Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 16: Acabado y Sin Esperanza.

Caminando por los pasillos de la universidad acompañado por Sebastián veía las notas de su último examen, soltando un suspiro, Nicolás pasaba su mano por su rostro.

—Reprobé. –Dijo decepcionado y algo frustrado.

—Tranquilo, si pasa el examen de la siguiente semana, podrás recuperar lo que has perdido estos meses. –Le respondió él con amabilidad y una sonrisa.

—Supongo. –Sonreía un poco.

—Vamos por algo de comer. –Ofreció con amabilidad apuntando con su pulgar hacia atrás.

—Por supuesto. –Le respondió algo desanimado.

Mientras ambos comían hablan de algunos temas ocasionales hasta que Nicolás se pronunciaba con uno en particular.

—No quiero llegar a casa. –Dijo con sinceridad viendo a su amigo.

—¿Por qué? –Le preguntó con curiosidad mientras comía.

—Mi casa es un infierno. –Le respondió con sinceridad.

Él levantaba sus mangas, se podía ver algunos moretones y cortadas.

—Pero que carajos te ha pasado. –Se expresó con preocupación y asombró al verle el brazo.

—Las peleas con Susana se ha vuelto más intensas. –Dijo con algo de dificultad.

—¿No has pensado en mudarte? –Preguntó con curiosidad.

—Con que dinero. –Le respondió rápidamente.

—Si quieres quédate unos días conmigo. –Ofreció con amabilidad y una sonrisa.

—No, ya tienes suficientes problemas, estaré bien solo encerrarme en mi cuarto. –Le respondió algo indiferente mientras continuaba comiendo.

Hola de nuevo cinco meses después, te vuelvo a escribir y no traigo buenas noticias para ti, estos meses la he pasado realmente muy mal, estoy reprobando mis exámenes y Susana es mi peor enemiga, estos últimos días hemos tenido peleas bastante fuertes desde lo verbal hasta lo físico ha llegado las agresiones y siempre está ebria hace mucho, no la veo sobria, hay cientos de botellas y latas de cerveza en mi casa por todas partes, no entiendo en qué momento pasó de ser mi madre a volverse mi peor enemiga, estos últimos tres días he pensado mucho en mi padre, quisiera que estuviera acá ahora mismo conmigo, que me abrazara con fuerza, quizás me calmaría si escuchara su voz una vez más, lo extraño más que nunca, pasado mañana cumple seis años de aquel fatídico día, iré a visitar su tumba como lo hago cada año.

Cada año le llevo flores y un pastel, recuerdo que una vez me llamaron marica por decir que en el día del padre le daría flores a mi papá, me molestaron todo el año escolar con eso, pero es fácil búrlate de los demás sin conocer su historia, y ¿Por qué llevo un pastel? Solo faltaban tres días para su cumpleaños, me suelo comer ese pastel solo, o a veces se lo regalo a alguien sin hogar.

Un año atrás.

Un joven Nicolás llegaba al cementerio, con ramo de flores y pequeño pastel, sentado platicando cerca la tumba de su padre mientras cambiaba las flores, limpiaba la tumba y colocaba las nuevas flores.

—Te he traído girasoles, tú favoritas. –Se expresaba con nostalgia y cariño. —Mamá no me ha acompañado tampoco este año, pero te prometo que al siguiente va a estar aquí.

Limpiando aquella tumba con un poco de agua, sonreía mientras hablaba con su padre.

—Como todos los años te traje pastel, así que feliz cumpleaños papá. –Dijo emocionado con una sonrisa. —Déjame encender la vela para que puedas pedir tu deseo. –Encendiendo la vela de aquel pastel fijaba su mirada en la tumba. —Te extraño. –Susurro apagando la vela.

Trato de fingir que nada de esto me está afectado y es difícil, muy difícil, siento que mi sonrisa se perdió con el pasar de los días, es muy difícil ocultar o contener las lágrimas cuando te sientes mal, pero lo hago para que Sebastián piense que hemos progresado, su apoyo sí me ayuda, es el apoyo que esperaba de Susana, esperaba mucho de la persona equivocada la persona que dice ser mi madre, es la misma persona que dice que solamente es mi pesimismo o algo pasajero, la misma persona que me culpa de la muerte de mi padre y sí, soy consciente de que tengo un poco de culpa con lo que pasó, no sabía qué es lo que tenía preparado el futuro, yo también debí haberme ido ese día, sigo sin entender ¿Por qué quede vivo? Que quería la vida de mí después de eso, estando aquí ni yo lo sé y ganas de continuar no me dan.

Esperé más apoyo de la persona que me recuerda que fui un error y que ella realmente nunca me quiso tener, que solamente le estorbo en su vida, gracias por el apoyo emocional, Susana, en serio, gracias, es sarcasmo por si acaso.

No sé por qué ella cambió tanto desde que se fue mi papá, créeme, era muy diferente cuando él estaba, era más cariñosa, más atenta y amable, pero muchas cosas cambiaron ese día, hubiera querido no haber despertado aquel día y no estar aquí y ahora sufriendo.

Años atrás.

Acostado en una camilla se encontraba Nicolás, estaba en coma debido a lo ocurrido, las máquinas que le ayudaba a estar vivo sonaba a su alrededor, suavemente él movía su dedo índice.

Al final abría sus ojos lentamente, sintiéndose desorientado con lo que ocurre a su alrededor, con vista algo borrosa, veía algunas personas de blanco, escuchaba su nombre repetidamente.

—¿Nicolás? –Preguntaba uno de los enfermeros a su alrededor.

Él reaccionaba algo lento, mirando a su alrededor con confusión.

—Llama al doctor. –Ordeno con seriedad a su compañero.

Mientras el enfermero se quedaba lo veía, tomándolo de la mano.

—Tranquilo, esto puede ser desorientador. –Se expresaba con calma viendo a su paciente.

Las horas pasaba mientras Nicolás se recuperaba, luego de algunos días se enteraba lo que había ocurrido sintiéndose confundido y cayendo en la negación, se negaba a creer que eso hubiera pasado.

Varios días después estaría en el funeral de su padre, entre lágrimas tocaba su ataúd, sintiendo como la culpa lo abrazaba por lo ocurrido, esa sería la última vez que lo vería.

No sé si tú seas padre ahora mismo o quizás en algún futuro no muy lejano, lo seas, pero quiero pedirte algo, sé el héroe de tus hijos y no un villano más en su vida, somos el reflejo de nuestros padres, quizás tengo la mitad de ese espejo roto y por eso no se ve tan bien mi sonrisa.

Se me ha generado una pequeña duda, como de costumbre.

¿Has pensado en tener hijos?

En lo personal sí quiero, quiero verlo, crecer y conseguir sus metas, celebrar cada uno sus logros, créeme, sería un buen padre, pero a la vez pienso que, si no puedo ni cuidarme a mí mismo, menos podría con un hijo, quizás cuando mejore evite que mi hijo pase por algo como esto... Simplemente, es horrible, quiero darle todo lo que no me dieron a mí, si me ha dado bastante, pero siento aún que algo me falta, no sé qué es, pero siempre he sentido que lo necesito.

Viendo por su ventana, recordaba como molesto, recogía hojas junto a su padre, cerrando sus ojos, recordaba como la paso solo en su graduación, mientras los demás eran acompañados por sus padres que festejaba sus diplomas como lo mejor del mundo, incluso aquellos chicos que lo molestaba y tenía notas pésimas tenía ese lujo en su vida que muy probablemente no le den mucha importancia.

Abriendo sus ojos, salía de sus malos recuerdos, cerraba su ventana, tapándola con la cortina, viendo su diario para continuar escribiendo.

Discúlpame, ahora mismo me siento tan mal que he manchado un poco el papel con mis lágrimas, iré a tomar mi medicamento, es un antidepresivo, créeme, los odio, siempre he sido malo tomando medicamentos, soy de esas personas que no se pueden bajar las píldoras, ahora imagínate, tengo que hacer eso cada día, alguno de los efectos secundarios es que me provoca mucho sueño, pero no creo que dormir cure la tristeza, me mantiene distraído de lo que puedo llegar a pensar o sentir en gran parte del día.

Te escribiré pronto vale, lamento que leas todo esto, pero así me he sentido todo este año.

Levantándose de su mesa de estudio, sacaba de un cajón su medicamento, mientras lo destapaba veía la foto de aquel hombre sonriente sobre la pared, sacando del frasco una píldora que caía sobre su mano derecha, se la metía a la boca tomando agua para poderla bajar, al terminar veía sobre su mesa de estudio aquel hombre que siempre lo ha acompañado.

—Supuse que con esto te dejaría de ver. –Dijo con seriedad viéndolo sentando.

Este hombre solo lo observaba como de costumbre sin decir nada.

—¿Mírame en que me he convertido? –Preguntó molesto viéndolo. —En un cobarde que necesita medicamento para poder ser feliz. –Entre sus ojos se notaba algunas lágrimas, secándoselas con odio y rabia. —Estoy cansado, emocional y físicamente, siento que he perdido toda esperanza y ya no quiero hacer nada. –Gritó molesto y frustrado.

Suspirando perdiendo su mirada.

—Quiero dormir y ojalá no volver a despertar. –Se notaba la frustración en su voz.

La esperanza es lo último que puedes perder, quieres sonreír, quieres correr, sabes bien que no vas a poder. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro