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Joder, joder, joder.
Si es que no puede empezar mejor las cosas, mi mejor amiga gritando desde mi móvil como una auténtica loca y yo mandando a esperar a unos chicos guapísimos que resulta que son artistas.
Fantástico, es simplemente fantástico. No puedo haber dejado una mejor impresión.
Madre, por favor, que no sean mis alumnos, por favor, que ellos no sean mis alumnos. Le suplico una y otra vez al universo.
Sé que estoy haciendo tonto, porque está más que claro que ellos son mis alumnos, porque si no, no habrían entrado a esta clase. Pero Dios, te lo imploro, por favor, que ellos no sean mis alumnos.
Miro asustada, de reojo a los chicos y veo que ellos también me miran, intrigados. Creo que esperan algo, pero no sé el que.
Ahora mismo en lo único que piensos es en como desaparecer, y hasta ahora la única salida que se me ha ocurrido es saltar por la ventana, pero creo que una caída de cuatro pisos no me va a sentar muy bien que digamos.
"¡SON MONSTA X!" vuelvo a rememorar el grito que pegó Ester nada más ver a los chicos.
Ese nombre me sonaba de algo, pero ¿de qué?
Monsta X ... Monsta X ... Monsta X ... he escuchado ese nombre antes, pero ¿dónde?
Vamos Alexia piensa, fuiste capaz de sacarte el curso de principiante de coreano y sacarte el B2 de inglés con el curso intensivo, si has podido con eso puedes con esto.
Estos chicos tienen algo que ver con Ester, a Ester le gustan, las compras, pasar tiempo con Marco y sus chinos ...
¡Eso es! Son los chicos esos que cantan y bailan que tanto le gustan.
No sé ni cómo he podido olvidar me del nombre del dichoso grupo, si fue el año pasado cuando Ester se empeñó en llevarme a Madrid para que las dos fuéramos a ver a sus condenados chinos, perdón, coreanos.
Cuando se enteró del concierto Ester se la pasó hablando sobre Monsta X y sobre sus miembros y todo, porque iba a ser la primera gira mundial del grupo y Madrid había sido uno de los sitios donde se presentarían.
Desde que salió el precio de la entrada estuvo intentando convencerme todo el tiempo para que fuera con ella al concierto, aunque fui rápida y le dije que no me interesaba, ella estuvo ere que ere hasta el último minuto y todo porque ella quería que fuéramos juntas al dichoso concierto.
No consiguió hacerme cambiar de idea, no iba a gastarme mi poco dinero en ir a ver un grupo al cual ni siquiera escucho, solo por contentar a mi mejor amiga. Sinceramente, prefiero guardarme el dinero y gastarlo para algo que sí que quiera hacer.
Pero a pesar de que no fui al concierto sí que acabé yendo con ella a Madrid.
Fue un viaje bastante peculiar la verdad, porque las únicas horas que estuvimos juntas fueron cuando llegamos a la estación y cuando nos fuimos.
Mientras Ester hacía fila desde muy temprano en la mañana, yo aprovechaba y dormía plácidamente en mi cama, mientras ella cantaba como una loca con un montón de chicas yo desayunaba tranquilamente en un bar cerca de donde estaba nuestro hostal.
Y mientras ella hacía fila yo aprovechaba y recorría Madrid, fui a varios sitios, aunque principalmente aproveché el tiempo para salir a comprar algunas cosas que no era capaz de encontrar en Sevilla.
Cuando llegó la hora del almuerzo compré un poco de comida rápida, supuse que con las prisas Ester no había sido capaz de llevarse nada para comer y seguramente en ese momento estaría muriéndose de hambre.
De hecho, acerté, cuando me acerqué a ella con las hamburguesas y las patatas fritas casi se pone a llorar. Comimos juntas en la fila mientras algunas a nuestro alrededor miraban con hambre la comida que le había traído a Ester.
Cuando terminamos de comer le dije a Ester que fuera al baño mientras le guardaba el sitio, a lo que ella no tardó en desaparecer porque estaba que reventaba.
Mientras esperaba su regreso me dediqué a escuchar las cosas que decían las chicas que estaban a mi alrededor, se dedicaron a hablar de Wonho y sus músculos, Minkyu y su cara de bebé, Jooheon y su lengua ... en definitiva, recalcaron todas las cosas buenas que tenía el artista que le gustaba.
Hubo veces en las que me asusté de las cosas que soltaban esas chicas, dios, si yo fuera el artista y las escuchara le hablaría a distancia, con un megáfono y rodeado de guardias para que no pudieran hacerme nada.
Además, mientras esperaba el regreso de Ester me sentía muy fuera de lugar. Cada vez que me preguntaban cuál era mi miembro favorito no sabía que responder, es decir, no sabía ni los nombres de los miembros, lo único que sabía del grupo era que había dos raperos y ya. Así que me dediqué decir que no podía elegir, que todos eran geniales a su manera y ya, una táctica de huida que siempre me ha funcionado, pero con lo que no conté fue con que ellas sacaran sus móviles e intentaran convencerme de que el miembro que a ella le gustaba era el mejor.
Menos mal que no le dio a ninguna por preguntarme cual era la mejor canción, porque en serio, había un montón de gente con altavoces escuchando las canciones, y yo ya quería matar a alguien. Suficiente había tenido yo ya con aguantar a Ester con las dichosas canciones durante el viaje, y cuando no eran las canciones era algún video que se había descargado o se dedicaba a enseñarme las dichosas fotos de los miembros.
Menos mal que cuando Ester llegó abrieron las puertas, porque sabía que si ese no hubiera sido el caso ...
Joder, yo que ya había olvidado todo eso.
Aunque lo peor no fue eso, lo peor fue tener que aguantarla después del concierto, estaba insoportable. Siempre que quedábamos me decía "Tía, hace __ días que los vi" y yo como buena amiga me callaba e intentaba no estrangularla.
Aun no quería creerme que estos chicos era los miembros de Monsta X, así que cogí el móvil para mirar a ver si tenía alguna foto de los miembros.
Durante el concierto Ester se dedicó a petarme el móvil con video y fotos de los chicos, sinceramente, no sé ni cómo es que era capaz de hacer eso. Si hubiera sido yo la que estaba en el concierto de algún artista que me gustara me habría quedado estática con la boca abierta, luego habría empezado a gritar como una auténtica loca y por último habría intentado memorizar todo los que pasara mientras él o ella cantara.
Cogí el móvil y revisé nuestra conversación de WhatsApp con la esperanza de encontrar alguna de las fotos de los chicos.
Mientras revisaba el móvil sentía como los chicos me miraban. Intenté no prestarle mucha atención, porque vamos, ¿quién en su sano juicio se creería que los miembros de un grupo de K-pop están en la misma aula que tú y que encima van a ser tus alumnos?
Cuando por fin encontré las dichosas fotos tuve que seleccionar las que mejor se veían, necesitaba estar segura de que eran ellos y para eso necesitaba una foto de su cara, no de su brazo o de su culo. Y si, Ester me había mandado demasiadas fotos en la que los chicos estaban de espaldas.
Gracias Ester, pensé sarcásticamente.
Al fin conseguí una foto en la que conseguí ver la cara de uno de los miembros, el chico iba con unos pantalones de cuero súper ceñidos y con arneses en las piernas. Y, como si eso no fuera suficiente, el chaval tenía dos mazas por brazos.
Con precaución miré a los chicos, los cuales seguían mirándome y muy lentamente me acerqué al que más parecido tenía con el chico de la foto.
Este chico a diferencia del chico de la foto este tenía un poco más de musculo, pero dejando de lado eso y que el color de su pelo era diferente tenía la misma cara, las mismas orejas y las mismas cejas.
A pesar de esto aún no quería creerme que estos chicos eran realmente los miembros de Monsta X, así que pasé la foto de mi móvil y me acerqué a un chico que estaba un poco asustado, era un poco más bajo que el otro, aunque al igual que el otro era súper guapo. Este tenía una belleza más aniñada, era muy adorable.
Paso lo mismo que con el otro, su cara era igual a la del chico de la foto.
Vale, creo que debería ir haciéndome a la idea de que estos chicos son de verdad los miembros de Monsta X, pero, como la esperanza es lo último que se pierde pasé la foto de mi móvil y me acerqué al chico que estaba a su lado.
Tenía la piel más oscura y era el más alto de todos, unos ojos muy bonitos e inocentes y una sonrisa tímida es lo que me ofreció mientras lo comparaba con el chico de la foto y ... volvió a pasar lo mismo, era exactamente igual al chico de la foto.
¡Madre mía!, ¡que de verdad que son Monta X!
- ¡Ostia! – di un salto atrás asustada, el chico con cara angelical pegó un bote por el susto cuando grité. – ¿So-Sois Monta X?
El que parecía un armario empotrado empezó a reírse con disimulo mientras que el resto me miraba con incredibilidad y diversión.
Genial Alex, no puedes hacer más el ridículo, tú mejor amiga empieza a gritar como loca cuando los reconoce, tú los mantas a esperar porque no sabes quienes son y ahora que por fin te das cuenta de todo te dejas aún más en ridículo.
El día no puede ir mejor, me dije irónica.
- Si – habló el chico moreno.
Me llevé las manos a la cara avergonzada a más no poder.
Por favor que alguien me mate antes de que pueda avergonzarme más.
Como si el universo hubiera escuchado mis súplicas la puerta del aula fue abierta y por ella entró un sonriente señor Shin.
- Oh Alex, veo que ya ha conocido a sus alumnos.
- ¿Mis qué? – le pregunté incrédula, podía notar como mis ojos se abrían más de la cuenta.
- Sus alumnos – me repitió él – ¿no se lo dije? – me preguntó confundido, negué con la cabeza repetidas veces. – Bueno, da igual, se lo comunico ahora, ellos – dijo señalando a los chicos – estos chicos de aquí son los miembros de Monsta X, un grupo de música que está cogiendo mucha fama últimamente, y a partir de ahora van a ser sus alumnos.
- ... ¿m-me está diciendo que voy a darle clases de español a un grupo de idols? – le pregunté nerviosa.
- Si.
- Ge-Genial – le respondí con una sonrisa nerviosa - ¿y podría saber cuándo empezaremos? – sabía la respuesta a mi pregunta, pero preferí arriesgarme.
- Hoy.
- Va-Vale – sonreí nerviosa a los chicos que nos miraban al señor Shin y a mí sin entender nada.
- Sígame, voy a llevarlos a su aula – me informó mientras volvía a abrir la puerta y les decía a los chicos que salieran del aula y nos siguieran.
- ¿No vamos a dar las clases aquí?
- No, pensaba dejarlos en esta aula, pero me temo que su compañera Marta la va a necesitar para las clases de su grupo – me informó mientras salíamos de la clase.
- ¿Marta? – le pregunté confundida.
- Oh, es verdad, usted no la conoce – me miró comprensivo – Marta es la otra profesora que imparte español en la academia – me informó mientras él llamábamos al ascensor – antes teníamos a otra persona, pero lamentablemente tuvimos que despedirla después de que incumpliera una de las cláusulas de su contrato.
- ¿Qué cláusula fue la que rompió? – el señor Shin me miró por un rato para después desviar la mirada y entrar al ascensor, el cual acababa de llegar.
- Después de que lea su contrato lo averiguará usted sola – me aseguró serio, trague saliva nerviosa e ingresé dentro del ascensor.
Mientras bajábamos a la segunda planta sentí la mirada de los chicos sobre mi persona, no dije ni hice nada. Solo me quedé callada mientras intentaba adivinar cuál era la cláusula que había roto mi predecesora.
¿Sería tan importante como para que la despidieran?
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