Capitulo 46
Vemos como Lincoln estaba con lisa ya que esta le había pedido ayuda con algunas cosas de la máquina que estaba haciendo, Lincoln al ver la maquina quedo impresionado ya que una niña de 13 años y medio pudiese construir esto y más que todo el dinero que recibía para este tipo de cosas fuese dado por el gobierno de este país, cuando ella le dijo eso este pensó lo que muchas de las personas normales pensarías "No mames" Pero volviendo al tema, Lincoln la ayudaba cargando algunas cosas y soldando donde ella le decía. Lincoln siendo honesto estaba bastante cómodo ayudándola, claro, omitiendo las partes donde ella le pedía algo de su saliva y la extracción de sangre que le pedía cada 30 minutos, lo cual se le hacía demasiado raro en sus pensamientos más profundos pensaba que lisa aparte de ser alguien muy, muy lista estaba en alguna especie de culto, pero decidió no preguntar y solo ayudarla con lo más pesado que era el trabajo físico cargar las herramientas, soldar y de vez en cuando salvarla de alguna explosión causada por esta con sus experimentos químicos los cuales más de una vez pensaba que sería el fin y le sacaron un buen susto de muerte.
Pasando una hora este estaba sentado en el suelo bebiendo un vaso con agua mientras que lisa estaba sentada en su silla enfrente de un pizarrón escribiendo ecuaciones a lo que Lincoln para romper un poco el silencio y de paso que no solo se oyese el sonido de la tasa porque de las cuchas cosas que odia es el sonido de la tiza al hacer contacto con la pizarra.
-Y....entonces...sus padres dejan que inviten amigos una vez al mes a que cenen-
-Es correcto tu información unidad fraternal número tres-
-Con un "si" hubiera bastado ¿Sabes? -
-Es lo malo de la gente con bajo coeficiente intelectual-
-Dilo por ti, yo soy de la raza-
- ¿Que significa eso? -
-Solo las personas con bajo coeficiente intelectual...-
-Estas diciendo que mi coeficiente no es tan elevado como para poder comprender lo que dijiste-
-Tu terminaste mi frase no yo-
Esto lo dijo entre risas para después levantarse y sacudirle el pelo a lisa
-Ya tranquila estoy jugando contigo, que te parece si te hago un pan con malvaviscos y jalea-
-Te lo agradecería hermano mayor-
Lincoln bajo las escaleras y le preparo dos por si quería otro y al subir y dárselos salió otra vez a la cocina donde se topa con Lucy
-Hola-
-Suspiro-
- ¿Porque haces eso? -
- ¿Acaso te molesta? -
-No, simplemente no sé de qué hablar contigo y como siempre dices "suspiro" quise preguntar-
-Es mi forma de expresarme-
-Ok, chido, supongo que ya me voy-
Este procede a salir al patio trasero donde fue sorprendido por un balonazo en el estómago a lo que este naturalmente se sostiene el estómago con una mano y se retuerce un poco, no tuvo que preguntar de quien era el balón ya que escucho la voz de Lynn jr que al acercarse por su balón se disculpa con Lincoln para después seguir practicando con este alejándose de Lincoln mientras este recuperaba un poco el aliento
-Esa chica vendrá mandando a alguien al hospital, dios me sorprende la fuerza y energía que tiene-
Este antes de dar otro paso fue detenido por el ruido que había en la cochera no tuvo que saber de quien se trataba eran luna y sus amigos, aunque este solo iba a su motocicleta para sacar algo ya que a decir verdad todo el ruido y los gritos que había en la residencia loud lo tenían arto o con dolor de cabeza, sorprendentemente este logro no explotar ya que él nunca se consideró alguien paciente por lo que solo camino unos cuantos pasos hasta que se asomó a la cochera donde luna estaba practicando con sus amigos los cuales al darse cuente de su presencia lo saludaron
Luna, al ver a Lincoln, dejó de moverse por un instante, poniéndose seria por un segundo, pero rápidamente esbozó una sonrisa y levantó la mano en señal de saludo.
- ¡Hey, Lincoln! ¿Vas a unirte a nosotros hoy? o ¿Vas a quedarte afuera con esa cara larga? -
Lincoln simplemente entra y le dice que solo vino a recoger algo de su motocicleta por lo que al ir de la bolsa de este saca una caja la cual guarda en su chaqueta para después salir del garaje y alejarse de la casa loud hasta un parque ya que era algo tarde no había casi nadie por lo que este se sienta en una banca y saca la caja de su chaqueta el cual al abrirla revela que era tres puros.
