía secamente. SeokJin rompía la pose y lo miraba—. ¿Podrías resistir solo un poco más? —pedía, tenso, pero concentrado.
SeokJin fruncia el ceño y obedecía, poniéndose como estaba anteriormente—. Tú mencionaste que tus padres te habían enviado con tus abuelos de niño-...
—Pero no tenía relación con él —respondía de forma cortante.
El silencio pasaba, pero el futuro abogado soltaba su siguiente pregunta.
— ¿Por qué?
—Porque no, siguiente pregunta o mejor... —TaeHyung levantaba su lapiz—. Cierra esa preciosa boca tuya que casi acabo. Gracias.
SeokJin hacía una mueca, de acuerdo, él podía ser muy paciente. Jodidamente paciente si la situación lo requería.
Minutos más tarde, el boceto era acabado y TaeHyung le daba pase libre a SeokJin de poder moverse.
—Mierda ¿Puedo ver? —preguntaba, poniéndose de pie y sonando los huesos de su espalda, cuello y brazos.
TaeHyung quería decirle que era un jodido dramático, no había demorado tanto ¿O si? Pocas veces perdía rastro del tiempo y había remarcado bastante algunas líneas.
Sacudiendo su cabeza y bebiendo toda su copa, exclamaba—. Solo es un boceto, pero adelante... —levantaba su mano desinteresadamente y SeokJin caminaba hacia él en toda su gloria.
Desnudo, perfecto y... Bueno, TaeHyung se alegraba de no ser el único que estaba empezando a levantar una maldita tienda en su entrepierna, pero no le hubiera incomodado en absoluto ser el único excitado. Era un hombre sano y con una libido alta. No tenía nada que ver con darle demasiado poder al hombre desnudo, ahora, pegado a su lado, viendo asombrado un simple boceto de él.
—Esto es... —SeokJin se quedaba sin palabras y TaeHyung nunca se había sentido más orgulloso de un simple boceto, porque solo eso era—. Soy yo, realmente soy yo —susurraba, trazando con sus dedos la líneas negras del lienzo.
TaeHyung sentía cálido su pecho cuando SeokJin admiraba su trabajo por segunda vez. El primero había sido el Jinnie chibi, pero esta reacción de SeokJin era más... Deslumbrante, él realmente era más hermoso que el mismísimo boceto y TaeHyung se encontraba amando su admiración y su reacción.
« Tu ego lo disfruta » se decía a mismo, pero en realidad solo era la sensación de tener a SeokJin admirandolo.
Solo se trataba de SeokJin y su admiración silenciosa y encantadora hacia él.
Aclarando su garganta exclamaba—. Mi abuela era una madre, para mí —soltaba de la nada, SeokJin alzaba sus cejas y evitaba verlo para que no se espantara y cerrará la boca, quería saber más—. Ella me crió y cuidó de mí hasta su último aliento.
La voz del pintor había sonado tan apagada que SeokJin suponía que un sentimiento tan agrio no era digno de ser fingido, ni siquiera por alguien como TaeHyung.
De repente quería saber más de la mujer que lo crió y cuidó, pero sentía que quizás era mejor en otro momento, por lo que preguntaba:
— ¿Y tu abuelo?
TaeHyung tronaba su cuello, tomaba una manta que tenía a su alcance y se la extendía a un SeokJin que había olvidado que estaba desnudo.
Cuando sus miradas se encontraban TaeHyung respondía—. Él es el creador del hombre que soy hoy.
SeokJin se quedaba parpadeando y pensando en su respuesta, pero antes de que pudiera decir lo que fuera, TaeHyung ya no estaba en la habitación.
Podría decirse que cuando SeokJin estaba vestido y listo para irse, TaeHyung estaba un poco más ligero de lo esperado. El vino ingerido, había sido bebido como agua y él, sediento como si viniera del desierto.
— ¡SeokJinnie Ichinnie Kochinnie! —gritaba desde el sofá.
Mientras se ponía de pie y se tambaleaba un poco. El castaño estaba demasiado sorprendido, solo se había demorado unos minutos mientras tomaba una ducha que el mismo TaeHyung le había ofrecido darse y luego se había cambiado. ¿Cómo diablos estaba así en tan poco tiempo?
— ¿Cuánto bebiste? —preguntaba, acercándose al pintor, quien llevaba solo un pantalón chandal puesto y se sacudía un poco, mientras lo sostenía por el hombro y su mano se posaba en la mejilla de TaeHyung para inspeccionar su rostro—. ¿Qué sucedió? —susurraba suavemente.
TaeHyung sentía una quemazón en sus ojos y aspiraba fuertemente, listo para tirar alguna respuesta sarcástica, pero los ojos de SeokJin detonaban una preocupación que le enviaba una calidez por todo su cuerpo, acompañado del escalofrío que provocaban las yemas de los dedos del castaño sobre su rostro.
Suaves y acariciando sin prisa.
Pasaba el nudo que se había hecho en su garganta y reía secamente—. Bebí menos de lo que crees —luego se acercaba otro poco a SeokJin, rozando su nariz a la ajena y hablando por encima de esos labios—. En la semana estaré ocupado ¿Podemos reservar este día y mismo horario para continuar?
Sus ojos estaban tan dilatados y su lengua se arrastraba en cada palabra. SeokJin fruncia su ceño.
—Necesitamos otro día o el horario oficial del inicio cuando pactamos vernos hoy. Dejé mi sesión en el psicólogo por venir aquí antes —mencionaba, rascando su nuca—. Los sábados lo tengo más ligero ¿Qué hay de ti? —preguntaba dulcemente.
Él no tenía el derecho de regañar al tipo por estar ebrio, pero no le gustaba. Sentía que era su culpa por preguntar la historia detrás de sus abuelos. Y aún le daba vueltas en su cabeza la respuesta de TaeHyung. Sin mencionar que este ya estaba un poco "vivaracho" cuando había llegado.
Con una U invertida y hombros encogidos TaeHyung respondía a su pregunta sobre sus sábados y su ritmo, SeokJin aún tenía su mano en su rostro y acariciaba con su pulgar, obligando al pintor a concentrar todos sus sentidos en esas caricias y en la mano que, de su hombro había pasado a su cintura, sosteniendolo allí.
—Para ti, cualquier día... —susurraba el pintor.
«Idiota» se reprendía "Vante".
SeokJin forzaba una sonrisa—. ¿Qué tal si bebes mucha agua y limpias tu sistema del alcohol? No quiero dejarte así... —mencionaba.
«Imbécil» se decía SeokJin a sí mismo, pero no podía apartar sus manos de TaeHyung, ni podía evitar preocuparse.
—Entonces no me dejes... —susurraba TaeHyung, con esa sonrisa borracha mientras sus ojos se entrecerraban y posiblemente, SeokJin veía corazones dibujados en ellos.
O lo alucinaba, lo deseaba, porque él se sentía sumamente perdido como para salvarse a sí mismo de un hombre como TaeHyung.
La frase lo descolocaba, hasta que TaeHyung parecía recibir un poco de lucidez y se percataba de lo que había dicho. Así que a grandes y duras penas se alejaba del castaño, de su toque hipnótico y sus ojos brillantes con pestañas bonitas y su boca, cual cereza reluciente y apetecible.
—Estaré bien, vete... —añadía, ondeando su mano despectivamente—. La clave es 3204.
SeokJin apretaba sus dientes por haberse estrellado contra el iceberg Kim TaeHyung y se daba la vuelta para salir de allí, cuando llegaba a la puerta y ponía la clave, estaba listo para irse sin mirar atrás, pero la voz de del azabache, lo detenía.
Era igual de grave, pero con un contraste extrañamente dulce, cuando exclamaba—: Gracias por haber venido hoy y... Gracias por ser como eres conmigo.
SeokJin se giraba, era una fuerza mayor la que lo hacía mirar a ese hombre una última vez antes de salir. Él podía decirle "de nada" o "cuando quieras"... Pero simplemente optaba por sonreír y no era cualquier sonrisa, era esa dulce y pequeña que hacía con suma cautela y dulzura a la vez mientras asentía y cerraba sus ojos a la par por unos breves segundos
TaeHyung quedaba satisfecho, en más de un sentido. Pero también, enormemente mortificado y eso era tan extraño.
TaeHyung estaba totalmente desequilibrado para el fin de semana. Aprovechando que Namjoon no había vuelto a insistir con una salida de hermanos, él necesitaba que su cabeza no estuviera todo el maldito tiempo en SeokJin y su cuerpo. En SeokJin y su forma de besarlo. Nuevamente en SeokJin y su forma de tocarlo, de hacerlo suyo... En sus ojos, sus manos, joder.
—Esto no puede seguir así, TaeHyung —se reprendía en sábado por la noche—. Vas a salir y algún desconocido terminará en tu cama bien follado y satisfecho. Así es como dejaras de pensar en un simple mortal veinticuatro siete.
Esa misma noche, horas después, una persona como TaeHyung, tenía un grupo de gente dónde los tenía comiendo de su mano, haciéndoles creer que eran importantes, al menos para salidas salvajes, por lo que había recurrido a encontrarlos en una discoteca a ciertas horas de la madrugada del domingo.
— ¡Kim TaeHyung, Aka Vante! —decía un chico de camisa floreada, TaeHyung tenía problemas para recordar su nombre por lo que siempre recurría a saludarlo de esta forma...
— "Cariño" —decía, dándole dos besos en las mejillas, a él y al resto.
El chico era poco más bajo, labios finos, ojos bien rasgados, tes blanca y TaeHyung no lo encontraba atractivo en absoluto, pero le gustaba como siempre parecía predispuesto a chupar sus pies. Y seguramente, su polla también. Su nombre era Min-Seok, pero no había forma en el cielo e infierno en que TaeHyung se tomará el tiempo de intentar recordarlo.
Luego de eso, charlas sin sentido y halagos al talento y belleza del pintor pasaban como una dosis de droga para un maldito adicto y había conseguido dejar de pensar en SeokJin.
«Ellos me aman... Sin tanto drama, no como SeokJin, que solo busca ver lo peor y me lo dice sin tapujos»
Bueno, casi había funcionado.
Cansado de toda su maldita obsesión y quizás algo de aburrimiento, decidía acelerar las cosas y la presa más fácil era el "cariño" del grupo de falsos amigos que tenía para momentos como estos. Así que contorneando sus caderas y seduciendo a su presa, se posicionaba detrás del chico y sentía como este empujaba su trasero contra su—poca interesada, pero desesperada por ser usada—polla.
—Te vas conmigo —susurraba el profesor en la oreja del chico poco más bajo que él y para nada parecido a SeokJin.
Era una afirmación, no era pregunta, ni invitación. Solo un hecho.
Girando su cabeza, Min-Seok exclamaba—. Te estabas jodidamente tardando.
TaeHyung sonreía de esa forma tan engreída y ponía su mano sobre su nuca, posesivo y decidido a salir de ahí sin darle explicaciones a nadie. No se había tomado el tiempo de seducir demasiado a Min-Seok porque lo tenía detrás de él hacía un tiempo, tampoco se había esmerado en querer besarlo porque no le nacía tal cosa. No deseaba su boca o conocer su sabor. No lo hacía sentirse desesperado y hambriento, ni mucho menos lo hacía calentarse al punto de teñir sus mejillas a rojo.
