Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Jaime y Mushu

***


Con Jaime, Mushu se comportaba distinto. Desde que el ave era pequeño no lo siguió con mucho afán. Es más, se comportaba con Jaime como si fuera el "hermano" pequeño y Mushu le prestaba atención, la mayoría de ocasiones, bien cuando le veía algo en las manos o comía, con intención de quitarle el objeto o robarle su comida; o bien cuando Clara estaba ayudando o hablando con Jaime, colocándose en medio de los dos, soltando "chuis" o su nuevo sonido favorito: "chúplib". Desde que Mushu volaba, su trato era algo distinto hasta cierto punto, ya que cuando el niño salía a pasar la tarde fuera, en ocasiones podíamos oír que mientras éste jugaba, gritaba cada dos por tres: «Mushu no». Más de una vez, Jaime llegaba con éste cogido y entraba a casa protestando sobre el acoso de Mushu, hacia sus amigos y él, dejando al ave encerrado y pidiendo que no le dejásemos salir porque en resumen, le hacía la puñeta. Resultaba inútil, puesto que Mushu conforme Jaime salía por la puerta de casa, éste a su vez se iba hasta la ventana de la terraza y se iba volando.

Mientras estábamos en el huerto, hablando con los familiares o vecinos que nos reunimos allí, Jaime venía con Mushu en la mano, quejándose de que estaba molestando a su amigo Andrés. A ese niño no es que le molestase, más bien lo acosaba y poco menos que lo sometía. Cuando Mushu se obsesiona por alguien poco podíamos hacer, sólo con paciencia e insistiendo mucho, conseguíamos quitarle alguna manía y en este caso fracasamos porque al niño a pesar de verse obligado a soportarlo en el hombro cuando a Mushu le venía en gana, le gustaba el pequeño ave. Soportaba sus popós tanto o igual que nosotros, para desesperación de sus padres. En alguna ocasión los escuchamos quejarse y reñirle por permitírselo, como si de modo habitual se desease presumir de tener un popó con forma de ensaimada en el hombro o espalda, cuando no un amasijo verde a parches blancos pastoso. Según supimos por Jaime, cuando Andrés estaba en casa de su abuela y Mushu se colaba en ésta, era con quien más tiempo pasaba después de su abuela, y encima, las visitas que Mushu le hacía, sucedían con tanta frecuencia, que acabó llegando a conocer a otros familiares de esta señora, a los que de igual forma, escandiló con su habitual encanto único y personal.

Jaime era un gran aficionado a grabar cosas en plan entrevistador, reportero contando algún suceso improvisado, narrando algún cuento donde los protagonistas eran Mushu con otros juguetes y algunas películas. Según me ha comentado, en general el ave hacía el papel de: Mushu "el destructor". Le endilgó el papel del villano, porque en una de sus grabaciones mientras le presentaba los gusanos de seda, que su amigo Andrés le regaló, el muy bestia intentó comerse uno. En otras ocasiones destrozaba el escenario como si fuese "Rodan", destruyendo y mordiendo los juguetes a su paso, para desesperación del niño.

Tal cual como en este video me los imaginaba yo, ya que a mi no me dejaba verle grabar. A Mushu sólo le faltaba poder soltar rayos por la boca, pero lo demás no debía andar muy lejos de la idea. Los efectos de sonido se los montaba Jaime solo, como la caída de los edificios que eran bloques de construcción; o la creación de las voces de los distintos personajes; todos menos los del pequeño ave, con los "chuis" rabiosos que Mushu soltaba picoteando algún trasto, sobraba. Y si tenía que hacer que lloriquease o pareciese herido le sujetaba y le daba apretones con la nariz. No es que le hiciese ningún daño, es que el ave era muy quejica en ocasiones y cuando Jaime le cogía y lo acercaba a su cara parecía esperarse lo peor y soltar "chi chi chi chi chi" al ritmo de sus toques. En otras ocasiones para que sus "chuis" sonasen sin que se le viese la cara a Jaime, lo acercaba despacio hacia su cara y fingía que le iba a morder o a comérselo, Mushu cerraba los ojos soltando "chuis" desesperado y a final intentaba huir.

La hora habitual de grabaciones eran entre la tres y las cinco de la tarde, porque no solemos dejar que salga a esas horas a la calle. Jaime montaba en su habitación algún escenario con sus juguetes y buscaba a Mushu, cerrando la puerta para evitar su cobarde huida. A pesar de llevarse regular, era rara la ocasión, que el ave le picaba con agresividad, el resto de picotazos era habitual puesto que forma parte de su modo de comunicarse con nosotros y no hacía ningún daño. Les podías oír jugar durante esas horas, y de vez en cuando, se escuchaba algún grito de Jaime y abrir la puerta de golpe acompañado de un revoloteo y "chuis" presurosos, cerrando de un portazo. Mushu se quedaba desconcertado y con la respiración agitada, mirando a su alrededor medio paralizado, como si pensase «¿qué ha ocurrido?»; tras lo que se acercaba a la puerta y andaba de un lado a otro de ésta soltando "chuis" o algún animado "chúplib", que en ocasiones, convencía a Jaime y lo dejaba pasar otra vez.