Este saca uno y de su bolsillo de enfrente de la chaqueta saca un encendedor, Lincoln miró el puro entre sus dedos, su mente aún un poco embotada por la serie de eventos del día. Se sentó en la banca del parque, disfrutando de la quietud del lugar. No había ruidos de motos ni gritos de sus hermanas. El aire frío de la tarde lo rodeaba, pero de alguna manera, esa paz momentánea le dio un pequeño respiro. Las luces del parque titilaban a lo lejos, pero todo parecía estar en calma.
Este pone el puro en su boca y lo enciende Lincoln inhaló profundamente, dejando que el humo se disipara lentamente en el aire frío de la noche. El sabor amargo del puro le llenó la boca mientras sus pensamientos comenzaban a aclararse un poco. No era su costumbre recurrir a esto ya que solo los usaba en caso de que ya estuviera hasta la madre de cualquier coso o para una ocasión especial y en esta ocasión estaba hasta la madre del ruido de la casa y de los golpes accidentales que recibe más aparte de todo lo que paso con clyde, Stella, haiku.
-Neta, estoy cansado mentalmente y físicamente, aparte de que los gritos de los clientes en el restaurante no ayudan y la carga de trabajo tampoco, neta de donde saco el señor Casagrande a esas personas, digo está bien ser vago, pero tampoco se pasen de verga-
Lincoln exhaló el humo con fuerza, sintiendo cómo el estrés de la semana se desvanecía por un momento. El aire frío de la noche lo ayudaba a despejarse, pero su mente seguía girando, atrapada en la rutina diaria.
—Siento que nunca tengo tiempo ni para descansar... siempre es un problema tras otro...y eso que ni siquiera los busco...ellos me buscan a mi— pensó mientras apagaba el puro en la acera y lo guardaba en su chaqueta.
Este se quedó sentado en la banca un poco mas ya que se sentía a gusto solo el ruido del viento que era agradable este solo suelta un suspiro y sintió como alguien se sentó al lado suyo este simplemente rodo sus ojos y vio a Lucy a decir verdad este estaba más relajado que ni lo asusto o algo parecido como las primeras veces, pero aun así no esperaba que decidiera sentarse junto a él. Ella nunca solía buscar su compañía.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó Lincoln, con tono relajado pero un tanto curioso. No era común que ella se acercara, al menos no de esa manera.
Lucy, sin contestar inmediatamente, se quedó mirando al frente, hacia el parque desierto, como si también necesitara su propio respiro. Después de unos segundos, lo miró de reojo, un tanto evasiva, antes de responder.
-Pensé que a veces el silencio te ayuda - Su voz era suave, casi en un susurro, como si no quisiera interrumpir la calma que había invadido el lugar.
-Ah, lo bueno es que no entendiste lo que dije- Contesto en tono tranquilo mientras soltaba un suspiro profundo
-Aunque hablaras en otro idioma, no era necesario entenderte para saber que estabas demasiado estresado y cansado-
-No te ofendas, pero son demasiado ruidosos- le dijo mientras volvía a sacar su puro y lo encendía.
Lucy lo miró de reojo, ligeramente sorprendida por la sinceridad en las palabras de Lincoln. No se ofendió, al contrario, parecía comprender lo que él estaba diciendo. Sabía que la casa Loud era un caos constante, un torbellino de sonidos y actividades que nunca dejaban de moverse. Incluso ella, que normalmente se mantenía alejada de todo eso, había llegado a reconocer cuán difícil era encontrar un respiro.
-No me ofende. Lo entiendo. – Respondió Lucy, sin más, mientras se acomodaba un poco en la banca, mirando al frente. La suave brisa de la noche agitaba sus cabellos, pero su rostro seguía serio.
Lincoln se sintió un poco más cómodo con la respuesta de su hermana. La calma de la noche era un bálsamo para su mente, y aunque en su interior sabía que la vida seguiría siendo tan ruidosa como siempre, por un momento, todo parecía desaparecer.
-Me encantan estos momentos de silencio- Dijo Lincoln mientras exhalaba el humo
Lucy asintió en silencio, mirando hacia el horizonte. El parque desierto ofrecía una paz que rara vez encontraba en la bulliciosa casa Loud. No dijo nada durante un rato, dejando que el sonido del viento y el crujido de las hojas caídas llenaran el espacio. Lincoln notó cómo su hermana, aunque reservada, parecía estar disfrutando del mismo respiro que él. A veces, el silencio decía más que mil palabras.
-Sí, a mí también. – Respondió Lucy finalmente, su voz suave, como si no quisiera romper la tranquilidad del momento. – Es raro encontrar un lugar donde todo se calme-
-Por cierto, ¿Me seguiste hasta aquí o también bienes aquí? -
Lucy lo miró con una ligera sonrisa en sus labios, como si hubiera estado esperando esa pregunta. Su mirada seguía fija en el horizonte, pero su tono era tranquilo, sin la usual frialdad que solía mostrar.
-No, no te seguí– Respondió, finalmente rompiendo el silencio, su voz suave y serena. – Solo... venía a caminar. Me gusta venir aquí a veces. Es... diferente-
Lincoln la observó por un momento. Lucy, a pesar de su carácter distante, tenía una forma sutil de expresarse.
-Sabes, no deberías salir de casa a estas horas-
Lucy giró lentamente hacia Lincoln, observando su rostro, mientras una ligera sonrisa asomaba en sus labios.
- ¿De verdad? - dijo con un tono algo burlón. - ¿Ahora te preocupas por mí? -
-Claro que lo hago, eres una chica enmedio de la nada sola y....bueno ya sabes hay personas con malas intenciones que podrían hacer algo malo-
Lucy dejó escapar una risa suave, como si la idea de que alguien pudiera hacerle daño le pareciera ridícula. A pesar de su naturaleza reservada y a veces distante, sus palabras no parecían tener miedo.
-No soy tan frágil, Lincoln. Si me pasara algo, no te preocupes, sabría cómo manejarlo– respondió, su tono tranquilo, pero con una pizca de arrogancia.
-Aun así, te aconsejo tener cuidado, el mundo no siempre es tan amable. –
-Lo sé, este mundo es un infortunio de penas y sufrimiento que no hace solo más que empeorar-
Lincoln se quedó en silencio por un momento, observando a su hermana, quien, a pesar de su tono frío y distante, parecía tener una sabiduría profunda sobre el mundo que los rodeaba. No era común escuchar ese tipo de comentarios, su actitud podía parecer sombría, también reflejaba una cierta madurez y comprensión de la vida.
- ¿Siempre piensas así? - preguntó Lincoln, con una ligera sonrisa. No era su estilo hablar de la vida de esa forma tan seria, pero Lucy siempre tenía su propia perspectiva, algo que él no podía evitar admirar.
Lucy lo miró de nuevo, con una expresión pensativa. Después de unos segundos, respondió sin dejar de mirar al horizonte.
-No es que piense así todo el tiempo. Pero, a veces, veo lo que ocurre alrededor de nosotros, y.... me parece que el mundo es más cruel de lo que nos gustaría admitir. La gente se lastima entre sí, a veces sin razón. Y muchas veces, no hay nada que puedas hacer para evitarlo. Así que... tal vez sea mejor aceptar que el sufrimiento es parte de todo esto-
Lincoln solo escucho en silencio mientras le daba otra inhalada a su puro y cuando Lucy termino de hablar este exhala el humo para después preguntarle a Lucy
-Dime Lucy ¿Tú crees en el destino? -
Lucy miró a Lincoln por un momento, su expresión usualmente imperturbable, pero algo en su mirada delataba que la pregunta la había hecho pensar. Su rostro permaneció serio, como si estuviera procesando lo que había dicho. Luego, después de un rato, comenzó a hablar, con una calma casi filosófica.
-El destino... es complicado. A veces creo que las cosas simplemente suceden, como si todo estuviera preestablecido, pero otras veces siento que nuestras elecciones son las que realmente nos guían. Supongo que hay algo de destino en todo, pero depende de cómo lo veas. Algunas cosas están fuera de nuestro control, pero otras, las más pequeñas, dependen de lo que decidimos en el momento.
-Bueno, yo sí creo que hay un destino y también creo firmemente que los seres humanos son lo bastante fuertes como para poder cambiar su destino, claro que la vida a veces cansa, a veces hiere, no es coherente, no es fácil, no es eterna...pero a pesar de todo, la vida es bella-
Lucy se quedó en silencio, observando a Lincoln mientras absorbía sus palabras. Algo en su mirada cambió, una pequeña chispa de reflexión, como si estuviera sopesando lo que él acababa de decir. Ella, a pesar de su carácter serio y su visión pesimista sobre el mundo, nunca había escuchado a alguien tan convencido de la belleza de la vida, incluso con todo lo malo que pudiera ofrecer.
-La vida es bella, dices... – murmuró Lucy, como si las palabras le resonaran. – Eso es... bastante optimista de tu parte, Lincoln-
–Optimista... sí, tal vez lo sea, pero si no nos aferramos a esos momentos, a esas pequeñas cosas que hacen la vida tolerable, entonces ¿qué nos queda? – dijo Lincoln, dejando el puro apagado a un lado de la banca, mientras se estiraba un poco. – Porque, aunque el destino nos dé un golpe tras otro, también nos da la oportunidad de elegir cómo enfrentarlo. Al final, somos nosotros los que decidimos si seguimos adelante o nos dejamos arrastrar por todo lo malo.
Lucy lo miró de reojo, su expresión aún seria, pero algo en su postura parecía relajarse, como si sus palabras la hubieran tocado de alguna manera, aunque no quisiera admitirlo. Después de un rato, rompió el silencio.
– ¿Crees que esa es la razón por la que las personas siguen luchando? ¿Por la esperanza de que las cosas mejoren? – preguntó, casi sin querer, como si ella misma estuviera intentando comprender lo que había detrás de sus propios pensamientos.
– Tal vez... –
– ¿Crees que tenemos control sobre lo que nos sucede? – preguntó Lucy, con una ligera sonrisa, aunque su tono era más pensativo que burlón.
Lincoln soltó un suspiro mientras con una mano se rascaba la nuca para después decirle a Lucy
-Bueno Lucy muchas veces tenemos el control, pero muchas veces hay cosas que no podemos controlar por más que lo intentemos-
-Entonces porque muchas personas lastiman a los demás si es que la mayoría de las veces tienen el control o el poder para hacerlo o evitarlo, pero no hacen nada, este mundo siempre estará sumido en el caos y el sufrimiento-
Lincoln al escuchar a Lucy se sorprendió de lo pesimista que era ante el mundo, aunque era cierto que muchos tenían el poder para hacer daño, había otros que tenían la suficiente fuerza para evitarlo, pero no hacían nada
-El mundo no se divide en gente buena y gente mala Lucy-
- ¿Eh? -
-Todos tenemos luz y oscuridad dentro de nuestro ser, lo que importa es a cuál parte obedecemos-
Lucy miró a Lincoln con una ligera expresión de sorpresa, como si nunca hubiera pensado en esas palabras de esa manera. Su mirada se suavizó por un momento, como si estuviera procesando lo que él había dicho. Había algo en la forma en que Lincoln hablaba que parecía... diferente, como si realmente entendiera el caos interno que muchas personas, incluso ella misma, solían enfrentar.
-Entonces... ¿eso significa que el caos dentro de nosotros puede ser controlado? - preguntó Lucy, sus ojos fijos en Lincoln, como si esperara que él tuviera la respuesta a esa duda que llevaba tanto tiempo rondando en su mente.
Lincoln al escuchar eso solo se recarga en la banca para después sonreír y decirle a Lucy
-Sabes, una vez escuche a alguien decir que todos nosotros deberíamos vivir de acuerdo con la estrella bajo la que nacimos-
- ¿Que significa eso? -
--Algunos nacen con estrellas de buena suerte y otros con estrellas de mala suerte, lo único que te puedo decir Lucy es que, si todos los humanos viviéramos de ese modo, yo daré lo mejor de mi cualquiera que sea mi estrella-
Lucy lo miró en silencio, con una expresión pensativa. La idea de las "estrellas" y la suerte no era algo que le pareciera particularmente relevante, pero había algo en la forma en que Lincoln lo decía que la hizo reflexionar. No era como sus típicas reflexiones pesimistas, sino algo más optimista, más... lleno de esperanza. Aunque Lucy generalmente no mostraba mucho interés en lo que los demás pensaban o sentían, esa noche había algo diferente.
-Vivir de acuerdo con la estrella bajo la que nacimos... - murmuró Lucy, casi para sí misma, como si intentara entender esa filosofía de vida que su hermano acababa de compartir. - ¿Y qué pasa si nacemos con una estrella que nos trae problemas todo el tiempo? -
Lincoln sonrió, mirando el cielo estrellado, como si realmente estuviera contemplando las palabras que acababa de decir. El frío aire nocturno le despejaba la mente, y por un momento se sintió en paz.
-Entonces, Lucy... probablemente tendrás que hacer brillar tu propia estrella, sin importar cuán oscura parezca al principio. - le respondió para después mirarla y solo ver como esta
Lucy lo miró con una ligera sonrisa en sus labios, aunque su expresión seguía siendo reservada. Era raro que alguien pudiera darle una respuesta tan clara y optimista a una pregunta tan profunda, pero Lincoln parecía tener una forma de ver la vida que, aunque ajena a ella, le resultaba intrigante.
-Tal vez... O tal vez, simplemente aprender a bailar con la oscuridad. - dijo Lucy, con su tono característico, un poco filosófico y algo sombrío.
Lincoln asintió, reconociendo el fondo de sus palabras.
-A veces es así... Pero no siempre, Lucy. A veces, la luz está justo allí, esperando ser vista. - respondió él, con una sonrisa cálida que, aunque sencilla, parecía llenar el espacio a su alrededor.
Lucy permaneció en silencio por un momento, como si estuviera sopesando sus palabras, y luego, para sorpresa de Lincoln, se inclinó un poco hacia él, su tono menos distante que de costumbre.
- ¿Sabes? No sé si alguna vez lo entenderé... pero agradezco que me lo hayas dicho. -
-Jajaja bueno, esa es mi forma de ver la vida, puede que la compartamos o no, pero al final de cuentas, es lo que nos hace especiales y únicos-
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