
3
Cuando Tzuyu despertó se sorprendió de no ver a Sana a su lado, sin embargo todo cobró sentido cuando notó el sonido la ducha encendida.
Al levantarse vió ropa deportiva mojada de sudor y una botella de agua casi vacía junto a la puerta del baño y supuso que Sana había salido a ejercitarse.
Y Tzuyu de solo pensar en hacer ejercicio tan temprano se cansó.
Así que sin darle más vueltas al asunto entró al baño para lavarse la cara y los dientes mientras veía la silueta de su prima a través de la cortina de la ducha.
Sana notó su presencia desde que la puerta del baño sonó, pero no dijo nada, no le importaba que Tzuyu la viera así, al contrario, le gustaba.
Y una vez Tzuyu acabó con el lavabo comenzó a desenredar su cabello con un peine cuando Sana salía de la ducha con una toalla envuelta en su cuerpo.
—Buenos días Tzu— Sana saludó.
—Buen día, preciosa— Tzuyu respondió y la acercó para dejar un beso sobre sus labios.
Sana correspondió soltando la toalla de su cuerpo para poder abrazar el cuello de Tzuyu, por lo cual, aquel trozo de tela terminó por caer al piso al igual que el peine que la menor soltó para poder abrazar la cintura de Sana y sentarla en la meseta del lavabo.
Estaban comenzando a subir la temperatura de esto, pero nuevamente fueron interrumpidas cuando la madre de Tzuyu avisó desde abajo que el desayuno estaba listo.
Y entonces debieron separarse para poder vestirse con algo para la salida que los adultos habían comentado desde el día anterior, y finalmente bajaron.
—Buenos días chicas— La madre de Tzuyu saludó sirviendo cuatro platos sobre la mesa.
—Buen día— Sana devolvió el saludo —Tía, no será necesario que sirvas un plato para mí, desayuné en la mañana antes de ir a correr.
—¿Estás segura que no quieres comer? Almorzaremos algo tarde— La adulta intentó convencerla.
—Estoy bien, y de hecho debo subir de nuevo para terminar de desempacar mis maletas.
—Está bien.
Y con esta excusa la japonesa subió las escaleras nuevamente.
—Tzuyu, ¿Tu prima está bien?— La madre de Tzuyu preguntó confundiéndola un poco —Ayer comió muy poco y hoy ni siquiera la vimos hacerlo.
—No te preocupes, ella está sana— Tzuyu aseguró no queriendo hacer las cosas más grandes.
Sin embargo ella también estaba preocupada, Sana lucía más delgada que cuando se fue a Japón y el hecho de no verla comer pero hacer ejercicio desde tan temprano era un poco preocupante.
Sin embargo prefirió confiar en ella, había dicho que había comido, así que decidió creerle y comenzó a desayunar junto a sus padres.
Luego de aquello, el día transcurrió con normalidad, salieron a dar un paseo con la japonesa y todo parecía ir bien, sin embargo les preocupaba el hecho de que ella intentaba evitar cualquier tipo comida, pues se negó a aceptar un helado y su almuerzo fue realmente muy ligero, el cual a pesar de eso, no se lo terminó, en todo el día lo único que la vieron ingerir fueron casi tres litros de agua.
Tzuyu comenzaba a preocuparse, porque Sana prefirió usar las escaleras antes que el elevador del centro comercial y parecía que no podía quedarse sin estar haciendo actividad física.
Ella temía que su prima estuviera pasando por problemas con su cuerpo, porque a sus ojos el cuerpo de Sana era perfecto y no quería que ella lo lastimara intentando bajar de peso con alternativas que no eran saludables.
Entonces cuando regresaron a casa y Sana huyó a la habitación después de solo haber tomado un vaso de leche, Tzuyu pensó que era un buen momento para interrogarla.
Así que también subió a su habitación y la encontró unicamente con un pantalón suave y un sostén de encaje, pues estaba cambiando su ropa por una pijama.
Al parecer estaba cansada.
Y era de esperarse, pues en todo el día ella no estuvo quieta, además de que prácticamente se había saltado todas sus comidas.
—Oye, ¿Estás bien?— Tzuyu se acercó a su prima para tomarla suavemente del brazo antes de que esta colocara su camisa de pijama.
—¿Por qué no lo estaría?— La contraria preguntó tomando las manos de Tzuyu para colocarlas sobre su cintura.
—Porque no estás comiendo bien— La menor fue directa.
—Entonces alimentame con este trozo de carne que tienes— La mayor apretó suavemente la entrepierna de Tzuyu.
—Sana, hablo en serio.
—Yo también lo hago, no sabes cuanto deseo comérmelo entero— Esta continuó masajeando el miembro de Tzuyu.
—¡Sana!— Tzuyu la regañó tomándola por los hombros.
Y Sana se asustó.
Entonces soltó a Tzuyu e intentó alejarse, pero esta no se lo permitió.
—¿Qué pasa contigo? No te estás alimentando correctamente y sales a ejercitarte desde muy temprano.
—No tienes nada de que preocuparte— Sana desvió la mirada.
—Claro que lo tengo, eres especial para mí y no quiero que nada malo te suceda.
Sana soltó una risita para nada divertida.
—Nada malo me va a suceder, estoy bien.
—No lo estás, Sana.
—¡Si lo estoy! Solo no...— "Me molestes" ella pensó soltando un suspiro —Te preocupes— Sin embargo terminó por decir otra cosa.
No quería tener problemas con su prima, por lo cual, había suavizado sus palabras.
—Estoy bien, ¿Ok?— Sana aseguró acariciando los brazos de Tzuyu.
Y Tzuyu asintió.
Parecía que Sana no hablaría de eso.
Así que prefirió dejar el tema de lado y dejó que Sana continuara acariciándola mientras la acostaba contra su cama y comenzaba a besar su cuello.
Tzuyu seguía algo enojada y preocupada, no quería que nada malo le sucediera, pero parecía que Sana no iba a tomar en cuenta sus palabras, así que solo intentaría dejarlo pasar.
Quería dejar de pensarlo tanto, porque ella le había pedido no preocuparse, pero no podía, le era difícil excitarse con lo que Sana le hacía cuando su mente seguía preocupada por ella.
Así que intentó poner de su parte para distraer a su mente.
Acarició suavemente la espalda de su prima sintiendo su columna marcarse y eso solo la preocupó más, sin embargo, siguió subiendo hasta llegar a su sostén, el cual desabrochó y terminó por retirar dejando libres sus hermosos pechos los cuales acarició con ambas manos.
Y entonces recordó que no había cerrado la puerta así que la separó de su cuerpo y se levantó con la intención de cerrar la puerta cuando su madre avisó desde abajo que la cena estaba lista, así que tuvo que bajar e inventar una excusa por parte de Sana del porqué esta no iba a cenar.
Cuando terminó de cenar regresó a su habitación encontrándose a Sana totalmente dormida en su cama sin siquiera haber colocado su camiseta.
Entonces cerró la puerta con seguro debido a como se encontraba su prima para después irse al baño a realizar su rutina de cada noche, y cuando acabó, subió a su cama al lado de la mayor para abrazarla.
Pero no pudo dormir al escuchar el estómago de Sana rugir con hambre.
Realmente le preocupaba la situación de su prima.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro