Después de que Marco y Ester me soltaran la bomba me quedé en schok.

Que yo me iba a Corea, no Italia, a Francia o a Portugal que están aquí al lado, no, a Corea.

Mi primer impulso fue reírme de ellos y de sus ocurrencias, que yo me iba a Corea, si claro, y yo voy, y me lo creo.

Me estuve riendo hasta que Marco me preguntó el porqué de mi risa.

- ¿Qué yo me voy a Corea? - dije riendo - chicos ha sido una broma muy buena, pero no cuela - por mi tono de voz y mi actitud les daba a entender que no me creí ni una sola palabra.

- Alex, no es broma - me aseguró Marco - es en serio.

- Enserio Marco, para ya. No ha colado, inténtalo de nuevo - ambos me miran, Marco preocupado por mi reacción y Ester molesta.

- Alex, es en serio, no es coña - me asegura mi amiga - la empresa a la que le enviaste tú currículum se dedica a contratar a personal extranjero para que vallan para allá y enseñen su idioma - me explica pacientemente. - ¿Acaso no miraste nada de la empresa antes de mandar tu currículum? - me pregunta incrédula.

Yo me callo abruptamente y miro para otro lado con una sonrisa culpable, mi silencio le da a entender que ha dado justamente en el blanco, Ester suspira resignada y me mira mal.

Está claro que no está conforme con mi forma de proceder, pero a pesar de eso se guarda sus comentarios y me sonríe.

- Bueno, como te decía, esta empresa está en Corea del Sur - vuelve a repetir - parece que les has gustado porque quieren contratarte de inmediato - me dice feliz.

- Aun no me creo lo que estás diciendo - todavía no soy capaz de asimilar la información, Ester me sonríe comprensiva - es que no me lo creo - vuelvo a repetir - ¡una empresa china quiere contratarme!

- ¡Coreana! - me corrigen los dos.

- Si, si, lo que sea - hago un movimiento con la mano para quitarle importancia - china, coreana, japonesa, para mí es lo mismo.

- Jajajajaja - se ríe Marco - en realidad no es lo mismo - me asegura.

- ¡EXACTO! - lo secunda Ester - en China o en Japón no puedes encontrarte con Lee Min Hoo o con Jay Park - salta Ester molesta, no puedo evitar rodar los ojos por su comentario.

- Siempre tienes que mencionar al chino ese que te gusta tanto.

- ¡Qué no es chino! ¡Qué es coreano! - grita indignada.

- Ya cariño - intenta calmarla Marco - sólo lo hace para molestarte - yo me río y pongo mi mejor cara de inocencia.

- Bueno, da igual, el caso es que te vas a Corea - suelta feliz.

- Bueno, eso es si acepto - le recuerdo, Ester para de festejar y se vuelve para mirarme con mala cara.

- Ni lo pienses - me amenaza - ¿sabes lo que te van a pagar allí?

- La verdad es que no - le soy sincera, cuando leí el correo no me molesté en mirar cuanto iba a cobrar, estaba más interesada en saber cuándo empezaba a trabajar

- Lo suficiente como para que yo quiera irme allí y me haga pasar por ti - me asegura.

- Pero a ti te gusta Corea - le recuerdo.

- Alex, que me guste un sitio no es motivo suficiente para que lo deje todo y me valla para allá - me asegura - además, que haría yo sin Marco allí - me dice en tono lastimero, de repente Marco la rodea con sus brazos, ella se vuelve hacia él, le sonríe dulcemente y lo besa.

- Puaj, iros a un hotel - les digo con asco fingido, ella me saca la lengua y Marco me sonríe avergonzado - podéis dejar los arrumacos para después y seguir explicándome lo que dice el correo por favor - les pido amablemente.

Ester hace un mohín, molesta, pero acaba apartándose de Marco y vuelve a mirar el correo.

- En realidad no dice mucho, dicen que el trabajo es en Corea, que no es necesario que sepas coreano, pero que si lo sabes mejor - dice mientras revisa la información - ah, la empresa se ofrece a darte un curso de coreano - me dice feliz, yo ruedo los ojos.

- ¿Enserio tengo que aprender coreano? - pregunto quejumbrosa.

