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8

Entonces al estar parada afuera del aeropuerto de Osaka se dió cuenta de que no había planeado muy bien las cosas.

Ella no tenía idea de en qué parte de la ciudad se encontraba Sana.

Además, aún era de madrugada y no sabía en dónde pasaría la noche.

Así que estuvo divagando por las calles de Osaka sin un rumbo en específico, había visto tantos hoteles mientras caminaba por ahí, pero todos lucían realmente costosos y el efectivo que traía solo le alcanzó para comprarse un café que la ayudaría a mantenerse despierta por el resto de la noche hasta que finalmente pudiera tomar el dinero de las tarjetas de sus padres, porque el boleto del avión había costado más de lo que esperaba gastar, pero realmente necesitaba ese boleto con urgencia, así que tuvo que gastar casi todo su efectivo en eso.

Tzuyu sabía que la vida la odiaba, lo había notado desde que su madre la separó de Sana, pero aquello se confirmó cuando sintió lluvia comenzar a caer sobre ella empapándola por completo.

Y maldiciendo a todo el mundo, menos a su prima, continuó vagando por las frias calles de Osaka con dirección a ningún lugar.

Odiaba ver lugares tan costosos rodearla en estos momentos en los que no tenía dinero y se encontraba con su pijama totalmente empapada de agua de lluvia.

Ella tenía hambre, no había cenado lo que le habían llevado un par de horas antes a su habitación, además la lluvia había rellenado su vaso de café que aún no acababa, por lo cual tuvo que tirarlo al primer contenedor de basura que encontró.

Definitivamente la vida la odiaba y en estos momentos Tzuyu también la odiaba de vuelta.

No entendía que tan mala tuvo que haber sido en sus vidas pasadas para tener que pagarlo de esta manera, pero sentía que todo iba de mal en peor pues de un momento a otro un auto pasó junto a ella levantando el agua que la lluvia había dejado en la calle y empapó un poco más a Tzuyu.

La taiwanesa se sentía realmente miserable en ese momento.

Solo quería encontrar a Sana y darle un fuerte abrazo.

Quería saber si ella estaba bien y prometerle que cuidaría de su bebé.

Pero entonces lo pensó con detalle.

¿Cómo iba a ofrecerle eso cuando no tenía absolutamente nada para dar?

Era solo ella parada bajo la lluvia con la pijama empapada y dos tarjetas robadas.

A decir verdad lucía demasiado patética que incluso pensó que solo podría arruinar la vida de Sana.

Además no tenía a donde llevarla, ni siquiera ella tenía un lugar en donde hospedarse y no podía exponer a Sana a acabar en la calle como lo estaba ella.

No tenía nada para ofrecerle a Sana.

Era solo ella, una patética persona que nuevamente necesitaba la ayuda de su prima como lo había hecho siete años atrás.

Porque ella no le había dado nada más que problemas a Sana, siempre era Sana la que hacía algo por ella y Tzuyu creía que solo podría arruinar un poco más la vida de su prima.

Creía que le había traído demasiados problemas con dejarle un bebé y no quería dejarle un nuevo problema estando con ella.

Le dolía saber que no podía hacer más que arruinar la vida de su prima, ella no quería eso, ella quería hacerla feliz, pero siempre tenía que cagarla.

Primero lo hizo cuando desperdició el preservativo que le habían dado en la escuela y tuvo que dejar a su prima con las ganas de una segunda ronda, después lo hizo cuando se corrió dentro de ella sin haber aguanta un poco más para hacerlo fuera, la cagó cuando no puso una alarma para despertarse e ir por las pastillas del día siguiente para Sana y volvió a cagarla cuando olvidó entregarle los instructivos a su prima.

Si tan solo no hubiera sido tan descuidada, sin tan solo hubiese revisado bien la caja antes de gritarle que había sido culpa suya, si tan solo... Si tan solo hubiera sido más paciente con ella no habrían peleado el último día que se vieron y tal vez su madre no habría notado lo que habían hecho.

Y por un momento se puso a pensar que no iba a encontrar a Sana en una ciudad tan grande como lo era Osaka, lo cual sería mejor para no arruinar la vida de la chica que amaba.

Pensó que sería mejor idea regresar a Corea sin seguir buscándola, pero no tenía como pagar un boleto de avión sin utilizar la tarjeta de sus padres y sería muy difícil de explicar lo mucho que había gastado en una madrugada.

Y en medio de la angustia también pensó que la mejor opción sería desaparecer.

Tal vez si solo dejaba de existir los problemas que había traído tambien desaparecerían.

Pero antes de que siguiera pensando en desaparecer encontró a Sana en un restaurante con un chico y justo cuando su corazón estaba por romperse recordó que a Sana no le gustaban los hombres.

Era obvio que la madre de Sana la había obligado a salir con ese chico, porque el rostro de Sana lucía totalmente apagado cuando el muchacho hablaba con una sonrisa en su rostro.

Ella realmente quiso entrar a ese restaurante y abrazar a Sana, mostrarle que estaba ahí por ella y sacarla de ese martirio que seguramente estaba viviendo al ser obligada a salir con ese hombre.

Sin embargo, no podía hacerlo, estaba empapada con el agua de la lluvia y sabía que si intentaba entrar así el personal de seguridad la sacaría a la fuerza de ese costoso lugar sin siquiera haber tenido la oportunidad de acercarse un poco a Sana.

Así que solamente se sentó en una banca del parque frente al restaurante en el que su prima se encontraba para mirar desde lo lejos como Sana cenaba al lado de otra persona.

No le importó continuar mojándose con la lluvia, ella solo quería admirar el hermoso rostro de Sana a través de la ventana del restaurante en el que la mayor se encontraba.

Estuvo casi una hora ahí sentada hasta que los vió a punto de salir, la lluvia seguía cayendo, pero ahora era más leve, sin embargo, el chico con el que su prima estaba abrió un paraguas para cubrirlos a ambos de la lluvia.

Entonces Tzuyu pensó que era tarde para que Sana siguiera fuera de casa, ya que las calles lucían demasiado tenebrosas a causa de la oscuridad, además de que no habían muchas personas pasando por ahí más que Sana y ese hombre que caminaba con ella hacia un callejón oscuro.

Tzuyu preocupada decidió seguirlos, no iba a arriesgarse a que ese hombre le hiciera algo a la chica que amaba.

Así que caminó con la misma dirección manteniendo una distancia considerable para no levantar sospechas.

Sana realmente lucía muy apagada y triste, lo cual partió el corazón de Tzuyu quien continuaba caminando tras ellos.

Y de momento los vió detenerse en aquel callejón sin luz y la rabia se apoderó de ella cuando notó que ese hombre intentó besarla.

Por suerte Sana había esquivado el beso, pero el contrario volvió a intentarlo y Tzuyu se alarmó cuando lo vió forcejeando con su prima para poder besarla sin su consentimiento.

Entonces no lo pensó dos veces y corrió hasta donde estos se encontraban para derribar al hombre con un golpe directo al rostro antes de que le robara un beso a Sana.

No iba a permitir que nadie obligara a su prima a hacer algo que ella no quería.

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