Pero un cuerpo era un cuerpo y le serviría para dejar de ser esta cosa continuamente famélico por Kim SeokJin. Y un culo era mejor que un maldito tubo masturbador donde meter su polla.
Claro que para su sorpresa—y no muy grata—Min-Seok lo detenía a mitad de la pista, camino a la salida y lo besaba. El hombre lo deseaba hacia un tiempo, pero no podía decirse lo mismo de TaeHyung, pero por supuesto él daría vuelta su mundo y pondría todo de sí para que ese chico sintiera sus piernas de gelatina, junto a su polla dura y su agujero deseoso... Así que lo besaba como si lo deseara.
Y por supuesto, había conseguido dejarlo tembleque y ansioso. Ojos llorosos y lujuriosos con pupilas dilatadas. La excitación que ese hombre sentía por TaeHyung, era suficiente para que el ego de este se inflara un poco junto con su polla. Así que le sonreía de lado, tomaba su muñeca y lo arrastraba fuera.
Kim SeokJin, por su parte, estaba tapado de estudios y con un maldito té de jengibre para su dolor de cabeza potente, cuando su teléfono sonaba, haciéndole saltar en el silencio de su apartamento.
Tomándolo, miraba la pantalla y veía el nombre de Eun Woo en él.
—Hey, bestia...
— ¡Jin! ¿Me oyes? —preguntaba.
El bullicio que venía del otro lado de la llamada, le hacía saber que Eun había salido esa madrugada, pese a que él había rechazado su invitación debido al estudio pendiente.
—Ruidoso, pero te oigo ¿Qué sucede? —decía, sobando su sien con sus dedos para aliviar el dolor.
— ¿Lo tuyo con el psicópata es exclusivo? —soltaba de la nada.
SeokJin fruncia su ceño—. ¿Te refieres a TaeHyung?
—El mismo.
SeokJin resoplaba—. No lo es ¿Por qué?
Eun Woo resoplaba—. ¿Te acuestas con él?
SeokJin abría sus ojos enormemente ¿A qué venía tal pregunta, un domingo en la madrugada por parte de su mejor amigo?
— ¿Estás ebrio? —preguntaba sin más.
— ¡Nah! —soltaba sin titubeos—. ¿Es tu único alimento o estás picando en otros lares?
SeokJin no podía creerlo, no es que tuviera problemas con tener este tipo de charlas con Eun Woo, pero era jodidamente raro su tono de voz.
—No es exclusivo y solo follamos una vez... Por el momento —añadía más bajo.
Eun Woo chasqueaba su lengua una vez más—. Sí, no es exclusivo —decía con sarcasmo—, pero tu polla se mete solo en su culo, no olvides usar protección. Cualquiera le viene bien a ese tipo porque lo acabo de ver irse con uno tan llamativo que, guarda y te contagian algo —luego cortaba el llamado.
Y SeokJin quedaba en blanco, su corazón perdiéndose un palpito.
« ¿TaeHyung con alguien más? » pensaba para sus adentros.
Luego arrojaba su teléfono frente a él y fregaba su rostro. ¿Qué importaba? No eran exclusivos, pero joder que, no podía pensar y desear a nadie más que no fuera TaeHyung. ¿Cómo podría follar con otra persona si su cuerpo solo deseaba el de TaeHyung? ¿Cuál sería la jodida gracia? Y por supuesto no todos tenían que ser como él, pero...
—Mierda —musitaba, apretando sus dientes.
Quitándose sus lentes, tomaba su teléfono y veía los estados de TaeHyung, pero usualmente no subía nada, excepto una simple foto de él, luciendo despampanante.
Enojado consigo mismo, tiraba el teléfono y se obligaba a no dejar que su cabeza vuele demasiado alto, de todas formas, ellos no tenían nada.
—Solo soy el tipo al que quiere pintar desnudo y con el que folló porque teníamos que sacar esto de nuestro sistema —decía, hablando solo—. Bien, no saque una mierda de nada, pero no es el fin del mundo y TaeHyung no es lo mejor para mí.
Y un nudo en su estómago se formaba.
Cuando la semana había iniciado, el castaño había intentado comunicarse con su psicólogo, Namjoon, pero extrañamente, no estaba respondiendo sus mensajes. Los primeros días había creído que estaba bien, "seguro y estaba jodidamente ocupado". Pero para el jueves, SeokJin se preguntaba porque no había respondido cuando le mencionó que le agradaría sumar los cuarenta minutos que le habían quedado a favor de la última vez que había salido corriendo por TaeHyung.
Y es que el pintor lo tenía a mal traer... No se habían hablado en absoluto, pero podía decir que TaeHyung estaba jugando sucio a la distancia. Estados provocadores, fotos subidas de tono... Y SeokJin más de una vez se había preguntado si estaba solo o continuaba durmiendo con alguien más.
Era insano y para cuando recibía un llamado de Kim Namjoon, las cosas no habían mejorado.
— SeokJin ¿Cómo has estado? —preguntaba con esa voz amable que lo caracterizaba.
—He estado... —respondía a cambio—. Perdón que estuve algo insoportable en la semana, me encuentro inquieto... Un poco.
La risa grave de Namjoon era cálida—. Lo lamento, estuve con unos trabajos especiales pendientes y luego de tus mensajes, me pareció correcto llamarte.
—Creí que tú también me evitabas —osaba burlarse.
La línea quedaba en silencio, hasta que Namjoon volvía a hablar—. No te preocupes, te espero mañana. Solo necesitaba preguntar si ¿Prefieres tus cuarenta minutos antes o después?
SeokJin sonreía, Namjoon era tan amable.
— ¿No debería su asistente contactarme? —se burlaba.
La risa grave de Namjoon resonaba una vez más y quizás se encontraba mareado y emocional, pero le parecía jodidamente atractivo.
—Me pareció que lo correcto sería hacerlo yo mismo —respondía, luego suspiraba y SeokJin no lo conocía en absoluto, pero había algo extraño en su tono de voz, no parecía tan relajado como siempre... Quizás y tenía muchas cosas en la cabeza ajenas a él.
—Antes, estaría bien —respondía, para luego finalizar la llamada.
Al día siguiente, cuando SeokJin se encontraba sentado frente a Namjoon, las palabras no salían. O no querían salir.
— ¿Qué tal tu semana? ¿Cómo van los exámenes y trabajo para tu carrera? —preguntaba el psicólogo Kim.
SeokJin sonreía y rascaba su nuca—. Bien, eso creo... Intento no distraerme demasiado, este es mi año con respecto a mi carrera.
Namjoon asentía y sonreía dulcemente, sus hoyuelos protagonistas y su mirada era extrañamente tímida para SeokJin, ese día.
— ¿Qué tal tu trabajo? —preguntaba luego.
SeokJin no estaba seguro si sabía que su cabeza era un auténtico lío o el doctor Kim quería evitar las verdaderas razones detrás de sus sesiones. Cómo sea, SeokJin lo había tomado como una salida, hablando respecto a su trabajo y estudios. Luego había hablado sobre Eun Woo por primera vez e incluso había notado que Namjoon creía que había más que simple amistad por parte de su amigo, dejando a SeokJin pensando demasiado sobre los "celos" de TaeHyung al respecto y viceversa.
— ¿Tú solo ves a Eun Woo como un pequeño hermano? —preguntaba Namjoon—. ¿O hay algo más allí que no logras entender?
SeokJin abría su boca y luego la cerraba—. Nunca me puse a pensarlo, es ridículo. Conozco a Eun desde niño —respondía, con su mirada viajando por el despacho de Namjoon.
— Eso, con más razón podría significar que haya desarrollado sentimientos más que amistosos hacia ti ¿No lo creés posible? ¿No te has fijado en alguien mayor cuando crecías? ¿O alguien complicado e imposible?
SeokJin lo miraba, finalmente, luego de recorrer toda la habitación sin sentido.
—Ahora mismo estoy en algo complicado... Más que cualquier otra conexión que he tenido antes —susurraba.
Namjoon se tensaba en su asiento, su mentón se marcaba y dejaba que SeokJin expresará lo que deseaba.
—Hablamos del pintor ¿Correcto? —preguntaba, mirando con calma como la posición de SeokJin cambiaba, su cuerpo se ponía más tenso y sus rasgos más duros.
—Dormí con él y creo que fue un error —exclamaba.
— ¿Por qué crees que fue un error? ¿No te sentiste bien cuando finalizó? ¿Él fue distante?
SeokJin suspiraba—. Me pintó, bueno comenzó con el boceto después de eso... Pero, él esconde mucho y yo me estoy involucrando demasiado.
Namjoon suspiraba, no quería pensar en TaeHyung, sino solo "el pintor", pero a decir verdad, no quería tocar el tema. Había pensado toda la semana que lo mejor y más profesional era derivar a SeokJin con otro colega. Y eso era exactamente lo que había estado averiguando, el mejor de sus colegas que podrá entender a su pronto, ex paciente y sería de ayuda.
Una cosa era tomar una café de vez en mes y ponerse al día con Dong-Gun y otra muy diferente, ser el psicólogo del amante de su hermano, quien por cierto, no tenía idea al respecto. No era correcto, SeokJin no lo merecía. Claramente, ya tenía mucho con lo que lidiar si estaba tan interesado en alguien como su hermano.
Suspirando, hacía una breve pregunta—. ¿Por qué crees que te estás involucrando demasiado? Quizás solo te guste mucho, pero sea algo que puedas superar ¿Has pensando en salir con otras personas?
—Yo no, pero él sí —se quejaba.
— ¿Tienen algo exclusivo? —preguntaba confundido.
SeokJin reía secamente y negaba con su cabeza—. Para nada... Pero joder que es bueno haciéndome creer que solo se derrite por mí
—No sería el primer ser humano en hacer eso, algunos simplemente pueden acostarse con otros, especialmente si no hay nada exclusivo... —mencionaba Namjoon, intentando ser más relajado.
—Lo sé, es solo que soy el tipo de hombre que duerme con uno a la vez —se encogía de hombros, parecía recordar algo, sonreía y chasqueaba su lengua, sacudiendo su cabeza.
— ¿Qué recordaste? Si puedo saberlo... —mencionaba Namjoon con dulzura.
SeokJin se encogía de hombros—. Creí que estábamos en la misma extraña sintonía, pero él puede pasar de mí sin problemas y creo que yo tendré muchos, si me quedo —admitía.
Namjoon asentía, suspirando también y pensaba cuidadosamente en sus siguientes palabras.
—Creo que saber sobre lo que este hombre sufre o con lo que fue diagnosticado, te hace pensar el doble en las cosas que suceden entre ustedes —exclamaba—. Si te pidió ser su musa, bien puedes optar por renunciar-...
—No quiero —afirmaba SeokJin.
Namjoon suspiraba—. No te estoy diciendo que lo hagas —sonreía con dulzura—. Yo no puedo decirte que hacer, no es para lo que estoy aquí. Quiero hacerte ver un panorama completo de tu situación que te dé las herramientas para avanzar conforme a lo que creas mejor para ti. Todos los que vienen aquí esperan algo diferente. Considero que me estás pagando para ayudarte a alcanzar tus metas positivas lo más rápido posible. A otros les gusta desahogarse y hacer que escuche, puedo escucharte, lo que sea que quieras decirme que no puedas decirle a nadie más o que incluso te cueste admitir en voz alta.
SeokJin suspiraba y pensaba en lo que Namjoon había dicho, se tomaba su tiempo para pensar en silencio.
—Sé que tengo cierto efecto en él... —respondía.
—Y te dije que ahí te quedaras si lo creías correcto, para ayudarlo, pero si estas seguro que a la larga te afectará demasiado. Piénsalo dos veces, la decisión es tuya. Recuerda que también puede conectarte con otros, ver a alguien más si así lo quieres. Tú decides.
Al finalizar la sesión, Namjoon se daba cuenta que definitivamente TaeHyung no era algo bueno para SeokJin, lo podría decir él y lo podría decir cualquier otro que estuviera en su lugar o quizás no. Pero Namjoon admitía que debía de estar fuera y era exactamente el motivo por el cual, al día siguiente, SeokJin recibía una notificación por parte de la asistente del doctor Kim.
—Diga...
—Señor Kim SeokJin, lamento molestarlo. Soy Jeon Ha-Ri, la asistente del doctor Kim Namjoon
—Oh, sí... ¿Sucedió algo?
—Es mi trabajo comunicarle que el doctor Kim no podrá continuar las sesiones con usted, por lo que su corto expediente fue derivado al doctor Park Hun-Jin, quien se comunicará lo más pronto con usted, para continuar dónde quedó con el doctor K-...
—Momento, momento ¿Por qué está haciendo esto? ¿Fue algo que dije? ¿O hice? No mencionó nada sobre tirarme a alguien más —decía indignado.
¿Es que no podía conseguir un maldito psicólogo que no dejará de arrojarselo a otro?
—Oh, no lo tome personal, señor Kim-...
—Lo tomo jodidamente personal —decía, cortando a la secretaria quien, suspiraba cansina.
—El doctor Kim tendrá otros proyectos más complicados en un futuro, por lo que usted no es el único paciente del cual debe desconectar antes de que se avance un poco más y se pase el periodo de prueba y luego sea más complicado. Le aseguro que el Doctor Park al que fue derivado, es muy bueno y como me dijo el doctor Kim, sin traicionar su confidencialidad, él tiene más experiencia con gente que se encuentra en su misma situación —la chica era amable.
Jodidamente amablemente, pero SeokJin ya no se encontraba de humor para continuar.
—Si usted acepta esta derivación, puedo pedirle al doctor Park que lo contacte de inmediato —mencionaba, esperando y sin apuro, una respuesta de SeokJin.
El castaño suspiraba y se rendía ¿Qué mierda haría al respecto si otro psicólogo no podía hacerse cargo de él por tener otros pendientes? Y a decir verdad era su segunda sesión con Namjoon, recién era su periodo de evaluación con el hombre.
—Seguro. Gracias por llamarme —luego cortaba, sin esperar respuesta alguna.
Pero luego de ese llamado que lo había descolocado, entraba una llamada de Kim TaeHyung, la primera en días desde que habían tenido sexo y había hecho su boceto. Porque según lo planeado, el sábado se acercaba y se suponía que ese sería el día final elegido para continuar con todo.
No sabía por qué, pero estaba nervioso.
—TaeHyung —atendía sin más.
—Hey ¿Te molesto? —preguntaba el pintor.
—No ¿Cómo has estado? —decía suspirando.
TaeHyung al otro lado resoplaba—. He tenido mejores días, pero me encuentro ansioso por nuestra siguiente sesión... Sábado por la tarde, estaba bien ¿Cierto?
SeokJin suspiraba, aún no había tenido tiempo de poner a prueba eso de salir con otros, pero sentía que TaeHyung había estado usando sus estados para mantenerlo muy interesado y no había fallado. Aunque sabía que no era el único hombre para el pintor.
—Seguro, ahí estaré
—Genial, no puedo esperar —susurraba TaeHyung con voz ronca.
Una voz ronca y grave que le hacía cosas raras a su cuerpo y lo calentaba de adentro hacia fuera.
—Tampoco puedo esperar... Aunque ya no tengo tu marca en mi cuello —susurraba a cambio.
Él no era tan narcisista como TaeHyung, pero necesitaba saber que tenía algún efecto en el profesor pintor.
Y lo tenía, porque el resoplido de TaeHyung rozaba un maldito gemido que había puesto su piel de gallina.
—Puedo solucionar eso... Podemos solucionarlo —decía TaeHyung con voz áspera y un grave susurro que acaloraba a SeokJin.
Eso no era parte del trato, ya ni siquiera sabía si había un maldito trato.
—Te veré el sábado, entonces... —respondía con voz pesada debido a su excitación.
—O podemos vernos mañana. Salir y luego terminas en mi cama, con más marcas de las que deberías en ese cuerpo de infierno del que eres dueño, SeokJinnie Ichinnie Kochinnie —se burlaba al final, pero su voz sonaba tan ronca y excitada, que SeokJin no podía enojarse por el apodo.
Pero era el momento de decidir que hacer.
—Mañana viernes saldré con unos amigos al DM Lounge... Ya sabes —soltaba, intentando sonar relajado.
Un silencio al otro lado de la línea, lo hacía sentirse demasiado ansioso.
—Claro —decía la voz de TaeHyung, ya no sonaba tan ronco y excitado, parecía demasiado serio—. "Sé de estas cosas" —decía con un tono extraño—. Te veré el sábado, adiós.
Y el llamado se cortaba. Así sin más, pero SeokJin no sabía si sentir que había triunfado o no. Joder, aquello era una maldita locura.
— "Ya sabes" "Ya sabes" —repetía TaeHyung. Estaba en el salón de descanso hasta su próxima clase, pero todo lo que quería era salir y beber una maldita copa.
O dos, o una maldita botella entera. Dormir con el tal Min-Seok no había servido de nada y estaba cansado de cortar sus insistentes llamados. No había sacado a SeokJin de su sistema, ni de su cabeza y esa llamada era una maldita prueba de que algo dentro de él se incendiaba al suponer un escenario en dónde SeokJin estuviera con alguien más que no fuera él.
¿Y que tal si ese alguien más era el estúpido de su amigo "Eun Woo"?
TaeHyung no podía soportarlo y estaba tan desorientado y furioso que cuando recibía el siguiente llamado, no pensaba correctamente.
—Hey, TaeHy-...
—Tú y yo, mañana en el DM Lounge —exclamaba—. Tómalo o déjalo —decía sin agregar más.
SeokJin no estaba tan de humor cómo había esperado ese viernes. Había salido con un grupo de compañeros de la universidad que siempre lo invitaban a tomarse más de un trago al finalizar sus largas jornadas de estudio. Relajarse y criticar a algún que otro profesor que les hacía la vida imposible.
SeokJin al menos coincidía en eso.
Pero como siempre, cuando se encontraba interesado en alguien, le costaba poner su atención en otra persona y joder, TaeHyung consumía toda su atención. Aunque notaba en la barra que había un chico interesado a la distancia y ajeno a su grupo que no había dejado de mirarlo desde que había entrado y empezado a beber. Estaba seguro que lo había visto por los pasillos de la universidad, pero obviamente no compartían clases. Era atractivo y llamativo, podría ser de distracción.
—Con permiso, iré por un trago a la barra —decía, pocos lo oían, varios ya habían bebido demasiado y para cuando llegaba a la barra, el chico bonito a su lado sonreía sutilmente.
—Te he visto —decía el desconocido de sonrisa dulce.
SeokJin sonreía—. Eso no sonó terrorífico, en absoluto —decía con gracia.
El chico a su lado, que ahora de cerca, podía apreciar que era extremadamente atractivo, tampoco parecía tan chico, si no, alguien más de su edad o incluso más grande, quizás.
Cuando el pelinegro a su lado dejaba de reír, aclaraba—. En los pasillos de la universidad, te he visto —soltaba—. Eres muy llamativo.
SeokJin sonreía más relajado—. También te he visto, pero no tenemos clases en común —mencionaba.
El otro hombre sonreía—. Soy Kim Soo-Hyun —extendía su mano.
—Kim SeokJin —saludaba a cambio.
—He visto esa mesa con los mismos chicos y chicas por largos meses y es la primera vez que te unes —exclamaba como si nada.
SeokJin reía otra vez—. Para nada terrorífico —repetía.
El otro hombre abría sus ojos y rascaba su nuca—. Lo siento, es que no debería estar hablando contigo, sin embargo no tengo ganas de moverme —añadía.
SeokJin fruncia su ceño—. ¿Y por qué no deberíamos estar hablando? —cuestionaba.
El hombre a su lado, quien había estado apoyado sobre la barra, se giraba para quedar frente a SeokJin y respondía el por qué no deberían estar hablando, pero las palabras del hombre eran un sonido lejano que se entremezclaba con la música y sus ojos ya ni siquiera podían ver la bonita sonrisa con la que su acompañante le respondía.
Todos sus sentidos, estaban enfocados a un par de mesas de distancia dónde veía a TaeHyung sentado con otro hombre, bebiendo un trago y hablando, mientras hacía ademanes y caras entre aburridas y sonbradoras.
— ¿Me oíste? —preguntaba el tal Soo-Hyun.
SeokJin volvía a enfocar sus ojos en él—. Lo siento ¿Qué dijiste? Lo lamento —se disculpaba—. Un amigo está del otro lado del bar.
El pelinegro se giraba, no estaba seguro de quién hablaba, pero cuando giraba para ver a SeokJin, lo miraba divertido.
— ¿Un amigo o más que amigo? —preguntaba divertido.
SeokJin reía secamente, sacudiendo su cabeza—. Un amigo peculiar —tomando coraje, decidía ir a saludar ¿Por qué no? Era una agradable jodida coincidencia—. Te veré por ahí, iré a saludarlo.
El bonito hombre de ojos negros y labios pomposos le sonreía de forma sensual—. Estoy seguro que nos volveremos a cruzar... Si te arrepientes, estaré aquí un poco más, aunque no debería decir eso —exclamaba.
SeokJin solo sonreía sin tomar sus palabras en cuenta y se dirigía hacia la mesa de TaeHyung. No sabía por qué su corazón palpitaba tan rápido y fuerte, podía oírlo por encima de la música. ¿Era esto una coincidencia o TaeHyung lo había hecho a propósito? Y si fue así ¿Por qué mierda estaba con una cita?
Para cuando estaba a solo metros, TaeHyung lo veía y ambos se quedaban con los ojos fijos en el otro, sintiendo el pulso acelerado y la boca seca por la imagen sensual del otro.
Hambrientos, ansiosos.
—Hola, que coincidencia encontrarte aquí —decía SeokJin, parándose a su lado y sonriendo para luego mirar al acompañante y sonreírle unos segundos, hasta que la sonrisa se desvanecía—. ¿Tú?
TaeHyung relamía sus labios y fruncia su ceño notablemente. Hacía unos momentos estaba babeando por SeokJin, listo para caer en sus rodillas y chuparle la polla en pleno salón a la vista de todos, pero ahora una cólera le invadia su cuerpo cuando SeokJin miraba a su hermano y al parecer lo conocía.
Namjoon por su lado, estaba en shock.
— ¿Por qué conoces a mi hermano? —preguntaba TaeHyung y notaba la sorpresa en los ojos de SeokJin y la mandíbula apretada en Namjoon—. ¿Y tú por qué carajos conoces a mi Seok-SeokJin? A SeokJin —se corregía.
Mierda, TaeHyung.
El castaño quería decir algo acerca de el "mi SeokJin" que había oído de TaeHyung, pero lamentablemente, se encontraba totalmente sorprendido al ver que su ex psicólogo era nada más y nada menos que el hermano de TaeHyung.
¿Acaso esto era una maldita broma?
SeokJin quería mirar a TaeHyung, pero lamentablemente su ceño fruncido estaba enfocado en un Namjoon que lo miraba con ojos de disculpa e intercalaba viendo el rostro de su hermano menor lleno de extrañas emociones que de fingidas, no tenían un cabello.
— ¿Por qué se conocen? —repetía TaeHyung.
SeokJin lo miraba medio segundo y volvía a Namjoon ¿Qué se supone que le diría? Sin mencionar que el psicólogo le estaba rogando con sus ojos que "por favor" no dijera lo que iba a decir.
SeokJin apretaba sus ojos y suspiraba, volviendo a TaeHyung se encogía de hombros—. Solo salimos un par de veces —contestaba.
Creyendo quizás que, esa respuesta era mucho mejor que decir que era su ex psicólogo y le había contado algún que otra cosa sobre él. Porque si SeokJin se ponía a hacer memoria, jamás hubiera creído que "Namjoon" hermano de TaeHyung era el mismo maldito "Namjoon" su psicólogo.
Y si hacía más memoria, recordaba que TaeHyung no quería tener mucha relación con él, lo cual implicaría que no estaba interesado en contarle demasiado sobre su vida, así que estaba cien por ciento seguro que, pintar a Namjoon como un ex amante era mejor que la jodida verdad.
Pero la cara de TaeHyung era todo un poema que le hacía sospechar que quizás, no había sido la mejor respuesta.
— ¿Follaste con SeokJin? —preguntaba TaeHyung sin tapujos, su mano hecha un puño sobre la mesa y sus ojos llenos de furia.
El susodicho estaba sorprendido y ahora temía tanto por su vida, como por la de su ex psicólogo.
Namjoon abría su boca y alzaba sus cejas—. Puedo explicarlo...
—Oh, quiero jodidamente escuchar eso —decía el pintor.
Pero extrañamente SeokJin, reía sarcásticamente y luego miraba a TaeHyung, este no entendía el motivo de su risita.
— ¿Qué te sucede?
— ¿Qué te sucede a ti? —contraatacaba SeokJin.
TaeHyung alzaba sus cejas—. Me sucede que mí-... Mí- ¡Aish! Tú dormiste con mi hermano —decía, poniéndose de pie y señalandolo.
¿Qué diablos estaba mal con él y por que reaccionaba así? Sentía ira, enojo. Quería golpear a Namjoon y sacar a SeokJin de ahí.
—Tú follas con quién te plazca y yo no te digo nada —respondía.
TaeHyung alzaba sus cejas—. Yo no me follo a cualquiera —mentía.
Y SeokJin reía, reía sin gracia y se sentía estúpido. Demasiado estúpido y todo gracias a ese par.
—A la mierda con esto, demasiadas sorpresas en una noche —decía, saliendo de allí.
— ¡SeokJin, aguarda! — NamJoon iba a correr detrás del castaño, pero una mano en su hombro lo detenía.
—Tú, jodidamente, te quedas aquí... Hablaré contigo luego —soltaba TaeHyung, tomando luego su chaqueta y mirando a Namjoon como si quisiera evaporizarlo con su mirada penetrante.
Luego entre la gente lo veía irse, ahora entendía porque su hermano había estado mirando a los alrededores del lugar apenas habían llegado y porque lo había invitado tan impulsivamente cuando se suponía que lo había dejado a él, decidir el lugar para verse.
TaeHyung sabía que SeokJin estaría ahí al parecer, pero Namjoon nunca se hubiera imaginado que un día después de derivar al castaño con otro colega, se lo cruzaría para que al fin de cuentas supiera quién era realmente y la verdad de por qué lo estaba derivando a alguien más.
Mientras tanto, TaeHyung corría por las calles detrás de un SeokJin que no se detenía mientras caminaba lejos a toda prisa.
— ¡SeokJin! —llamaba TaeHyung.
Estaba creído que iba a tener que llamarlo de nuevo, pero para su sorpresa, notaba al castaño girar, aunque su rostro no era amistoso. Ni un poco.
— ¿Qué quieres? ¿Por qué me sigues? ¿No tienes alguien más a quien llevar a la cama?
«Joder» SeokJin estaba demasiado enojado para pensar antes de hablar.
TaeHyung entrecerraba sus ojos—. ¿Quieres que me vaya para que te acuestes con mi jodido hermano mayor?
— ¿Y eso a ti que te importa?
— ¡Que estoy compartiendo con Namjoon! —gritaba enfurecido, mierda se sentía tan inestable—... y yo no comparto mis cosas —susurraba luego.
SeokJin reía secamente—. No soy un maldito objeto... Imbécil
—No fue eso lo que quise decir —TaeHyung sonaba más serio y extrañamente apenado, pero luego su expresión cambiaba a una tensa y enojada—. ¡No puedo creer que follaste con mi hermano!
— ¡No follamos! —soltaba SeokJin—. Y si así lo hicieramos, no debería importante. Tú follas con quién se te da la regalada gana y no me ves a mí haciéndote una maldita escena
— ¡No he follado con nadie más que tú!
— ¡Mientes! —gritaba SeokJin—. Eun Woo te vio, la otra noche. El fin de semana pasado... —soltaba SeokJin.
TaeHyung abría su boca y la cerraba, mierda. Si hubiera sabido que lo vieron no había intentado mentir, aunque todavía estaba a tiempo de salvarse.
Él lo haría de todos modos.
— ¿Le crees al tipo que quiere comerte la polla desde hace quien sabe cuánto que vió a tu amante con alguien más?
—Eun Woo no mentiría y no eres mi amante —susurraba.
Pero luego de su última sesión con Namjoon, pensar en Eun Woo como alguien que posiblemente pudiera sentir algo por él, hacía a SeokJin sentirse extraño.
—Bien, no soy tu amante, pero-...
— ¿Follaste con alguien más? —preguntaba directamente.
TaeHyung apretaba sus dientes—. ¿Follaste con mi hermano?
—Solo tuvimos dos citas —respondía SeokJin, no era una mentira, para ser exactos—. ¿Follaste con alguien más?
TaeHyung apretaba sus dientes, aspiraba y largaba todo el aire por su nariz, en lo tardía de su respuesta, SeokJin no podía evitar tener esta mirada herida que hacía cosas raras con el interior de TaeHyung.
Maldiciendo, resoplaba—. Solo quería dejar de pensar en ti —susurraba, luego miraba hacia otro lado—. Es insoportable tenerte veinticuatro siete en mi cabeza. Todo el tiempo. Tú. Tu boca, tu cuerpo... Tus manos, es insoportable y extraño.
SeokJin suspiraba, le dolía saber que era cierto lo que Eun Woo había dicho, pero no podía evitar creer que TaeHyung estaba siendo sincero. El pintor no sabía cómo lidiar con lo que le estaba haciendo sentir y le gustaba descolocarlo así. Mentiría si dijera que no le gustaba desestabilizarlo.
— ¿Lograste olvidarte de mí? —preguntaba, dando un paso hacia adelante.
TaeHyung rodaba los ojos—. Me dijiste que vendrías aquí y estoy aquí ¿No es obvio que quería verte? ¿No es obvio que al parecer desbloqueé un nuevo nivel de acosador? —cuestionaba y SeokJin sonreía.
TaeHyung quería borrar esa sonrisa con un golpe o un beso, pero todavía le hervía la sangre saber que había estado con Namjoon.
— ¿Lo besaste? —preguntaba con seriedad, SeokJin dejaba de sonreír.
Inhalando y exhalando, SeokJin sacudía su cabeza—. Solo hablamos. Nunca hubiera imaginando que eran el mismo Namjoon.
TaeHyung lo miraba unos momentos, aún se sentía raro al respecto, no podía soportar el hecho de que Namjoon había tenido dos citas con SeokJin. Acortando la poca distancia, posaba su mano en el pecho de SeokJin y la subía cuesta arriba, hasta llegar a su largo y ancho cuello, dónde presionaba con suavidad. Sus ojos miraban los labios carnosos de SeokJin y luego mordía el belfo inferior, tomando al castaño por sopresa, pero calentandolo de inmediato, así como él sentía que iba a explotar de deseo.
Tiraba del labio cuando SeokJin gemía suavemente, luego chupaba y lo soltaba antes de que SeokJin pudiera atrapar su boca y besarlo. No había nada como ese hombre. Su olor, su sabor. Sus ojos, su cuerpo. Su boca... TaeHyung no sabía por qué, pero estaba a los pies de Kim SeokJin. Follar a otro no sirvió, no le sirvió ni un poco.
—Quiero follarte —susurraba TaeHyung, sobre los labios de SeokJin.
Algo totalmente sorpresivo...
— ¿Follarme? —preguntaba SeokJin con voz ronca.
—Sí, yo adentro de ti... ¿Puedo? —susurraba TaeHyung, viendo la boca de SeokJin y luego volviendo a sus ojos.
El tiempo pasaba, pero sus cuerpos solo se calentaban peor, TaeHyung sentía que quizás tendría que trabajar un poco más por eso, SeokJin era alguien diferente.
—De acuerdo —pero para nada imposible o laborioso.
El castaño solo caía un poco más y TaeHyung se deleitaba tomando esos labios con fuerza y actitud. Caliente, perfecto, SeokJin abría su boca y sus lenguas chocaban para luego acariciarse, mientras que sus labios se masacraban entre sí, con sus manos buscando el cuerpo ajeno y el calor en aumento. No querían dejar la boca ajena, pero necesitaban aire y eventualmente se alejaban, solo para que TaeHyung tomara la muñeca de SeokJin y tirará de él con rumbo al apartamento del pintor.
No había forma de sacarlo de su sistema si lo dejaba tomarlo, quizás siendo él quien tomara a su antojo, sería lo mejor y dejaría de ser esta bola de ansiedad y hambre por un simple mortal como Kim SeokJin. Quien por su lado, había planeado terminar en la cama de alguien más, sin embargo, ahí estaba listo para dejar a TaeHyung hacer lo que quisiera con él.
Namjoon, a la distancia, aún se preguntaba si eso tenía esperanzas de tener un final feliz.
¿Recuerdan qué es JinTae - TaeJin 🙈? (hace un buen no escribo un Jin Power Top)
¡Finalmente llegó Vante!
Y no era mi intención dejarlo así, pero... Perdón, anoche estaba corrigiendo y paso lo de siempre, me dormí 😅😬
Si ven errores, perdón 🤧
Con amor niñita NanyKoo 💜
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