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🎨-XII

El viaje en auto con TaeHyung había sido un martirio, el tipo no cerraba la boca, pero para su suerte no lo había intentado seducir y ahora en el restorán, aquel boquifloja seguía sin cerrar la boca.

— ¡Gochujang! —gritaba EunWoo.

— ¡Samjang! —setenciaba TaeHyung.

Y SeokJin apretaba el puente de su nariz, llevaban ya diez minutos discutiendo sobre que salsa era la mejor y debía ser salvada si el mundo dependiera de ello. Una discusión estúpida con comparativas divertidas si se trataba de jugarlas con EunWoo, pero justo ahora, con esos dos cabezas duras enfrentándose a muerte por tener la razón, por ganar o por simplemente no dar el brazo a torcer con el contrario, SeokJin tenía ganas de irse lejos y pretender que no había aceptado que TaeHyung almorzara con ellos y pretender no haber visto el rostro de los mil infiernos de su mejor amigo por traer un intruso que, era bastante obvio no le caía muy bien.

— ¡Hyung! ¿Por qué lo trajiste? —soltaba el alto, finalmente.

SeokJin suspiraba cansino—. Lo siento, bestia —miraba a TaeHyung—. Había olvidado que era jodidamente insoportable

— ¡Oh, patrañas! —gritaba TaeHyung—. Me adoras, pero te gusta jugar este juego de que me detestas para mantener tu orgullo en alto. Es inútil —setenciaba TaeHyung—, considerando que estás en tus casi treinta y aun no te recibes, no deberías tener orgullo.

EunWoo abría sus ojos inmensamente y apretaba su puño ¿Quién diablos era ese mequetrefe para hablarle así a su mejor amigo?. SeokJin por su parte, entrecerraba sus ojos y miraba a TaeHyung quién, estaba seguro que rayos equis salían de estos, por lo que rápidamente añadía:

—Lo siento, lo lamento —alzaba sus manos en dirección a Jin «Woah... Es que no quiero morir»— Eso estuvo mal

— ¿Tú crees? —la voz de SeokJin era profunda y hacía que TaeHyung se sintiera extraño—. Dime TaeHyung ¿Crees que estuvo mal?.

El azabache pasaba saliva—. Considerando que tu perro está echando humo mientras aprieta sus puños y tus ojos me miran como si quisieran matarme...

—Oh, lo consideras solo por eso... Diablos, creí que te habías dado cuenta que eres un maldito imbécil —respondía SeokJin.

—Oye... Ya —pedía, no entendía porque el insulto lo había hecho removerse incómodo—. Lo lamento, tendrás tus razones para estar atrasado —alzaba la vista y ponía sus ojos de cervatillos, esos que nunca fallaban—. Estuve mal, lo lamento, Jinnie.

EunWoo resoplaba y SeokJin reía sin gracia.

—No te creo una mierda, solo no quieres que EunWoo te golpee, pero tranquilo —Seokjin alzaba su mano y fingía una exagerada voz de calma—. Estamos en un lugar público, somos decentes y no dejaré que te golpee aquí, pero al salir, estás por tu cuenta

— ¡Ya! —miraba a EunWoo y se alejaba con su silla del chico, pero iba más cerca de Jin—. Lo siento, bestia

—Nadie te dió la mano para que tomarás el codo y creyeras que puedes llamarme así —añadía EunWoo seriamente.

El tipo era literal, una bestia. Si era más grande que Jin, era malditamente más grande que él y no quería que lo golpearán. No esa tarde y con su estómago vacío.

—Aish, entiendo que te guste Jin, pero ten respeto por tus mayores.

EunWoo relajaba su rostro duro por uno incómodo, colorado y abochornado comenzaba a balbucear.

—Yo no-... ¿Qué dice? —resoplaba y notaba la sonrisa victoriosa del tipo y las cejas alzadas de su amigo—. N-no le creas, es un imbécil —lo señalaba de inmediato.

—Tranquilo, no creo una maldita palabra que salga de su boca —mencionaba SeokJin. TaeHyung lo miraba pretendiendo un rostro de ofendido total.

EunWoo intentaba relajarse, pero no podia—. Iré al baño, ya vuelvo.

TaeHyung comenzaba a reírse sintiendo que había ganado la batalla, pero su risa desaparecía cuando notaba la seriedad de su acompañante.

—Ya dije que lo siento —susurraba en un puchero—. Soy un imbécil, tienes razón. Lo lamento.

«Y es mi última disculpa, SeokJin. La tomas o la dejas»

Ni lo intentes, solo quieres comprarme. No lo sientes —afirmaba SeokJin.

— ¡Lo lamento mucho! —soltaba cruzando la desesperación—. Lo lamento, lo siento. No volveré a ofenderte, te lo juro.

«Bueno, maldita-maldita sea»

SeokJin suspiraba, intentando mantener su rostro duro, pero fallaba cuando veía el lastimero del tipo frente a él. No podía verse tan adorable si hacia unos segundos había sido un maldito cretino. SeokJin debía de recordarse cada segundo el tipo de hombre que tenía a su lado.

—No voy a comprar tu mentira, pero me voy a recordar en como te rebajas, aunque no sea cierto y solo quieras engatuzarme

— ¿Sabes? —TaeHyung alzaba su dedo índice—. Entiendo que te hayas informado por Google, pero dame un maldito respiro, no estoy manipulandote. Estuvo mal, lo reconozco y es extraño que lo reconozca... —apretaba sus labios cuando notaba la mirada de aburrido que el castaño llevaba—. Ya, deja de verme como si no creyeras una maldita palabra que sale de mi boca

— ¡Oh, lo lamento, cariñito! —se burlaba SeokJin y ponía sus codos sobre la mesa y su rostro en ambas manos, mirando a Tae con una sonrisa extremadamente adorable y batiendo sus pestañas mientras hablaba en un puchero precioso que desconcertaba a TaeHyung—. Lo lamento mi Principito. ¿Quieres un besito para que no te sientas tan mierda?

TaeHyung abría sus ojos y se quedaba colgado del aegyo que había presenciado por parte del castaño.

—Hazlo de nuevo —pedía sorprendido.

—Que te jodan —soltaba SeokJin con voz grave y se recuperaba.

—Jodeme tú —susurraba provocador.

SeokJin suspiraba cansino.

—Deja de intentar de atraparme por las bolas —pedía con una mueca de cansancio—. No te creeré nada que salga de tu boca. Seamos malditamente profesionales o lo que rescatemos de eso

—Dame un respiro y tómatelo tú, eres insoportable por haberme deducido finalmente —afirmaba—. ¿No es agotador estar a la defensiva todo el tiempo?

Se cruzaba de brazos y los apoyaba sobre la mesa, mirando fijamente a SeokJin, sin un rastro de burla.

—La verdad, lo es —admitía el castaño—. Eres malo para mi salud mental

—Y tú eres tan bueno para la mía —soltaba con esa voz aterciopelada que acariciaba los tímpanos de SeokJin.

—Basta, dijiste que solo querías pintarme —se aproximaba peligrosamente a TaeHyung y susurraba—. ¿Por qué pareciera que quisieras ponerte en cuatro cada vez que me ves?

TaeHyung se removia en su silla y mordía su labio inferior, había gemido tan bajito ante aquella burla, pero Jin lo había oído y ahora tenía sus ojos sobre el belfo maltratado del pintor.

—No me digas que te pusiste duro —susurraba SeokJin.

No había rastro de burla en su voz, de hecho estaba cada vez más cerca de TaeHyung, quien esaba duro en su lugar, apoyado sobre la mesa. Ambos estaban mirando la boca ajena como si fuera el único manjar que querían almorzar esa tarde.

—No me digas esas cosas sucias si no quieres ganarte una erección de mi parte —refutaba TaeHyung, relamiendo sus labios, logrando que Jin hiciera lo mismo—. En serio, consigues que se me ponga dura con mucha facilidad —admitía.

SeokJin pasaba saliva y ponía su mano en la rodilla de TaeHyung, quien tenía esa manía de sentarse tan varonil de piernas abiertas, consiguiendo meter una entre medio de las de Jin. Esa mano hacía que TaeHyung sintiera su temperatura corporal ir en aumento, al igual que la mano del otro muchacho iba subiendo en dirección a su polla.

La misma ya estaba a centímetros escasos de su erección y sentía los dedos largos de éste tocarle con suma suavidad por debajo de la mesa. Nadie veía nada, nadie notaba debido a que estaban contra la pared y el bar tenía unos peculiares manteles sobre las mesas que, no dejaban ver lo que sucedía justo en ese momento.

— ¿Qué tan dura te la pongo? —susurraba SeokJin, tocando el bulto firme con sus dedos y estando cada vez más cerca de aquella boca.

—Me encanta como juegas y ni siquiera te das cuenta de cómo te dejas llevar —susurraba TaeHyung, acortando los segundos que quedaban y cuando su lengua lamía el belfo del castaño, una garganta carraspeaba, haciendo que SeokJin se irguiera rápidamente, saltando a su lugar y mirando a su mejor amigo.

EunWoo había vuelto del baño con un rostro de pocos amigos.

— ¡Inoportuno! —soltaba TaeHyung—. Estaba a punto de masajear mi polla

— ¡TaeHyung! —soltaba SeokJin con el rostro caliente.

"Maldita sea" murmuraba EunWoo tomando su chaqueta.

—Me iré —setenciaba y miraba a TaeHyung con desprecio, recibiendo la misma mirada.

—Bestia —Seokjin se levantaba y corría tras él hasta que lo alcanzaba—. Espera espera espera...

EunWoo se soltaba bruscamente.

— ¿Qué?

—No te vayas, vine a almorzar contigo

— Y trajiste ese aparato contigo —mencionaba, señalando en dirección al interior del bar.

—Lo siento, él prácticamente se autoinvito

—Seguramente, pero tú no dijiste que no —afirmaba—. Deberías aprender a decir que no...

—Lo sé, EunWoo-ssi —lo tomaba por los hombros.

—No me llames así, no tengo trece, Hyung y me iré —volvía a quitarse las manos de Jin de encima.

—Pero, amigo... No te vayas

—Estoy jodidamente sobrando allí, SeokJin —exclamaba enardecido—. No me necesitas

— ¿Cómo no? Vine para almorzar contigo —exclamaba.

EunWoo resoplaba—. Y te olvidaste de mi en el momento en el que ese imbécil te la puso dura

—Eun-...

—No digas nada, tengo un trabajo al que volver y no me quedaré viendo lo imbécil que te pones con él. Pareces otra persona

—Vivo peleando con ese imbécil _recalcaba.

—Hasta que logra tocar los botones exactos y la tensión se vuelve jodidamente sexual. Es incómodo para el resto... Y odio verte tan perdido

—No lo estoy —soltaba inseguro.

EunWoo negaba cansino—. Sabes, si vas a considerar follar con ese imbécil, te aconsejo que vuelvas al psicólogo porque es... —apretaba sus labios y se veía tan enojado e impotente—. Te domina

—No lo hace

—Lo hace —afirmaba—. Te adoro, hombre. Pero tienes pésimo gusto. Los más imbéciles y los más tóxicos parecieran que sacan número contigo

—No me digas eso —susurraba SeokJin.

EunWoo negaba, cuando miraba hacia dentro del restorán, veía a TaeHyung metido en su teléfono y apretaba sus dientes.

—Ese tipo es insalubre

—Lo sé —exclamaba SeokJin—. No te vayas

—No me quedaré a ver cómo te envuelve en su maldito meñique o viceversa —admitía—. Detesto este SeokJin

— ¿Cuál SeokJin? —cuestionaba confundido.

—El imbécil que deja demasiados tonos grises hasta que te rompen demasiado las pelotas y les cortas por lo sano —respondía—. Eres un demonio cuando dices que "no es no" y sigues adelante, pero en el proceso en el que te revuelcas con algún imbécil, ese imbécil te consume... Por eso lo digo en serio, vuelve al maldito psicólogo, por qué ese tipo de ahí
... —señalaba de nuevo—, eres demasiado para él y no me va a gustar llegar al proceso en el que te encuentres decaído por un idiota

—Te estás adelantando demasiado a los hechos, bestia —mencionaba tranquilo.

Si, bien. TaeHyung lo tenía por la polla, pero la cosa no iba a ser tan seria como EunWoo lo planteaba. Maldición que no, que lo partiera un rayo antes de meter a TaeHyung en su cama.

—Espero equivocarme, pero si no lo hago... Se aconseja recurrir a un psicólogo cuando lidias con alguien como él. Hazlo a tiempo

—Bestia...

—Y estás duro.

Dándose la media vuelta, abandonaba a SeokJin en la entrada, uno incómodo que se recomponía. Luego se deesinflaba por completo y sabía que tenía razón. SeokJin era bueno, era muy bueno y siempre dejaba que todos mostrarán su esencia con él, pero EunWoo era más impulsivo. No le agradaban los hipócritas que fingían una temporada. Y SeokJin sabía que tenía razón sobre volver a terapia ya que, se creía realmente maldito por siempre encontrar el mismo tipo de imbécil sin cerebro, pero con un buen culo que quería poseer una temporada.

«No pienses con la polla, SeokJin»

Al volver al interior del restorán, se sentaba frente a TaeHyung, quien dejaba su teléfono y lo miraba despreocupado.

—Creí que te irías —mencionaba.

SeokJin fruncia el entrecejo.

—Eso lo hubieras hecho tú —replicaba.

TaeHyung pintaba esa U invertida con sus labios y se encogía de hombros.

—Seguramente lo hubiera hecho —admitía.

SeokJin suspiraba sonoramente, dejando salir un gemido ronco y frustrado desde la parte posterior de su garganta para luego dejar caer su cabeza.

— ¿Te peleaste con tu chico? —preguntaba la voz grave.

SeokJin alzaba la cabeza y frotaba su rostro con sus manos—. EunWoo es como mi hermano menor. Mi mejor amigo, no es mi chico, no le gusto y por favor deja de insinuarlo.

TaeHyung reía sonoramente y el castaño fruncia el ceño por eso.

—Dios, eres realmente divertido —Seokjin alzaba sus cejas no entendiendo y TaeHyung ondeaba su mano—. Olvídalo ¿podemos pedir? muero de hambre.

El castaño se sentía irritado por el poco filtro y nada de tacto de TaeHyung y EunWoo se había enojado con él. Mierda, cuando la bestia se enojaba no aparecía por una semana y SeokJin comenzaba a sentirse aburrido y solo sin su compañero en crímen, por lo que el único culpable de su amistad rota estaba frente a él.

—No quiero comer —mencionaba.

TaeHyung bufaba con un adorable puchero—. ¡Me está crujiendo la panza! ¡Vamos, hombre! no es el maldito fin del mundo, ya se reconciliaran, comamos —juntaba sus manos en forma de súplica.

SeokJin negaba—. Vamos a tu apartamento —la pose de ruego de TaeHyung cambiaba por una tensa y ojos abiertos—. Pintame como una de tus chicas francesas —se burlaba sin gracia alguna.

TaeHyung se atragantaba con su propia saliva.

— ¿Lo dices en serio? ¿Ahora? —Seokjin asentía.

—Terminemos con esto de una vez —pedía secamente.

—Soy muy perfeccionista y sera algo grande, no terminará hoy —explicaba con una voz grave.

«No me gustaría que termine... No aún» pensaba TaeHyung, sorprendido.

—Entiendo, bueno... Vamos, yo pagaré el delivery.

La tenzion zetzual, yo-...

Con amor niñita Nany 💜

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