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🎨-I


El día era bastante soleado en Seúl, una cantidad exacta de doce alumnos de quince años de edad, se encontraban en el patio trasero de la escuela. Constaban cada uno con su trípode y lienzo en blanco, todo había sido comprado por el mismísimo Kim Taehyung. Un gesto noble, dirían y dijieron muchos, pero la verdad era que los trípodes que la escuela tenía eran una auténtica porquería, para que alguien como él enseñará con esas cosas gastadas y rotas.

Claro que frente a los directivos y profesores, se llenaba la boca diciendo que era un gesto noble, desinteresado y todo por su amor a la enseñanza.

Imbéciles.

El sol calentaba la nuca de algunos y las frentes de otros, muchos refunfuñaban, pero no dirían nada, no al profesor psicópata. Jung Seung, el más problematico de todos estaba a punto de romper sus pinceles.

—¡Oye, loco! —exclamaba, llamando la atención de muchos menos de Taehyung. Quién estaba regando el cactus que debían de recrear en sus lienzos.

—No le digas así —murmuraba So Yang a su lado. Una chica, muy varonil, como decían otros profesores.

Otra verdad era que, Taehyung debía mirarla dos veces para saber quién mierda era, con toda esa vestimenta negra y ropa grande, la confundía con algún que otro.

—Leí que los cactus no se riegan, Kim —exclamaba otra vez Seung.

Ahora Taehyung dejaba de lado su pequeña botellita de agua y miraba sin expresión alguna al chico rebelde. Éste sonreía ladino por tener finalmente la atención del profesor, con rostro ilegible y brazos atrás de su cintura, Taehyung caminaba hacia él.

—Los cactus se riegan dos veces por semana, en época de verano... —se inclinaba para quedar cerca del rostro del chico—, bruto. Si piensas hablarme o cuestionar algo, al menos infórmate de verdad

—Me estoy cagando de calor  —respondía el chico pálido, de brazos largos—. Su clase afuera, es una mala idea. Puedo descomponerme

—Me importa una mierda —exclamaba Taehyung, seriamente—. Los directivos están a mi favor. Y si vuelves a contestarme así, mi castigo será peor que enviarte a dirección y lo sabes, flacucho horroroso.

Seung, mordía su lengua. Detestaba a todos los profesores, pero el profesor psicópata, era por lejos su favorito.

—Tu también estás flacucho y horroroso, Kim —respondía, como todo niño.

Taehyung comenzaba a carcajear gravemente.

—Mi rostro fue esculpido por los dioses —decía tocando su mentón.

Muchos comenzaron a reír con él.

—Se ríen porque nadie te cree, loco —exclamaba tomando el pincel de forma brusca.

Rápidamente la mano de Taehyung tomaba la suya con firmeza y detrás de él, volvía a añadir:

—¿Cuántas veces tengo que repetirme? —preguntaba—. No seas bruto, bruto —exclamaba. Comenzaba a mover la mano del adolescente con la suya de forma suave—. Aprende, bruto. Aprende si quieres irte, porque yo tampoco deseo ver tu rostro el año que viene, así que si quieres cerrarme el culo, hazlo con hechos, porque eres pésimo con las palabras.

Su mano soltaba la ajena, haciéndola caer y se alejaba, su rostro no se veía furioso, su voz no había sido levantada, pero Seung había comprendido, aunque siguiera murmurando.

—¿Por qué un horrible cactus? —preguntaba otro chico.

Taehyung suspiraba.

Brutos y más brutos.

—Simple eh... —movía su mano, intentando recordar el nombre del chico.

—Park Luhan —añadía con voz cansada—. imbécil —soltaba más bajo.

—Con ese nombre y esa cara, el imbécil eres tú —añadía Taehyung moviendose al centro—. Elegí un cactus... —añadía con voz más firme—, porque es simple, no tiene muchos colores y, sin importar la técnica que deseen usar, debería ser algo simple para sus cabecitas —señalaba la suya propia.

—Es pintura, debería dejar de decirnos burros o brutos por algo que no requiere inteligencia —murmuraba So Yang.

—Entonces deberían salirle los colores, sombras y contrastes. Si es algo tan simple, entonces...no sean tan brutos —exclamaba—. A mí no van a cerrarme la boca con insultos baratos, porque hasta podría enseñarles a insultar mejor y reírme en sus caras —se movía alrededor de sus alumnos—. Cómo le dije al bruto de allá... —señalaba a Seung—. Si quieren cerrarme la boca, háganlo con hechos, con arte. Si no requiere "inteligencia"...  —hacia comillas—. Debería ser fácil, ahora manos a la obra, porque si pretenden distraerme diez minutos, diez minutos más se quedarán y así...ya saben cómo funciono —antes de salir del centro añadía—. Saben que a pesar de ser asquerosamente brutos, les tengo fé.

Muchos reían porque siempre finalizaba de forma esperanzadora, a pesar de las duras palabras y eso les llegaba más que el trato suave que obtenían de otros profesores.

No sé que mierda será eso de la fé, solo quiero irme temprano.

Sin más que añadir, se dirigía a la sombra dónde tenía su propia silla y de ahí los observaba, con un rostro ilegible como de costumbre, encantado de ordenar a los débiles.

Había logrado salir temprano y alcanzar a tiempo la clase con su maestro dónde era asistente y a veces hasta alumno, para seguir absorbiendo a más no poder todo lo nuevo que Lee Dong-Gun tenía para ofrecer.

Había llegado treinta minutos antes que el resto y observaba a su profesor terminar su propia pintura.

—¿Qué se supone que estás haciendo? —cuestionaba, torciendo su cabeza como un perro curioso.

Dong-Gun comenzaba a reír—. Es un trabajo para una iglesia —añadía, soltando el pincel y limpiando sus manos.

—¿Pero que es? —decía arrugando el rostro.

—Por dios, Taehyung —decía divertido—. Hasta un ateo sabe que es el mar rojo abriéndose en dos para que el pueblo de Moisés pasará

—¡Oh! Claro, claro —afirmaba—. Steven Spielberg la hizo en dibujitos —decía, observando las sombras y colores usados—. Sacarás buen dinero con esto —añadía.

—No cobraré por ella —respondía—. Es para la iglesia dónde asiste mi hermana. La donaré

—Iluso —exclamaba.

—Ya, no me saques de quicio —exclamaba divertido.

Taehyung se paraba frente a él y con ojitos de cachorro añadía—. Hyung, eres la última persona a la que deseo sacar de quicio —decía, con la mano en el hombro ajeno.

Dong-Gun se movía y golpeaba su mano—. Que hemos dicho, Tae —decía entre risas—. Conmigo no.

Taehyung hacía una mueca de que no podría interesarle menos.

—¿Viene mucha gente hoy? —preguntaba, mientras se preparaba un café.

Dong-Gun tenía su propia máquina de espresso.

—¿Adivina quien estará en mi clase de hoy? —preguntaba al azabache.

Éste se encogía de hombros, perdido al respecto.

—Kang Yeosang —añadía Dong-Gun.

—¿El chiquillo rubio de tez pálida que le salen fuegos artificiales cada vez que me mira? —cuestionaba muy humildemente.

Dios, el ego que manejas...si él —exclamaba—. Trata de no ser cruel

—No lo soy —afirmaba.

—Si lo eres —susupiraba—. La última vez, tenías hambre y por no ir comprar te acercaste a comer su comida de forma dulce y al otro día ni lo recordabas

—Tiene cara de nada, no es mi culpa, Hyung —respondía, bebía el café ya hecho—. Le dije que tomará en cuenta volver al castaño u otro color, porque el rubio no le queda. Fui amable

—Le dijiste "con ese rostro comunacho, no es mi culpa no recordarte" —se cruzaba de brazos—. Creo que ya es hora de tu próxima lección, te estás volviendo... tu viejo tú, no queremos eso ¿O si lo quieres?.

Taehyung suspiraba, luego de unos sorbos a su café, negaba con su cabeza.

—Quiero ser aburrido y normal —respondía.

—No es aburrido desarrollar emociones y ser cálido con otros —respondía su profesor—. Te va a gustar lo que tengo pensado para tí

—Si tú lo dices... —añadía—. Dime

—Tu próximo reto es una pintura nudista con un desconocido —Dong-Gun había tirado su desafío sin anestesia.

Taehyung lo observaba con rostro ilegible.

—Nadie es tan perfecto...para tal cosa —añadía moviendo su mano.

—Oh, vamos ¿Quién dijo que debe ser perfecto?

—Lo digo yo —exclamaba viendo el cuadro de Dong-Gun. Tomando el pincel y limpiandolo, luego vertia un poco de blanco y negro, para lograr un tono gris y pintar unas sombras que le daban un efecto de 3D dónde eran añadidas—. Si voy a hacer tal tipo de arte, significa mirar en demasía y detalladamente a dicha persona —seguía pintando detalles que creía le habían faltado a Dong-Gun.

Éste jamás se ofendía si el azabache quería agregar algo a su pintura. Extrañamente Taehyung siempre añadía lo justo y necesario y eso le agradaba, porque significaba que este realmente ponía atención a lo que hacía.

Taehyung tenía pasión por algo, Taehyung desarrollaba ciertos sentimientos a través de esto y él quería ayudarlo a volver a ser aquel niño que había conocido hacía mucho tiempo. A través de esto él había hecho una conexión con el muchacho, el adoraba a los chicos Kim.
Dong-Gun y su esposa no podían tener hijos, por lo tanto se había encarecido bastante con Taehyung y Namjoon. Los había conocido por ser amigo de su padre desde adolecentes.

Se sentía así como, un tío lejano.

—Tienes gusto por el hombre y la mujer —añadía Dong-Gun—. Encontraras alguien perfecto o perfecta para el reto y recuerda: Debes de ser cálido, debes de desarrollar una relación interpersonal para llegar a tu fin y quizás hagas un nuevo amigo u amiga.

Taehyung dejaba el pincel en el vaso con agua teñida de miles de colores.

—Todos en la clase son desconocidos —añadía—. Veré si encuentro alguien aquí —Dong-Gun sonreía—. Van a catalogarme de pervertido —añadía despreocupado.

—No si sabes cómo desenvolverte —añadía despreocupado—. Pon todo tu esfuerzo, de forma limpia y quizás...mi amigo Ko MinSo pueda poner la pintura en su museo.

Los ojos de Taehyung se habían abierto de par en par, Ko MinSo era reconocido por traer obras de artistas desconocidos, pero realmente buenos y que gracias a su fama por sus propias obras, terminaba siendo de gran ayuda para estos artistas que recién comenzaban o que venían de un largo camino infructuoso.

—De acuerdo, estoy dentro —aceptaba y, estiraba su mano para cerrar el trato.

La clase había terminado, cómo era de esperarse, los alumnos se despedían de Dong-Gun y por lo tanto de él—aunque Taehyung no le caía bien a algunos alumnos—Kang Yeosang se acercaba en silencio luego de saludar al profesor, quien a lo lejos lo observaba con cautela.

—¿Taehyung? —exclamaba al chico azabache.

Éste se giraba, no reconociendo en absoluto la voz grave que le hablaba, pero intentaba sonreír. Aunque su sonrisa era confusa.

—¿Si? —preguntaba.

El chico frente a él sonreía timido—. Soy yo...¿Yeosang?

—¿Me los preguntas o me lo afirmas? —añadía.

—Lo siento, seguí tu consejo —decía con timidez.

Taehyung abría sus ojos, notaba finalmente que el muchacho ya no  estaba rubio, sino con cabello oscuro.

—¡Oh! —añadía—. Te hace ver más pálido aún —decía sin filtro.

Yeosang bajaba su mirada decepcionado, muchos le habían dicho que le quedaba genial, pero el tipo al que quería sorprender—Taehyung—seguia viéndolo de igual forma.

—Si, bueno, consideraré una cama solar —añadía, saliendo de la vista de Taehyung.

Dong-Gun, quien había visto todo, le hacía muecas para que fuera tras Yeosang, quien se estaba despidiendo de otros chicos.

"Ve, imbécil"  decía con sus labios.

—¿Qué? —murmuraba.

El dedo índice de Dong-Gun señalaba al chico que estaba por salir.

"Que vayas"

—¿Estás constipado? —preguntaba. Dong-Gun abría sus ojos con furia—. Ay, de acuerdo.

Taehyung salía detrás de Yeosang y lo frenaba por su brazo, el chico giraba sorprendido al ver quién era el que lo detenía. Taehyung suspiraba. Era muy chistoso verlo intentar ser honesto y tratar de moderar sus palabras. El tipo lo intentaba.

—Tu cabello oscuro...—exclamaba—, te hace más pálido, pero a diferencia del rubio y tú piel pálida... —hacía ademán con sus manos—. El castaño oscuro te da más presencia, aunque sigas siendo pálido. Es mejor.

Yeosang sonreía y negaba.

—No sé cómo sentirte al respecto —añadía el chico.

—No tienes que sentir nada —exclamaba Taehyung—. Si te gusta tu color de pelo, no debería importarte lo que yo pienso. Espero que a ti te guste

—Lo hace, me gusta. Aunque tenga un rostro comunacho —añadía con seriedad.

—Si, bueno...yo tengo orejas inmensas —se encogía de hombros—. Eso no opaca mi encanto en otras cosas

—Seguro que no

—Te queda bien, solo eso y me disculpo si te ofendió lo que dije —decía con rostro ilegible, una vez mas—. Realmente no me doy cuenta cuando ofendo a la gente. No lo dije con malicia solo...lo dije —otra encogida de hombros.

—De acuerdo, tomaré tu disculpa —añadía el joven—, pero no volverás a comer de mi comida. Adiós Taehyung.

Se giraba sobre sus talones y se iba sin mirar atrás, Taehyung no podía verlo, pero el jovencito se iba sonriendo, mientras que él, bueno él seguía igual y volvía a buscar sus cosas para volver temprano a su apartamento.
Camino al aula su teléfono vibraba y le informaba que había recibido—nuevamente—dinero por parte de sus padres. Él no necesitaba tal cosa, pero ellos igual seguían depositando dinero para él, por cualquier cosa. Ese "cualquier cosa" para Taehyung usualmente era...

—Tienda Gucci, allí voy.

Bueno, me hice tiempo para escribir y volver a Wattpad.

Finalmente largue primer cap, estuve terminando un AU jintaejin en Twitter e intenté editar un BTS ON crack pero Youtube sigue bloqueandolo. UN ODIO.

En fin, hice una playlist para Hola, soy Vante
El link lo dejaré en mi bio ❤️💜 iré sumando canciones 💜❤️

Ahora sí, que les pareció?

Con amor Niñita Nany 💜

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