- Hombre, sería lo ideal, ya que vas a ir a trabajar allí sería bueno que supieras el idioma - me aconseja Marco.

- Además, no todo el mundo va a saber hablar en inglés - me recuerda Ester.

- Pufff, peor me lo pones - vuelvo a quejarme.

- Además en el correo dice que tienes que saber inglés.

- ¿Y eso?

- Hombre, tú no sabes nada de coreano y ellos no saben nada de español, es lógico suponer que os comunicaréis en inglés.

- También es verdad - respondo avergonzada.

- Bueno Alex, es mejor que vallas buscando un curso intensivo - se ríe Ester, yo por mi parte no digo nada, seguro que se está acordando de algunas de nuestras clases de inglés.

Cada vez tenía más ganas de rechazar la oferta, irme a otro país, aprender otro idioma y encima de todo, tener que hablar en inglés. Si es que solo de pensarlo se me quitan las ganas.

- Bueno de todas formas tampoco es que tengas que saber mucho - intenta animarme mi amiga - con que sepas lo básico y puedas defenderte en las clases te vasta - le sonrió mientras dejo caer mi cuerpo en el respaldo del sofá.

- En realidad no creo que el inglés valla a ser un problema - le aseguro a Ester mientras miro el techo del salón.

- ¿Entonces qué es lo que te preocupa? - me pregunta, antes de que pueda decir nada Marco le dice algo a Ester en el oído y nos deja solas, creo que se ha dado cuenta de que necesito un momento a solas con mi amiga.

- Pufffff - suelto un suspiro largo y me reincorporo en mi sitio - me preocupan muchas cosas Ester - me sincero con ella - es un sitio nuevo, con una cultura muy diferente a la nuestra. Ya no es solo el idioma, me preocupa molestar a alguien por mi forma de hablar, por mi forma de actuar o por mi forma de ser. No quiero que se lleven una mala impresión y que me miren mal o que se lleven una impresión equivocada de mí.

- Eso es normal - me asegura ella - todo lo que me estás diciendo son miedos normales. Es normal que le tengas miedo al cambio, tú nunca has estado en Corea, no hablas el idioma, no conoces a nadie allí ... y ni siquiera sabes si te gusta su comida. Tú no sabes nada de Corea del Sur, bueno, lo poco que sabes son las cosas que te he dicho o que te he comentado.

- Bueno, tú tampoco sabes mucho de allí - le recuerdo.

- Oye, he visto suficientes K-Dramas como para saber las cosas básicas - se defiende, no puedo evitar reír - a ver, tampoco es que sea una experta, pero más o menos sé cómo comunicarme con ellos y conozco algunas de las normas de comportamiento.

- Ester, las reverencias es algo que se usa en toda Asia - le recuerdo.

- Pero en Tailandia son diferente - puntualiza ella, no puedo evitar reírme por su comentario - ahora en serio Alex - me dice en un tono más serio - no te preocupes mucho por esto, diles que sí y prueba a ver cómo te van las cosas allí. Que te gusta bien, que no, pues bueno, por lo menos te quedas con la experiencia - asiento conforme, en eso tenía razón - además, tú siempre te estas quejando de tu trabajo - me recuerda.

- Ni me lo recuerdes - le pido.

- Lo vez, ¿por qué no intentas algo nuevo? - me sugiere - aprovecha esta oportunidad y mira a ver si te gusta. Que funciona, bien, que no funciona te quedas con el recuerdo.

- Si, también es verdad - concuerdo con ella - pero ¿qué pasa si no funciona? ¿Y si cuándo vuelvo no encuentro trabajo? - no puedo evitar ponerme en la peor situación.

- Alex, te estas poniendo en lo peor, a lo mejor te gusta Corea y todo.

- ... ya sé que me estoy comportando como una idiota, pero no puedo evitar lo, estoy cagada - le confieso.

Ester me sonríe comprensiva, ella mejor que nadie sabe que mudarse y dejarlo todo atrás no es fácil, aunque ella no se tuvo que ir a la otra punta del planeta.

- Porque no lo meditas un poco con la almohada y les contestas mañana - me sugiere.

- Esta bien - le respondo no muy convencida.