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Con el paso de los días la preocupación de Tzuyu por su prima fue disminuyendo, ya que a pesar de que Sana continuaba haciendo ejercicio por las mañanas parecía que su alimentación había mejorado.
Ella comía lo que le daban y aquello tranquilizaba un poco a la taiwanesa.
Todo parecía ir bien, a pesar de que Sana la provocaba cuando incluso sus padres se encontraban cerca, ella era cuidadosa.
Continuaron teniendo sexo cada día con los cuidados necesarios para que nada malo sucediera, se aseguraban de cerrar la puerta y no hacer mucho ruido al igual que usaban preservativos para evitar consecuencias no deseadas.
Aunque realmente había sido algo costoso, ya que se habían acabado varias cajas en tan poco tiempo y los preservativos no eran para nada baratos, o al menos los favoritos de Sana con sabor a frutas no lo eran, pero era un precio que Tzuyu estaba dispuesta a pagar con tal de verla disfrutar al igual que ella.
Y aquí se encontraban ellas, teniendo sexo en la habitación de Tzuyu cuando los padres de esta última habían salido a comprar al centro comercial.
Sin embargo, seguían siendo cuidadosas con el ruido, pues la mano de Tzuyu se encargaba de cubrir bien la boca de su prima mientras se la cogía contra su escritorio.
Sana realmente era un desastre, pues le era un martirio tener que retener sus gemidos cuando sentía a Tzuyu entrar tan profundo en ella mientras la pelvis de la menor golpeaba su trasero con cada embestida que daba.
Y sin poder evitarlo dejó ir un nuevo orgasmo al mismo tiempo que sentía el de Tzuyu vaciarse en el látex que tenía dentro de ella.
Una vez que ambas se recuperaron de sus orgasmos Tzuyu salió de Sana y se quitó el condón para atarlo y desecharlo.
Entonces notó que su pene seguía erecto, cosa que su prima también notó al darse vuelta y fijar su mirada en la entrepierna de la menor, así que la arrojó a la cama y se sentó sobre ella restregando su intimidad contra el miembro erecto de su prima.
Mientras tanto la menor estiró su mano para alcanzar el cajón en donde tenían los condones y se dió cuenta que nuevamente se habían acabado.
Intentó buscar si no tenía en los otros cajones, pero le era difícil al tener a Sana sobre ella besando su cuello y restregandose contra su pene.
—Apúrate, ya quiero tenerlo otra vez dentro— Sana pidió comenzando a desesperarse por la tardanza de Tzuyu.
—Ya no hay condones— Tzuyu informó.
—Entonces métemelo así, ya no aguanto más— Sana rogó con un lloriqueo.
—Sana, no, nunca lo hemos hecho sin condón.
—No va a pasar nada— La mayor aseguró acariciando el miembro de Tzuyu con su mano para comenzar a alinearlo a su entrada.
Y Tzuyu no pudo protestar más al sentir la punta de su pene rozar la vagina mojada y palpitante de su prima.
Así que la tomó por las caderas y la hizo bajar hasta hundirse por completo en ella.
Fue fácil debido a lo lubricada que se encontraba la contraria y sin poder evitarlo un gemido escapó de sus labios.
Era mil veces mejor follarla sin un trozo de latex de por medio.
Así que comenzó a penetrarla haciéndola brincar sobre su pene.
No podía describir lo bien que se sentía el interior de Sana al rededor de su piel, por lo que acostándola contra su cama comenzó embestirla con fuerza disfrutando de los gemidos que se escapaban de la boca contraria.
Estaban por venirse por lo cual la menor apresuró sus embestidas hasta dejarse ir dentro de Sana la cual al sentir su interior rebosar con el orgasmo de Tzuyu gimió más fuerte y dejó ir también su propio orgasmo.
El semen de Tzuyu dentro de ella se sentía tan bien que deseó tanto nunca haber usado un condón, y lo disfrutó aún más cuando Tzuyu salió de ella y vació su semen sobre su abdomen y pechos mientras se masturbaba para prolongar su orgasmo y dejar caer un poco de su leche sobre la boca de su prima.
Sana realmente había disfrutado tanto de esta sesión, estar llena de semen tanto por dentro como por fuera la exitaba demasiado, pero también estaba muy cansada, por lo cual, a pesar de estar toda pegajosa no quiso levantarse para tomar una ducha.
Entonces sintió a Tzuyu acostarse a su lado por un par de minutos.
Estaba por caer dormida cuando Tzuyu se levantó y entró al baño, Sana creyó que fue a ducharse, y a pesar de quererse unir, realmente sentía que no podía moverse.
Pero entonces la escuchó volver y sintió como esta limpiaba su cuerpo con toallitas húmedas.
Comenzó por limpiar sus piernas desde abajo para ir subiendo, y a Sana se le escapó un gemido cuando Tzuyu restregó la toallita humeda en su muy sensible intimidad.
Continuó subiendo para limpiar el semen de su abdomen y de sus pechos aprovechando para acariciar sus pezones y tirar de ellos en el proceso.
Después subió un poco más, limpiando su cuello y barbilla hasta la comisura de sus labios en donde había quedado un poco de su orgasmo.
Sana en ningún momento abrió los ojos, estaba tan cansada para hacerlo.
Y después de aquella divertida tarde durmieron un poco para después entrar a ducharse antes de bajar a cenar cuando los padres de la menor habían regresado, todo parecía normal, no había forma de que nadie sospechara nada y aquello las mantenía tranquilas ya que los mismos adultos habían insistido en dejarles tiempo a solas para ponerse al corriente con los chismes que pudieran haber acumulado a lo largo de seis años.
Lo que estos no sabían era que cuando las dejaban solas lo último que buscaban era hablar.
La primera en terminar su cena fue Sana y eso a Tzuyu le enorgullecía, pues con el pasar de los días parecía que Sana tenía más interés en la comida.
Sin embargo, Sana por su parte lo único que buscaba era acabar rápido su cena para poder subir antes que ella y deshacerse de lo que recientemente había ingerido sin preocupar nuevamente a su prima.
Entonces cuando acabó de sacarlo todo tuvo un poco de dificultad para levantarse del piso, se sentía algo débil y su garganta ardía a causa de la comida que acababa de desechar, sin embargo tuvo que hacer un esfuerzo por levantarse rápido al escuchar la puerta de la habitación abrirse, por lo cual, jaló la cadena del retrete y bajó la tapa lo más rápido que pudo para disimular lo que había pasado.
Y cepillándose los dientes salió del baño actuando como si nada hubiera pasado para poder dormir al lado de Tzuyu quien aún se mantenía feliz y orgullosa de Sana por haberla visto comer bien.
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