Los videos sobre presentaciones eran muy graciosos, veías pasear por casa a Jaime con Mushu cogido, para que no escapase, y grababa a todos a su paso, con el pequeño ave en una esquina de la pantalla de forma permanente, contando alguna curiosidad sobre alguien o algún objeto durante la filmación. Esas grabaciones podían pasar a ser un videoclip, donde ponía alguna canción que le gustase en aquel momento, si no le gustaba el resultado, los cuales quedaban genial muchos de ellos por el frenético ritmo y vaivenes a los que sometía al pájaro durante el recorrido; o podía acabar por volver a realizarlo para nuestra desesperación, aunque más grande era la de Mushu, que lejos de cooperar acababa por mordisquear su mano.

Jaime fingía que era Mushu quien hablaba durante sus recorridos, poniendo voz de diminuto. En algunas de esas grabaciones Mushu soltaba "chuis" a la par que hablaba Jaime, si obviabas sus sonidos casi parecía que de verdad era el ave el que comentaba. Si Jaime se encontraba con que Mushu se negaba a cooperar manteniéndose en su hombro o mano, lo usaba de micrófono. Y en otros nos grababa por la mañana sin ninguna consideración por nuestro aspecto desaliñado e impresentable de recién levantados.

—Buenos días, —se puso junto a Clara y de pronto acercó a Mushu a su cara— esta es mamá.

—Jaime, de parte mañana ya —puso su mano delante del móvil a la vez que se pasaba la mano por el pelo intentado peinarlo, sin ningún éxito—, para por favor.

—Esta es mi mamá y la tuya Mushu —el ave soltó un "chui" entusiasta al oír su nombre—. Nos prepara el desayuno —decía enfocándose a la cara, tras mostrar el vaso de leche y después me buscó a mí, que limpiaba la habitación de Mushu—, mientras papá te hace la cama —movía tan rápido el móvil de un lado a otro que muchas de sus grabaciones no se entendía lo que veías.

—Para Jaime —no es que fuésemos unos agrios, es que eran tantas las veces que nos grababa que ya nos tenía hasta el cogote.

—Son unos aburridos, ¿a que sí Mushu? —este volvió a soltar un "chui" tono " contento".

Cuando su amigo Andrés no estaba, Jaime se pasaba la tarde grabando en el huerto, entrevistando a los allí presentes, con Mushu revoloteando por los alrededores. Se mantenía lo suficiente alejado para evitar que Jaime lo sujetase y usara de presentador o micrófono. El ave terminó por huir cuando veía coger el móvil al niño. En esas grabaciones en el exterior, se podían oír a Mushu de fondo, más emocionado cuando era Clara la entrevistada. La abuela de Jaime era una de sus participantes más habituales y en más de una ocasión Mushu se colaba en medio de ellos, posándose en el hombro de la señora, haciendo que diese más de un respingo asustada.

Su tía de voz sobria parecía una diva tapando la cámara del móvil, pidiendo que no la grabase. Casi todas las ocasiones que lo conseguía era porque ocultaba el móvil o aprovechaba que Mushu la distraía con sus repetidos intentos de acoplarse, que le prestase atención o le acariciase los oídos; para enfocar desde un lado y haciéndose el distraído le soltaba alguna pregunta o le contaba alguna cosa. En el instante en el que su tía se percataba de que le estaba grabando levantaba la mano para taparse la cara repitiendo una y otra vez «No me grabes». Jaime salía corriendo para evitar que le obligase a borrarlo. Al parecer no quería que nadie se riese por verla hablar con Mushu, ya que cuando él niño no estaba y enseñábamos sus grabaciones a otros familiares se reían de las ocurrencias, las tomas falsas y las respuestas de sus encuestas.

Con el paso del tiempo la mayor parte de esas grabaciones han resultado ser muy graciosas, pero aquella etapa de Jaime fue agotadora. En muchas podíamos ver en nuestras caras la suplicante mirada de que parase un ratito y los bufidos de incomprensión frustrado, que el pobre soltaba por nuestra poca participación. Parecía el "El show de Truman", nos tenía acosados. Todas resultan muy divertidas con el paso de los años claro, en ese momento hasta Mushu estaba cansado. Las tomas falsas de algunos vídeos que repetía porque no le habían gustado y pedía a unos y otros que volviesen a decir tal o cual cosa, son los más divertidos, por la risa contenida de algunos que soltaban de pronto, teniendo que volver a empezar. Algunos ya empezaron a hacer el payaso y siempre acabábamos pidiéndole que nos diese un respiro.

*******


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro