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La conciencia de Tzuyu gritaba que se detuviera, que aún estaba a tiempo de frenarlo todo. Sin embargo su cuerpo le rogaba que dejara a Sana hacer lo que quisiera con ella, porque vaya que Sana sabía lo que hacía.

Tzuyu no pudo evitar soltar un par de gruñidos y jadeos al sentir como Sana apretaba suavemente su erección por encima de sus bóxers, realmente había olvidado lo bien que se sentía que Sana la tocara y esta era una razón más por la que no detenía lo que estaba pasando. Ella realmente quería volver a sentir el interior de Sana, porque recordaba que era delicioso hundirse en ella y follarla.

Sana por su parte estaba bastante entretenida masajeando el miembro de Tzuyu por encima de la ropa, le gustaba sentir como poco a poco la erección de la menor iba creciendo en su palma y su ropa interior se iba mojando más más y más dejando parte de sus fluidos en la mano de la contraria. La mayor casi podía asegurar que Tzuyu iba a correrse en su ropa y aquello le parecía algo exitante, saber que podía calentar a Tzuyu a tal grado sin siquiera haber follado realmente.

Y tal como lo pensó, Tzuyu dejó ir un poco de semen en sus bóxers, manchando su pantalón en el proceso, cosa que a Sana le exitó demasiado.

Mirar a su prima con la ropa manchada por causa de ella simplemente la calentaba en demasía que sentía que ella misma también se correría solo por aquella exitante vista.

Tzuyu por su parte estaba algo avergonzada, no quería que Sana creyera que era una precoz, sin embargo, se sentía totalmente patética con la ropa interior y los pantalones manchados de semen.

Mientras tanto Sana estaba amando la vista del desastre de Tzuyu y se sorprendió al notar que a pesar de su reciente orgasmo su erección no había bajado.

Así que la mayor comenzó a restregar su palpitante intimidad sobre el duro bulto de Tzuyu dejando ir uno que otro suspiro al sentir ese prominente miembro acariciarla a través de la tela de sus pantalones.

Suavemente comenzó a dar pequeños sentones sobre el duro miembro de Tzuyu para simular embestidas, y fue entonces que sintió su orgasmo comenzar a construirse en su vientre bajo.

Siguió dando pequeños brinquitos sobre Tzuyu dejando ir uno que otro jadeo al sentir el duro pene golpear su clítoris indirectamente.

Alternaba sus brinquitos restregandose en el regazo de su prima sintiéndose cada vez más cerca del orgasmo y nuevamente sintió a Tzuyu correrse debajo de ella, por lo que se restregó con mayor intensidad hasta que ella misma llegó a su orgasmo mojando su ropa y la de Tzuyu en el proceso.

Sus fluidos estaban mezclados en los pantalones de ambas y la habitación había tomado ese peculiar olor a sexo, cosa que volvía todo aún más exitante.

Y Tzuyu pasó de sentir vergüenza de su ropa arruinada a exitarse por ver a Sana igual de arruinada que ella, quería volver a hacerlo, manchar sus ropas nuevamente con sus orgasmos sin que nada les importara así que tomó a Sana de las caderas y la recostó sobre su cama para comenzar a frotar sus intimidades mojadas sin quitarse la ropa.

Un gemido escapó de los labios de Sana, ella estaba débil y sensible, pero a Tzuyu no parecía importarle en absoluto a pesar de haber tenido dos orgasmos, pues esta siguió frotándose contra ella y nuevamente una erección se formó debajo de sus bóxers llenos de semen.

Sana intentaba retener sus gemidos, pues seguramente sus tíos seguían despiertos así que no podían arriesgarse a ser descubiertas.

La mayor realmente lo estaba disfrutando, volver a sentir a Tzuyu llevar el control la hacía perder la cabeza.

Y no pudo evitar soltar un gemido cuando Tzuyu hizo más presión contra su entrepierna al mismo tiempo que regaba besos húmedos por su cuello.

Estaba tan perdida en disfrutar de lo que Tzuyu le hacía cuando un sonido proveniente de la puerta las alertó a ambas.

—Chicas, no se desvelen tanto, mañana saldremos juntos de paseo— La madre de Tzuyu avisó desde afuera intentando abrir la puerta.

Por suerte la menor había puesto el seguro antes de empezar con esto.

—¡Claro! Y lamento la puerta cerrada, pero Sana está en el baño y yo necesitaba poner mi pijama— Tzuyu se inventó una excusa mientras cubría la boca de Sana con la palma de su mano para que esta no hiciera sonido alguno.

—Está bien cariño.

Y con esto escucharon los pasos de la mujer alejarse de la puerta.

Inevitablemente dejaron ir un suspiro de alivio.

No sabían que tan grave pudo haber sido si los adultos se enteraban de lo que estaba pasando entre ellas.

Entonces Tzuyu se levantó de su cama y buscó una pijama entre su ropero para después caminar con dirección al baño.

Sana seguía algo asustada por lo que recién acababa de pasar, apenas era su primer día ahí y si no hubiera sido por las precauciones de Tzuyu no tenía idea de lo que pudo haber pasado o los graves problemas en los que pudieron haberse metido.

Sin embargo eso no fue suficiente para detenerla, ya que se levantó con dirección al baño para deshacerse de su ropa y entrar junto a su prima para darse una ducha rápida.

Y entonces notó que aún quedaba algo sin resolver.

La prominente erección de Tzuyu.

Y sin decir nada la sujetó entre su mano derecha para comenzar a masturbarla mientras la abrazaba por la espalda, notando como su prima menor se relajaba y dejaba su cabeza caer hacia atrás para posarse en el hombro izquierdo de Sana.

La suave y caliente mano de Sana la sujetaba firmemente desendiendo y volviendo a subir por su miembro para juguetear con la punta rosada antes de bajar de nuevo creando un patrón constante.

Bastaron unos cuantos frotes más para que Tzuyu finalmente llegara al orgasmo bañando la mano de su prima con su semen.

Estaba tan satisfecha, hace mucho que no se sentía así de bien y vaya que lo necesitaba después del constante estrés por el que pasaba a causa de la universidad.

Luego de aquella ducha no hablaron sobre aquello, era bastante obvio que habían vuelto a lo mismo que tenían seis años atrás.

Eran primas y sabían que ante los ojos de los demás no era correcto involucrarse entre ellas de esa manera, sin embargo, era innegable que lo disfrutaban más que nada y aquello las mantenía felices y conformes, entonces no tenían que darle importancia a los demás siempre y cuando nadie se enterase de aquello.

Así que sin la más mínima pizca de remordimiento o vergüenza entraron a la cama de la menor para dormir tranquilas al lado de la otra.

Sana realmente había extrañado lo bien que se sentía dormir sobre el pecho de Tzuyu despues de un buen sexo mientras escuchaba sus latidos sincronizarse con los suyos, era una sensación cálida, pero que por desgracia no podía pasar a más por el hecho de ser familia.

Porque Sana la quería, pero sabía que Tzuyu no iba a corresponder sentimientos amorosos, le había costado convencerla de tener esta clase de encuentros con ella, los cuales solo terminó aceptando porque su cuerpo lo había pedido a gritos, por lo cual, era bastante obvio que jamás llegaría a más que solo sexo y Sana no podía hacer nada para cambiar aquello pese a lo mucho que lo deseara.

Sin embargo no todo estaba perdido, porque Sana disfrutaba ilusionarse con Tzuyu cuando despertaba junto a ella viendo a través de la ventana el amanecer a la luz de la luna.

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