Al siguiente día despertaron hasta altas horas de la tarde y se alarmaron cuando recordaron que no habían comprado la famosa pastilla del día siguiente para Sana. Porque el día anterior no tuvieron tiempo de hacerlo ya que los padres de Tzuyu habían llegado con la cena cuando ellas aún bajaban de su habitación después de la ducha apresurada que debieron darse.
Entonces Tzuyu se puso el primer conjunto de ropa que encontró y tomando una mochila salió lo más rápido que pudo de su casa para ir con dirección a la farmacia, quería convencerse de que aún estaba a tiempo, pues desde que habían tenido sexo habían pasado apenas menos de 30 horas y Tzuyu pensó que todavía podía funcionar si le daba esa pastilla a Sana, además de que no era un hecho que iba a embarazarla solo por haberse venido una vez dentro de ella.
Entonces al llegar a la farmacia compró aquellas pastillas recibiendo la indicación de que debían ingerirse antes de que pasaran 24 horas de haber tenido relaciones sexuales previas, al diablo eso, Tzuyu pagó por las pastillas.
Y antes de salir recordó que se habían acabado la última caja de preservativos, así que buscó los favoritos de Sana que eran aquellos con sabor a frutas y tomó unas cuantas cajas para dirigirse a pagar por ellas, y sin más salió de la farmacia ocultando sus compras en la mochila que había traído con ella.
Al llegar a casa agradeció que sus padres no se hubieran percatado incluso de que había salido y llevando un vaso de agua que tomó de la cocina subió rápidamente hacia su habitación para darle de emergencia la pastilla a Sana.
—Me dijeron que debía ser antes de que pasaran las 24 horas— Tzuyu informó abriendo la caja.
—¿No habían otras con más tiempo de margen?— Sana preguntó preocupada.
—Existen, pero cuando pregunté por ellas me dijeron que se habían agotado, siempre son las primeras en agotarse.
—Maldición.
—Tómate dos por si acaso— Tzuyu aconsejó igual de nerviosa que su prima.
Y dando un suspiro Sana se tomó las dos pastillas que Tzuyu le trajo.
—Traje algo más— Tzuyu informó recibiendo la atención de Sana.
Y con esto sacó de su mochila las cajas de condones que había conseguido.
Entonces Sana rodó los ojos con una pequeña sonrisa.
—Eres una tonta, Chou Tzuyu, no es momento para eso— Intentó lucir indignada.
Sin embargo Tzuyu sabía que Sana no lo estaba.
Así que para olvidarse del pequeño susto que habían recibido decidió abrir una caja de los preservativos que recién había traído.
Y una vez más Sana se entregó por completo a su prima olvidando cualquier clase de preocupación que tenía.
Los días continuaron normales para ambas, sin embargo el primer mes de vacaciones estaba por terminar y Sana comenzaba a preocuparse por dos cosas.
Su primer preocupación era que le quedaba solo la mitad de las vacaciones para estar con Tzuyu, y su segunda preocupación era que su periodo no había regresado, llevaba ya casi dos semanas de retraso y el miedo de estar embarazada cada vez iba incrementando.
Pero ella aún no le había dicho nada a Tzuyu, quería esperar un poco más para ver si su periodo no llegaba en unos días más, porque tal vez solo fue un retraso espontaneo, no precisamente tenía que estar embarazada, ¿Cierto?
Así que intentó tranquilizarse y siguió contando los días de retraso que llevaba.
Habían pasado casi dos meses de retraso.
Sin embargo, el sexo entre ellas no se había detenido, estaban usando preservativos y al menos Tzuyu creía que no había nada de que preocuparse, pero Sana por su parte aún estaba asustada por su retraso.
Entonces cuando Tzuyu le pidió volver a hacerlo sin protección sintió que debía hablar.
—Por favor, sabes que se sintió mejor hacerlo sin condón— Tzuyu rogó dejando besos húmedos en el cuello de Sana.
—Tzuyu, no— Sana volvió a negar mientras sentía a su prima guiar los movimientos de sus caderas.
Pues se encontraba sentada a horcajadas sobre Tzuyu mientras montaba su pene y esta última insistía en querer quitarse el condón.
—Vamos Sana, nada malo va a pasar— Tzuyu insistió acostando a Sana contra su cama —Puedes tomar esas pastillas después.
—Pero no quiero— Sana comenzaba a perder la paciencia.
Y entonces Tzuyu salió de ella para quitarse el condón y comenzar a masturbarse, estaba algo enojada por la negación de Sana.
Pero le dió una oportunidad más para cambiar de opinión.
—Por favor— Rogó Tzuyu acercando su miembro descubierto a la intimidad de Sana.
—¡Dije que no!— Sana regañó realmente molesta para levantarse de la cama y encerrarse en el baño.
Y Tzuyu no tuvo más remedio que terminar en su propia mano.
No entendía porqué Sana parecía más sensible últimamente.
Sin embargo se preocupó al ver que Sana no salía del baño, por lo cual, se levantó de su cama y se acercó a la puerta del baño sintiéndose culpable cuando escuchó sollozos provenir de adentro.
—¿Sana?— Tzuyu preguntó preocupada —Sana, ¿Estás bien? Perdóname por lo de hace rato, no quise ser muy insistente— Tzuyu habló desde afuera preocupándose aún más cuando los sollozos de Sana se volvieron llanto —Prima, por favor, abre la puerta.
La preocupación de Tzuyu había incrementado, lo que menos quería era hacerla llorar.
—Sana bebé, por favor ábreme, realmente lo siento, pero por favor abre la puerta— Tzuyu siguió rogando hasta que la puerta del baño se abrió lentamente y el rostro lleno de lágrimas de Sana se asomó.
Parecía realmente asustada y Tzuyu quiso abofetearse por haberle hecho daño a su prima.
—Tenemos que hablar— La voz de Sana sonó seria.
Y entonces Tzuyu tuvo miedo.
Sin embargo asintió y esperó por lo que fuera que Sana estuviera por decir.
Lo que no sabía era que aquellas palabras le caerían como un balde de agua fría.
—Creo que estoy embarazada— Sana soltó sin más.
Y Tzuyu casi sintió que perdía el equilibrio al escuchar aquello.
Eso debía ser una broma.
—No bromees así, no es gracioso— Tzuyu pidió con una sonrisa preocupada.
—No estoy bromeando, mi preriodo no llega desde hace casi dos meses.
Entonces Tzuyu comenzó a preocuparse, ella también iba a llorar.
Pero prefirió tragarse su miedo y comenzó a vestirse para salir con dirección a la farmacia sin decir nada.
Y Sana se preocupó, creyó que Tzuyu se había enojado con ella y por eso se había ido.
Tzuyu por su parte llegó lo más rápido que pudo a la farmacia y compró una prueba de embarazo para saber de una vez por todas si las suposiciones que tenía Sana eran reales.
Y de regreso a casa pasó por una tienda de conveniencia para llevarse un pan y no levantar sospechas con sus padres por su repentina salida.
Al llegar a casa agradeció que sus padres no preguntaran a dónde había ido, parecía que el pan que traía en la mano había sido la distracción perfecta para ocultar la prueba de embarazo que llevaba en su bolsillo.
Y nuevamente subió a su habitación para abrir la cajita de la prueba y darsela a Sana quien en esos momentos ya se encontraba vestida.
—Quítale la tapa y orina en...
—Sé cómo se usa— Sana la interrumpió tomando la prueba para entrar al baño de prisa.
Entonces Tzuyu con los nervios a flor de piel abrió el pan que había traído e intentó calmar su ansiedad dándole una mordida.
Y pasados unos cuantos minutos Sana salió del baño con la prueba en la mano.
—¿Dónde están los instructivos?— Sana preguntó.
—Creí que dijiste que sabías cómo usarla— Tzuyu reclamó.
—Sé usarla, pero no sé leerla— Sana rodó los ojos.
—Te dí los instructivos— Tzuyu empezó la discusión.
—No, me diste la prueba, pero no los instructivos.
—Por supuesto que te los dí— Tzuyu volvió a reclamar.
—Pues la prueba era lo único que tenía en la mano al entrar, ¡No pude meterme los instructivos en el culo!— Sana perdió la paciencia.
—¡No te atrevas a gritarme cuando tú fuiste quien insistió en no utilizar protección!— Tzuyu se defendió olvidando que no había cerrado la puerta de su habitación al regresar.
—¡Oh, pero a tí te gustó tanto que hoy andabas jodiendo para quitarte el maldito preservativo!
—¿Sabes que? ¡Vete a la mierda! Yo realmente estaba preocupada por tí, pero parece que tú solo quieres pelear.
Mientras tanto, en el piso de abajo, los adultos se preocuparon al escuchar los gritos, ellas no solían pelear y realmente les extrañaba escuchar que había una clase de discusión.
—Ah claro, ¡Ahora me mandas a la mierda porque estoy embarazada!
—¡Ni siquiera sabes si estás embarazada realmente!
—¡Lo sabría si me dieras el maldito instructivo!
—¡Yo te dí el instructivo, así que revisa bien en dónde lo dejaste y dime de una vez si estás embarazada!
—¿Quién está embarazada?— La madre de Tzuyu preguntó entrando a la habitación.
Y sí, había llegado después de escuchar el alboroto.
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